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Análisis del discurso, cognición e

inferencia abductiva en el Dr.


House
por Alex Ibarra Peña
Artículo publicado el 09/06/2011

1. Análisis del discurso y la semiótica de la cultura.

La semiótica de la cultura es un tipo de análisis que ha estado en boga


debido a los planteamientos de autores que aportan propuestas que
atraviesan distintas posibilidades de reflexión interdisciplinaria, por
ejemplo sólo por mencionar un par de autores podemos referir algunos
aspectos de las obras de intelectuales que a partir de sus enfoques pueden
ser utilizados en estudios culturales, sin ser ellos militantes de esta
tradición intelectual. Dos autores paradigmáticos, en este sentido son
Umberto Eco e Iuri Lotman. La obra de Eco referida a estas cuestiones
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suele estar presentada en tono bastante técnico y la podemos encontrar en
la trilogía compuesta por sus textos: Tratado de semiótica general,
Lector in fabula y La estructura ausente. Si bien la figura de Eco ha
resultado algo polémica no se puede negar el aporte que entrega en estos
textos mencionados para ser considerados como centrales para la
semiótica de la cultura. El caso de Iuri Lotman resulta menos conocido,
ya que es un autor con menos difusión. La obra de Lotman tiene como
propuesta la amplitud que puede tener la semiótica de la cultura, esto a
partir de la tesis de que cualquier acontecimiento cultural puede ser
comprendido como mensaje semiótico para ser sometido a análisis. El
concepto acuñado por este último autor es el de semiosfera el cual se
encuentra presente también en una trilogía. En esta ocasión iremos al
primer tomo titulado La semiosfera: semiótica de la cultura y del texto
en donde el autor nos dice:

Se puede considerar el universo semiótico como un conjunto de distintos


textos y de lenguajes cerrados unos con respecto a los otros. Entonces
todo el edificio tendrá el aspecto de estar constituido de distintos
ladrillitos. Sin embargo, parece más fructífero el acercamiento contrario:
todo el espacio semiótico puede ser considerado como un mecanismo
único (si no como un organismo). Entonces resulta primario no uno u
otro ladrillito, sino el “gran sistema”, demoninado semiosfera. La
semiosfera es el espacio semiótico fuera del cual es imposible la
existencia misma de la semiosis. (Lotman, 1996. 23-24)

En esta cita el autor pretende clasificar dos enfoques semióticos.


Claramente muestra su compromiso con uno de éstos. El primero de
estos enfoques es el que toma sus fundamentos desde las propuestas de
Peirce y Morris por un lado, y de Saussure y la Escuela de Praga por
otro. Es decir casi toda la tradición semiótica que acepta: “…como base
el elemento más simple, con carácter de átomo, y todo lo que sigue es
considerado desde el punto de vista de la semejanza con él” (Lotman,
1996. 21).

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Pues bien es este enfoque el que estaría presente en la obra de Eco,
sabido es el lugar que ocupan en este teórico las referencias a Peirce y
Morris principalmente, en palabras de Eco: “Ese objeto fluctuante que el
habla corriente llama ‘signo’ en casos tan diversos existe como objeto
teórico unificado al ser construido por la disciplina que lo estudia,
aglutinando diversos fenómenos dentro del mismo esquema
formal”(Eco, 1995. 55). Lotman quiere ir más allá de esto al
expresarnos: “…sumando los actos semióticos particulares, no
obtendremos un universo semiótico. Por el contrario, sólo la existencia
de tal universo –de la semiosfera- hace realidad el acto sígnico
particular” (Lotman, 1996. 24). En esta amplitud desde la perspectiva
que propone Lotman podemos visualizar cierto tránsito al paradigma de
la complejidad:“La cultura crea no sólo su propia organización interna,
sino también su propio tipo de desorganización externa” (Lotman, 1996.
29), o de manera más explícita: “La diversidad interna de la semiosfera
presupone la integralidad de ésta. Las partes no entran en el todo como
detalles mecánicos, sino como órganos en un organismo”(Lotman, 1996.
31).

El análisis del discurso es otra estrategia teórica interdisciplinaria que


toma fuerza en nuestros días aportando una estrategia de análisis rica y
novedosa, la cual desde su nacimiento ha ido planteándose de maneras
distintas. Con la intención de cierto recorrido histórico de esta estrategia
se podrían establecer momentos, a grosso modo, como los del análisis
oracional, análisis comunicacional, análisis inferencial, análisis
sociocultural, análisis ideológico.

Una de las definiciones más generales sobre los estudios del discurso es
aquella que lo considera como propone Fasold: “El estudio del discurso
es el estudio de cualquier aspecto del lenguaje en uso” (Jaworski y
Coupland, 1999. 1). Pero, el análisis del discurso que nos interesa va más
allá de esta definición general, algo más cercana nos resulta la definición
de Fairclough: “”Discurso” es para mi más que un simple uso del
discurso: es el lenguaje en uso sea hablado o escrito visto como un tipo
de práctica social” (Jaworski y Coupland, 1999. 2). Para nuestro interés

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diremos que la práctica social sucede dentro del espacio cultural, estas
definiciones acerca del discurso estarían a la base de lo que Jaworski y
Coupland llaman el giro lingüístico y tienen cierto rendimiento
pragmático sucedáneo de los planteamientos de lasInvestigaciones
Filosóficas de Wittgenstein, afirman este par de autores recién
mencionados: “El discurso, entonces ha ganado importancia de al
menos dos desarrollos concurrentes –un giro en la teorización general
del conocimiento y una amplitud en la perspectiva de la lingüística”
(Jaworski y Coupland, 1999. 4-5) (1). La amplitud de la perspectiva
exclusivamente lingüística da cabida a ciertas teorizaciones de estrategias
de análisis denominadas multimodales, la cuales tienen un eje central en
la comunicación y desde ahí se visualizan las posibilidades semióticas
del discurso, esto es lo que entiende Kress:

In tryng to demonstrate the characteristics of these multimodal


ensembles we have sketched a multimodal theory of communication
wich concentrates on two things: (1) the semiotic resources of
communication, the modes and the media used, and (2) the
communicative practices in wich these resources are used. (Kress, 2001.
111)

Sin determinar fronteras entre la semiótica y el análisis del discurso


pretendemos sugerir los elementos de cruce. Nos interesan estas
estrategias desde la perspectiva que concurren a los estudios de la
cultura. La función intelectual se ve enriquecida con la integración de
estas estrategias que aportan en diversidad de intereses a las
interpretaciones de los fenómenos culturales.

