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LA GENÉTICA MOLECULAR.

Es el campo de la genética que estudia la estructura y la función de los genes a


nivel molecular. La genética molecular emplea los métodos de la genética y la biología molecular.1 Se denomina de esta
forma para diferenciarla de otras ramas de la genética como la genética ecológica y la genética de poblaciones.

Un área importante dentro de la genética molecular es el uso de la información molecular para determinar los patrones
de descendencia y por lo tanto, la correcta clasificación científica de los organismos, lo que se denomina sistemática
molecular.

La genética molecular ayuda a comprender las mutaciones genéticas que pueden causar ciertos tipos de enfermedades.
A través de la utilización de sus métodos y los de la biología molecular, la genética molecular descubre las razones por las
cuales las características son realizadas y cómo y porqué algunas pueden sufrir mutaciones.

LOS ÁCIDOS NUCLÉICOS. Son grandes polímeros formados por la repetición de monómeros 1
denominados nucleótidos, unidos mediante enlaces fosfodiéster. Se forman largas cadenas; algunas moléculas de ácidos
nucleicos llegan a alcanzar tamaños gigantescos, de millones de nucleótidos encadenados. Existen dos tipos básicos,
el ADN y el ARN.2

El descubrimiento de los ácidos nucleicos se debe a Johan Friedrich Miescher, que en el año 1869 aisló de los núcleos de
las células una sustancia ácida a la que llamó nucleína,3 nombre que posteriormente se cambió a ácido nucleico.
Posteriormente, en 1953, James Watson y Francis Crick descubrieron la estructura del ADN a partir de la Fotografía 51,
realizada por Rosalind Franklin empleando la técnica de difracción de rayos X.4

ESTRUCTURA DEL ADN: El modelo de Watson y Crick.

La estructura del ADN, representada según el modelo de Watson y Crick, es una hélice dextrógira de doble cadena
antiparalela. El esqueleto de azúcar-fosfato de las cadenas de ADN constituye la parte exterior de la hélice, mientras que
las bases nitrogenadas se encuentran en el interior y forma pares unidos por puentes de hidrógeno que mantienen
juntas a las cadenas del ADN.

En el modelo siguiente, los átomos naranjas y rojos indican los fosfatos del esqueleto de azúcar-fosfato, mientras que los
átomos azules en el interior de la hélice pertenecen a las bases nitrogenadas.

AUTODUPLICACIÓN SEMICONSERVATIVA DEL ADN.

Los cromosomas son moléculas de ADN que contienen información. Ahora bien, cuando el ADN se auto duplica (antes de
la división celular) las dos hebras que lo constituyen se separan y a cada una de ellas se le comienzan a unir bases
complementarias de manera de "copiar" la información de cada una de las hebras -o cadenas - de ADN originales. Al final
de este proceso obtendrás dos MOLECULAS de ADN cada una con dos hemicadenas. Cada una de las moléculas de ADN
formada contiene una hemicadena original y una hemicadena recién sintetizada que se formó por el acoplamiento de las
bases complementarias a una de las cadenas originales.

En definitiva que la auto duplicación sea semiconservativa quiere decir que cada molécula de ADN (o cada cromosoma)
que resulta de este proceso está formado por una hebra madre (u original) y una hebra recién sintetizada.

EL ADN COMO PORTADOR DE LA INFORMACIÓN GENÉTICA.

Hoy sabemos que la molécula que contiene la información de las características biológicas de los seres vivos es el ADN.
Sin embargo, la demostración de que este ácido nucleico constituía el material hereditario sólo fue posible gracias a la
paciente labor de investigación de muchos científicos durante la primera mitad del siglo xx.
Antes de que se identificara la molécula portadora del mensaje genético, ya se sabía que ésta debía cumplir ciertos
requisitos:

- Tenía que ser químicamente estable para que la información contenida en la molécula no sufriera alteraciones.

- Debía ser capaz de replicarse y originar copias de sí misma que pasaran a las células hijas durante la división celular,
asegurando de esta manera la pervivencia de la información biológica de una célula determinada en su estirpe.

- Era necesario, además que esa información pudiera transmitirse de una generación a otra para permitir que las
características biológicas pasaran a la descendencia.

