Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
conlacolaboraciónde
IRLANDA VILLEGAS
GUNTHF.R DIETZ
Instituto de Investigaciones en Educación
UniversidadVeraerazana
grupo editorial
siglo veintiuno
siglo xxi editores, méxico
CERRO DELAGUA 248. ROf4EB0DE TERREROS. 04310NcXJCO. 0F
vAw/.sgksoóedilOfes com mx
siglo xxi editores, argentina
GUATEMALA 4824. C 14258UP, BUENOS ARES. ARGENTINA
www.ag'oxxecj taes com a'
anthropos editorial
LEPANT 241 243. 08013BARCELONA. ESPAÑA
vAw/.anthtopos-edtoriai c a n
UNAEDUCACIONESTETICA
ENLAERADELAGLOBALIZACIÓN
por
GAYATRI CHAKRAVORTY SPIVAK
8
D ir e c c ió n
G e n e ra l de
mi^c
tV
«Xrairi7
cC áM2p
W *
tw
UDLAP, Palabra
^Clío C
aíY
W taE
A
M
»S
SÍA
M
iA
O»V
lT
B
em
O
M
siglo
ooA veintiuno
O
W
METROPOLITANA editores
BH61
S6518
2017 Spivak, Gayatri Chakravorty
Unaeducaciónestéticaenlaeradelaglobalización/ por Gayatri ChakravortySpivak; traducción de
Christophcr Nlichael Fraga ; con lacolaboración de Irlanda Villegas, Gunther Dieta. —Ciudadde México:
UniversidadNacional Autónomade México, Dirección General de ArtesVisuales, Institutode Investigaciones
Estéticas: UniversidadAutónoma Metropolitana : Palabra de Clío: Fundación Universidadde lasAméricas,
Puebla :SigloXXI Editores, 2017.
566p. - (Serie Zonacrítica)
Traducciónde: Anaestheticeducationintheeraofglobalization
ISBN-13: 978-607-03-0863-5 (SigloXXI Editores)
ISBN-13: 978-607-02-9510-2 (UNAM)
ISBN-13: 978-607-28-1115-7 (UAM)
ISBN-13: 978-607-97546-6-2 (Palabrade Clío)
ISBN-13: 978-607-7690-71-9 (UDIAP)
1. Estética- Estudioyenseñanza- Filosofía. 2. Literatura- Estudioyenseñanza- Filosofía. 3. Culturaygloba
lización- Filosofía. I. Fraga, Christopher Michael, traductor. II. Villegas, Irlanda, colaborador. III. Dietz, Gunther,
colaborador. IV.t. V.ser
figuras5ay6a20: ©aliccatlie
figuras 27a35: Abdcrrahmane Sissako (director) (2009), Bamako(cinta cinematográfica), Francia: Archipiel 33
figuras 36a39: ©anish kapoor 2017
primeraediciónen español, 2017
©universidadnacional autónoma de méxico
direccióngeneral de artesvisuales, insurgentes sur 3000,
centrocultural universitario, ciudaduniversitaria,
delegación coyoacán, ciudadde méxico, c.p. 04510
institutode investigacionesestéticas
circuitonitro, mariode lacuevas/n, zona cultural, ciudad
universitaria, delegación coyoacán, ciudadde méxico, c.p. 04510
isbn978-607-02-9510-2
©universidadautónoma metropolitana
prolongación canal de miramontes 3855quinto piso,
coloniaex-haciendasanjuan de dios,
delegación tlalpan, ciudadde méxico, c.p. 14387
isbn978-607-28-1115-7
©palabradeclíoa.c.
insurgentes sur 1814, despacho 101,
coloniaflorida, delegación álvaroobregón,
ciudad de méxico, c.p. 01030
isbn978-607-97546-6-2
©fundación universidadde lasaméricas, puebla
exhaciendasantaCatarinamártir
sanandrés cholula, puebla, c.p. 72810
isbn978-607-7690-71-9
DR©2016sigloxxi editores, s.a. de c.v.
cerrodel agua248, col. romerode terreros
04310ciudad de méxico,
isbn978-607-034)863-5
títulooriginal: anaestheticeducationintheeraofglobatizalion
©2012bythe president and fellovvsof harvardcollege
©2012harvarduniversitypress, Cambridge massachusetts; londres
derechos reservados conforme alaley
ParaMaitreyi Chandra
ya lamemoriade
LoreMatzger
hermanas
PRÓLOGO
Esta recopilación de ensayos abarca, por lo menos, veintitrés años. Al mirar atrás,
identifico en ellos lo que Derrida, en la introducción de Psyché, llamó una théoiie
distraite, al descubrir que los ensayos recopilados en su libro compartían algunos
motivos teóricos.1En el presente libro, después de escribir el Prólogo, he buscado,
de manera activa, una teoría distraída (traducción pobre pero atinada) del doble
vínculo (double bind). Siguiendo el adagio: “En la crítica literaria, cuando buscas
algo, loencuentras”, lohe encontrado. El punto es, por supuesto, que ahora siento
que el doble vínculo va mucho más allá de lasugerencia de que al haberlo encon
trado, una puede ponerlo enjuego. (Apropósito, ése era el problema con el “uso
estratégico del esencialismo”.)
Como sostengo en la Introducción, muchas veces surge en ellos la sugerencia
de que las humanidades son capaces de aprender, de alguna manera, cómo re
solver los dobles vínculos al ponerlos enjuego. En varias ocasiones he sugerido que
“Three Women’s Texis and a Critique of Imperialism” (texto surgido a partir de
mi experiencia al impartir un curso universitario en 1978 en la Universidad de
Texas-Austin), “French Feminism in an International Frame”, y la traducción de
“Draupadi”con una introducción crítica (los dos escritos como reacción en contra
del reconocimiento de mi pericia “francesa”), y, por último, “Can the Subaltern
Speak?”, representaron el iniciode un nuevorumbo en mi forma de pensar.12El pri
mer ensayoaquí recopilado, “Lacarga del inglés”, representa la responsabilidad de
tal giro, con lamirada dirigidaami país natal, mi primera presentación profesional
en una institución de educación terciaria en la India. El doble vínculo surge aquí
entre la casta yla clase social, también entendidas necesariamente como la raza y
la clase. La esperanza que aparece al final del ensayo niega reconocer que ciertas
contradicciones entre lo performativo conservado de la indigeneidad yel civiliza-
1Jacques Derrida, Psyché, París, Galilée, 1987, p. 9 [ed. en español: “Psyche: Invenciones del Otro",
trad. M.Rodés de CléricoyW.NeiraCastro, enW. AA., Diseminario:Ladesconstrucción, otrodescubrimiento
deAmérica, Montevideo, XYZEdiciones, 1987].
2Más recientemente en París, en dos ponencias inéditas: “Femmes, langage, culture et politique
á l’heure de la mondialisation postcoloniale”, con Etienne Balibar, Le Merle Moqucr; y“Paroles su
balternes: Politique culturelle du féminisme et du postcolonialismc”, con Eric Fassin, Ecole Nórmale
Supérieure, París, 25de enerode 2010. Hace poco descubrí algoque puede ser unorigensecreto, pero
¿que séyo?Véaseel capítulosobre el programa de rehabilitaciónen Nayanika Mookheijee, TheSpectral
Wound: Sexual Violence, PublicMemoriaand theBangladesh Warof 1971 (Durham, N.C., Duke Universily
Press, 2011). “French Feminismin an International Frame”y“Draupadi”están recopiladas en Gayatri
ChakravortySpivak, InOtherWorlds:EssaysinCulturalPolitics, NuevaYork, Routledge, 2006, pp. 184-211,
245-269. “Three Women’sTexts" y“Canthe Subaltern Speak?”, los dos en versiones muy revisadas, han
sidoincluidas enSpivak, Críticadelaratónposcolonial:Haciaunahistoriadelpresenteevanescente, trad. Marta
Malode Molina, Madrid, Akal, 2010, pp. 120-152, 245-304.
ÍO PROLOGO
cionismo ni siquiera pueden entrar a laseguridad de un doble vínculo. Duda envez
de esperanza, o, lo arcaico en vez de lo residual. No lo podía ver ni decir en aquel
entonces. Pero la Introducción nos lleva a ese punto.
Esta primera incursión en la educación terciaria india fue seguida de inmediato
por el segundo ensayo del presente libro, “¿Quién demanda la alteridad?”, escrito
en 1987 por invitación de TheStatesman, el diario más antiguo de mi ciudad natal,
Calcuta, que celebraba el cuadragésimo aniversario de la independencia india. Por
alguna vaga razón, no creo que fuera precisamente lo que el periódico buscaba.
Amplié el texto para presentarlo en la serie “Remaking History”de la DiaArt Foun
dation. Ilubo muchas personas interesadas en asistir. En ese entonces yo vivía en
Pittsburgh. Recuerdo que Gary Indiana, escritor, cineasta yartista visual estaduni
dense, estaba entre el público. Esamultitud, alamoda en Chelsea, en un momento
en que las fachadas de esacolonia todavía guardaban un aspecto atractivamente lú
gubre, estaba perpleja frente a la autocrítica de un miembro de la minoría modelo,
antes incluso de que ese término fuese inventado. Aestos dos anfitriones bastante
dispares, ¿les habrá molestado el doble vínculo entre la perspectiva de una minoría
metropolitanaylade una mayoría poscolonial en ese estirayaflojaque seda dentro
de un mismosujeto?
“Cómo leer un libro ‘culturalmente diferente’”, el siguiente capítulo del libro,
fue escrito como respuesta a una petición particular. ABadrel Young, una británica
de ascendencia pakistaní que por aquel entonces daba cursos en una secundaria del
British Council en Ilackney, le tocó El guiade R. K. Narayan como texto para el sa
lón de clase multicultural. Pidió que yole diese un poco de “mitología hindú”como
contexto. Este ensayo surgió como respuesta. Harish Trivedi, profesor de inglés en
la Universidad de Delhi, quien sigue siendo muycrítico de mi postura poscolonial,
se quejaba de que yo no trato El guía como una novela “india”. No sé hacerlo. ¿Es
un doble vínculo? En el quinto ensayo, “La cultura: situar el feminismo”, cronoló
gicamente fuera de lugar en el índice, lo hago explícito: “La cultura es su propio
contra-ejemplo irreducible”.