I. 1. Análisis del discurso y los medios de comunicación masiva.

La pedagogía crítica norteamericana nos ha dado lecciones acerca de


cómo realizar un análisis crítico serio de ciertos mensajes que se
entregan desde los medios de comunicación de masas. El campo de
reflexión de estos teóricos es aquello que cubre el concepto de cultura
popular. La noción de cultura popular, por su parte es una categoría

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bastante amplia y general, en esta ocasión la estamos utilizando desde
una caracterización desde el consumo. En otras palabras queremos
señalar que nos interesan algunos mensajes que suelen ser consumidos
popularmente.

En este tipo de reflexiones sobre la cultura popular de consumo suelen


realizarse análisis desde los análisis críticos del discurso que tienen muy
presentes evaluaciones de carácter ideológicos de los mensajes que
subyacen en dichas manifestaciones. Textos clásicos de este tipo de
análisis es el texto de Dorfman y Mattelard tituladoPara leer al Pato
Donald, y de Giroux Placeres inquietantes. En este último texto se
analizan dos imperios económicos que utilizan el aparato discursivo
como fomento del consumo y que no están ajenos a ciertas
valorizaciones ideológicas. Estos imperios económicos han instalado
campañas publicitarias tremendas a partir de los medios de comunicación
masiva y principalmente desde la televisión, estos son: Disney y
Benetton. Ambos imperios económicos estarían comprometidos con una
ideología planteada desde el binomio blanco-no blanco.

Tales análisis críticos del discurso no dejan duda acerca de la eficiencia


de los mensajes publicitarios utilizados en los medios de comunicación
masiva que establecen ciertas valorizaciones culturales a partir del
consumo como práctica hegemónica en la cultura. Claramente que una
buena crítica a la práctica hegemónica del discurso la podemos ver en
ciertas investigaciones realizadas por Foucault cuando observa las
funciones de algunas instituciones de control social en cuanto ejercicio
de disciplinamiento conductual de los sujetos y que aparecen
mencionadas en su texto El orden del discurso, pero que están analizadas
con mayor profundidad en distintos momentos de su obra, a modo de
ejemplo referimos Vigilar y castigar: “La disciplina, arte del rango y
técnica para la transformación de las combinaciones. Individualiza los
cuerpos por una localización que no los implanta, pero los distribuye y
los hace circular en un sistema de relaciones” (Foucault, 2002. 149).
Estos análisis son los que han motivado una serie de propuestas en
relación a la necesidad del establecimiento de políticas de la alteridad.

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I.2. Lectura de la inocencia o desde la ciencia.

En este trabajo no tomaremos este patrón de análisis crítico del discurso.


Si bien reconocemos que dicho tipo de análisis resulta ser uno de los más
fructíferos usos de la estrategia de los análisis del discurso, siendo ésta
una de sus dimensiones más difundidas y aplicadas.

Es a este alejamiento a lo que me refiero con el concepto “lectura de la


inocencia” que uso en el subtítulo de este apartado. No nos interesa, por
esta vez, una presentación de análisis de la ideología. Por cierto que esta
opción es arriesgada y susceptible de discusión, tal vez hasta poco
correcta, pero lo que nos viene interesando en este itinerario sobre la
estrategia de análisis del discurso está más cercana a su dimensión
relacionada con los aspectos cognitivos. Aquí viene un giro que va desde
la discusión más general a una discusión de carácter más específico. Nos
interesa más la pregunta de cómo opera el discurso en los procesos de la
cognición.

Las ciencias de la cognición en la actualidad constituyen un campo rico


de investigaciones ligado a disciplinas de carácter científico tales como
la biología, psicología, lingüística, neurociencia, lógica, inteligencia
artificial, entre otras.

Esta aplicación del análisis del discurso a la cognición ha sido explorada


en distintos trabajos por Van Dijk uno de los principales representantes
del análisis del discurso, del cual consideramos el siguiente comentario:

(…) la teoría de los modelos mentales ha revelado que el conocimiento


de eventos específicos que se utiliza para procesar el discurso se puede
derivar del conocimiento general o transformar en el mismo,
proporcionándonos, de ese modo, un puente teórico sólido entre
conocimiento y discurso, y cierta claridad en al menos un aspecto del
clásico problema de “aprender del texto” (Van Dijk, 2001. 43).

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Es el mismo Van Dijk quien nos ha dicho que: “Ya en esta primera
aproximación al concepto de discurso hemos identificado sus tres
dimensiones principales: a) el usodel lenguaje, b) la comunicación de
creencias (cognición) y c) la interacción en situaciones de índole social”
(Van Dijk, 2001. 23). Algunas de las investigaciones de Parodi también
relacionan lingüística y psicología, en palabras de este autor: “No cabe
duda que la revolución chomskiana obligó a muchos científicos a
visualizar nuevos horizontes y abrió el camino hacia una nueva
lingüística y una nueva psicología” (Parodi, 1999. 60).

Por cierto que este desplazamiento hacia la relación entre análisis del
discurso y cognición no es una desvinculación instantánea con la
ideología. Sacar a colación el conocimiento científico no implica
necesariamente un rendimiento neutral de la teoría, sobre las
determinaciones de las comunidades científicas ha sido un tema
profusamente tratado desde la epistemología de las ciencias sociales, en
esta línea son de mucha claridad los postulados desde el paradigma
historicista a partir de los planteamientos de Kuhn, Popper y Feyerabend.

Antes de entrar a este desarrollo del análisis del discurso y la cognición


presentaremos una aproximación a planteamientos de cierta
determinación de la ideología en la difusión del conocimiento científico
en los medios de comunicación de masa. Hay que tener presente que si
bien utilizaremos, en la aplicación de este trabajo, la idea de divulgación
de la ciencia, no consideraremos la idea de divulgación ideológica de la
ciencia. En el apartado que sigue un breve desarrollo de esta idea de
divulgación ideológica de la ciencia.

3. El quehacer científico en los medios de comunicación

Desde el siglo pasado el conocimiento científico se ha constituido en uno


de los tópicos más relevantes en nuestras culturas, existe cierta
valoración por la posesión de información de carácter científico. No es la
era de la esperanza científica alimentada por los postulados positivistas,
sino que acudimos a la consolidación del saber científico.

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La valorización de las ciencias ha sobrepasado los intereses de los
espacios intelectuales y se encuentra instalada en todos los ámbitos de la
cultura, incluyendo la cultura popular. Es evidente que la ciencia se
encuentra presente en los medios de comunicación social por lo menos
en el ámbito de la difusión como dice Anamaría Harvey: “La difusión
del conocimiento científico, al exterior de la comunidad que lo crea, es
una actividad habitual en nuestros días” (Parodi, 2002.335). Hay
opiniones que la consideran como una de las variables relevantes de la
cultura. De esta manera también se puede consumir ciencia a través de
los medios de comunicación social. Por lo tanto, es una tentación sensata
someterla a revisiones de carácter ideológicos.

