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EL DERECHO PENAL COMO UN CONJUNTO DE LÍMITES A LA VIOLENCIA DEL ESTADO

Una de las luchas constantes a lo largo de los siglos , ha sido la de establecer los principios que limitarán la
arbitrariedad en el uso de la violencia.
En el transcurso de los siglos se han utilizado básicamente dos formas de enjuiciamiento:
- Formas compositivas de los intereses de la víctima y del ofensor en las cuales el derecho cumple una
función de ritualización del combate para asegurar equilibrio y pacificación.
- La formulación moderna de esa circunstancia la hace Ferrajoli con la postulación de un conjunto de
principios que él denomina “sistema de garantías”, compuesto por principios del derecho penal y otros del
proceso penal. Constituyen el escudo protector
Por un lado se encuentran los principios que fijan condiciones de verificabilidad (todo aquello acerca de lo cual
hay que decir); otros principios que fijan condiciones de verificación (los modos concretos que son admisibles
para construir esa verdad); y por último una serie de principios que regulan el ingreso y el tratamiento de la
información necesaria para construir esa verdad.
Al Derecho penal le corresponde establecer los principios que precisen al máximo posible, aquello acerca de lo
cual hay que decir verdad y construir límites para evitar las distorsiones.
Los principios están previstos normativamente en la Constitución, en los pactos internacionales de derechos
humanos y en el Código Penal. Las garantías son mecanismos o técnicas que permiten asegurar la vigencia de
esos principios. Una de las funciones de los jueces es vigilar que estos principios se cumplan.
ESQUEMA DE PRINCIPIOS
PRINCIPIOS QUE LIMITAN LA CONSTRUCCIÓN DE LA ILICITUD PENAL: Principio de
exterioridad; Principio de legalidad; Principio de lesividad y de relevancia social de la acción y de la omisión; y
principio de ilicitud personal (concurrencia de personas en un mismo hecho).
PRINCIPIOS QUE EXCLUYEN LA ILICITUD PENAL; principio de proporcionalidad y de la relevancia de
la ilicitud; principio de autotutela; pricipio de coherencia del sistema normativo.
PRINCIPIOS QUE EXCLUYEN O LIMITAN LA RESPONSABILIDAD PENAL: Principio de
culpabilidad; principio de atribución personal; principio de advertencia suficiente; y principio de
corresponsabilidad social.
PRINCIPIOS QUE LIMITAN O EXCLUYEN LA APLICACIÓN DE LA PENAL: Principio de legalidad
de las penas; principio de proporcionalidad y las penas prohibidas; principio de utilidad del castigo
PRINCIPIO DE EXTERIORIDAD
LA ACCIÓN
Todo delito comienza por ser la exteriorización de una voluntad, que se traduce al mundo exterior que rodea al
agente, es decir que ha salido de la esfera subjetiva del mismo donde se ha formado.
El Estado sólo puede castigar los actos externos del hombre, y sólo en el límite del valor de ese acto.
La acción es la conducta humana manifestada como actividad (acción) o inactividad (omisión) (Nuñez).
Es la manifestación de voluntad que, mediante acción produce un cambio en el mundo exterior; o no hacer
lo que se espera, deja sin mudanza el mundo externo cuya modificación se aguarda” (Jiménez de Asúa).
Sus elementos estructurales son:
- 1) manifestación de voluntad, significa la expresión exterior de la misma, el movimiento o inacción que
traduce esa voluntad al mundo de los hechos;
- 2) el resultado, es decir, el cambio que se produce en el mundo exterior (si se trata de una actividad) o la
permanencia intacta de ese mundo exterior (si se trata de una inactividad u omisión);
- 3) el nexo de causalidad, es decir, la aseveración de que este resultado fue producido por aquella
manifestación de la voluntad.

Fases de la acción: Toda acción pasa de una faz subjetiva a una faz objetiva.
FAZ SUBJETIVA, está constituida por la voluntad (que luego es expresada por el movimiento corporal o la
inacción).
