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RESUMEN ANALÍTICO EN EDUCACIÓN - RAE

Código: Versión: 01

Fecha de Aprobación: Página 1 de…

INFORMACIÓN GENERAL
Tipo de documento Revista de filosofía moral y política

Acceso al documento http://isegoria.revistas.csic.es/index.php/isegoria/article/view/32

Título del documento Kant y la Ilustración

Autor(es) La Rocca, Claudio.

Director Universidad de Génova

Publicación Julio, 2006.

Unidad Patrocinante

Palabras Claves Ilustración, razón práctica, Kant, filosofía-trascendental

1. Descripción

Es un trabajo que se propone discutir el concepto de la Ilustración desde Kant, no sin antes presentar un
breve panorama de las diversas connotaciones que adquiere el mismo, dado su carácter histórico y cultural.
Sin embargo, es desde el modelo kantiano, que el presente trabajo aborda tres aspectos: el primero, presenta
la noción de saber implícita en el lema sapere aude, haciendo énfasis en que no se trata de una razón técnica,
sino una razón que culmina en la sabiduría. El segundo, en relación al pensar por sí mismo como acto del
sujeto en el que se pone en juego la relación de la razón intersubjetiva y comunicativa. Y finalmente, se
presenta una actitud frente a las creencias religiosas en relación a la razón práctica kantiana, en donde se
señalan ciertos límites que pueden llegar a ser superados con una ulterior formalización.

2. Fuentes
 1 E. Tortarolo, L’Illuminismo. Ragioni e dubbi della modernità, Carocci, Roma, 1999, p. 12. Por error,
Tortarolo atribuye el artículo de Kant sobre la Ilustración al año 1783.
 Beantwortung der Frage: Was ist Aufklärung?, Ak VIII 35
 Horacio, Epistulae, I, 2; trad. de Horacio Silvestre en: Horacio, Sátiras. Epístolas. Arte poética, Cátedra,
Madrid, 2000, p. 361)
 F. Venturi, «Was ist Aufklärung? Sapere aude!», en: Rivista storica italiana, LXXI, nº 1, 1959, pp. 119-128.
Véase también L. Firpo, «Ancora a proposito di “Sapere aude”», en: Rivista storica italiana, LXXII, 1960,
pp. 114-117. La frase de Horacio fue el tema de una pregunta planteada en 1783 por la Academia de las
Ciencias de Múnich. Cfr. Was ist Aufklärung? Beiträge aus der Berlinischen Monatsschrift, ed. N. Hinske,
WBG, Darmstadt, 1990, p. 515
 J. G. Hamann, carta a Christian Jacob Kraus, en: Was ist Aufklärung? These und Definitionen, ed. E. Bahr,
Reclam, Stuttgart, 1984, pp. 18-22.
 (M. Horkheimer y Th. W. Adorno, Dialektik der Aufklärung. Philosophische Fragmente, Fischer, Fráncfort,
2003, p. 88

 Crítica de la razón pura, A 838, B 866. 17 Crítica de la razón pura, A 839, B 867, Ak III 542

3. Contenidos

La categoría de la Ilustración ha tenido toda una trayectoria histórico-cultural, por lo tanto, se ha visto
expuesta a diversas críticas respecto a sus alcances en términos de la valoración y guía que puede ejercer
sobre las cuestiones humanas, haciéndose referencia específicamente a la razón. Por lo cual, se hace posible
hablar de una crisis de este modelo de Ilustración, de los alcances que este tiene y de las múltiples
connotaciones que de allí se desprenden, como por ejemplo las neo-Ilustraciones. Sin embargo, el presente
trabajo se centra en el modelo de la Ilustración de Kant a partir de los análisis centrales del mismo, con el
fin de traer a colación en la contemporaneidad un proyecto moderno, en términos de Habermas <<un
proyecto inacabado>> de la modernidad, que se logré distanciar de las confusiones y objeciones de las
demás Ilustraciones que no presentan un carácter general; de ahí que, comprender un modelo de razón
implique analizar los aspectos éticos, políticos y religiosos como una consecuencia de la misma.

