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Hay 2 maneras de leer este cuento:
1.- Como una obra maestra de estructura narrativa novedosa que logra hablar de temas
complejos de manera ingeniosa y sencilla.
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ADVERTENCIAS
C.- Este cuento es mejor que todo lo que ha escrito Paulo Coelho en su vida.
D.- Este cuento es mejor que el primer cuento que escribió Mario Vargas Llosa.
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El cuento
Hay muchos existentes y ninguno es mío. Me refiero a los cuentos. Existen hermosos y
también trágicos y este tiene de ambos…
…En un pueblo llamado “Sodolima y gamarra”(o mejor solo Lima) el caos reinaba para
algunos y para otros era el mejor lugar para vivir. Sin reglas y con mucha libertad
(quizás demasiada). Camuflando el irrespeto por libertad de expresión y lo inmoral por
sano entretenimiento…
…(muy) cerca de este pueblo había otro muy extrañamente llamado “La village” donde
hasta cenar era considerado una festividad. La crueldad no era nada comparada con sus
“hábitos alimenticios” y su “dieta sana”. Comían animales que otros tendrían como
mascotas pero no todos eran así. Porque como ya lo dije, eran muy festivos y muy
alegres…
En un palacio vivía el monarca, el cual era amo y señor de Lima y de “la village”. La
monarquía era lo que se imponía en esa época ya que nadie se atrevía a encargarse de
sus propios problemas. Él podía cometer abusos e infringir los derechos humanos pero
él ni siquiera sabía dónde estaba parado. Por supuesto que los demás lo creían una
persona capaz y digna para ese puesto pero pocos sabían que el rey martín carecía de
toda habilidad de liderazgo.
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Algunos pueblerinos pedían algo llamado “democracia” y ante esto la familia del rey
martín(los futuros herederos) criticaba a la nobleza de Lima y a los pobres de “La
village”. La madre Priscilla conversaba con sus hijas (Claudia y Paola).
-Priscilla: “Su padre está muy ocupado con esto de las huelgas y la tan proclamada
libertad de expresión que permitió. Él debe verse bien ante los nobles para ganarnos su
confianza y alejar las sospechas de un mal gobierno. Al fin y al cabo ellos sólo están
para apoyarnos.”
-Paola: “jajaja ay mamá pero de todas maneras yo necesito dinero porque yo también
quiero verme bien.”
-Claudia: “sí, mamá. Además ya deberían quemar vivos a los de “La village”. Mi
hermano y su estúpido negocio de citas nos hacen daño… él debería ser desheredado.
¡Las mujeres al poder!”
-Priscilla: “Te apoyo hija, está bien, pueden ir a comprar y si ven a su hermano, díganle
que venga. Hace mucho que no recibo noticias de él.”
Lo que la reina Priscilla ni sospechaba era el terrible negocio en el que su hijo se había
metido. Ella oyó un rumor que decía que el príncipe era un proxeneta. Y así era, el
príncipe era ambicioso, codicioso, egocéntrico y muy cruel. Había estado
aprovechándose del pésimo estado económico de los de “la village” para conseguir a las
chicas mas bellas y usarlas para su sórdido empleo.
Le encantaban las fiestas que él daba, a las cuales asistía gente que sólo lo quería por su
dinero y por su bonita nariz. Era un completo ególatra que siempre pensaba en sí mismo
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pero que sentía que algo le faltaba y estaba dispuesto a tenerlo así tuviera que cometer
atrocidades. Para ir a “la village” y no desprestigiarse usaba una mascara que poco hacia
para cubrir su identidad por lo que era escoltado por 2 guardaespaldas en sus aventuras
nocturnas.
Ya con la mente despejada y con fuerte convicción decidió que ese dia iría a “la village”
y encontraría lo que estaba buscando: La chica más linda que su dinero pudiese
comprar.
En “La village” es decir no muy lejos de ese lugar vivía una hermosa muchacha. Era
una chica de belleza admirable, bellos ojos, lindo cabello y espectacular sonrisa. Casi
todo el tiempo se la podía ver alegre y vistiendo su ropa que también casi siempre era
azul (sí, tenía esa manía pero un defecto de tantas virtudes bien puede pasar
desapercibido). Su mejor amigo se llamaba Josefino. Él era sensible, amable y nada
clasista. Era de la nobleza pero no sentía que ese fuese su lugar. Sentía que no debía
haber muros que separaran ambos pueblos. Quizás fue el más grande idealista de su
tiempo, Josefino estaba en contra del monarquismo pero no era lo suficientemente
valiente para alentar al pueblo al cambio. Además, no eran muchos los que veían con
buenos ojos a la caperucita azul ya que la trataban de traidora al considerar que estaba
dejando al enemigo observarlos más de cerca. Josefino y la caperucita azul ansiaban
hacerse la manicure pero la caperucita sentía que Josefino no era del todo sincero y le
preguntó(es que Josefino siempre pagaba): “¿Por qué haces todo esto por mí?”. Y
josefino respondió “Somos amigos, ¿no?, para eso estamos”. A la caperucita no le bastó
y dijo “Pero ¿Por qué sigues siendo mi amigo…? (la caperucita no terminó su
pregunta).
-Josefino: “Tal vez no recuerdes el día en que nos conocimos pero yo sí y ese día
siempre lo tendré presente. Recuerdo claramente que caí del caballo y me puse a llorar
como niño y tú me levantaste aun sin conocerme y eso no es lástima. Eso se llama
amistad”
-La caperucita azul: “Ay qué lindo, sí, yo también (con una sonrisa en el rostro dijo) lo
recuerdo pero han pasado muchos años y no he vuelto a levantarte y creo que soy una
carga para ti”
-Josefino: “No, nada de eso. Disfruto mucho estar contigo. A mí me gustan los lujos
pero mis amigos, que dicho sea de paso no lo son, carecen de educación, son unos
vulgares y no son nadita como se los pintan”
-La caperucita azul (mirándolo y con una sonrisa): “No, yo sé que todos ahí están mejor
preparados que nosotros y por eso quiero que mi papá consiga un trabajo de verdad y
me deje trabajar a mí también. Quiero superarme”
-Josefino: “Si, lo sé. Pero te contaré que dicen que el rey Martín es un completo
ignorante y que su esposa hace todo por él. ¡Y él es el rey! Yo no estoy seguro pero…
¿Quién sabe?”
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Los dos dijeron muchas cosas pero ninguno de ellos se percató de algo muy importante:
El padre de la caperucita azul lo había escuchado absolutamente todo. Pobre hombre, no
pudo resistir más y empezó a llorar. No era la primera vez que escuchaba algo como eso
pero si antes se había enfadado, ahora estaba destrozado. Era cierto, su negocio de
emolientes atravesaba la peor crisis de su existencia. Si antes ganaba una miseria… pues
ahora también. Era calvo y muy próximo a la tercera edad. Había dejado su trabajo de
profesor por ser un completo incompetente y lo había cambiado por la seguridad de su
puesto de emolientes (nadie le robaba los emolientes porque eran bastante amargos). Su
vida no era de las mejores y él no quería lo mismo para su hija.
Y más tarde ese mismo día, el padre de la caperucita azul tuvo una visita poco usual, era
el príncipe proxeneta acompañado de dos guardaespaldas idénticos. El príncipe se burló
de él e incesantemente lo llamó fracasado. El padre de la caperucita no dejo que lo
maltrataran de esa manera y exclamó: “¿Qué has venido a hacer aquí? Sé que eres tú,
príncipe”. El príncipe había llegado a “La village” con la intención de “reclutar” a otra
muchacha a su ilegal negocio y muy enterado estaba de la hija del “emolientero”.
-Príncipe: “Está bien, viejo, sé que una vez fuiste profesor y muy querido pero eso…
¡está en el pasado! No eres nada, mírate, me das pena”
-Viejo (mirándolo fijamente): “¿Qué vienes a hacer aquí? No eres más que un maldito.
Lárgate”
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-Príncipe: “¡¡Mide tus palabras!! Sé que tienes una hija y yo la quiero, y tú me la darás.
¡Así que dime dónde está! Guardaespaldas, golpeen a esta basura”
La caperucita azul estaba indefensa y sin alguien que pudiese ayudarla. El príncipe
proxeneta mandó a sus hombres a inmovilizarla y meterla al carruaje. El príncipe
proxeneta una vez más había cometido un abuso y esta vez se iba con la certeza de tener
a la chica más bella de “La village”. La caperucita quedo inconsciente y no sabía dónde
estaba ni a donde iba.
De lo que ella no estaba enterada era del muy criticable negocio del príncipe. La
caperucita azul y el príncipe proxeneta se estaban conociendo pero fueron interrumpidos
por los gritos de uno de los guardaespaldas, el cual alertaba la presencia del soberano de
otro reino en su local.
Era un viejo gordo (y hasta gay, claro, debajo de ese disfraz de terrorista tirano) que
asistía muy seguido a ese lugar a deleitarse con las muchachas y a olvidar a la pasa
humana de su mujer (muchas arrugas). El proxeneta (el príncipe) le pidió amablemente
a la caperucita que se quedase en el cuarto para tener una charla con el gordo
soberano…
-Charlie (el soberano): “Charlie está aquí. ¿Qué muchacha me toca hoy? ¿Hoy es lunes,
cierto?”
-Principe: “Charlie, charlie, charlie, chaaaarlie. Tu muchacha está lista pero... ¡¿no te
parece muy temprano?!”
-Charlie: “Nunca es demasiado temprano para el sexo y más si eres un romántico como
yo, además… no te gustaría que tus padres se enteren de esto”
-Príncipe: “¡Nadie me amenaza! ¡Entiende! Tengo entendido que hay mucha gente que
te quiere muerto y ¡tu me estás debiendo una!”
-Charlie: “Yo siempre he echo el trabajo sucio por ti y el hecho de que no delates mis
crímenes también involucra tu integridad y credibilidad… ¿o crees que tu padre no
mandaría a ahorcar a un criminal como tú?”
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-Príncipe: “¡¡¡Mi padre es un imbécil!!! El no se ha enterado hasta ahora y dudo mucho
que se entere. ¡Así pasen 100 años!”
Una flecha atravesó la cabeza del soberano (Charlie) dejando con la duda al príncipe y
tornándolo muy iracundo. Y se puso más enojado cuando se enteró de que la caperucita
azul había sido secuestrada. Pobre príncipe proxeneta, en ese instante lo importante no
era saber quien había asesinado a Charlie o que era lo que con tanto misterio ocultaba el
soberano (muerto). Lo importante y urgente era traer de regreso a la caperucita azul para
poder abusar de ella o mostrarle que él si podía ser una persona amable, solidaria y llena
de bondad. Para conseguir lo que anhelaba recordó a su cazador o también llamado
“mercenario listo para los trabajos sucios de su majestad”. Por supuesto que el príncipe
no estaba dispuesto a pasar un rato en el castillo de su padre. Además, sus cazadores ya
no habitaban el castillo porque el tal mercenario se había enamorado de una de las
princesas y eso a la reina priscilla le disgustaba.
El príncipe proxeneta estaba enfadado pero sabía disfrazar la verdad para que sus
mercenarios entendieran más claramente el mensaje (si, eran 2 y uno era bruto). Leo era
el más misterioso y se sentía agradecido al príncipe porque lo había ayudado cuando se
hallaba en agonía. Joel era el otro, era el más flaco pero tenia gran dominio de la espada.
Lo único que faltaba por definirse era elegir al más adecuado o enviar a ambos…
-Príncipe: “¿Quién será el más idóneo para este trabajo? Escuchen ambos, mi amada ha
sido raptada y necesito que vayan al bosque prohibido y me la traigan, ¿entendiste,
Joel?”
-Leo: “Señor, no creo que él haya captado el mensaje. Déjemelo a mí, yo traeré a su
amada de regreso.”
Leo era muy detectable de día por unas marcas en su cara y por su extraña vestimenta
así que trepaba los árboles del bosque prohibido que también eran muy frondosos.
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Leo disfrutaba matar y adoraba a la hermana del príncipe, Claudia. Y hubo un momento
en el que dudó acerca de la misión y tuvo una ilusión donde se veía en el castillo
raptando a Claudia. Pero en el fondo sabía que era imposible, que Claudia nunca le
haría caso a menos que… NO, era muy tonto pensar en eso. NO, nunca podría. NO, o
quizás sí. Leo últimamente se había preguntado muchas cosas (últimamente = más de
un año). Él nunca había podido conversar con ella porque en el fondo sentía temor,
quizás Claudia no era como él se la imaginaba, quizás no valía la pena o quizás Leo
había desperdiciado todas sus oportunidades de conocerla.
“¿Bosque prohibido?” se preguntaba mientras iba de árbol a árbol. “De día se ve como
cualquier otro pero ¿Cómo será de noche?” pensaba. Pero sin sentir miedo ya que Leo
había pasado por una situación realmente tétrica, más tétrica que la oscuridad e incluso
más tétrica que lo desconocido. Leo perdió a sus amigos y familia en una masacre en su
pueblo natal. El príncipe lo encontró moribundo pero eso ya no le importaba. Para Leo
su vida ya no tenia sentido y lo único que lo mantenía con vida era su obsesión por
Claudia.
Leo siguió recorriendo y examinando el bosque pero estaba muy lejos de donde estaba
la caperucita azul. La caperucita azul y su captor llevaban mucho tiempo en el bosque
con dirección constante y única. Su secuestrador la guiaba y ya se había ganado su
confianza…
-El secuestrador: “Mi nombre es Jose Juan, no lo olvide. Por ahora… estamos
alejándonos del prostíbulo. Usted no parece de esas, sin ofender.”
