Boletín de la Cultura Funeraria
ermita, teniendo un proceso evolutivo en su construcción. La
Num.5 Gdl. Jal. 27/11/10
(Coord.) Isabel E. Méndez Fausto.
Análisis Comparativo de los Panteones Decimonónicos de La
Soledad en Lagos de Moreno y El Señor de la Misericordia en
Encarnación de Díaz.
Gerardo Enrique González Lupián
Los panteones de La Soledad y El Señor de la Misericordia
fueron panteones decimonónicos que respondieron a las
cuestiones higienistas implementadas durante el siglo XIX y a
los constantes brotes epidémicos que caracterizaron a la
primera mitad de la centuria.
Ambos surgen de patrones de una arquitectura académica en
la que los modelos arquitectónicos marcaron la pauta de los
partidos, sin embargo, las condicionantes físicas del
emplazamiento, aunado a los sistemas constructivos
regionales y el estilo implementado les darían características
distintivas.
El panteón del Señor de la Misericordia surge en 1929,
teniendo como primer registro de entierro el de la párvula
Toribia. Su posicionamiento con respecto al centro de
población es hacia el Norte, fuera de los límites de la villa. Su
fundación toma como base la estructura preexistente de una
primera, albergando la imagen del Señor
primera etapa corresponde a su fundación, comprendiendo la
fábrica del muro delimitante; posteriormente se le añadiría un
descanso, la capilla funeraria y los osarios, mientras que los
columbarios, corredores y torre de acceso serían las últimas
etapas.
El partido arquitectónico
comprende un cuadrilongo de
61.46 mts x 61.27 mts, con un eje
de composición que corre en el
sentido Sur-Norte y en el cual se
alinea la capilla funeraria,
desfasándose ligeramente del
centro del cuadrilongo hacia el
Norte.
El estilo del panteón es ecléctico con una fuerte tendencia
hacia el neoclasicismo, sin embargo, en su interior presenta
tres monumentos funerarios del s. XIX correspondientes a la
familia Martín Mayagoitia, familia Ramírez y a la Familia
Aranda, de los cuales el último tiene una clara predominancia
Neogótica. Estos monumentos son el vestigio de un sistema
de entierro que fue reemplazado por la sepultura en gavetas.
En lo que corresponde a su capilla funeraria, al igual que el
propio conjunto funerario cuenta con varias etapas
constructivas; el área que comprende al presbiterio es la
de la Misericordia y que es la que le da el
nombre a la necrópolis; en una segunda
etapa de construcción la capilla adquiere
una forma de cruz griega, contando con
tres accesos; posteriormente con el
crecimiento de la devoción a la imagen y el
otorgamiento de rango de capellanía, la
estructura cambia a una cruz latina,
anexándosele también un exonártex que
sirve de base al campanario de la capilla.
En una última etapa de crecimiento se le añade lo que
correspondería a la sacristía. La capilla al igual que el
conjunto es ecléctica con tendencia Neoclásica.
El panteón de La Soledad nace a finales de la primera mitad
del siglo XIX; su constancia de bendición data del año de
1846, siendo también el primer entierro oficial registrado el de
un párvulo. Su ubicación es hacia el Noroeste de la población
y su fundación fue propiciada por el abatimiento del cólera de
1833; el retraso en la aparición del panteón pudo ser
generado en parte al gran número de edificios religiosos
existentes en Lagos de Moreno los cuales, pudieron servir
ante la necesidad de sitios de entierro hasta que finalmente la
implementación de nuevas leyes y la imposibilidad de seguir
con la sepultura intramuros dieron paso al panteón de La
Soledad.
A diferencia del panteón del Señor de la Misericordia, éste
carece de alguna estructura preexistente y su fábrica fue casi
inmediata, sin dar pie a etapas constructivas.
El panteón de la Soledad se ubica
en un solar de planta rectangular,
con un eje compositivo que corre en
el sentido Sureste-Noroeste sobre
el cual, se posiciona la capilla
funeraria al extremo Noroeste
opuesta al acceso al conjunto. Sus
dimensiones originales eran de 151
mts x 84 mts y se encontraba
dividido en dos grandes patios
mediante la calzada que
comunicaba el acceso con la
capilla, no obstante, contaba con
dos secciones que comprendían la
zona Sureste y Noroeste, siendo la primera la
correspondiente a sepultura común, mientras que la segunda
era destinada a sepulcros particulares donde las zonas
cercanas a la capilla funeraria figurarían como sitio predilecto
para la ubicación de los monumentos más suntuosos, quizás
esto como remanente del entierro ad santos.
El estilo del panteón queda definido en su portada de acceso,
compuesta por un frontón recto sostenido por columnas
toscanas; el friso del entablamento está ornamentado por
triglifos y cráneos coronados haciendo alusión al triunfo de la
muerte tal como lo hacían en el Medioevo las danzas
macabras.
La capilla funeraria es una construcción modesta de estilo
ecléctico con fuerte tendencia neoclásica. Su portada se
compone de un frontón recto, al igual que la portada de
acceso al panteón, sólo que esta presenta páteras en lugar
de tener a la muerte coronada en sus ornamentos. Una
cúpula bulbiforme le sirve de cubierta, quedando rematada
por un elemento a manera de pináculo en la parte superior; a
los costados del frontón se ubican dos
espadañas. Su planta es
cuadrangular y originalmente contaba
con tres accesos.
Al interior del conjunto funerario aun
se pueden aprecias varios
monumentos que datan del s.XIX así
como los vestigios de los muros que
marcaron los límites originales del
panteón.
La concepción espacial del panteón de La Soledad es de un
espacio abierto en la que la generosidad del
dimensionamiento del solar potencializa esta percepción,
mientras que en el Señor de la Misericordia los corredores y
columbarios le otorgan una percepción de espacio cerrado lo
cual vincula un poco más al usuario con la apropiación del
elemento arquitectónico.
La conservación de los elementos existentes en ambas
necrópolis va en función de los distintos factores
socioculturales a los que se encuentran sometidos, que si
bien, pertenecen a una misma región, difieren en los efectos
sobre estos conjuntos.
El carácter religioso que el rango de capellanía le otorga al
panteón del Señor de la Misericordia durante el siglo XIX le
confirió un sentido de pertenencia e identidad al monumento
hacia la sociedad el cual es vigente hasta nuestras fechas,
siendo el panteón punto de reunión y actividades sociales
vinculadas al ámbito religioso: catequesis, fiestas patronales,
misas, bodas, etc., generándose así un convivio de la vida
con un espacio destinado a la muerte.
En el caso del panteón de La Soledad, su carácter queda
limitado al ámbito utilitario, por lo que el espacio se convierte
meramente en un receptáculo, y los monumentos presentes
en el conjunto funerario en objetos sujetos a modificaciones
en este afán de preservar la utilidad, tajando la importancia
histórico-arquitectónica en la mayoría de los casos, por lo que
el sentido de pertenencia queda definido por el término
propiedad, y por ende, sujeto a modificaciones, alteraciones y
desuso.
La conservación de estos conjuntos funerarios depende de la
concientización de la sociedad acerca de la importancia de
estos recintos como parte de la historia edificada de sus
ciudades, así como de su aceptación como patrimonio
cultural.
A pesar de mantener vigente su actividad original generadora,
estos conjuntos representan el vínculo entre una época en
que la arquitectura funeraria sufrió una serie de reformas que
dieron lugar a aportaciones significativas en este género
arquitectónico y a la época actual.