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LOS MERCENARIOS (10)

Publicado el 21 abril, 200813 comentariosen LOS MERCENARIOS (10)


Este radioclip es de texto y no tiene audio grabado.

En una emisora ciudadana necesitamos militantes del micrófono.

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Hay quien hace la guerra o el amor por dinero. Y hay también quien locuta por dinero. Acerquémonos
ahora a esta clase de colegas.

Ya sabemos que nadie trabaja por amor al arte y que con la mística no se hace sopa. Locutores y
locutoras, como cualquier obrero, viven de su trabajo. Y deben ser justamente remunerados por ello.

Repetimos: justamente. Porque en algunas emisoras, con el cuento de que están aprendiendo o de que
son militantes voluntarios, no les dan ni para cubrir el pasaje. Eso tiene otro nombre: explotación.

De acuerdo, vivimos de nuestro trabajo y necesitamos tener un buen ingreso para alcanzar una buena
calidad de vida. Eso está estupendo. Pero otra cosa es trabajar sin amor al trabajo.

Curiosamente, los mercenarios no suelen ser los peor pagados en la emisora, sino los que reciben los
mejores salarios. Los que no tendrían de qué quejarse son los que se quejan más.

Y con mucha frecuencia, quienes ganan menos son los que cumplen con mayor responsabilidad y
aguantan horas extras.

A los mercenarios se les conoce por la hora. Siempre llegan tarde a su trabajo. No les falta una excusa
para la demora. El transporte estaba difícil, tuve una reunión de urgencia, se me murió el abuelito.
¿Cuántos abuelos tendrán, porque cada mes se les muere uno?

Los últimos en llegar pero los primeros en salir. Terminado el turno, no pueden quedarse un minuto más
porque tienen otra reunión de urgencia… o van al velorio del abuelito.

Los mercenarios y mercenarias nunca tienen tiempo para colaborar en nada de la emisora…
Oye hermano, ¿puedes grabarme una cuñita?
-¿Ahora? Imposible, loco. Estoy saliendo a un compromiso muy importante.
-Pero si es sólo un minuto. Ven, vamos a cabina…
-Lo siento, loco, es que tengo una emergencia…
-Está bien, a lo mejor te puedo conseguir algo…
-Ahora estamos hablando. A ver, dime… ¿cuánto hay?

Esa es la única pregunta que les interesa: ¿cuánto hay? Están metalizados. Tienen dólares en los ojos. Si
una emisora farandulera les ofrece un poco más, allá van. Si un político corrupto les paga por grabar
mentiras, allá van. Para estos mercenarios del micrófono, lo único que cuenta en la vida es el dinero.

En una emisora ciudadana no podemos trabajar con mercenarios ni mercenarias. Necesitamos militantes
del micrófono. Necesitamos compañeros y compañeras con ilusión, con ganas de colaborar, de formar
equipo, que no miren tanto el reloj. Colegas que no vengan a cumplir con un horario, sino a empeñarse
en un servicio en favor de la comunidad.

LOS DESPELOTADOS (8)


Publicado el 7 abril, 200811 comentariosen LOS DESPELOTADOS (8)
Este radioclip es de texto y no tiene audio grabado.

Aquí aparecen los reyes y las reinas de la improvisación y el caos.

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También conocido como el terror de la cabina, la destripadora de equipos, el asesino de CDs, la patas
arriba, el anárquico, los tormentos de la administración.

La especialidad de estos locos y locas es abandonar la cabina. Siempre tienen necesidad de salir a
atender una visita, de fumarse un cigarrillo, de ir al baño, de volver al baño… y mientras tanto, el
programa queda abandonado. Y ya no dejan baches, sino cráteres.
Cuando están en cabina, no se concentran. Están hablando por el celular y mandando un mensajito a la
novia. Están hojeando una revista o pensando en la inmortalidad del cangrejo. Si tienen una
computadora, no buscan noticias, juegan al solitario.

Obviamente, cuando abren el micrófono no tienen nada que decir…

Despelotados…

Bueno mis amigos, aquí vamos, como siempre, pura vida, ya saben, este es su programa favorito y a mí
me importa un pito, quiero decir, para mí ustedes son lo más importante, gente buena, gente feliz, yo
también soy feliz, feliz como una lombriz, ja, ja… ¿se rieron, no? Así es la vida y la movida… ponme un
disco, Manolao, un disco bien chévere, pura vida, cualquier disco, Manolao, que me voy pál otro lao…
ja, je… qué gracia… pura vida… pura…

El escritorio de los despelotados es un caos. Abres una gaveta y encuentras los periódicos del mes
pasado, nunca leídos. Abres otra, y encuentras recibos sin pagar, galletas a medio comer, el último
memo del director, un cepillo de dientes, tal vez hasta un calzoncillo o un sostén.

