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INTEGRANTES:
CAMBISACA ANDREA
CAICEDO MILAGRO
PONCE JONATHAN
MURILLO GABRIEL
UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
29/08/2018
SÍNDROMES MIELODISPLÁSTICOS
INTRODUCCIÓN
Constituyen hemopatías adquiridas, de evolución crónica, que pueden aparecer “de novo” o
desarrollarse secundariamente después de un tratamiento previo con radio y/o
quimioterapia por otra neoplasia. Se caracterizan por:
La sobrevida media de los SMD (incluyendo todas las categorías) es de dos años
aproximadamente. Es en los SMD donde las alteraciones morfológicas dishematopoyéticas
(diseritropoyéticas, disgranulocitopoyéticas y distrombocitopoyéticas) alcanzan especial
importancia diagnóstica.
Etiología
• Trastorno clonal de las células madres hematopoyéicas que provoca una alteración
de la proliferación y diferenciación celular
Factores de riesgo
• Factores genéticos.
• MDS familiar
• Tabaquismo
• Exposición ambiental (solventes o productos químicos agrícolas).
• Sexo.
PATOGENIA
Los SMD pueden ser idiopáticos (surgen de novo) o secundarios a la acción mutagénica de
fármacos citostáticos y radioterapia, en pacientes tratados con quimioterapia o
quimioradioterapia. Se ha considerado que los SMD se producen por una anomalía de la
célula pluripotencial mieloide que provoca una maduración defectuosa de las células
precursoras medulares, con un marcado incremento en la hematopoyesis ineficaz.
Manifestaciones Hematológicas
• Acumulación de lesiones genéticas
•Pérdida de genes de supresión tumoral
•Mutaciones que activan oncogenes
Alteraciones citogenéticas
Pérdida de una parte o todo el cromosoma
Cromosomas 5,7 y 20
Trisomía 8
Morfología
Diferenciación displásica que afecta a las 3 líneas celulares
Primeras fases->Anemia
Cansancio
Debilidad
Disnea
Palidez de aparición gradual
El 50% son Asintomáticos (Dx. Incidental).
Diagnostico
Frotis de sangre.
Los pacientes con RAEB (anemia refractaria con exceso de blastos) pueden tener una
pequeña cantidad de mieloblasto en su sangre. Los blastos son células muy primitivas que
las células madre de la médula ósea producen y que sólo se encuentran normalmente en la
médula ósea.
Características patológicas
Una población de células rojas dismorficas que incluye macrocitos ovales,
hiposegmentacion nuclear de los neutrófilos (células pseudo Pelger-Huet) e
hipogranulacion de neutrófilos y plaquetas son frecuentes en el frotis de sangre.
Displasia de medula osea que implica al menos el 10% de las células de un linaje mieloide
específico, es la característica cardinal de los síndromes mielodisplasicos.
Displasias eritroides pueden ser un cambio secundario en una variedad de trastornos que
deben ser excluidas antes de que se haga el diagnostico de SMD.
Estos trastornos incluyen:
• Deficiencia de vitamina B12
• Ácido fólico
• Cobre.
• Infecciones víricas incluido VIH
• Tratamientos con hidroxiurea o agentes quimioterapéuticos.
Biopsia de medula ósea
Para el diagnóstico de un síndrome mielodisplásico el paciente debe tener menos de 20% de
blastos en su médula ósea. Cuando ésta tiene más de 20% de blastos se considera que el
paciente tiene una leucemia aguda.
Los neutrófilos (granulocitos) son la principal defensa del cuerpo contra las infecciones
bacterianas y micóticas. Cuando hay una neutropenia, la respuesta inflamatoria a estas
infecciones es ineficaz. El límite inferior normal del recuento de neutrófilos (leucocitos
totales × % de neutrófilos y neutrófilos en cayado) es de 1.500/μL en individuos de raza
blanca y algo más bajo en los de raza negra (alrededor de 1.200/μL).
