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INSTITUTO POLITÉCNICO

NACIONAL

ESCUELA SUPERIOR DE ECONOMÍA

NOMBRE DEL ALUMNO: CEBADA VELASCO JUAN CARLOS.

GRUPO: 4EV17

ASIGNATURA: POLÍTICA DEL CRECIMIENTO Y DESARROLLO

ECONÓMICO.

PROFESOR: SERGIO SÁNCHEZ


El propósito de este escrito, radica en retomar el tema de la innovación y la inversión, pero
desde una perspectiva diferente, para ello abordaremos el tema basándonos en distintos
enfoques tales como son el humanista, económico, político, ambientalista entre otros.

Bueno, primeramente si recordamos hablábamos acerca de que uno de los grandes


retrasos de la economía mexicana y de varios países se deriva a la gran falta de inversión
e innovación, y esto esta ligado a la falta de inversión, ya que claro esta, que para que
pueda haber una debe hacerse presente la otra, pero no nos hemos puesto a pensar del
todo que es lo que ocurriría si todos los países estuvieran tan avanzados como lo están las
potencias, es por ello que abordaremos distintos enfoques para ver la perspectiva de cada
uno de ellos.

Así bien, Las empresas, eje del desarrollo económico de los países de occidente, requieren
de condiciones industriales, sociales y ambientales especiales para poder desarrollar su
actividad en forma óptima. Si no existen las condiciones de región adecuadas, no hay un
desarrollo sostenido. Esto es evidente en países emergentes, en donde no existen los
elementos, la voluntad política ni empresa- rial para aprovechar en forma apropiada el
impacto de la innovación en el desarrollo económico y social de estas regiones. Es por esto
que, si se quiere hablar de innovación y de su impacto sobre el desarrollo regional, se debe
incluir la compleja dependencia de la in- novación con la estructura política y social de las
regiones en donde se quiere implementar.

Esto se ha experimentado en innumerables intentos por apoyar a empresas que emergen


y que se han constituido siguiendo todos los estándares de mejores prácticas mundiales
organizacionales y administrativas, pero que se encuentran inmersas en un modelo
macroeconómico de país totalmente diferente, y hasta hostil, de su estructura
organizacional, operativa o de su propia estrategia de negocios.

Por ejemplo, es imposible que surjan emprendimientos exitosos en un régimen puramente


socialista (exceptuando quizás el modelo autocrático chino que abordó un enfoque híbrido
a conveniencia), en donde la democratización de las estructuras económico-políticas,
requisito necesario para que las estrategias de innovación tengan éxito, han impedido la
existencia de cualquier iniciativa de emprendimientos o emprendedores, que se desarrolle
bajo este contexto. Lo mismo ocurre con los modelos de empresas sociales que tratan de
operar en un entorno capitalista totalitario que solo persiga el lucro económico, minimizando
cualquier objetivo social o ambiental que no genere un razonable retorno económico a la
inversión.

Por lo tanto, gran parte del éxito de cualquier empresa que esté emergiendo de sectores
noveles basados en tecnología o conocimiento, depende de las condiciones- región en
donde se encuentren, del impacto que la industria pueda tener al agregar valor a sus
prácticas empresariales y de sus vínculos académicos, financieros o gubernamentales.
“Lo mismo ocurre con las industrias en donde están operando las empresas. ¿Qué hubiera
ocurrido con la industria aeronáutica si el invento de los hermanos Wright se hubiera
concentrado en unidades personales de propulsión aérea en lugar del transporte aéreo
masivo?”1

De haber sido así, quizás los aeropuertos tendrían como única función la de los vuelos
intercontinentales; el mismo automóvil quizás no existiría como lo es hoy, ni la industria
metal mecánica, ni la de los motores, ni de los materiales, ni de la autónica, ni de las
comunicaciones satelitales. El transporte masivo sería como los trasatlánticos de hoy y se
tendrían unidades personales tipo motos aéreas o taxis colectivos pequeños, muy
sofisticados para dar movilidad por vía aérea en forma autóctona.

A partir de estos casos, se ha observado que los procesos de innovación se han convertido
en un pivote para el desarrollo humano, para la evolución social. De la prosperidad
económica y para la recuperación ambiental; cuando éstos se han diseñado desde una
perspectiva sistémica y como el proceso central que articula las estructuras de innovación
empresarial regional nacional, las cuales pueden ser replicadas por otras regiones
alrededor del mundo.

“Así mismo, cabe decir que de acuerdo con algunos autores Senge, Smith, Kruschwitz, Laur
y Schley, son tres las capacidades que deben estar presentes en las organizaciones que
aprenden organizaciones aprendientes. Estas características son. Tener la capacidad de
ver a los sistemas más grandes, colaborar entre fronteras y visualizar los futuros
deseados.”2

Pero que pasaría si como ya se mencionó anteriormente, dejamos de lado a la invocación


como una ventaja de convertirse en potencia, de acelerar la productividad y pensáramos
un poco mas en las repercusiones que han causado dichas innovaciones, como sabe,os la
evolución de nuevas tecnologías, han creado armas de destrucción masiva que podrían
acabar con el mundo entero y es ahí donde queda de lado el enfoque económico y entra
tanto el humanista como el ambientalista, mismos que a mi forma de pensar van muy
ligados dado que ambos tratan de preservar la vida en la tierra, tratan de concientizar a las
personas de poner de su parte y ayudar en nuestro entorno para evitar seguir deteriorando
el planeta.