Ruedi Kuenzli pidió que yo presentase el discurso inaugural en el congreso de
la Midwestern Modern Language Association en 1991. Ruedi es una persona enor
memente concienzuda. Como respuesta a su petición, todo lo que pude sentir fue
una honestidad desesperada, pensando habitar el doble vínculo entre el ser una
calcutense yel ser una neoyorquina. Acababa de llegar a Columbia pero ya había
caído en la seducción ejercida por Nueva York. Hacia marzo de 2011, ya había pa
sado más tiempo en NuevaYork que en Calcuta. Recuerdo que Leonard Gordon,
mi colegade Columbia University, estaba entre el público. Yosabía que él estaba en
contacto con la comunidad académica bengalí en Estados Unidos. De una manera
poco razonable, yo quería que él viese que, en los comentarios que preparé, no
había ninguna huella de identitarismo bengalí.
Entre los rasgos de laglobalización, reconocer este dilema cultural como un do
ble vínculo performativo en vez del “doble vínculo”representado de tal forma que
pueda encubrir la contemporaneidad del capital es negarse a reconocer el control
de daños.
PRÓLOGO 11
5Emmanuel Levinas, Deotromodoqueser, oMásalládelaesencia, 4a. ed., trad. Antonio Pintor Ramos,
Salamanca, Sígueme, 2003.
*“TouchedbyDeconstruction", GreyRoom20, veranode 2005, pp. 95-104; “NotestowardaTribute to
Jacques Derrida”, differences 16.3, otoñode 2005, pp. 102-113, reimpresoconadiciones en Costas Douzi-
nas (ed.), AdíenDerrida, Londres, PalgraveMacmillan, 2007, pp. 47-60.
12 PRÓLOGO
primera llamada. Sin embargo, debería de mencionar también que tengo un exage
rado respeto hacia el Institute. Sigocreyendo que es el ápice escolar de la profesión.
He llevado conmigo una carga de inseguridad intelectual desde los años de mi
licenciatura debido al sexismo cotidiano, sobre todo cuando es aplicado a mujeres
aparentemente carismáticas. No pude negar una invitación al Institute.
Pero tenía poco tiempo para prepararme. Por lo tanto, tomé la lección que en
señaba en aquel momento (era sobre Marx) ypermití que me llevara a donde me
llevara. Como era de esperarse, me llevófuera del aula. Estos gestos repetidos hacia
el exterior de la máquina de enseñanza desde el interior son mi auge ycaída.
Imparto este curso sobre Marx desde finales de los años setenta, cuando em
pecé a dar cursos en la Universidad de Texas en Austin. Leemos más o menos mil
páginas de selecciones de varios textos, en alemán yen inglés, contraponiéndolas.
Las instrucciones son pensar a “Marx”como una figura textual en los escritos, en
vez de leer el texto sólo porque uno lovaa necesitar para algún proyecto de teoría
cultural. Si bien he escrito fragmentos aquí yallá sobre mis experiencias en el salón
de clase, no me puedo imaginar escribiendo el libro que siempre digo que surgirá
de esta experiencia: ¿Puede haber una éticasocialista? Todavía no puedo “imaginar
lo que conozco”.5
En 1981, devastada por la partida de mi querida pareja, presenté una ponencia
en el Whitney Humanities Center de Yale University sobre la injusticia generizada
de La culturadel narcisismode Christopher Lasch.56Un par de años más tarde, como
respuesta auna invitación de Ralph Cohén, presenté una versión extendida (“Eco”,
el décimo ensayo) en la Universidad de Virginia. Yosabía queJacqueline Rose iba
a estar entre el público. Hice mi lectura de Freucl tan cuidadosamente como pude.
Había establecido una profunda amistad con Bimal Krishna Matilal desde 1985. Mi
intercambio intelectual con el profesor Matilal, un hombre que creía que lacrítica
racional índica no era meramente un artefacto cultural sino un instrumento para
filosofar, me permitió entender (o imaginar) a Freud en el contexto de Ovidio de
una manera más generosa. Logré empezar a leer a Freud como un filósofo de la
mente-cuerpo.
En 1992, comenzó otra amistad. AssiaDjebar yyopudimos reconocer una mutua
resonancia. Fue esta escritora de la Argelia mediterránea, musulmana feminista a
quien le ha fascinado la historia del idioma bereber, quien me dio una sensación
del “eco en el origen”.Yala hemos encontrado en “Pedacitos de actuación”.
LaEuropa musulmana, perosólovíaFrancia. ¿Puedo llamarleaesto teoría?Sien
to que mi uso del psicoanálisis en este ensayo es distinto a su usocomo una taxono
mía descriptiva. El doble vínculo aquí es más obvio, dado que tiene que ver con el
imperativo de ab-usar, tema que abordo en la Introducción.
Ya introduje una consecuencia de ello como mirando hacia el país natal. El si
guiente ensayo, “La traducción como cultura”, tematiza este doble vínculo, ysu
giere desde su misma estructuración que se puedejugar con él en ambos sentidos.
Por un lado, una profesora “diaspórica”del inglés en una universidad y, por el otro,
una ciudadana india de clase alta, hindú de casta yde orientación radical; de las
dos hay a montones, por así decirlo. Por supuesto que queda a los lectores captar
las inesperadas asimetrías de este deliberado cambio de voz, meramente citado.
Presenté la primera parte como un discurso inaugural en el congreso anual de la
International Association de Commonwealth Literature (iacl ) en Oviedo, España.
Explico la procedencia de lasegunda dentro del texto.
Paraseguir, he elegido“Traducir al inglés”, donde el doblevínculo trata de cómo
habitar laposición lectora cuando una eslalectora implícita publicada y, desde lue
go, el alarmante doblevínculo de traicionar alalengua materna al remitirla alafor
ma idiomática global. Coloco “Nacionalismo e imaginación” exactamente al lado,
porque tal yuxtaposición volvióclaras estas asimetrías, pues ese congreso de la iaci.
tomó lugar en terreno conocido: Hyderabad, la India. (Una versión revisada para
una presentación en Bulgaria fue editada como Nationalismand theImaginationpor
Seagull Books en 2010; luego fue traducida al francés yeditada por Payot en 2011.)
El doble vínculo que describoahí oscila entre loprivado no derivado yla tremenda
función publica del nacionalismo. El problema aquí es que sí habitamos ese doble
vínculo no reconocido; si lo reconociéramos destruiríamos dicha habitación. Una
de las razones por las cuales hayque valerse de él para complementar laglobalidad.
La esperanza contra todo pronóstico.
En mi primer seminario con Paul de Man en 1961, di una ponencia sobre Ra-
bindranath Tagore. El es un recurso invariable para los bengalíes tanto en el ex
tranjero como en su país natal. En mi primera presentación en la India, se habrá
notado, hablé de Tagore. Dados todos los doblesvínculosque estoydescribiendo, no
es de sorprender que, de entre toda la ficción en prosa de Tagore, la que más me
conmueva sea Gora. Meparecía imposible, por supuesto, no intentar el análisis con
la diada Kim/Gora. Me molesta mucho que Gorase enseñe en su traducción común
ycorriente al inglés, simplemente como una narrativa del nacionalismo, ejemplar,
fuera del itinerario variado de Tagore en prosayverso. Sin embargo, sin una tradi
ción de enseñanza del bengalí, ¿podría ser distinto?
Intentándolo con valentía, yo enseñé Gora/Kimen un curso de narrativa en Co
lumbia University. No me cabe duda alguna de que no fui capaz de comunicar más
que los usuales clichés del discurso colonial.
La Society of Fellows de Columbia Universityes, en buena medida, una organi
zación tradicional. Como tal, ymuy apropiadamente, no ha buscado involucrarme
en sus operaciones. Ann Waters, alumna de Nicholas Dirks en la University of Mi
chigan, fue miembro de laSociety durante un año. Ainvitación suya, presenté una
ponencia en la Society, por primera yúltima ocasión. El curso sobre Gora/Kimfue
el tema de mi ponencia.
Cuando Sugata Bose de Tufts University me solicitó dictar una ponencia en un
congreso de despedida para Amartya Sen (quien partía de Harvard para ser el úni
»4 PRÓLOGO
co maestro no blanco en Trinity College, Cambridge, durante cierto periodo), “Re
sidente extranjera”, el decimocuarto ensayo, era el único texto apropiado que tenía
a la mano. Supongo que debe haberme pasado por la mente que tanto Sen como
yoéramos residentes extranjeros en Estados Unidos. Entre ese público conformado
por historiadores ycientíficos sociales especializados en Asia del Sur, la ponencia
pareció algo bochornoso. Elegí colocar en este punto “Ética ypolítica en Tagore,
Coetzee yciertas escenas de enseñanza”, yaque sitúa tanto aSen como a Tagore. El
doble vínculode la historia se aloja en el futuro anterior, los inesperados resultados
de la educación activista; pero también en esa oscilación entre la coerción yel con
sentimiento en laenseñanza. He aquí el doblevínculo más grande, lamayor prueba
en contra de la posibilidad de una sociedad justa, que mantiene mi vida entera
como una gran pregunta sin respuesta: ¿se puede complementar el vanguardismo?
En Gora, Tagore tematiza la complementación del vanguardismo al remover a
Gora de lavanguardia hindú; pero Gorasiguesiendo la representación desde arriba
de un residente extranjero. En el siguiente ensayo, “Imperativo para reimaginar
el planeta”, intento imaginar a los de abajo que quisieran ser ciudadanos. Es una
puesta en imaginación distinta a lade “Enseñar en nuestros tiempos”, yresponde a
otro tipo de demanda.
Endiciembre de 1997, mi querido amigoWilli Goetschel me hizoel inusual honor
de solicitarme pronunciar el discurso para inaugurar el giroque daba una fundación
llamada Stiftung Dialogik, desde el asilo del Holocausto, hacia el multiculturalismo
migrante, ensu natal Zúrich. Actualmente, Goetschel es el presidente de laStiftung,
pero en ese momento el presidente fundador, Hermann Levin Goldschmidt, cuya
esposa, Mary, había sido la fundadora inicial de esta ruta de asilo específica, todavía
vivía. Allá tampoco dije exactamente lo que el grupo quería. Pero, tal ycomo relato
en el texto, el genio de Goldschmidt me permitió responder a esa discrepancia.
Repitoque me resulta tediososeguir hablando interminablemente sobre mi dias-
poricidad particular. Pase lo que pase, no puedo pensar en lo que antes se llamaba
la “fuga de cerebros”ni como exilio ni como diáspora. Creo que, como intelectual
literaria, estoyaquí para usar mi imaginación, no sólopara imaginar el dilema de la
diáspora, el exilio, el refugio, sino también para negar rotundamente que el desti
no manifiesto de Estados Unidos es dar asilo al mundo (o pretender que lo hace).
Como tal, a menudo tengo que enfrentarme con la pregunta de “hablar por”gru
pos que no son el mío.
