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Servicio militar obligatorio en Latinoamérica

Servicio militar uruguayo

Las Fuerzas Armadas uruguayas insertaron la estrategia militar norteamericana

de defensa hemisférica durante la Segunda Guerra Mundial. La cuál llevó al gobierno

uruguayo a aprobar un conjunto de legislaciones para garantizar su defensa y

comprometer su ciudadanía. Que tras su culminación el proyecto del Servicio Militar

Obligatorio Uruguayo se vio malogrado. El nacimiento del peronismo, se visualizado

para el enemigo nazi-fascista, también contribuyó a incrementar los temores de un

conflicto y así justificar los planes defensivos y evaluar la inserción geopolítica del país

en el orden de la posguerra.

En la primera mitad del siglo XX las relaciones regionales y la estrategia de

defensa de Uruguay se basaron en el equilibrio de poderes2. La Segunda Guerra Mundial

presentó un nuevo escenario que obligó a la dirigencia política uruguaya a realizar un gran

esfuerzo de análisis e interpretación de la realidad y a replantearse el papel del país en el

mundo. Si bien Uruguay tenía vínculos importantes con Washington, hasta 1939 era Gran

Bretaña su referente internacional y, en gran medida, su respaldo en caso de conflictos.

Sin embargo, el viejo amigo ya no era el de otrora y en la dinámica de la guerra Estados

Unidos sería el factor determinante en la geopolítica del Río de la Plata.

En consecuencia, el país –aliado y alineado con la “democracia”– ofreció su privi-

legiada posición geopolítica. Así, cuando el gobierno de Alfredo Baldomir rompió rela-

ciones con el Eje, en enero de 1942, y después cuando el presidente Juan José de Amézaga

declaró la guerra a Alemania y a Japón, en febrero de 1945, el país quedó atado a la

estrategia militar de Occidente y al sistema panamericano de defensa patrocinado por


Estados Unidos. Primero para “combatir” a los enemigos lejanos y luego, a partir de junio

de 1943, con la llegada de los militares nacionalistas al poder en Argentina y con el

advenimiento del peronismo, el enemigo dejó de ser distante, para volverse tangible y

cercano. Este escenario geopolítico, regional y mundial, contribuyó a la intensificación de

las relaciones con Brasil. El gobierno uruguayo compró armas en Brasil, negoció

asesoramiento militar y acuerdos, detrás de los cuales, casi siempre, estaba la tutoría

norteamericana amparándolo y sirviendo a su estrategia de domesticar a Argentina, que

proclamaba sus intenciones nacionales, fuera de la órbita de Washington.

Asimismo, en este trabajo se muestra cómo la Segunda Guerra llevó al gobierno

uruguayo a aprobar un conjunto de leyes para salvaguardar la defensa del país e

involucrar a la ciudadanía en la materia, como fue el frustrado proyecto del Servicio

Militar Obligatorio (SMO) auspiciado por las Fuerzas Armadas que se aprovecharon del

contexto para adquirir visibilidad en un país de tradición civilista.

Dato Curioso

En febrero de 1940, el general colorado y liberal Alfredo Campos10, ministro de

Defensa Nacional, presentó un proyecto de ley de Instrucción Militar Obligatoria, que no

contó con el beneplácito del Parlamento y fue combatido en la prensa de “todos los

partidos políticos”11. Incluso, diputados colorados “le respondieron que no podían

suscribir moralmente un proyecto de ley sobre enseñanza militar en tanto que el primer

magistrado se había comprometido en el curso de su campaña electoral, a no tomar

iniciativas en esa materia”12. Renunció ante la falta de apoyo político. Alfredo Baldomir

decepcionado dirigió un duro mensaje a la clase política por negligencia, apatía, oposición
e incomprensión de “los problemas que afectan a la existencia orgánica de las fuerzas

armadas.

Figura NºX (). Uruguay en la Segunda Guerra Mundial. Recuperado de:

https://www.google.com/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&ved=2ahU

KEwixfS04rHmAhXHwFkKHZs2BXYQjRx6BAgBEAQ&url=https%3A%2F%2Fsites.

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Servicio marcial de Colombia y Perú

Los diferentes aspectos del servicio militar obligatorio en Perú y Colombia de

1919 a 1933: durante el proceso de reclutamiento, los orígenes de los soldados (sociales,

«raciales» y geográficos); su paso por los cuarteles de los ejércitos de ambos países. Las

fuentes principales que son documentos de archivos militares de Estados Unidos y

Francia, como lo son escritos de oficiales peruanos y colombianos. El método es

comparativo y muestra claramente rasgos comunes como la precariedad que afectaba a

todos los aspectos del servicio.

En el paso del siglo XIX al XX los ejércitos de América latina se transformaron

uno tras otro, empezando por el de Chile, mediante un proceso doble: reforma militar

(proceso nacional) y transferencias militares directas o indirectas de una potencia europea


(proceso internacional). Los ejércitos necesitaban asegurar un flujo continuo de soldados.