-La caperucita: “sí… pero quizás lo hay. Además a mí no me obligó a nada, no sé que
pasa con las demás chicas.”
-Jose Juan: “¡Él las explota! Créame, lo que el príncipe tiene es un prostíbulo y él es un
proxeneta”
-Jose Juan (buscando algo con la mirada y viendo que estaba atardeciendo): “creo que
deberíamos quedarnos por aquí, aún nos falta mucho… no encuentro mi cabaña. ¡Soy
un idiota! Debemos seguir, disculpa… …dime ¿Cuál es tu nombre?”
-La caperucita (con una sonrisa): “Yo también soy algo olvidadiza… no recuerdo mi
nombre. Todos me dicen la chica de azul. Tú puedes llamarme… como quieras”
-Jose Juan (fingiendo estar molesto para hacer reír a la chica y fallando): “te llamaré
Sofía, ese nombre me gusta.”
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-La caperucita: “sí, me gusta. ¿Alguien más se llama así?”
-La caperucita: “No, me pareció ver una luz en el cielo como de ese lado… bueno,
olvídalo.”
Jose Juan y la ahora llamada Sofía encontraron la cabaña que tenía de todo incluyendo
mayordomo que resultó ser el mejor amigo de Jose Juan, Alex. Alex le explicaba a
Sofía que ese bosque no era encantado sino que seres divinos lo habitaban y que el
negocio del príncipe era un insulto para esas divinidades y debía cerrar para siempre.
Sofía no soportó más y empezó a reír igual que Jose Juan (a Alex no le pareció muy
gracioso). Alex les contó que había dedicado gran parte de su vida a probar la existencia
de seres no humanos. Él no creía en la mitología ni en leyendas pero sí creía que parte
de esas historias eran ciertas y seres excepcionales y peculiares habitaban el bosque. Él
creía en seres de otro mundo y por eso, al igual que Jose Juan, habían sido expulsados
de su hogar y de su pueblo. Uno por hereje y el otro por sospecha de ser raro (qué
extraña mezcla. Pero ambos en la misma cabaña). Los 3 decidieron contar sus historias.
Alex ya lo había hecho. Sofía relató su captura por el hijo del rey Martín (si, ese que ni
siquiera sabe qué es un bacín) y su liberación. También habló de su mejor amigo,
Josefino. Jose Juan contó que él amaba la lectura y le encantaba hacer historias y
cuentos y por eso se dejó influenciar por Alex (los dos se fueron a encontrar
extraterrestres). Él también dijo que a los de su pueblo les parecía raro no verlo con
alguna chica y les extrañaba más de lo normal porque en su pueblo se casaban a una
edad mucho más temprana. Lo declararon enfermo (ósea gay), le dijeron que no era de
este mundo y que era discípulo del demonio y que sus textos aparte de hablar mal del
rey, hablaban mal de sus creencias religiosas.
-Sofía (algo temerosa): “Creo que el rey Martín es un completo incompetente después
de todo pero… no tenias porque burlarte de ellos si sabias que te iban a botar.”
-Jose Juan: “¡Libertad de expresión! Ahora no saben qué es pero muy pronto lo sabrán
cuando probemos que existen seres peculiares en este bosque que no son lo que parecen
y que el rey Martín no sabe gobernar”
-Sofía: “Ya he oído eso antes. Josefino, mi amigo, es un noble de “Sodolima y gamarra”
y él también quiere derrocar al rey, eso creo, jajajaja”
-Alex: “¡no!, yo quería ser el que lo haga. ¡Nadie se nos puede adelantar! He gastado mi
vida en esto y merezco reconocimiento y ser recordado por siempre, mínimo.”
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Ya era casi de noche y empezaron a comer… a comer… algo de la época con mucha
chocolatada y pollo. Alex se despidió y dijo que regresaría mañana, se iba a seguir con
su búsqueda, también dijo: “Cuidado, si voy a regresar, mañana, pero sí lo haré”. Jose
Juan y Sofía (la caperucita) se quedaron solos. Jose Juan le confesó a Sofía que ya no
estaba muy seguro acerca de la existencia de seres de otros mundos en el bosque pero…
Alex era el único que no lo molestaba y lo aceptaba. Y que no lo… …podía dejar solo
en esta aventura que a pesar de ser una completa tontería, era interesante pensar en la
existencia de esos seres, soñar con hablar con uno y que para Alex se le hiciera el sueño
de regresar a su planeta porque Alex no se sentía de este mundo (claro que no se lo dijo
así porque se dio cuenta de que estaban solitos en la cabaña pero Sofía quedó
admirada). Hubo un largo silencio…
Sofía dijo: “Que gran amigo eres (se rió de emoción), ahora entiendo a otro de mis
amigos”. Sofía se dio cuenta de que ella era una de las personas más comprensivas y
manipulables pero ella siempre estaba dispuesta a ayudar a un amigo incluso si su sueño
era teóricamente imposible. Entendió porqué Josefino (el de la manicure, el noble, el
revolucionario, su mejor amigo) se portaba bien con ella y que no era por lástima. Sofía
y Jose Juan se miraron fijamente y dijeron… bueno Sofía dijo: “Todo es posible si
tienes fé” y Jose Juan dijo: “Todo es posible si vives exiliado en una cabaña y si se te da
la gana de esforzarte”. Sofía se rió, sonrió y dijo: “Eres algo raro pero me das risa, no se
como nunca tuviste enamorada”. Ambos terminaron la comida –se seguían mirando
cariñosamente- y se despidieron cariñosamente aun cuando les hubiera gustado seguir
hablando pero… se veían con tanta ternura y… ¿amor? Que era hora de dormir cada
uno por su lado a recordar este hermoso momento.
La tranquilidad para ellos era inmensa y para otros era nula. Los mercenarios del
príncipe aún no habían logrado su objetivo. La caperucita (Sofía) y Jose Juan dormían
con mucha placidez. Alex no estaba tan tranquilo pero si muy entusiasmado en el
bosque. Josefino y el viejo de Sofía ya se habían hecho de la idea de ir a quejarse al rey.
El rey… no, el rey es un idiota. El príncipe proxeneta se encontraba maldiciendo su vida
y a todos. Y Joel (el mercenario bruto) ideaba su más perverso (y menos estúpido) plan.
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“Es de noche, los guardaespaldas están afuera, Leo está en el bosque y el príncipe está
solo. Es mi oportunidad”, pensaba Joel. Joel siempre se la pasaba recibiendo órdenes y
cumpliéndolas pero ya estaba cansado. Joel quería más cosas. Joel quería ser el príncipe.
Joel quería tener su carroza. Joel quería tener su nariz. Él quería tener a su hermana.
Joel ansiaba el poder. “El príncipe no tiene buen dominio de la espada y está solo. Es la
hora de que lo ponga en su lugar” pensaba mientras se acercaba con su espada.
Ya estaba en la puerta, sabia que detrás de ella se encontraba el hombre que lo había
menospreciado por mucho tiempo. Era el momento de sentirse mejor y de acabar con su
sufrimiento. Joel empujó la puerta rompiéndola. Joel rápidamente vio al príncipe y le
hizo un corte en el brazo izquierdo. El príncipe estaba asustado y comenzó a tratar de
convencer a Joel de dejarlo en paz.
-El príncipe: “¡Joel!, ¡¿Cómo te atreves?! Vamos… deja la espada por favor… ¡NO!
¡No lo hagas! ¡No me mates!”
-Joel: “jajaja, ¡mira quien ríe ahora! Por fin te veo en el suelo suplicando pero será por
las puras, ¡te voy a matar!”
Joel estaba muy tembloroso pero listo para ejecutar su plan, Joel le hizo otro corte en el
brazo derecho. Y le puso la espada muy cerca a la garganta. No lo mató. Joel antes
quería saber algunas cosas… quería verlo sufrir.
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-Joel: “Antes de que mueras inbésil… déjame decirte que el bruto eres tú. Eres un pobre
idiota que no aprovechó todo lo que tuvo. Pero quiero que me respondas algo… ¿Tu
mataste a la familia de Leo? ¡¿Lo hiciste?!”
-El príncipe (llorando y temblando): “Si, yo fui. Déjame en paz. Por favor… ¿Qué es lo
que quieres?..¡Te daré todo! ¡El poder! ¡Todo!”.
-Joel: “¡Ya te dije que no soy un estúpido! Pero interesante lo de la familia de Leo. El
muy imbécil creyó por mucho tiempo que tú fuiste su héroe. Que tú lo habías salvado”
-Joel: “Es demasiado tarde. Leo y tú son basura. Los idiotas son ustedes. Él nunca lo….
No, yo se lo diré pero después de matarte.”
En el momento que Joel iba a matar al príncipe una daga le dio en la espalda. ¡Era Leo!
Que luego empujo a Joel. El príncipe se había salvado. Joel no lo podía creer, ahora el
amenazado era él.
-Joel: “¡Alto! ¡Leo! ¡Leo, el príncipe fue el que mató a tu familia! ¡Él fue!”
-El príncipe (en el suelo): “¡No le hagas caso! Lo dice solo para confundirte. Él es solo
un idiota”
-Leo: “es cierto… Joel es un idiota… incapaz de siquiera tratar de confundir a alguien.
Joel dice la verdad y ya lo sabía. Lo sospeché por mucho tiempo. Y aunque no sea así
yo regresé para matarte, príncipe”
Joel seguía mirando y esperando el momento oportuno para decir algo. Leo le había
hecho un favor pero Joel no estaba del todo satisfecho. Pero no decía nada porque
seguía sin creerlo. Los guardaespaldas idénticos entraron y se llevaron un buen susto.
Era aterrador ver al príncipe muerto y uno de ellos dijo “¿sigue vivo?” y su hermano le
contestó “no, no creo, a menos que la espada sea de plástico.” Nadie quería al príncipe y
siguieron diciendo cosas como esas y como “parece un anticucho, jajaja, uno bien
crudo”.
Leo aprovechó todo y dijo “dejemos al príncipe “clavado” en sus problemas” pero eso
no dio risa y en ese instante se autoproclamó el dueño (nuevo) del local. Joel seguía
hecho un idiota sin creer lo que veía. Entonces no era el único que quería ver muerto al
príncipe. Pero necesitaban a un culpable del asesinato y los 3 miraron a Joel.
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Uno de los guardaespaldas dijo: “Joel, es un maldito. El mató a mi jefe”. Su hermano
dijo: “¿Qué si?... ah, ya… si, el debe ir a la cárcel por asesino”. Leo dijo: “Si, mañana lo
llevaremos al palacio real. Ahora que soy el dueño de este ilegal negocio voy a botar a
las menos putas. Y para que todo esté completo… mañana iré por la chica que el
príncipe anhelaba y la haré mía”.
Todos rieron menos Joel. Lo tendrían encerrado y muy golpeado hasta mañana porque
la cuartada tenia que ser creíble o sea que no bastaba con decir “Joel mató al príncipe”
sino que tenían que hacer quedar a Joel como un mentiroso.
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“LA CAPERUCITA AZUL Y EL PRINCIPE PROXENETA” (sin el príncipe
proxeneta) ha dado un giro inesperado con la muerte de uno de los protagonistas y es
que hubo alguien más poderoso, inteligente y con más problemas emocionales o sea
Leo. Leo no es el clásico villano que se ríe como payaso antes de matar a alguien. Leo
es más inteligente (Bueno, eso es lo que él cree) y en ese instante su plan parecía
perfecto.
Mientras sus nuevos guardaespaldas y los más convencionales seres humanos dormían
es decir todos (menos el buscador de lo paranormal, Alex, que estaba obsesionado) Leo
pensaba en Claudia y en el hecho de que si no iba a ser su pareja no sería su amiga, ya
que Leo no creía en la amistad y basándose en la frase “la amistad es como un turrón
demasiado dulce, que después de muchas mordidas da asco” de un músico imbécil de la
época, Leo había desechado a sus amigos. Sí les aburrían era hora de decirles adiós o
dejarlos como anticucho.
Dejó de pensar en Claudia por un momento, ya que recordó que la última vez ella estaba
muy apurada para él y tenia que hacer cosas más importantes… como regar las flores o
alimentar al pajarito que de vez en cuando se paraba por ahí. Leo se concentró en su
plan… “Joel es golpeado, Joel es hipnotizado, Joel se declara culpable y dice que
encontró al príncipe en el bosque cortando margaritas” fue su primera idea, luego,
“decimos que estábamos con el príncipe y Joel se volvió loco, atacó al príncipe y lo
mató. Luego que después de que salí del “shock” que me invadió en ese instante pues
ataqué a Joel y lo dejé indefenso, lo capturamos, lo llevamos al castillo y el rey martín
lo sentencia a muerte subidita. No súbita sino subidita. Donde a Joel lo suben a una de
las torres y luego lo lanzan”. Leo de día era misterioso pero de noche y en sueños era un
completo tarado.
Leo se acordó del prostíbulo y de que la caperucita azul (Sofía) lo conocía. “¿Me sirve
de algo este lugarcito?” se preguntaba. “Yo no necesito esto, quizás Claudia quiera a
alguien con ambiciones y emprendedor pero el prostíbulo no encaja. Aunque… esos
guardaespaldas van a querer dinero y ¡Yo no lo tengo!”.
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CAPITULO 2(el uno fue el
anterior)
Era agobiante despertar y recordar que su vida dependía solo de una decisión. Toda su
vida se le había pasado tomando decisiones en los momentos mas difíciles. Vivía
intranquilo, sentía que lo mejor era olvidarse de todo. “situaciones” una palabra tan
maldita y tan difícil de deletrear para Leo. Este era uno de esos problemas en el que
tratar de relajarse lo empeoraba todo. El camino a terminar con la intranquilidad que lo
atormentaba parecía ser el que había elegido o quizás uno que solo aparentaba serlo.