FAZ OBJETIVA, se encuentra en ese movimiento corporal o esa inacción y por el resultado producido o el
cambio en el mundo exterior, o por la permanencia sin cambio dependiendo de si es de acción o de inacción.
EL ELEMENTO SUBJETIVO DE LA ACCIÓN
El contenido subjetivo de la acción no es lo mismo que el contenido de la culpabilidad; el primero tiene que ver
con la motivación del movimiento corporal o éste ser una respuesta a la voluntad del agente (debe haber voluntad
en el agente aunque estuviese viciada la misma), lo que implica que la voluntad es causa del proceso fáctico que
se inicia en el movimiento corporal (o inacción) y termina en el resultado.
En cambio la voluntariedad como contenido de la culpabilidad abarca el acto antijurídico –el total complejo de
hecho que constituye delito-
Para firmar que existe una acción basta la certidumbre de que el sujeto ha actuado voluntariamente, lo que ha
querido (el contenido de su voluntad) corresponde al campo de la culpabilidad
NATURALEZA DE LA ACCIÓN
La doctrina se encuentra dividida, unos consideran que la acción tiene un sentido naturalista o casualista, para
otros tienen un sentido normativo – valorativo.
a) Sentido naturalista o causalista, denominada también “Teoría de la acción acromática”: Es la acción en
sentido natural (Liszt: se refiere a al concepto general), no se trata de una acción valorada por la norma jurídica.
Se debe concebir “cómo se desenvuelve en el mundo de la naturaleza, tanto el hacer como el no hacer constituyen
dos categorías de la realidad natural” si está libre de valoración es acromática o incolora (Beling).
b) Sentido normativo-valorativo, o distinto de la acción natural, consideran en común que el derecho penal
utiliza un concepto de la acción con un específico significado, pero cada una tiene un entendimiento diferente a
la valoración que corresponde.
LA ACCIÓN EN SENTIDO NORMATIVO-VALORATIVO, O DISTINTO DE LA ACCIÓN
NATURAL
Teoría valorativa: Es aquella que jurídicamente se puede atribuir a un sujeto con significación para el mismo
derecho penal. La acción en sentido penal es la acción “imputable” (Abegg, Berner, Radbruch). “La conducta
imputable que infringe la norma” ((Dohna). El concepto de la acción en el derecho penal no puede construirse
autónomamente, sino relacionándolo directamente con el concepto de antijuridicidad (Sauer). La acción
jurídicamente valorada (desvalorada) por la norma.
Teoría sintomática de la acción: Solo tiene significación en el D.P. en cuanto es la manifestación de la
personalidad delincuente del autor (escuela positivista – Florian. El hecho directamente en relación al sujeto
activo, del cual la acción es la exteriorización o representación fáctica de su personalidad o peligrosidad). La
acción aparece como el medio de conocimiento de un estado interno del agente, ya que ella es función y no el
producto del autor.
LA ACCIÓN EN SENTIDO NORMATIVO-VALORATIVO, O DISTINTO DE LA ACCIÓN
NATURAL
Teoría finalista: Es un concepto filosófico de la acción humana que no coincide con el natural o casualista. La
acción humana no es simplemente el arranque de un proceso causal, sino el “ejercicio de una actividad final”, en
el cual operan las facultades del hombre para prever, antes que actual, las consecuencias de su conducta. La acción
en cuanto a acción humana, no es un acontecer causal, sino un acontecer final. La actividad final es un obrar
orientado conscientemente desde el fin, mientras que el acontecer causal no está dirigido desde el fin, sino que es
el resultado causal de los componentes causales existentes en casa caso (Nuñez). Si el hombre al actuar siempre
se propone un fin y actúa, en la teoría del delito no se puede escindir esa finalidad para volcarla en la culpabilidad.