1. Saber
Para comenzar, resulta pertinente hacer referencia al lema “Sapare-aude” apropiado y citado en
diferentes obras de Kant como el lema de la Ilustración, al cual ha otorgado diferentes connotaciones,
haciendo referencia principalmente a un saber y entendimiento alcanzado por el sujeto, así pues con este
lema se hace alusión a la manera en que el ser humano se sirve de su propio entendimiento, es decir un
pensar por sí mismo. Lo anterior, tiene implicaciones en un acto de decisión y un esfuerzo de voluntad, lo
cual incluye las mismas virtudes y sentimientos de naturaleza ética.

Sin embargo, para no caer en las contradicciones que un “pensamiento autónomo” puede traer, como por
ejemplo al tratarse de un solipsismo de aquella razón que se cierra a otras instancias, es necesario profundizar
un poco en la relación que desde el modelo de la Ilustración de Kant se establece entre filosofía y sabiduría,
estableciendo que, la sabiduría requiere de un proceso metódico dirigido por la razón. Allí, Kant establece
el entendimiento como una <<máxima de la Ilustración>>, junto con la capacidad de juzgar y la razón, y
adjudica que el hombre es el fin de la naturaleza en tanto que el conocimiento le pertenece a sus propios
fines verdaderos y necesarios, según el momento histórico y cultural, al respecto es posible decir que,

Dicho de otra manera: el hombre es el fin de la naturaleza sólo porque es el ente que en la naturaleza puede
interpretar la tarea de dar fines, y además sólo si consigue interpretar plenamente esta tarea, moviéndose en
el horizonte de un fin que no tenga necesidad de fundaciones extrínsecas, ni en la naturaleza ni en un Dios.
(La Rocca, 2016, pág. 115).

Así pues, según Kant desde un proceso de racionalidad formal el hombre es quien toma sus propios fines
a partir de la lógica interna de su propio funcionamiento y reconoce unas condiciones tanto históricas como
fácticas de su propio ejercicio. Es así como, es imprescindible diferenciar dos tipos de razones, por un lado
la razón ilustrada en el sentido de la actuación humana histórica y la razón procedimental, entendida como
la instrumentalización del saber, pues se trata de un <<técnico del saber>>. La diferencia entre estos dos
tipos de razones radica en que,

Esta racionalidad dependiente de fines prefijados, en última instancia económica, corresponde a ese ámbito
que en el artículo sobre la Ilustración de 1784 Kant concibe como el campo del uso «privado» de la razón. A
este uso se contrapone la filosofía en el sentido auténtico de la palabra, como —escribe Kant— «doctrina del
fin final de la razón humana», la cual posee un «valor incondicionado» que se expresa en la sabiduría como
precepto de tender «al menos» hacia ese fin. (La Rocca, 2016, pág. 117).

La diferencia del uso público de la razón, radica en que esto no depende de ningún fin prefijado, sino
que la naturaleza de la racionalidad se halla en el <<fin final>> que conlleva el proceso sistemático de la
razón, en donde subsiste la posibilidad del libre sentido de la actuación. En ese sentido, la autonomía también
es una necesidad por parte de “…la razón como parte de su propia lógica, de contribuir a la institución de
las condiciones de una posibilidad compartida universalmente de configurar libremente las propias
experiencias de sentido”. (La Rocca, 2016, pág. 118).

2. Pensar por sí mismo


El carácter objetivo de la filosofía debe ser netamente sistemático, de ahí que sea posible interpretar el
«pensar por sí mismo», en tanto que, se trata de las posibilidades de sentido que nos habla el nombre «fin
final» como naturaleza del hombre, pues ello, representa un proceso de racionalidad que se despliega de lo
que Kant denominó como «gran consejo de la razón humana», haciendo referencia a un proceso de
construcción al que todo hombre puede acceder.
Como ya se hizo referencia en el anterior apartado, es necesario tener precaución con la forma más
peligrosa de heteronomía, entendiéndola como las condiciones subjetivas privadas del juicio que pueden ser
ocultas a través de una apariencia de autonomía.
En continuidad, resulta pertinente comprender y reiterar la cuestión que la máxima de la razón de «pensar
siempre en consonancia consigo mismo» sólo se puede realizar mediante la conjunción de las dos primeras
máximas, la del entendimiento y la de la capacidad de juzgar. (pág. 120). Establecer dicha relación, requiere
un uso de la razón participativa y preguntarse el porqué de los principios globales del ejercicio efectivo de
la propia razón, es una operación de extensión-generalización del uso de la propia razón, incluyendo
mediante el momento participativo-comunicativo la razón de los demás, es decir, una consideración ya no
puntual, sino global del funcionamiento del pensamiento. La interconexión de las máximas expuestas en la
Ilustración de Kant, conducen a la sabiduría y a ésta sólo puede acceder el hombre por sí mismo, “La
sabiduría misma es vista, en consonancia con la definición de Ilustración, como algo que «ni siquiera en el
menor grado» puede ser «infundido» por otra persona, sino que cada cual «ha de hacerla surgir de sí
mismo».” (La Rocca, 2016).