Leo sabia que el rey martín, la reina y sus hijas lo conocían y conocían que era un
homicida(a la reina no le gustaba llamarlo asesino porque… no lo sé) pero también
sabia que nunca sospecharían de él.
Pobre Leo, pobre Joel pero que bien la pasaba Jose Juan al recordar que compartía la
cabaña con Sofía (la caperucita y el amor de su vida). Jose Juan se sentía muy feliz…
después de ser expulsado de su pueblo por sospecha de ser gay, ateo e hijo del demonio.
Jose Juan sentía que su suerte había cambiado y esta vez para siempre. Ya no temía ser
rechazado, ya no temía ser insultado, ya no temía a nada. Jose Juan se levantó y se fue a
preparar el… ¿desayuno?
Sí, eso. Jose Juan quería formar una familia y ya que su “educación” (casi ni tuvo) no
incluía el machismo sentía que hacer el desayuno era lo mas masculino de la tierra. No
sabía cómo hacerlo así que se fue a cazar un venado, pero se dio cuenta de que ni para
eso era bueno. Por otro lado de la cabaña, Sofía despertaba y se sentía algo avergonzada
por lo de anoche, ella no quería que Jose Juan pensara que era una facilona así que
decidió dejar de reírse de los chistes del tipo que ni hacer el desayuno puede. Muy
aparte de que el hecho de sentir algo muy especial por él hacia evitable mirar lo no muy
hermoso que era Jose Juan, la manera tonta de comer usando utensilios que él llamaba
“cubiertos” (¿de que? Qué asco) y de los chistes antirreligiosos, había algo que no la
convencía del todo… “¿Jose Juan era una buena persona?” era lo que se preguntaba. Y
la duda era justificable, ya que Sofía apenas llevaba conociéndolo 2 días.
Y Jose Juan entró con nada en la mano. Él pensaba que Sofía se reía de todas sus
tonterías… No, él se había percatado de todo (pese a casi no haber tenido contacto con
mujeres en toda su vida) y la saludó pero se notó que estaba muy emocionado. Sofía se
dio cuenta en ese momento de que debía hacerse la difícil y averiguar más acerca del
pasado de Jose Juan…
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-Sofía: “¿…a donde fuiste?”
-Jose Juan: “Es, en serio… pero no pude, tendremos que comer lo mismo de anoche y
¿Qué tal dormiste?”
-Jose Juan: “Sofía, tengo que preguntarte algo. Ahora que nos conocemos yo estaba
pensando que podemos hacer eso que hacen un hombre y una mujer… me refiero a una
familia”
-Sofía: “¡¿Qué?!”
Sofía se quedó entre sorprendida, feliz y asustada. Entonces era cierto, Jose Juan estaba
perdidamente enamorado de ella. Pero Jose Juan no era exactamente el hombre perfecto
con el que todas las chicas sueñan. Sino que era lo contrario (bueno… era amable,
directo, honesto, natural y sincero) aunque…
Bueno las mujeres tienen distintos gustos. Sofía consideraba que Jose Juan era un tipo
interesante. Jose Juan ignoraba esto y se lamentaba haberle dicho todo eso a Sofía.
Hasta pensó en no volver a la cabaña pero luego se dio cuenta de que esa era una
manera muy pesimista de pensar. Jose Juan volvería a la cabaña y le aclararía todo.
Pero encontró a alguien que no esperaba, era Alex y no se veía muy bien. “Llévame a la
cabaña, rápido, se hace tarde”, dijo Alex. Jose Juan se apresuró y lo llevó a la cabaña y
lo puso encima de la mesa. La caperucita estaba preocupada, Alex se veía dañado…
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-Alex: “Eso creo… creo que estoy muriendo, no lo recuerdo…”
-Alex: “El cielo se iluminó por completo y luego aparecí en otra parte del bosque”
-Sofía: “…”
-Alex: “No los vi, pero sé que eran ellos… y ese viaje… agravó mi enfermedad”
-Jose Juan: “¡No! ¡Esto es mi culpa! ¡No debí dejarte! ¡Soy un completo idiota! ¡Es mi
culpa!”
-Sofía: “¿De qué hablas? Claro que no es tu culpa pero dime ¿Qué enfermedad?”
-Jose Juan: “Una enfermedad incurable… una que… mi pueblo teme… una que ellos
temían pero… que…”
-Sofía: “Dímelo”
-Jose Juan: “Los de mi pueblo dijeron que Alex muere por dentro… órgano por órgano
y que no se puede hacer nada”
-Sofía: “Pero si tú no les crees, además eso está fuera de tu alcance, debemos llevarlo a
“Sodolima y gamarra”, allá sabrán cómo tratarlo”
-Sofía: “No, no es inútil. Jose, confía en mi, sé que podemos hacer algo pero deja de
lamentarte”
Pero ¡Oh! ¡Cereza!, era Leo, el desalmado asesino cara a cara con nuestro trío de
protagonistas. Leo se veía más enfermo e inhumano que nunca. Jose Juan se veía más
temeroso que en sus sueños. Leo era malvado y sangriento, Jose Juan era amable y
dulce. Pero eso no importa porque Leo tenía una enorme espada de 1 metro de largo.
Era el fin para Jose Juan y sus amigos. Entonces decidieron que era hora de contar sus
secretos…
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-Jose Juan: “No me corrieron de mi pueblo, me fui”
Leo se hartó (no lo dejaron hablar de Claudia) y decidió que el primero en morir seria
Alex. Sofía intentó calmar a Leo y le dijo: “Si realmente amas a claudia… ¿Por qué
sigues siendo un asesino y no te dedicas a ella?”. “Tengo miedo” respondió Leo y Alex
se río de él. Así que Leo no cambió de opinión y le entró más ganas de matar a Alex.
Sorpresivamente apareció un tipo muy ridículo de verde con amarillo y un antifaz gris.
“Soy… …. Supersobaco por si acaso” dijo… supersobaco. Supersobaco tenía gran
dominio de la espada y le hizo el “pare” a Leo. Alex dijo: “¡Es un extraterrestre!”, Sofía
dijo: “No, ¡es un retrasado mental!” y Jose Juan dijo: “¡No!, es… ya no me acuerdo”.
“Soy super sobaco” insistió supersobaco mientras medía fuerzas con Leo.
“Tú has osado contaminar el medio ambiente” exclamó supersobaco. “¿De qué hablas,
tarado?, dijo Leo. “Botaste los condones donde no debías y te ha llegado la hora”,
sentenció Supersobaco. La batalla parecía definir el destino de la humanidad pero sólo
era por condones. Super Sobaco dijo: “Váyanse” y Alex dijo: “No tío, esto esta chévere,
me quedo” pero Sofía y Jose Juan se lo llevaron arrastrándolo.
Leo y Super Sobaco parecían del mismo nivel pero Leo era más astuto porque dijo:
“Mira, ¡¿Qué es eso?!” y Super Sobaco volteó y le hicieron un corte en el pecho donde
las letras “Ss” se podían leer. Supersobaco volvió a caer unas dos o tres veces más pero
ya no se la volvieron a hacer. Estaban más parejos que nunca y esta vez Supersobaco
intentó distraerlo con “Mira, un chancho volador” y obviamente Leo no volteó y le
costó porque fue golpeado por Mr. Ecología (el compañero de supersobaco y su
presunta pareja… amorosa).
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“¡Que idiotez es todo esto!”, gritó Leo y tomó la decisión de revelar todos sus poderes.
“Ustedes luchan por unos condones y yo lucho por Claudia, y es hora de mostrarles mi
poder especial ¡”QUAKER WAKER”!”, dijo Leo y en ese instante expulsó un rayo de
su mano directamente al cuerpo de Mr. Ecología y lo volvió trigueño. Y luego contra
super sobaco y lo mandó contra un árbol. Era el fin para los dos héroes y nada podía
salvarlos (habían dedicado sus vidas a proteger el medio ambiente como si un árbol
fuera a salvarlos). Leo cogió la espada y dijo: “Maldito vegetariano” y el árbol salvó a
supersobaco. ¡El árbol detuvo a leo! Y le dijo: “No es vegetariano, es ecologista”,
supersobaco tomó la espada y atravesó brutalmente y acertadamente a Leo. El árbol lo
había ayudado. Leo se sacó la espada del pecho, estaba ensangrentado, y le lanzó un
rayo a supersobaco y al árbol. Después de maldecir al árbol, Leo le sacó la mascara a
super sobaco y quedó sorprendido pero ya no podía hacer mucho más que recordarlo y
huir.
Mr. ecología seguía con vida y pudo respirar tranquilo cuando vio la huida de Leo. Mr.
Ecología también usaba algo para cubrir su identidad: un antifaz. Pero usaba un polo
que decía “Mr. Ecología” y creo que era el único. Le puso la mascara a supersobaco y le
dio las gracias al árbol…
-Árbol: “No lo sé, no le digas a nadie, la última vez que uno de nosotros habló, no lo
dejaron vivir en paz porque le prestaban demasiada atención”
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-Mr. Ecología: “Ok, igual gracias, ah”
Supersobaco y Mr. Ecología habían vencido pero no acabado con el mal. Supersobaco
también le dio las gracias al arbusto y se fueron a buscar a Jose Juan y sus amigos. Alex
anhelaba estar en manos de la pareja de ecologistas y no en las de la inexperta Sofía ni
en las del miedoso y debilucho de Jose Juan (¿Héroe, él?). “Mejor déjenme morir,
ustedes no conocen el camino y tú, Jose Juan, eres un pesimista. Yo soy realista y sé
que es imposible que me salven” dijo Alex.
-Jose Juan: “¡Estás loco! ¡Me haces caminar hasta acá y ahora nos dices que te quieres
morir!”
-Sofía: “¡No tienes nada! ¡Alex, no te pongas así que me contagias el nerviosismo!”
Alex moría por dentro y se lo hacia saber a Sofía y a José. Alex no tenia mucho tiempo
y se retorcía de dolor (¿O no?... ¿Y si Alex sólo estaba actuando?…no es que no le crea
pero… ¿seres de otro mundo?... ¿su secreto es que se droga?... ¿creen en una
enfermedad que el pueblo le diagnosticó?… pero si ellos no les creían. Qué extraño),
era el fin para Alex. Jose Juan gritó “¡¡¡Por favor!!! Salven a Alex… si realmente
existen, ¡Háganlo!, ¡¡Vamos!! ¡No teman! ¡Muéstrense!” Pero nada pasó. Sofía y José
miraban a Alex y su semblante cambió. Pasaron de preocupados a desconfiados.
Ninguno de ellos había visto a alguien en agonía antes pero de todos modos la situación
de Alex y como se habían dado las cosas les hacia sospechar que todo se podía tratar de
un cuento, uno muy bueno. Seguían con métodos desesperados para pedir ayuda como
llamar a los extraterrestres pero con sus gritos solo lograron espantar a las aves del
bosque. Hubo un silencio. Duró más. Era de día y quizás los extraterrestres solo salían
de noche. Se miraron y empezaron a escuchar algo… parecían animales caminando o
corriendo. Pero luego todo dejó de ser turbio… ¡Escucharon unas risas! ¡Y era
imposible que no fuesen humanas!
Los tres empezaron a temer. Los seres humanos no son todos buenos y amigables. Las
risas cesaron. El sonido que parecía venir de todas las direcciones se extinguió. Alguien
los llamaba. Era de día y cierto era que no había mucho que temer (la oscuridad le daba
miedo… a Jose Juan) pero podría tratarse de otro mercenario. Jose Juan, Sofía y Alex
siguieron el sonido que los invitaba a acercarse y se asustaron al descubrir que eran 2
árboles, Sofía se asustó y se puso muy nerviosa, Jose Juan se quedó sorprendido y casi
petrificado, y Alex parecía celebrar el hallazgo de un extraterrestre. Alex les dijo: “No
tienen porque temer. Acostúmbrense a encontrarse con los desconocido y a esperar lo
menos esperado” pero eso no sirvió de mucho (bueno… solo para enaltecerse más por
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su “hallazgo”. ¿Y que de la posibilidad de que los árboles en realidad pueden hablar?
Eso es algo inesperado, ¿Por qué no creerlo?). Alex los miró fijamente y les preguntó:
(los árboles también tenían ojos, estos sí) “¿Qué son?”.
-Alex: “…”
-Alex: “Interesante, así que tú… ¿Cuántos años tienes? ¿De donde vienes?”
-Árbol # 1: “Tengo muchos, ¡Siempre he estado aquí! ¡Basta ya! ¡Nosotros los
llamamos para ayudarlos!”
-Jose Juan: “Alex, deja de hacer preguntas, es obvio que es un árbol con ojos y boca que
además no puede caminar… porque los árboles no caminan”
-Árbol #2: “yo sí puedo… es sólo que Willy es… es… lisiado… El es así desde que
vine a este bosque”
-Alex: “¿Dicen que son árboles y que tener ojos, hablar y ser lisiados es normal? ¡No!
¡Esto es obra de extraterrestres! ¡Por favor díganme, ustedes vieron lo que pasó anoche!
¡¿Los destellos?!”
