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La obediencia

La obediencia es una virtud moral “que hace pronta la voluntad para ejecutar los preceptos del
superior” (1)

Dicho en otras palabras: obedecer es cumplir en primera instancia la voluntad del superior,
pero en la concepción cristiana la autoridad viene de Dios. Quien manda es responsable ante
Dios de lo mandado. Representa la voluntad de Dios que tiene derechos de autor por ser
Quien nos hizo y por quién existimos.

De ahí que al analizar la virtud de la obediencia lo primero que debemos hacer sea restaurar el
principio de autoridad. La autoridad es el poder que tiene una persona sobre la otra que le está
subordinada, como el padre sobre los hijos, el maestro sobre los alumnos, el director del colegio
sobre los profesores, el policía que es responsable de mantener el orden sobre los ciudadanos, el
general sobre sus soldados, el superior de una comunidad religiosa sobre sus hermanos, el obispo
sobre el clero de su diócesis, etc. Hay una razón de orden natural y otra de orden sobrenatural
que exigen que uno mande y otro obedezca. Es de sentido común, por un principio de orden. La
milenaria experiencia de la historia humana nos demuestra que siempre existió algún tipo de
autoridad en la sociedad. Es un principio de orden natural. La voluntad de Dios se encarna en todo
el orden social que El ha dispuesto al crear y se manifiesta en el orden natural. En otras palabras,
la naturaleza social del hombre exige necesariamente que en la sociedad haya autoridad para
decidir las normas de convivencia que faciliten la libertad de todos y cada uno y garanticen dicho
cumplimiento. Y para que la libertad sea posible. Es evidente que todos los ciudadanos tienen
derecho a cruzar la calle libremente o de circular en auto, pero alguien tiene que regular ese
derecho para que se haga ordenadamente y todos puedan ejercerlo.

La razón sobrenatural es porque Dios quiso que, para nuestro bien y para dominar nuestras
ansias de autonomía y rebeldía heredadas de Adán y Eva.

La rebeldía tiene antecedentes. Se remonta al Paraíso. En nada somos originales. Ya hubo otros,
anteriores a nosotros que se llamaron Adán y Eva que la encarnaron.

Dios ha dispuesto las cosas de manera tal que toda autoridad humana deberá responder ante Él,
el día del Juicio, de su ejercicio. Si se rompe esta cadena de autoridad y responsabilidad de
responder ante Dios sobre nuestras acciones, la obediencia pierde sentido.

En realidad es a Dios a quien obedecemos en nuestros superiores, ya que todo poder viene de Él.
Dios es la fuente y el origen de toda autoridad. Jesús se lo dijo a Pilatos: “No tendrías sobre Mí
ningún poder, si no te hubiera sido dado desde lo alto; por eso quien me entregó a ti, tiene mayor
pecado” (S. Juan XIX, 11)

De ahí que, en la cadena de mando, los sumos sacerdotes tuvieran mayor pecado ante Dios que
Pilatos. Desde ahí que el ejercer el poder y la autoridad negando este concepto y el fundar la
autoridad sólo en mandar arbitrariamente deriva en autoritarismo, que es pretender la sumisión
total y absoluta de los otros sin responder nosotros ante Dios.

Ya dijimos que lo que existen en primer lugar son obligaciones, responsabilidades y deberes (el
tener que hacer lo que debo y no lo que quiero). Es para cumplir con mis obligaciones que surgen
mis derechos. Mis derechos son como el espacio necesario para que yo pueda cumplir con mis
deberes que están en primer lugar.

Primero existen por lo tanto para los padres los deberes, las obligaciones, las responsabilidades
de la misión que les ha sido encargada. Pero para cumplir con esta misión Dios les da a los
padres la autoridad de mando sobre sus hijos

La obediencia obliga a los hijos para con sus padres, a las mujeres para con sus maridos, a los
alumnos para con sus maestros y profesores, a los empleados para con sus jefes, a los soldados
para con sus superiores, a los ciudadanos para con sus gobernantes, a los sacerdotes para con
los obispos, y a los obispos para con el Papa. Y al Papa para con Dios (a Quien representa)
porque ni aún el Papa puede hacer lo que tiene ganas. Mejor dicho, el Papa menos que nadie,
ya que representa a Dios sobre la tierra y tiene una misión sobrenatural bien pesada de
cumplir.

