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EL SUFRIMIENTO: UN MAL INNECESARIO

El dolor existe, tanto el físico como el emocional.


No me referiré en ningún momento al dolor físico.
El dolor emocional, se debe íntegramente a la no aceptación
de la realidad.
El sufrimiento, por el contrario, no tiene existencia, no es real:
es exclusivamente mental, imaginario.

Si damos un golpe con un martillo en los dedos a varias


personas, todas van a sentir el dolor, pero la interpretación de
ese dolor, que es lo que llamaríamos sufrimiento, es distinta
para cada persona. Y hablamos del mismo hecho.
Ante la muerte del padre en una familia, el dolor ante esa
pérdida puede llegar a ser igual para todos los miembros,
pero el sufrimiento va a ser de distinta intensidad y duración
para cada uno de ellos. Y hablamos del mismo hecho.

El sufrimiento, y esto hay que tenerlo muy claro, es la


interpretación que cada uno hace del dolor, y es lo que cada
uno hace con ese dolor. Es la reacción casi lógica a la no
aceptación de lo que sucede, y hasta cierto punto, desde el
hecho de que somos sensibles y humanos, es comprensible;
lo que no es lógico es la persistencia en el dolor alargándolo
innecesariamente.
No nos afectan mal la alegría o las cosas buenas, porque no
nos oponemos a ellas, porque sí las aceptamos; en cambio,
las cosas desagradables, las que no queremos aceptar, nos
oponemos a ellas, y eso es lo que produce el dolor.

Mi propuesta es sentir el dolor, cualquiera que sea, en toda


su intensidad, hasta su extinción natural, porque no puede ser
eterno. Además, no se debe alargar artificialmente a base de
engancharse a él, y repetirlo, ni regodearse en el dolor y
apegarse a él. No es bueno negarlo, ni insistir en auto-

Francisco de Sales
EL SUFRIMIENTO: UN MAL INNECESARIO

convencerse de que no nos afecta, porque sí nos afecta; en


mayor o menor medida afecta, gracias a Dios, porque es
bueno que uno tenga sentimientos.
Pero mi propuesta también es deshacerse lo antes posible
del sufrimiento. Hay quien piensa que esto no es de
personas, que esto es no tener la caridad cristiana de sufrir
como sufrió Jesucristo, que esto demuestra falta de
humanidad, o insensibilidad… No es cierto: esto demuestra
auto-respeto, cordura, comprensión real de la situación,
coraje para no engancharse al lamento, y reconocimiento de
la responsabilidad que uno tiene sobre sí mismo.
Personalmente, prefiero sentir dolor, y sufrir un poco, antes
que permanecer inafectado e impasible ante el padecimiento
de los demás, o ante mis propias decepciones y fiascos, pero
me niego a sufrir más allá de lo imprescindible.

Cuando nos sucede algo que calificamos como desgraciado,


trágico, o muy duro, es correcto que sintamos dolor. Ese
primer impacto del dolor, que nos puede afectar
grandemente, es lo habitual y lo correcto.
No soporto cuando alguien está manifestando su dolor con el
llanto y otro alguien se le acerca y le dice: “no llores…”; yo le
digo, o pienso en decirle: “llora… llora todo lo que te
apetezca, no te reprimas, no te guardes nada de tu rabia o tu
dolor; maldice, protesta, golpea al aire o a una almohada;
grita, blasfema, no te calmes antes de tiempo, permite que se
manifieste, íntegramente y sin censura, todo tu dolor”.
Para deshacernos del dolor tenemos que dejarle que se
exprese hasta el final, sin aplacarlo ni negarlo, aceptándolo;
pero una vez que se ha expresado, hay que dejarlo ir, sin
pretender sujetarlo, sin permitir que nuestra conciencia se
oponga a esta acción de dilución, que es la adecuada.

Francisco de Sales
EL SUFRIMIENTO: UN MAL INNECESARIO

Todo dolor lleva una lección implícita. Ese daño nunca es


gratuito. Sólo el contactar profundamente con tu dolor te
permitirá ver tu enseñanza.
Y una de las enseñanzas para todos, además de la
personalizada, es que la búsqueda de la alegría, y la felicidad
y el bienestar, es más importante que satisfacer a lo que pida
dentro de nosotros más sufrimiento.