Los despelotados son los reyes y reinas de la improvisación. Entran a cabina con las manos vacías, sin
ningún libreto, sin nada preparado. Ellos confían en su gran locuacidad. Ellas confían en que son muy
graciosas y simpáticas.

Despelotados…

Pues sí, amigas, amiguitas, ya saben, este es su programa. ¿Por qué les digo que es su programa?
Porque lo es. Porque ustedes pueden llamarme y pedir su disco… Con confianza, no sean tímidas…
Ahora me acuerdo de ese chiste tan gracioso… ¿Saben en qué se parece un argentino a una vaca?…
¿No saben?… ¿Cómo no van a saber?… En que la vaca da leche… y el argentino “dale che”… Ay, qué
gracia… ¿verdad que es gracioso?… Ay, yo me río tanto…

A estos sujetos no les importa llevar su hamburguesa a cabina y ahí la andan mascando. Si el jefe se
descuida, meten también trago y esconden la botella bajo la mesa. Algunos invitan a sus amiguitas y
amiguitos, pero no para entrevistarlos, sino para conversar, perder tiempo y mostrarles lo chéveres que
son.

Cuando acaban su turno, todo es un desorden. Los discos fuera de lugar, los cables sueltos, la compu
bloqueada, los periódicos en el piso y un cierto olor a zorrillo.
Necesitamos cabinas ecológicas, limpias, ordenadas y adornadas, donde nadie coma ni beba (salvo
agua). Donde todo esté en su sitio y todo funcione. Cuando venga un entrevistado se sentirá bienvenido
y a gusto. Y cuando llegue el siguiente colega a trabajar, sonreirá satisfecho y te dará las gracias. No
olvides la consigna de la buena amistad locutoril: deja la cabina al salir como quisieras encontrarla al
entrar.

LOS DON JUANES (4)


Publicado el 10 marzo, 200829 comentariosen LOS DON JUANES (4)
Este radioclip es de texto y no tiene audio grabado.

¿Vive en tu emisora esta clase de locutores? ¡Ojalá que no!

Nos topamos ahora con una de las especies más abundantes en la fauna locutoril: los donjuanes, los
irresistibles. Mejor dicho los que se creen irresistibles.

ESCUCHA A DON JUAN

Dime amor, ¿desde donde me llamas?… Oye, ¿y qué cancioncita te gustaría, mami?… Ja, ja, ja… ¿La
gasolina?… Ja, ja, ja… Te encanta la gasolina, ¿verdad?… ¿Quieres más gasolina?… Ja, ja,ja… ¿Y
cuál es el número de tu teléfono, mami… porque, ya tú sabes, la radio es de doble vía, como dicen los
Radialistas, así que tú me llamas ahora… y yo te llamo después, mami rica…

A estos nenes se les ve con un peine en una mano y el teléfono en la otra. Siempre están recibiendo
llamadas de sus admiradoras. En realidad, es media docena de quinceañeras que no tienen oficio y
quedan fascinadas por la voz melosa de estos zánganos.

Para hacerse los simpáticos, necesitan echar mano a dobles sentidos, insinuaciones de mal gusto y risas
que suenan falsas. Para dárselas de poetas, usan palabras cursis. Para parecer seductores, se acercan al
micro y hablan a media voz, como si estuvieran en la cama con sus oyentes.

No seas come-micro. Una cuarta es buena distancia. Y habla con tu voz normal, que no hay ningún
enfermo en cabina para andar susurrando.
La locución donjuanesca también se da entre las mujeres. Son las voces sensuales, castigadoras, las que
confunden la radio con un teléfono al aire libre. Por eso, siempre usan el singular, el tú a tú, el tono
confidencial.

¿Sí, quién me llama?… Roberto… Mira qué lindo tu nombre, Roberto… Ay, Roberto, entra en mi
huerto… ¿Y desde dónde llamas, Robertito?… ¿Desde el barrio El Chocolate?… Bueno, habrá muchos
bomboncitos en ese barrio… ¿Y con qué canción te complazo, Robertito?… “El amor de mi vida”…
SUSPIRA… Bueno, Roberto, un besito para ti… BESO… Hasta la próxima, Tito…

Esta es una de las grandes mentiras de la radio tradicional. Dicen que en radio siempre hay que hablar en
singular (de tú a tú). Pero como dijo Benedetti, “somos mucho más que dos”. Somos individuos, desde
luego, pero también somos una colectividad. Un pueblo.

