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Algunas pistas en esta dirección pueden ser encontradas en el contexto del mundo
ecuménico que, a pesar de los pasos tímidos en Colombia, han venido siendo
construidas con paciencia.
Hoy tenemos que recatar las esencias de la proclamación del evangelio que no se
queda callado ante las injusticias, tenemos que reforzar la tarea profética de
denuncia y anuncio. Creo que el quehacer profético hoy debe ser asumido en
conjunto a fin de que como las diferentes partes del cuerpo, cada una aporte su
experiencia y determinación. Esa proclamación profética puede ser asumida como
el reto para la consecución de una paz duradera que puede estar bajo unos
principios que respondan a la construcción de la esperanza.
Como colombianos, las víctimas de la violencia son personas que tienen vulnerados
sus derechos. Derechos fundamentales y derechos económicos, sociales y
culturales que son consagrados constitucionalmente. Ante esto como iglesias y
organizaciones religiosas estamos en un proceso de aprendizaje para utilizar más
efectivamente los medios y los instrumentos que nos otorgan la constitución y las
leyes para velar y ser defensores de la vida, la paz, la justicia y la libertad de
1
PEREZ Diego. Red Ecuménica de Iglesias y Organizaciones Cristianas de Colombia. Plan Trienal 2004-
2006. Bogotá, 2003. p. 22 (Texto borrador sin publicar)
2
Id. Ibid. p. 23
nuestros conciudadanos y de nosotros como sujetos activos de nuestra sociedad.
Este es un quehacer propio de la actividad política de la iglesia y que en buena
hora hemos comenzado. Las Iglesias y sus miembros hacen parte de la sociedad
civil y como tal deben propender por los derechos humanos, el DIH y las garantías
consagradas en la Carta Internacional de Derechos Humanos y en la Constitución
de nuestro país.
El hecho del desplazamiento es reconocido por los y las afectadas como una gran
injusticia que se suma a los grandes desatinos del Estado. En algunos casos hay
gran resentimiento que sumado a los atropellos y desconocimiento de la dignidad
humana por parte del Estado, provoca un anhelo de hacer justicia por sus propias
manos. Aquí somos llamados como iglesias a asumir un papel de liderazgo y ser
medio de conciliación. Así como Jesús fue voz de los que no tenían voz, queremos
ser activos en nuestro papel de incidencia ante las autoridades en cualquiera de
sus niveles para salvar vidas. Así como Ester nos enseña con su acción ante el
poder “si cayo también moriré” (Ester 4)
San Marcos 8:2ss nos muestra a Jesús y su preocupación por atender las
necesidades primarias de aquellos que le siguen “tengo compasión de la gente” no
se detiene a preguntar si son de El o no. Después de estar tres días compartiendo
la palabra, Jesús ordena a sus discípulos que les den comida.
Es por esa motivación que urge establecer estrategias que atiendan las
necesidades básicas de la gente y, junto con esto, se implemente un
acompañamiento, que con las actividades pedagógicas, lleve a la organización y
capacitación de los líderes y la comunidad de desplazados para generar procesos
de autogestión y desarrollo.
3
Cita del padre Rafael Castillo en: ANÁLISIS DE LA INTERVENCIÓN EN LAS ZONA SUR Y CENTRO DEL
DEPARTAMENTO DE BOLÍVAR. 2003 (Texto borrador Sin Publicar)
4
Id. Ibid.