He respondido a esta pregunta tantas veces que una referencia particular sería
absurda. Pero parece que nunca me escuchan. Permítaseme repetir, entonces. ¿Por
qué esque este modelo, heredado de laIlustración, de lademocracia parlamentaria
(es decir, representar aun electorado, “hablar por”él) se havuelto el modelo maes
tro para rechazar el trabajo académico diaspórico? ¿Por qué se ha quitado el impe
rativo de imaginar al otro de una manera responsable? Es necesario reflexionar so
bre la respuesta, por favor, cuando se lea esta parte. Esta súplica ya estaba presente
en la primera versión de este libro, que surgió hace diez años. Actualmente ubico
el doble vínculo como entre la inutilidad de lavida humana (la planetariedad) yel
impulso de ser útiles (la mundialidad).
PRÓLOGO »5
En laprimavera de 1998, impartí un seminario dedicado alalectura para univer
sitarios a punto de terminar la carrera. Era un grupo muy reducido ylos alumnos
eran excepcionalmente concentrados ymuy listos. La lectura de Lucy que se pre
senta es una relación de la manera en que leimos la novela en ese curso. Si se lee
“Cómo leer un libro ‘culturalmente diferente’”en el modo de larecuperación de la
imaginación “para el salón de clase multicultural”, “Thinking Cultural Questions”
se lee en el modo formalista para el alumno de literatura en lengua inglesa. Lo
escribí en la British Library de Londres, durante los nueve días planeados que yo
tenía que esperar aque lainundación retrocediese de Dacaafinde que pudiesevia
jar a Bangladés. Ensu formaactual, “Leyendocon Stuart Hall en términos literarios
‘puros’”, se relaciona con el trabajo de Hall porque seeditó posteriormente en una
antología en homenaje suyo. Fue en 1996cuando empecé a reivindicar laenseñan
za de la crítica literaria inglesa en el nivel universitario. Era lo que mis profesores
en la Universidad de Calcuta me habían enseñado a hacer. Ustedesjuzgarán si fue
ono buena opción. Aquí el doble vínculo se sitúa entre la “verdad”yla retórica.
“El doble vínculo empieza a hacer efecto”, antes llamado “Moral Dilemma”, en
cuadra este giro más pedagógico-administrativo. Debería de interesarle al lector
general que he podido leer algunos fragmentos de este texto frente a los alumnos
de mi curso universitario de historia de crítica literaria para explicarles larazón por
la cual no puedo impartir un curso breve normal. También me gustaría agradecer
a Emily Donaldson, alumna en aquel curso en 1998, quien me inspiró al afirmar:
“Profesora Spivak: no es difícil obtener un 9 en su curso; es difícil incluso obtener
un 8”. Los alumnos me han explicado posteriormente que, cuando mis colegas más
famosos imparten sus cursos breves, los imparten como “cursos fáciles con pocos
requisitos”, para que los alumnos de especializaciones más “difíciles”o los alumnos
que están preparándose para estudiar Medicina o Derecho, puedan pasarlos fácil
mente yasí obtener loscréditos necesarios. Esto me dio una pista de lo cercano que
están esas operaciones de la trivialización de las humanidades yla privatización de
laimaginación. También me gustaríaagradecer aChristopher Brady, el único alum
no de una carrera científica (Biología) que perseveró a lo largo del curso entero,
si bien se vio obligadoa aceptar créditos sin calificación porque el curso fue dema
siado exigente. Debería de ser obvio que una no puede habitar este doble vínculo,
convertirlo en el vínculoúnicode descripciones de curso.
Los ensayos que siguen han reptado hacia el tipo de duda que finalmente surge
en la Introducción. Aquí me es más fácil tabular. “Terror: un discurso después de
Septiembre 11”: entre modelos existentes del derecho secular y la necesidad de
abarcar la intuición de lo trascendental. “Harlem”: entre el desarrollo yel impulso
a resistir (esto tendrá una expresión más completa en mis ponencias sobre Du Bois,
presentadas en Harvard en noviembre de 2009). “Especulaciones dispersas en tor
no alosubalternoylopopular”:entre lasubalternidad como posición sinidentidad
yel afecto identitariomasivode un compromiso concasos específicos de lasubalter
nidad. “Sistemas mundo ylo criollo”y“Repensar el comparatismo”hacen explícito
el doble vínculo en el seno del comparatismo; pienso en la muerte de ladisciplina
precisamente por esesentido más extremo de un doble vínculo. En “Loque está en
i6 PROLOGO
juego en una literatura mundial”es una canción subalterna laque hace explícito el
doble vínculo que lo repetirá como todos los demás doblesvínculos del libro.
“Signo yhuella”y“Rastreando la piel del día” son ensayos de catálogo. Ambos
hacen explícito el doble vínculo que se encuentra en el deseo de poner la huella en
signo, mientras que la huella encuentra una salida al renunciar a la verbalidad por
completo, perojamás con éxito total.
El género es la palabra final. Descífrense los dobles vínculosque están ahí, sencillos
e imponentes.
INTRODUCCIÓN
La globalización sucede sólo en el capital yen los datos. El resto es control de da
ños. El dominio sobre lainformación ha arruinado la capacidad de saber yde leer.
Por consiguiente, realmente no sabemos qué hacer con la información.1Muchos
proyectos insuficientemente analizados cobran existencia simplemente porque ahí
está la información. El crowdsourcing—es decir, la colaboración abierta ydistribui
da—remplaza a la democracia. Las universidades se vuelven adjuntos de lo que se
conoce como la sociedad civil internacional; las humanidades ylas ciencias sociales
imaginativas muerden el polvo. Aestas alturas, algunos de nosotros nos empeñamos
en recordar que el legado de la Ilustración europea es laDuda. La ilusión (o la falta
de ella) yel nacionalismo sentimental (o el globalismo posnacional ysentimental)
conforman ese sitio donde seubica gran parte de nuestro mundo. El presente libro
trata de deshacer de manera productiva otro legado de la Ilustración europea —la
estética—. Deshacer de manera productiva es una tarea difícil. Hay que examinar
cuidadosamente las fallas tectónicas del hacer, sin acusar, sin excusar, sin perder de
vista el uso. Siempre guardo esto en mis pensamientos, pero debo confesar que en
esta época del mantra de la ilusión, deshacer la Estética, otrora prima de la Duda,
provoca que la presente Introducción sea menos optimista que los capítulos de este
libro, capítulos en los cuales, en los tiempos oscuros, la ilusión aún parecía una
valiosa alternativa.
Los capítulos en sí son en elogio al aprendizaje del doble vínculo (double bind)
—yno sólo al aprendizaje sobre él. Dada la necesidad de las humanidades de apo
yarse en el mundo académico, este elogio continuo conducía a menudo a la convic
ción de que las humanidades pudiesen de alguna manera aprender cómo resolver
los dobles vínculos al ponerlos enjuego. Pero el hecho de que tales convicciones
sean compartidas, en distintos registros, no sólo en las humanidades, y que esos
otros modos de manejar el saber se puedan hacer más congruentes con las axiomá
ticas del capitalismo electrónico, han desplazado las bases de tal convicción.
La presuposición más perniciosa hoyen día es que laglobalización ha alcanzado
felizmente cada aspecto de nuestras vidas. La globalización sólo puede ocurrirle al
aparato sensorial del ser experimentador en la medida en que siempre ha estado
ahí, implícita en sus contornos evanescentes. Lo único que puede seguir preparán
donos para esto es una educación estética, el pensar una contemporaneidad irregu
lar ysólo aparentemente accesible que ya no puede ser interpretada según polari
quien “tiene sus sospechas frente a las perogrulladas contemporáneas sobre el ‘desarrollosustentable’,
loque aojos suyosnoes ‘nada másque ideología hastalafecha, empleada paradorar lapíldora, suavizar
laopinión pública internacional’ytranquilizar las consciencias de lo que denomina los consumidores
‘coloniales’, tantoal interior comoal exterior de Brasil. Posibilitar que los humanos aprendan ‘maneras
de utilizar’laselvadel Amazonas ‘sindestruirla’esel mayor desafíode la región, diceél”,ReedJohnson,
“On the Beat in the Amazon: BrazilianJournalist LucioFlávioPinto Has Spent More thanFour Decades
TryingtoRight WrongWhile StayingAliveand Out ofJai!”, J a s Angeles Times, 18de mayode 2008, p. F8.
Los comentarios de Pinto implican un proyectoepistemológico practico, un gran desafío.
6 Considero que Gramsci era comunista democrático más que demócrata liberal. Espero que eso
quede claroa partir de las referencias que hagoaquí de él. Para una crítica de laapropiación liberal de
Gramsci, véase a Giorgio Baratta, “Gramsci entre nosotros: Hall, Said, Balibar, Coutinho" en Las rosasy
loscuadernos. ElpensamientodialógicodeAntonioGramsci, trad. Amonio FirenzeyLucasVermal Ahumada,
Barcelona, Bellaterra, 2003, pp. 211-235.
20 INTRODUCCIÓN
entre lo humano y lo animal. “El futuro general nada tenga que ofrecer a la vida
individual, cuyo único futuro cierto es la muerte.”7Si yo pudiese escribir el libro de
nuevo, incluiría lecturas de Dme una adivinanzade Tillie Olsen yde Subscript yLife,
End ofde Christine Brooke-Rose.8Son novelas que se atreven a poner en escena lo
ético-político en general, junto con el envejecimiento yla muerte, relacionándose
sin relación a la práctica textual. ¿Será por el factor Baubo —que las mujeres que
yasuperaron la edad reproductiva pueden mirar a la normatividad reproductiva de
una manera desapasionada—que son textos de ancianas? ¿Una queeñdad pos-nor
mativa? ¿Será por eso queJ. M. Coetzee selecciona a protagonistas ancianas como
huella del autor en La edaddehierro, ylos textos sobre Elizabeth Costello?9En este
registro tal vez lo literario todavía puede lograr algo. Tal vez no.
Trabájese por favor en este doble vínculo entre la Introducción yel libro confor
meva leyendo. He proporcionado un Prólogo que traza una trayectoria intelectual:
¿Deberíamos de darle crédito al intelecto del Pro-Pos-facio apisonado por la coyun
tura, o el optimismo de la voluntad de los ensayos? Nada de sustentabilidad aquí;
dado el momento actual, quien gane, pierde.
En 1992, cuando me pidieron que presentara la primera Ponencia en Homenaje
a T. B. Davie en la University of Cape Town, después de la abolición del apartheid,
sugerí que aprendiésemos a usar laIlustración europea desde abajo.10Usé la expre
sión “ab-usar”porque el prefijo latino, “ab-”, dice mucho más que “abajo”. Al indi
car tanto “movimiento hacia otra parte” como “agencia, punto de origen”, tanto
“que apoya”como “los deberes de los esclavos”, plasma de manera concisa el doble
vínculo de los poscoloniales ylos emigrantes metropolitanos frente a la Ilustración.
