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alcanza ya un soplo global de transformación" (Koldo Aldai)


Entrevista a Daniel Meurois Givaudan: "Nos alcanza ya un
soplo global de transformación" (Koldo Aldai)
27.11.09

“El secreto de Asís” no es una


biografía pormenorizada de San Francisco, sino un intento de
resaltar “el perfume del alma” que habitó en él, tal como subraya
el autor, Daniel Meurois Givaudan. Entrevistamos en Madrid, tras
la presentación de tan revelador libro, a este autor cuya obra,
traducida a múltiples idiomas, tiene ya un alcance planetario.

Literatura de alto vuelo a la vez que enseñanza excelsa y


actualizada se reúnen en todas sus entregas, por supuesto
también en sus últimos títulos traducidos que está sacando a la luz
la joven y prometedora editorial española “Isthar Luna-Sol”. En el
“El secreto de Asís” nos da a conocer a un Francesco (Francisco de
Asís) muy avanzado a su época en toda su clarividencia crística,
pero a la vez con todo el dolor que ello implicaba de imposibilidad
de comunicación con su tiempo y sus gentes.
El creador francés nos presenta un retrato diferente de uno de los
santos más populares del cristianismo. Da a conocer en la obra el
vínculo superior, solar, de Francesco y Chiara (Clara de Asís), un
amor profundo que les unió “en torno a las huellas originales
dejadas por el Cristo realmente encarnado en la Tierra”.

Daniel Meurois nos acerca a un Francesco moribundo que confía a


Chiara una catarata de secretos que no cabrán dentro de ella. “Mi
cordel se había desbocado… sus riendas se escaparon de mis
manos y el estandarte flotaba solo…”. Ella era su único refugio en
la tierra. Se confiesa a la vez que le invita a ella a conducir sus
pasos más allá de los suyos propios. El libro está escrito en la
primera persona de una Chiara que se pregunta constantemente
por ese hombre “que sangraba como Cristo y rasgaba por la mitad
el velo del Templo de mi alma”.
“Había obedecido al siglo con el fin de no hacerlo explotar…” El
“Poveretto” como también le llamaban, había callado por mucho
tiempo, pero cuando ve que se marcha, le urge hablar, poner a
buen recaudo sus secretos. A ella confiaría todos sus silencios. El
secreto más grande, el amor hasta entonces ocultado. No
sabremos si las confesiones llegan tarde. Sin embargo una Chiara,
estremecida hasta lo más profundo de sus fibras, se aprestará a
subrayar que el amor que no se dice es quizás el más hermoso, el
más puro. Ella es consciente de que la Fuerza de lo Verdadero
estaba en él “y nada dentro de ella podía resistírsele”.

Francisco de Asís está postrado en su lecho de muerte, pero su


imaginación está más viva que nunca: “Cabalgaremos en el mismo
corcel para denunciar las injusticias, para decir lo que Es, y
recordar a todos que todo es Uno”. Chiara no cabrá dentro de sí:
“El rostro de Francisco vino hacia mí y acarició la piel de mi rostro
con una delicadeza semejante a la de un niño que va a dormirse.
- ¿Perdonarte, Francesco? ¿Debe perdonarse el amor?
- … El que no se ha sabido decir, quizás sí.
- ‘Mi bien Amado’… me oí susurrar en el fondo de mi garganta. ‘Mi
bien Amado…’”

“Las vendimias tardías hacen que a menudo el vino esté más


azucarado…” Se excusa él antes de preguntarle si quiere ser “su
Miriam”, la esposa de Jesús, y ella responderá entre lágrimas que
lo es desde hace tiempo, “que no hay obispo, ni papa que estén
por encima de esto”.

Pero vendrán más confesiones. Le confía el error de “persuadirse


de que el Altísimo Señor necesita de los sufrimientos de las
criaturas que somos con el fin de abrirle la puerta a la luz”. Su
rotundidad no deja lugar a dudas: “¿Quién nos salvará sino
nosotros mismos mediante la pureza de nuestro corazón?” Sólo
será preciso amar: “Amar la vida bajo todas sus formas y por
todos los medios que la embellecen, amar su Unidad en todas las
cosas y en todos los seres”. La depositaria de tanto secreto queda
desbordada, pues tal es para aquellas mentalidades el impacto de
la revelación.

