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Semejante Fe

Mateo 8:5-13 (Lucas 7:1-10)

Las expresiones de Jesús!

Contexto

En los capítulos 8 y 9 de este Evangelio el autor nos relató 12 milagros. Aunque no


pretendía contarnos todos los milagros que ponían en evidencia el poder del Rey,
nos presentó los que aquí tenemos, organizados de acuerdo a un orden lógico.
Quisiera llamar tu atención sobre los detalles que confirman esta secuencia en los 6
milagros registrados en este capítulo:

1. Sanidad del leproso; el Señor le tocó. Esta fue una dolencia humana en su
versión más grave.

2. Sanidad del siervo del centurión; fue realizada desde cierta distancia. El Señor
no tuvo contacto físico con el enfermo.

3. Sanidad de la suegra de Pedro; El tocó su mano.

4. Expulsión de demonios; Jesús se introdujo en el reino de los espíritus.

5. Calma de los vientos y el mar; El actuó en la esfera de la naturaleza y demostró


Su poder sobre las fuerzas naturales.

6. Expulsión de demonios de 2 endemoniados Gadarenos; fue un caso muy difícil


en el reino de los espíritus.

Mateo 8:5-13
Jesús sana al criado del centurión
5 Y cuando entró Jesús[c] en Capernaúm se le acercó un centurión suplicándole, 6
y diciendo: Señor, mi criado (mi muchacho) está postrado en casa, paralítico,
sufriendo mucho (terriblemente atormentado) 7 Y Jesús le dijo*: Yo iré y lo
sanaré. 8 Pero el centurión respondió y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo
mi techo; mas solamente di la palabra (di con una palabra) y mi criado (mi
muchacho) quedará sano. 9 Porque yo también soy hombre bajo autoridad, con
(teniendo) soldados a mis órdenes (debajo de mi); y digo a este: «Ve», y va; y al
otro: «Ven», y viene; y a mi siervo: «Haz esto», y lo hace. 10 Al oírlo Jesús, se
maravilló y dijo a los que le seguían: En verdad os digo que en Israel (ni en Israel)
no he hallado en nadie una fe tan grande. 11 Y os digo que vendrán muchos del
oriente y del occidente, y se sentarán (se recostarán) a la mesa con Abraham, Isaac
y Jacob en el reino de los cielos. 12 Pero los hijos del reino serán arrojados a las
tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes. 13 Entonces Jesús dijo
al centurión: Vete; así como has creído, te sea hecho. Y el criado (muchacho) fue
sanado en esa misma hora.”

5 Y cuando entró Jesús[c] en Capernaúm se le acercó un centurión


suplicándole, 6 y diciendo: Señor, mi criado (mi muchacho) está postrado en
casa, paralítico, sufriendo mucho (terriblemente atormentado).

El centurión era un oficial al servicio de Herodes Antipas .

Seguramente el centurión había oído de la curación del leproso. El no era judío y


comandaba 6 centurias o compañías de la legión Romana, de 100 hombres cada
una. El relato del Evangelista Lucas nos dice que aquel militar había edificado una
sinagoga para los judíos. Y su siervo se encontraba gravemente enfermo. El
centurión ocupaba una posición en la que reconocía la autoridad, pues vestía el
uniforme del Imperio Romano y con su poder y autoridad impartía órdenes que sus
soldados tenían que obedecer.

Este oficial se enterô de lo que Jesus había hecho por otros (Lucas 7:3).
Asi que ahora ruega que se le muestre la misma misericordia a sus siervo (Lucas
7:2), llamándolo afectuosamente “mi muchacho”.

La condición de este era deplorable. Estando postrado con paralisis, estaba


“sufriendo terriblemente”, “gravemente atormentado”.
¿Era éste un caso de paralisis progresiva con espasmos musculares que afectan
peligrosamente su sistema respiratorio, y lo ponían a las puertas de la muerte,
como sugiere Lucas?

El alma del centurión estaba en su ruego, porque el muchacho “le era muy
querido”.
Las palabras del oficial equivalían a una declaración mas que a una petición.
Era una declaración que describia la condición del muchacho y que confiadamente
dejaba la disposición en las manos de Jesus.
Sin embargo, incluían una petición de ayuda: “Vino a él pidiéndole ayuda”.

Mateo - Fue el centurión mismo quien informó a Jesus sobre su necesidad.


Lucas - el oficial envió algunos ancianos de los judíos con esta petición.
No hay contradicción – fue a través de estos ancianos que se le dio a conocer el
ruego del centurión a Jesus.

Según Lucas 7:4, 5 los ancianos no eran meros transmisores de un mensaje.


Así como a través de ellos el centurión estaba intercediendo por su “muchacho”,
así los ancianos, por su parte, estaban intercediendo por el centurión.
Dijeron: “Es digno de recibir este favor; porque ama a nuestra nación, y nos edificó
la sinagoga”.