La actividad de divulgación suele situarse como un intermediario entre la


comunidad de especialistas científicos y el público general. El artículo de
difusión científica es un texto distinto al que produce el científico, dado
que responde a una cuestión de información y no de saber especializado,
dice Harvey: “Esta actividad de divulgación, al decir de sus actores,
responde a una función informativa, de naturaleza socio-política, que
intenta establecer una relación entre ciencia y sociedad” (Parodi, 2002.
335).

De esta manera en el texto de divulgación científica hay que considerar


como elementos centrales los asuntos relacionados a la producción del
texto y a la recepción de éste. Para la producción del texto de difusión
científica Harvey utiliza la imagen del divulgador, es éste quien produce
el texto. Es en esta producción en la cual puede tomar lugar la
preocupación ideológica dado que el divulgador necesariamente
interviene un discurso existente, en esa intervención se puede producir
una desfiguración del mensaje original del científico que toma la
impronta del divulgador, esta desfiguración es uno de los significados de
la ideología propuesto por Marx. Harvey se refiere al proceso de
producción del texto de difusión científica del siguiente modo:

La producción se inicia con un proceso de selección que afecta a


diferentes planos. El comunicador social elige un evento comunicativo

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particular, oral o escrito, que le interesa destacar. A continuación,
determina, del conjunto de proposiciones del discurso fuente (de ahora
en adelante D1), aquel contenido que le interesa difundir y decide
también aquél que va omitir. Estas decisiones, previas a la redacción del
texto de divulgación (de ahora en adelante TDC), se toman de acuerdo al
propósito comunicativo particular que se tenga, a la definición de
audiencia o “lector ideal”, a las convenciones del registro y a las normas
del género y al espacio de que se disponga” (Parodi, 2002. 337).

Sin duda estas advertencias resultan de utilidad para los análisis de la


divulgación científica. Pero, en el análisis aplicado que presentaré el
objetivo central no es el de la divulgación científica, veremos un análisis
de razonamiento científico en una serie televisiva que como objetivo
central tiene la entretención y no la divulgación de la ciencia.

Análisis del discurso y cognición.

II.1. Cognición y representación mental.

Después de estas cuestiones generales en torno a la teorización del


análisis del discurso en su relación con los estudios de la cultura, es
necesario desarrollar algunas cuestiones relacionadas a la cognición.

Una cuestión fundamental será la de establecer que la comprensión de un


texto (noción amplia de éste como algo que se puede dar no sólo en la
escritura) no es algo tan simple como para ser entendido a partir de la
idea de copia mental. En algún sentido esta imagen rudimentaria de que
la mente es un espejo de la naturaleza no sirve para dar cuenta de una
serie de procesos complejos que suceden en ella cuando se lleva a cabo
un proceso de cognición. El problema de la idea de copia está en que
esconde una noción de lo mental ligada netamente a lo reproductor, en
otras palabras, la mente sería un recipiente pasivo de lo que sucede fuera
de ésta. Por el contrario, para distintos autores la mente sería una
capacidad productora, por lo tanto activa, al construir ésta distintos tipos
de representaciones cognitivas. De momento entenderemos a estas

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representaciones como productos o elaboraciones complejas de la mente
(TRM). Desde cierta terminología utilizada por los autores esta
consideración de la mente es extraída de ciertas postulaciones de las
teorías computacionales de la mente (TCM) -teoría de moda en las
epistemologías contemporáneas y más en particular dentro de las
epistemologías naturalizadas (2)- en las cuales ocupa un lugar central la
idea de representación. Existe en ellas una idea de que la cognición
puede ser entendida como una representación, también se puede hablar
de una TRM bastante útil para las teorías de la información.

Todas las TCM comparten el esquema básico de las máquinas de Türing,


a saber: existe un estímulo (E) que es procesado (P) y que se expresa en
una respuesta (R) en terminología computacional input-proceso-output.
Lo que convierte a este proceso en algo complejo y no simple se entiende
mejor desde la pregunta que se hacía Quine en Las raíces de la
referencia (1974) ¿Qué hace que desde un estímulo pobre se obtenga una
respuesta rica?, en palabras del autor: “¿Cómo llegamos a nuestra teoría
del mundo, dada sólo la evidencia de los sentidos?” (Quine, 1974.
15). Parte de esta respuesta estaría en la cognición.

Desde una teoría general de los procesos cognitivos se podría establecer


que existen al menos siete procesos, la presentación de éstos que hago a
continuación siguen un orden que va desde lo periférico a lo central,
estos son: percepción, atención, lenguaje, memoria, aprendizaje,
inteligencia y pensamiento. De lo periférico podemos decir que se refiere
a aquellas cogniciones que se relacionan más directamente con lo que
está fuera de la cabeza (externismo) y lo central son aquellas cogniciones
que se relacionan menos directamente con lo externo, es decir lo central
tiene que ver más con algo que sucede dentro de la cabeza (internismo).
Entre lo periférico y lo central se entiende una escala ascendente en
“complejidad”. Este último concepto es engañoso, ya que aquello que
sucede dentro de la percepción ya resulta ser un proceso complejo.
Complejo aquí es aquello que nos resulte menos fácil explicar. En otras
palabras, lo periférico son procesos cognitivos que se podrían entender
de manera mucho más clara, mientras que en lo central nos encontramos

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con problemas de oscuridad. En consecuencia, serán más robustas las
teorías de la cognición que consideren la reflexión acerca de los procesos
periféricos. Entiéndase esto desde una visión naturalizada de la
epistemología.

II.2. Representación mental y la explicación inferencial.

Van Dijk sostiene que los análisis del discurso necesitan de mayor
claridad teórica (esto también lo comparte Manguineau), de esta manera
se convertirían en un tipo de estudio con más consistencia, pero a la vez
se ratificarían como un campo interdisciplinario: “…lo que se necesita es
una teoría multidisciplinaria amplia sobre el conocimiento, que sirva
como base para una teoría igualmente amplia e integradora sobre el rol
que juega el conocimiento en la producción y comprensión del
discurso”(Parodi, 2002. 45). Lo interesante del planteamiento
mencionado por Van Dijk, es que se encuentra abierto a las disciplinas
cognitivas, en cuanto son un aporte sobre todo en potencia. En esto
coinciden Graesser, Gernsbacher y Goldman cuando en su artículo
“Cognición” nos dicen:

El objetivo último de la empresa cognitiva es desarrollar teorías que


especifiquen cómo se construyen y utilizan las representaciones
cognitivas. Estas teorías son típicamente complejas, dado que el discurso
involucra múltiples niveles y componentes de procesamiento. Más aún,
las teorías psicológicas de la comprensión y la producción del discurso
deben basarse en teorías generales de la cognición. Una teoría general de
la cognición ofrecería una concepción de la memoria, del aprendizaje, de
la toma decisiones, de la resolución de problemas y de otras facultades
cognitivas además del lenguaje y el discurso. (Van Dijk, 2001. 419-420)