-Árbol #1(Willy, el que no camina): “los vimos y quedamos tan sorprendidos como tú
pero nunca hemos visto extraterrestres, ese es un cuento”
-Árbol #2: “No… eso que ves escrito lo hizo un muchacho luego de orinarse en mi
tronco. Hay tantos árboles y muchos que no hablan y otros que reprimen sus
sentimientos y ¡me tocó a mí!, me dieron ganas de llamarle la atención a ese chiquillo
pero bueno… él nunca lo hubiera entendido, ¡Maldito chiquillo!”
La charla se acabó. Jose Juan y Sofía habían estado mirando a Alex con mucho
detenimiento y luego de verlo hablar con el árbol se dieron cuenta de que su alegría lo
había curado temporalmente o les estaba haciendo una broma muy pesada. A pesar de
eso, rápidamente tomaron el camino que Willy les indicó. Alex, Sofía y Jose Juan eran
llevados por Andrea. Atrás les seguía Willy con sus grandes muletas de madera. El
camino a “Sodolima y gamarra” estaba lleno de árboles. Sofía tenía curiosidad y temor
de ver a su padre y a su mejor amigo, josefino.
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¿Pero dónde habían quedado los verdaderos héroes? ¿Qué había sucedido con ellos?
Ellos habían demostrado valentía al defender el bosque pero se olvidaron de Sofía y los
demás. Supersobaco y Mr. Ecología eran grandes héroes pero poco les interesaba el
bienestar de las otras personas. A veces parecía que ser ecologistas solo era proteger el
bosque excluyendo a los humanos que la habitaban. Quizás era así. Quizás sólo
cuidaban el medio ambiente para ellos mismos. La ayuda desinteresada hacia el medio
ambiente los había atontado y alejado de su verdadero objetivo: Hacer del bosque un
lugar habitable por todos. Tal vez nunca fue solidaridad y buena voluntad. Y lucharon
más por unos condones botados que por salvar a Alex. Era de día pero eso ni les
interesaba. Todo era el bosque. Todo era ellos mismos. Ellos sólo fueron héroes de un
día y se volvieron unos alucinados capaces de hacerlo todo. Nunca esperaron que un
árbol los fuera a salvar y en ese momento estoy seguro de que pensaron haber
malgastado su vida protegiendo el bosque. Así es, la ayuda siempre fue para ellos
mismos. Porque si alguien ayuda a un desconocido es para hacerse sentir bien uno
mismo. Ellos encontraron la cabaña de Jose Juan (que estaba cerca de una montaña,
creo) creyendo haber hecho lo mejor que era quedarse y proteger el bosque.
Bueno quizás exageré. ¿Qué tal si vemos lo que hablaron? Ellos son buenos tipos y el
hecho es que salvaron a los protagonistas. Yo solo trataba de mostrar mi teoría de que
estos héroes son unos… olvidadizos, conversaron en la cabaña y de Sofía casi ni se
acordaron…
-Supersobaco: “Sí, a mí. Mira cómo quedo mi traje. Está roto, ya no es hermoso (nunca
lo fue)”
-Supersobaco: “¿Qué dices?, mira como quedó mi traje, es una tragedia. Aunque tiene
solución… me compro otro. Pero creo que este pedazo de mi traje en el pecho que dice
“Ss” dice algo”
-Supersobaco: “Pero mañana pueden ser 3 y luego 4, y luego 100 y luego todos… todo
el mundo se preocupará y protegerá el planeta”
-Mr. Ecología: “¿Vas a ser madre? Entiendo lo que tratas de decirme pero la ultima vez
que intentamos hablar con la gente casi nos arrestan por inmorales y no sé por qué”
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-Supersobaco: “Fue… porque fuimos desnudos. Bueno… yo con la máscara y el
antifaz.”
-Mr. Ecología: “jajaja lo recuerdo y recuerdo cuando un corto de vista dijo que tenias 3
brazos jajaja”
-Mr. Ecología: “Así, pero por suerte solo fueron media docena, no se rompieron más
vasos”
-Supersobaco (algo confundido): “Como sea… creo que… tengo el plan perfecto y el
mundo será mejor. Y quizás podamos salir desnudos. Esparciremos el rumor de algo
llamado “calentamiento global”, la gente se la cree y empieza a preocuparse y proteger
el medio ambiente y ahí salimos… el mundo se hace un maravilloso lugar para vivir y
el rey Martín funda “Las reservas ecológicas del mundo para que sus habitantes vivan
en ellas sin pagar” y por fin. Lograremos nuestro objetivo de lograr un mundo mejor”
-Supersobaco: “Sí y creo que ahora que veo esta parte de mi traje… quizás ya no deba
llamarme supersobaco… porque tú y yo protegeremos toda la tierra y desde hoy la “Ss”
ya no significa supersobaco… ¡¡¡significa Super Sensual!!!”
-Mr. Ecología: “¡¡¡Sí!!! Y yo ya no soy más Mr. Ecología, el mundo que salvaré me
conocerá como…, como… ¡¡¡Mr. Ecología 2!!!”
Eso significa que…, no fue malintencionado lo que había dicho pero ahora, en ese
momento, Super Sensual y Mr. Ecología 2 decidieron salvar el mundo y demostrar que
no son egoístas pero que memoria casi ni tienen. ¡A luchar por el medio ambiente!
Pero ¿Qué pasaba en otros lugares que no eran el bosque? El mundo seguía igual, el
bosque solo era un bosque más y el rey no estaba enterado del prostíbulo, de la muerte
de su hijo, de unos desalmados que hacían la ley por ellos mismos ni de los árboles que
caminan. El rey Martín era idiota y como buen idiota todo parecía ser bueno o malo
solamente. No había mucho que pensar ni mucho que decir. O era sí o era no. Ignoraba
muchas cosas como todos y no le interesaba enterarse de sucesos como algunos y era un
rey que no sabia gobernar como pocos. La mayoría de reyes inútiles se preocuparían,
mandarían a matar a la gente o tratarían de ser populares. Pero el rey Martín pertenecía
a la minoría que se divertía con cosas tan simples como los bufones de la época que
hacían bailar a una marioneta y martín los llamaba ilusionistas. Esos bufones no eran
más que borrachos desempleados que con golpes de suerte llegaban al castillo. El bufón
favorito de Martín se llamaba Democracio. Martín maltrataba a democracio y se reía de
Democracio y Democracio solo daba su punto de vista (qué imbécil).
Democracio estaba para entretener al rey y su truco principal y el más “asombroso” era
levantar la marioneta 5cm sobre el piso. A este truco lo denominaba “levitación”. Y lo
más baboso de esto es que algunos creían que Democracio tenía poderes especiales.
Democracio también era cocinero (compraba la comida en las tiendas), guardián (no
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dormía ni media hora… su doble), asesor de belleza (le limpiaba los pies a martín) y
basurero (abría la boca).
No, ¿saben qué? Democracio es un pobre imbécil que no sea hacer respetar y deja que
los demás abusen de él. Y cuando quiere callar a alguien pide “por favor” y así de
imbécil y pasivo es. Es un pobre idiota que merece morir. Y ya morirá, ojala le lancen
una flecha en la cabeza o que le den con la marioneta o mejor véndanla y cómprenle
algo decente.
-El rey Martín: “Democracio jajaja jujuju ¿tienes algún truco nuevo?”
-Democracio: “Mire mis pantalones y haré que Lázaro despierte, fíjese bien, no me
quite los ojos de encima”
-Martín: “A ver”
-Democracio: “Sí, señor. Pero no le diga a nadie. Este truco se lo robé a otro borracho”
-Democracio: “Muchas gracias, señor. Es cierto, su comida debe estar lista… hoy le
preparé algo exótico. Lo voy a sacar del horno… ¡Es ceviche chileno!”
-Martín: “¿Estás seguro?, bueno… ¿y mi hijo? ¿Tengo un hijo, no? ¿Ya es mayor?”
-Martín: “¿Invitados?”
-Democracio: “Exacto”
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-Martín: “No te creo, ya nadie visita al rey, bueno solo los loquitos que hablan de unos
tales impuestos”
-Claudia: “No viejo, hurry up o sea apúrate. ¿Eso fue un chiste? Tú sigues en la edad de
piedra. Ay y eso no es ceviche de Chile.”
-Martín: “Hija, ya sabemos que eres media brutita, no lo hagas más vidente”
-Claudia: “Se dice invidente, viejo. Ay viejo, ah y eso o sea eso, para tu información, es
lo mismo que Democracio te trae todos los días y se llama pizza”
-Martín: “jajaja… claro hija, claro, ¿Crees que no me hubiese dado cuenta? Eres muy
graciosa. Yo confío en Democracio, él es leal como un perro.”
-Claudia: “¿Qué te alucinas?, viejo. Bueno igual me voy pero porque yo. Yo y solo yo,
quiero irme. Yo soy la que te dejo”
-Martín: “¿Bello? ¿Te parece bello estar con una señora que ya no es sexy y que ya
aburre? ¿Eso te parece bello? ¿Soportarías a mi hija?”
-Democracio: “Señor, debemos ir a atender a los invitados. Usted tiene que juzgarlos”
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Martín (el rey) y Democracio (el perro) se fueron a la sala principal sin saber que se
enterarían de una noticia que los estremecería. Joel tenía ganas de gritar la verdad y los
guardaespaldas tenían ganas de ocultarla. Era la última oportunidad de declararse
inocente. Joel debía aprovecharla o resignarse a morir.
En ese momento utilizó su no tan brillante cerebro para imaginar su vida si hubiera
hecho las cosas que realmente quiso hacer y no solo lo más fácil. Nunca se había
atrevido a nada, pensaba haber madurado pero ahora todo le parecía más evidente. El
seguía siendo un perdedor y estar a punto de ser juzgado lo demostraba. Tuvo la
oportunidad de matar al príncipe proxeneta y falló. Pero no fue su única oportunidad ni
la única cosa que debía hacer. Su vida no era lo que él quería porque él era un cobarde.
Él único capaz de solucionar este nuevo problema era él y callar era la opción más
inútil.
-El rey Martín: “Disculpen ladies pero ese no es el lenguaje… adecuado para los
caballeros como nosotros, sé que podemos llegar a un acuerdo en el que luego de
exponer nuestras diferencias podamos pasar a mi cuarto y tener una orgía, (estornudo),
es decir, (estornudo), fiesta con mi sebosa, diré (estornudo), esposa”
-El rey Martín: “Jajaja juijuijui jajaja, todos dicen lo mismo, y siempre les digo…
piedra mala nunca muere”
-Guardaespalda 1(el negro con lunar): “Señor, esta mierda, disculpe, esta porquería se
atrevió a clavar a su hijo”
-Guardaespalda 2 (el otro negro sin lunar): “Por favor os ruego un poquitillo más de
respeto porque esto es cosa seria, ¿vale?”
-El rey Martín: “No te entendí ni el acento, ¡habla castellano! ¡Es una orden!”
-guardaespaldas #2: “Pero no os entiendo. Vos siendo el rey debería ser como que más
europerizado y haber usado crema blanqueadora”
-El rey Martín: “Yo amo a suda y también a América y Europa no me sirve ni para ir al
baño”
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-Democracio: “Por favor su señor, creo que todos deberían comportarse de una forma
más adulta”
-guardaespaldas #2: “Che, fijáte que tu credibilidad esta como la de sir maradona, no
nene, a vos no se te podé creer. Un día nos vas a venir con la joda esa de que dejaste las
drogas, no che, no podés, ¡¿Qué tan pelotudo crees que soy?!”
-El rey Martín: “¡Te lo advertí! ¡Al calabozo! ¡Sin juicio! ¡20 años por faltarme el
respeto! ¡5 años más por no haberte bañado! ¡2 años más por delirar con mi hijo! ¡Y 2
meses más por no ser negro!”
Mientras era trasladado por dos negros que lo insultaban por no ser negro (creo que en
realidad era por no bañarse… de estas ridículas coincidencias sale el dicho ese que dice
“si no eres negro, no te bañas” y “si no eres negro, no manejes”). Joel veía a su
alrededor y se perdía en su imaginación. En vez de ver un suelo asqueroso, el veía un
piso de mármol. En vez de ver su ropa andrajosa, el se veía en tela fina. En vez de ver 2
negros, el veía a 2 blancas muy sexys. Joel necesitaba celebrar algo, necesitaba sentirse
alegre siquiera por un momento, lo que él necesitaba era darle un sentido a “su nueva
vida”. Y así fue, después de 27 años con 2 meses, el seria una nueva persona y, claro, se
vengaría, ¿Por qué no?
Después de ser arrojado a su celda, vio que era una inmundicia y que le daba nauseas, el
olor era insoportable, el piso estaba húmedo, las paredes parecían puntiagudas (no
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tanto… solo se hincó el dedo) y su compañera era una loca. Era una mayor desgracia,
pasaría 27 años con 2 meses con una loca cuarentona. Era una aún mayor desgracia, la
loca cantaba una canción en su español muy mal pronunciado, desafinaba y su ritmo era
horrible.
La vida no termina solo porque llega una tragedia. Las personas pueden reponerse y
vivir una nueva vida que hasta puede ser más interesante y exclusiva. ¿Nunca han
querido ser mancos? ¿O ciegos? ¿No les da curiosidad? Obviando todo lo malo, algo
bueno siempre hay. Quizás hay personas a las que no les interesaría que les faltase una
pierna, un brazo o un ojo. Porque cuando naces y creces, aprendes a aceptarte y a
entender que tu vida puede ser envidiada e interesante. Tu vida llega a ser única y
cuando te das cuenta de eso, la valoras muchísimo. ¿No te gustaría tocar fondo para
luego superar todo y sentirte realizado? Eso es la “auto destrucción” (palabra inventada
en la segunda guerra mundial, creo). A veces buscamos eso sin darnos cuenta.
