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CLAUDIO PTOLOMEO

(Claudio Ptolomeo o Tolomeo; Siglo II) Astrónomo, matemático y geógrafo griego. Es muy poca la
información sobre la vida de Tolomeo que ha llegado hasta nuestro tiempo. No se sabe con exactitud
dónde nació, aunque se supone que fue en Egipto, ni tampoco dónde falleció.
Su actividad se enmarca entre las fechas de su primera observación, cuya realización asignó al
undécimo año del reinado de Adriano (127 d.C.), y de la última, fechada en el 141 d.C. En su catálogo
de estrellas, adoptó el primer año del reinado del emperador Antonino Pío (138 a.C.) como fecha de
referencia para las coordenadas.
Tolomeo fue el último gran representante de la astronomía griega y, según la tradición, desarrolló su
actividad de observador en el templo de Serapis en Canopus, cerca de Alejandría. Su obra principal y
más famosa, que influyó en la astronomía árabe y europea hasta el Renacimiento, es la Sintaxis
matemática, en trece volúmenes, que en griego fue calificada de grande o extensa (megalé) para
distinguirla de otra colección de textos astronómicos debidos a diversos autores.
La admiración inspirada por la obra de Tolomeo introdujo la costumbre de referirse a ella utilizando el
término griego megisté (la grandísima, la máxima); el califa al-Mamun la hizo traducir al árabe en el
año 827, y del nombre de al-Magisti que tomó dicha traducción procede el título
de Almagesto adoptado generalmente en el Occidente medieval a partir de la primera traducción de la
versión árabe, realizada en Toledo en 1175.
Utilizando los datos recogidos por sus predecesores, especialmente por Hiparco, Tolomeo construyó
un sistema del mundo que representaba con un grado de precisión satisfactoria los movimientos
aparentes del Sol, la Luna y los cinco planetas entonces conocidos, mediante recursos geométricos y
calculísticos de considerable complejidad; se trata de un sistema geocéntrico según el cual la Tierra
se encuentra inmóvil en el centro del universo, mientras que en torno a ella giran, en orden creciente
de distancia, la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno.
Con todo, la Tierra ocupa una posición ligeramente excéntrica respecto del centro de las
circunferencias sobre las que se mueven los demás cuerpos celestes, llamadas círculos deferentes.
Además, únicamente el Sol recorre su deferente con movimiento uniforme, mientras que la Luna y los
planetas se mueven sobre otro círculo, llamado epiciclo, cuyo centro gira sobre el deferente y permite
explicar las irregularidades observadas en el movimiento de dichos cuerpos.
El sistema de Tolomeo proporcionó una interpretación cinemática de los movimientos planetarios que
encajó bien con los principios de la cosmología aristotélica, y se mantuvo como único modelo del
mundo hasta el Renacimiento, aun cuando la mayor precisión alcanzada en las observaciones
astronómicas a finales del período medieval hizo necesaria la introducción de decenas de nuevos
epiciclos, con lo cual resultó un sistema excesivamente complicado y farragoso. De hecho, el modelo
heliocéntrico expuesto por Copérnico en Sobre las revoluciones de los orbes celestes (1543), obra que
inició la liquidación de la astronomía tolemaica, tenía en su mayor simplicidad uno de sus puntos
fuertes.
Como geógrafo, ejerció también gran influencia sobre la posteridad hasta la época de los grandes
descubrimientos geográficos. En su Geografía, obra en ocho volúmenes que completó la elaborada
poco antes por Marino de Tiro, se recopilan las técnicas matemáticas para el trazado de mapas
precisos mediante distintos sistemas de proyección, y recoge una extensa colección de coordenadas
geográficas correspondientes a los distintos lugares del mundo entonces conocido. Tolomeo adoptó
la estimación hecha por Posidonio de la circunferencia de la Tierra, inferior al valor real, y exageró la
extensión del contiente euroasiático en dirección este-oeste, circunstancia que alentó a Cristóbal
Colón a emprender el viaje que conduciría al descubrimiento de América.
Entre las demás obras de Tolomeo figura la Óptica, en cinco volúmenes, que versa sobre la teoría de
los espejos y sobre la reflexión y la refracción de la luz, fenómenos de los que tuvo en consideración
sus consecuencias sobre las observaciones astronómicas. Se le atribuye también la autoría de un
tratado de astrología, el Tetrabiblos, que presenta las características de otros escritos suyos y que le
valió buena parte de la fama de que gozó en la Edad Media.