En los diferentes países se aprobaron entonces leyes sobre servicio militar obligatorio

inspiradas en modelos transoceánicos. Si bien es cierto que la reforma y las transferencias

han recibido algo de atención por parte de los historiadores, al servicio militar le han

prestado muy poca y casi ninguna a los soldados, el componente humano más grande de

cada ejército. El propósito de este artículo es empezar a llenar ese vacío historiográfico

mediante la comparación de los casos de Perú y Colombia. ¿Por qué estos dos países?

Porque las fuentes de transferencias militares que escogieron para poner en marchas sus

reformas — Francia en Perú y

Chile, Suiza y Alemania en Colombia— permiten contrastar dos procesos

paralelos pero diferentes. Sus resultados, además, se pusieron a prueba de 1932 a 1933 en

un conflicto de frontera, después de que un grupo de ciudadanos peruanos, civiles y

militares, tomara por la fuerza el puerto colombiano de Leticia, en la orilla del Amazonas

— en adelante Conflicto de Leticia—. Por su carácter excepcional, este conato de guerra

revela aspectos de la vida

diaria de los soldados difíciles de encontrar en archivos y bibliotecas. De hecho,

la bibliografía sobre servicio militar obligatorio y soldados es reducida al extremo2 y el

panorama en los archivos militares es aún peor: en Colombia, donde las dictaduras fueron

la excepción, paradójicamente el acceso de los historiadores civiles al archivo militar es

restringido; por el contrario, el Centro de Estudios Histórico-Militares del Perú mantiene

abiertas sus puertas a los investigadores pero la falta de índices para los documentos del

siglo XX hace casi imposible llevar a cabo una investigación exhaustiva. Por fortuna,

migajas de información puede recogerse con paciencia en archivos militares extranjeros,

en particular en los de Francia y Estados Unidos. Estos países nombraron en varios


momentos agregados militares. Los norteamericanos habían trabajado en Lima en 1898 y

luego entre 1907

y 1912, y en Bogotá, en 1908 y de nuevo entre 1915 y 1916. A partir de 1919 sus

estadías fueron más prolongadas: en Colombia estuvieron de 1919 a 1920 y de 1927 a

1932, y en Perú, de 1919 a 19324. El aumento del interés de Washington por los ejércitos

suramericanos se debió sin duda a la posición de poder en la que quedó al final de la Gran

Guerra.

Dato Curioso

El poder inmenso de la iglesia unido a los medios reducidos del ejército más

reducidos en Colombia que en Perú tenían consecuencias sobre el reclutamiento. En

Perú, de acuerdo con el jefe de la sexta Misión Militar Francesa (1919-1922): «La

inscripción no ha sido llevada con honradez, nunca se han hecho las transferencias de

edades…». No se conocía la población militar del país pues «la depuración de los

registros» se había hecho de manera superficial en el mejor de los casos.

Figura NºX .Noticias en América latina. Recuperado de:

https://www.google.com/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&ved=2ahU

KEwj9y_jK47HmAhWx1FkKHX0SAawQjRx6BAgBEAQ&url=https%3A%2F%2Fww

w.bbc.com%2Fmundo%
Los documentos de archivo se suman fuentes publicadas, sobre todo los informes

anuales del ministro de Guerra al Congreso de Colombia y algunos escritos de oficiales o

suboficiales que tienen que ver, total o parcialmente, con el Conflicto de Leticia. El cese

al fuego firmado en 1933 marca el límite de la investigación, cuyo marco temporal

coincide entonces políticamente en Perú con los gobiernos consecutivos de Augusto

Leguía (1919-1930 conocidos como Oncenio) y los de Luis Sánchez Cerro (1930-1931 y

1931-1933), y en Colombia, con las tres últimas presidencias (1918-1930) de lo que ha

sido llamado Hegemonía Conservadora (1885-1930) y la primera del partido Liberal en

el siglo XX (Enrique Olaya Herrera, 1930-1934).

Dato Curioso

El acontecimiento más relevante de la estrategia de defensa colombiana en 1940

fueron las negociaciones con Estados Unidos para instalar bases aeronavales en su

territorio. En octubre se celebró en el país una importante reunión entre los representantes

de los ejércitos y la marina norteamericana y colombiana con el objetivo de abordar el

tema de la cooperación militar para garantizar la defensa de América.

Figura NºX. Perú 2da Guerra Mundial- Participación. Recuperado de:

https://utopisticahistorica.files.wordpress.com/2015/03/desborde-popular.jpg
Referencias Bibliográficas

 Cerrano, C., & López-D’Alesandro, F. (2018). Las Fuerzas Armadas uruguayas

durante la Segunda Guerra y el advenimiento del peronismo (1939-1945). Historia

(Santiago).

 Toche, E. (2008). Guerra y democracia: los militares peruanos y la construcción

nacional. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO.

 De la Parra, E. P. (2003). Las infanterías invisibles: mexicanos en la segunda guerra

mundial. Historia Mexicana, 1021-1071.

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