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(Reseña)
UNIMINUTO
PSICOLOGIA
LERIDA
2020
INTRODUCCIÓN
La ley y la psicología son dos disciplinas distintas, pero tienen mucho en común. Aunque el
objetivo de la psicología sea comprender la conducta de las personas y el objetivo de las
leyes sea regularla, ambas hacen suposiciones sobre qué causa que las personas se
comporten de la forma en que lo hacen; los psicólogos en sus estudios como profesionales,
integran a su curriculum la psicología jurídica, donde realizan aportes en el campo legal.
Los procesos que median el comportamiento humano son inseparables de la mayoría de las
demás áreas de nuestras vidas, y los temas legales no son una excepción.
Para Hoyos (2002) la psicología jurídica es la psicología aplicada en el campo del derecho
que le ofrece al psicólogo un espacio de acción interdisciplinaria y le permite, a través de
un acercamiento a dicho orden, asumir su ejercicio utilizando los instrumentos que le son
propios como la intervención individual o grupal. La psicología y el derecho coinciden en
su carácter objetivo, empírico y cuantificador, cada una se basa en herramientas claras y
precisas, la experiencia y la practicidad son elementos importantes dentro de estudios y
proceso jurídicos; el orden cuantificador hace referencia a establecer datos, patrones
cuantificables, medibles u observables que están inmersos en los contextos y contenidos
normativos. La psicología y el derecho parten del estudio del sujeto como único ser capaz
de modificar sus conductas y actos, al igual que es directamente responsable de los mismos.
Los campos de acción de la psicología jurídica son múltiples. (Ríos, 1995) señala las
siguientes: Psicología policial, Psicología judicial, Psicología penitenciaria, Psicología
Psicología preventiva del delito, Victimología, Psicología del testimonio, Psicología de las
relaciones conductuales en el mundo jurídico; La psicología jurídica se fundamenta como
un campo de estudio multidisciplinario con un enfoque teórico, explicativo, y empírico, que
comprende el análisis, explicación, promoción, evaluación, diagnóstico, prevención,
asesoramiento y tratamiento de aquellos fenómenos psicológicos y sociales que inciden en
el comportamiento jurídico de los individuos en el ámbito del derecho.
Como consecuencia de todas las funciones que realiza el psicólogo clínico debe tener
conocimientos en áreas como el derecho de familia, el sistema penitenciario, la evaluación
psicológica forense, el sistema judicial o el menor.
Es así como el rol del psicólogo jurídico toma relevancia, en el sentido que sus aportes se
dan a partir de sus conocimientos teóricos y empíricos, lo que le permite la armonización de
procesos jurídicos efectivos donde no se deshumanice y se oriente a la atención de los
diversos actores jurídicos o usuarios; es por ello que el rol del psicólogo jurídico en
diversos contextos es bastante importante, ya que actúa como un profesional de
acompañamiento y de apoyo en la toma de diversas decisiones, por ello establecer y
delimitar el perfil disciplinar en otros contextos.
• Servir a los tribunales respondiendo a todas las consultas de los juristas, de los
sistemas correccionales, del sistema de salud mental.
Una de las principales razones por la cual la psicología jurídica es tan importante es la
evaluación y el diagnóstico que tienen sobre los actores que se encuentran implicados en el
proceso judicial. Tienen la función de dar asesoramiento y de orientar a las personas en el
proceso, se encarga de intervenir casos en el ámbito judicial y de diseñar programas para
prevenir, rehabilitar y tratar los diferentes tipos de problemas psicológicos o del
comportamiento que están relacionados con estos procesos. También ayudan a ser
mediadores en los conflictos que pueden llegar a surgir dentro del ámbito judicial y de
buscar las mejores soluciones para cada uno de los casos.
CONCLUSIONES
La realidad de nuestro país tiene un contexto histórico que se enmarca por problemáticas
arraigadas desde tiempos remotos, por lo que se hace necesario contar con personal humano
idóneo, que sea capaz de generar un acercamiento, no solo a las problemáticas o
situaciones, sino a las personas que están inmersas en las mismas. Aquel profesional que
realice procesos a nivel psicosocial debe desarrollar habilidades competencias y
conocimientos, que le permitan actuar en este tipo de escenarios, no solo a nivel teórico
sino como actor transformador en el proceso psicosocial (Villa, 2012).
Urra Portillo, J.; Vázquez Mezquita, B. “Manual de psicología forense”. Siglo XXI,
Madrid, 1993.