NICOLÁS COPÉRNICO
(Torun, actual Polonia, 1473 - Frauenburg, id., 1543) Astrónomo polaco. La importancia de Copérnico
no se reduce a su condición de primer formulador de una teoría heliocéntrica coherente: Copérnico
fue, ante todo, el iniciador de la revolución científica que acompañó al Renacimiento europeo y que,
pasando por Galileo, llevaría un siglo después, por obra de Newton, a la sistematización de la física y
a un profundo cambio en las convicciones filosóficas y religiosas. Con toda justicia, pues, se ha
llamado revolución copernicana a esta ruptura, de tanta trascendencia que alcanzó más allá del ámbito
de la astronomía y la ciencia para marcar un hito en la historia de las ideas y de la cultura.
Biografía
Nacido en el seno de una rica familia de comerciantes, Nicolás Copérnico quedó huérfano a los diez
años y se hizo cargo de él su tío materno, canónigo de la catedral de Frauenburg y luego obispo de
Warmia. En 1491 Copérnico ingresó en la Universidad de Cracovia, siguiendo las indicaciones de su
tío y tutor. En 1496 pasó a Italia para completar su formación en Bolonia, donde cursó derecho
canónico y recibió la influencia del humanismo italiano; el estudio de los clásicos, revivido por este
movimiento cultural, resultó más tarde decisivo en la elaboración de la obra astronómica de Copérnico.
No hay constancia, sin embargo, de que por entonces se sintiera especialmente interesado por la
astronomía; de hecho, tras estudiar medicina en Padua, Nicolás Copérnico se doctoró en derecho
canónico por la Universidad de Ferrara en 1503. Ese mismo año regresó a su país, donde se le había
concedido entre tanto una canonjía por influencia de su tío, y se incorporó a la corte episcopal de éste
en el castillo de Lidzbark, en calidad de su consejero de confianza.
Fallecido el obispo en 1512, Copérnico fijó su residencia en Frauenburg y se dedicó a la administración
de los bienes del cabildo durante el resto de sus días; mantuvo siempre el empleo eclesiástico de
canónigo, pero sin recibir las órdenes sagradas. Se interesó por la teoría económica, ocupándose en
particular de la reforma monetaria, tema sobre el que publicó un tratado en 1528. Practicó asimismo
la medicina y cultivó sus intereses humanistas.
Hacia 1507, Copérnico elaboró su primera exposición de un sistema astronómico heliocéntrico en el
cual la Tierra orbitaba en torno al Sol, en oposición con el tradicional sistema tolemaico, en el que los
movimientos de todos los cuerpos celestes tenían como centro nuestro planeta. Una serie limitada de
copias manuscritas del esquema circuló entre los estudiosos de la astronomía, y a raíz de ello
Copérnico empezó a ser considerado como un astrónomo notable; con todo, sus investigaciones se
basaron principalmente en el estudio de los textos y de los datos establecidos por sus predecesores,
ya que apenas superan el medio centenar las observaciones de que se tiene constancia que realizó a
lo largo de su vida.
GALILEO GALILEI
Galileo Galilei nació en Pisa (Italia), el 15 de Febrero de 1564. Galileo fue el pionero del método
científico experimental y el primero en utilizar un telescopio refrector, con el que hizo importantes
descubrimientos astronómicos.
En 1604, Galileo supo de la invención del telescopio en Holanda, y propuso una mejora del modelo,
con el que realizó una serie de descubrimientos tales como las lunas del planeta Jupiter y las fases de
Venus, similares a las observadas en la Luna.
Como profesor de Astronomía de la Universidad de Pisa, Galileo impartió la teoría aceptada hasta
entonces, en la que el Sol y todos los planetas giraban alrededor de la Tierra. Mas tarde, desde la
Universidad de Padua, expuso una nueva teoría propuesta por Nicolas Copernico, en la que la Tierra
y todos los planetas giraban alrededor del Sol. Las observaciones realizadas por Galileo con su nuevo
telescopio lo convencieron de la certeza de la teoria heliocéntrica de Copernico.
El apoyo de la teoría heliocéntrica por parte de Galileo le supuso un verdadero problema con la Iglesia
Católica Romana. En 1633, la Inquisición lo acusó de hereje y lo obligó a retractarse públicamente de
su apoyo a Copernico. Fue condenado a cadena perpetua, pero dada su avanzada edad vivio sus
últimos días bajo arresto domiciliario en su villa de las afueras de Florencia.
La originalidad de Galileo como científico reside en su método de análisis. Primero, reduce el problema
a un simple conjunto de relaciones basadas en experiencias de cada dia, lógica y sentido común.
Luego los analiza y resuelve con formulaciones matemáticas simples.
Los métodos con los que él aplica esta técnica al análisis del movimiento abrieron el camino a la
Matemática moderna y a la Física experimental. Isaac Newton usó una de las formulaciones
matemáticas de Galileo, la Ley de Inercia, para fundamentar su Primera Ley del Movimiento.