Para ir acercándonos ya a la aplicación y no quedarnos sólo en estos


aspectos generales, de momento prestamos atención dentro del listado de
posibilidades que ofrece la cita recién realizada a la resolución de
problemas. Enfrentaremos este asunto desde la operación que sucede en
la mente cuando nos enfrentamos a los problemas. Creemos que en esto

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el razonamiento científico aporta una sólida experticia, asumimos que en
este proceso de la cognición acontecen inferencias y dentro de éstas las
más útiles para esta cuestión es la aplicación de la inferencia abductiva,
entendiendo ésta como un posible uso metodológico, en otras palabras en
ciertas aplicaciones del razonamiento científico se puede apreciar un uso
metódico de este tipo particular de inferencia. Entendida así la inferencia
abductiva veremos el uso del método abductivo para la resolución de
problemas en la práctica médica del personaje televisivo Dr. House. Este
doctor es un especialista en la resolución de enigmas, es un descifrador
de mensajes, como dice Jacoby uno de los compiladores de La filosofía
de House: “Como a Sócrates y Sherlock Holmes, a House le intrigan lo
enigmas. Su deseo tenaz e implacable de encontrar la verdad, junto con
sus extraordinarias habilidades de razonamiento significa que los
enigmas se resuelven y las vidas se salvan” (Irwin y Jacoby, 2010. 10).
Enigma aquí lo entendemos no como un misterio sino más bien como un
problema, esta noción de enigma es la que se encuentra en la idea de
paradigma de Kuhn y que alimenta la postulación de la lógica del
descubrimiento de Popper. La explicación al problema se nos aparece de
repente como un “destello” (según lo expresado por Peirce), una relación
inconciente que permite interpretar los mensajes, esto es lo que en
psicología se ha llamado insigth, es decir una percepción acertada pero
inconciente, es decir sin justificación (Eco y Sebeok, 1989. 39).

Lo que queremos mostrar es cómo la representación mental puede ser


entendida no como algo que simplemente acontece sino que es algo que
se realiza y construye desde una acción voluntarista del sujeto que
infiere. Es decir, la representación mental como un proceso de
construcción determinado por ciertos contextos específicos.

II.3. La forma lógica de la inferencia abductiva.

La abducción es un tipo de inferencia. En su sentido más general la


inferencia es considerada como un razonamiento. Cuando nos
enfrentamos a la resolución de problemas lo que colocamos en operación
es el razonamiento. De modo muy general suelen aceptarse tres tipos de

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inferencias la deducción, la inducción y la abducción; y es muy común
que no sepamos identificar cuál de éstas utilizamos cuando nos
enfrentamos a un problema. Este asunto ha sido abordado principalmente
desde la lógica. Es esta ciencia la que ha querido clarificar nuestro uso
inferencial del pensamiento, sin embargo mirado de esa forma, la lógica
sigue siendo incompleta debido a su escasa claridad en torno a la
abducción, como dice el título del artículo de Michael Hoffmann “¿Hay
una “lógica” de la abducción?”. Esto es lo más complejo, la respuesta
podría ser negativa tajantemente si es que aceptamos que una inferencia
lógica debe, por lo menos poder ser puesta con una forma lógica
definida, ya que de ser así escasa evidencia tenemos sobre la forma
lógica de la abducción, salvo algunos intentos que ha realizado la
mexicana Atocha Aliseda en sus estudios sobre la obra de Peirce.

Hoffmann nos recuerda que uno de los principales lógicos -refiriéndose a


C. S. Peirce- afirma:

”Abducción es el proceso por el que se forma una hipótesis explicativa.


Es la única operación lógica que introduce una idea nueva” (CP 5.171,
1903). El objetivo de este artículo es abordar la cuestión de cómo la
abducción puede ser entendida como una forma de inferencia lógica”.
Pero, debido a las múltiples posibilidades de entender la lógica habría
que instalar una pregunta anterior –dice Hoffmann- “¿Qué clase de
lógica será la que incluya el razonamiento abductivo, el proceso de
generación de una hipótesis? (3)

Como se requiere ir a la aplicación tendré que abandonar profundidad


teórica, baste para el no mal entendido, que hay variadas maneras para
describir qué se entiende por lógica, Hoffmann en el artículo nos
menciona por lo menos cuatro.

Pero, volvamos a la última pregunta notemos que se identifica a la


abducción con un proceso de generación de hipótesis, las hipótesis
suelen ser utilizadas como medios para la resolución de problemas. Con
esto queremos justificar el por qué abordo laresolución de problemas

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desde la abducción. Desde una teoría de la inferencia, sería la única
manera de abordar la cuestión de la resolución de problemas. Queremos
dejar claro en este punto que cuando Peirce piensa en estas formas de
razonamiento tiene en mente el razonamiento que explica el operar del
conocimiento científico, es decir sería una explicación para un tipo de
conocimiento especializado. Desde este presupuesto ya podríamos
mostrar la forma lógica de la abducción más rudimentaria que poseemos:

1. Se observa el hecho sorprendente, F.

2. Pero si H fuera verdadero; F dejaría de ser sorprendente

Por lo tanto

3. Hay razón para sospechar que H es verdadero (Cf. CP 5.189, 1903)

De la forma lógica recién dada, hay que aclarar que cuando se hace la
abducción lo que se quiere resolver es (2) y no la conclusión que estaría
en (3), interesa descubrirla hipótesis, es decir la abducción es un
razonamiento que contempla la primera premisa y la conclusión, lo que
tiene como incógnita a despejar es (2). De ahí que se le nombre a la
lógica de la abducción como la lógica del razonar hacia atrás. Una lógica
centrada en una inferencia que nos lleve a la conclusión es conocida
como lógica de la justificación, ya que con la conclusión se verifica lo
contenido en las premisas, en cambio la lógica que busca explicar la
hipótesis es conocida como lógica del descubrimiento, aquello que
Popper veía como la explicación de los hechos anómalos. Es la lógica del
descubrimiento la más interesante para la ciencia, al ser ésta la que
aporta alguna novedad para el conocimiento. Un problema es un hecho
anómalo que nos coloca frente a un enigma (hecho no explicado), cuando
queremos entender la resolución de problemas necesitamos enfrentarnos
a este asunto.

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Pues bien, si aceptamos que en ocasiones realizamos inferencias de este
tipo que explican hechos novedosos y que nos permiten resolver
problemas podemos aventurarnos más a la aplicación.

