UNIVERSIDAD YACAMBÚ

FACULTAD DE HUMANIDADES

LA PSEUDOCIENC IA
Ensayo

Alumna: Gilberlys Chuello

C.I.: 26.447.251

Cabudare, Julio 2019

 En la práctica de la Psicología, los profesionales de esta disciplina, tienden a
utilizar distintas herramientas para poder determinar las realidades que aquejan al ser
humano, esto con la intención de poder lograr una evaluación exacta, entre las otras
formas de aplicar la ciencia se conoce del uso de la pseudociencia o seudociencia que
consiste en la creencia o práctica que aparenta ser científica sin serlo, es decir, sin
seguir los pasos de verificación objetiva estipulados en el Método Científico.
Por lo tanto, los postulados de una pseudociencia no pueden ser comprobados de
manera fiable, ni tienen estatus científico oficial, ni están avaladas o legitimadas por
ninguna institución del área, en este sentido, se conoce que la ciencia se caracteriza
por la adquisición del conocimiento mediante la observación y experimentación de la
realidad, de manera empírica, por su parte las pseudociencias, en cambio, se basan
más en un sistema de creencias, juicios y medias verdades populares, que se
mantienen siempre en una región incierta, a menudo infalsable, inverificable e incluso
mística.
Por ello, la pseudociencia presenta algunas características, entre las que se pueden
mencionar que es ocultista, ya que se ampara en penumbras del saber científico, por
lo que sus seguidores se sienten poseedores de una verdad suprema y exclusiva, otra
de las particularidades es que no tiene legitimación oficial, porque las doctrinas
pseudocientíficas no figuran en publicaciones científicas oficiales, ni cuentan con
respaldo, apoyo e interés de las instituciones que detentan y promueven el saber
científico.
Igualmente, se presenta que copia la terminología científica, esta disciplina emplea
términos científicos y lenguaje semejante al de una disciplina oficial, pero sin el
soporte y conocimiento especializado que hay detrás de las ciencias; también es
dogmática, la misma plantea una serie de creencias que deben ser aceptadas o
rechazadas, pero que no permiten la refutación y la comprobación, como sí lo hacen
las ciencias exactas.
En este mismo orden de ideas, no persigue leyes generales, siendo una diferencia
con las ciencias, por lo general plantean casos particulares que contradicen el aparato
general de las ciencias humanas, no acepta revisión, suele atacar a sus detractores con
argumentos a la persona, como acusar de ceguera, de formar parte del sistema o de
perseguir a los iluminados, también es inmutable, porque se adhieren a su cuerpo de
creencias sin replantearlas, reevaluarlas o desarrollarlas más allá, incluso de cara a las
pruebas del discurso científico oficial.
Se pueden mencionar distintas disciplinas que fungen como parte de la
pseudociencia, entre ellas la parapsicología que estudia los fenómenos
extrasensoriales entre seres humanos vivos, algunas de las disciplinas actualmente
consideradas como pseudociencias son las siguientes, la astrología, siendo esta la
creencia de que la posición de los astros en el momento de nacimiento de un niño
tiene una influencia marcada en su carácter, su destino y sus relaciones con los
demás.
Otra de la disciplina que forma parte de este saber es la Magnetoterapia, que se
práctica como un balance para controlar las enfermedades como desbalances en el
campo magnético y eléctrico del cuerpo humano, y aspira a curarlas mediante la
aplicación de imanes y metales sobre la piel, además está la Criptozoología, que
estudia a los seres vivos (animales) desconocidos para la zoología contemporánea, a
partir de testimonios y vestigios (huellas, restos, etc.), cuando no supuestas
fotografías, como ocurrió con el Monstruo del Lago Ness, con el Yeti, etc.
Una de las disciplinas más usadas es la del Feng Shui, que proviene del oriente del
mundo, esta disciplina explica las corrientes energéticas de las personas a través de la
orientación y disposición de los elementos de su hogar, para lograr una armonía
terapéutica, está la Frenología, que es practicada desde el siglo XIX, esta doctrina
pretendía determinar las facilidades, impulsos y defectos de personalidad de las