Dejando para el tema de la acción el solo acontecer causal, puesto que en el concepto de acción humana son
magnitudes inseparables
LA ACCIÓN EN SENTIDO NORMATIVO-VALORATIVO, O DISTINTO DE LA ACCIÓN
NATURAL
Teoría social: La acción es el proceso causal desarrollado por el hombre que produce un resultado, querido o no,
pero socialmente desvalorado. La acción penal es tal en cuanto el resultado que persigue o que puede producir,
es antisocial. Sostiene que la acción no puede ser definida exclusivamente atendiendo a las leyes de la naturaleza;
el que la acción produzca una modificación en el mundo externo físico no tiene importancia; lo que es esencial
es tan solo que implique una relación valorativa con el mundo circundante social (Maurach); por otro lado en la
vida social es de importancia no solo lo que el hombre ejecuta conforme a la meta por él querida, sino también lo
que realiza contrariamente a sus propios fines (Bockelman), por lo cual el concepto de acción debe ser configurado
de tal modo que sea susceptible de ser valorado por patrones sociales, de dejar entrever una relación con el mundo
social circundante. No importa si fue querido o no, basta con que el producir sea voluntario. Por eso es conducta
voluntaria dirigida hacia el mundo exterior social, o la realización de un resultado relevante socialmente.
LA ACCIÓN COMO COMPORTAMIENTO EXTERIOR EVITABLE
La teoría de la acción parte de una distinción esencial como es la dirección o dirigibilidad de la acción y la
dirección o dirigibilidad de los impulsos.
La acción es todo comportamiento exterior evitable, lo que significa que el autor habría podido evitar si hubiera
tenido un motivo para hacerlo.
La evitabilidad no tiene que ser conocida por el agente pero si debe referirse a sus concretas capacidades de
acción, por lo que no debe confundirse con la motivación del sujeto.
Este concepto de acción tiene la función de eliminar del ámbito del derecho penal todo hecho totalmente
irrelevante, de ello resulta como exclusión:
a) Los actos reflejo
b) Fuerza física irresistible
c) Los estados de inconciencia absoluta.
En todos los supuestos de causas de exclusión de la acción, debe verificarse previamente si la acción
inmediatamente anterior es relevante para el derecho penal, es decir, si fue evitable.
PRINCIPIO DE LESIVIDAD Y LA RELEVANCIA SOCIAL DE LA ACCIÓN Y DE LA OMISIÓN
Destinado a evitar la distorsión del uso del poder punitivo, ya que orienta el uso de ese poder hacia finalidades
exclusivamente sociales.
Destaca el carácter instrumental del Estado, nunca puede convertirse éste en un fin en si mismo; debe entenderse
a éste como un artefacto para solucionar los problemas de las personas que componen la sociedad.
La consecuencia directa del principio de lesividad es que la función del poder penal no puede consistir en castigar
una infracción, sino una acción que produce daño en el marco de un conflicto relevante.
Bajo este principio se instituye la teoría del Bien Jurídico, que nos debe indicar los criterios que impiden al Estado
seleccionar un conflicto, aun cuando el poder punitivo sea el último recurso.
CLASIFICACIÓN DE LOS DELITOS SEGÚN LA FORMA DE LA ACCIÓN
Delitos de comisión: son aquellos en los que la acción se significa en una actividad, e implica la preexistencia de
una norma que prohíbe la conducta asumida por el autor. Dicha norma procura mantener el orden jurídico evitando
las conductas socialmente dañosas.
Delitos de omisión: son aquellos en los que la acción se significa en una inactividad e implica la preexistencia de
una norma que impone la realización de una determinada conducta que el autor no asumió. Dicha norma procura
mantener el orden jurídico obligando a la realización de conductas socialmente beneficiosas. La omisión es
penalmente relevante.
