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explicar fenómenos que en cierto modo, no se pueden dar a entender solo con
la geografía como ciencia, sino que tiende a necesitar de los sucesos
históricos, que se ven constantemente afectados por la cultura de la época. Es
por esto, que la dinámica social exige una disciplina que involucren tanto a la
geografía como a la historia para comprender como el hombre ha dinamizado
su entorno. Así, de este modo, sería una interdisciplinariedad, porque va más
allá de las disciplinas convencionales. Dichas características muestran una
realidad relacionada al espacio geográfico, que a su vez sería modificado por
el hombre a través del tiempo; dando lugar a las implicaciones históricas, las
cuales son cambiantes y transforman la cultura de una sociedad. En este
sentido, Tovar (1986) menciona lo siguiente, “se admite que la realidad es
dinámica; pero quien le imprime nuevas direcciones es el hombre en
sociedad” (p. 17).
Las implicaciones que se manifiestan dentro del enfoque geohistórico, no son más que el
resultado de la carencia de fuerza en el criterio de la geografía física y la geografía
humana en la actualidad, las cuales se encargaban solo de explicar las relaciones del
hombre con su medio, obviando las herramientas metodológicas necesarias para explicar
los fenómenos que la globalización y la transnacionalización han dado al planeta y a los
humanos en sociedad. Asimismo, lo antes descrito se encuentra inmersos en una serie de
elementos impuestos por un proceso mundial capaz de ajustar a las características de
cada cultura, a sus intereses particulares, dando una sensación de libertad que no es otra
cosa sino la escogencia de muchos en manos de pocos, y a su vez, se ven impulsados por
los intereses capitalistas mundiales que solo se ha mostrado como un modelo explotador
con implicaciones conductistas y poco ambientalistas.
Tras dicha realidad, se parte de una nueva visión geohistórica para buscar soluciones a
dichas problemáticas que se manifiestan en la actualidad, al respecto Tovar (1986) señala
que “estamos emplazados a organizar la vida de la sociedad sobre la naturaleza de modo
que las relaciones Hombre-Medio cese el pasado fardo de los factores de destrucción” (p.
25). Por lo tanto el enfoque geohistórico es un planteamiento teórico metodológico el cual
parte del estudio del espacio geográfico, y que el mismo es entendido como un resultado
social. Dicho estudio va direccionado a presentar múltiples métodos de análisis y
recolección de datos, para entender su medio, al respecto Tovar (1986) afirma que “el
geógrafo no puede adscribirse a un método único; seria aceptar que existe un desarrollo
general y similar en toda la superficie terrestre, lo que entraría en contradicción con la ley
de desarrollo desigual” (p. 27). Esto se explica en nuestra realidad y entorno social,
mostrando lo niveles de desigualdad dentro de los pueblos, ciudades, estados y países del
mundo, donde dicha desigualdad se ve orientada por un modelo capitalista que organiza el
territorio según sus necesidades.
Se debe entender que dichos fenómenos y problemáticas son generadas por el mismo
hombre, el cual a través de la geohistórica busca una respuesta a sus muchos intentos de
solo reproducir capital y no de conservar su espacio, Asimismo Tovar (1986) expresa que
“una comunidad es un reservorio donde duermen las energías en las cuales la naturaleza
a puesto sus gérmenes pero cuyo empleo depende del Hombre. Es el quien, al plegarla a
sus necesidades, imprime la luz de su individualidad.” (p. 32). Se cae así en una serie de
características particulares y generales de una sociedad, que busca cubrir sus
necesidades, y es aquí donde la geohistórica es una ciencia de síntesis y de relaciones
que debe dar solución y respuestas a la situación del presente.
Se trata de asumir posturas determinadas de los hechos que ocurren en el planeta y como
dichos sucesos pueden ser orientados a un espíritu de conservación, sin generar un
desequilibrio social, en donde la geografía adopta un punto de vista ecológico y de
conservación, y así la geografía con la ecología convergen, sobre todo cuando los
planteamientos de ambas ciencias tienen una finalidad práctica.
