Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Amigas y amigos,
Ya son 18 años, 18 largos años de espera que venimos arrastrando como una losa. Una
espera que se ha hecho cada vez más pesada y menos soportable.
Entre los grandes obstáculos erigidos por Marruecos en el camino del referéndum quie
ro referirme a uno especialmente significativo. Cuando la ONU empezó las tareas de
identificación de los electores, oleadas de civiles marroquíes, alentados y organiz
ados por el régimen marroquí, invadieron el territorio saharaui. Miles de ellos fuer
on presentados ante la Comisión de Identificación de la ONU alegando un supuesto ori
gen saharaui irreal y reivindicando el derecho a votar. En el año 2000, tras largo
s y arduos trabajos, la Comisión de Identificación logró cerrar la lista definitiva de
electores, dejando fuera de ella a la inmensa mayoría de los falsos votantes. Ese
hecho demostró a Marruecos que el cuerpo electoral, como era lógico, estaba compues
to esencialmente por gente originaria del territorio y que, por consiguiente, es
taba condenado a perder la batalla del referéndum si éste llegaba a celebrarse. A pa
rtir de entonces comenzó otra etapa en la obstrucción al proceso de paz, esta vez co
incidiendo con el fallecimiento del rey Hassan II y la entronización del príncipe he
redero. Poco tiempo después de asumir el poder, el nuevo monarca renunció a todos lo
s compromisos anteriores del Estado marroquí, incluyendo el relativo al referéndum,
y se dedicó a forzar otro tipo de enfoques bajo el nombre de "tercera vía" o solución
a la medida marroquí.
La frustración generada por la falta de perspectivas de un arreglo pacífico y la parál
isis del proceso de paz, hicieron que la resistencia pacifica en las zonas ocupa
das experimentara un salto cualitativo. Una vez puestos en libertad por parte sa
haraui los prisioneros de guerra marroquíes, las autoridades marroquíes, por presion
es internacionales, se vieron obligadas a liberar a numerosos presos políticos y a
ctivistas de derechos humanos saharauis, si bien, al propio tiempo, crecía el dete
rioro déla situación de los derechos humanos en las zonas ocupadas. La nueva situación
propició el desencadenamiento de la sublevación pacífica o "intifada", como expresión d
el rechazo unánime de los saharauis en las zonas ocupadas a la invasión extranjera y
de su apego a la libertad y a la independencia nacional. Con ello se ha puesto
de manifiesto una nueva realidad corroborada repetidamente por las grandes agenc
ias e instancias defensoras de los derechos humanos en informes en los que, ince
santemente, se denuncian las violaciones de derechos humanos y las prácticas inhum
anas por parte de las autoridades marroquíes.
La" intifada" ha constituido pues, la respuesta idónea y la acción que hizo fracasar
todas las iniciativas colonialistas, especialmente el invento llamado "propuest
a autonómica" y uno de sus principales instrumentos o "CORCAS", cuya finalidad no
era más que la de simular una representatividad de los saharauis fuera del Frente
POLISARIO. La intifada en las zonas ocupadas ha pulverizado toda esta política col
onial a la que Marruecos respondió con una represión sin precedente. El testimonio d
e numerosas organizaciones humanitarias constituye la mejor prueba.
Amigas y amigos,
El movimiento solidario ha estado presente en cada una de las etapas evolutivas
de la lucha del pueblo saharaui. Con su acción desinteresada no ha dejado de soste
ner a la causa saharaui y contribuir a su difusión en todos los espacios. Infinida
d de seminarios, foros y manifestaciones de toda índole se han desarrollado tanto
en el extranjero como en los campamentos de refugiados y en las zonas liberadas.
De estos destacan por su impacto internacional el seminario conjunto de las uni
versidades públicas españolas y las instituciones saharauis, el festival de Cine del
Sahara, Sahara Maratón y otras iniciativas no menos importantes para el impulso d
e proyectos de desarrollo, reconstrucción y repoblación de las zonas liberadas, zona
s donde una enorme población civil saharaui hace vida normal, aunque el régimen marr
oquí trate de ignorar esta realidad, calificando esos amplios espacios de nuestra
geografía de "zona tampón" o área desmilitarizada.
Amigas y amigos
Quisiera aprovechar la ocasión que me brinda este encuentro de carácter académico para
referirme a ciertas alegaciones que recurrentemente se evocan en ciertos medios
políticos y mediáticos en relación con el problema del Sahara Occidental.