Queremos las ganancias en la esfera pública ylas limitaciones en la esfera privada
que provienen de laIlustración, pero también debemos hallar algo quese relacione
con “nuestra propia historia” para contrarrestar el hecho de que la Ilustración lle
gó, tanto a los colonizadores como alos colonizados, a través del colonialismo, para
7Hannah Arcndt, Sobrelaviolencia, trad. GuillermoSolana, Madrid, Alianza Editorial, 2005, p. 42.
8Tillie Olsen, Dime una adivinanza, trad. Antonio-Prometeo Moya, Barcelona, Anagrama, 1984;
Christine Brooke-Rose, Subscript, Manchester, R.U., Carcanet, 1999yLife, Endof, Manchester, R.U., Car-
canet, 2006. Una lectura de Olsen aparece en Spivak, DuBoisReivritesHistory, Cambridge, MA, Harvard
UniversityPress.
9 FriedrichNietzsche, Elgaysaber, o, Gayaciencia, 2a. ed., trad. LuisJiménezMoreno, Madrid, Espasa-
Calpe, 2000, citado yexaminado enJacques Derrida, Espolones: Ix>sestilos deNietzsche, 2a. ed., trad. M.
ArranzLázaro, Valencia, Pre-Textos, 1997. Lasancianas, desdeeste puntodevista, dan miedoporque sus
genitales marchitos, más alláde lasseducciones de lasexualidad, sehan liberado del cautiveriomasculi
noy, por lotanto, sonsabiassobre lahumanidad. Parece probableque Nietzsche tomarasuinformación
de Clemente de Alejandría, cuya propia fuente, a su vez, para este rito particular de Deméter es poco
definitiva (Clemente de Alejandría, El prolréptico, trad. Marcelo Merino, Madrid, Ciudad Nueva, 2008,
pp. 108-111); para la dudosa procedencia del rito, véase: G. E. Mylonas, Eleusis andtheEleusinianMysfe
ries, Princcton, NJ, Princeton UniversityPress, 1961; yj. M.Coetzee, Laedaddehierro, trad.Javier Calvo,
Barcelona, Mondadori, 2002; Coetzee, Las vidas delos animales, trad. Miguel Martínez-Lage, Barcelona,
Mondadori, 2001; Coetzee, Elizabeth Costello, trad. Javier Calvo, Barcelona, Mondadori, 2004; Coetzee,
Hombrelento, trad.Javier Calvo, Barcelona, Mondadori, 2005.
10“ThinkingAcademicFreedomin Gendered Posicoloniality", en Gayatri ChakravortySpivak, Space
andPlace, Calcuta, Seagull Books.
INTRODUCCIÓN 2 1
Madrid, Ediciones Hipcrión, 1999 (citado en el textode aquí en adelante como BL, seguido de la pági
na). [Traducción modificada, (t .)]
24 INTRODUCCIÓN
en estos pasajes, al mismo tiempo, repito, que reconoce el poder (¿inconsciente de
sí mismo?) del lenguaje “real”de “los hombres:”
Porque son nuestros pensamientos, como representantes de todas nuestras emociones pasa
das, losque modificanydirigen lacontinua afluenciade emociones; y,del mismomodoque
reflexionandosobre larelación que esos representantes generales tienen entre sí descubri
mos loque es realmente importante para los hombres, así también las sensaciones relacio
nadas con temas importantes se nutrirán de la repeticiónypermanencia de este acto, hasta
que, finalmente, si estamos poseídos desde un principio por una gran sensibilidad innata,
se crearán tales hábitos mentales que, obedeciendo ciega ymecánicamente a los impulsos
de esos hábitos, describiremos objetos yexpresaremos sentimientos de tal naturaleza ytan
relacionadosunosconotros, queel entendimientodel ser al que nosdirigimos, si seencuen
traen un estadofavorable de asociación, tiene necesariamente que sentirse de algún modo
iluminado, sugustoelevadoysusafectos mejorados. (BL, pp. 41, 43.)
[El poeta] es un hombre que habla a hombres: un hombre, es cierto, dotado de una
sensibilidad más viva, de mayor entusiasmo yternura, que tiene un mejor conocimiento de
lanaturaleza humana yun alma que abarca más de loque comúnmente se supone entre el
génerohumano; un hombresatisfechoconsuspropias pasionesydeseos, yquesealegramás
que otroshombres del espíritudevidaque hayensuinterior; quegozaal contemplar deseos
ypasiones semejantes a los manifestados en los acontecimientos del Universo, yque habi
tualmentesesiente impulsadoacrearlos donde nolosencuentra. Aestascualidades el poeta
añade unadisposición influida, másque en otros hombres, por cosas ausentes comosi estu
vieranpresentes; unacapacidadparaevocar dentrodesí pasionesqueverdaderamenteestán
muylejosdeser igualesalasproducidas por sucesos realesyque, noobstante (sobre todoen
aquellas partes de lacomprensión general que son agradables ydeliciosas), se parecen más
alas pasiones producidas por sucesos reales que cualquier otracosaque, de las operaciones
de sus propios pensamientos únicamente, otros hombres estánacostumbrados asentirse en
sí mismos. Por esto ypor la prácdca, el poeta ha adquirido una mayor disposición yfuerza
para expresar loque piensaysiente, yespecialmente esos pensamientos yesos sentimientos
que, por elecciónpropiaypor laestructura de supropia mente, surgen en él sin necesidad
de estímuloexterno... (BL, p. 61.)
Pero, seacual sea lacantidad de esta facultad que nosotros podamos suponer en el más
grande de los poetas, no puede haber duda de que el lenguaje que ella le sugiera debe, en
vivezayen autenticidad, distar mucho del empleado por los hombres en la vida real, bajo
la presión real de esas pasiones, cuyas sombras el poeta produce, o cree que se producen,
dentrodesí. Aunquedeseáramosmantener unaideaelevadadelafuncióndepoeta, esobvio
que, mientras describa e imite pasiones, su situación es completamente servil ymecánica,
comparada con lalibertad ylafuerza de laacciónyel sufrimientoreales. Así pues, el poeta
deseará acercar sus emociones alasde la gente que describe, omejor, introducirse así mis
mo, quizásdurante cortos espaciosde tiempo, enunacompletailusióne, incluso, confundir
eidentificarsuspropias emociones con lasdeellos, modificandoel lenguaje quede esta ma
neraseleinsinúateniendoencuentasolamenteque él describeconunaintenciónconcreta:
lade producir placer... (BL, pp. 61, 63.)
Puesto que es imposible que el poeta produzca en todas las ocasiones el lenguaje tan
int r oduc c ión 25
exquisitamente adecuado ala pasión comoel que sugiere la propia pasión, es conveniente
que seconsidere a sí mismoen lasituaciónde un traductor, que secreejustificado cuando
sustituyelasexcelenciasdeotraclase por aquellas queél nopuede obtener ytrataocasional
mentedesuperar el original conel findecompensarlainferioridadgeneral alaqueél siente
quedebe someterse. (BL, pp. 63, 65.)
Así que puede ser un “hombre que habla a hombres”. Aél, sin embargo, no le
hubiera atraído la tercera tesis de Marx sobre Feuerbach: que ya que no se puede
circunvalar la diferencia de conocimiento entre quien enseña yquien aprende, no
dejar que se desarrolle en una diferencia de poder es una tarea constante que siem
pre mantendrá la sociedad en el estado de agitación necesario para la liberación.
(La traducción usual de agitación [upheaval\ —Uvnualzurig—tiende a ser “revo
lución”y no “agitación”, destruyendo así la importante advertencia de Marx: que
hay que educar a los educadores).18La teoría, profundamente individualista, de la
imaginación creativa del Romanticismo en Wordsworth debe quedar como anti-
sistémica.19Gramsci, en cambio, dedica todas sus energías a producir al intelectual
subalterno, al instrumentalizar al “nuevo intelectual”:
La historia del industrialismo ha sido siempre (yhoylo es en una forma más acentuada y
rigurosa) una continua luchacontrael elemento“animalidad”del hombre, un procesoinin
terrumpido, a menudo dolorosoysangriento, de sometimiento de los instintos (naturales,
oseaanimales yprimitivos) asiempre nuevas, más complejas yrígidas normas yhábitos de
orden, de exactitud, de precisión que hagan posibles las formas cadavez más complejas de
vidacolectivaquesonlaconsecuencianecesariadel desarrollodel industrialismo. Estalucha
es impuesta desde el exterior yhasta ahora los resultados obtenidos, si bien de gran valor
prácticoinmediato, son puramente mecánicos en gran parte, nose han convertido enuna
“segunda naturaleza”... Hastaahora todas las transformaciones del mododeser yde vivir se
han producido por coerciónbrutal... laseleccióno“educación”del hombre adaptadoa los
nuevostiposdecivilización, oseaalasnuevasformasdeproducciónyde trabajo, haocurrido
mediante el empleo de brutalidades inauditas, arrojando al infierno de las subclases a los
débilesya los refractarios oeliminándolos del todo.20
28 Ibid., p. 382.
int r o d u c c ió n 29
singlebind, por así decirlo, ytambién sabemos que pronto habrá que emprender el
cambio o que las cosas cambiarán: tarea o acontecimiento. Asabiendas de esto, la
típica emoción que acompaña las decisiones —éticas, políticas, legales, intelectua
les, estéticas, yen efectolasdecisiones de la rutina cotidiana—constituye un amplio
espectro que va desde el arrepentimiento o el remordimiento hasta, por lo menos,
la inquietud o de otra manera, la auto-congratulación seguida de la negación o la
perplejidad. Esto es muydistinto a la ilusión no-examinada que actualmente anima
gran parte de laactividadglobalistayalter-globalista, tantoen Estados Unidos como
entre la élite global.
Pensaré en nuestra relación con la Ilustración europea yel “ab-uso”/ “uso desde
abajo”mediante el modelo gramsciano-batesoniano conforme voy desplegando mi
argumento, ysiempre tendré en cuenta la desigual cliacronía de la contemporanei
dad global. Esto cuestiona el incondicional énfasis en el legado del Romanticismo
británico yalemán, o el primitivismo feudal ybenévolo del Sur global. También re
visa, en efecto, el error filosófico de laconfianza en acceder directamente al reflejo
ético, en lugar de insistir en una preparación epistemológica para la posibilidad
de una relación sin relación: el re-ordenamiento reflexivo de los deseos, un reclu
tamiento de los maestros de lengua yliteratura inglesas que tocan las mentes ylos
corazones de sus alumnos, en contra de los intereses de un capitalismo máximo y
la ciber-competencia no mediada como el mejor de los bienes. Puede que mi re-
territorialización de Schiller sirva como ejemplo de ello.