La concepción de las características del mundo parten de graves desequilibrios que
afectan la superficie del planeta, al respecto Tovar (1986) señala que “los problemas como
sus soluciones no podrán plantearse dentro de los términos estrechos de los intereses de
una potencia o de una determinada clase social” (p. 163). Ahora bien, siendo esta la
realidad, la pregunta sería ¿Cómo afrontar los fenómenos existentes con políticas que
vallan direccionadas a la conservación del planeta? Se muestra como un camino que tiene
claro un propósito pero sin mucha intencionalidad por parte de los agentes que intervienen,
es la constante contradicción de desarrollo y sub desarrollo, donde el desarrollo parte
como la premisa que orienta el comportamiento mundial, globalizando sus intereses y
dictaminando el comportamiento de la periferia.
Dentro de dicho fenómeno ocurre la teoría de la urbanización, que no es mas que una
entidad cargada de problemas y necesidades, que buscaban en cierta medida una
organización que les permitiera tener accesibilidad a los servicios y mayor comodidad para
sus habitantes, en este sentido Bardet (1959) citado por Tovar, confirma que “lejos de
organizarse a sí misma en nuevas unidades personalizadas, se encontraron en
aglomeraciones monstruosas al servicios de la gran industria, es el fenómeno conocido
como urbanización” (p. 39). Cabe señalar que esto se ha manifestado en la aglomeración
considerables de personas en poco territorio creando nuevas situaciones en los géneros y
modos de vida, dando más problemas que soluciones, en donde no hay oportunidad para
individualidades, sino que se rigen a las necesidades de los intereses capitalistas, y no al
contrario como se le hace pensar a la sociedad, que cree que son ellos lo que dinamizan
las potencialidades el espacio, en consecuencia Tovar (1986) confirma que “se impone la
acción de políticas, no parciales sino globales, concebidas desde una totalidad y para una
totalidad” (p. 39).
La vertiente de dichos fenómenos ocurrido en el país se ven direccionadas por los
intereses globalizadores, donde las necesidades de las grandes potencias reinan y
dictaminan la geodinámica social. Tovar (1986) “ha concentrado grandes masas en muy
reducido territorio, creando el desbalance de la relación campo-ciudad, ciudad-campo” (p.
38), dicha dinámica implica grandes sacrificios en la calidad de vida de sus habitantes,
donde los servicios públicos se ven colapsados y la demanda de empleo crece
considerablemente, siendo este otro factor que entra en juego en la globalización, ya que
la tecnología mecanizo la industria y ya no se necesita tanta mano de obra, trayendo como
consecuencia que los empleos no cubran la demanda y mucho menos les presente
buenos salarios, nadie escapa de esta dinámica mundial, que solo genera caos en las
aglomeraciones, y que dichos problemas afectan de forma directa el equilibrio natural del
planeta, ya que la gran industria (netamente capitalista) no busca la conservación del
ambiente sino la reproducción de capital.
La propuesta es ecologizar la urbanización, y distribuir las potencialidades para evitar las
grandes aglomeraciones en pocos espacios, dentro de una propuesta geohistórica,
asumiendo los errores del pasado, y como ellos afectan el presente, como menciona Tovar
(1986) “Hoy el drama de la sociedad y de la ciencia. Reorientar sus ritmos, en una palabra
humanizarla, es la preocupación central de los urbanistas, planificadores, políticos,
expertos en diseños, empresarios, y de todos los estamentos dirigentes de la sociedad.”
(p. 47).
En esta dirección, el enfoque geohistórico busca determinar las características esenciales
de la sociedad actual, en donde todos los acontecimientos no son más que una síntesis
del desarrollo humano, y como orienta su conducta con patrones de autodestrucción, una
pregunta sería ¿por qué el ser humano tiene esa tendencia autodestructiva? Las
propuestas validas estarían dictaminadas y orientadas por la necesidad de capital, pero
con más fuerza entra la hipótesis que es su esperanza de vida, la realidad mundial es que
la esperanza de vida no es constante en todo el mundo, pero si tiene como una media
general, según la OMS para el 15 de mayo del 2014, la esperanza de vida de las mujeres
se ubica en 73 años y para los varones es de 68 años, danto así datos importantes en el
entendimiento autodestructivo del ser humano, los fenómenos naturales y sociales tardan
décadas y hasta siglos para asentarse, ya que el proceso capitalista tiene una fuerte
arremetida después de la Revolución Industrial a mitad del siglo XVIII, en pocas palabras
más de dos siglos han pasado, y siendo la esperanza de vida del ser humano casi medio
siglo apenas, se podría presumir dicha situación como una de las causas.