Galileo murió en 1642, el año de nacimiento de Newton.
JOHANNES KEPLER
(Würtemburg, actual Alemania, 1571 - Ratisbona, id., 1630) Astrónomo, matemático y físico alemán.
Hijo de un mercenario (que sirvió por dinero en las huestes del duque de Alba y desapareció en el
exilio en 1589) y de una madre sospechosa de practicar la brujería, Johannes Kepler superó las
secuelas de una infancia desgraciada y sórdida merced a su tenacidad e inteligencia.
Tras estudiar en los seminarios de Adelberg y Maulbronn, Kepler ingresó en la Universidad de Tubinga
(1588), donde cursó los estudios de teología y fue también discípulo del astrónomo Michael Mästlin,
seguidor de Copérnico. En 1594, sin embargo, interrumpió su carrera teológica al aceptar una plaza
como profesor de matemáticas en el seminario protestante de Graz.
Cuatro años más tarde, unos meses después de contraer un matrimonio de conveniencia, el edicto del
archiduque Fernando contra los maestros protestantes le obligó a abandonar Austria, y en 1600 se
trasladó a Praga invitado por Tycho Brahe. Cuando éste murió repentinamente al año siguiente, Kepler
lo sustituyó como matemático imperial de Rodolfo II, con el encargo de acabar las tablas astronómicas
iniciadas por Brahe y en calidad de consejero astrológico, función a la que recurrió con frecuencia para
ganarse la vida.
En 1611 fallecieron su esposa y uno de sus tres hijos; poco tiempo después, tras el óbito del emperador
y la subida al trono de su hermano Matías de Habsburgo, fue nombrado profesor de matemáticas en
Linz. Allí residió Kepler hasta que, en 1626, las dificultades económicas y el clima de inestabilidad
originado por la guerra de los Treinta Años lo llevaron a Ulm, donde supervisó la impresión de
las Tablas rudolfinas, iniciadas por Brahe y completadas en 1624 por él mismo utilizando las leyes
relativas a los movimientos planetarios que aquél estableció.
En 1628 pasó al servicio de Albrecht von Wallenstein, en Sagan (Silesia), quien le prometió, en vano,
resarcirle de la deuda contraída con él por la Corona a lo largo de los años. Un mes antes de morir,
víctima de la fiebre, Kepler había abandonado Silesia en busca de un nuevo empleo.
Las leyes de Kepler
La primera etapa en la obra de Kepler, desarrollada durante sus años en Graz, se centró en los
problemas relacionados con las órbitas planetarias, así como en las velocidades variables con que los
planetas las recorren, para lo que partió de la antigua concepción de la escuela de Pitágoras, según
la cual el mundo se rige en base a una armonía preestablecida. Tras intentar una solución aritmética
de la cuestión, creyó encontrar una respuesta geométrica relacionando los intervalos entre las órbitas
de los seis planetas entonces conocidos con los cinco sólidos regulares. Juzgó haber resuelto así un
«misterio cosmográfico» que expuso en su primera obra, Mysterium cosmographicum (El misterio
cosmográfico, 1596), de la que envió un ejemplar a Brahe y otro a Galileo, con el cual mantuvo una
esporádica relación epistolar y a quien se unió en la defensa de la causa copernicana.
Durante el tiempo que permaneció en Praga, Kepler realizó una notable labor en el campo de la óptica:
enunció una primera aproximación satisfactoria de la ley de la refracción, distinguió por vez primera
claramente entre los problemas físicos de la visión y sus aspectos fisiológicos y analizó el aspecto
geométrico de diversos sistemas ópticos.
Pero el trabajo más importante de Kepler fue la revisión de los esquemas cosmológicos conocidos a
partir de la gran cantidad de observaciones acumuladas por Brahe (en especial, las relativas a Marte),
labor que desembocó en la publicación, en 1609, de la Astronomia nova (Nueva astronomía), la obra
que contenía las dos primeras leyes llamadas de Kepler, relativas a la elipticidad de las órbitas y a la
igualdad de las áreas barridas, en tiempos iguales, por los radios vectores que unen los planetas con
el Sol.
Culminó su obra durante su estancia en Linz, en donde enunció la tercera de sus leyes, que relaciona
numéricamente los períodos de revolución de los planetas con sus distancias medias al Sol; la publicó
en 1619 en Harmonices mundi (Sobre la armonía del mundo), como una más de las armonías de la
naturaleza, cuyo secreto creyó haber conseguido desvelar merced a una peculiar síntesis entre la
astronomía, la música y la geometría.