La respuesta del Señor fue lo que se deseaba y mucho mas de lo que el centurión
pudiera esperar.
No fue: “ ¿Por qué esperaste tanto para venir?”, ni, “puesto que representes al
opresor, nada puedo hacer por ti”. Ni siquiera, “veré que puedo hacer”.

Fue una afirmación emocionante, sin ambigüedad, concisa y positiva que se halla
en el versículo 7:
Y Jesús le dijo*: Yo iré y lo sanaré.

En el original griego ese pronombre “Yo” es muy enfático, como si dijera “Yo
mismo”, “Yo sin duda alguna”.

8 Pero el centurión respondió y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi
techo; mas solamente di la palabra (di con una palabra) y mi criado (mi
muchacho) quedará sano. 9 Porque yo también soy hombre bajo autoridad, con
(teniendo) soldados a mis órdenes (debajo de mi); y digo a este: «Ve», y va; y al
otro: «Ven», y viene; y a mi siervo: «Haz esto», y lo hace.

“Es digno” dijeron los ancianos.


Pero el centurión, al oir la respuesta de Jesus, se siente abrumado por el sentido de
indignidad.
Después de todo, ¿quién es él en comparación con el Excelso?
¿Quién es él para hacer que este misericordioso Maestro realice un acto que lo
pondría en conflicto con la venerable costumbre de su pueblo, según la cual un
judío no entra en casa de un gentil para no ser contaminado (Juan 18:28; Hechos
10:28; 11:2, 3)?

Así que Jesus no debe entrar en la casa, ni siquiera aproximarse demasiado; que
solamente diga la palabra de sanidad. Eso es todo lo que necesita.
El centurión reflexiona sobre su autoridad, ahora Jesus que es todo poderoso, el
puede solo decir “Vete” enfermedad, la enfermedad se irá, y cuando dice Ven”, la
salud llegará.

10 Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que le seguían: En verdad os digo que
en Israel (ni en Israel) no he hallado en nadie una fe tan grande.

Jesus estaba maravillado. También se ha asombrado por la incredulidad (Marcos


6:6).
Las palabras “En verdad os digo” o “ Os declaro solemnemente”, son una
adecuada introducción a la expresión de este asombro.
Hizo esta revelación abierta, a las multitudes y a los amigos del centurión que
recién habían llegado (Lucas 7:6)….
…que a la fe este hombre de origen gentil sobrepasaba en excelencia a todo lo que
había encontrado aun entre los judíos, a pesar de los privilegios especiales de éstos.
Es cierto que Jesus también había hallado fe en Israel (Mt 4:18-22; 5:1-16; 7:24,
25), pero no en una sola persona una combinación de un amor tan afectuoso, una
consideración tan solícita, una visión tan penetrante, una humildad tan
sobresaliente y una confianza tan ilimitada.

En muchos casos, lo que había hallado Jesus ¿no era poca fe? Mateo 6:30.
A un funcionario de la corte le llevó buen rato comprender que Jesus podía sanar
desde larga distancia. (Juan 4:46-54). En cambio al Centurión de Mateo 8:5-13
comprendió este hecho inmediatamente.

Esto iba a marcar un vistazo anticipado de la fe de los gentiles vs Israel.

11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán (se
recostarán) a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. 12
Pero los hijos del reino serán arrojados a las tinieblas de afuera; allí será el
llanto y el crujir de dientes.

El Evangelio de Mateo tienen un amplio propósito misionero.


La Evangelización de todas las naciones es uno de los objetivos sobresalientes.

Las bendiciones de la salvación en la cual todos los salvados participarán aquí se


describen bajo el simbolismo de reclinarse (según la costumbre generalizada de la
época) en divanes alrededor de una mesa cargada de manjares, disfrutando la dulce
comunión unos con otros y con el anfitrión, en una espaciosa sala de banquete
inundada de luz.
¿Por qué mencionar Abraham, Isaac y Jacob? Por las promesas hechas a ellos.
¿Por qué los hijos del reino? Esto es lo judíos, llamados asi debido a los muchos
privilegios del reino que habían disfrutado.

13 Entonces Jesús dijo al centurión: Vete; así como has creído, te sea hecho. Y
el criado (muchacho) fue sanado en esa misma hora.”

Y fue hecho como el centurión creyó.

Cuales ingredientes tiene esa Semejante Fe o Fe tan grande? 7 ingredientes

1. Reconoce a Jesus como el Señor de tu vida – se acerca suplicándole


2. Intercede por los demás – no solo por ti
3. Reconoce la dignidad de Jesus y tu propia condición delante de él.
4. Reconoce la autoridad de Jesus, Su Palabra, Su poder.
5. Reconoce el valor de la obediencia – Obedece de inmediato – Estas
entrenado y los frutos de esa obediencia es una fe grande.
6. Te pode en un lugar de privilegio – habla de ti, disfrutas de las bendiciones,
te hace sentar en la mesa.
7. Como has creído, te será hecho, en esa misma hora. No necesitas esperar!

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