Leve (1.000-1.500/μL)
Moderado (500-1.000/μL)
Grave (< 500/μL)
Cuando el recuento de neutrófilos desciende a < 500/μL, la flora microbiana endógena (p.
ej., de la boca o el intestino) puede provocar infecciones. Si el recuento cae a < 200/μL, la
respuesta inflamatoria puede ser silenciada y es posible que no ocurran los hallazgos
inflamatorios habituales de leucocitosis o glóbulos blancos en la orina o en el sitio de la
infección. La neutropenia aguda y grave, en particular si está presente otro factor (p. ej.,
cáncer), también altera el sistema inmunitario y puede conducir a infecciones rápidamente
fatales. También inciden en el riesgo de infecciones la integridad de la piel y las mucosas,
la irrigación tisular y el estado nutricional del paciente.
Las infecciones piógenas más frecuentes en pacientes con neutropenia grave son las
siguientes:
Celulitis
Abscesos hepáticos
Forunculosis
Neumonía
Septicemia
Los catéteres vasculares y otros sitios de punción confieren un riesgo extra de infecciones
cutáneas; las causas bacterianas más comunes son los estafilococos coagulasa-negativos y
el Staphylococcus aureus, pero también pueden aparecer otras infecciones por
grampositivos y gramnegativos. A menudo, se observan estomatitis, gingivitis, inflamación
perirrectal, colitis, sinusitis, paroniquia y otitis media. Los pacientes con neutropenia
prolongada después de un trasplante de células madre hematopoyéticas o de quimioterapia
y aquellos que reciben altas dosis de corticoides tienen predisposición a las micosis.
Etiología
La neutropenia aguda (que aparece en horas o unos pocos días) puede deberse a la
utilización o la destrucción rápida de los neutrófilos o a una alteración de su producción.
Por lo general, la neutropenia crónica (que dura de meses a años) se debe a una menor
producción o a un secuestro esplénico excesivo.
Este tipo de neutropenia es infrecuente, pero cuando está presente, las causas más comunes
son:
Neutropenia secundaria
Fármacos
Infecciones
Procesos infiltrativos de la médula ósea
La neutropenia inducida por fármacos es una de las causas más comunes de neutropenia.
Los fármacos pueden reducir la producción de neutróflios por mecanismos tóxicos, de
idiosincrasia o de hipersensibilidad, o por aumento de la destrucción de neutrófilos
periféricos mediante mecanismos inmunitarios. Sólo el mecanismo tóxico (p. ej., con las
fenotiazinas) provoca neutropenia relacionada con la dosis. Las reacciones idiosincrásicas
son impredecibles y se producen con una amplia variedad de fármacos, incluidos
preparados o extractos de medicina alternativa y tóxicos. Las reacciones de
hipersensibilidad son raras y, en ocasiones, involucran anticonvulsivos (p. ej., fenitoína,
fenobarbital). Estas reacciones pueden persistir sólo algunos días o hasta meses y años. A
menudo, la neutropenia inducida por hipersensibilidad se acompaña de hepatitis, nefritis,
neumonitis o anemia aplásica. La neutropenia de mecanismo inmunitario inducida por
fármacos, que se considera debida a fármacos que actúan como haptenos para estimular la
formación de anticuerpos, suele persistir alrededor de 1 semana después de la suspensión
del fármaco. Puede ser provocada por aminopirina, propiltiouracilo, penicilina u otros
antibióticos. Debido a la supresión de la producción medular causada por fármacos
antineoplásicos citotóxicos o radioterapia, es previsible la aparición de neutropenia grave
relacionada con la dosis.
La neutropenia por producción ineficaz de la médula ósea puede observarse en las anemias
megalobásticas causadas por deficiencia de vitamina B12 o ácido fólico. Por lo general,
aparece una anemia macrocítica y a veces se observa una trombocitopenia leve simultánea.
Signos y síntomas
Algunos pacientes con neutropenia benigna crónica y recuentos de neutrófilos < 200/μL no
presentan muchas infecciones graves. Aquellos con neutropenia cíclica o neutropenia
congénita grave tienden a tener episodios de úlceras bucales, estomatitis o faringitis y
adenomegalias durante la neutropenia grave crónica. A menudo, hay neumonías y
septicemia.
Diagnóstico
Evaluación de la infección
La prioridad es determinar si hay una infección. Como ésta puede ser sutil, el examen físico
evalúa sistemáticamente los sitios de infección más frecuentes: mucosas, como la del tubo
digestivo (encías, faringe, ano), pulmones, abdomen, vías urinarias, piel y uñas, sitios de
venopuntura y catéteres vasculares.