Por supuesto, la Ilustración también contaba con un fuerte elemento de control
y, epistemológicamente, albergaba un impulso enciclopedista que iba a la par con
el impulso clasificador que parece ser la virtud más potente de la ciencia clásica. El
estudio de la literatura también puede valerse de esto de una manera poco crítica.
No necesariamente está mal hacerlo, pero no es lo que necesita la globalización de
una educación estética como complemento.
Bien se sabe que los estudios literarios se convirtieron en disciplina formal con
currentemente con el colonialismo. Agrandes rasgos, se puede argumentar que su
construcción como objeto de disciplina yestudio también fue la inauguración de su
agotamiento. En la medida que se volvían cada vez menos útiles para la auto-deter
minación del capital, empezaron a legitimarse mediante distintas variedades de cien
tificismo. El estructuralismo estrictoyel análisis del discurso formaron parte de esto
a partir de los años cuarenta. La tendencia actual hacia el análisis cuantitativo per
tenece al mismo impulso. Por supuesto que se puede estudiar la literatura de tantas
maneras como se quiera. El propósito de una educación estética no se ve auxiliado,
sin embargo, por un cientificismo protector. Todo doble vínculo se ve bien resuelto
ahí bajo un control aparentemente científico.
De vezen cuando estos científicos de laescena de lacrítica literaria dicen que los
defensores de la lectura minuciosa enfatizan la “función del autor”. Por el contra
rio, los que leen la literatura de una manera minuciosa para ejercer la imaginación
yasíjugar el doble vínculo se interesan, como Bateson, por la forma más que por
el autor. La muerte de la (autoridad del) autor (al establecer la corrección contex
tual como crítica literaria) es el nacimiento del lector (enfocándose en la práctica
3° INTRODUCCION
de leer) —una buena fórmula de los años sesenta que sigue vigente hoy en día, en
tiempos más pobres. Usaríamos la fórmula como doble vínculo, en vezde entender
lacomo lucha territorial.
Por conveniencia, presupongamos que la Ilustración europea puede ser metoni-
mizada filosóficamente por la Paz de WestfaliayKant —laintegridad de los estados
naciones, y el uso público de una razón auto-constreñida. He aquí otro límite del
presente estudio. Otras imaginaciones de la Ilustración generarán otras narrativas.
Creo que, mutatis mutandis, se puede usar mi argumento con ellas.29
La Paz de Westfalia anuncia la posibilidad remota de una globalidad parcial
hacia Europa y específica al estado nación, la cual hemos aprendido a reconocer
como el imperialismo europeo, en tanto formación social. Lo que llamamos “la
historia”, sea lo que sea, no es una narrativa continua, salvo en las generalizaciones
metonímicas más amplias. En ese modo, podemos leer el gesto auto-consciente de
Westfalia también como el anuncio del fin simbólico de un mundo antiguo, justo a
lavuelta de la esquina, en sí metonimizable como cambio en el sentido de la pala
bra “imperio”. El Sacro Imperio Romano, fuese lo que fuese, tuvo que acabarse en
1795, cronológicamente más de cien años después, pero se supone que el cambio
semiótico se lanzó con Westfalia, lugar de nacimiento del Cándidode Voltaire. Las
formaciones imperiales otomanas yrusas, “incluyentes”de maneras distintas, sedis
locaban cada vez más de esta narrativa, esta recodificación semiótica ymiope que
acompañaba loque se puede computar, de manera igualmente reductiva, claroestá,
como la auto-determinación del capitalismo.30Hoy, en la coyuntura post-soviética,
sevuelven, en su diacronía, nuestras señales de alarma cuando generalizamos. Con
esta auto-presentación expandida de la norma, las formaciones epistémicas de las
afueras fueron hechas excepcionales, yantropologizadas toda vez “conocidas”. Esto
se está descomponiendo en la contemporaneidad global, pero las presuposiciones
dominantes, incluyendo las nuestras, siguen siendo las mismas. (Proponer episte-
mes alternativas y no-europeas es una variante del antiguo antropologismo.) “Las
subjetividades locales dentro del espacio imperial [siguen siendo] secundarias”.31
59Inclusoun escritor tanconservador como Hervé de Carmoy, que quiere que la Europa blancayel
Estados Unidos blanco se unan en fraternidad, guarda cierta relación —comosi estuviese en un espejo
agrietado—con lo que estamos planteando. Quiere una transformación epistémica yracional al estilo
del sigloxvmde estos sujetos favorecidos para poder salvar al mundo (Hervé de Carmoy, L’Euramerique,
París, 2007, pp. 9, 57, 65, 76). Nuestroesfuerzo desestabilizaríayreubicaría tal proyecto, cancelado
p u f ,
52 Menciono este punto de nuevoen “Loque está enjuego en una literatura mundial” (capítulo 22
del presente libro).
55 En Clan Politics, Kathleen Collins anula la oposición entre Euro-Estados Unidos y“el resto del
mundo”más o menos de esta manera. Enel proceso, deja claroel marcohistóricoendonde Gramsci tal
veztuviera una comprensión especial de larelaciónentre el comunismodemocráticoylosclanes, que es
loque lohace parecer tan tempestivo hoyen día.
54 Immanuel Kant, Hacialapazperpetua: Un esbozofilosófico, trad. Jacobo Muñoz, Madrid, Biblioteca
Nueva, 1999 (citadoen el textode aquí en adelante como PP, seguido del númerode página).
32 INTRODUCCIÓN
fuerza en la constitución ygobierno de otro”) es ominosa; pero también se permite
losiguiente:
Se trata del espíritu comercial [Hcindelsgeist] que no puede coexistir con la guerra yque,
antes odespués, seapodera de todos los pueblos. Como el poder del dinero [Geldmachl] es,
enrealidad, el másfiel de todos los poderes (medios) subordinados al poder del Estado, los
Estados sevenobligados afomentar lapaz (por supuesto, no por impulsos [Triebfeder] de la
moralidad)... —Deesta suerte garantiza lanaturaleza lapaz perpetua mediante el mecanis
mode los instintos humanos. (PP, pp. 107-108.)
Planteamiento temprano de la globalización mcdonaldista como naturaleza hu
mana como la cooperación de la naturaleza con el capitalismo mercantil; la cone
xión es mecánica —se trata de un impulso inadecuado.
Este detalle, fácil de ignorar, la ironía del pasaje inicial de la obra y la nitidez
filosófica de una injunción concluyente señalan la urgencia de nuestra tarea de
ab-usar (que no es abusar). Si prestamos atención, el texto señala su deshacer ysu
re-ubicación.
El pasaje inicial, que invoca de manera “literaria” el rótulo de una posada, su
giere que la única paz perpetua —“paz eterna” (dereiuigePriede) sería más idiomáti-
co—es la de la muerte. En la invocación final la oración que tengo en mente es “la
filosofía haría fracasar, fácilmente, esta astucia [Hinterlist] de una política tenebrosa
[lichtscheu]”—las palabras de Kant son más fuertes que la mayoría de las traduccio
nes al inglés—“mediante la publicidad de sus máximas [von der Philosophie durch
diePublicitátjener ihrerMaximen], si la política se atreviera a conceder al filósofo la
publicidad de las suyas” (PP, p. 133).
Enfoquémonos un momento en la palabra “máxima”:
Atodoslos principiosaterrizantes [Grundsatze, “groundingproposilions"en latraducciónde la
autora] subjetivos noencontrados [hergenommen]en lanaturaleza [Beschaffenheit] del objeto
[ortografíalatina], sinodel interés de larazóncon respectoaunaespecífica [gcjms] posible
perfeccióndel conocimientodeeseobjeto [ortografíalatina], losllamo máximasde larazón.
Hay, pues, máximasdelarazónespeculativaque noposeenotroapoyo [lediglich]quesuinte
rés especulativo, aunque parezcan principios [Principien]objetivos. (RP, p. 545.)
Antes de seguir con la cita, quisiera comentar algunos puntos sobre las modifi
caciones que he hecho a la traducción.35Normalmente, estas observaciones forma
rían parte de una “Nota de Traductora”. Las incorporo al texto mismo porque la
dificultad de traducir los matices de la práctica prolongada de Kant permite que
una lectora común, como lo soyyo, oel lector de un libro de crítica literaria (como
55 [Aquí la autora señala sus modificaciones al insertar los términos alemanes entre corchetes. He
modificado la traducción al español de Pedro Ribas para que concuerde con las modificaciones hechas
alatraducción al inglésde Paul Guyer yAlienW.Wood (Cambridge, Cambridge UniversityPress, 2000).
(t .)]
INTRODUCCION 33
éste), se pierda la gramática privada y sostenida de los valores. Y, claro está, una
presuposición general de traducibilidad continua se ve desviada a causa de la he
terogeneidad diacrónica de nuestro globo, algo que invoco persistentemente. Por
ejemplo, Kant tiene una práctica sostenida de distinguir entre Grundsátzey Princi
pien. El primero pertenece a los contornos del filosofar como verdad que yo deno
mino un “error intencionado”. Son las proposiciones que hacen que el filosofar esté
bien fundamentado. El segundo forma parte del mundo objetivo de la razón pura
tal como se deduce trascendentalmente por el filósofo, sin la habilidad de producir
evidencias. En efecto, siempre que Kant usa la ortografía latina —como es el caso
en las dos instancias de la palabra “Objeto” como Objekt en lugar de Gegenstand
en nuestro pasaje—Kant hace esta distinción. En la mayoría de las traducciones
al inglés, se traduce ambos Grundsátze y Principien como “principies" (principios).
Esta confusión borra la distinción entre el filósofo que filosofa mediante la pro
gramación del “error intencionado”y el filósofo que lleva la filosofía a una crisis
al deducir trascendentalmente las características de las ideas de la razón pura, la
diferencia crucial que un lector como Schiller debe ignorar cuando trasforma las
aporías en quiasmos reversibles. También he cambiado “derivados”por “encontra
dos”, porque la noción de algo ya fijado o programado para el sujeto filosofador,
disponible en el trasfondo profundo alemán de hergenommen, se vuelve más activa
si optamos por “derivados”. Quiero insistir en que ninguna de las palabras inglesas
que aparecen en la excelente traducción de Cambridge es “equivocada”. Tan sólo
es que aquí parecen, de manera sorprendente, no haber practicado el literalismo
que la simpatía con la gramática privada de Kant hubiera producido. He escrito al
respecto en “Traducir al inglés” (capítulo 12 del presente libro). Para seguir con
mis comentarios sobre la modificación de la traducción, señalo “sin apoyo” para
el lediglich. “Unicamente” [solely] es más idiomático, pero yo creo que se pierde la
idea de estar desacoplado, como una persona soltera, que está presente en lediglich,
si leemos nada más que “únicamente”. De esta manera podemos ver que máximas
como Grundsátzeson subjetivas yprincipios como Principien son objetivas, ylos an
teriores no pueden ser tomados de manera objetiva, aunque, yesto es importante,
parezcan objetivos. ¿Empezamos a tener una sensación de los consejos que Kant les
da a los políticos? ¿Aentender que lo que trabajan no es racional sino interesado?