También puede pasar que el que ocupa el lugar de mando lo ejerza de manera inadecuada,
errónea y/ o abusiva, ya sea en el hogar, en el trabajo, en un colegio, organismo del Estado
o institución. Por ejemplo, en un hogar. Si el varón no hace más que dar órdenes y pretender
solamente que obedezcan sus órdenes y sólo ser servido desde que llega, no estará
ejerciendo la autoridad de una manera noble, sino que estará abusando de ella.

Si en la oficina el jefe es autoritario, injusto, llega siempre tarde y no hace prácticamente


nada porque se escuda en su cargo, tampoco estará ejerciendo su autoridad debidamente,
porque el ejercicio de la autoridad debería ser ejemplar. El que no da ejemplo se desautoriza
solo.

La obediencia será correcta siempre y cuando estas órdenes no traspasen el campo que les
corresponde. La obediencia ciega no es católica, uno no está exento de responsabilidad si
obedece a los hombres antes que a Dios. hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.

La familia es, a su vez, una institución natural con un orden jerárquico funcional que exige una
cabeza.

Lo vemos en la Sagrada Familia. San José no era ni el más importante ni el más santo, pero su
jerarquía de cabeza de familia fue siempre respetada y el ángel se dirige a él, y no a la Santísima
Virgen para decirle que debía huir a Egipto. La obediencia de la Santísima Virgen a San José, a su
vez, restablece la nobleza de la condición de la mujer.

No se trata de hacer lo que más nos conviene o más nos gusta, sino de obedecer a Dios quien
sentenció “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. (Mat.XXII, 21). Y esta es
la doctrina de la Iglesia sobre los poderes, en donde el poder espiritual (el poder de Dios) debe ser
superior al temporal (el de los hombres).

La obediencia es el camino que eligió Cristo para redimirnos. Él infinitamente sabio, eligió
obedecer.

La desobediencia de Luzbel había comenzado la batalla inicial contra Dios.


La desobediencia de Adán y Eva dio origen al pecado original
y la obediencia de Nuestro Señor hasta la cruz, restableció el orden...

A nosotros nos tocará colaborar en reponer este orden como Dios quiso que fuese, obedeciendo
con convencimiento (porque sabremos que estamos cumpliendo con la voluntad de Dios) por amor
a Él con humildad y con perseverancia (siempre, con salud o enfermedad, con ánimo o sin él).

1. ¿Qué es la autoridad? ¿Qué autoridad tienes y cómo la vives?


2. ¿Por qué tenemos que obedecer? ¿Cuándo será correcto obedecer?
3. ¿Creo que la obediencia destruye mi personalidad? ¿La veo como medio para identificarme
con Cristo?
4. ¿Veo en el cumplimiento de mis deberes la manifestación precisa de la voluntad de Dios
sobre mí?
5. ¿Cuándo se me trata con energía, cuando no se me toma en cuenta, cuando me disgusta lo
que se me pide, ¿Sé ofrecer a Dios una vivencia real de mi compromiso como católico de
obediencia?
1. ¿Qué es la autoridad? ¿Qué autoridad tienes y cómo la vives?
2. ¿Por qué tenemos que obedecer? ¿Cuándo será correcto obedecer?
3. ¿Creo que la obediencia destruye mi personalidad? ¿La veo como medio para identificarme con Cristo?
4. ¿Veo en el cumplimiento de mis deberes la manifestación precisa de la voluntad de Dios sobre mí?
5. ¿Cuándo se me trata con energía, cuando no se me toma en cuenta, cuando me disgusta lo que se
me pide, ¿Sé ofrecer a Dios una vivencia real de mi compromiso como católico de obediencia?

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2. ¿Por qué tenemos que obedecer? ¿Cuándo será correcto obedecer?
3. ¿Creo que la obediencia destruye mi personalidad? ¿La veo como medio para identificarme con Cristo?
4. ¿Veo en el cumplimiento de mis deberes la manifestación precisa de la voluntad de Dios sobre mí?
5. ¿Cuándo se me trata con energía, cuando no se me toma en cuenta, cuando me disgusta lo que se
me pide, ¿Sé ofrecer a Dios una vivencia real de mi compromiso como católico de obediencia?