Isaac Newton
(Woolsthorpe, Lincolnshire, 1642 - Londres, 1727) Científico inglés. Fundador de la física clásica, que
mantendría plena vigencia hasta los tiempos de Einstein, la obra de Newton representa la culminación
de la revolución científica iniciada un siglo antes por Copérnico. En sus Principios matemáticos de la
filosofía natural (1687) estableció las tres leyes fundamentales del movimiento y dedujo de ellas la
cuarta ley o ley de gravitación universal, que explicaba con total exactitud las órbitas de los planetas,
logrando así la unificación de la mecánica terrestre y celeste.
Hijo póstumo y prematuro, su madre preparó para él un destino de granjero; pero finalmente se
convenció del talento del muchacho y le envió a la Universidad de Cambridge, en donde hubo de
trabajar para pagarse los estudios. Allí Newton no destacó especialmente, pero asimiló los
conocimientos y principios científicos y filosóficos de mediados del siglo XVII, con las innovaciones
introducidas por Galileo Galilei, Johannes Kepler, Francis Bacon, René Descartes y otros.
Tras su graduación en 1665, Isaac Newton se orientó hacia la investigación en física y matemáticas,
con tal acierto que a los 29 años ya había formulado teorías que señalarían el camino de la ciencia
moderna hasta el siglo XX; por entonces había ya obtenido una cátedra en su universidad (1669).
Protagonista fundamental de la «Revolución científica» de los siglos XVI y XVII y padre de la mecánica
clásica, Newton siempre fue remiso a dar publicidad a sus descubrimientos, razón por la que muchos
de ellos se conocieron con años de retraso. Newton coincidió con Leibniz en el descubrimiento del
cálculo integral, que contribuiría a una profunda renovación de las matemáticas; también formuló el
teorema del binomio (binomio de Newton).
Las aportaciones esenciales de Isaac Newton se produjeron en el terreno de la física. Sus primeras
investigaciones giraron en torno a la óptica: explicando la composición de la luz blanca como mezcla
de los colores del arco iris, formuló una teoría sobre la naturaleza corpuscular de la luz y diseñó en
1668 el primer telescopio de reflector, del tipo de los que se usan actualmente en la mayoría de los
observatorios astronómicos; más tarde recogió su visión de esta materia en la obra Óptica (1703).
También trabajó en otras áreas, como la termodinámica y la acústica.
La mecánica newtoniana
Pero su lugar en la historia de la ciencia se lo debe sobre todo a su refundación de la mecánica. En su
obra más importante, Principios matemáticos de la filosofía natural (1687), formuló rigurosamente las
tres leyes fundamentales del movimiento, hoy llamadas Leyes de Newton: la primera ley o ley de la
inercia, según la cual todo cuerpo permanece en reposo o en movimiento rectilíneo uniforme si no
actúa sobre él ninguna fuerza; la segunda o principio fundamental de la dinámica, según el cual la
aceleración que experimenta un cuerpo es igual a la fuerza ejercida sobre él dividida por su masa; y
la tercera o ley de acción y reacción, que explica que por cada fuerza o acción ejercida sobre un cuerpo
existe una reacción igual de sentido contrario.
De estas tres leyes dedujo una cuarta, que es la más conocida: la ley de la gravedad, que según la
leyenda le fue sugerida por la observación de la caída de una manzana del árbol. Descubrió que la
fuerza de atracción entre la Tierra y la Luna era directamente proporcional al producto de sus masas
e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa, calculándose dicha fuerza
mediante el producto de ese cociente por una constante G; al extender ese principio general a todos
los cuerpos del Universo lo convirtió en la ley de gravitación universal.
La mayor parte de estas ideas circulaban ya en el ambiente científico de la época; pero Newton les dio
el carácter sistemático de una teoría general, capaz de sustentar la concepción científica del Universo
durante más de dos siglos. Si todavía en nuestros días resulta admirable la elegancia y sencillez de la
mecánica newtoniana, puede imaginarse el deslumbramiento que produjo en sus contemporáneos
aquella clarificación de un vasto conjunto de fenómenos; así lo expresó un compatriota suyo, el
poeta Alexander Pope: "La Naturaleza y sus leyes yacían ocultas en la noche, pero dijo Dios: ¡Hágase
la luz!, y nació Isaac Newton".
Hasta que terminó su trabajo científico propiamente dicho (hacia 1693), Newton se dedicó a aplicar
sus principios generales a la resolución de problemas concretos, como la predicción de la posición
exacta de los cuerpos celestes, convirtiéndose en el mayor astrónomo del siglo. Sobre todos estos
temas mantuvo agrios debates con otros científicos (como Edmund Halley, Robert Hooke, John
Flamsteed o el citado Leibniz), en los que encajó mal las críticas y se mostró extremadamente celoso
de sus posiciones.
