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RETOS Y DESAFÍOS DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN REPUBLICA

DOMINICANA

La educación superior es definida por la ley 139-01, como fundamental para el

desarrollo de la sociedad. Es considerada la base de la que depende la capacidad de

innovación social. Promueve la producción, y aplicación del conocimiento para el

desarrollo humano sostenible.

La educación superior es ampliamente reconocida como un aspecto fundamental

para impulsar el desarrollo económico y humano de las sociedades contemporáneas . En

las trayectorias educativas formales de las personas, la educación superior constituye un

espacio estructurado para el cultivo del intelecto y de las capacidades humanas,

consideradas necesarias para vivir en el contexto actual del mundo globalizado y

dominado por los avances científicotecnológicos . Aunque el debate sobre la función

social de la educación superior se caracteriza por la diversidad ideológica, existe un alto

grado de consenso entre distintas disciplinas académicas en que, en retrospectiva, el

proceso acelerado de creación y aplicación de conocimiento ha sido la materia prima del

progreso logrado por la humanidad en los últimos siglos, impactando la forma en que

las personas viven, trabajan, consumen y se organizan política y socialmente .

La educación superior en la Republica Dominicana se encuentra hoy ante retos y

desafíos de enorme envergadura. El crecimiento cuantitativo de las universidades, en

términos de alumnado y creación de centros, debería ir acompañado de un incremento

parejo de la calidad académica.

Hoy en República Dominicana abunda la implementación de recursos y medios

tecnológicos en los procesos áulicos y se sigue mejorando la infraestructura escolar,

pero persisten rezagos en materia de calidad de la oferta académica.


Las instituciones de educación superior de carácter público, especialmente la

UASD y sus dieciocho recintos, centros y subcentros en todo el país, más el

ISFODOSU y sus seis recintos especializados en la capacitación magisterial, rinden una

labor fundamental en la formación de recursos humanos en la geografía nacional. Pero

el patrocino es escaso, insuficiente, razón por la cual, en el caso de la UASD, navega

administrativamente con grandes déficits.

En sentido general, en materia de educación superior, el país presenta serios atrasos,

en gran medida relacionados con el exiguo financiamiento.

El capital principal de una institución universitaria es su cuerpo de profesores;

su solvencia intelectual y académica, su pericia investigadora y su capacidad docente.

En el campo de la docencia universitaria también existen, en la Republica Dominicana,

numerosos retos que acometer.

En primer lugar, es preciso reducir la precariedad laboral de los docentes

universitarios (la inmensa mayoría son profesores por asignatura), que fomenta la falta

de compromiso con la universidad, la inquietud laboral y la vacilación en su vocación

docente.

En segundo lugar, la internacionalización debe implantarse decididamente en la

contratación temporal y definitiva de profesores, así como en la libre convocatoria de

plazas docentes.

En tercer lugar, es imperativo implantar una sólida cultura de la investigación que,

con el paso del tiempo, acabe afectando a la docencia en todos los niveles educativos.

Al cabo, la calidad académica de la educación inicial y media depende del nivel


académico de sus docentes, quienes se forman en la universidad. Y estos solo recibirán

una formación adecuada si sus profesores universitarios son, ellos mismos, buenos

investigadores. Algo difícil de conseguir y que requiere que estos, a su vez, hayan sido

formados a través de docto excelentes profesores investigadores.

Otro reto importante es concebir e implementar un régimen de educación superior

centrado en y operando alrededor de un cuerpo docente provisto de las más altas

calificaciones posibles y contratado a tiempo completo. Como profesores, servirán de

pedagogos y maestros del estudiante singular y de los estudiantes en general; y por

añadidura, aquellos de entre ellos que además sean investigadores, están convocados a

promover e idealmente a generar nuevos conocimientos de valor a nivel nacional e

internacional.

De manera complementaria a ese reto, surge otro en función del actual proceso de

enseñanza-aprendizaje en el país. Según este proceso, la relación profesor-estudiante -si

se quiere ser realista y optimista- consiste en alcanzar y desarrollar el potencial

inherente al entendimiento humano

A pesar de las dificultades, si hay esfuerzo por parte de todos los agentes

(Gobierno, universidad, sociedad civil e industria), la luz del conocimiento siempre

acaba por alcanzar a todos; a los que están más cerca y, si esta es potente, también a los

que están más lejos. Pero, para poder ver, hay que prender la luz de la investigación.

En la República Dominicana, las tendencias de la educación superior son hacia la

masificación estudiantil y el incremento del número de universidades, lo mismo que de

programas académicos., En el país existen más de 500 mil estudiantes universitarios, 50

instituciones de educación superior y 936 programas académicos.


Entre los principales retos de la educación superior dominicana de cara al futuro,

cabe citar la profundización y expansión de la alfabetización tecnológica, a los fines de

que el país pueda prepararse para adentrarse con éxito en áreas como la industria

aeronáutica y espacial, la industria automotriz, el vehículo eléctrico y sin conductor,

entre otras innovaciones importantes.

A propósito de los grandes desafíos de la educación superior de cara al siglo XXI, a

escala regional, el intelectual las universidades deben trabajar sobre los Objetivos de

Desarrollo Sostenible (ODS) trazados por la Organización de las Naciones Unidas

(ONU) con miras al 2030

Parte de lo planteado en el presente artículo se sustenta en el estudio “Educación

superior dominicana: expansión desarrollo y perspectivas futuras”, realizado por el

Observatorio de Políticas Sociales y Desarrollo de la Vicepresidencia de la República

(2019), en el que se muestra que parte de las tendencias más relevantes están

relacionadas al incremento de la matrícula en los centros de educación superior en el

país, un notable aumento de los indicadores formales relacionados a los recursos

financieros, el perfil de ingreso como una limitante fundamental, el perfil del egresado

presenta un bajo nivel del índice de capital humano del país, el desempeño de los

docentes universitarios y el posicionamiento internacional de las academias

dominicanas

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