II.4. El análisis de Sebeok acerca de la inferencia abductiva en el


personaje de Sherlock Holmes.

Me interesa destacar que esta preocupación no está sólo instalada en


planteamientos provenientes de las teorías cognitivas, un clásico texto
sobre la inferencia abductiva proviene del campo de la semiótica, me
refiero a un texto realizado por U. Eco y T. Sebeok titulado El signo de
los tres, texto en el cual ocupa un lugar central la mítica figura de Conan
Doyle: Sherlock Holmes. Dicho personaje literario aparece como un gran
exponente del razonamiento abductivo.

Considerando que la abducción sería algo así como una percepción


inconciente al ser ésta un método para la resolución de problemas exige
la proporción de un estado de concentración investigativa atenta a
cualquier indicio o destello necesario para que se produzca el insigth. La
imagen que nos presenta Sebeok es la de que Holmes es un sabueso, un
perro de caza atento a que aparezca la explicación, el signo que permite
la explicación del enigma, comenta el autor:

Pierre Nordon comenta: “Vemos aquí a un hombre transformarse


repentinamente en un perro de caza ante nuestros ojos, hasta el punto que
parece haber perdido la facultad del habla y sólo puede expresarse con
sínodos” (1966:217), atento sólo a sus poderes instintivos, no verbales de
percepción y abducción. (Eco y Sebeok, 1989. 41)

Es como si el personaje de la novela necesitara entrar en una suerte de


trance que le permita llegar a un estado de claridad, pero esto parece una
imagen apartada de la visión racional que tenemos de la lógica, se nos
dice sobre Holmes:

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Holmes reconoce de manera indirecta la naturaleza más peligrosa de la
hipótesis al abogar por el uso de “imaginación”, “intuición”, y
“especulación”. Es necesario estar dispuesto a imaginar lo sucedido y a
actuar según tal suposición, lo cual lleva “a la región donde se sopesan
las probabilidades y se escoge la más verosímil”. (Eco y Sebeok, 1989.
48)

Esta última consideración desmentiría la conocida frase de Holmes sobre


que nunca adivina. Según Holmes nunca adivina debido a que sus
razonamientos serían deductivos, pero ese es el error de Holmes, ya que
sus razonamientos no son deductivos, sus procedimientos de
razonamiento no suelen tener la justificación que requiere la deducción.
La adivinación es una suerte de juego que implica elecciones, esto es un
procedimiento que es compartido por Holmes y House, dice Abrams:

Peirce llama a este estado de sueño previo a la abducción musement y lo


define como “el juego puro” de la imaginación. Después de que se han
reunido todas las pruebas, el detective debe retirarse del caso, relajar sus
ojos y refugiarse en su imaginación. Allí, aparecerán como destellos
visiones salvajes y escenarios diagramáticos de causalidad. Todos los
resultados y todas las normas posibles se revuelven a medida que el
detective busca que encajen perfectamente. (Irwin y Jacoby, 2010. 71-
72)

Este estado coincide con eso que hemos llamado la transformación en el


sabueso, en ambos personajes incluso se coincide con el uso de
sustancias alucinógenas. El uso de estas drogas facilita el salir de un
estado de racionalidad pura como lo exige nuestra aceptación más
racional de la lógica, el mismo Abrams refiere esta cuestión:

Al entrar en el estado de musement o en el de “sabueso”, Holmes


también era conocido por depender de sustancias intoxicantes. La
sustancia que House eligió fue la vicodina, en parte porque acaba con el
dolor y le permite enfocarse en los detalles del caso y en parte también
por sus efectos contemplativos eufóricos y relajantes; en otras palabras,

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porque mejora el estado de musement y le permite formar mejores
abducciones hipocodificadas. (Irwin y Jacoby, 2010. 72)

Quedémonos con la idea de este apartado que entiende la abducción


como una destreza lógica que no se encuentra totalmente justificada, si se
quiere como una suerte de conducta irracional. Aunque esta idea nos
sirve sólo de momento, ya que si a este razonamiento lo colocamos al
nivel de un método, ya perdería esa denominación de irracional, si bien
es un razonamiento no justificado esto no implica que sea mero azar el
que posibilita la percepción inconciente, en palabras de Barbara
Stock: “El universo, según House, es un gran enigma. Las respuestas a
veces se nos ocultan, pero siempre están allí. Como comenta en “Medio
lelo”: “Sólo porque sea confuso no significa que sea inexplicable”
(Irwin y Jacoby, 2010. 91).

III. Una mirada desde el análisis del discurso al personaje Dr. House.

III.1. Acerca de “La filosofía de House: todos mienten”.

House es el conocido personaje de la serie televisiva en el cual aparece


un Doctor que cautiva con su personalidad caracterizada por el sin
sentido. El texto fue publicado en 2009 y para enero del 2010 ya iba en
su decimonovena reimpresión, no sé mucho de cifras en ventas de libros,
pero entiendo que se le puede considerar un superventa. El libro es un
compilado de breves artículos de filósofos norteamericanos.

El proyecto de este libro reúne a una serie de filósofos fanáticos de la


serie, así nos cuenta Jacoby en la introducción de este libro: “Adoro a
House y también lo hacen quienes participaron en este libro” (Irwin y
Jacoby, 2010. 10). La presentación del libro nos muestra a House como
un compendio de filosofía no sólo occidental, en esto House superaría a
muchos manuales de filosofía que se suelen usar en las lecturas en clases
de filosofía, esto justifica el subtítulo que Jacoby coloca
provocadoramente a la introducción del libro: “Lea menos vea más
televisión: una introducción irritante y ligeramente grosera”. Claro para

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el especialista en filosofía cabe la pregunta ¿cómo este personaje
“televisivo” es un compendio de filosofía”?, ¡que arrogante eso de
renunciar a los clásicos de la tradición filosófica! Esto sólo puede
entenderse no perdiendo el origen de este libro, un grupo de fanáticos de
una serie sobre un loco.

Dice Jacoby tomándose con seriedad su tesis: “Todo está en este libro:
Sartre y Nietzsche, Sócrates y Aristóteles, lógica y suerte, amor y
amistad e incluso la filosofía Zen” (Irwin y Jacoby, 2010. 19), aunque el
propio Jacoby se queda corto en el listado, ya que en el libro aparecen
otros grandes de la filosofía tales como Platón, Leibniz, Bentham, Mill y
Peirce.