Como profesor de Cambridge, Newton se enfrentó a los abusos de Jacobo II contra la universidad, lo
cual le llevó a aceptar un escaño en el Parlamento surgido de la «Gloriosa Revolución» (1689-90). En
1696 el régimen le nombró director de la Casa de la Moneda, buscando en él un administrador
inteligente y honrado para poner coto a las falsificaciones. Volvería a representar a su universidad en
el Parlamento en 1701. En 1703 fue nombrado presidente de la Royal Society de Londres. Y en 1705
culminó la ascensión de su prestigio al ser nombrado caballero.

ARQUÍMEDES
(Siracusa, actual Italia, h. 287 a.C. - id., 212 a.C.) Matemático griego. Los grandes progresos de las
matemáticas y la astronomía del helenismo son deudores, en buena medida, de los avances científicos
anteriores y del legado del saber oriental, pero también de las nuevas oportunidades que brindaba el
mundo helenístico. En los inicios de la época helenística se sitúa Euclides, quien legó a la posteridad
una prolífica obra de síntesis de los conocimientos de su tiempo que afortunadamente se conservó
casi íntegra y se convirtió en un referente casi indispensable hasta la Edad Contemporánea.
Pero el más célebre y prestigioso matemático fue Arquímedes. Sus escritos, de los que se han
conservado una decena, son prueba elocuente del carácter polifacético de su saber científico. Hijo del
astrónomo Fidias, quien probablemente le introdujo en las matemáticas, aprendió de su padre los
elementos de aquella disciplina en la que estaba destinado a superar a todos los matemáticos
antiguos, hasta el punto de aparecer como prodigioso, "divino", incluso para los fundadores de la
ciencia moderna. Sus estudios se perfeccionaron en aquel gran centro de la cultura helenística que
era la Alejandría de los Tolomeos, en donde Arquímedes fue, hacia el año 243 a.C., discípulo del
astrónomo y matemático Conón de Samos, por el que siempre tuvo respeto y admiración.
Allí, después de aprender la no despreciable cultura matemática de la escuela (hacía poco que había
muerto el gran Euclides), estrechó relaciones de amistad con otros grandes matemáticos, entre los
cuales figuraba Eratóstenes, con el que mantuvo siempre correspondencia, incluso después de su
regreso a Sicilia. A Eratóstenes dedicó Arquímedes su Método, en el que expuso su genial aplicación
de la mecánica a la geometría, en la que «pesaba» imaginariamente áreas y volúmenes desconocidos
para determinar su valor. Regresó luego a Siracusa, donde se dedicó de lleno al trabajo científico.
Al parecer, más tarde volvió a Egipto durante algún tiempo como "ingeniero" de Tolomeo, y diseñó allí
su primer gran invento, la "coclea", una especie de máquina que servía para elevar las aguas y regar
de este modo regiones a las que no llegaba la inundación del Nilo. Pero su actividad madura de
científico se desenvolvió por completo en Siracusa, donde gozaba del favor del tirano Hierón II. Allí
alternó inventos mecánicos con estudios de mecánica teórica y de altas matemáticas, imprimiendo
siempre en ellos su espíritu característico, maravillosa fusión de atrevimiento intuitivo y de rigor
metódico.
Sus inventos mecánicos son muchos, y más aún los que le atribuyó la leyenda (entre estos últimos
debemos rechazar el de los espejos ustorios, inmensos espejos con los que habría incendiado la flota
romana que sitiaba Siracusa); pero son históricas, además de la "coclea", numerosas máquinas de
guerra destinadas a la defensa militar de la ciudad, así como una "esfera", grande e ingenioso
planetario mecánico que, tras la toma de Siracusa, fue llevado a Roma como botín de guerra, y allí lo
vieron todavía Cicerón y quizás Ovidio.
La biografía de Arquímedes está más poblada de anécdotas sabrosas que de hechos como los
anteriormente relatados. En torno a él tejieron la trama de una figura legendaria primero sus
conciudadanos y los romanos, después los escritores antiguos y por último los árabes;
ya Plutarco atribuyó una «inteligencia sobrehumana» a este gran matemático e ingeniero.
La más divulgada de estas anécdotas la relata Vitruvio y se refiere al método que utilizó para
comprobar si existió fraude en la confección de una corona de oro encargada por Hierón II, tirano de
Siracusa y protector de Arquímedes, y quizás incluso pariente suyo. Se cuenta que el tirano,
sospechando que el joyero le había engañado poniendo plata en el interior de la corona, pidió a
Arquímedes que determinase los metales de que estaba compuesta sin romperla.