Delitos de comisión por omisión o delitos impropios: Si bien la acción se significa en una inactividad, se viola
con ella una norma prohibitiva. El resultado prohibido por la norma se consuma por la falta de actividad del autor
puesto que su actividad resultaba imprescindible para que ese resultado no se produjese. Esa inactividad tiene
relevancia penal, sólo cuando el agente tiene la obligación jurídica de proteger un determinado bien jurídico, es
decir puede infringir la norma prohibitiva mediante su inactividad (enfermeros, agentes policiales).
CLASIFICACIÓN DE LOS DELITOS SEGÚN LA FORMA DE LA ACCIÓN
Delitos de silencio y de olvido: Son aquellos en los que el autor deja de adoptar la conducta prescripta por la ley
en resguardo del bien jurídico, por no poner atención al deber de cuidado que se le exigía en el caso concreto.
Delitos de acción doble, bi o multilateral: Los primeros son aquellos en los que se exige para su consumación que
el agente realice dos o más acciones, pueden ser dos acciones positivas o alguna de ellas de omisión, o de dos
omisiones. Los segundos, son los que para su consumación requieren la acción de dos personas (codelincuencia
o participación necesaria), es multilateral cuando se requiere la participación de más de dos personas
(asociaciones)
Delitos de sospecha: Hecho ni positivo ni negativo, se incriminan solamente por la sospecha (tenencia
injustificada de valores)
RESULTADO
Es el “cambio en el mundo externo del agente, por la manifestación o expresión corporal de la voluntad “o la no
mutación de ese mundo externo por la acción que se esperaba y que no se ejecuta” (Jiménez de Asua). Puede ser
tanto de orden físico como psíquico.
El resultado puede ser de daño o de peligro:
a) Es de daño cuando es real o material, cuando se produce realmente la pérdida o menoscabo del bien
jurídico protegido por la norma.
b) Es de peligro o de daño potencial cuando el hecho solo amenaza ese bien jurídico sin llegar a su efectiva
vulneración; en este caso puede ser de peligro concreto (cuando el bien jurídico protegido ha corrido
efectivamente el peligro de verse destruido o vulnerado aunque parcialmente; y de peligro abstracto (cuando el
peligro es presumido por la ley, ya que, conforme al orden natural de las cosas, la acción u omisión prohibidas
normalmente tienen idoneidad para amenazar el bien jurídico protegido, aunque el tal peligro no se hubiese
corrido efectivamente)
CLASIFICACIÓN DE LOS DELITOS POR EL RESULTADO
Delitos de resultado o materiales: Son aquellos que exigen que la conducta del actor haya producido un resultado
apreciable como cambio en el mundo externo, puede ser tanto de daño cuanto de peligro concreto.
Delitos de actividad o formales: Son aquellos en los que el delito está constituido por el mismo comportamiento
(expresión corporal de la voluntad) del autor, sin que se requiera resultado alguno que pueda apreciarse en el
mundo externo.
Delitos instantáneos: Son aquellos en los que la consumación se produce en un solo momento
Delitos permanentes: Son aquellos en los que la consumación de la acción es susceptible de demorarse en el
tiempo; son delitos que se están consumando durante un tiempo más o menos prolongado, lo que permanece es
el mismo estado de consumación. Soler dice que es una acción capaz naturalmente de prolongarse temporalmente
(retener, mantener, privar).
DELITOS DE EFECTOS INSTANTÁNEOS Y DE EFECTOS PERMANENTES
DELITOS UNISUBSISTENTES Y PLURISUBSISTENTES
NEXO DE CAUSALIDAD
Para que pueda afirmarse que el resultado ha sido producido por una determinada acción (expresión corporal o
manifestación de la voluntad), es preciso que pueda señalarse la existencia de un NEXO DE CAUSALIDAD
entre dicha expresión y aquel resultado producido.
Es preciso apreciar cuándo jurídicamente un acontecimiento es producto, verdaderamente resultado, de la
conducta del agente.