personas a partir de la forma y las características de su cráneo.
De esta manera, se conoce de la Parapsicología, que es el estudio de fenómenos
extrasensoriales entre seres humanos vivos, como la telepatía, la videncia, la
telequinesis, e incluso el contacto con los muertos o con entidades de “otros planos”,
la Ufología, es una doctrina que sostiene la presencia en la Tierra de vida
extraterrestre y que intenta probar sus manifestaciones y sus contactos con la especie
humana, así como su responsabilidad en la construcción de grandes hitos históricos.
 En este mismo contexto, se reconoce distintos tipos de pseudociencia, aunque no
es una clasificación oficial pero esta doctrina se puede catalogar así, la Conspiratoria,
que son aquellas que aspiran revelar al público una verdad que les ha sido negada por
grupos poderosos y secretos o consorcios de intereses globales, las Historicistas, las
cuales intentan demostrar sus postulados a través de reinterpretaciones de eventos
históricos verdaderos a la luz de su doctrina.
Asimismo, está la Metafísica, que intentan dar una explicación alternativa
(usualmente mágica, mística o paracientífica) a fenómenos reales y comprobados, o
más aún a aquellos que todavía no han sido descifrados por la ciencia, por lo tanto
son variadas las formas de poder interpretar una realidad que al mismo tiempo no se
puede explicar de forma formal o exacta.
Cuando se habla de esta disciplina, y es usada por algunos profesionales de la
psicología como una alternativa de cura en casos extremos de enfermedad clínica,
para esto, deben guiarse por lo establecido en el código de ética del psicólogo, para
no caer en situaciones que les haga perder toda credibilidad con sus pacientes, ya que
en este código se especifica en el principio de integridad, específicamente en los
artículos 15, 31 y 112, que reitera que el psicólogo debe orientarse siempre hacia la
ciencia y basar sus trabajos en resultados válidos y confiables derivados de la
investigación científica.
Es esencial que todo psicólogo fundamente sus trabajos, intervenciones,
evaluaciones, recomendaciones y toda técnica que aplique, que su eficacia haya sido
comprobada por medio de estudios científicos con una metodología establecida, ya
que el psicólogo debe mantener la calidad científica y profesional del especialista,
porque es bien sabido que la Psicología es el estudio científico de la mente, el cerebro
y el comportamiento.
De esta manera, la pseudociencia son las atribuciones o ideas que se basan o
aparentan ser ideas científicas, pero que en realidad son postulados dogmáticos que
carecen de conexión con otras investigaciones y/o réplicas de resultados y que
además suelen depender excesivamente de evidencia anecdóticas, ya que se corre un
peligro directo en el caso del daño directo a quienes de someten a esta disciplina,
incluyendo lesiones físicas y psicológicas.
Por lo tanto, estas situaciones violan el principio del cuidado responsable que dicta
el Código de ética, el cual obliga al psicológico a evitar el daño a cualquier individuo
o grupo que reciba sus servicios, ya que se entiende como daño cualquier acto físico o
psicológico que implique humillación, dolor, miedo o perjuicio a la autoestima,
integridad o seguridad de la persona.
Por ello, no se determina que esta disciplina pueda ser parte del tratamiento en el
campo de la psicología, ya que la pseudociencia no empata con el compromiso del
psicólogo de la ciencia, siendo los mismo profesionales los que lo han introducido a
sus terapias o tratamientos, entre los más conocidos usados se conocen la terapia de la
regresión, la Terapia de renacimiento, y la Astrología.
Por consiguiente, es necesario recalcar, que los profesionales de la psicología, usan
a la pseudociencia como parte del tratamiento a seguir, este se realiza porque es una
vía más sencilla de llegar a una evaluación, sin someterse a la investigación
científica, por la cual se basa la ciencia de la psicología, por ende, se incurre a la
violación del principio de integridad a la que se debe someter todo psicólogo al
practicar la psicología y no cometer una falla técnica.