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Valentina Hernández González – 20181081038

CAPÍTULO 5: Aspectos legales


Que están teniendo un impacto sustantivo en la gestión. No se trata, por tanto, de dar una
visión sobre la situación actual de esa legislación, una labor que han desarrollado con eficacia
otros estudios citados en este texto. Se ha considerado necesario distinguir entre los países
del Caribe de habla inglesa, o aquellos estados insulares y estados continentales cuyo sistema
jurídico se basa en el Common law y los países latinoamericanos propiamente dichos, cuyo
sistema jurídico corresponde a la tradición del derecho reglamentado de origen romano. Los
países del Caribe de habla inglesa corresponden en su mayor parte a estados insulares, siendo
las excepciones Guyana y Belice ubicados en Sudamérica y Centroamérica respectivamente.
Por regla general, los primeros desarrollos jurídicos realizados por los países se relacionan
directamente con las condiciones y modos de uso y aprovechamiento de los recursos
naturales (permisos, concesiones, autorizaciones, licencias, etc.). Otra de las estrategias más
utilizadas para prevenir y controlar la contaminación y el deterioro ambiental, ha sido la
promulgación de normas orientadas a establecer estándares de calidad ambiental, de emisión,
de vertimiento y de concentración de residuos, cuyo incumplimiento genera la imposición de
sanciones. Esta estrategia conocida como de regulación directa, se basa en la ecuación
coerción-sanción, y constituye una de las principales formas de intervención empleadas por
los países de América Latina para ejercer control normativo.

CAPÍTULO 6: Los actores del sector público en la gestión


ambiental.
Este capítulo se centra en el estudio de aquellas agencias públicas ambientales a nivel
nacional (ministerios del medio ambiente, comisiones nacionales ambientales, etc.) que
tienen como función principal identificar la problemática del medio ambiente y formular e
implementar políticas dirigidas a su solución. Se reconoce que dentro del sector público, la
gestión ambiental no es el monopolio de una agencia particular, sino la responsabilidad
compartida de diversas organizaciones. Sin embargo, las agencias principales (ej. ministerios
y comisiones nacionales) sientan el tono de la gestión ambiental y expresan mediante la
profundidad e impacto de su acción la prioridad que le otorgan los países al tema. Los
problemas de coordinación surgidos por la división de algunas competencias y funciones
ambientales en diversas agencias —en particular las atinentes a la fijación de políticas y
normas, el ejercicio de la autoridad ambiental y la administración de los recursos naturales
renovables— han sido afrontados a través de diversas estrategias. En general, el
fortalecimiento de las agencias principales en la última década ha tenido como uno de sus
objetivos principales reducir la atomización de las competencias y funciones ambientales en
diferentes agencias y concentrar en la agencia principal ambiental una parte sustancial de
ellas (ej. Brasil, Colombia, México, Jamaica, y Trinidad y Tobago). Las unidades
ambientales ministeriales de los países que obedecen al modelo de la comisión nacional
(Chile y Perú) tienen como función primordial ofrecer todo el apoyo requerido para que cada
uno de los ministerios sectoriales ejerzan las funciones de autoridad ambiental que les
corresponden.

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