Sei sulla pagina 1di 11

PLENITUD SEXUAL

MARTHA STELLA TORO CALDERÓN.

SEMINARIO BIBLICO INTERNACIONAL HUELLAS


PSICOLOGIA
EDUCACION SEXUAL
PUTUMAYO- MOCOA
2019
PLENITUD SEXUAL

MARTHA STELLA TORO CALDERÓN

(Trabajo escrito y expositivo)

JOSE LUIS VELAZCO


PSICOLOGO

SEMINARIO BIBLICO INTERNACIONAL HUELLAS


PSICOLOGIA
EDUCACION SEXUAL
VILLAGARZON

2
CONTENIDO

1. INTRODUCCION
2. ¿QUE ES LA PELNITUD SEXUAL?
3. ¿LA SEXUALIDAD PROVIENE DE LA INMORALIDAD?
4. REVISE SU VIDA SEXUAL SI SIENTE QUE NO HAY PLENITUD
5. VIVIR LA SEXUALIDAD CON PLENITUD
6. CONCLUSION
7. BIBLIOGRAFIA

3
1. INTRODUCCION

Dios creó el sexo para ser un vínculo entre un esposo y una esposa que se fortalece
con el tiempo. Las parejas casadas hacen el amor en su luna de miel y después de
un aborto involuntario. Ellos hacen el amor para concebir hijos y después de
enterrarlos. Hacen el amor cuando sus cuerpos son saludables y durante batallas
contra el cáncer. Como marido y mujer se buscan mutuamente a través del servicio
íntimo, el sacrificio y la lucha, Dios los bendice de una manera que el mundo nunca
puede conocer.
El sexo, es eso que le da la oportunidad a la procreación, una tarea mecánica en
la que estás en busca de un objetivo. Pero, ¿por qué necesitas tener plenitud
sexual? No solo lo primero. Se trata de un lenguaje, que te permite conectar en la
intimidad. La unión entre un componente físico pero también afectivo. De verdad,
no tiene nada que ver con el amor, aunque claro, si agregamos ese ingrediente la
noche se pone aún mejor.

4
2. ¿Qué es la plenitud sexual?

 Todo ser humano tiene el derecho sexual de alcanzar la satisfacción,


de disfrutar la presencia de otro ser humano, piel con piel, de
intercambiar fluidos y caricias con la misma intensidad. Son dos
cuerpos que se pierden en el tiempo y el espacio, no máquinas.

5
3. ¿La sexualidad proviene de la inmoralidad?

“No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo


consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a
juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra
incontinencia.” 1 corintios 7:5

Dios alienta las relaciones sexuales armoniosas y advierte que su privación


o cesación pueden llevar a cualquiera de los cónyuges a pecar. El sexo no
es para manipular al otro o para lograr fines egoístas. Ninguno de los
cónyuges está autorizado por Dios para privar al otro de su derecho a la
intimidad sin ninguna razón, pues comete una falta en contra de su
matrimonio. La decisión de suspenderlo debe ser acordada entre ambos,
pues hay varias razones que pueden impulsar a uno de los dos a decir “esta
noche no”, y el deber del otro es comprender y atender al que se siente
cansado, enfermo, ha tenido un día difícil, o está preocupado con algún
asunto.

La privacidad de un matrimonio es vital para conservar la buena salud sexual,


una habitación única y exclusiva para ellos, donde ni los hijos, ni la televisión,
ni las mascotas, ni otros distractores desvíen o atrofien las relaciones
sexuales.

Mantener a la pareja satisfecha en la relación sexual es la mejor seguridad


contra la inmoralidad, como la masturbación y la pornografía, y contra el
adulterio pues no podrá ser fácilmente tentada. El cónyuge con el deseo
menor debe estar dispuesto a ceder a los deseos del que tiene un mayor
deseo, con el propósito de ayudarle a no ‘estarse quemando’.