- Por último, aunque fuera químicamente estable, la molécula debía ser susceptible de sufrir cambios que posibilitaran la
aparición de cierta variabilidad a fin de poder explicar la evolución de los seres vivos. Aunque el ADN ya se conocía desde
su descubrimiento en 1869 por el científico suizo Friedrich Miescher, se consideraba que eran las proteínas, y no el ADN,
las portadoras de la información genética.

No obstante, el descubrimiento de que los cromosomas se dividían y transmitían durante la división celular en las células
eucariotas, permitió comprobar que ambos componentes cromosómicos (ADN y proteínas) cumplían los requisitos
citados.

Ya en 1928, en el curso de sus experimentos con la bacteria Streptococcus pneumoniae, agente causal de la neumonía,
Frederick Griffith demostró que la capacidad biológica de producir una cápsula (hecho que determina la virulencia de las
bacterias) podía ser adquirida de otra cepa por medio de una sustancia, aún no identificada, a la que se denominó
«factor transformante».

En 1944, Oswald T. Avery, Maclyn McCarty y Colin MacLeod observaron que la capacidad transformante de las cepas
virulentas de Streptococcus pneumoniae desaparecía cuando se agregaban enzimas que destruían el ADN. Dedujeron de
este hecho que el factor transformante era la molécula de ADN.

Existían, además, otros indicios que apoyaban esta idea. Por una parte, se había comprobado que la cantidad de ADN era
la misma para todas las células somáticas de los individuos de una determinada especie, mientras que los gametos sólo
tenían la mitad. Así mismo, los estudios de Erwin Chargaff sobre las similitudes en las proporciones de bases
nitrogenadas presentes en el ADN de los individuos de la misma especie parecían confirmar la relación existente entre
esta molécula y la información genética.

La prueba definitiva fue obtenida en 1952 por Alfred Hershey y Martha Chase, quienes demostraron de forma
concluyente que el ADN, y no una proteína, era el material genético del bacteriófago T2. Al año siguiente, James Watson
y Francis Crick elaboraron su famoso modelo de doble hélice para explicar la estructura de la molécula del ADN.

EL ÁCIDO RIBONUCLEICO (ARN O RNA). Es un ácido nucleico formado por una cadena de ribonucleótidos. 1Está
presente tanto en las células procariotas como en las eucariotas, y es el único material genético de ciertos virus (virus
ARN). El ARN se puede definir como la molécula formada por una cadena simple de ribonucleótidos, cada uno de ellos
formado por ribosa, un fosfato y una de las cuatro bases nitrogenadas (adenina, guanina, citosina y uracilo). El ARN
celular es lineal y monocatenario (de una sola cadena), pero en el genoma de algunos virus es de doble hebra.

EL FACTOR TRANSFORMACIÓN. La transformación es la alteración genética de una célula resultante de la absorción


directa, incorporación y expresión del material genético exógeno (ADN exógeno) que se encuentra en el ambiente y se
introduce a través de la membrana de la célula. La transformación ocurre de forma natural en algunas especies de
bacterias, aunque también se puede efectuar por medios artificiales. Para que ocurra la transformación, la bacteria debe
estar en un estado de competencia, lo que puede ocurrir como una respuesta limitada en el tiempo a las condiciones
ambientales, tales como la falta de nutrientes y una densidad celular elevada.

LOS VIRUS Y LAS BACTERIAS EN EL PROGRESO DE LA GENÉTICA.

La transducción es un proceso mediante el cual el ADN es transferido desde una bacteria a otra mediante la acción de
un virus. También se utiliza para designar al proceso mediante el cual ADN exógeno es introducido en una célula
mediante un vector viral. Esta es una herramienta que usualmente utilizan los biólogos moleculares para introducir en
forma controlada un gen extraño en el genoma de una célula receptora.

Cuando los bacteriófagos (virus que infectan bacterias) infectan una célula bacteriana, su modo normal de reproducción
consiste en capturar y utilizar la maquinaria de replicación, transcripción, y traducción de la célula de la bacteria
receptora para producir gran cantidad de virones, o producir partículas virales, incluido el ADN o ARN viral y la cubierta
de proteína.

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