No aceptar la realidad, que es el origen del sufrimiento, puede


deberse al hecho de aferrarse, como un masoquista
imprudente, a la razón que para uno es válida de por qué hay
que seguir en la imprudencia de sufrir más y más. El que una
razón sea válida para uno no quiere decir que sea buena ni
adecuada, por tanto conviene revisar por qué uno se empeña
en prolongar ese estado. Y no hacerlo es señal de una
crueldad intolerable para con uno mismo.

Estos son algunos de los síntomas asociados al sufrimiento:


Aflicción, auto-castigo, miedo, angustia, pesadumbre moral,
inquietud, estancamiento, tristeza, sensaciones molestas,
pena, congoja, depresión… ¿De verdad crees que todo esto
es necesario?, ¿De verdad quieres todo esto para ti?, ¿Por
qué?

Un ejemplo de razonamiento justificativo bastante habitual es:


“Mi vida no es como yo quisiera”. Mi pregunta es: ¿Y crees
que sufriendo va a cambiar?, ¿No es mejor desapegarte del
sufrimiento y encauzar toda tu energía hacia el logro de la
vida que sí quieres?
“Mi pareja no me ama” ¿Y piensas que sufriendo te va a amar
más?, ¿Quieres amor o quieres lástima? Porque si te
sobrepones al dolor y te conviertes en una persona valiosa,
optimista, viva, serás más atractiva a los ojos del mundo
entero.

Francisco de Sales
EL SUFRIMIENTO: UN MAL INNECESARIO

Dice el diccionario que el sufrir es recibir con resignación un


daño moral o físico… ¿Con resignación?, ¿Por qué?, ¿Por
qué hay que resignarse?, ¿Por qué hay que conformarse con
las adversidades?, ¿Para qué sirve? Dice que sufrir es
resistir… ¿Para qué resistir?, ¿Qué sentido tiene resistir el
daño cuando uno puede deshacerse de él? Dice que es
aguantar, tolerar, soportar… ¿Y con esto qué se resuelve?,
¿Esto es necesario o es masoquismo?, ¿Realmente es
imprescindible?, ¿Qué consideraciones mínimamente
racionales avalan esta idea?

Pregúntate: ¿A quién le beneficia tu sufrimiento? A nadie.


¿Sirve para algo bueno? No.
Entonces… ¿para qué seguir sufriendo, si ya sabes que todo
lo que te aporta es negativo?

El sufrimiento se puede deshacer con la razón, con la lógica,


y con la convicción de que lo mejor que uno puede hacer ante
el sufrimiento es preservarse, inmunizarse, por amor propio,
por respeto a uno mismo, y porque es mejor sentirse bien que
mantenerse en la prolongación redundante.

Los actos recomendables para relacionarse con el dolor y el


sufrimiento son:

1 - Acepta todas las realidades o situaciones, aunque no sean


de tu agrado.
2 - No pierdas el tiempo en sufrir.
3 - Serenidad y resolución.
4 – Admite esto: que sufras no es voluntad de Dios, ni es
culpa del karma, ni se viene al mundo a sufrir, ni la vida es
“un valle de lágrimas”.

Francisco de Sales
EL SUFRIMIENTO: UN MAL INNECESARIO

5 – Si hay dolor en tu vida y es inevitable, acéptalo. Pero no


sufras.
6 – Valora que es más importante preservarte que caer en
sus garras.
7 – Este sufrimiento que ahora aparenta ser grande, algún día
te parecerá pequeño, y te reprocharás que te haya afectado
tanto.
8 – Cuando sufras, obsérvate en el sufrimiento. Te darás
cuenta de que tú y el que sufre sois distintos.
9 – Actitud y pensamientos positivos.
10 - Elige dejar de sufrir. Decide que ya has sufrido bastante
y “baja de la cruz”.

RESUMIENDO:
Esto está muy claro para quien lo quiera ver.
El dolor existe, tanto el físico como el emocional.
El sufrimiento, por el contrario, no tiene existencia, no es real,
es exclusivamente mental, imaginario, y se puede alargar
innecesariamente todo lo que se quiera. Hasta que uno
decida terminar con él. Porque este es un asunto que sólo
uno mismo puede resolver.
No pierdas la vida en sufrir.
Sufrir nunca está justificado.
Y no hay que darle más vueltas.

Francisco de Sales

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