En el protocolo de los textos filosóficos de Kant, algunas palabras se relacionan
con las exigencias programadas de la razón filosofadora y, mutatis mutandis, con la
mera razón; otras se relacionan con la descripción del funcionamiento de la razón
pura. El grupo anterior es, en la mayoría de las instancias, alemán ymás coloquial;
el posterior, latín ymás formal. Así es con GiundsatzyPñncip. Traducir los dos como
“principio”es perder un matiz importante ysostenido.
Sigamos leyendo a Kant:
Si se consideran como constitutivos los principios aterrizantes [Grundsátze] que son mera
mente [esto trae consigoel lugar de la “mera”razón en laarquitectónica kantiana] regula
dores, pueden entrar enconflictounos conotrospor tomárseloscomoobjetivos [Ptincipieti].
Pero si los consideramos meramente [énfasis agregado] como máximas, no hay conflicto al
34 INTRODUCCIÓN
guno, sinosólo diferentes intereses de la razón, lo cual da lugar [verursacht] al divorcio [la
metáforade un matrimonio programado para deshacerse yaestá disponible en lediglich] de
distintos modos de pensamiento. Dehecho, larazónposee un solointerés unificado [einig]\
el conflictodesus máximas no hace más que expresar una diferenciayuna recíproca limita
ciónde los métodos tendentes asatisfacer eseinterés [einGeniigezaíwn].36
Sin una teoría de la Razón en sí, la afirmación que hace Kant de que hay un
solo interés unificado de la Razón se puede leer (o no) como dentro del “error
intencionado”yprogramado. Doble vínculo inevitable, que Schiller debe evitar, o
transformar en una serie de equilibrios que terminan en eljuego.
Una “máxima”, entonces, es algo que el filósofo divisa para llegar a un acuerdo
con el intervalo trascendental que se encuentra en el origen de la filosofía. El com
portamiento del político, en el mejor de los casos “racional” en un sentido entera
mente estrecho, no puede dar cuenta de este intervalo auto-encuadrante, cautelar
ypre-cautelar.
Me gustaría pensar que esta manera de encuadrar Sobrelapazperpetuaes el espa
cioen Kant en donde podemos desviar el texto para hacer de él un permiso, no para
disculpar o acusar, sino para usar (ab-usar), o sea, tomar la Ilustración anestesiada
como auto-engañada, una trampa para los ingenuos, un lugar para las excusas. Tal
vez lo estético puede conducir a la crisis mediante la Ilustración. Se puede esperar
que una educación por vía de lo estético pueda proteger la elección racional de lo
político al entenderla como producida por la necesidad metodológica de parte de
los filósofos de las máximas en lugar de la convicción no cuestionada de la supre
macía de la razón. Ilusión. Deseo. Ninguna garantía. Un respaldar responsable de
la posibilidad de lo político en vista de las tremendas incertidumbres de lo ético.
Tal fue el esfuerzo kantiano de actualizar el libro de Platón sobre las constitucio
nes. Afin de cuentas, Platón sólo conocía una ciudad-estado. Kant tenía el mundo.
El colonialismo de los griegos yel de la Ilustración se auto-representaban de mane
ras distintas —una diferencia epistémica. Derrida señala la contradicción entre un
mundo “sin fronteras”yla exigencia kantiana de una vigilancia incondicionada de
laverdad.37
Esta formulación de la cosmopoliteianos inquieta porque parece estar aliada con
el imperialismo mientras éste contempla el mundo que tiene en la mano. Por otro
lado, queremos reescribirlo según nuestros gustos, desde la definición más dura
de la política hasta los más misteriosos confines de la teoría literaria. Yno todos
nosotros podemos realizar la traducción hacia una manera de pensar en un mundo
justo. ¿Se puede sostener la lucha de clases yde géneros, tan explotada por los he-
56Kant, RP, p. 545. [Traducción modificada de acuerdo con los cambios de laautora, (t .)]
57DerridayAnneDufourmantelle, Lahospitalidad, trad. MirtaSegoviano, BuenosAires, Ediciones de
laFlor. Cuandome invitaron adar el discursoinaugural del European Cultural Capital en 2010, asaber
“laciudad sin fronteras” de Pees en Hungría, pasé enormes dificultades ¡a causa de haber extraviado
mi pasaporte durante un día! Una variación, sin duda, de lavigilancia, incluso policíaca, sobre el-decir-
verdades.
INTRODUCCIÓN 35
raidos benéficos del capital yde clan? ¿Se puede complementar persistentemente
el vanguardismo por una (preparación para la) educación estética madura en la
educación terciaria ypos-terciaria, a fin de que informe la cultura general del ciu
dadano?
Con tales preguntas en cuenta, siempre debemos recordarnos a nosotros mis
mos de cuando Kant escribía específicamente como filósofo. Y,en el manejo de lo
trascendental desde la creencia hacia la razón filosofadora (una facultad que Kant
nunca nombró, pero que esuno de los temas impulsores de la Criticade larazónpura
que puede caber en mi “definición”amplia yvulgar de la imaginación: “pensar las
cosas ausentes”, apenas distinguible de pensar —que no se confunda con el Einbil-
dungskraft estrechamente alojado de Kant)—mediante la deducción trascendental,
Kant es nuestro maestro.38En “Terror” (capítulo 18del presente libro) comento la
manera en que, en sus manos, la gracia misma se vuelve, por metalepsis, “efecto”,
lo cual, cuando se logra incorporarlo al pensamiento (¿imaginarlo?), nos puede
permitir superar la pereza moral de la mera razón. Incluyo esta última (no) facul
tad en mi definición vulgar de la imaginación. En el mismo espíritu de divulgación,
permítaseme señalar que Kant llama “ilusión”[illusion] el llenar de la dialéctica que
resulta de la deducción trascendental. Podríamos pensar que aquí se prevé la teleo
logía eurocentrista de Hegel al llenar la filosofía con la historia. El contenido está
irreductiblemente ausente en el pensar kantiano de la dialéctica trascendental, de
ahí mi sensación de que “lacapacidad de pensar cosas ausentes”no esté tan lejos.
Como filósofo, Kant escribía en una voz fracturada, la cual, por supuesto, él mis
mo no admitía, pero ésaes otra historia. Al escribir sobre el “mundo”en el contexto
de la función práctica de larazón pura, por ejemplo, escribió losiguiente:
Larealización de la mismaessiempre limitadaydeficiente, perodentro de límites nodeter-
minables y, por consiguiente, se halla siempre bajoel influjodel concepto de una plenitud
absoluta [absolut]... La razón pura posee en ella [la idea práctica] incluso la causalidadde
llevar adelante... la idea de lanecesaria unidad de todos los fines posibles, debe servir, en
cuanto condición originaria o, al menos restrictiva, de norma para todo lopráctico. (RP, p.
319.)39
Pero cuando manejamos la razón práctica en sí deberíamos de proceder en la
siguiente manera:
Cuandosetomalarazónmismacomocausadeterminante (enlalibertad [índerFreiheil]),es
decir, enel casode losprincipios prácticos, nosprescribe, encambio, queprocedamos como
33Kant, RP, pp. 120-122. \jh “democracia”se combina con la “religión”en las políticas de clan. El
siguiente pasaje que se cita proviene de la p. 297.
59 [Aquí la autora prefirió la traducción al inglés de Wcrner S. Pluhar (Indianapolis, IN, Hackett
Publishing, 1996, p. 372), puestoque la traducción de Guyer yWood parece desviar del texto de Kant.
Agradece a Patricia Kitcher por señalársela. He modificado la traducción al español de Ribas para que
concucrde con los cambios de laautora, (t .)] Laidea general es que “en lalibertad”la razón pura, pre
cisamente al llevar adelante una causalidad, limita la ideapráctica.
36 INTRODUCCIÓN
si no nos halláramos ante un objeto de los sentidos, sino ante un objeto del entendimiento
puro,... ypodemos considerar laserie de los estados comosi (en virtud de una causa inteligi
ble) se iniciara en términos absolutos [schlechthin] (por una causa inteligible). (RP, p. 556.)40
Al escribir sobre la razón pura, las instancias de “como si”, no sólo “el mundo”
sino también “el yo”, claramente se revelan como cosas necesarias para posibilitar
tanto la experiencia como el filosofar. Esto es lo mejor de la Ilustración europea,
que reconoce los límites de sus poderes sin teologizados ni patologizarlos. Ulises
entre las sirenas, esas tramposas que nos tientan con el saber absoluto.41Cuando
Nietzsche escribe: “Laverdad es el error sin el cual no puede vivir ningún ser vivien
te de determinada especie. El valor para vivir es lo que decide en último término”,
la potencia retórica de la palabra “error”yla clara designación de la decisión a algo
que no es lamente consciente yfilosofadora, nos hace perder de vista la semejanza
familiar entre la afirmación nietzscheana yla noción kantiana de que hay que pre
suponer un “mundo”yun “yo”a fin de que el ser humano piense que él (para Kant)
tiene experiencia.42Un “como si” guarda tanto error como verdad. El interés de
cada uno de nosotros nos lleva a decidir cuál de esas palabras utilizar. Yla manera
en que Kant usa Anlage, palabra que se aproxima a programación, lleva consigo la
idea de una agencialidad fuera de la mente como consciencia. Si podemos usarla
“desde abajo” (o más bien ab-usarla), podemos tener una práctica ilustrada que no
es oposición meramente.
Otra vez, un doble vínculo.
Los marxistas académicos ymecánicos son tan supersticiosos cuando se trata de
las palabras “ética”y“estética”como lo eran las feministas académicas ymecánicas
cuando se trataba de algo vagamente entendido como “la biología”.