A Francesco se le acaban los segundos en la tierra, pero tiene


tanto que compartir con su compañera del alma... El apóstol de la
pobreza recularía sobre sus pasos para volcar también a Chiara:
“nuestra herida en este mundo no está ni en la riqueza, ni en la
pobreza, sino en la dependencia de uno de esos dos estados, en el
hecho de imaginar que el uno o el otro nos pueden ofrecer
felicidad y libertad”. Le confiesa que ha ido muy lejos al extremar
la pobreza, pero también se da cuenta de que es demasiado tarde
para una reforma de la regla franciscana. Su admiración por la
Creación le llevará al borde de la fusión, pero aún con todo ello, le
faltará según sus propias palabras “una gota de gozo puro”.

Apenas tiene voz, pero no para de hablarle a su “sorella” querida,


colmada de gozo. Le comparte también que los cantos de los
“infieles” le habían terminado por seducir. En su viaje a Tierra
Santa, Oriente abrió los ojos del alma a Francesco. Le confiará a
Chiarina que hay diferentes formas de “respirar la verdad”,
diferentes “rostros de Dios”, diferentes “brillos de un mismo sol”…
Éste será otro de los secretos: “Cada uno de los nombres de Dios
es un perfume único, puesto que cada una de las letras que lo
componen tiene una fragancia especial y única… Un reflejo del
alma del pueblo que los designa y pronuncia”.

Afirma el autor que la revelación a la que tuvo acceso Francisco de


Asís a lo largo de su caminar por la vida, pudo cambiar el rostro
del cristianismo si se hubiese divulgado: “Nos hubiese ayudado a
salir de un dramático dualismo, enlazándonos con las fuentes
puras del Mensaje Crístico, lejos de las censuras y
manipulaciones”.

El santo de los pobres habla para liberarse, pero “también para


pasarle a Chiara la antorcha”. Ella deberá acercar cada vez más su
oído a la boca de Francesco para poderle oír. Terminarán las
confesiones y al poco el alma de su Amado “habrá volado para
alcanzar el Sol”.

El extasiado ante la creación nos sigue hablando mil años después


y ha encontrado el mejor vehículo a través de la prosa poética y
profunda de Daniel Meurois Givaudan. Su discurso está ahora más
vivo que en el medioevo. Entonces era demasiado temprano y sólo
oídos finos como los de Chiara e Inés podían entenderle. Hoy se
han abierto más oídos capaces de escuchar esa palabra admirada,
ese mensaje de síntesis, ese verbo de auténtica emancipación. Es
un placer poner micrófono a quien nos ha acercado ese discurso
tan liberado y liberador al mismo tiempo.

“Tan sólo mis llagas y el desprecio de mi cuerpo van a


marcar las memorias. No suficientemente la alegría y la
plenitud de la Vida que he percibido y rozado, y que sin
embargo, eran Su sello absoluto…” ¿Qué lección
fundamental extraemos del mensaje de su Francesco?
Francesco consigue vivir una fusión total con la creación.
Abriga un sentimiento de unidad con todo lo que existe. Su
reconocimiento de la inclusividad le hace crecer como a un
Cristo. A través de él, el espíritu libera a la materia. La
profundización en la humildad le hace también tomar la
dimensión de un Cristo. Buena prueba de ello es su
liberación de la traición que le hace la Iglesia. (A la vuelta
de Tierra Santa la jerarquía eclesiástica se queda con los
valiosos pergaminos que Francesco trae.) El “Canto a la
Creación” es un texto crístico y a la vez chamánico.
¿Cuándo cantará la humanidad ese Canto? Aún no hemos
alcanzado ese amor tan inclusivo.

¿Qué recorrido hace?


El regalo más grande que la Divinidad ha hecho a la humanidad es
la libertad. Francesco rehace por sí mismo el camino de la
integración. Recorre lo diverso y reencuentra la unidad en sí
mismo. Al final se da cuenta de que la pobreza tampoco es un
camino, sí la simplicidad.

¿Muchos son los Caminos…?