Buscamos sentirnos desdichados e incomprendidos cuando en realidad no es así. Y es
porque creemos que nuestras vidas son aburridas y que nuestro mejor amigo es gay. Así
que nos creemos todo esto para buscar una alegría que ya teníamos pero que no
disfrutábamos.
Eso le pasó a Joel pero el muy tarado se la creyó demasiado y se le hizo costumbre. Un
mal hábito que lo excluyó de la vida que él tenía y que no vio. Dejaba que algo le
saliera mal para luego hacer algo como si fuera dos veces bueno. Por eso y el hecho de
que Joel casi ni pensaba, Joel terminó en una cárcel y decidió vengarse pero solo para
darle un sentido a su aburrida e infeliz vida.
Casi lo mismo pasaba con el rey Martín, sólo que no hay mucho que decir de él ya que
era idiota. Y cuando eres idiota, simplemente eres idiota. Tu concepto de la realidad está
tan poco definido que puedes llegar a creer que puedes volar o hasta te puedes creer rey.
Eso le pasaba al rey Martín (sí, era rey pero lo de fantasear con volar sí le pasaba) y lo
ignoraba. Era un tipo que lo único que le preocupaba era tener un día aburrido.
Y ese día, particularmente, fue muy entretenido. Se presentaron dos pueblerinos para
quejarse de un secuestro y reclamarle al rey una ayuda necesaria. Martín tocaba el
pepino y Democracia le informó la queja. El pepino tuvo que esperar y también los
pueblerinos. Martín tuvo una “brillante” idea… haría pasar a Democracio como rey para
ver qué pasaba… pero antes Democracio tuvo que darle una mordida al pepino de
Martín…
“Mi nombre es Josefino y han raptado a mi mejor amiga luego de agredirme, además sé
quiénes fueron” exclamó el caballero.
“Fueron los guardaespaldas del hijo del rey, los guardaespaldas del príncipe”, respondió
Josefino.
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“Justo acaban de venir a entregarme a un criminal, pero no pudimos escuchar su historia
y fue enviado directo al calabozo”, dijo Democracio.
“Él es la clave de todo esto, o quizás él sepa algo. Los guardaespaldas se dedican a
hacer el trabajo malévolo del príncipe”, dijo Josefino.
“Es una acusación grave contra el príncipe pero siendo usted un noble, señor Josefino,
merece credibilidad pero de comprobarse lo contrario usted tendrá que pagar las
consecuencias”, explicó Democracio.
“Entonces el preso dará su testimonio y los guardaespaldas serán interrogados con el fin
de conocer el paradero de la secuestrada. El rey aprobará todo”, concluyó Democracio.
Sí, Josefino era el mejor amigo de Sofía y el viejo era el padre de la chica antes
conocida como caperucita azul. “La ayuda tarda pero llega” dicen por ahí. Pero…
¿estaban a tiempo? ¿Qué diría Joel? ¿Le creerían? Democracio le rogó a Martín de
rodillas y Martín dijo que siguiera haciendo de rey (¡Un momento! Era obvio que nadie
veía a Democracio como rey. Pero le hacían caso de todos modos, creo que no era la
primera vez que el rey hacia esto). Se corrió la voz por el pueblo, los guardaespaldas
iban a ser llevados al castillo ya que eran sospechosos del crimen del siglo. Mientras
tanto, Josefino, el viejo y Democracio interrogaban a Joel…
-Joel (algo desconfiado y muy sorprendido): “… ¿puedo confiar en ustedes?... este lugar
es mejor que mi celda pero… hay demasiado silencio… ¡Explíquenme esto! ¡¡Yo soy
inocente!! ¡¡¡El príncipe está muerto y yo no lo maté!!!”
-Democracio: “¿Dices que el príncipe está muerto?... ¿Y como se supone que sucedió
eso?”
-Joel: “Pues… otra persona raptó a su hija… y mandaron al otro de los mercenarios a
traerla… pero él no hizo eso y en su lugar regresó al prostíbulo y me hizo cortes…
¡Luego cogió la espada!... y traspasó al príncipe… ¡yo no lo maté! ¡Soy inocente! ¡Ellos
tienen el cuerpo!...”
-Josefino: “Eso significa que no sabes dónde está la caperucita ni quién fue el maldito
que se la llevó”
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-Democracio (pensativo): “Sí… y también significa que el único heredero… está
muerto… pero aún tenemos que interrogar a los guardaespaldas”
-Joel (desesperado): “¡No! ¡Soy inocente! ¡Sáquenme de este lugar! ¡Quiero re-hacer mi
vida!
-Guardaespalda #1: “¿Cómo? ¿El príncipe?... Él… está muerto. Ya lo dije, el príncipe
está muerto, el hijo del rey está muerto”
-Nº 1: “Sí… déjenme contarles a todos aquí presentes que… hicimos todo lo posible por
salvar al príncipe pero nos tomó por sorpresa. Estábamos cortando margaritas… y…
Joel nos atacó y mató al príncipe”
-Nº 1: “No”
-Nº 2: “No”
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-Josefino: “¿Saben dónde está la muchacha de azul?”
-Josefino: “Me parece lo más imbécil del planeta tierra, con su perdón pero es lo que
creo”
-El viejo: “El príncipe era… ¡Un hijo de perra!... diré… ¡si!... en sentido figurado”
-Democracio: “Respeten por favor… ¡Aquí está Joel! Les hago la pregunta a los dos…
esto será histórico… que el pueblo se entere…”
El público disfrutaba este caso y ya pedían la muerte de los dos guardaespaldas pero
faltaba la pregunta reveladora…
-Joel: “¡No es ningún invento! El prostíbulo está en el bosque, muy cerca del bosque
prohibido”
-Joel: “¡¡Soy inocente!! ¡¡Leo fue el asesino!! ¡El otro mercenario lo mató!”
-Nº 1: “Mírenlo… ¡Es obvio que este sujeto esta alterado! ¡Así son los asesino!”
-Nº 2: “Sí…”
-Nº 1: “¡¿Qué?!”
-Joel: “¡El príncipe mató a la familia de su asesino! ¡Fue uno de los que planeó la
masacre junto a uno de los clientes del prostíbulo!”
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-Nº 1: “¡Él es un mentiroso, es un asesino!”
Josefino le decía a Democracio que lo mejor era preservarle la vida a Joel para
averiguar la ubicación del prostíbulo y empezar a buscar a la caperucita azul pero…
Democracio vio su oportunidad de hacerse popular y sabía que ya no había heredero así
que…
-Democracio: “¡¿Por qué el rey tiene que decidir el castigo?! ¡No, ya no! ¡Ustedes
decídanlo! ¡Vamos, es lo que quieren! ¡El poder está en sus manos! ¿Quieren que muera
Joel? O ¡¿Quieren que mueran los guardaespaldas?!”
-Democracio: “El rey Martín no se encuentra aquí y eso no importa. Ustedes decidirán
el destino de estos 3 hombres. Les propongo la muerte de estos tres”
-Josefino: “No, no, no. Pueblo, dense cuenta de que esto es incorrecto. Que un solo
hombre gobierne está mal pero no debemos abusar de nuestro poder”
-Democracio: “¡¡Saquen de aquí a este aburrido!! Se debe hacer lo que el pueblo pida”
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no podía ir en sentido contrario a la inmensa multitud, trató pero el hombre había
desaparecido. Corrió con el viejo y el resto de las personas fuera del castillo. ¿Es así
como debía seguir la historia? Hasta yo me pregunto qué ocurrió.
Josefino y el viejo ya estaban fuera del castillo. Josefino dudaba de todo. “¿Realmente
lo vi?” se preguntaba. “¡Esto es horrible!” gritaba el viejo. Quizás era Leo, el
mercenario. O algún mercenario de Martín, o quizás un asesino de otro reino que
confundió a Democracio. Hay mucho para escoger. ¿Cómo estar seguros de lo que
realmente sucedió? Era imposible. Este acontecimiento había marcado a todos. La única
manera de ejecutar el homicidio era desde el interior de la sala principal. Así que todo
se reducía a un asesino que nadie esperó, los guardias nunca revisaban a los aldeanos y
allí fallaron. Quizás menospreciaron demasiado a los de “la village”. Aunque habían
fallado. O tal vez el cometido era acabar con la vida de Democracio. ¿Por qué o para
que? ¿Qué podían ganar con la extinción de un simple payaso? De Joel no se sabía nada
y el era un muy posible asesino. ¿Pero en que momento? No, no pudo ser él. Joel estaba
inubicable pero era imposible culparlo…
“La village” era enorme. Un desierto que parecía no tener fin. Sin exagerar, había
muchos lugares inhabitables y desconocidos. ¿Dónde estaba el asesino? ¿Dónde?
¿Dónde estaba? ¿Tomando sol en una playa? ¿Riéndose de todos? ¿Sintiéndose
satisfecho? ¿El asesinato de la historia? ¿El homicidio perfecto? ¿Por qué la gente no
hacia nada para hallarlo? La gente se olvidó de su rey transitorio y olvidaron su deseo
de propagar la democracia. La muerte de una persona los atemorizó hasta hacerlos
querer suicidarse. Eran unos cobardes que no merecían tener lo que querían. La gente
merecía lo peor. Estuvieron a punto de lograr algo grande pero dudaron de sí mismos.
No les interesó hallar al culpable ni siquiera sabiendo que quemándolo frente al castillo
haría que Martín abandonara el pueblo. Eran sólo personas que esperaban que el resto
las ayudara. Eran unos malditos y asquerosos aldeanos. Eran la porquería más grande
del planeta. Eran como animalitos temerosos. Eran pobres y se sentían basuras sin poder
ni voz. Pobres asquerosos y perezosos malditos.
-Una persona misteriosa: “¡Despierta! ¡Estás a salvo! ¡Eres inocente y ahora libre! ¡Tú
sí lo deseaste de verdad y estuviste dispuesto a todo!”
-Joel: “……. (Lo miró fijamente)… …este es el desierto, ¿Quién eres y por que estoy
aquí?”
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-El misterioso: “Te estoy dando una segunda oportunidad, olvida todo lo que has vivido,
ya no más. Tendrás una nueva vida lejos de todo.”
-Joel: “¡Aquí no hay nada! ¡Es solo arena! ¡¿Qué clase ayuda eres si me rescatas para
luego dejarme en un desierto?!”
-El misterioso: “Es curioso como he pasado de ser tu salvador a ser un mentiroso. ¡No te
confundas! ¡Democracio nos iba a arruinar a todos! ¿Sabes lo que iba a suceder si no lo
mataba?”
-Joel: “… (Mirándolo)…”
-El misterioso: “La democracia es para los débiles y ese pueblo no estaba preparado”
-El misterioso: “Que nunca hubiese funcionado… “Sodolima y gamarra” y “la village”
no están preparadas para nada. Lo mejor es que solo un hombre las gobierne. Ellos
nunca podrían con ellos mismos. Necesitan a alguien que tome decisiones por ellos.
Además, ¿Te hubiera gustado morir mañana?”
-El misterioso: “Democracio iba a pedir tiempo para que regresaran y tomaran una
decisión. Tu destino iba a estar en manos de toda esa gente, El rey martín iba a
recuperar la corona, Democracio iba a ser desaparecido y nada bueno te esperaba”
-El misterioso: “La señora, tu compañera de celda, te iba a violar y te iba a contagiar de
sida. Ibas a perder tu virginidad e ibas a quedar traumatizado. Un rey de otros lares le
iba a proponer a Martín que tú pelearas en un coliseo y finalmente ibas a morir”
-Joel (sorprendido y aterrado): “¿Cómo sabes eso? Quiero irme de aquí, no puedes
dejarme aquí”
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-El misterioso: “Si quieres una nueva vida tendrás que quedarte por un tiempo aquí,
nadie sabrá de ti y se les olvidara pronto”
El reino volvió a la normalidad con Martín al mando. Y él había aprendido algo muy
importante y eso era ser popular. Darle a la gente lo que quiere a veces funciona. Martín
tuvo que tomarse un poquito más en serio su puesto como soberano… y buscarse otro
bufón no tan inteligente. Si eran más inteligentes que él no tendrían oportunidad de
acercarse al castillo. Era la mejor manera de despreocuparse. Desde ese día Martín se
dio cuenta de lo importante que son los idiotas para la sociedad. Aunque… iba a
extrañar a… “Lázaro”.
Por supuesto que las personas ya se habían enterado de todo lo sucedido y sólo se
resignaban a tener al mismo rey negro de las últimas décadas. Mientras el rey creyera
que era negro (no lo era pero se la había creído bastante) habría un trato preferencial
para los negros. Incluso en los hospitales donde le daban prioridad a los negros en casos
de emergencia. ¿Pero por qué los negros? Solo Martín lo sabía. Los médicos estaban en
contra de todo eso y sin hacerlo público decían que martín era un incompetente y lo
mejor era que todos se mueran.
-Doctor: “¿Puedo ayudarles en algo? ¿Tienen algún familiar negro? Hoy hay 2 x 1”
-Jose Juan: “No, señor, ¿No ve que soy blanco como la leche?”
-Doctor: “Si el paciente tiene un lunar marrón son 2% de descuento, si el lunar es negro
son 15% de descuento”
-Jose Juan: “Creemos que fue raptado por extraterrestres y que le insertaron algo que
agravó su enfermedad”
-Sofía: “Por favor señor, lo hemos traído desde un bosque muy lejano”
-Doctor: “Está bien… haremos cirugía, tendré que cortarle una pierna o algo así”
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-Doctor: “Yo soy el doctor aquí, que nunca haya ido a la universidad porque este pueblo
no tiene una, no significa que sea un ignorante”
-Jose Juan: “Pero parece que lo fuera, yo no confío en este doctor, Sofía.”