El enfoque geohistórico es una visión que ya tenía fundamentación teórica en Bolívar,
según Tovar (1986) “el espacio geográfico para Bolívar tiene un carácter socio-político;
pueblo, nivel cultural, magnitud del territorio, posición del mismo, forma de gobierno,
historia y personalidad cultural constituyen una integridad” (p. 119). Es una visión social y
como se plantea un equilibrio y coherencia espacial, donde la geohistória toma fuerza
pedagógica, tomando en cuenta metodologías aplicadas en el ramo educativo,
direccionadas en el campo de las ciencias sociales como ciencia capaz de mostrar
realidades concretas y dinamizantes en tiempo y espacio.
La enseñanza de las ciencias sociales tiene múltiples retos en la actualidad, con premisas
indispensables en la aplicación de otras ciencias, ya que no solo abarca el espacio como
un ente estático, sino que también determina el dinamismo espacial y el comportamiento
humano en dicho entorno, según sus características individuales, regionales y mundiales.
El campo de las ciencias sociales es tan amplio que Tovar (1986) agrega que “la
sustitución de algunos sectores, del cerebro por la máquina, deja abierto un inmenso y
productivo ángulo a la praxis de la cibernética” (p. 175). Asimismo, muestra, que las
ciencias sociales en sus distintas áreas forman una ciencia madre capaz de mostrar
vínculos, relaciones y contradicciones que direccionara la praxis y su aplicación.
Lo antes mencionado, expresa la praxis docente, como punto de partida para determinas
la aplicabilidad del enfoque geohistórico como herramienta que promueva estudios de
investigación interdisciplinarias en las ciencias sociales, ya que lo geohistórico se presenta
como una alternativa transdisciplinaria, que va más allá de lo convencional, donde
convergen las vertientes geográfica, histórica, sociológica, antropológica y económica,
para la explicación de la organización espacial en atención a las condiciones históricas
determinadas. Como parte de una concepción filosófica de mayor alcance de donde inicia
su entender y comprensión de la acción social-organizativa del hombre en determinado
territorio, con la finalidad de estructurar y construir su medio, de esta manera Tovar (1986)
hace referencia que “si lo natural está en contraste con lo social, concebido, artificial o
creado, en la realidad actual no se dan ni se conciben separados, sino estrechamente
vinculados en una inevitable interacción.” (p. 176). Por otro lado es de gran importancia
asumir los retos actuales y mostrar el enfoque geohistórico como una herramienta en la
praxis docente, para dar forma y sentido a los acontecimientos sociales de la actualidad.
Características del Enfoque Geohistórico Para superar la división del objeto de estudio de la
Geografía, es decir, el espacio geográfico, el cual es indivisible por ser un producto social, así
como las supuestas imprecisiones de orden conceptual de esta ciencia, Tovar (ob.cit), propone
el Enfoque Geohistórico al que le atribuye una serie de características orientadas a superar
estas debilidades, entre otras. Como atributos, el autor destaca que este enfoque facilita la
objetivación de las comunidades como unidades concretas particulares y que además, abarca
un objeto que sintetiza tres direcciones fundamentales; la antropológica, la sociológica y la
histórica. Por otra parte, el mismo autor plantea que el Enfoque Geohistórico se apoya en el
presente para remontar hacia el pasado y advertirnos sobre el porvenir, ya que es “la
anatomía del hombre la clave para explicarnos la del mono y no lo contrario” (ibíd. p.61), que
nos encamina hacia la vía de la geografía del hombre como ser histórico y, que conduce a la
identificación del problema espacial específico determinando la variedad de factores
intervinientes en el mismo, así como su ponderación, lo que le asegura su necesaria
participación en las tareas de diseño y ejecución de cualquier tipo de planificación. Se aprecia
que el Enfoque propuesto por el autor precitado es de carácter interdisciplinario, lo que le
otorga esa bondad para manejar métodos de diferentes disciplinas que permitan abordar el
estudio del espacio geográfico. La importancia de este enfoque radica en la relevancia que
obtiene la Geografía ante la crisis ecológica que vive actualmente el planeta. Morín (1999),
destaca esta realidad, cuando plantea que con el auge de la ecología, la Geografía se revitaliza
y “vuelve a encontrar sus perspectivas multidimensionales, complejas y totalizadoras” (p.31).