Arquímedes meditó largo tiempo en el difícil problema, hasta que un día, hallándose en un
establecimiento de baños, advirtió que el agua se desbordaba de la bañera a medida que se iba
introduciendo en ella. Esta observación le inspiró la idea que le permitió resolver la cuestión que le
planteó el tirano: si sumergía la corona en un recipiente lleno hasta el borde y medía el agua que se
desbordaba, conocería su volumen; luego podría comparar el volumen de la corona con el volumen
de un objeto de oro del mismo peso y comprobar si eran iguales. Se cuenta que, impulsado por la
alegría, Arquímedes corrió desnudo por las calles de Siracusa hacia su casa gritando «Eureka!
Eureka!», es decir, «¡Lo encontré! ¡Lo encontré!».

RENÉ DESCARTES
(La Haye, Francia, 1596 - Estocolmo, Suecia, 1650) Filósofo y matemático francés. Después del
esplendor de la antigua filosofía griega y del apogeo y crisis de la escolástica en la Europa medieval,
los nuevos aires del Renacimiento y la revolución científica que lo acompañó darían lugar, en el siglo
XVII, al nacimiento de la filosofía moderna.
El primero de los ismos filosóficos de la modernidad fue el racionalismo; Descartes, su iniciador, se
propuso hacer tabla rasa de la tradición y construir un nuevo edificio sobre la base de la razón y con
la eficaz metodología de las matemáticas. Su «duda metódica» no cuestionó a Dios, sino todo lo
contrario; sin embargo, al igual que Galileo, hubo de sufrir la persecución a causa de sus ideas.
Biografía
René Descartes se educó en el colegio jesuita de La Flèche (1604-1612), por entonces uno de los más
prestigiosos de Europa, donde gozó de un cierto trato de favor en atención a su delicada salud. Los
estudios que en tal centro llevó a cabo tuvieron una importancia decisiva en su formación intelectual;
conocida la turbulenta juventud de Descartes, sin duda en La Flèche debió cimentarse la base de su
cultura. Las huellas de tal educación se manifiestan objetiva y acusadamente en toda la ideología
filosófica del sabio.
El programa de estudios propio de aquel colegio (según diversos testimonios, entre los que figura el
del mismo Descartes) era muy variado: giraba esencialmente en torno a la tradicional enseñanza de
las artes liberales, a la cual se añadían nociones de teología y ejercicios prácticos útiles para la vida
de los futuros gentilhombres. Aun cuando el programa propiamente dicho debía de resultar más bien
ligero y orientado en sentido esencialmente práctico (no se pretendía formar sabios, sino hombres
preparados para las elevadas misiones políticas a que su rango les permitía aspirar), los alumnos más
activos o curiosos podían completarlos por su cuenta mediante lecturas personales.
Años después, Descartes criticaría amargamente la educación recibida. Es perfectamente posible, sin
embargo, que su descontento al respecto proceda no tanto de consideraciones filosóficas como de la
natural reacción de un adolescente que durante tantos años estuvo sometido a una disciplina, y de la
sensación de inutilidad de todo lo aprendido en relación con sus posibles ocupaciones futuras
(burocracia o milicia). Tras su etapa en La Flèche, Descartes obtuvo el título de bachiller y de licenciado
en derecho por la facultad de Poitiers (1616), y a los veintidós años partió hacia los Países Bajos,
donde sirvió como soldado en el ejército de Mauricio de Nassau. En 1619 se enroló en las filas
del Maximiliano I de Baviera.
Según relataría el propio Descartes en el Discurso del Método, durante el crudo invierno de ese año
se halló bloqueado en una localidad del Alto Danubio, posiblemente cerca de Ulm; allí permaneció
encerrado al lado de una estufa y lejos de cualquier relación social, sin más compañía que la de sus
pensamientos. En tal lugar, y tras una fuerte crisis de escepticismo, se le revelaron las bases sobre
las cuales edificaría su sistema filosófico: el método matemático y el principio del cogito, ergo sum.
Víctima de una febril excitación, durante la noche del 10 de noviembre de 1619 tuvo tres sueños, en
cuyo transcurso intuyó su método y conoció su profunda vocación de consagrar su vida a la ciencia.
Tras renunciar a la vida militar, Descartes viajó por Alemania y los Países Bajos y regresó a Francia
en 1622, para vender sus posesiones y asegurarse así una vida independiente; pasó una temporada
en Italia (1623-1625) y se afincó luego en París, donde se relacionó con la mayoría de científicos de
la época.
En 1628 decidió instalarse en Holanda, país en el que las investigaciones científicas gozaban de gran
consideración y, además, se veían favorecidas por una relativa libertad de pensamiento. Descartes
consideró que era el lugar más favorable para cumplir los objetivos filosóficos y científicos que se había
fijado, y residió allí hasta 1649.