Por lo anterior, Kant hace referencia a una razón que produce un movimiento doble de independencia
subjetiva respecto de la tradición y el entendimiento intersubjetivo, siendo estos orientados hacia unas
preguntas últimas de la humanidad que se interesen en un sentido unitario de lo real. “. Aquí, la tarea de la
razón ilustrada no es llenar de respuestas el horizonte de posibilidad del sentido que nos interesa a todos,
sino conservarlo como la forma, como el espacio libre para experiencias individuales de sentido.” (La Rocca,
2016, pág.120).

3. Religión
Siguiendo la lógica de la razón en la Ilustración de Kant, el lenguaje religioso ya no podría ser
considerado como el lenguaje de un saber, en tanto que, se establece que allí el hombre puede tener “ciertas
posiciones teóricas” posibles de alcanzar por el camino de la primacía de la razón práctica, es decir, le exige
un ejercicio concreto de una actitud moral en la que se implique un tipo de confrontación conceptual, La
Rocca (2016) lo explica al decir que,

…las dimensiones representadas por la mortalidad y por el curso fáctico de las cosas en el mundo (las dos
fuentes de tensión espiritual que la asunción kantiana de la inmortalidad del alma y de la existencia de Dios
como garantes de un destino sensato del mundo quería resolver y que siguen representando dimensiones que
plantean cuestiones absolutas a todo sujeto agente). (pág 125).

Pese a ello, la razón no puede superar mediante ciertas posiciones teóricas la contingencia de la religión
que trasciende el sentido de la actuación, pues la fe por sí sola no alcanza el status de comunicabilidad
universal ya que es un acto moral efectivo, personal, el hombre actúa sobre la base de las leyes morales y
no bajo las mismas. En el status de la fe moral nivel filosófico-transcendental, sólo se puede afirmar la
posibilidad actitud de fe; tales limitantes, en cierta medida se pueden responder con una formalización
ulterior de la razón que se consumaría en la apertura del espacio libre y pacífico de la búsqueda humana
del sentido.

3. Metodología

4. Conclusiones

En conclusión, este texto deja abiertas varias posibilidades de sentido y pensamiento, uno de ellos, en
relación a que el análisis del modelo de la Ilustración de Kant, desde estos aspectos específicos posibilita
continuar construyendo y pensando en un proyecto de razón en la contemporaneidad, además de lograr
esclarecer y diferenciar las otras formas de concebir la Ilustración de la que se propone en el modelo
kantiano, de ahí que es posible comprender como el concepto de la razón en este autor ha sido tergivizado.
Otro aspecto fundamental, resulta ser el nivel conceptual que se le otorga a la filosofía desde este
modelo, pues desde allí la filosofía es un esfuerzo para llegar a la sabiduría, no como una doctrina del saber
sino como una idea objetivable (una ciencia posible), afirmando La Rocca (2016) que,
La filosofía, como idea objetiva «de una ciencia posible», puede convertirse en una instancia de
examen y orientación si se ocupa sin reducciones de los intereses de la humanidad que se dirigen a
visiones globales y al mismo tiempo pone críticamente límites al «deseo de saber» que la tradición
y los numerosos «tutores» que se ofrecen al hombre pretenden satisfacer demasiado fácilmente.
(pág. 122).

Finalmente, resulta clave comprender como Kant considera el entendimiento, la capacidad de juzgar y
la razón como los fundamentos de su noción de Ilustración y como este es un proceso inacabado en el ser
humano, pues intersubjetivamente este debe atravesar un proceso ulterior de formalización, hacia el «vivir
por sí mismo», esto siempre con una actitud crítica autorreflexiva desde la cual sea posible establecer
formas de discurso independientes frente al ámbito político, ético, científico, religioso y estético.

Elaborado por Andrés Panche, Andrés Acosta, Alejandro Medina, Laura Carranza

Revisado por

Fecha Elaboración
18 Octubre 2019
Resumen

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