Phlipponneau (2001), coincide con Morín (ob.cit) al plantear que hoy en día se abre un amplio
campo de aplicaciones de la Geografía con la importancia que han adquirido los problemas
ambientales, las cuales contribuyen a minimizar la fragmentación entre las diversas ramas de
la Geografía física y humana. Igualmente, cabe señalar, que el Enfoque Geohistórico constituye
una herramienta de trabajo no sólo para la investigación y la enseñanza de la Geografía, sino
también para la Educación Ambiental, así lo expresan claramente Cabeza y Lovera (2009) en su
trabajo, “El Diagnóstico Geohistórico como estrategia educativo ambiental”. Asimismo, Rojas
(2001) señala, que este enfoque por su carácter de interdisciplinario sirvió de columna
vertebral para articular la trilogía Escuela-Espacio-Sociedad, que nutre actualmente a las
Maestrías de Enseñanza de la Geografía, Enseñanza de la Historia, Educación Ambiental y
Enseñanza de la Biología de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Cuando el
Enfoque Geohistórico es propuesto por Ramón Tovar a principio de la década de los ochenta,
se enmarca inicialmente en el contexto del Instituto Universitario Pedagógico de Caracas, pero
a partir de ese entonces, su aplicación en otros ámbitos universitarios y en la educación media
del país, ha ido incrementando su radio de acción ininterrumpidamente hasta el presente, es
así, como hoy en día, este enfoque cuenta con los fundamentos de tipo epistemológico,
pedagógico y legal para validarlo como teoría científica.
Cabe destacar que, desde el punto de vista pedagógico todo lo argumentado por el autor
precitado en relación al Enfoque Geohistórico, coincide con las recomendaciones de Morín
(2000) referentes a los saberes necesarios a la educación del futuro, entre los cuales incluye el
concerniente al conocimiento pertinente, para el cual plantea que se debe promover un
conocimiento capaz de abordar los problemas globales y fundamentales para inscribir allí los
conocimientos parciales y locales, así como, la necesidad de dar paso a un modo de
conocimiento capaz de aprehender los objetos en sus contextos, sus complejidades y sus
conjuntos. Desde la óptica legal, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(2000), así como la Ley Orgánica de Educación (2009) y el Proyecto Nacional Simón Bolívar
(2007-2013) asumen elementos del Enfoque Geohistórico, como se evidencia seguidamente. El
artículo 102 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (ob.cit), contempla
que “…El Estado, con la participación de las familias y la sociedad, promoverá el proceso de
educación ciudadana de acuerdo con los principios contenidos de esta Constitución y en la
Ley”. Asimismo, el artículo 5, numeral 3, de la Ley Orgánica de Educación (ob.cit), señala que la
educación tiene como fin “Formar ciudadanos y ciudadanas a partir del enfoque geohistórico
con conciencia de nacionalidad y soberanía, aprecio por los valores patrios, valorización de los
espacios geográficos y de las tradiciones…” En relación al Plan Nacional Simón Bolívar (2007-
2013), entre los objetivos de la segunda directriz, se propone “Fortalecer la educación
ambiental, la identidad cultural, promoción de la salud y la participación ciudadana”.
(T) Unidad Social: según Tovar (ob.cit) es un complejo constituido por un conjunto social y
otro natural o territorial.
(D) Elemento Antropológico: de acuerdo con Beals y Hoijer (1976) se centra en el ser humano
como miembro del reino animal y en el comportamiento del mismo como parte de una
sociedad.
(E) Identidad Cultural: rasgos y características que identifican y relacionan a un grupo humano
con un lugar en particular
(E) Solidaridad de Grupos Humanos: “la utilización de un mismo territorio crea una solidaridad
social independiente de los lazos de la sangre y más fuerte que ellos” (Tovar, ob.cit., p.19).