1. ¿Qué es la autoridad? ¿Qué autoridad tienes y cómo la vives?


2. ¿Por qué tenemos que obedecer? ¿Cuándo será correcto obedecer?
3. ¿Creo que la obediencia destruye mi personalidad? ¿La veo como medio para identificarme con Cristo?
4. ¿Veo en el cumplimiento de mis deberes la manifestación precisa de la voluntad de Dios sobre mí?
5. ¿Cuándo se me trata con energía, cuando no se me toma en cuenta, cuando me disgusta lo que se
me pide, ¿Sé ofrecer a Dios una vivencia real de mi compromiso como católico de obediencia?

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2. ¿Por qué tenemos que obedecer? ¿Cuándo será correcto obedecer?
3. ¿Creo que la obediencia destruye mi personalidad? ¿La veo como medio para identificarme con Cristo?
4. ¿Veo en el cumplimiento de mis deberes la manifestación precisa de la voluntad de Dios sobre mí?
5. ¿Cuándo se me trata con energía, cuando no se me toma en cuenta, cuando me disgusta lo que se
me pide, ¿Sé ofrecer a Dios una vivencia real de mi compromiso como católico de obediencia?

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3. ¿Creo que la obediencia destruye mi personalidad? ¿La veo como medio para identificarme con Cristo?
4. ¿Veo en el cumplimiento de mis deberes la manifestación precisa de la voluntad de Dios sobre mí?
5. ¿Cuándo se me trata con energía, cuando no se me toma en cuenta, cuando me disgusta lo que se
me pide, ¿Sé ofrecer a Dios una vivencia real de mi compromiso como católico de obediencia?

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3. ¿Creo que la obediencia destruye mi personalidad? ¿La veo como medio para identificarme con Cristo?
4. ¿Veo en el cumplimiento de mis deberes la manifestación precisa de la voluntad de Dios sobre mí?
5. ¿Cuándo se me trata con energía, cuando no se me toma en cuenta, cuando me disgusta lo que se
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3. ¿Creo que la obediencia destruye mi personalidad? ¿La veo como medio para identificarme con Cristo?
4. ¿Veo en el cumplimiento de mis deberes la manifestación precisa de la voluntad de Dios sobre mí?
5. ¿Cuándo se me trata con energía, cuando no se me toma en cuenta, cuando me disgusta lo que se
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5. ¿Cuándo se me trata con energía, cuando no se me toma en cuenta, cuando me disgusta lo que se
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2. ¿Por qué tenemos que obedecer? ¿Cuándo será correcto obedecer?
3. ¿Creo que la obediencia destruye mi personalidad? ¿La veo como medio para identificarme con Cristo?
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5. ¿Cuándo se me trata con energía, cuando no se me toma en cuenta, cuando me disgusta lo que se
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2. ¿Por qué tenemos que obedecer? ¿Cuándo será correcto obedecer?
3. ¿Creo que la obediencia destruye mi personalidad? ¿La veo como medio para identificarme con Cristo?
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5. ¿Cuándo se me trata con energía, cuando no se me toma en cuenta, cuando me disgusta lo que se
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2. ¿Por qué tenemos que obedecer? ¿Cuándo será correcto obedecer?
3. ¿Creo que la obediencia destruye mi personalidad? ¿La veo como medio para identificarme con Cristo?
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2. ¿Por qué tenemos que obedecer? ¿Cuándo será correcto obedecer?
3. ¿Creo que la obediencia destruye mi personalidad? ¿La veo como medio para identificarme con Cristo?
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5. ¿Cuándo se me trata con energía, cuando no se me toma en cuenta, cuando me disgusta lo que se
me pide, ¿Sé ofrecer a Dios una vivencia real de mi compromiso como católico de obediencia?

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3. ¿Creo que la obediencia destruye mi personalidad? ¿La veo como medio para identificarme con Cristo?
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5. ¿Cuándo se me trata con energía, cuando no se me toma en cuenta, cuando me disgusta lo que se
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