Por ejemplo, se dice que la ocupación del Sahara Occidental es clave para garantiz
ar la seguridad y estabilidad interna de Marruecos. Esta es una aseveración errónea
y disparatada, en primer lugar porque la estabilidad de Marruecos hoy en día es mu
y relativa. De acuerdo con los parámetros de desarrollo humano Marruecos ocupa el
puesto 123, uno de los más bajos a escala mundial. Numerosos estudios estratégicos c
oinciden en que los recursos financieros derrochados por el régimen marroquí para co
nservar la ocupación del Sahara Occidental son más que suficientes para resolver tod
os los problemas económicos y sociales de ese país y que se habrían preservado mejor s
u estabilidad y seguridad si se hubiesen invertido en planes de desarrollo. Desd
e el comienzo de la guerra Marruecos ha gastado no menos de 120 mil millones de
dólares en equipos militares y otros costes de la ocupación.
.En este periodo, además, han emergido y crecido movimientos y organizaciones extr
emistas, dirigidos y integrados por marroquíes, que protagonizaron acciones terror
istas tanto en el interior como en Europa o Irak. Aumentó alarmantemente el paro,
especialmente entre los jóvenes marroquíes de donde proceden muchos de los que abord
an las pateras de la muerte o que terminan engrosando la emigración ilegal.
La agresión marroquí al Sahara Occidental ha significado más tensiones y conflictos en
la región, bloqueando hasta ahora el proyecto de unión del magreb árabe y todos sus p
lanes de desarrollo y de cohesión política y económica.
Por tanto, alentar a Marruecos en su ocupación del Sahara Occidental no es la mane
ra más inteligente de contribuir a su estabilidad y desde luego no ayuda a resolve
r los problemas de la emigración ilegal o a alejar el espectro del terrorismo. Por
lo demás, se trata de un planteamiento inmoral e injusto: pretender sacrificar lo
s derechos nacionales de los saharauis para arreglar los problemas internos del
régimen marroquí es una posición tan condenable como inaceptable.
Sólo una solución justa, que respete la legalidad internacional permitirá que se den l
as condiciones para fortalecer la seguridad y la estabilidad permanentes. Es lo
que además promoverá la democracia y los derechos humanos en la región, máxime si se tie
ne en cuenta que la parte saharaui ha ofrecido repetidamente todas las garantías e
conómicas, políticas y de seguridad, en caso de que el proyectado referéndum arroje un
resultado favorable a un estado Saharaui independiente.
También hay quienes alegan que los saharauis no poseen los factores de viabilidad
para un Estado y que, de establecerse, será un bastión para el terrorismo, el extrem
ismo y la violencia. Nada más lejos de la realidad; los saharauis cuentan con todo
s los elementos de viabilidad como Estado. Incluso si esa viabilidad se mide por
el factor demográfico, los saharauis son mucho más numerosos que muchos estados hoy
miembros de las Naciones Unidas.
Por otro lado los recursos económicos del país: fosfatos, hierro y otros minerales más
los amplios recursos pesqueros existentes son fundamentos económicos más que sufici
entes para garantizar la independencia y la soberanía del Sahara Occidental.
En cuanto a la sociedad Saharaui, es bien sabido y fácilmente constatable, que es
una de las más tolerantes, con mayor sentido del civismo y más respetuosa con las li
bertades individuales y colectivas. Es un ejemplo de igualdad en derechos entre
el hombre y la mujer y donde ésta goza de una posición respetable.
En el contexto del proceso dirigido por el Frente POLISARIO los saharauis han ac
umulado una experiencia democrática notable, dotándose de instituciones e instancias
tanto del poder ejecutivo como del legislativo y judicial que han consolidado e
l sistema democrático.
Por otro lado es conocido por todos que los saharauis nunca se han involucrado e
n acciones terroristas en ninguna parte del mundo, pese a los intentos de Marrue
cos por implicar a saharauis en este tipo de conductas. Los grupos extremistas y
violentos sólo crecen en ambientes de injusticia y de opresión, donde brillan por s
u ausencia las libertades y la democracia real tal y como sucede en Marruecos. N
o en sociedades como la saharaui donde impera la justicia social y la tolerancia
y se respetan las libertades individuales.
Amigas y amigos:
La solución del conflicto del Sahara Occidental debe basarse en principios sólidos d
e legalidad, que tengan en cuenta la esencia, la naturaleza del problema en sí, y
la cuestión planteada aquí es un problema de soberanía, de descolonización, desde todos
los puntos de vista. Dado que la cuestión de la soberanía, la potestad de decidir sólo
le corresponde al pueblo, pues éste es el que posee la capacidad para tomar la de
cisión final, si bien ello no implica dejar al margen consideraciones políticas e in
tereses dé todas las partes.