Por la procedencia de los autores se encuentra una visión pragmática y


analítica de la filosofía, de hecho lo que más marcado aparece en el
personaje en lo que escriben este grupo de filósofos tiene que ver con el
pragmatismo de House. Ese pragmatismo frío para muchos de nosotros,
dos frases que resuenan constantemente en el libro se “sobreestima la
humanidad” y “todos mienten”, sería equívoco interpretar esto como
mero nihilismo:

La vida de House es significativa porque él propicia, en su mayoría,


consecuencias deseables. Salva las vidas de los pacientes. Pero el
problema es que no parecen importarle mucho las vidas que salva. Para
él, la cuestión es más bien resolver el rompecabezas. ¿Por qué? ¿Es por
la satisfacción que le causa? ¿Y porque le hace olvidar su dolor?
Es más que eso. Al resolver los rompecabezas y con ello salvar vidas,
House está ejemplificando una vida de razón, y esto es lo que Aristóteles
juzgaba como nuestra función primordial. (Irwin y Jacoby, 2010. 22)

Se hace lo que se debe hacer y no por quien se está haciendo, importa la


acción y no los sujetos de esto, claramente desde una lectura humanista
esto puede causar una sensación de frialdad.

III.2. Dr. House y Sherlock Holmes.

18
Para la ocasión nos interesa el artículo de J. Abrams titulado “La lógica
de las conjeturas en Sherlock Holmes y House”. Propongo entender
conjetura de manera cercana a lo que entendemos por hipótesis, en otras
palabras una postulación de algo que aún no se encuentra justificado.

Para ver de manera menos teórica cómo funciona la abducción se pueden


ofrecer dos campos de ejercicio: el de la medicina y el del derecho. Eco y
Sebeok ya eran concientes de las posibilidades de esta aplicación en esos
campos. La serie televisiva sobre el Dr. House resulta fructífera al reunir
tanto el elemento médico como el investigativo. House, el especialista en
diagnóstico, entiende su práctica médica como una investigación, nos
dice Abrams en su artículo comentando uno de los capítulos de la serie:

House incluso habla como Holmes. Por ejemplo, mientras examina a un


paciente enfermo, pregunta: “¿Cuáles son los sospechosos?” y una vez
que ha diagnosticado la enfermedad, declara con orgullo: “He resuelto el
caso”. Como sospechosos de una novela policiaca, House considera a sus
pacientes farsantes y mentirosos, así mismo considera Holmes a sus
clientes. Enfermos como están, siempre se le atraviesan en el camino, es
por ello que House trabaja dándoles la vuelta: allana sus casas, roba sus
pertenencias, hurga en sus cajones…cualquier cosa para reunir pistas;
una vez más, igual que Holmes. (Irwin y Jacoby, 2010. 64)

La especialidad de House, la medicina de diagnóstico, le coloca en un


lugar especial para el tratamiento de hipótesis que resulten explicativas
para tal fenómeno. House vive sumergido en hipótesis, su especialidad es
ir descartando hasta llegar a la que mejor explique, aunque no tenga
fundamentos para la elección. Pero, además House en cuanto detective
holmesiano representa ese estilo de solucionar problemas a partir de
“deducciones”, es decir soluciones que sólo se concretan en el
razonamiento sin necesidad del cuerpo de los pacientes, no deja mucha
cabida a la observación, lo espectacular es el razonamiento. House y
Holmes se confían a la seguridad de los argumentos, son estos los que
explican, al menos eso es lo que creen, por eso quieren apartarse de la
operación de adivinar. Lo interesante aquí no es que los personajes están

19
errados al creer que son expertos sabuesos en deducir, sino que ambos
confían en la necesidad de un método de razonamiento. Las soluciones a
los problemas son posibles por la aplicación correcta de un método, ese
método es poco creíble en su comunidad, no logra reconocimiento total,
se suele cuestionar el método de House dentro de su comunidad
científica: “La verdadera tragedia de House es la razón abductiva que
pierde el control en la mente de un genio loco que, como todos los
genios locos, debe finalmente autodestruirse” (Irwin y Jacoby, 2010.
76).

III.3. Inferencia abductiva e inferencia a la mejor explicación (IME) (4).

Una de las primeras definiciones que nos entrega Peirce sobre la


abducción (recordemos que Aristóteles llama a esta inferencia como
hipótesis) es entenderla como un adivinar, así entiende Abrams parte del
método de Holmes. Desde mi perspectiva este adivinar, sin embargo no
es tan azaroso no se adivina a partir de la nada, la adivinación aquí sería
más bien una elección de un montón de hipótesis posibles, en este
sentido no sería muy enriquecedor entender el abducir como un adivinar,
más bien hay que entenderlo como un elegir, pero como una elección que
no se encuentra totalmente justificada. Esto es lo que varios han
nombrado como IME (inferencia de la mejor explicación), es decir de
variadas hipótesis hay una que resulta más explicativa, pero sólo eso,
más explicativa. Desde aquí se puede entender la frase de Holmes
pronunciada en El signo de los cuatro que Abrams retoma a modo de
epígrafe en su artículo: “No, no, yo nunca adivino. Es un hábito
escandaloso; destructivo de la facultad lógica”. Holmes se entiende así
mismo como un dotado de sentido deductivo, lo mismo que House. Pero,
Abrams sostiene que en esto se equivocan ambos personajes, ya que en
sus juicios se suele adivinar (detectives y médicos suelen adivinar), lo
cual podríamos aceptar en cuanto a que la elección de la IME no se
encuentra justificada, pero se encuentra de todas maneras sostenida por
un soporte teórico previo.

20
A continuación haremos una panorámica de cómo se ha llevado a cabo la
interpretación de este postulado peirceano, por cierto que no será una
presentación concluyente. Debemos dejar claro que las interpretaciones
sobre Peirce siempre tienen un valor aproximativo y no definitivo, esto
en parte por el estilo de escritura que desarrolló. Cuestión por la cual la
interpretación en torno a este autor también se plantea muchas veces
desde perspectivas muy disímiles incluso contradictorias. El valor por
este autor ha sido rescatado extensamente desde la semiótica, pero aquí
interesa otra dimensión de los alcances de este pensamiento, nos interesa
el valor que presta a la epistemología.

Para Peirce “la abducción es el proceso de formar una hipótesis


explicatoria”. Esta explicación estaría cargada del componente de la
novedad. En cuanto a la inferencia abductiva, Peirce plantea dos formas
(5).

La primera forma de la abducción es la forma silogística, ésta es


presentada por Peirce en el desarrollo de su lógica de la indagación. En
esta lógica encuentran autonomía los tres tipos de razonamiento, aquí la
abducción aparece mencionada como hipótesis y la estructura de ésta
estaría dada por un procedimiento de inversión de la estructura de la
deducción. La deducción iría del siguiente modo: regla, caso y resultado;
la inducción ocuparía el modo: caso, resultado y regla; y la abducción
como: regla, resultado y caso.