Si la neutropenia es aguda, la evaluación de laboratorio debe ser rápida.
Los estudios por la imagen son útiles. Se toman radiografías de tórax a todos los pacientes.
La TC de los senos paranasales puede ser útil si hay signos o síntomas de sinusitis (p. ej.,
cefalea postural, dolor dentario o maxilar superior, hinchazón facial, secreción nasal). Por
lo general, se realiza una TC de abdomen si los síntomas (p. ej., dolor) o los antecedentes
(p. ej., cirugía reciente) sugieren una infección intraabdominal.
Identificación de la causa
Tratamiento
Neutropenia aguda
Si los cultivos son positivos, se ajusta la antibioticoterapia según los resultados del
antibiograma. Si un paciente presenta la defervescencia dentro de las 72 horas, se prosigue
con los antibióticos durante no menos de 7 días y hasta que el paciente no muestre signos ni
síntomas de infección. Cuando la neutropenia es transitoria (p. ej., después de
quimioterapia mielosupresora), suele continuarse con la antibioticoterapia hasta que el
recuento de neutrófilos sea > 500/μL; sin embargo, en determinados individuos con
neutropenia persistente se puede considerar la suspensión de los antimicrobianos, en
especial en aquellos en quienes han resuelto los signos y síntomas de inflamación, si los
cultivos siguen siendo negativos.
Una fiebre que persiste > 72 horas pese al tratamiento antibiótico sugiere una causa no
bacteriana, infección por una especie resistente, una sobreinfección por una segunda
especie bacteriana, niveles séricos o tisulares inadecuados de antibióticos o una infección
localizada, por ejemplo un absceso. Los pacientes neutropénicos con fiebre persistente son
reevaluados cada 2-4 días mediante examen físico, cultivos y radiografía de tórax. Si el
paciente está bien, excepto por la fiebre, puede continuarse con el esquema antibiótico
inicial. Si presenta deterioro, se debe considerar la modificación del esquema
antimicrobiano.
Las micosis son las causas más probables de fiebre persistente y deterioro general. Se
agrega tratamiento antimicótico empírico si después de 3-4 días de antibioticoterapia de
amplio espectro persiste la fiebre sin causa reconocida. La selección del fármaco
antimicótico específico (p. ej., fluconazol, caspofungina, voriconazol, posaconazol)
depende del tipo de riesgo (p. ej., la duración y gravedad de la neutropenia, antecedentes de
infección por hongos, fiebre persistente a pesar del uso de agentes antimicóticos de espectro
más estrecho) y debe ser guiado por un especialista en enfermedades infecciosas. Si ésta
persiste después de 3 semanas de tratamiento empírico (incluidas 2 semanas de terapia
antimicótica) y ha resuelto la neutropenia, se puede considerar suspender todos los
antimicrobianos y revaluar la causa de la fiebre.
Para los pacientes afebriles con neutropenia, se administra profilaxis antibiótica con
fluoroquinolonas (levofloxacina, ciprofloxacina) a los tratados con cualquiera de los
muchos regímenes de quimioterapia que comúnmente resultan en neutrófilos ≤ 100/µL
durante > 7 días. La profilaxis generalmente es iniciada por el oncólogo tratante. Los
antibióticos se continúan hasta que el recuento de neutrófilos aumenta hasta > 1.500/µL.
Además, la terapia antimicótica se administra a los pacientes neutropénicos afebriles con
mayor riesgo de infección por hongos (p. ej., después de trasplante de células madre
hematopoyéticas, quimioterapia intensiva para la leucemia mieloide aguda o un trastorno
mielodisplásico, micosis anteriores). La selección del fármaco antimicótico específico debe
estar guiada por un especialista en enfermedades infecciosas. La profilaxis antibiótica y
antimicótica no se recomienda de forma rutinaria para los pacientes neutropénicos afebriles
y sin factores de riesgo que se anticipa permanecerán neutropénicos durante < 7 días sobre
la base de su régimen de quimioterapia específica.
Neutropenia crónica
Definición y etiopatogenia
Manifestaciones clínicas
Enfoque Diagnostico