-Doctor: “¿No confían en mi? El músico más famoso de nuestra época fue atendido por
mí. Le corte el uñero y le salvé la vida. ¿Creen que antes de la operación él dijo que no
confiaba en mí? No, el dijo… “te doy toda y cada centímetro de mi confianza” y eso es
algo que Uds. deberían aprender”
-Sofía: “Aun así, creo que deberíamos darle una oportunidad o preguntarle quién más
nos puede ayudar”
-Jose Juan: “Eres una tonta, ¿Lo sabías? Este sujeto no merece ni nuestra atención. Por
eso me fui de mi pueblo y me quede en una cabaña. No soportaba las estupideces de la
sociedad, tienen reglas muy estúpidas para convivir”
-Sofía: “No puedo creer lo que me acabas de decir, ¿Así planeas conquistarme?, ¡Eres
un idiota!”
Sofía se fue dejando a Jose Juan muy preocupado y a Alex en manos de eso que dice ser
doctor.
-Jose Juan: “Búsquese a alguien que realmente sea doctor y me lo atienden. Alex, voy a
buscar a Sofía, creo que ella se molesta por pequeñeces pero… me siento mal de todos
modos. Me voy a hablar con ella”
Cuando Jose Juan dijo eso no se le notó muy preocupado y arrepentido. Pero es que sólo
le había dicho tonta. Tanto lío por eso, que tontería. Al que si no se le veía hipócrita era
a Alex. Sus llantos eran muy reales igual que sus gritos.
Mientras Alex era operado, Jose Juan se encontraba con algo casi nuevo: una sociedad.
Las cosas eran muy diferentes, todos eran tímidos y metidos en sus problemas, eso le
parecía anormal. Las personas además eran antisociales con los extraños y había
demasiadas personas. Era un caos, era chocante para él. Había visto árboles que hablan
pero, para él, la sociedad era más extraña aún. Encontró un bar y luego de relacionarlo
con barbacoa, para después relacionarla con fideos para que al final pudiera relacionarla
con gente delgada, él creyó que un bar era un lugar muy tranquilo donde se reunía gente
delgada y solidaria. Entró al bar y vio gente teniendo sexo con gatos y con palomas y no
todos eran delgados. Las personas le preguntaban si quería hacer un cuarteto sexual,
otros le hablaban de la palanca y otros decían que querían darle su anillo salado. Jose
Juan rechazó las dos primeras pero le entró curiosidad por el anillo salado. Así que lo
invitaron a entrar a un cuarto oscuro donde se escuchaba el jadeo de personas y en la
parte iluminada había un hombre que se veía emocionalmente destruido. Jose Juan se
acercó con mucha cautela, se acercaba al hombre por dos cosas: 1.- era mayor que él y
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quizás tenía unos trucos para conquistar a Sofía… …2.- Quizás él le enseñaría el anillo
salado.
-El señor: “Seguro quieres un cochino autógrafo, quieres que te viole o me vienes a
contar uno de tus problemas sexuales. Adelante, me siento mal, quizás me entretenga un
poco contigo. ¿Qué más puedo perder?”
-Jose Juan: “Bueno… Yo vengo de una cabaña donde me la pasé más de 10 años. Me
fui buscando el sueño de un amigo. El creía en extraterrestres y me pareció un tema
interesante”
-El señor: “¿Crees que soy un charlatán? ¿Por qué no me lo dijiste antes? Hay muchos
idiotas egresados de grandes colegios que creen saber bastante. Si les tienes fé podrás
tragarte alguna de sus supuestas enseñanzas. Yo te hablo porque tengo experiencia y no
soy un crédulo. En cambio, ellos creen en cosas como en dios”
-El señor: “Jajaja ¡Por favor! Dios es el invento de una señora loca cuarentona con sida
que está recluida en los calabozos de ese castillito”
-El señor: “Sí, jajaja, por ahí me enteré que hasta le inventó un hijo mitad humano. ¿Por
qué la gente es tan crédula, no se dan cuenta de que se lo copio de Hércules? Jajaja, ese
libro que tiene es un éxito total. O quizás no. Comenzó como ciencia ficción y ahora
todos se la han creído”
-Jose Juan: “Señor, qué bien que usted sea no creyente pero yo le vengo a hacer otras
preguntas”
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-El señor: “Cuando eres alguien como yo y te gustan las drogas, no eres drogadicto.
Cuando eres como yo y no crees en dios, tampoco eres no creyente. Yo simplemente
soy yo mismo y no me interesa pertenecer a ningún grupo”
-Jose Juan: “Sí señor… …vengo a hablarle de la chica de la cual estoy enamorado…”
-El señor: “No me digas que crees que el amor hace la felicidad”
-Jose Juan: “Hace rato que le quiero hablar de mi… bueno, de la chica que me gusta y
Ud. no deja de hablar de la loca”
-El señor: “Es que tú no la conociste cuando era más joven, siempre tuve ganas de
penetrarla… por lo menos por la oreja. Esa era mi fantasía sexual cuando era más joven.
Bueno… empieza a referirte de ella como tu enamorada. Eso de “la chica que me gusta”
o “la chica de la cual estoy enamorado” es para perdedores”
-El señor: “¿”Pero suena bonito”? ¿Eres marica o qué? No, tú eres un hombre, no lo
olvides”
-El señor: “mejor di “de acuerdo” en lugar de ok. Un momento, creo que ya sé cual es el
problema. ¿La chica te hace caso?”
-Jose Juan: “Sí pero se hace la difícil. El problema es que le dije tonta y se molestó
bastante y hasta la vi decepcionada”
-El señor: “Bien… ¡Eres un baboso! Se nota que le importas mucho a la chica y también
se nota que la tienes acostumbrada a cosas románticas”
-Jose Juan: “¿Le parece romántico que yo haya salido a cazar un venado para hacerle el
desayuno?
-Jose Juan: “Sí pero creo que a ella no le parece baboso y hasta le gusta que haga esas
cosas… pero últimamente se ha echo la difícil y lo ultimo que hice fue insultarla”
-El señor: “¿Por qué no simplemente tienen sexo y ya? Verdad… uds creen en el amor”
-Jose Juan: “¡El amor existe! ¡No creeré en dios! ¡Pero tampoco creo en los científicos
que dicen que el amor es solo química y órganos! Y si es así, entonces… soy un hereje.
Ud dice eso porque nunca conoció el amor verdadero o lo dejó pasar. No se da cuenta
de que el amor también es divertido. El sexo es solo la rutina”
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-El señor: “Interesantes palabras de un enamorado que se mete a un cuarto oscuro con
gente teniendo sexo en casi todo el lugar, y que viene a hablarle al mejor cantante de la
época”
-Jose Juan: “¿Eso fue sarcasmo? Disculpe, pero creo que ud debería buscar a su
verdadero amor y si lo dejó pasar quizás no es tarde para recuperarlo”
-El señor (mirándolo): “Quizás tengas razón, todo es posible en este mundo de
posibilidades infinitas, solo espero que no sufras una decepción amorosa”
-Jose Juan: “No le tengo miedo a las decepciones amorosas, un consejo, deje de decir
todas esas frases, seguro y espantó más de una vez a su amor verdadero”
-El señor: “Jaja, me caes bien, me alegraste la noche, ven mañana a mi concierto, será
muy cerca al castillo por el cumpleaños del rey Martín y por su regreso al trono… del
baño”
-El señor: “Verdad… tú eres un exiliado ajeno a la sociedad que caza venados para
sobrevivir. Jaja, muchacho, averigua todo y lleva a la chica. Nunca la lleves a un
teatro… es tan poco original y aburrido”
Después de todo eso, Jose Juan se dio cuenta de que no quería terminar como el mejor
músico de la época, no quería ser un obsesionado por el sexo y tampoco un perdedor
disfrazado de ganador. Sabía que había muchas chicas y que eso de enamorarse no pasa
solo una vez pero ¿Por qué desperdiciar esta oportunidad? ¿Para que tratar con otra y
luego arrepentirse? Sofía quizás no era “la indicada” pero quizás sí la mas adecuada. Si
no funcionaba con ella podía probar con las siguientes pero dejarla pasar seria un
colosal error. Además… él la amaba. Así que decidió regresar al hospital y tuvo mucha
fe en que Sofía estaría ahí. Corría al hospital deseando ver a Sofía, eso era en lo único
que pensaba. Corría y corría siempre con mucha fe. Hasta creía poder llamarla
telepáticamente y pedirle que vaya al hospital. Cada vez se acercaba más al hospital y su
corazón latía más rápido. Ya estaba muy cerca y su corazón parecía saltarle del
cuerpo…
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-Sofía: “¡Hola tonto!”
-Sofía (confundida): “¿Molesta? ¡No! ¿De donde sacas eso? ¡Yo no estoy molesta! ¿Lo
dices por lo que pasó hace… 2 horas?”
-Sofía: “Jajaja claro que no, tenias razón… el doctor está un poco loquito”
-Jose Juan: “Jaja… ok, entonces todo bien, ¿Cómo está Alex?”
-Sofía: “Me dijeron que espere un rato pero ya ha pasado demasiado y se supone que
hoy me iba a re-encontrar con mi padre y mi mejor amigo”
-Jose Juan: “Asu… qué bien. Oye, no sabes lo que me pasó en todo ese tiempo que creí
que estabas molesta conmigo”
-Sofía: “Bueno después me cuentas, nos están llamando para revisar a Alex”
Parece que la historia ya se acerca a un final feliz, Sofía y Jose Juan están muy
enamorados y muy pronto se encontrarán al viejo y a Josefino y todo quedará muy
bonito. Aunque aún no sabemos la ubicación de Leo ni del hombre misterioso ni el
resultado de “la operación” de Alex…
Era tarde, Jose Juan y Sofía recibieron la terrible noticia… …Alex seguía con vida. Era
su amigo pero no les alegraba mucho verlo con vida porque sospechaban que él les
había estado engañando así que le preguntaron a la enfermera…
-Enfermera: “Fue una niña y lo siento mucho por el varón que se suicidó con el cordón
umbilical”
-Sofía: “¿De quien habla? ¡¿Quién se suicidó?! ¡¡¿Qué operación fue esa?!!”
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-Enfermera: “Tranquila señora, le puede dar un ataque cardiaco post parto”
-Jose Juan: “¿Está bromeando? ¡Quiero ver a mi amigo!, ¿Dónde está él?”
-Sofía: “Señor normal, dejamos a nuestro amigo aquí y el tenía dolores en el estomago,
es blanco, tiene cabello castaño, se llama Alex y le gusta hablar tonterías”
Jose Juan y Sofía siguieron las instrucciones y coincidieron en que los doctores son muy
extraños y siempre paran de blanco, qué locos. (Sofía no dijo mucho porque ella
siempre está de azul).
-Alex: “¿Quiénes son uds.? ¿Sofía? ¿Jose Juan? ¡Amigos! ¡Los extrañé! ¡Es posible que
tenga un implante extraterrestre! ¡No, olvídenlo! ¡Me siento bien! ¡Gracias por
esperarme!”
-Sofía: “Sí, de nada. Muy pronto estaremos los 3 en una nueva aventura”
-Jose Juan: “¡Esperen! Voy a llamar al doctor, quiero saber que tenías”
-Enfermera: “Aaah, sí, él tenia… Bueno… le sacamos las amígdalas porque al doctor no
le gustaban y luego fuimos al apéndice”
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-Jose Juan: “No, no se preocupe. Él tuvo gastrófilis como dice ud y… ¿debe quedarse a
descansar aquí, no?”
-Jose Juan: “Ya está atardeciendo, lo mejor es que dejemos descansar a Alex”
Sofía se iba muy tranquila por Alex pero muy preocupada por Jose Juan. Sofía notó que
Jose Juan mintió con respecto a estar cansado y más se le veía molesto, estaban camino
a encontrarse con Willy y con Andrea(los árboles) muy cerca de donde termina el
bosque y Sofía necesitó preguntarle…
-Jose Juan: “Sí, Sofía… estoy molesto… conmigo mismo… todo este tiempo dudé de
Alex y él nunca dudó de mí. Me siento como un traidor y luego de verlo en esa cama al
pobre, frágil pero con ganas de decir tonterías pero muy frágil y débil… sentí que le
había fallado”
-Jose Juan: “Sí, es cierto pero me porté tan mal con él…”
-Sofía: “Yo también… jaja, bueno… Jose Juan, no le fallaste solo demoraste su
salvación…”
-Jose Juan: “Sí, ya no te preocupes, gracias, ya lo entendí. Casi lloro, lo bueno es que
Alex no perdió ninguno de sus cinco miembros”
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-Jose Juan. “Sí, ese es Andrea”
En realidad no era de noche, era tarde y apenas y empezaba a anochecer. Andrea ya les
había servido de cama y ahora se le unía Willy que después de mucho andar con las
inmensas muletas de madera, pudo llegar. Mañana seria el día. El cumpleaños de
Martín. El retorno más esperado, el retorno del líder. Andrea, Jose Juan, Willy y Sofía
sabían que seria su última noche juntos. Sofía mañana encontraría a su padre y a su
mejor amigo. Jose Juan conocería a su futuro suegro y a su posible competencia,
Josefino. Josefino era cursi y algo torpe pero con una ideología de grandes pensadores.
Conoció a Sofía en circunstancias muy extrañas que incluyen un caballo y algo de
excremento. Por el otro costado, estaba el viejo que seguía con su puesto de emolientes
y ya le salían dulces e inventó algo llamado “Pisco del viejo con limón” (era limonada).
