Lecciones que aprendí de Mike Francen

En mi escritorio hay una placa que dice: Haga no pequeños planes aquí.
Hace unos dieciséis años, vivía en Broken Arrow, Oklahoma, trabajando para una gran iglesia y haciendo
evangelismo callejero todas las noches en Tulsa. Estaba llegando a docenas de personas para Cristo justo
donde estaban. En una ciudad que la iglesia ha lastimado a muchos, esa es una declaración notable.

Conocí a Mike Francen antes. Fue un evangelista que predica grandes cruzadas. Nos conocimos en una
oficina de la iglesia mientras veía a alguien más y me entregó un libro que acaba de escribir llamado,
Búsqueda de almas. Lo leí esa noche y realmente me desafió a pensar en grande sobre el evangelismo.
Orar por milagros en las calles de Tulsa no fue suficiente.

El mensaje de vivir para las almas era algo que había creído y es por eso que realmente me mudé a Tulsa.
De vuelta en Missouri, hacer evangelismo era duro y solitario. A la mayoría de las personas simplemente
no les importa el evangelismo y salir a los clubes nocturnos se consideraba completamente tabú. Incluso
el pastor de nuestra iglesia estaba en contra de mí al ir directamente a los bares y molestar a la gente
mientras jugaban al billar.

No tengo idea de lo que todos hicieron con el pasaje sobre la mujer en el pozo o una docena de otras
historias. Jesús era un evangelista callejero, pero supongo que no vivió en el contexto carismático /
pentecostal estadounidense del siglo XXI.
Mike Francen y Regions Beyond
Poco después de que me topé con él, estaba organizando una conferencia en la ciudad que ayudó a las
personas a prepararse para evangelizar. Sería un momento muy práctico de entrenamiento. Cómo
organizar el sonido, cómo contratar electricidad, cómo trabajar con el gobierno para obtener permisos,
etc. Esto es lo que necesito para llevar mi evangelismo al siguiente nivel.

Los oradores fueron la lista: Mike se unió al legendario TL Osborn y al evangelismo del renacimiento en
África, Reinhard Bonnke. El resto del tiempo el equipo de Mike estaba repasando algunas cosas muy
prácticas. En palabras de Osborn, fue un "tiempo de siembra" para mí.

Ahora, he estado en docenas de conferencias y hablé en docenas más, pero muy raramente uno realmente
ayuda a las personas. Normalmente es solo mucha adoración y predicación. Es la excepción, no la regla
de que es práctico y de hecho te conviertes en un mejor evangelista.

Tomé ese manual sobre hacer cruzadas y lo leí y lo volví a leer. Durante los siguientes meses, lo traté
como si fuera casi un libro de la Biblia.

Vi todos los videos que pude sobre evangelismo, cruzadas, misiones mundiales y cualquier cosa sobre
viajar al mundo. Estaba completamente armado para tomar el poder del Espíritu Santo que vi en las calles
de Tulsa hasta los confines de la tierra.
A medida que se desarrollaran los eventos, dejaría el ministerio para el que estaba trabajando poco
después. Me fui por un tiempo en Los Angeles Dream Center haciendo evangelismo en las calles de
algunas de las áreas más difíciles de América.
Sembrando naciones
Una cosa que recuerdo que TL Osborn dijo una y otra vez fue que los evangelistas están allí para sembrar
la nación. Abordo un vuelo a mi nación natal, Filipinas. Parecía que muchos grandes evangelistas tenían
vínculos con Filipinas, después de todo. Conocía la cultura y el idioma más hablado, el tagalo.

Si funciona para Mike Francen y TL Osborn; Funcionará para mí. Si pudiera ver al Espíritu Santo
moverse en Tulsa, podría verlo moverse en las pequeñas ciudades de Filipinas. Sé una cosa: si es bíblico
en cualquier parte, ¡funcionará en todas partes!

Fui a un pequeño pueblo en Palawan, alquilé el centro de la ciudad y conseguí volantes por todas partes.
Le prometí a la gente que los enfermos serán sanados, los demonizados serán liberados y que cada familia
recibirá arroz gratis.

Para cuando comenzó la primera reunión, creo que tenía la mitad de la ciudad parada en el centro de la
ciudad esperando ver a este joven evangelista que podía prometer milagros y liberación. Sabían que el
sacerdote católico no haría esa afirmación.

Todavía recuerdo el mensaje que prediqué usando "Plata y oro. No tengo ninguno, lo que tengo lo doy:
levántate y camina". (Hechos 3: 6) como el texto de anclaje. No fue un mensaje ingenioso como Rod
Parsley puede entregar. Era un simple mensaje de curación que es gratis para todos.
Dando dientes al evangelio
He predicado en todo el mundo, literalmente. He viajado a las islas más remotas del Océano Pacífico y he
estado en iglesias en África. He expulsado demonios de personas en Corpus Christi, Texas, así como en
Sri Lanka. Lo que aprendí es que el evangelio funciona en cualquier lugar y bajo cualquier condición.

Una de las realidades más difíciles que enfrentamos es que más del 90% de los ministerios a nivel
mundial se encuentran en los Estados Unidos, pero la nación es menos del 10% de la población mundial.
90% ministrando al 10%. La otra estadística que es aún más alarmante es que solo el tres por ciento ha
estado en un viaje misionero.

Una de las razones por las que siento que la iglesia estadounidense vive en un estado constante de
necesidad de avivamiento es porque se niega a cumplir su misión. El propósito del Cuerpo de Cristo es
ganar almas y predicar el evangelio hasta los confines de la tierra. Muy pocas iglesias realmente creen
que este es su objetivo. Las iglesias que realmente viven eso son aún menos.
Casi todos los pastores que conozco están ocupados haciendo todo menos ganar almas. Pierden para
hablar de comunidad, discipulado y estar en el derecho cristiano (política). Nada de eso es más importante
que la proclamación del evangelio del Señor Jesucristo. Necesitan volver a los fundamentos de la iglesia
del Nuevo Testamento.
¿vamos más allá de nuestros límites al jactarnos del trabajo realizado por otros? Nuestra esperanza es que,
a medida que su fe continúe creciendo, nuestra esfera de actividad entre ustedes se ampliará
enormemente, para que podamos predicar el evangelio en las regiones más allá de ustedes. Porque no
queremos alardear del trabajo ya realizado en el territorio de otra persona. (2 Corintios 10: 15-16)