La propuesta marroquí llamada "autonomía" es inadmisible porque pretende vaciar de c
ontenido el principio de autodeterminación y escamotear el elemento esencial de so
beranía; por consiguiente no es, ni de lejos, una solución intermedia o de compromis
o, porque la parte marroquí se asegura de antemano una carta triunfante en este ju
ego que propone, mientras que a los saharauis los condena a ser la parte perdedo
ra. No es ni puede ser la base para una solución democrática.
El Consejo de Seguridad afirmó en su momento que el plan Baker era la mejor solución
, pero, como se dijo anteriormente, Francia obstruyó su aplicación. Al aceptar dicho
plan el FPOLISARIO tuvo que hacer concesiones importantes y dolorosas para dar
una oportunidad a la paz. Ya no quedaba más por conceder, aparte de los cinco años d
e espera en el llamado periodo transitorio bajo la supervisión marroquí. El FPOLISAR
IO ofreció garantías significativas a la parte Marroquí en caso de triunfar la opción sa
haraui en el referéndum y entre éstas destaca por su relevancia la concesión de nacion
alidad a los colonos marroquíes.
La solución democrática, la que se ajusta a la legalidad internacional y respeta la
voluntad de los saharauis, es la única vía aceptable y el único camino para crear un c
lima dé confianza, de cooperación y de paz duradera.
Hoy urge encontrar un mecanismo para la protección de los derechos humanos de los
civiles saharauis en las zonas ocupadas. Creemos que la continua violación de los
derechos humanos, en circunstancias donde no hay progresos hacia la solución justa
y pacífica, deja abiertas las puertas para la confrontación, aumenta la incertidumb
re, puede llevar a un fracaso de los esfuerzos desplegados y, por consiguiente,
podría generar una nueva situación de tensiones y violencia en la región.
Nosotros desde aquí queremos reclamar un cambio de posición urgente por parte de Fra
ncia en relación a la situación de los derechos humanos en las zonas ocupadas. También
pedimos al gobierno de España que tenga una posición más resuelta asumiendo la respon
sabilidad histórica que le corresponde en este conflicto.
Señoras y señores
El Frente POLISARIO ofreció su pleno apoyo al nuevo representante personal del Sec
retario General de la ONU, Cristopher Ross, en sus esfuerzos por lograr una solu
ción pacífica que garantice al pueblo Saharaui el ejercicio de sus derechos. No obst
ante la posición marroquí no invita al optimismo. Si persiste en esta actitud y no s
e mueve de las posiciones conocidas, el fracaso será el resultado inevitable de es
ta nueva mediación.
Como sabéis, amigos y amigas, el decimosegundo congreso del Frente POLISARIO celeb
rado a finales del 2007 confió a la presión política actual la misión de reexaminar de m
anera global la situación y de modo especial el proceso de negociaciones con Marru
ecos. De no producirse avances sustanciales esta dirección, está llamada a tomar las
medidas apropiadas incluidos los preparativos de cara a una posible opción bélica.
En consecuencia el liderazgo saharaui se siente responsable y emplazado a dejar
clara una posición ante los congresistas, asumiendo las decisiones pertinentes ant
e un congreso del cual apenas nos separa año y medio. Ello quiere decir que o bien
el proceso avanza con seriedad hacia la solución pacífica o se hace inevitable el g
iro hacia la vía militar. No deben perder de vista que al pueblo y, de modo muy es
pecial a la gente joven, se sienten frustrados, se le va agotando la paciencia,
no deja de presionar para que se aclare la posición, que son más radicales que la pr
esión y no ocultan su entusiasmo frente a la acción bélica en caso de fracasar las neg
ociaciones y mediaciones pacíficas.
Por ello queremos llamar la atención a la Comunidad Internacional para que asuma p
lenamente su responsabilidad, ejerciendo presiones sobre Marruecos a fin de cesa
r su actitud de burla y de obstrucción a la legalidad internacional. Son 18 años de
espera y la solución pacífica no termina por llegar, ya es más que suficiente; Marruec
os tuvo oportunidades que no supo aprovechar. El periodo transitorio en el plan
Baker conlleva garantías suficientes. Marruecos puede apostar por cualquier cosa m
enos hacer capitular a los saharauis o pretender forzarles a renunciar a sus der
echos y aceptar el hecho consumado. 33 años de combate por parte de los saharauis,
su tenaz resistencia y su continuo rechazo a la ocupación, son hechos contundente
s de los que Marruecos debería de sacar conclusiones apropiadas.
Fuente: Discurso en las III Jornadas de las Universidades Públicas Madrileñas sobre
el Sáhara Occidental, celebradas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid los días 26 a
29 de mayo de 2009.