Los dos estaban exhaustos por ese día tan ajetreado y se metieron a un teatro para
dormir un poco. Sabían que mañana era el día y estarían en el concierto. Faltaban
apenas unas horas para que sea el cumpleaños del rey Martín y naturalmente estaba muy
feliz. Sus dos hijas y esposa lo amaban y estaban muy satisfechas de la nueva madurez
de martín y de su re-estrenada popularidad. Leo (ese imbécil) se había sanado, no sé
cómo, la supuesta herida mortal. Ya no pensaba en vengarse pero todavía pensaba en
Claudia así que se fue arrastrando hasta el castillo. El hombre misterioso veía que estaba
anocheciendo y ya planeaba su atentado terrorista. Mr. Ecología y Super Sobaco
prendían una fogata muy cerca a su cabaña y como todo buen varón… decidieron que
dormirían desnudos. (Pero no juntos). Joel seguía en la arena hecho un idiota
preguntándose si eso era salvación. Y el mejor músico de la época ensayaba un discurso
dedicado a los enamorados, al amor y a la chica que no conquistó, su amor de verdad.
-Jose Juan: “No, nada de Caótica. Mañana habrá un concierto donde todos estarán para
celebrar el cumpleaños del rey Martín y su retorno al trono”
-Willy: “Sí, mira, tengo unos contactos y me han dicho que todo eso va a ser organizado
en “caótica””
-Willy (El árbol cojo): “Yo conozco “caótica” porque cuando era joven, antes de ser
atropellado, iba muy seguido”
-Jose Juan: “No te creo, un árbol no puede pasar desapercibido en una discoteca”
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-Willy: “No, no, no te miento, con decirte que yo era el más “picarón” en las fiestas y
siempre sacaba a bailar a chicas bonitas, jajaja”
-Jose Juan: “¿Tratas de decir que los chicos no se asustaban de ver a un árbol porque
estaban bastante drogados?”
-Willy: “Bueno… en palabras simples como las tuyas que no incluyen una explicación
que vaya acorde con una cadena lógica de escenas realistas, sí.”
Así fue como se aburrieron de la soberbia intelectual de Willy. Él siempre tuvo muchas
cosas que relatar pero escasos oyentes. Andrea que se supone, por ser su única amiga,
debía prestarle atención no lo hacia y prefería hacerse la sorda. Y en secreto (y cuando
estaba molesta) pensaba que Willy se alucinaba un sabelotodo. Willy era un árbol cojo e
incomprendido que ansiaba volver a caminar aunque ya casi se había resignado a esa
condición, por eso creía que era hora de que la sociedad aceptara a los árboles lisiados.
Ya era hora de parar con la poca valoración hacia ellos. Era hora del cambio.
Estaba a oscuras, Willy lleno de confianza decidió ir a orinar y se fue a buscar al árbol
más cercano (que era bien lejos si excluías a Andrea). Tan solo horas para que el mundo
(sobrio) supiera de su existencia. Era hora de ser aceptado. Pero su exposición iba en
contra de los secretos intereses del hombre misterioso. El responsable del asesinato de
Democracio veía en Willy a un enemigo y a una posible dificultad para cumplir su
misión. Willy no lo sabía pero mientras más se acercaba al árbol para orinar, más se
acercaba a la muerte y al homicida. Willy dejó a un lado las muletas y pensó que sería la
orinada más corta de su vida pero resultó algo bastante menos parecido a eso…
-Willy (con sueño): “¿Hay alguien ahí? Si son Andrea o Sofía, por favor no se
acerquen”
-El misterioso: “No eres gracioso, seamos breves. Pensaba decirte parte de mi plan
secreto para poder acabar con algo de estrés y liquidarte de una vez. Pero seré más
breve”
-Willy: “Ya, ya, arranca nomás, no ves que estoy orinando, eso no es de hombres”
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-El misterioso: “Lo dices como si fueras humano y tuvieras sentimientos pero la verdad
es que ni siquiera eres un árbol. No eres nadie ni nada y el mundo no puede saber de tu
existencia… ni de la de tu amiga”
-El misterioso: “Quizás si supieras contar mejores chistes te lo diría pero… no es así. Tu
ultimo deseo es haber terminado de orinar… ahora tu confusión cesará. No serás
hombre ni árbol sino… solo cenizas o… nada”
Willy fue incendiado y su sufrimiento era increíble. Otra atrocidad cometida. Sus gritos
eran de dolor, de suplica. La peor muerte de todas. Mientras Willy terminaba de
consumirse el hombre misterioso miró a su alrededor y dijo…
-El misterioso: “Sé que eres tú, sé que estas ahí, no puedes esconderte… Leo. Sal o te
buscaré y tendrás el mismo final”
-El misterioso: “Es de noche y creo que hoy no debes morir porque aún eres necesario
para el plan. Continúa con tu vida aunque ignores lo que te hablo y es mejor que olvides
lo que escuchaste y oíste hoy. Y recuerda que no soy un transeúnte en tu vida y que
regresaré algún día. Por ahora solo se feliz con Claudia, sé que harán bonita pareja y
olvida todo lo que viste y oíste hoy”
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EL DÍA MÁS ESPERADO (¿CÓMO
TERMINARÁ LA HISTORIA?)
¿Pueden los asesinatos ser justificables? Sí, si es que son para proteger a tus seres
queridos. Cuando asesinas por primera vez, lo haces para librarte de una carga
emocional o de alguien que te hace mucho daño. Pero luego descubres que tu angustia y
culpabilidad llegaron a niveles que nunca sospechaste. Y no es irreversible. Es en ese
momento en el que tratas de negar la locura que poco a poco te consume e inventas
mentiras y motivos inexistentes basados en razones ilógicas. El hombre misterioso
quizás escapaba de su propia locura e inventaba que todo era parte de un plan. Él quizás
mataba por placer, por dinero o para justificar su desdichada vida. Quizás para él, el
significado de la vida era acabar con la de otros. Desconozco sus motivos pero estoy
seguro, si no se trata de una justificación a su locura, que debió tener razones muy
importantes. ¿El plan lo ameritaba? Tal vez sí existía un plan o una misión. O quizás no.
¿Qué había que ocultar? ¿A quién protegía? ¿Al mundo, a sus seres queridos? ¿De qué?
Por ahora todo eso era desconocido y seguiría así porque cuando inicio el día mas
esperado, el hombre misterioso parecía haber sido solo producto de la imaginación de
unos cuantos. No había dejado ni rastros.
Era hora del final feliz. Todos dormían y soñaban cosas hermosas. Uno a uno se iba
levantando para admirar el hermoso amanecer. Todos lo habían soñado así. Si has leído
hasta acá significa que realmente te ha gustado, así que cuando te pregunte si te gustó el
cuento quiero que pongas esta cara 8<) y no esta 8<( . Ya, regresando al cuento y a esta
bella mañana. Se escuchaba los cantos de las aves y algunos gritos de los gallos pero
aun así era un día ideal (nunca perfecto). Pero nunca faltan los dormilones con
alteraciones de sueño, Jose Juan era uno de ellos, se la había pasado teniendo un sueño
muy realista donde el siempre era el protagonista. Se levantó asustado gritando
“¡¡¡Cuidado con el caballo-bomba!!!”
-Jose Juan: “Uf… que bueno que están aquí, tuve un sueño increíble, increíble,
increíble, pero… ¡Todos moríamos!”
-Sofía: “Se nota que extrañas a Alex, en unos minutos vamos al hospital”
-Jose Juan: “Si, ya estoy bien, mi sueño termino como pesadilla… creo que a Alex le
puede entretener mi sueño”
-Jose Juan: “Seguro se aburrió y se fue a su casa, los rastros indican que regresó al
bosque. Andrea, creo que deberías hacer lo mismo”
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-Andrea: “Esperen, yo todavía no decido si me quedo o me voy jaja”
-Jose Juan: “Eso sí fue gracioso, sí, pero Sofía vive por aquí y su padre tiene una casa…
bueno supongo o mínimo tendrá una cama donde podamos dormir los tres”
-Andrea: “Está bien, no se preocupen, seguiré el rastro de Willy, quizás algún día nos
re-encontraremos”
Sofía y Andrea se abrazaron, Jose Juan le tenía algo de miedo al árbol parlante así que
tan solo dijo… “Chau” pero su “chau” fue también muy cariñoso y especial. Pero había
algo que deseaban con la misma intensidad y eso era bañarse y cambiarse de ropa.
Después de que se despidieron de Andrea, Jose Juan y su casi casi enamorada, Sofía,
fueron rumbo al hospital a sacar a Alex. Pero Jose Juan se acordó de que no tenían
dinero y Sofía no recordaba donde quedaba su casa ni el puesto ambulante de su viejo.
Y todo por culpa de las huelgas de maestros. Decidieron ir al hospital y llevarse a Alex
sin pagar. Camino al hospital Sofía (la caperucita azul) y Jose Juan (su secuestrador)
hablaban de lo interesante que habían sido sus aventuras. Pero no sólo Alex se
encontraba en el hospital, alguien más había recibido ayuda (pero esta sí gratuita) y era
uno de los asesinos: Leo. Leo se pasó toda la noche arrastrándose hasta el hospital
donde el doctor normal fue en su auxilio confundiéndolo con un negro. ¿Lo habían
curado o la mediocridad del doctor normal se había manifestado?
-Leo (en la cama, cansado e inmóvil): “Hola, ¿Hay alguien? ¿Mamá? ¿Papá?”
-Normal: “De todas maneras, ud lo dirá porque es lo más natural y verdadero, hablo de
mí y de aceptar mi grandeza, por supuesto. Yo inventé los procedimientos triple equis,
CSM y HDP. Soy un genio, soy su salvador.”
-Leo (siguiéndole el juego): “Está bien, se lo agradezco, ahora necesito saber dónde está
mi ropa. ¿Puedo pararme, no? Sí, sí puedo, me voy al baño si no le molesta, doctor.”
-Normal: “Lo mejor es que se quede en la cama, tome, aquí tiene su bacín”
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Leo empujó la puerta y salió velozmente pero se llevó una gran sorpresa. Eran Jose Juan
y Sofía. ¿Realmente ya no quería vengarse? Antes de que Leo dijera algo Jose Juan se le
adelantó
-Jose Juan: “Sofía, soñé que lo perdía todo, incluyéndote a ti y ahora que puedo debo
evitarlo”
-Jose Juan: “Tú también lo perdías todo incluyendo a la hija del rey, tu enamorada”
-Jose Juan: “Debemos evitarlo y salvar a todos del hombre que se esconde detrás de la
oscuridad”
-Jose Juan: “Leo, tú también lo has visto, ¿verdad? ¿Qué te prometió? ¿Por qué no dices
nada? Debemos evitar una tragedia”
-Jose Juan: “Sí, desde pequeño, ¡Él ha planeado toda mi vida! ¡Somos parte de su juego!
¿No lo ves? Él es lo que otros llaman el señor de las tinieblas, se esconde pero es el que
ha decidido muchas cosas de nuestras vidas, de la mía. Pero ahora debemos salir de su
control, crear nuestro propio destino.”
-Jose Juan: “¡No! Sé que él también lo vio, no caigas en su juego, no le creas nada, sus
regalos son prestamos”
-Jose Juan: “¡Leo! ¿Cómo sé tu nombre si nunca lo dijiste? Tu sabes más de lo que
dices, debes evitar todo”
-Leo: “Si es como dices… yo puedo solo, yo derrotaré a ese sujeto y protegeré a
Claudia sin tu ayuda”
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-Jose Juan: “Lleva a Alex al bosque, yo me encargaré de llevar a tu padre y a Josefino,
sé quiénes son, encontrémonos en el bosque, te quiero mucho, por favor confía en mí”
-Jose Juan: “En mis sueños morías sobre mis brazos y es algo que no voy a dejar que
pase”
-Sofía: “Por favor José, espero que sepas lo que haces, no quiero perderte”
-Jose Juan: “Ni yo a ti, por favor solo te pido que confíes en mí”
Después de que Jose Juan abrazara a Sofía y se fuera corriendo muy alterado, Sofía
sintió la necesidad de contárselo a alguien así que fue al cuarto de Alex. Sofía
obviamente estaba preocupada porque existía la posibilidad de que Jose Juan estuviera
al borde de la locura. Ella creía que Alex, al haber estado al borde de la locura, le podría
dar apoyo emocional y esclarecerle la situación de Jose Juan pero luego de que Sofía le
contó lo que había pasado, Alex dio respuestas que no ayudaron mucho a Sofía…
-Sofía: “¡Alex!”
-Sofía: “¡Alex!”
-Alex: “Ok, ok. Pucha Jose Juan también me preocupa, de repente es la menopausia o la
crisis de los cuarenta o quizás su enamorada lo dejó”
-Alex: “Mmmm ¿Un hombre que se esconde detrás del armario? Sofía, creo que Juan
está en drogas”
-Alex: “Sí porque estar en drogas es mejor que estar loco y más rico, ¿nunca has
probado?”