¿Singular o plural? Cuando estamos en un grupo, unas veces nos dirigimos a todos, otras veces a una
sola persona. El arte de la buena radio consiste en pasar del singular al plural y del plural al singular con
la misma naturalidad con que lo hacemos en la vida cotidiana.

Es cierto que no nos está escuchando una masa, sino Juan y Juana. Y hay que hablarles en singular. Pero
también es cierto que Juan y Juana tienen una identidad social (son hombres o mujeres, son indios o
negras o blancos, son adultos o jóvenes, son fanáticos de este equipo de fútbol o creyentes en esta
religión.) Y hay que hablarles en plural porque tienen gustos y necesidades colectivas.

¿Qué hacer con los donjuanes y con las vampiresas? ¿Mandarlos a un taller de género? ¿Servirá para
algo? ¿Qué piensas de estos personajes? ¿Tendrán arreglo?

LOS SIEMPRE-LO-MISMO (5)


Publicado el 17 marzo, 20089 comentariosen LOS SIEMPRE-LO-MISMO
(5)
Este radioclip es de texto y no tiene audio grabado.

¿Conoces algunos locutores o locutoras así?


La rutina mata el gusto en la comida y mata el amor en el matrimonio. La rutina liquida también la
audiencia de un programa. Nada peor que una locutora o un locutor aburrido que pone siempre los
mismos discos y los presenta siempre de la misma manera.

A esta hora llega Vico C con su éxito La Vecinita


A esta hora llega Christina Aguilera con su éxito Pero me acuerdo de tí…
A esta hora llega Juan Luis Guerra con su éxito Las Avispas.

– HOMBRE A esta hora llega el director con su cancelación.

Prepara tus presentaciones. Hazte una plantilla con modelos diferentes para presentar una canción. Así te
irás acostumbrando a variar las palabras. Después irás ganando práctica y te será más fácil improvisar.

Estos siempre-lo-mismo suelen confundir su vida personal y sus dramas sentimentales con la profesión.
Si el novio las dejó, si no han pagado la luz y el agua, si anoche no durmieron bien… se deprimen y
transmiten esa depresión por la radio.

Desánimos pá fuera. Entra a cabina con entusiasmo, con ganas de trabajar, como si fuera el primer día de
la creación. Tus asuntos personales no le interesan a la audiencia. Ya la gente tiene demasiados
problemas encima para que, además, le caiga un desabrido a través de la radio.

Esta rutina de la voz se corrige, en buena medida, con la gesticulación. Uno se expresa no sólo con la
boca, sino con todo el cuerpo. Aunque los gestos, las manos, el puño cerrado, los ojos abiertos, la
tensión de todo el cuerpo no salen por el micrófono, mejoran muchísimo la entonación de la voz. Las
palabras saldrán con energía, con buena vibra.

Nunca hables con los brazos cruzados ni con las manos bajo la mesa ni en los bolsillos. Mueve las
manos, mueve los ojos, pon todo tu cuerpo en actitud dinámica, expresiva, como un deportista que toma
impulso antes de un gran salto.

La gesticulación ayuda a la modulación de la voz. Modular es variar el tono, subir, bajar, cambiar el
ritmo de las frases, subrayar una palabra importante, enfatizar lo que estás diciendo. Nota la diferencia:

Presentación
(modulando) Nuestra radioteca cuenta ya con dos mil de discos…
(otro modulando) ¡Doscientos discos, señores, ya tenemos 200 discos!!!!

¿Te das cuenta? Con menos discos, la segunda animadora comunica más. En la vida real, todos
modulamos mucho porque vemos la reacción de quienes nos escuchan. En radio, como sólo tenemos un
cristal delante, adoptamos fácilmente un tono monótono, que hace dormir como el chaca chaca del tren.

No hay peor enfermedad para un locutor que la rutina. Porque la radio es sorpresa, variedad. Porque
cada programa debe ser y sentirse como una aventura. A un locutor se le perdona todo menos el
aburrimiento. A una locutora se le consiente todo menos la falta de creatividad.

Mata la rutina antes que ella te mate a ti. Y a tu audiencia.

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