Los cinco primeros años los dedicó principalmente a elaborar su propio sistema del mundo y su
concepción del hombre y del cuerpo humano. En 1633 debía de tener ya muy avanzada la redacción
de un amplio texto de metafísica y física titulado Tratado sobre la luz; sin embargo, la noticia de la
condena de Galileo le asustó, puesto que también Descartes defendía en aquella obra el
heliocentrismo de Copérnico, opinión que no creía censurable desde el punto de vista teológico. Como
temía que tal texto pudiera contener teorías condenables, renunció a su publicación, que tendría lugar
póstumamente.
En 1637 apareció su famoso Discurso del método, presentado como prólogo a tres ensayos científicos.
Por la audacia y novedad de los conceptos, la genialidad de los descubrimientos y el ímpetu de las
ideas, el libro bastó para dar a su autor una inmediata y merecida fama, pero también por ello mismo
provocó un diluvio de polémicas, que en adelante harían fatigosa y aun peligrosa su vida.
LEONARDO DA VINCI
(Vinci, Toscana, 1452 - Amboise, Turena, 1519) Artista, pensador e investigador italiano que, por su
insaciable curiosidad y su genio polifacético, representa el modelo más acabado del sabio
renacentista.
Leonardo da Vinci era hijo ilegítimo de un abogado florentino, quien no le permitió conocer a su madre,
una modesta campesina. Se formó como artista en Florencia, en el taller de Andrea del Verrocchio;
pero gran parte de su carrera se desarrolló en otras ciudades italianas como Milán (en donde
permaneció entre 1489 y 1499 bajo el mecenazgo del duque Ludovico Sforza, llamado el Moro) o
Roma (en donde trabajó para Julio de Médicis). Aunque practicó las tres artes plásticas, no se ha
conservado ninguna escultura suya y parece que ninguno de los edificios que diseñó llegó a
construirse, por lo que de su obra como escultor y arquitecto sólo quedan indicios en sus notas y
bocetos personales.
Es, por tanto, la obra pictórica de Leonardo da Vinci la que le ha hecho destacar como el gran maestro
del «Cinquecento» (por encima incluso de Miguel Ángel o Rafael) y como un personaje cumbre en la
historia del arte. De la veintena de cuadros suyos conservados, destacan La Anunciación, La Virgen
de las Rocas, La Santa Cena, La Virgen y Santa Ana, La Adoración de los Magos y el Retrato de
Ginebra Benzi. El más célebre es sin duda La Mona Lisa o La Gioconda, retrato que tuvo al parecer
como modelo a Mona (abreviatura de Madonna) Lisa Gherardini, esposa de Francisco Giocondo.
Todas sus obras son composiciones muy estudiadas, basadas en la perfección del dibujo y con un
cierto halo de misterio, en las que la gradación del color contribuye a completar el efecto de la
perspectiva; en ellas introdujo la técnica del sfumato, que consistía en prescindir de los contornos
nítidos de la pintura del «Quattrocento» y difuminar los perfiles envolviendo las figuras en una especie
de neblina característica. El propio Leonardo teorizó su concepción del arte pictórico como «imitación
de la naturaleza» en un Tratado de pintura que sólo sería publicado en el siglo XVII.
Interesado por todas las ramas del saber y por todos los aspectos de la vida, los apuntes que dejó
Leonardo (escritos de derecha a izquierda y salpicados de dibujos) contienen también incursiones en
otros terrenos artísticos, como la música (en la que destacó tocando la lira) o la literatura. Según su
criterio no debía existir separación entre el arte y la ciencia, como no la hubo en sus investigaciones,
dirigidas de forma preferente hacia temas como la anatomía humana (avanzando en el conocimiento
de los músculos, el ojo o la circulación de la sangre), la zoología (con especial atención a los
mecanismos de vuelo de aves e insectos), la geología (con certeras observaciones sobre el origen de
los fósiles), la astronomía (terreno en el que se anticipó a Galileo al defender que la Tierra era sólo un
planeta del Sistema Solar), la física o la ingeniería.
En este último terreno fue donde quedó más patente su talento de precursor a juicio de las
generaciones posteriores, ya que Leonardo da Vinci concibió multitud de máquinas que no dio a
conocer entre sus contemporáneos y que la técnica ha acabado por convertir en realidad siglos más
tarde: aparatos de navegación (como un submarino, una campana de buceo y un salvavidas),
máquinas voladoras (como el paracaídas, una especie de helicóptero y unas alas inspiradas en las de
las aves para hacer volar a un hombre), máquinas de guerra (como un puente portátil y un anticipo del
carro de combate del siglo XX), obras de ingeniería civil (como canalizaciones de agua o casas
prefabricadas), herramientas y maquinaria de tipo industrial (como una hiladora, una laminadora, una
draga o una cortadora de tornillos), fortificaciones, etcétera.