Sin embargo, no hay cuestionamientos de fondo sobre el modelo de desarrollo, la


distribución de la riqueza, las desigualdades sociales, sino que la solución de esta corriente
es continuar con el mismo modelo de desarrollo basado en el crecimiento económico con
márgenes de conservación, pretendiendo solucionar los problemas humanos y
ambientales, donde los últimos son consecuencia de los primeros.

1
Estudios gerenciales, Vol. 28, edición especial, 27-39, 2012
2
Carlos Scheel Mayenberger, 2012,El enfoque sistémico de la innovación ventaja competitiva de
las regiones.
El principal referente enmarcado dentro de la corriente del ambientalismo es “El desarrollo
sostenible planteado en 1987 por la Comisión Brundtland y visto como aquel que permite
satisfacer las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer las de las
generaciones futuras, lo cual establece que la prioridad es el ser humano, relegando a un
segundo plano las otras formas de vida presentes en el planeta Tierra.”3

Esta postura está dentro del contexto de la economía ambiental que sostiene que la
naturaleza puede valorarse de manera económica, es proveedora de bienes públicos, se
pueden asignar derechos de propiedad sobre ella, y puede estar sujeta a mecanismos de
mercado.

Por otro lado, la corriente humanística crítica basa sus principios en la transformación que
se debe dar desde la sociedad para contribuir a un cambio en la gestión del patrimonio
natural. Esta corriente presenta dos vertientes: la primera desde el ecodesarrollo y la
segunda desde la postura marxista. La primera vertiente presenta la necesidad de
recuperar los valores comunitarios y saberes ancestrales que reconocen cuál es el manejo
que debe darse a la naturaleza para su preservación y la satisfacción de las necesidades
básicas de la población. La lógica de este desarrollo ecológico es que debe partir desde las
bases de la sociedad, es decir, desde las mismas comunidades y, por tanto, no debe ser
un desarrollo impuesto a partir de un modelo hegemónico.

De igual forma, dentro del ecodesarrollo se plantea la necesidad de emplear tecnologías


apropiadas o tecnologías limpias que no causen daño al ambiente, al igual que se debe
tener una planeación regional que reconozca las necesidades de cada contexto para hallar
soluciones efectivas.

Con el paso del tiempo las necesidades y objetivos socio- económicos se han ido
convirtiendo en los elementos sustituibles para influir en las políticas. El papel creciente del
contexto de la política y el impacto de la globalización son dos elementos básicos para
enmarcar el debate. Debe establecerse una relación entre los sistemas de ciencia y
tecnología y los dominios políticos. Existen diferentes grupos de interés que intervienen o
pretenden intervenir en el proceso de la política, y existen diferentes estrategias de
aproximación e influencia.

Para esto, hay autores como Johnson y Lundvall que sostienen que, cuando ya no se
considera que exista una mejor práctica o un único factor clave en materia de estrategias
de desarrollo, el concepto de Sistemas de Innovación es útil como herramienta analítica y
como guía para la elaboración de políticas. En este contexto, subrayan un punto de mucha
importancia: se ha llegado a reconocer que el papel del conocimiento y los problemas de la
producción y transferencia de conocimientos han sido subestimados en la teoría de los SNI.
En particular, no se le ha prestado debida atención dentro de dicha teoría a las
transformaciones que están ocurriendo en las universidades, lugar central, más allá de que

3
Corrientes del ambientalismo y alternativas de gestión desde la sustentabilidad y la ética
ambiental
no único, en los procesos de producción de conocimiento. Este es un aspecto en que el
contraste universalidad/especificidad se pone claramente de manifiesto.

Las universidades son instituciones marcadamente universales y están siendo sometidas


actualmente a procesos de cambio surgidos de presiones extra académicas reconocibles
en todas partes. Sin embargo, cómo cambian, cómo interactúan con el resto de los actores
sociales y, finalmente, cuán eficientes resultan como actores de innovación depende
fuertemente de elementos históricos propios de cada contexto y también de la configuración
general del SNI en el que están insertas

En concreto, emerge como posibilidad de evolucionar enfoques de la administración


empresarial y la gerencia de la innovación en el marco de una nueva racionalidad que
impulse el desarrollo de la organización humana desde la perspectiva del pensamiento
creativo y transformador latinoamericano.

Por lo tanto, una vez expuestos los argumentos de los distintos enfoques, podemos decir
que, el mensaje es claro, hoy la creación de riqueza social, económica y ambiental requiere
de la articulación sistémica de todos los miembros de las regiones que son quienes
compiten-, porque a la medida que éstas son exitosas, lo son sus industrias y sus empresas,
y por ende sus sociedades y ciudadanos.

Para alcanzar las grandes oportunidades que están abiertas para todos en este mundo
plano, complejo y totalmente interconectado, hay que ser creativos, innovadores y actuar
según una ética sustentable de beneficio para todos. La naturaleza no crea elites ni feudos,
cada miembro tiene sus capacidades y su entorno para aprovecharla, sin excesos ni
desechos, y al ser parte de la naturaleza, así se debe de actuar, porque gana el que mejor
se adapte a las circunstancias y quiera compartir sus utilidades de la mejor manera posible.

La clave está en la creación de estos espacios de ecosistemas regionales para que, en


forma articulada y sistémica, todos puedan co-existir en forma democrática. De esta forma,
los tres sub-sistemas del ecosistema natural de la biosfera serán socialmente equitativos y
responsables; ambientalmente reversibles, recuperables y durables; y económicamente
viables. En conclusión, innovar con una conciencia holística de todas las partes, en donde
el crecimiento económico, desarrollo social y el impacto ecológico, converjan en un único
concepto de desarrollo sistémico regional.

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