-Sofía: “Este… No, no gracias. Alex, vamos, Jose Juan me dijo que se iba al bosque, yo
sé a dónde”
Mientras bajaban, un rato, ya, ya estaban afuera del hospital y a Sofía se le ocurrió algo
fantástico: “Alex, vamos a una clínica mental y tu actúas como Jose Juan, y nos
enteramos si está loco o no”. Y así fue como se fueron a una clínica mental mientras
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que en otro lugar Jose Juan buscaba el puesto de emolientes. Estaba muy alterado (y
encima corría) y la gente lo confundía con prófugo de la justicia. Alcanzó a ver el
puesto de molientes y al padre de Sofía. Gritó: “Viejo, ud, el de los emolientes” pero lo
arrestaron. Al principio querían negociar su absolución pero Jose Juan no tenia ni una
moneda. Se le ocurrió algo poco inteligente y resultó porque los guardianes carecían de
sensatez. Jose Juan dijo que era negro y, sin dudar, lo pusieron en libertad. Corrió como
prófugo de la justicia hacia el puesto de molientes y llegó como un vulgar ratero…
-Jose Juan (cansado y jadeando): “No, nada de eso… …me voy a tomar esto… tengo
sed”
-Viejo: “¡Maldito chiquillo! ¡No se lo digas al pueblo! ¡No quiero regresar a vender
emolientes amargos!”
-Viejo: “¡¡¡¿Queeeee?!!! ¡¡¡Tan feo eres!!! Eso me pasa por hablar de la tontería esa de
la belleza interior”
-Jose Juan: “He venido a salvarle la vida, debe decirme dónde está… (Y justo cuando
iba a decir Josefino, pensó que él podría quitarle a Sofía. Sí, Jose Juan ni en sueños
había visto que Josefino era homosexual) Nadie, venga conmigo, lo llevaré con su hija”
-Jose Juan (alejándose del puesto e inventando algo que la situación ameritaba): “Soy
más rico que el rey”
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siete cremas para el rostro y se aplicó harto perfume. Como no estaba enterado del
sueño de Jose Juan y se estaba alistando para el concierto del mejor músico de la
historia, que también era uno de sus amigos. Increíble. Eran más que amigos. Resulta
que Josefino dio inicio a la carrera del músico. Y todo sucedió en una orgia por motivo
de uno de los capítulos del libro de la vieja sidosa: Navidad. Es que el libro ese estaba
escrito completamente en metáforas aunque eso no importa porque los motivos de estos
dos no tienen nada que ver con una mala interpretación del libro de ciencia ficción. El
músico necesitaba inspiración así que fue a probar algo nuevo: Una orgia. Josefino se
había declarado homosexual (Bueno, después dijo que era bisexual) y confundió el bar
con la iglesia y experimentó algo más o menos nuevo para él: Una orgia. Pero ellos
nunca tuvieron sexo, eso que quede muy claro.
Josefino recordó (mientras se miraba en el espejo y removía sus espinillas) la frase que
el músico le dijo después de la orgia: “Siempre recordaré que a veces tratar de
solucionar algo de manera inteligente, es lo más idiota que alguien puede hacer”.
Josefino recordó que le dijo que no había entendido y que el músico resumió su frase
con otra: “Solo se estúpido”.
Josefino, un gran pensador, decidió que era hora de hacer algo realmente estúpido
(siguiendo el consejo). A todos les toca por lo menos una vez. Josefino no tuvo mejor
idea que ir a una clínica mental y fingir tener personalidades múltiples. Coincidencia
fue la decisión espontánea. Después de 60 segundos de decidirlo, josefino estaba
camino a la clínica mental del doctor normal. Pero alguien ya estaba siendo atendido y
el próximo era Alex (acompañado de Sofía).
-Hombre: “Gris”
-Hombre: “Verde”
-Hombre: “triangular”
-Normal: “No”
-Normal: “Usted está enfermo, señor, usted debe ir al manicomio. Tome le doy la
dirección de un psicólogo de verdad. Mi diagnostico es… complejo de imbécil. Le
encanta hablar babosadas. Tome 3 vasitos de agua diaria, tome desayuno, almuerzo y
cena. Además haga ejercicio. Uno de dos es mejoría. Cuide su cuerpo que es lo único
que tiene”
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-Hombre: “Entonces… ud dice que mi amor verdadero es la loca cuarentona con sida.
Es un genio, gracias doctor”
Les aseguro que no saben quién es el “hombre”. Era un músico, el mejor de la época. Sí,
el amigo de Josefino y salió del cuarto gritando y corriendo, y gritando: “¡Estoy curado!
¡Mi amor verdadero es la loca sidosa! ¡Y me le declararé en mi concierto!”. Por fin el
músico tendría a una chica que realmente ame. El próximo paciente era Alex que ya
estaba listo luego de la intensa plática con Sofía. Fingir estar loco no seria tan difícil.
Aunque sin drogas la vida ya no parece tan fácil. El doctor Normal era un holgazán así
que espero a un segundo paciente para hacer dos consultas en una. Tremendo vivazo.
¿Y quien llegaba por ahí? Josefino. “¡Amiga!”, “¡Josefín, amigo!”, era un hermoso re-
encuentro. Tantos días sin verse. Tantos momentos que no disfrutaron juntos y mucho
que contar…
-Sofía: “¿Cómo has estado, amigo? Tuve una aventura “épica”, de verdad, fue “épica”,
ya no se te nota las marcas que te dejaron los ayudantes del príncipe”
-Josefino: “Sí, yo siempre me las arreglo para verme bien. ¿Te enteraste? El príncipe
fue asesinado, está muerto”
-Sofía: “¡Nooo! ¿De verdad?... a mi me caía bien pese a todo lo que decían”
-Josefino: “Cuéntamelo todo, acerca de tu aventura. Veo que estás bien aunque… se te
ve un poco desarreglada, ¿vamos a ver a mi estilista?, ¿Me acompañas? Tenemos que ir
al concierto”
-Sofía: “¿Desde cuando te interesa integrarte a la sociedad? Jaja, es una broma. No, de
verdad”
-Sofía (con cara de “me había olvidado”): “Josefino, te presento a Alex, él me ayudo…
bueno en algo”
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-Doctor Normal: “¡¡¡Ya basta!!! ¡Llevo media hora parado aquí! ¡¡¡¿Piensan entrar?!!!”
Esta parte puede ser prescindible si asumimos que Jose Juan estaba loco. El corría con
el viejo y el viejo corría con un “hombre rico”. “¿Podré salvarlos?” se preguntaba José
mientras la hora del concierto se aproximaba. Tuvo que olvidar sus celos increíblemente
irracionales y…, con el viejo, se fueron a buscar a Josefino. Fueron a su casa pero les
dijeron que ya habían contratado cocinero y mayordomo. Fueron a los lugares más
frecuentados por Josefino y los botaron inmediatamente. Pasaron por el teatro… pero no
entraron (a estos no les gusta el teatro). Hasta que el viejo, confundido, preguntó: “¿Si
eres más rico que el rey, donde está el poder?”. Juan respondió con otra mentira: “Soy
extranjero”. Y el viejo zonzo se la creyó. Algo estaba mal, no sabían donde encontrarlo.
Jose Juan estaba desesperado, estaba completamente… loco. Comenzaron a buscar
debajo de objetos pequeñísimos donde no entraría ni la pierna de Sofía, ni su mano.
Levantaron tachos de basura, frutas y piedras. El viejo, creyendo que Jose Juan era
extranjero, no se sorprendió pero creía que Jose Juan estaba buscando pistas o huellas.
El loco y su cómplice entraron a varias casas, levantaron muchas cosas y el viejo se
llevó algunas. ¿Dónde estaba Josefino? Ese Josefino… cualquiera se va a un lugar más
ubicable, no a una clínica mental. Así ¿como quieren que se les salve la vida?
“¡¡¡Josefino, aparece maldito!!!” gritó Jose Juan.
-Sofía: “No”
-Alex: “No”
-Josefino: “Lo digo en serio, Sofía, ¿Tú escuchaste algo? Escuché mi nombre”
-Doctor Normal: “Estás loco, hijo. Necesitas tres inyecciones buenazas, con estas vas a
dejar de alucinar”
-Alex: “¿Y qué hay de mi? ¿Qué opina de mi sueño y del hecho de que debo salvar al
mundo?”
-Doctor Normal: “Tú estás bien, tuviste un sueño nada más. Los sueños muestran
muchas veces deseos exprimidos o húmedos. Depende del tamaño de la fruta. Tú, todo
este tiempo, estuviste obsesionado con el hombre que se esconde detrás de la
oscuridad… y que ahora lo hace tras un armario. Debes entender que no hay porque
temerle porque es peor. Todos tenemos a un hombre que se esconde detrás de la
oscuridad, unos te amenazan con matarte y otros con revelar que nunca terminaste
estudios universitarios. Es lo mismo, Tú estás bien”
Sofía, Alex y Josefino ya se habían ido (solo escucharon hasta “tuviste un sueño nada
mas”) y al salir encontraron a Jose Juan y al viejo.
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-Viejo: “¡¡¡Hija!!! (Orgulloso de que haya encontrado a un millonario)”
-Sofía: “Te extrañé, discúlpame por todo, te hice preocupar… papá tuve una grandiosa
aventura”
-Sofía: “¿Millonario?”
-Jose Juan (abrazando a Sofía apretándole la mano): “Sí, Sofía. Tu papá ya sabe todo
respecto a los dos”
-Alex: “¿Millonario?”
Sofía, su viejo y Jose Juan se acercaban al bosque. Alex traía a Josefino en hombros. Ya
estaban a salvo (o quizás se estaban perdiendo el concierto de sus vidas). “El concierto
ya debe haber empezado” dijo Sofía. “Hija, mira el atardecer, es hermoso… ahora no te
obligaré a quedarte en mi puesto de emolientes. Pero no quiero que Jose Juan nos
mantenga, estudia, crece, descubre tus talentos y aprovéchalos”, dijo su viejo. Jose Juan
aún no podía decir la verdad, debía esperar a que el concierto pase para sentirse a salvo.
Sofía lo miró y él inmediatamente supo que tenía que decirlo. “Tiene razón señor, es un
bonito atardecer, el mejor que he visto y el más brillante” comentó Alex. Josefino (el
verdadero hombre del dinero) despertó y dijo: “¡Que bello! ¡Magnifico! Esto puede ser
hasta mejor que el concierto… ¡¡¿el concierto?!!, ¿Por qué estamos aquí?”. Jose Juan le
contó todo y Josefino no lo pudo creer…
-Josefino: “¿Y todos uds creen que el sueño se va a cumplir? Está bien, yo también me
quedaré aquí”
-Josefino: “Apenas te conozco, espero que cuides muy bien a Sofía, ella es muy
importante para mi”
-Josefino: “¿Y esas marcas en la tierra? Parece que alguien inició un incendio y luego
huyó”
-Jose Juan (el del sueño): “Jaja, esas marcas… un momento… es posible que…”
Jose Juan quedó en silencio. Todos lo miraron y él miró a todos. Corrió más rápido que
nunca siguiendo el rastro que él antes había creído que pertenecía a Willy pero ahora no
estaba seguro. Corrió siguiendo el rastro. Corrió como nunca. Corrió para salvar a las
personas que amaba, de una posible tragedia. Corrió hasta hallar al asesino encima de
un carruaje con dos caballos al frente.
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-Jose Juan (cansado y sorprendido): “¡Leo! ¡¿Qué haces?!”
-Jose Juan (corriendo hacia el carruaje): “¡No seas imbécil!, ¡¿A quién sigues?! ¡Tú eres
el asesino! ¡Maldito hijo de ramera! ¡Vas a suicidarte!”
Leo se empezó a alejar pero Jose Juan logró llegar a la parte trasera del carruaje. Leo no
se había percatado. El carruaje se movía como si estuviera siendo jalado por elefantes y
no por caballos. Jose Juan se sorprendió al encontrar numerosas cajas negras, abrió una
y vio que contenía un polvo muy parecido a las cenizas y recordó su terrible sueño.
Alertó a Leo pero parecía estar poseído, Jose Juan no confiaba en él y fue a tratar de
detenerlo. Lucharon por el control del carruaje. Leo insistía en que no era el asesino y
Jose Juan no le creía. Seguían peleando. Seguía la disputa por el carruaje… hasta que
Jose Juan vio otro carruaje muy lejos pero delante de ellos. Y vio que estaban cerca del
lugar del concierto. Jose Juan trató de advertirle a Leo sobre las cajas negras pero Leo lo
expulsó del carruaje con un fuertísimo golpe. Su injerencia le había costado. Jose Juan
cayó de la peor manera posible y no sentía el cuerpo, había caído de cabeza y el dolor
era espantoso. Leo y el carruaje ya estaban muy lejos. Jose Juan intentó levantarse y no
pudo. Se escuchó la ensordecedora explosión y Jose Juan no pudo evitar imaginar los
gritos de súplica y horror. Todas esas personas habían sido exterminadas. La tarde más
horrenda de todas. Jose Juan estaba mareado y su visión era poco confiable pero alcanzó
a ver al hombre misterioso que se acercó a decirle muchas cosas y a brindarle
respuestas…
-El hombre misterioso (cerca de Jose Juan): “Leo hizo lo que tenia que hacer. Toda esa
gente debía pagar por sus pecados. No había ni siquiera un salvo entre todos ellos. Será
difícil que recuerdes esto y más fácil será escucharlo: El mal no solo se presenta en la
noche sino que siempre esta ahí, solo que no queremos verlo.”
-El hombre: “Sí, el mayor anhelo de la raza humana. Pero esa no es tu misión. No aún.
Aún eres necesario y estás a prueba”
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-Jose Juan: “¿De qué hablas?”
Jose Juan podría vivir tranquilo junto a sus amigos ya que al despertar no recordaría
nada. Tan sólo la sensación de haber recibido orina en la frente. Una sensación que lo
liberaba del castigo que seria lidiar con ese nuevo conocimiento. ¿Podría algún día
recobrar esos recuerdos? ¿Para que? ¿No seria mejor no saberlo?
Fin
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