He hablado con frecuencia de Melanio Klein, quien estableciólabiología comoel
terreno de lasemiosis ética. Aquí permítaseme señalar el fracaso obvio de cualquier
marxismode producir el impulsode redistribuir sinel control yel cumplimiento for
zosos del estado. Puede que ladescompostura de la primera ola de experimentación
marxista, gracias a la seducción del capitalismo, tanto para los líderes como para el
pueblo, tenga algo que ver con la ausencia de los aspectos éticos del comunismo en
el proyecto epistemológico de educación popular. Si la ética yla estética se definen
como privadas de e incluso como opuestas a lo político, lo cual se limita a cierta
40 He insertado lasdos palabras alemanas que fueron traducidas como “absoluto”para mostrar que,
enlaprimerainstancia, en donde el alemánsevalede lapalabrafilosóficaabsolut, estamos considerando
la condición limitante que es impuesta por la razón pura en su función práctica o, en otras palabras,
la manera en que se comporta la razón pura, por decirlo de alguna manera. En la segunda instancia,
la palabra alemana coloquial schlechthin trata de la manera en que nosotros, los seres humanos que fi
losofamos, deberíamos comportarnos. Un momento estético. Obligo al texto a decir: la razón pura no
proporciona ningún objeto para los “comosi”programados de larazón práctica.
41Jon Elsler, UlyssesandtheSirens: Studies in RalionalityandIrralionality, Cambridge, Cambridge Uni-
versilyPress, 1984. Tambiéndebo mencionar la política degénero (mujeres que tientan a hombres) yla
políticadeclase (los marineros deben atarloytaparselosoídos concera), si tomoel pre-compiomisode
Ulisescomoel característicoideal europeo.
42 Friedrich Nietzsche, Im voluntaddepoder, trad. Aníbal Froufe, Madrid, k d a f , 2000, p. 343.
INTRODUCCION 37
51 Derrida, “1.adifTérance”, Márgenes delafilosofía, trad. Carmen González Marín, Madrid, Cátedra,
1994, p. 47. [González Marín tiene “marca”en lugar de “huella", (t .)]
s*Derrida, Canallas: dosensayossobrelarazón, trad. Cristinade Peretti, Madrid, Editorial Trolla, 2005,
p. 148. [Alolargodel presente libro, opto por “realizativo”como traducción técnica del conceptoclave
dej. L. Austinde loperformative. Véase nota 7de capítulo6del presente libro, yaj. L. Austin, Cómohacer
cosasconpalabras: Palabrasy acciones, trad. Genaro R. Carrió y Eduardo A. Rabossi (Barcelona, Raidos,
1990, p. 30ypassim). (t .)]
MDerrida, El animal, p. 65.
INTRODUCCIÓN 43
Si David Columbia (The Cultural Logic of Computation, Cambridge, MA, Harvard University Press,
2009, p. 16) capta bien el espíritu de mi manera de entenderlo.
55 Paul de Man, La ideologíaestética, trad. Manuel Asensi yMabel Richart, Madrid, Ediciones Cátedra,
1998 [1996], p. 192.
44 INTRODUCCIÓN
triunfa sobre la imaginación, y tiene una concepción enteramente no-kantiana de
la libertad. (Para Kant la invocación de la libertad se entreteje con la maquinalidad
programada de larazón práctica. De Man lo resume al decir: “Schiller representa la
ideología de la filosofía crítica de Kant”.56
Apesar del cuidadoso intento por parte de Andrzej Warminski en el sentido de
extraer la noción de De Man de la ideología tal como iba a aparecer en la conclu
sión teórica [“Rhetoric/Ideology”] de su libro proyectado, Aesthetics, Rhetoric, Ideolo-
gy, aquí no voya considerar el sentido de esta oración más que en un comentario,
una pregunta, yun desplazamiento. Asaber:
El comentario: aquí “la ideología” tiene algo que ver con el idealismo. De Man
amonesta aSchiller unayotra vezpor deshacer lafilosofíacrítica de Kant al recurrir
al idealismo.
La pregunta: Si dejamos que la inteligencia crítica de alguien que es lo suficiente
mente discretoyeruditoextraiga ydesarrolle una posible teoría de la ideología a par
tir de De Man, ¿podemos sacar aquí una regla práctica de lo que ya existe —a saber,
que el prestar atención a la retórica nos advierte de la escenificación del idealismo,
mientras que éste subvierte lo crítico? Esta atención es la crítica de la ideología, y, si
la combinamos con la conclusión pos-althusseriana de que la ideología nos permite
vivir, es posible que nos conduzca hacia la responsabilidad del “error intencionado”.57
El desplazamiento hacia tal error intencionado viene al final del presente capí
tulo. Intentaremos sacudir el equilibrio schilleriano para convertirlo en un doble
vínculo, a través del tratamiento batesoniano del “Juego”, para llegar al ab-uso de
la Ilustración.)
He aquí la última maniobra de mi Introducción. Me voya dirigir a la oscilación
contradictoria del doble vínculo —ydiré que ésta, la mejor lección de la filosofía
europea, cuya concurrencia con el uso, de parte del capital, de la diferencia (entre
el necesitar y el producir) en el seno de lo humano no es accidental, no puede
ser recordada hoy en día: que el trabajo inteligente, el trabajo que ahorra viene,
cuando sus límites son conocidos, con un saber auto-inmune, lamentablemente.
Internet sigue parasitando la imaginación humana, misma que a su vez percibe
en él una promesa fáustica. Nos parece maravilloso desde el lado izquierdo de la
balanza cuando los ecólogos de hoy pueden convocar al mundo entero en aras de
la biodiversidad, luchando en contra de los monocultivos. El capitalismo se apropia
del mundo orgánico, pero ¿quizás esuna lucha equilibrada? Cuando damos a lame
el capítulo 5 del presente libro, “La cultura: situar el feminismo”): “¿Se dirá precipitadamente que la
familiafinita aporta un modelo metafóricoo una figuración cómoda para laexposición filosófica?¿Una
facilidad pedagógica? ¿Una buena manera de hablar al alumno de cosas abstractas, jugando mientras
tantoconlafamiliaridaddesignificaciones familiares?Todavíacabesaber quéeslafamiliaridadabsoluta
de unasignificación.”Allí estálaRHN; ¿por qué cabe saberlo? ¿Quées lafamiliaridad absoluta de algo?
“Si eso puede pensarse ynombrarse sin la familia, pues asegurarse que la familia finita en cuestión ya
noes infinita, en aquel casoloque lasupuesta metáfora llegaríaafigurar yaestaría en lametáfora” (De
rrida, Olas, París, Galilée, 1974, p. 28). Lo que lasupuesta metáfora (de la familia) llegaría a figurar ya
estaríaenlametáfora. Enlaanalogíamásestricta, pero teniendoencuenta quefinalmente todaanalogía
también ynecesariamente esfalsa, digo, entonces, que loque lasupuesta metáfora (del sujetouniversal
euro-estadunidense —no reconocido como metáfora, entendido como verdad) llegaría a figurar (la
esquizofrenia como la pérdida radical del sujeto) yaestá enla metáfora.
60 Entre los pensadores contemporáneos que recomiendan el imperio en una u otra forma —yson
muchos—,en un extremo seencuentran aquellos que simplemente recomiendan el imperio por el im
perio mismo, por decirlo de alguna manera, aquellos que dicen que por poderosos, yal ganar las gue
rras, aportan la paz; que Estados Unidos debería decomportarse máscomoun imperio. Análisis históri
cos como el de Niall Ferguson oel de Markvon Hagen pueden abordar el argumento de la “violación
posibilitadora” (Niall Ferguson, Colossus: The RiseandFall of theAmericanEmpire, Nueva York, Penguin
Books, 2005; Jane Burbank yMarkvon Hagen, “Corning into the Territory: Uncertainty and Empire",
manuscrito inédito). Dcepak Lal acepta la“posibilitación”pero nola“violación”:“Apesar de lapalabre
ría nacionalistaymarxista, esteprimer régimen liberal [el imperio británico] aportaba beneficios enor
mes al mundo, sobre todo a los más pobres” (Deepak Lal, In Praise ofEmpires: Globalization and Order,
NuevaYork, Palgrave, 2004, p. 207). Segúnél, WoodrowWilsonderrocóWestfalia (p. 192). Desprecia los
“derechos humanos, lademocraciaylalibertad”comolabanderade luchade“esteyihadoccidental”(p.
209). Amenudo yo misma he criticadoa la sociedad civil internacional ysusector dedicado alos dere
chos humanos. Los extremos seunen. El asunto epistemológico se resuelve mediante una sencilla fór
mula: “Modernizar sin occidentalizar”(p. 203). ¿Susolución? “Esposible que lasburocracias internacio
nales dealgunas de lasagenciastécnicas multilateralessean absorbidas por lanuevaburocraciaimperial
[estadunidense]” (p. 75). Yaque éstos son sueños que realizan deseos, él noescapaz de pensar los tre
mendos dobles vínculos implícitos de cualquier esfuerzo de tal tipo. Enel casode Ferguson, lomás lla
mativoes su cinismo frente a labipolaridad del capital/capitalismo. Si bien reconoce que “loinconve
niente de los logros imperiales es que es mucho más probable que sean dados por hechos que los
pecados imperiales” (p. xxi), Ferguson lanza lapregunta: “¿Puede haber globalizaciónsinlanchas caño
neras?” (p. xix). Yllega a una conclusión, al final de su libro de 351 páginas, a favor de que “Estados
Unidos cambia de ser un imperio informal a ser uno formal”, inclusive si esoimplica “una buena canti-
48 INTRODUCCIÓN
en su propio enclave, algunos de nosotros ab-usamos la violación posibilitadora de
dad de pequeñas guerras como lade Afganistán”(p. 314). Esdentro del contexto de esta fe en el impe
rioque él apunta uno que otro proyectode capacitación para laciudadanía, enAustralia oÁfricay, por
supuesto, India. No se puede ignorar esta posibilitación en la violación; es el mochlos, la palanca para
convertirenab-usoproductivolacolaboración entre las abstracciones del capital ylaignoranciade clase
socioeconómicade parte de los identitaristas culturalistas. Unavezmás, si esconsideradocomoverdade
ro esfuerzo epistemológico, ¡debe haber una manera de imaginar alguna forma de pensar el esfuerzo
implicado en su implementación, en conducir lavoluntad al deseo de la posibilidad de la ley! Los tres
libros populares deJoseph Stiglitzson representativos de una posición liberal desde el estadode bienes
tar. El dapor hechoque laintegración en una globalizaciónequitativaeslaúnicasolución paralos países
“en desarrollo”yque la responsabilidad (¿"carga”?) de los países “desarrollados”consiste en transfor
marse así mismos de la manera indicada. Es crítico, sin lugar a dudas, del “colonialismo”del ylas
f m i
José Corróa Leitc, FórumSocial Mundial: Ahistoriadeurnainven(ñopolítica (Sao Paulo, Funda^áo Perscu
Abramo, 2003) se queda en la línea del “buen imperialismo” de Kant. ¿Cómo sabemos que, dada la
oportunidad, los trabajadores nose irán por el camino de Enron (pp. 142-144)?Tal comohe argumen-
f
I 50 INTRODUCCION
mos capaces no sólo de darle un vuelco a laglobalización, sino también de comple
mentar la uniformización necesaria de la globalización con diversidad lingüística.