Posteriormente ve estos tipos de razonamiento como tres etapas del


método que posibilita la indagación lógica, aquí la abducción sería la
primera etapa. La forma lógica de la abducción en su forma IME
sería: “Se observa un hecho sorprendente, C; pero si A fuera verdadera,
C sería una cosa corriente; por lo tanto, hay razón para sospechar que
A es verdadera”.

En relación a la psicología habría que analizar el término intuición con el


cual, en ocasiones, Peirce denomina a la abducción. Podríamos decir que
al proponer una teoría del conocimiento inferencial se estaría oponiendo

21
a una teoría del conocimiento intuitivo, así no cabría aquí una validación
de una teoría de las percepciones. Intuición aquí no se entiende, en
sentido estricto como una manera de abordar directamente la realidad,
tendría un sentido secundario en cuanto una manera más indirecta de
abordar la realidad. Creemos que esto daría mayor credibilidad a una
forma de la abducción en su forma IME. Aunque el asunto sobre la
psicología no puede ser resuelto con claridad, ya que habría una forma de
abducción que es netamente intuitiva.

Para Hanson en la “Lógica del descubrimiento” no todo proceso de


descubrimiento es necesariamente deudor del azar, ya que estarían
involucrados algunos procesos lógicos. Habría que entender aquí a la
lógica como una teoría del razonamiento, en este sentido como ciencia de
las leyes del pensamiento, así como la entendía Peirce. (Hanson, 1958.
1073-1089)

Por último, mostraremos algunas implicaciones hacia la filosofía de la


ciencia desde el trabajo de Atocha Aliseda. Aliseda en “La abducción
como cambio epistémico: C. S: Peirce y las teorías epistémicas en
inteligencia artificial” concede que la abducción puede ser dada a partir
de la novedad, pero extiende la idea al usar el término de la sorpresa. La
novedad sería una de las formas de la sorpresa. Pero, la sorpresa también
puede constituirse por anomalía. De esta manera, la novedad y la
anomalía serían los llamados detonadores de la sorpresa. En la
epistemología de Peirce, la sorpresa juega el rol esencial para cambiar un
hábito, o si se quiere una creencia. Para Peirce, según Aliseda, la
epistemología es oscilante entre la duda y la creencia, es decir es un
proceso dinámico: “una experiencia novedosa o anómala da lugar a un
hecho sorprendente, el cual genera un estado de duda que rompe un
hábito de creencia, y así dispara el razonamiento abductivo” (Aliseda,
1998, 125-144). Así la explicación abductiva sugiere una prueba que
tendrá que ser puesta a evaluación para convertirla en creencia. En
consecuencia, el rendimiento radical de la abducción es que posibilita el
cambio epistémico: “El razonamiento abductivo es una forma de cambio
epistémico por medio del cual puede modelarse la incorporación de

22
nuevas creencias” (Aliseda, 1998, 125-144). Hay que señalar que la
novedad y la anomalía exigen operaciones o métodos distintos. En la
novedad el fenómeno a explicar es totalmente nuevo, pero consistente
con una teoría de base, en definitiva habría una extensión de la teoría. En
la anomalía, la operación sería de revisión, así se puede llegar a la
incorporación del hecho a la teoría. Esto quiere decir que en la abducción
siempre hay un recurrir a una teoría de base.

III.4. Análisis sobre la aplicación del método abductivo en el capítulo


“Pilot” de House.

Dr. House goza de una audiencia respetable en E.E.U.U, pero también


ésta ha sido extendida a otros países, en Chile ya lleva varias versiones
en señal televisiva cerrada y debido a su éxito también se pueden
apreciar las primeras temporadas en la señal abierta de la televisión en el
canal TVN. Aplicando el googleo se puede acceder a todas las
temporadas, tanto en su lengua original, subtitulada o en español.
También se encuentran a la venta la compilación de las distintas
temporadas en las tiendas dedicadas al rubro cinematográfico.

Sin duda, House es un personaje transversal a distintos estratos sociales.


Los atractivos del personaje tienen que ver principalmente con su
personalidad de loco-genio, eso es lo que cautiva inexplicablemente dado
que es un personaje arrogante casi sin límites de cordura social. House es
un personaje antipático, pero que ha cautivado a una audiencia, esto
seguramente por que a la vez se le representa como genio. Por otra parte,
suele cautivar su autenticidad, al ser un loco no encuentra sentido, es
alguien que permite que otros vivan aunque la vida en sí no tiene sentido
vivirla. Esa sinceridad del personaje también es un elemento de atracción
para la audiencia contemporánea al representarlo nuevamente como
sujeto excepcionalmente inteligente.

La serie cuenta ya con varias temporadas, pero para el análisis iremos al


primer capítulo de la primera temporada, es decir ese capítulo en que los
productores de la serie nos hacen la presentación de este personaje. Ese

23
capítulo se titula “Pilot”. De este capítulo tomaremos algunos diálogos
en los cuales se evidencia el uso del razonamiento abductivo y la
justificación de este uso en la práctica médica de House.

El capítulo de House lo hemos visto en una página de Internet buscada al


azar, estableciendo como carácter de búsqueda “House capítulo pilot”.
De las distintas alternativas que ofreció el buscador escogimos una que
mantuviera los diálogos en su lengua original y entregara los subtítulos
en español (6). Eso nos aportó facilidad para abordar los mensajes como
texto. Los diálogos que transcribimos son aquellos que reproduce la
subtitulación otorgada por la página que escogimos.

En un capítulo titulado “Pilot” el Doctor dialoga con una asistente:

House: Nunca hay ninguna prueba. A cinco diferentes doctores se les


ocurren cinco diferentes diagnósticos basados en la misma evidencia.
Cuddy: No tienes ninguna evidencia. ¿Y nadie sabe nada, eh? ¿Y cómo
es que siempre piensas que tienes razón?
House: No lo hago. Sólo creo que es difícil trabajar suponiendo lo
contrario ¿Y por qué tienes tanto miedo de cometer un error?

En el diálogo ‘evidencia’ puede ser entendido como un hecho


sorprendente, ante esto se tiene múltiples hipótesis, de estas hipótesis se
elije la mejor, el acierto sería tener la razón, pero el acierto no está
asegurado, pero no se puede renunciar a la elección, no se puede esperar
el estar justificados, ya que hay casos en los cuales no existe tal cosa,
pero en resolución de problemas hay que elegir. House al hacer los
diagnósticos con su equipo médico sentencia sin estar justificado, de ahí
que es visto como un loco, actuar sin justificación es parte del sinsentido,
dice Abrams: “La verdadera tragedia de House es la razón abductiva
que pierde el control en la mente de un genio loco que, como todos los
genios locos, debe finalmente autodestruirse”(p. 76), en otro diálogo se
dice:

24
Wilson: Quiero que aceptes que algunas veces los pacientes mueren sin
ninguna razón. Algunas veces mejoran sin ninguna razón.
House: No, no lo hacen. Es sólo que no sabemos la razón.