No se trata de saber, según los procesos causales naturales, cuándo el acontecimiento es un efecto de una actividad,
sino de saber cuándo la ley considera, dentro de ese proceso natural, que aquel acontecimiento es “obra” del
agente. Es decir, se trata de saber hasta dónde quiere el derecho que los hombres respondan de sus actos (Soler),
porque la ley no tiene que atenerse a los términos estrictamente naturales del proceso causal, ella “aprecia como
jurídicamente válido un determinado tipo de relación causal fáctica”
TEORÍA DE LA EQUIVALENCIA DE CONDICIONES
Para que exista causalidad a los efectos jurídicos, basta que el sujeto, con su conducta, haya puesto una condición
para que se dé el resultado.
Prácticamente es una incorporación al mundo jurídico, de los caracteres del proceso causal natural.
¿Cómo determinar que este acontecer es resultado de esta conducta?: Se da nexo de causalidad toda vez que la
expresión corporal o manifestación de la voluntad no puede eliminarse sin eliminar el resultado. Es decir cuando
aquella es una condición sin la cual no puede pensarse en el resultado; de no haberse dado en la realidad la
conducta del autor no se habría dado el resultado de que se trata.
Contrariamente: Si se llega a la conclusión de que ese resultado hubiese existido igualmente aunque no mediase
la conducta del sindicado como autor, no habrá causalidad
TEORÍA DE LA CAUSALIDAD ADECUADA
Para que exista causalidad en sentido jurídico no basta que la conducta haya puesto una condición para que se dé
el resultado, sino que debe tratarse de una condición que, en un orden natural, “regularmente” produce ese
resultado; sólo es adecuada y por tanto sólo puede ser considerada causa, aquella conducta de la cual la experiencia
enseña que “normalmente” de ella proviene el resultado.
Soler: “Solamente serán causas las que se muestran específicamente idóneas con respecto a un determinado
resultado”
TEORÍA DE LA CAUSA HUMANA
No se trata de saber cuándo una actividad o inactividad ha producido físicamente o naturalísticamente el resultado,
como en el proceso causal natural, sino de saber cuándo el hombre ha entendido referir su conducta al resultado,
cuándo ha querido esa conducta como causa.
Causa es aquella conducta que el hombre ha lanzado voluntariamente hacia el resultado. Lógicamente, lo que
acota la noción de causalidad es la noción del autor, porque en el problema jurídico de la causalidad no interesa
saber cuándo el resultado será causado por una acción, sino cuándo el imputado puede ser considerado autor
(Antolisei) y autor “es el que quiere todo el tipo delictivo, no solamente una condición”.
Tanto en el caso de la Teoría de la causalidad adecuada como el de la causa humana, trasladan el problema de la
esfera objetiva de la acción a la esfera subjetiva del autor, por tal motivo fueron bastante cuestionadas
TEORÍA DE LA ADECUACIÓN TÍPICA
En el entendido de que causa jurídicamente, es aquella que tiene importancia para el derecho, no la que
naturalísticamente produce un resultado, el problema entonces no es de la causalidad sino de la causalidad típica.
Dentro de todos los factores que en un proceso natural pueden ser considerados como causas de un resultado, es
el tipo que es reconocido jurídicamente como tal, y dentro de él, el verbo principal que expresa esa acción.
Será causa aquella conducta que se adecúa al verbo principal del tipo (Beling): Causa del homicidio es la conducta
que es adecuada para matar.
Es idéntica a teoría de la causalidad adecuada.
LA CONCAUSA
Concausas son todos aquellos factores que contribuyen conjuntamente a la producción de un resultado, en derecho
penal se denomina así a “la condición que concurre a la producción del resultado con preponderancia sobre la
acción del sujeto”
Cuando media una concausa se trata de llegar a la conclusión de si el factor que la constituye elimina o no el nexo
causal entre la conducta del hombre y el resultado.
En la teoría de la equivalencia de condiciones no se puede considerar la existencia de concausas, ya que cualquiera
que sea tal no puede ser considerada sino como una condición más, por tanto, si la concausa constituye la causa
próxima del resultado, en tanto la misma depende de una causa remota, no quiebra la secuencia causal entre esta
última y el resultado.
