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Publicado el 06/06/2018
Texto Completo
I. Introducción
La contaminación marítima preocupa a la comunidad internacional en general y en
particular la generada por vertimiento de hidrocarburos, ya que espanta especialmente a
la opinión pública no sólo por los daños que causa, sino también por la magnitud de
aquellos, como bien lo reproducen los medios de comunicación.[1]
Si bien la mayor parte de contaminación al mar proviene de fuente terrestre, tal como lo
afirma el Doctor Cappagli[2], los Estados han propuesto un sistema para mitigar,
compensar y reparar en lo posible los daños a través del Convenio Internacional sobre
responsabilidad civil nacida por daños causados por la contaminación de las aguas del
mar por hidrocarburos (de 1969, más conocido como Convenio sobre Responsabilidad
Civil)[3] y del Protocolo de 1992 del Convenio internacional sobre la constitución de un
fondo internacional de indemnización de daños debidos a contaminación por
hidrocarburos (de 1992, popularizado como “Convenio de Fondo de 1992”). No
obstante, su aplicación no es universal ya que los Estados Unidos aplican su propio
sistema.[4]
El objetivo de este artículo es realizar una sencilla comparación, a fin de que el lector
pueda diferenciar preliminarmente las características del sistema de responsabilidad
civil (CLC 1969) y el Fondo, de 1992.
El primer tramo, regulado por el CLC 69/92 se aplica a buques tanque de navegación
marítima (no fluvial) que transporten como carga hidrocarburos persistentes a granel
(sin empaquetar o embalar), crudo, fueloil, aceite diesel pesado –con la excepción del
hidrocarburo dispuesto en barriles, ya que aplica el convenio en este caso– y su ámbito
de aplicación territorial es en toda la extensión del Estado Parte del acuerdo, incluyendo
su mar territorial y la Zona Económica Exclusiva (ZEE). Asimismo, es aplicable a todo
derrame de combustible utilizado como propulsor del buque tanque y al primer viaje
posterior del buque tanque luego de transportar este tipo de carga. Solamente quedan
excluidos, expresamente, los buques de guerra y los buques públicos al servicio
destinados a funciones estatales y servicios no comerciales.
Siendo más específico en el segundo tramo quien aporta el dinero es nada más y anda
menos que la carga y, de este modo, surge la primera gran diferencia respecto del primer
tramo CLC 69/92, ya que en aquel aporta el propietario del buque, mientras que en el
segundo lo realiza la carga. Se trata, sin dudas, de una responsabilidad compartida.[9]
Finalmente, el tercer tramo es encuadrado dentro del Protocolo del Fondo de 2003 y del
cual aclaramos que Argentina aún no es Estado Parte. Este protocolo surge después del
desastre del buque Prestige, frente a las costas de España, en 2002.[10]
Antes que nada, identificaremos el ámbito de aplicación. Resulta aplicable por derrame
o amenaza de derrame a: 1) buques tanques que sean propiedad de los Estados Unidos,
que operen en sus aguas navegables o que transporten petróleo o sustancias peligrosas
de un lugar a otro en jurisdicción de los Estados Unidos; 2) Plataformas petroleras
dentro y fuera del mar territorial; puertos de aguas profundas; y tuberías. Por supuesto
contempla excepciones. Estas son: las descargas autorizadas, las provenientes de buques
públicos y las provenientes de instalaciones en tierra autorizadas (ley de autorización de
tuberías trans-alaska).
El buque tanque monocasco: responde con 3.000 dólares por tonelada bruta[13]. Si la
capacidad de carga es de más de 3 mil toneladas el límite es de 22 millones de dólares.
Si la capacidad de carga es de menos de 3 mil toneladas el límite es de 6 millones de
dólares. El buque tanque doble casco: responde con 1900 dólares x tonelada bruta. Si la
capacidad de carga es de más de 3 mil toneladas el límite es de 16 millones de dólares.
Si la capacidad de carga es de menos de 3 mil toneladas el límite es de 4 millones de
dólares. Otro tipo: 950 dólares por tonelada bruta. Limite 8 millones de dólares.
La instalación costa afuera debe reponer todos los costos de eliminación más 75
millones de dólares.
Se debe cumplir con ciertos requisitos para poder limitar: reportar el incidente.
Proporcionar cooperación. Cumplir con la sub sección c, de la sección 311 de la federal
water pollution control act, a saber, se refiere a: tener personal entrenado en el plan
nacional de contingencia. Equipo adecuado para el control de hidrocarburos. Tener un
plan de prevención. Y cumplir con la sub sección e, de la sección 311 de la federal water
pollution control act, a saber, se refiere a: contar con un centro de coordinación y
dirección.