Entiendo que este no saber la razón puede ser por las múltiples opciones
que se tiene a la mano y por la posibilidad de no elegir bien. House
siempre se las arregla para tener la opción de elegir, si las opciones no
aparecen se las busca, es decir las genera. Esas opciones son las que
entendemos como hipótesis. Los aciertos de House están en su capacidad
para elegir la mejor explicación, aunque esta capacidad no es infalible.
La cuestión está en que de alguna manera, con alto porcentaje de
frecuencia, se suele dar con esa mejor explicación.

Conclusiones finales.

En el trabajo hemos asumido un acercamiento interdisciplinario para la


realización de análisis del discurso. Partimos de una presentación de la
semiótica en cuanto a que ésta expande la concepción del mensaje a
elementos que van más allá de lo escrito, es decir las imágenes también
pueden ser consideradas como texto. Esto aportaría al tipo de estudios
que se presentan como alternativas de interpretación de fenómenos
culturales. En esto queremos ver que hay cierta vía de integración entre
la semiótica y los análisis del discurso en cuanto éstas constituyen
posibles estrategias para los estudios culturales.

Desde esta perspectiva resulta interesante el análisis de los mensajes que


producen los medios de comunicación masiva y aquí nos hemos dejado
seducir por ciertos mensajes televisivos. Este tipo de análisis a la
televisión ya han sido abordados por distintas tradiciones teóricas sobre
todo motivadas desde lo que suele llamarse pensamiento crítico en la
cuna de las extensiones del pensamiento francfortiano.

Sin embargo, hemos optado por un tipo de análisis distinto a éstos, con
eso hemos querido desplazar una preocupación centrada en la ideología.
Más bien hemos querido revisar la presentación de ciertas concepciones

25
científicas que pueden ser visualizadas en programas de consumo de una
audiencia popular.

La revisión que realizamos no es desde una perspectiva general de la


ciencia sino que obedece a cierta concepción técnica en torno al método
científico utilizado en aquello que refiere al razonamiento. Es en esto que
la práctica médica que se representa en el personaje Dr. House muestra
un cierto uso del método inferencial.

En el corpus que escogimos se presta atención a cómo House


instrumentaliza el uso de la inferencia abductiva, cuestión que nos
muestra la difusión de algunas de las prácticas científicas
contemporáneas en lo referente al método científico. De aquí que en el
trabajo aparezca especialmente la atención al fenómeno de la cognición y
al rendimiento epistemológico de ésta.

Lo interesante es que la abducción siendo un razonamiento que carece de


certeza se constituye como un método que aporta a las explicaciones de
fenómenos para los cuales no contábamos con explicación, aceptar una
explicación de este tipo –sin fundamento- adquiere valor pragmático
cuando se nos convierte en una estrategia que explica, aunque no haga
más que eso. Hay una valoración por la mera explicación ante que por la
fundamentación. Habría que distinguir epistemológicamente entre teorías
que fundamentan y teorías que explican. Aunque se carezca de razones
suficientes.

La utilidad de esta presentación asume el reconocimiento de los analistas


del discurso en cuanto a la poca claridad que existe entre la producción
de los discursos y la cognición. En ese sentido este intento busca mostrar
algunos caminos de diálogo entre distintas disciplinas que podrían
aceptar como objeto al conocimiento.
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Bibliografía
Libros:

26
-DORFMAN, A, y MATELLARD, A. Para leer al pato Donald. México: Siglo XXI, 1979.
-ECO, U. Semiótica y filosofía del lenguaje. Barcelona: Lumen, 1995.
-ECO, U; SEBEOK, T. El signo de los tres: Dupin, Holmes, Peirce. Bercelona: Lumen, 1989.
-FODOR, J. La modularidad de la mente: un ensayo sobre psicología de las facultades. Madrid: Morata, 1986.
-FOUCAULT, M. The archeology of knowledge and the discourse on language.New York: Harper and Row,
1972.
Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión. Buenos Aires: Siglo XXI, 2002.
-GIROUX, H. Placeres inquietantes. Aprendiendo de la cultura popular.Barcelona: Paidós, 1996.
-IRWIN, W; y JACOBY, H. La filosofía de House: todos mienten. México: Selector, 2010.
-JAWORSKI, A; y COUPLAND, N. The discourse reader. Londres: Routledge, 1999.
-KRESS, G; Leeuwen, T. Multimodal Discourse. London: Arnold, 2001.
-LOTMAN, I. La semiosfera I: semiótica de la cultura y del texto. Cátedra: Madrid, 1996.
-PARODI, A. Discurso, cognición y educación. Ensayos en honor a Luis Gómez Macker. Valparaíso: Ediciones
Universitarias de Valparaíso, 1999.
Lingüística e interdiscoplinariedad: desafíos del nuevo milenio. Valparaíso: Ediciones Universitarias de
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-QUINE, W. La relatividad ontológica y otros ensayos. Madrid: Tecnos, 1986.
Las raíces de la referencia. Madrid: Revista Occidente, 1977.
-VAN DIJK, T. El discurso como estructura y proceso. Barcelona: Gedisa, 2001.

Artículos:

-ALISEDA, A. “La abducción como cambio epistémico: C. S: Peirce y las teorías epistémicos en inteligencia
artificial”. México, UNAM, Analogía 12, 1998. p. 125-144.
-HANSON, N. “The Logic of Discovery”. Journal of Philosophy. Vol. LV, Nº25: December 4, 1958. p. 1073-
1089.
-IBARRA, A. “Revisión para una teoría de la inferencia: el aporte peirceano. Revista Límite Nº 124,
Universidad de Tarapacá, Arica, segundo semestre, 2010.

Notas

1. Las traducciones en este párrafo son mías.

2. Epistemología Naturalizada: concepto utilizado por Quine en un artículo que lleva ese título.

3. www.unav.es/gep/AN/Hoffmann.html

4. El desarrollo de este punto lo he presentado en un artículo titulado “Sobre el rol epistémico de la inferencia
abductiva” que aparecerá en el número de la Revista Límite correspondiente al II semestre, 2010.

5. Seguiremos aquí un artículo de Peirce titulado “Deducción, inducción e hipótesis”, y la Lección VI titulada
“Los tres tipos de razonamiento” del texto Lecciones sobre el pragmatismo.
www.unav.es/gep/DeducInducHipotesis.html
www.unav.es/gep/OnThreeTypesReasoning.html

6. www.miradrhouse.com/house-online-S01E01-Pilot-Everybody-Lies.html

http://critica.cl/ciencias-sociales/analisis-del-discurso-cognicion-e-inferencia-
abductiva-en-el-dr-house

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