En el año 2006 leí un artículo sobre cómo nos afectan físicamente las cicatrices que
sufrimos en nuestro cuerpo. Lo explicaba a través de un ejemplo que todos podemos
comprender fácilmente. ¿Quién no se ha torcido alguna vez el tobillo y se ha hecho un esguince? Cuando eso nos ocurre, para calmar el dolor que sentimos, adoptamos posturas que no son las naturales. Al cabo de cierto tiempo, seguramente, nos dolerá un hombro, las cervicales, la otra pierna... porque nuestro organismo sufrió un “trauma”, se recolocó, y ahora está descompensado. Cuando alguien padece una operación, nosotros no vemos la agresión que sufre nuestro cuerpo, pero está ahí. El simple hecho de que a alguien le quiten el apéndice, supone que queda un hueco en nuestro interior que será rellenado, pues todos los órganos volverán a recolocarse. Eso produce estrés al cuerpo y, por tanto, al final también lo acusamos de otra forma. Sí, yo creo en el cuerpo como un Todo que incluye el físico, lo mental, lo emocional y lo espiritual. Por la noche, ya en la cama, me hacía la siguiente pregunta ¿qué pasa con las cicatrices que nos quedan en el alma? ¿Cómo se trata algo intangible? ¿Cómo se calma el dolor de las pérdidas? Creo haber encontrado la respuesta, aunque yo tan solo soy un caminante, un guerrero más, la solución es siempre la misma: No poner resistencia, no negarnos la existencia del dolor, aceptarlo, enfrentarnos a él, asumirlo, quedarnos con lo bueno que obtuvimos de aquélla persona/relación y continuar nuestra marcha, con la alegría de haber tenido la oportunidad de vivirlo. Realmente todo eso se resume en una sola palabra: AMOR. Sin embargo, me surgió una nueva pregunta ¿Cómo se hace todo ello? La respuesta la encontré en el reiki. Por este motivo y porque la enseñanza me gusta desde que era pequeñita, me convertí en maestra de reiki. ¿Qué es el Reiki? Reiki es una palabra japonesa que significa energía vital universal. Rei significa universal y Ki es la energía vital individual y que se conoce también como prana en la India o chi en China. El reiki es el encuentro de esas dos energías. Mikao Usui, (15 de agosto de 1865 - 9 de marzo de 1926), fue el “redescubridor” de este sistema de armonización energética que a día de hoy se utiliza como terapia complementaria en hospitales en el Reino Unido, Latino América y Estados Unidos. La enseñanza La enseñanza del reiki está estructurada en 4 niveles. Cada nivel tiene una finalidad propia. El primer nivel es conocido como “el despertar” porque comenzamos a tomar conciencia de la energía a nivel físico y vamos descubriendo nuevas sensaciones. Con la energía a nivel físico me refiero a algo que todos hacemos de forma cotidiana e inconsciente. Nos duele algo, llevamos nuestras manos a ese punto, y nos reconforta. El segundo se conoce como “la transformación”, ya que vamos a aumentar nuestro nivel de canalización de la energía y comenzamos a hablar de la energía de los pensamientos y emociones. Además, se aprende el uso del envío de energía reiki a distancia. Sí, suena raro, es cierto, pero ¿a quién no le ha ocurrido pensar en alguien y que ese alguien se pusiera en contacto? Todo realmente es energía y depende de cómo vibre, esa energía será más densa o más sutil. En relación con las emociones, solemos clasificarlas como buenas o malas en función de cómo nos sentimos. ¿Creéis que una alegría no expresada es buena? ¿Es algo malo expresar tristeza? Yo creo que lo malo es no dar espacio a nuestras emociones. Si no nos ofrecemos la oportunidad de reconocerlas no podremos tampoco más tarde aceptarlas y no darles su espacio hará que su energía se estanque en nuestro cuerpo físico. Nuestras emociones están relacionadas con nuestros órganos internos. Si quieres aprender más sobre estas relaciones existen diversos libros en el mercado como, por ejemplo, “Usted puede sanar su vida” de Louise H. Hay. Por tanto, como te decía, es fundamental, admitir, aceptar lo que sentimos, nuestras emociones. Respecto a los pensamientos ¿habéis oído hablar del pensamiento positivo? Pues bien, los pensamientos entendidos como formas de energía tampoco son positivos o negativos, ni correctos o incorrectos. Y lo que sí es correcto o incorrecto, positivo o negativo, es el juicio que hacemos sobre los mismos, así como la dirección y el propósito con el que los creamos, entendiendo que son correctos si nos acercan a nuestros objetivos e incorrectos si no lo son. Por tanto, puede haber pensamientos correctos para una finalidad que a la vez sean incorrectos para otra. Realmente, hablar de que un pensamiento es bueno o malo es hacer un juicio sobre el mismo, ya que bueno y malo son polaridades de una misma cosa. Al tercer nivel se le llama “la realización” o maestría interna. Ahora tenemos que convertirnos en nuestros propios Maestros, ser nuestra propia luz en el sendero y, por tanto, es un nivel que nos invita a vivir la vida en primera persona, siendo los protagonistas, y para ello ya no podemos quedarnos en la teoría, tenemos que pasar a la acción. Toca poner sobre la mesa nuestros miedos, creencias y sueños. Porque ¿qué sentido tiene aprender si luego no lo ponemos en práctica? Es como idear estrategias para un partido de futbol y luego no acudir al campo a jugar; o pensar en el menú que elaborarás a tus amigos el sábado para cenar y luego desconvocar la reunión por temor a que no salga rico. El cuarto y último nivel de reiki es la Maestría. Una vez finalizados los niveles anteriores, si sientes la llamada de la enseñanza, este es tu nivel. Es un nivel que te habilita para compartir con los demás lo aprendido, practicado, experimentado e integrado. Es hora de sacarnos brillo, de que nuestro sol interno vuelva a brillar. El pasado ya no puede nuestro presente arruinar. El pasado se perdona para volver a empezar Sin rencores, sin malicias Armonía y belleza hay que recuperar. El pasado ya se ha ido Retoma tu poder ya.
Deja atrás el pasado
Que no te arrastre más. El pasado no es tu lugar.
El presente es tu regalo, tu dicha,
tu fuerza, tu felicidad. Saca pecho. Es tu turno para con tu luz brillar. Que el pasado no te ate más. Siente, habla, calla, baila, ríe, sueña, crea…
Berta Velasco, Máster PNL Maestra de Reiki y Registros Akáhsicos Coach personal.