6
4. Revise su vida sexual si siente que no hay plenitud

Es triste ver que parejas creyentes pasan por muchas dificultades en sus hogares,
muchas de ellas se basan en que uno o ambos no aman a su pareja en forma bíblica
(ver 1 Corintios 13:5-7) y no reflejan el evangelio en sus hogares. Vemos esposos
desconsiderados, autoritarios, frios y violentos, estas actitudes hieren tan
profundamente a la esposa que la relación sexual para ella es una tortura y no un
deleite. También hay esposas demandantes, orgullosas, egoístas, irritables y
descuidadas, que alejan a sus esposos quitándoles todo deseo de acercarse a ellas.
En ambos casos, se necesita la confesión de pecado, el arrepentimiento, el pedir
perdón y orar para que Dios derrame su Gracia y puedan amar a su cónyuge con el
amor que Dios ordena.

7
5. Vivir la sexualidad con plenitud

supone que cada persona aprenda a conocer sus genitales y su cuerpo, y su


manera de sentir, gozar y amar; que aprenda a aceptarse y gustarse lo más
posible; que aprenda a vivir su sexualidad del modo que le resulte más satisfactorio
y que le permita ser feliz.
 Vivir la sexualidad de forma placentera no es sólo vivir los coitos. Un
coito es sólo una de las muchas maneras que tenemos los seres
humanos de expresar nuestra sexualidad. Pero existen otras muchas
formas de expresarla y de sentirla: caricias, abrazos, besos,
masajes, masturbación (a solas o compartida con la pareja), sexo oral
(caricias con la boca o lengua en los genitales), entre otras…
 Vivir la sexualidad desde el respeto y el reconocimiento de que la
sexualidad de la mujer y la sexualidad del hombre son igualmente
importantes. Todos y todas tenemos derecho a recibir información
sexual, a que las relaciones sexuales resulten satisfactorias y
placenteras y a que se respeten nuestros derechos sexuales y
reproductivos.
 Vivir la sexualidad desde nuestro marco cultural porque cada cultura
concibe la sexualidad de diferente forma, en relación con qué se
entiende por “sexualidad”, por erótica, y qué importancia se le concede
socialmente, así como lo que “está bien visto” hacer, y lo que está
“mal visto” o incluso castigado y perseguido. También cada
cultura tiene unas ideas diferentes sobre los roles de género (“los
hombres deben ser de esta manera y las mujeres de otra, esto lo
pueden hacer los hombres pero no las mujeres, esto es cosa de
mujeres y no de hombres…”). Pero ya sabemos que las ideas nacen,
evolucionan o se modifican… Pensando, reflexionando, avanzan las
culturas del mundo del mismo modo que las sexualidades de las
personas también evolucionan y cambian con el tiempo. Como
hemos señalado anteriormente, toda cultura tiene el derecho de
construir su propia visión de la sexualidad y merece ser respetada.
Pero, como es obvio, para merecer ese respeto es imprescindible
estar dentro del marco de los Derechos Humanos y de la Igualdad
entre mujeres y hombres.
 Vivir la sexualidad tiene que ver con mujeres y con hombres. Aunque
determinados aspectos de la sexualidad se siguen considerando
como principalmente de hombres o principalmente de mujeres, estas
cuestiones están cambiando. Los cambios sociales son lentos, pero si
nos comunicamos con nuestras parejas sobre nuestros gustos y
deseos podemos acelerarlos.
 Vivir la sexualidad es complicado para las mujeres, pues debido a los
tabúes y a la posibilidad de quedarse embarazadas, para muchas
mujeres resulta muy complicado conocerse en lo referente al plano

8
erótico, conocer su cuerpo y sus genitales, y aprender a valorar su
sexualidad fuera de la reproducción, aprender sobre su placer y su
satisfacción, que es tan importante como la del varón.