Por último, es una responsabilidad garantizada. Para cada caso que se aplica hay un
régimen de garantía distinto. Los buques tanques deben contar con una garantía igual al
límite de responsabilidad. La plataforma offshore si esta fuera del mar territorial
necesita una garantía de 35 millones de dólares, por el contrario, si se encuentra hacia
adentro del mar territorial: necesita una garantía de 10 millones de dólares, estos límites
pueden ser aumentados por el presidente hasta 150 millones de dólares. El puerto de
aguas profundas: necesita una garantía igual al límite de responsabilidad.
Como últimas palabras comentamos que este sistema también tiene un fondo. Es el
fondo fiduciario de responsabilidad. Creado por el código de rentas internas de 1986 sec
9509. La finalidad es compensar los gastos de remoción y los costos no compensados.
La ley permite que sobre estos se pueda reclamar al fondo o se puede reclamar ante un
tribunal, pero no a ambos. Los plazos para reclamar ante el fondo son hasta 6 años
posteriores a la finalización de las remociones y en caso de daños hasta 3 años desde
que fueron fehacientemente detectados, o si pasados 90 días la parte demandada no
pago. Además, el fondo cuenta con un programa de préstamos flexibles para pescadores
y productores acuíferos.
¿Quiénes pueden reclamar los costos de remoción y daños? Estos pueden ser
reclamados por el Estado nacional, los Estados, las Tribus y las Personas. Estos últimos
tres, los Estados, las Tribus y las Personas, son considerados agentes fiduciarios de los
recursos naturales. Los costos de remoción son los causados por la limpieza de la
contaminación sufrida. ¿Cuáles son los daños que se pueden reclamar? Esta ley
comprende los daños a los recursos naturales tales como el daño, la destrucción, pérdida
y el estudio de los daños. Los daños a la propiedad ya sean lesiones o pérdida
económica de la propiedad. El uso de subsistencia, que comprende la pérdida de
subsistencia por el uso de los recursos naturales. Los ingresos que comprenden la
pérdida neta, las rentas, los impuestos que el estado deja de percibir. La pérdida de
ganancias o deterioro de la capacidad de ganancia: que comprende la destrucción de la
propiedad personal, la destrucción de los recursos naturales. Y los servicios públicos
que comprenden los costos adicionales.
Que existan este tipo de convenios y leyes en el mundo debe tomarse como un punto de
partida hacia nuevas y mejores reglamentaciones para prevenir, mitigar, reparar y
compensar los daños por contaminación. Manteniendo la responsabilidad en distintos
tramos y participando en conjunto como comunidad mundial, un abordaje rápido y
efectivo al problema de los accidentes de contaminación por hidrocarburos, siempre va
a ser más factible. Mantener el enfoque en prevenir y mitigar es el horizonte que se
debe mirar. Luego la reparación y compensación vendrán por añadidura si logramos
como comunidad internacional reglarnos con estos tipos de convenios, por lo menos, en
actividades referentes a la extracción y transporte de hidrocarburos. La comunidad
marítima ya dio el ejemplo con los convenios CLC – Fondo. Desde mi punto de vista
tiene toda la potencia para hacerlo con las plataformas petroleras.
Bibliografía:
[1] Gran sector de la doctrina especializada sitúa el derrame del Caso Torrey Canyon,
como el acontecimiento que cambió la concepción del transporte marítimo hasta
entonces.
[3] El Convenio afirma el derecho del Estado ribereño a adoptar las medidas que puedan
ser necesarias en alta mar para prevenir, mitigar o eliminar todo peligro contra su litoral
o intereses conexos, debido a la contaminación o amenaza de contaminación por
hidrocarburos, a raíz de un siniestro marítimo.
[4] Manual de Derecho de la Navegación. CHAMI, DIEGO ESTEBAN. Capitulo 16.
Aspectos ambientales de la navegación. Pag 1063.
[5] Al respecto, cabe señalar una habitual excepción que nos brinda la realidad: si un
Estado es el propietario de un buque, pero este es explotado por una persona privada
para fines comerciales, el centro de imputación será la persona privada, es decir y en
otros términos, el armador.
[6] Hasta 5.000 toneladas brutas el límite son 7 millones de dólares. Luego desde de 5
mil toneladas brutas hasta más de 140 mil toneladas brutas escala proporcionalmente
hasta llegar a un límite máximo de 132 millones de dólares. Claro está que ante dolo o
hecho temerario del propietario este pierde derecho a limitar.
[9] Cabe aclarar que estamos dejando de lado en esta comparación a los acuerdo TOPIA
y ESTOPIA.
[10] Para una noción sobre la importancia del caso del buque Prestige, ver
https://politica.elpais.com/politica/2017/11/16/actualidad/1510845980_483459.html
(consulta el 27/05/2018)
[13] A partir del 31 de diciembre de 2010 también responde el dueño del hidrocarburo si
se trata de buques tanque monocasco
Publicado el 06/06/2018