Pero tal ilusión está fuera de quicio; es mejor dudar.
Con ladocencia: una educación estética; esperar contra todo pronóstico, loiclio-
mático del salón de clases. Académicas como Lynn Hunt yMartha Nussbaumestán
seguras de que las humanidades conducirán a la iluminación. “Uno podría argu
mentar —o bueno, yo podría, de todos modos—”escribe Charles Isherwood,
que sepuede rastrear una parte del líoque surgió a partir de lacrisis de las hipotecas de alto
riesgo [de 2008] a una amnesia colectiva por parte de las autoridades establecidas sobre la
como tal no tiene acceso a lonacional/local. Sin embargo, la metonimización de Bombaycomo “muy
alejadode lacultura política occidental”¡llevaimpresa el aura de Foucault cuando encuentra asuotro
enlaGreciaantigua! [Laautorase refiere al nuevoepílogoque fue agregadoalaediciónestadunidense
del libro. Véase:José CorreaLeiteyCarolina Gil, TheWorldSocialForurn:SlrategiesofResistance, trad. Ttaci
Romine, Chicago, Haymarket Books, 2005, p. 147. (t .)] Es excelente queel libro incluya la incisivacríti
cade Naomi Klein. Pero lacrítica de Klein apenas puede ser distinguidade lavieja crítica socialista (p.
174 [de la edición estadunidense]). Otra vez nos dirigimos a Gramsci ysu manera de estudiar la deca
dencia del socialismo internacional. No se puede construir “otro mundo”con el de hoy. Hayque
f s m
61 Charles Ishervvood, “AHealthy Dose of Misery for Company”, NewYork Times, 26 de octubre de
2008, p. 6.
65 Karl Marx, El capital. Críticadelaeconomíapolítica, tomoi, volumen 1, trad. PedroScaron, México,
SigloXXI , 1987 (1975).
52 INTRODUCCIÓN
voto. “¿Cuántos votos para una inconsciente?” pregunta Derrida, revisando así a
Reich tanto como a Nancyen un doble vínculo.63El asunto es que Marx no ubicó a
este agente en una teoría desarrollada del sujeto. Los freudo-marxistas franceses de
los años setenta nos dijeron que Freud se asemejaba a Marx, yen el proceso com
plicaron a Marx.64Perry Anderson se quejaba de que el pos-estructuralismo pudo
surgir porque Marx no teorizó el sujeto revolucionario.65Por otro lado, el equipo
entero del lado de la enajenación-cosificación presuponía de manera implícita que
Marx efectivamente teorizó al menos la posibilidad de un sujeto libre, ylanzaron
su crítica del capitalismo como crítica de la cuantificación (el promedio abstracto)
grossomodocomo el trabajo muerto sobre el vivo.66De hecho, loque Marx no teorizó
fue el sujeto (pos/para)revolucionario. ¿Por qué debería de ser que el agente de lo
“social” como la cuantificación usada para la libertad agencial de la intención del
capitalismo dedicara su intención liberada a la construcción de una sociedad de
bienestar, en donde lo “social”es entendido, por Marx ylos marxistas, en un senti
do humanista general? (El “socius”de Deleuze yGuattari tiene la psiquiatría como
su alegoría de la lectura, yse considera a sí mismo como otra especie de remedio,
algo que, no obstante suimportancia, carece de relevancia aquí.)67Aquí eljuego de
la palabra “social”—por un lado, los adjetivos ferozmente originales gesellschaftlich
o vergesellschaftet en el sentido de una asociación basada en el trabajo cuantificado
como pharmakon, y por otro el sustantivo difuso, teorizado en su mejor instancia
mediante un lectura profunda de las teorías de antropólogos como Lewis Mor
gan.68Ai proletario sólo hayque enseñarle la lección del primer sentido. Aquí entra
Gramsci. Se da cuenta de que la lección técnico-científica y matemática abstracta
por sí sola no es suficiente. El nuevo intelectual instrumentalizado tiene que hacer
más. Mediante su inteligencia, experiencia yocio obligatorio, llega a darse cuenta
de que Marx podía pensar losocial comopharmakonporque él mismo, a través de su
propia educación humanística, llegó a entender losocial como el bienestar consen
sual de la colectiva ysus clases socioeconómicas diversificadas. De ahí la insistencia
de Gramsci en que el proletario (más el subalterno) tiene que ser el sujeto de una
educación humanista.69Es en aras de esto que hay que entender todo respaldo im-
70V. I. Lenin, “Tesis para el II Congreso de la Internacional Comunista”, en Obras escogidas en doce
tomos, tomo XI, mayo de 1920—marzo de 1921 (Moscú: Progreso, 1977), pp. 119-165; Lenin, “El im
perialismo, fase superior del capitalismo”, en Obras escogidas en doce tomos, tomo V, 1913-1916 (Moscú:
Progreso, 1976), pp. 372-500; yChristineBuci-Glucksmann, Gramsciyelestado:Haciaunateoríamaterialista
delafilosofía, trad.Juan Carlos Garavaglia (México, SigloXXI, 1978).
71 Sófocles, EdipoRey, 1403-1407; traducción [al inglés] mía, tan literal como me fue posible para
mostrar que Edipo le reprocha al matrimonio la inscripción del parentesco humano, que de ahí posi
bilita el incesto. Sófocles representa aEdipocomoalguien que no aprende la Leydel Padre. Es el coro,
contratadode obraen obra, en quienrecae el deber de hacer deél un ejemplo. Edipo Reyinicia laobra
54 INTRODUCCIÓN
Si doy una pequeña definición provisoria de la cultura —misma que ampliaré
en “La cultura: situar el feminismo” (capítulo 5 del presente libro)—tendrán una
idea de esto. Pensemos la cultura como un paquete de presuposiciones que en gran
medida no reconocidas, mantenido sin demasiada rigidez por parte de un grupo bo
rrosamente delineado de personas; presuposiciones que mapean las negociaciones
entre lo sagrado ylo profano, yla relación entre los sexos. Para teorizar de manera
abstracta, necesitamos una diferencia. Sea como sea que filosofemos lo sensible y
lo inteligible, lo abstracto y lo concreto, etcétera, la primera diferencia que perci
bimos materialmente es la diferencia sexual. Se convierte en nuestra herramienta
para la abstracción, de muchas maneras y formas. Al nivel de las presuposiciones
mantenidas sin mucha rigidez que, durante dos siglos, los grupos angloparlantes
han denominado “la cultura”, los cambios son constantes. Pero, en cuanto cambian,
estas //^suposiciones inconscientes se convierten en sistemas de creencias, en supo
siciones organizadas. Los rituales se fusionan para coincidir con, apoyar yadelantar
las creencias ylas suposiciones. Pero estas presuposiciones también nos otorgan los
medios para cambiar nuestro mundo, para innovar ycrear. la mayoría de las perso
nas creen, incluso (o quizás en particular) cuando se comportan como relativistas
culturales, que la creación yla innovación son su propio secreto cultural, mientras
que “los otros”están determinados sólo por sus culturas. Este hábito es inevitable y
es computado con el respaldo de la diferencia sexual, sostenida hasta convertirse
en algo que las feministas angloparlantes empezaron a llamar “el género” desde
hace cuarenta años. Pero si nuestra aspiración es ser ciudadanos del mundo, no sólo
debemos luchar en contra del hábito de creer que la creación y la innovación son
nuestro propio secreto cultural, sino que también debemos deshacernos del hábito
de creer que nuestra versión de computar el género es universal, ydel hábito de ig
norarlo cuando no estamos hablando específicamente de mujeres yqueers.
Pensado como un instrumento de abstracción, el género es, de hecho, una po
sición sin identidad (una perspectiva que proviene de los estudios queer gracias a
David Halperin), sexualizada en la práctica cultural.72Por lo tanto nunca podemos
pensar por completo la instrumentalidad que abstrae a partir del género. Con esta
breve introducción me dirijo a la conclusión de “Kant ySchiller”de Paul de Man y
concluyo por mi parte la presente Introducción.
Este es el desplazamiento señalado en la página 26.
De Man no abordó el género. Sin embargo, subraya un pasaje de Schiller que en
gendra ygeneriza lo estético ylo deja impávido. Permítaseme una cita en extenso:
La hipotiposis representa para Kant [...] un problema muy difícil que de nuevo amenaza
el discurso filosófico; en cambio, Schiller, lo ofrece como una solución, de nuevo bajo la
forma de un quiasmo, mediante una oposición similar. Losensible [...] se convierte en una
Los críticos se han fijado en estas palabras, por supuesto, yhan hecho que co
rrespondieran con otras instancias del contraste entre la historia yel lenguaje. Sin
embargo, nadie parece haber notado que de Man habla no sólo de sí mismo sino
de su generación. Mi generación nació cuando la suya coqueteaba con el fascismo,
la causa sin interés de un desplazamiento subsecuente de la historia a la lectura.
Nosotros maduramos fuera de Europa, cuando su guerra, en la cual luchamos de
parte de nuestros amos, inauguró el fin del imperialismo territorial. Aestas alturas
ya tengo más años de los que tenía De Man cuando falleció. “Típica de mi genera
ción”es esta preocupación por preservar los sueños de la poscolonialidad frente a
laglobalización. Es la historia de esa parábasis que para mí fue la lección más soste
nida de Paul de Man: desplazar la lección de Paul de Man hacia otro teatro.
Acontinuación De Man dice que, “en principio”, el desplazamiento de lahistoria
a la lectura típico de su generación “podría conducir a una retórica de la lectura
que trascendiera los principios canónicos de la historia literaria que aún sirven, en
este libro, como punto de partida de su propio desplazamiento”.76“Trascender”.
Desplazados a otro lugar. ¿Aqué distancia? ¿Ala distancia que los empujo, en estos
tiempos? ¿Aotro lugar aparte? ¿Por lo menos aun entendimiento, mientras que las
mejores universidades aconsejan a sus alumnos que acorten sus tesis de doctorado
según las demandas comerciales, que una educación estética inevitablemente tiene
una función meta-vocacional?
Instrumentalícese losensayos que siguen, pues. Por más cómodamente condena
dos que estén avalerse de material de lodominante yen lodominante, hayque des
hacerlos rumbo a la subalternidad yacordarse de que también en la subalternidad
lorazonable ylo racional andan como una diferencia. Que cualquier lector desper
dicie el tiempo para aprender a analizar los deseos (adiferencia de las necesidades)
de los ejemplos colectivos de la subalternidad es mi falsa ilusión.