Sin embargo, el genio de Leonardo le encaminó a tal cantidad de objetivos diferentes que apenas
ejerció influencia sobre la marcha de los distintos campos que tocó, aunque sí obtuvo un gran prestigio
personal, que ha perdurado hasta nuestros días. Muchos de los proyectos que emprendió quedaron
inacabados cuando otros nuevos atrajeron su interés; y, en cuanto a los inventos, se limitó a concebir
ideas útiles, pero no se esforzó por plasmarlas en modelos viables que pudieran funcionar, por lo que
la mayoría de sus investigaciones fueron especulaciones teóricas sin consecuencias prácticas. En
ellas se concentró a partir de 1516 cuando, con las manos afectadas por una parálisis, pasó a vivir en
Francia bajo la protección del rey Francisco I.
Palabras agudas 10. Cárcel 20. carátula
1. Acción 11. Césped 21. lágrima
2. Acordeón 12. Cóndor 22. acérrimo
3. Adicción 13. Cónsul 23. brócoli
4. Admiración 14. Cráter 24. cuadrilátero
5. Admisión 15. Débil 25. cálida
6. Alegró 16. Difícil 26. Bélgica
7. Anís 17. Dócil 27. gárgola
8. Avión 18. Dólar 28. etíope
9. Bebé 19. Dúctil 29. fatídico
10. Beberá 20. Fácil 30. cómodo
11. Café 21. Fémur 31. depósito
12. Cajón 22. Fénix 32. errático
13. Calderón 23. Fértil 33. islámico
14. Calzón 24. Fósil 34. gráfica
15. Camarón 25. Frágil 35. jurásico
16. Caminará 26. Grácil 36. ibérico
17. Caminó 27. Hábil 37. Nápoles
18. Camión 28. Lápiz 38. heterogéneo
19. Campeón 29. Líder 39. glándula
20. Canción 30. Mármol 40. hígado
21. Colón 31. Mártir 41. Málaga
22. Comezón 32. Mástil 42. ejército
23. Comprensión 33. Móvil 43. cálido
24. Común 34. Néctar 44. América
25. Confirmación 35. Níquel 45. arsénico
26. Corazón 36. Táctil 46. bárbaro
27. Correré 37. Tórax 47. cáscara
28. Cuál 38. Trébol 48. fanático
29. Decisión 39. Túnel 49. fósforo
30. Denominó 40. Útil 50. insípido
31. Dentejón 41. Abanderado
32. Designó 42. Abanico Palabras sobresdrújulas
33. Dirección 43. Acuarela 1. ábremelo
34. División 44. Acusado 2. Ágilmente
35. Ecuación 45. Alegre 3. Agítamelo
36. Edredón 46. Amarillo 4. Álzatelo
37. Enfrentó 47. Americano 5. Apágamelo
38. Enredó 48. Anulares 6. Apréndetelo
39. Evaluación 49. Arrecife 7. Atízatelo
40. Exclamación 50. Avispa 8. Atrápamelo
41. Explicación 9. Averíguaselo
42. Expresión Palabras Esdrújulas 10. Avísamelo
43. Fumó 1. Antígona 11. Bájensela
44. Fundó 2. Anaxágoras 12. Bébanselo
45. Guión 3. ópalo 13. Cálidamente
46. Gijón 4. endócrino 14. Cándidamente
47. Ilustración 5. héroe 15. Cantándotelo
48. Información 6. cómpralo 16. Cántaselo
49. Japonés 7. ídolo 17. Castíguesele
50. Jesús 8. órdenes 18. Cédemelo
9. déficit 19. Cocínaselo
Palabras graves 10. esdrújula 20. Cómanselo
1. Ágil 11. espátula 21. Coménteselo
2. Álbum 12. éxtasis 22. Cómpramelo
3. Ámbar 13. tarántula 23. Considéramelos
4. Ángel 14. páncreas 24. Corrígemelo
5. Apóstol 15. océano 25. Cuélgaselo
6. Árbol 16. fantástico 26. Cuéntamelo
7. Arcángel 17. caótico 27. Dándomelo
8. Automóvil 18. término 28. Debiéndoselo
9. Azúcar 19. cárceles 29. Débilmente
30. Dejándoselo 38. Échatelo 46. Estúdiatelo
31. Democráticamente 39. Enfríaselo 47. Éticamente
32. Demuéstramelo 40. Entiéndemelo 48. Fácilmente
33. Devuélvamelo 41. Entrégaselo 49. Frívolamente
34. Dibújamelo 42. Específicamente 50. Gánatela
35. Difícilmente 43. Esporádicamente
36. Dígaselo 44. Estilísticamente
37. Dócilmente 45. Estíreselo

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