No hay una vía que sea la Vía . Hay tantas vías como
sensibilidades del alma. Si hay una vía es la del Cristo o del Buda
interior. Me acuerdo de una historia: Un maestro budista anunció
que iba a partir, que su alma iba dejar su cuerpo. Dijo que iba a
dar detalles del lugar donde iba a encarnar. Les dijo: “no busquéis
señales ni en el Tíbet, ni en Oriente. Puedo venir en un ambiente
cristiano...”

¿Por qué no trascendió el legado que Francesco trasmitió a


Clara e Inés?
Accedí a toda la memoria de Francesco a través de Chiara. Ambos
constituyeron una pareja solar. Inés conoció también la intimidad
del secreto de Asís. No tengo la menor evidencia para dar a
entender que no lo han trasmitido. Parece ser que sí ha habido una
trasmisión discreta. El libro viene en el momento oportuno: ahora
sí es importante que todo ello se sepa.

¿A qué es debido ello?


Llegamos al final de un ciclo donde se hace evidente que la
humanidad ha de pasar a otro modo de conciencia. Ha habido un
fenómeno de contagio de conciencia muy rápido que permite un
cambio de estructuras. Hemos de cambiar el software interno, y
para ello hemos de estar muy coordenados con el ordenador
central. Es el movimiento de la tierra el que llama a esta
transformación. Está más allá de nuestra decisión como individuos.
Nos alcanza un soplo global de trasformación.

¿Son tiempos para aguzar el discernimiento?


Hablando de una forma dualista, la sombra se apropia a menudo
del lenguaje de la luz. Las fuerzas de la oscuridad pueden incluso
utilizar el lenguaje de la unificación. La luz se nutre de la sombra y
la sombra se nutre de la luz. No estamos todavía en un mundo
donde encendamos una luz que no produzca sombra.

La vida se nutre de la muerte y la muerte se nutre de la vida. La


vida se nutre de la muerte mientras que no nos reunamos con
nuestra esencia primera. El aspecto destructor de la naturaleza es
parte del Plan de Creador. Será así mientas que no comprendamos
la Vida con mayúsculas. Viviremos así hasta no abrazar las dos
caras de la vida, hasta no alcanzar la total unidad con lo divino.

Dice el Francesco moribundo a Chiara: “Me imaginaba apretando


tu mano a lo largo de los caminos, de aldea en aldea, de pueblo en
pueblo. Siempre me acusaba…, pero cada vez en el secreto de mi
corazón, una fuerza me decía que eso era bello y justo porque
Dios vivía en nosotros, que Él era Uno… no uno y dos huyendo uno
del otro continuamente…” ¿Chiara está actualmente encarnada?
Honestamente no lo sé. No se me ha dirigido como la Chiara que
habla a Meurois Givaudan. Su finalidad no era hablarme de ella
misma. Cumplía su función como corriente de transmisión.
Podemos pensar que está encarnada, pues las grandes almas que
han jugado un importante papel en la historia sí están ahora. El
alma de Inés sí está encarnada.

¿Cuál fue el itinerario anterior de la chispa divina que en el


medioevo encarna como Francisco de Asís?
Es interesante ver los juegos de las almas. En el antiguo Egipto fue
el faraón Akhenatón. Encarna para testimoniar el espíritu del Cristo
Solar. Lo hizo con un poder inmenso. De ahí la gran similitud entre
el “Himno solar” de Akhenatón y el “Canto de las criaturas” de San
Francisco. Después viene a encarnar cerca de Jesús. En la Edad
Media encarna para experimentar la extrema pobreza a través de
Francisco de Asís. Al final de su vida encontró el punto de en
medio. Lo cotidiano es muy importante y pedagógico. No es
accesorio.

