El papel de la mujer en la literatura

Podemos ver que la mujer ha tomado diferentes tipos de protagonismo, empezando por la
más antigua, tenemos a Eva, que protagoniza un de las historias de la biblia nacida de una
costilla de Adán, allí se le hace referencia como la pecadora que rompió la regla.

Otro ejemplo estaría en la mitología griega, como Pandora la primera mujer, hecha por
orden de Zeus para introducir males en la vida de los hombres, después de que Prometeo,
yendo en contra de su voluntad, les otorgara el don del fuego.

Naná, la protagonista de la novela de Emile Zola con el mismo nombre, es el

contradictorio testimonio de la ingenuidad y la razón materna -que a veces vuelca
en su hijo-, y de la mujer cruel y sin escrúpulos, convertida en una especie de
cortesana de la aristocracia; fuerza incontenible e indiferente que acaba con la
vida y la fortuna de los amantes que han caído ante su hechizo y belleza, la cual
termina cuando es víctima de la viruela, y se hunde aniquilada por esas extrañas y
poderosas fuerzas que sorprenden con frecuencia a seres mezquinos y despiadados.
Tenemos también a Sherezade de las mil y una noche, quien cuenta una historia
cada noche al Sultán y el final al día siguiente, para mantenerse con vida, porque
el Sultán desengañado por su mujer ordena matar una reina cada mañana, esta
sigue así por mil y unas noches hasta ser vencedora.

La Celestina, un tragicomendia donde Celestina intenta juntar a Calisto y Melibea,

sin embargo, su codicia y la de sus sirvientes la llevan a la muerte. Podemos ver
que en la mayoría de los casos la mujer no ha tenido un buen papel pero no siempre
es así, como por ejemplo Elizabeth Bennet de Orgullo y prejuicio, o como en la
novela mujercitas, que fue una verdadera revolución, o como Jayne Eyre o la plaza
azul, sin embargo, siempre volemos atrás, con el claro ejemplo de 50 sombras de
Grey, donde la mujer vuelve a protagonizar un papel un tanto repugnante.