 Vivir la sexualidad supone superar los roles de género, que, en todas las
culturas, con mayor o menor intensidad, colocan a muchas mujeres en
situación desfavorable de cara a su desarrollo personal y laboral. Sigue
siendo la mujer la parte más implicada (a veces la persona exclusiva mente
implicada) en las tareas domésticas, cuidado familiar, de las hijas e hijos y
de las personas de pendientes, incluso cuando además trabaja fuera del
hogar. Muchos varones siguen considerando el trabajo doméstico como una
responsabilidad femenina. Esta sobrecarga de trabajo par a la mujer
supone un excesivo agotamiento para ella y repercute en que dispone de
menos tiempo para invertir en sí misma y en su relación de pareja.
 Vivir la sexualidad exige conocer nuestra sexualidad, porque según vamos
creciendo, aprendemos cosas sobre nuestra sexualidad. Por ejemplo,
aprendemos a valorarnos, aprendemos cómo son nuestros cuerpos, cómo
son otros cuerpos, aprendemos del afecto y sobre cómo se relacionan las
personas que se quieren. También nos vamos formando una idea sobre la
sexual dad, qué es, cómo se expresa, si es algo positivo y fuente de
bienestar o no…
 Vivir la sexualidad implica discriminar lo que sentimos de lo que nos dicen
que debemos sentir, porque lo que nos cuentan y lo que nos transmiten por
distintas vías influye mucho en nuestro autoconcepto sobre sexualidad.
Nuestra sexualidad no es algo vergonzoso, sino por el contrario algo valioso,
importante. Por eso, merece la pena tener curiosidad, hablar, preguntar,
informarse… porque todo esto nos va a permitir vivir nuestra sexualidad de
la manera más satisfactoria posible.
 Vivir la sexualidad requiere aprender sobre sexualidad porque nos puede
ayudar a:
Conocernos mejor, nuestros cuerpos, nuestros deseos…
Encontrarnos mejor en las relaciones de pareja
Disfrutar más en las relaciones sexuales
Conocer más sobre reproducción, maternidad, paternidad…
Cuidar nuestra salud, evitando riesgos innecesarios
Saber que se puede disfrutar de la sexualidad sin tener pareja y cómo
hacerlo
Contribuir mejor a la educación sexual de nuestros/as hijos/as La
erótica es la manera que tenemos de expresar nuestra sexualidad, lo
que somos y lo que vivimos.

9
6. COCLUSION

Marido y mujer deben conocer el funcionamiento no solo físico sino también


emocional de cada uno en la relación.
La sexualidad es un don maravilloso que Dios le otorgó a los seres humanos. A
pesar de eso, este tema ha provocado desacuerdos dentro de la relación conyugal.
Los matrimonios parece que no comprenden las trampas del enemigo para impedir
que se alcance la plenitud de la comprensión de este tema.
Es fácil darse cuenta de que en todo lo que Dios crea para ser bendición el enemigo
pone las manos y, en su maldad, produce dolores y sufrimiento. Por eso, la
sexualidad ha sido, desgraciadamente, causa de muchas decepciones en los
matrimonios del pueblo de Dios.
Analizando el tema, vemos que la mayoría de las dificultades presentadas por los
matrimonios, en el área de la sexualidad, tiene su extensión en los problemas que
se encuentran en la manera de relacionarse. Debemos considerar que la sexualidad
ocupa un espacio muy significativo dentro del matrimonio y, si no se la considera
con la debida importancia, puede provocar la pérdida total de interés por el otro.
Para que haya una comunión sexual adecuada y saludable, y considerando que los
hombres y las mujeres ven el tema de manera diferente, debe haber por parte de
los dos intereses en el conocimiento y la comprensión de la manera en la que se
siente el otro con respecto al tema de la sexualidad.
La esposa debe saber que la sexualidad masculina está más relacionada con la
satisfacción de las necesidades físicas que emocionales. Por otro lado, para la
mujer, el sexo está relacionado con la satisfacción de sus necesidades emocionales.
Usando una figura del lenguaje, podemos decir que el hombre tiene sexo con sus
genitales y la mujer con el corazón.
Frente a estas diferencias, es necesario que ambos desarrollen interés por conocer
el funcionamiento no solo físico, sino también emocional, de cada uno en la relación.

10
7. BIBLIOGRAFIA
https://esperanzaweb.com/familia/el-placer-real-de-la-sexualidad-cristiana/
http://fortaleciendomatrimonios.blogspot.com/2012/08/sexualidad-
plenitud.html
https://unaf.org/saludsexualparainmigrantes/10-ideas-para-vivir-la-
sexualidad-con-plenitud-satisfaccion-y-bienestar/
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2012-05-17/la-verdad-
sexual-masculina-la-plenitud-aparece-a-los-40_502982/

11

Potrebbero piacerti anche