(D) Elemento Sociológico: George (1974) lo define como el conjunto de individuos que viven
agrupados en diversos tipos de asociaciones, colectividades e instituciones, incluye sus formas
internas de organización, su grado de cohesión y las relaciones entre ellos y con el sistema
social en general.
(E) Sociología Urbana: forma particular de organizarse y relacionarse los grupos de las zonas
urbanas.
(E) Sociología Rural: forma particular de organizarse y relacionarse los grupos de las zonas
rurales.
E) Sociología Industrial: forma particular de organizarse y relacionarse los grupos de las zonas
industriales.
(E) Momento de la Colonización Española: etapa histórica ubicada temporalmente a partir del
siglo XV en el actual territorio venezolano y otras áreas del continente americano, que trajo
consigo una nueva distribución, organización y formas de relacionarse los grupos humanos de
este espacio geográfico.
(E) Momento del Auge Petrolero: según Ceballos (2008), corresponde a la etapa histórica de
Venezuela, cuando se introduce el petróleo como un elemento que da inicio a un conjunto de
cambios que dan lugar a una nueva estructura económica, social y espacial en el país.
(D) Elemento Territorial: constituye el espacio físico geográfico que abarca un área o región
determinada.
(E) Dimensión Espacial: extensión territorial medida en metros, kilómetros, hectáreas, etc., y
representada en diferentes escalas, a través de mapas, cartas o planos.
(T) Espacio Geográfico: producto concreto o síntesis de la acción de los grupos humanos sobre
un territorio para su necesaria conservación y reproducción sujeto a condiciones históricas
determinadas (Tovar, ob.cit).
(D) Realidad Cultural: modelo de vida históricamente creado, explícito o implícito, racional o
no racional, que existe en cualquier tiempo, determinado como guía potencial del
comportamiento humano.
(D) Realidad Natural: características físico naturales que presenta un área o región
determinada.
(E) Geosistema: “es en una determinada escala de espacio y tiempo, un volumen de espacio
geográfico que corresponde a una organización estructural y a un funcionamiento autónomo”
(Tovar, ob.cit., p.60).
(T) Modos de Producción: Harnecker (1982) lo define como las maneras, formas o modos,
como se producen los bienes materiales.
(D) Fuerzas Productivas: todos los medios de producción, es decir, que sirven para producir,
toda la fuerza de trabajo y todos los conocimientos que hay en la sociedad. Dimensión de la
historia conformada por los instrumentos tecnológicos del trabajo, las destrezas laborales y lo
principal el sujeto social que ejerce sobre la naturaleza y la sociedad.
(E) Medios de producción: comprenden todas las condiciones materiales que, sin intervenir
directamente en el proceso de transformación son indispensables para la realización de éste.
Las cosas o conjunto de cosas que el trabajador interpone directamente con el objeto sobre el
cual trabaja (materia bruta o prima). Sirven de intermediarios entre el trabajador y el objeto
que trabaja, por ejemplo las máquinas, sierra, martillo.
(D) Relaciones Sociales de Producción: son los vínculos que establecen los seres humanos
entre sí con respecto a la propiedad de los medios de producción para llevar a cabo el proceso
del trabajo y distribución de los bienes creados.
(E) Vínculos con los Medios de Producción: son las relaciones que establecen los seres
humanos entre sí para llevar a cabo el proceso de trabajo y distribuirse los bienes creados, se
da entre los dueños de los medios de producción y las personas trabajadoras.
(E) División del Trabajo: es la clasificación del trabajo en función de la capacitación para
desempeñar una labor y la disponibilidad de capital, mientras mayor es el nivel de desarrollo,
más compleja es la sociedad y la repartición de tareas.
D) Equilibrio Sociohistórico: proceso de reproducción cultural que abarca los extremos local y
global, así como sus intermedios, donde unos y otros aparecen relacionados entre sí.
(E) Campo-Ciudad: viene dada por una relación opuesta de dependencia mutua, si en el campo
no se produce alimento, en la ciudad no hay alimento para consumir, pero si en la ciudad no se
compra el alimento que se produce en el campo, en el campo no hay recursos económicos
para invertir en la actividad agrícola.