Cuando hablamos de corrupción en la política se nos viene a la cabeza acciones
como compra de votos en las elecciones, adjudicaciones directas a obras que deberían someterse a concurso de licitación, y claro el llamado apadrinamiento que se necesita para que una persona escale a un puesto de administración publica en un sistema político que si bien en la perspectiva de la mayoría de la población es imperativamente sucio debemos analizar el trasfondo de todo lo que ocurre, en primera instancia analizando el significado de la palabra corrupción y aterrizarlo a la realidad social actual. El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define la palabra corrupción como : “acción y efecto de corromper y corromperse” y ya en este significado denotamos algo muy particular y esto es la posibilidad de que cualquier persona pueda cometer un acto de corrupción, porque bien dice que la eventualidad cabe en cualquier persona, en un sistema político como el nuestro donde la brecha social, cultural y económica marca pautas en las oportunidades que podemos llegar a tener es fácil pensar que la persona que tenga la posibilidad de cometer un acto corrupto sencillamente para un beneficio propio no pensara que su brújula moral y lo hará, ahora bien centrándonos en las esferas políticas del país encontramos que el estado mexicano vive un multipartidismo en el cual necesariamente las ideas, gustos y aficiones de un gobernado tienen que estar reflejadas en los valores del partido, de igual forma no son las únicas opciones también contemplamos grupos emergentes como colectivos sociales, asociaciones y no menos importante candidaturas independientes este último en materia electoral, es ahí donde todos estamos tentados a cometer corrupción y esto no empieza en la política, es en nosotros mismos donde el hacer algo indebido quizás no afecte a mas personas que si lo hiciera un servidor publico indumentado con poder; pero ¿Es verdaderamente el poder lo que cambiaria nuestra perspectiva para cometer dichos actos? O es una transmutación en el que un individuo cualquiera al momento de tener poder y moverse en las filas políticas transformara sus valores debido a que el sistema se desplaza de una forma que ya no hay posibilidad de cambiarlo, ¿consideraríamos corrupción un acto que en lugar de afectar a la población agilice algún beneficio colectivo?, en otras palabras que tal si se necesitará un programa social para ayudar a una comunidad, pero el encargado de administrar dicho programa habría pactado realizarlo a cambio de un beneficio, nos encontraríamos en un paradigma en el los pobladores estarían felices por la ayuda pero en un contrapeso como lo seria la prensa criticaría duramente debido que al enterarse del apoyo a gente a través de un acto de corrupción desvirtúa completamente al servidor publico y dependiendo como se vea si un beneficio o un apoyo social inmediatamente caemos en el juego de la critica donde algunos cuestionaremos el actuar del político y otras personas solo verán una comunidad que se le cumplió con alguna promesa de campaña. No podemos hablar de corrupción en la política sin ver lo complejo que es la estructura de la forma de trabajar en el estado mexicano, la prensa y la sociedad siempre estará expectante de algún error de aquellos que tengan poder y eso es bueno porque aunque solo veamos una parte de los que pasa en la sociedad no tendremos toda la veracidad de lo que ocurre y muchas veces habrá corrupción hasta en la instancia mas sencilla en el escalafón gubernamental, debemos ser nosotros un cambio generacional en el que las reglas tacitas de la sociedad deben ser parte de nuestra formación personal y profesional en donde si alguno llegara a un puesto con poder debe obedecer ese manual y no el del un sistema que solo corrompe y si no se llega, ser critico y tener una opinión objetiva.