Si se admite en la teoría de la causalidad adecuada, para eliminar el nexo causal entre el resultado y la conducta
del sindicado como autor, ya que las concausas que operan junto con la acción del agente producen consecuencia
que no pertenecen al curso ordinario del proceso causal de dicha acción.
Ocurre lo mismo en la teoría de la causalidad típica, en la que se admite la posibilidad de concausa irruptoria del
nexo causal , es decir que ese factor elimina o quiebra la secuencia de la causalidad típica.
LA CAUSALIDAD EN LAS OMISIONES
Se trata de saber si puede hablarse de una omisión causal, es decir, si puede admitirse que la omisión sea causa
de un resultado.
Algunos dicen que sólo puede hablarse de un modo convencional, sin que ello responda a realidad alguna, pues
únicamente se puede declarar de un modo analógico que la omisión ha causado el resultado.
Normativamente, sostienen algunos, se puede hablar de causalidad en los delitos de omisión, ya que ésta se
desenvuelve en el plano normativo.
Otros criterios señalan que es posible tratar la causalidad con visión unitaria, es decir tanto en los delitos de
comisión como en los de omisión, partiendo de la acción esperada como esencia jurídica del delito. En los delitos
de omisión “el problema de la causalidad” se plantea exactamente del mismo modo que en el hacer activo, sólo
que no con referencia a la omisión como tal, sino con relación a la acción positiva pensada y a su resultado.
FAZ NEGATIVA O EXCLUSIÓN DE LA ACCIÓN
Existen situaciones en las que el sindicado como agente no se ha movido por impulsos de su voluntad, como ser:
Movimientos Reflejos; producidos por los nervios motores a raíz de un factor excitante que no ha sido puesto
voluntariamente.
Estados fisiológicos, en los que la voluntad consciente queda excluida (sonambulismo).
pueden ser también puramente fisiológicos que no pueden ser suprimidos voluntariamente (respirar)
Movimientos producidos por violencia: Referido a la violencia (vis absoluta), cuando es violentado por otra
voluntad u otra fuerza física irresistible; es diferente a la vis compulsiva que es la coacción.
Caso fortuito: causa externa
Obediencia debida: Existen criterios contrapuestos
PRINCIPIO DE EXTERIORIDAD
El programa liberal sostiene la necesidad de limitar el castigo del acto externo y sus consecuencias, pero siempre
en el plano de la exterioridad (o materialidad) y en los límites del valor de ese acto mismo, valor que debe surgir
también de su exterioridad.
La labor de la dogmática penal es el deber de sostener, fortalecer y desarrollar el principio de exterioridad, y tratar
de extraer de él todas las consecuencias posibles. Ello implica que el Estado debe castigar únicamente la acción
humana que produce efectos en el exterior (es decir, en el marco de la interacción conflictiva) y sólo en los límites
estrictos del valor que esa acción tenga dentro del marco de interacción. El castigo no puede referirse a otra cosa
que no sea la estricta punición del hecho. Salvo cuando sea utilizado para disminuir su intensidad.
PRINCIPIO DE LESIVIDAD Y LA RELEVANCIA SOCIAL DE LA ACCIÓN Y DE LA OMISIÓN
Destinado a evitar la distorsión del uso del poder punitivo, ya que orienta el uso de ese poder hacia finalidades
exclusivamente sociales.
Destaca el carácter instrumental del Estado, nunca puede convertirse éste en un fin en si mismo; debe entenderse
a éste como un artefacto para solucionar los problemas de las personas que componen la sociedad.
La consecuencia directa del principio de lesividad es que la función del poder penal no puede consistir en castigar
una infracción, sino una acción que produce daño en el marco de un conflicto relevante.
Bajo este principio se instituye la teoría del Bien Jurídico, que nos debe indicar los criterios que impiden al Estado
seleccionar un conflicto, aun cuando el poder punitivo sea el último recurso.

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