¿Cuál fue la relación de Francisco de Asís con los


templarios?
Las enseñanzas de los sufíes llegaron a Francesco a través de los
caballeros templarios. Él estuvo con ellos en Tierra Santa, también
a la vuelta. De ahí la similitud entre las reglas franciscanas y las
del Temple. Fueron los únicos, junto a Clara, que fueron testigos
de sus secretos.
“¿Por qué muralla vale la pena luchar, cuando sabemos que
tarde o temprano se va a hundir?...” ¿Por qué el espíritu de
Francisco encarna en el medioevo en el seno de una
tradición cristiana tan cerrada?
¿Por qué se ha quedado en el marco de la Iglesia cristiana cuando
ya había trascendido su doctrina? Sólo él sabía por qué deseaba
quedarse en el marco de la tradición oficial desarrollando su
misión. Seguramente porque quería ayudar a aquellas almas que
estaban en el egregor del culto cristiano. Todas las almas tienen
sus secretos de evolución.

“Preferimos el agua insípida de un viejo pozo tan sólo


porque éste se encuentra situado en nuestro patio…, antes
que tratar de captar la corriente viva de un manantial de
montaña”… afirma Francesco ¿Las religiones cumplirían
aún al día de hoy su misión?
Efectivamente muchas personas se encontrarían perdidas si por
ejemplo los secretos de Asís se revelaran abiertamente. Muchos
cristianos caerían en una depresión tremenda sin capacidad de
rehacerse a sí mismos. Es preciso un camino paulatino de
descondicionamiento. Sería un shock tremendo que mucha gente
se encontrara de repente delante de una Iglesia que le ha
mentido, porque le ha ocultado el verdadero sentido de muchas
cosas.

De nuevo Francesco a Chiara: “La verdad auténtica es aún


demasiado bella para nuestros oídos y nuestros ojos…” ¿La
revelación por lo tanto ha de ser paulatina? ¿No conviene la
difusión masiva de repente?
Hay una intención desde el principio de los tiempos de ocultación.
Pero aunque el Vaticano quisiera hacer grandes revelaciones sería
difícil. Lo mejor es que la verdadera revelación sea paulatina, para
impedir la frustración. El Vaticano sin embargo se cierra en banda.

“No sabía cómo hacer ni qué decir para dejar que traspirase
en mí la Presencia de mi Señor Jesús. Carecía de la fuerza
que exige el gozo del aceite; entonces, es la sangre lo que
ha venido, de conformidad con la vida que he elegido
llevar….” afirma Francesco. ¿Por qué en un “lugar secreto
de su alma” decidió vivir esa experiencia dolorosa?
Tuvo estigmas a la vuelta de Tierra Santa. Ello le comportó un
gran sufrimiento físico. En lo profundo era un ser que no se amaba
a sí mismo. No porque fuera un gran ser, ha de ser perfecto. Él no
amaba de verdad al Francesco como servidor. Sólo al final de su
vida pudo comprenderse a sí mismo. No mostraba los estigmas
para no llamar la atención sobre sí mismo. Él sabía que su vida iba
a ser breve y él la había aceptado. Continuó sin curar ese
problema. No curó plenamente esa herida hasta que no se confesó
con Clara.

“Sabes tú lo que es el Amor tal como lo vivió nuestro


Hermano el Cristo, Chiara? ¿Lo sé yo mismo? Nosotros los
hombres, tan sólo hemos observado sus huellas en la
arena…” pregunta Francesco interpelado por esa “sublime
plenitud” ¿Habrá otra venida de Cristo?
Estamos al alba de una segunda venida de Cristo, pero la mayoría
de las grandes religiones hablan de ello. Los musulmanes hablan
de la venida del “Imán”. Los indios americanos se refieren al
retorno de “Quetzacoalt”. Los budistas anuncian el retorno de Buda
Maitreya. Cristo tampoco vino por primera vez a través de Jesús.
Vishna, Buda, Osiris, Rama… encarnan periódicamente en la tierra.
Los hinduistas no hacen divisiones entre las religiones.

“… Él nos había abierto una vía de amor tan total que no


excluía nada y que lo incluía todo, lo que llamamos lo Alto y
lo Bajo, el Sol y la Luna. Había un lugar para todo en Su
corazón…” ¿Común denominador de los “Cristos”?
El Cristo habla de nuestra capacidad de acceso directo a la Fuente.

“…esa gota de oro hubiera llegado si hubiese podido


autorizarme a orar sin vergüenza ante la belleza desnuda
de un cuerpo humano, a ver en ello a Dios y a amarlo sin
reserva como un árbol, desde sus raíces hasta su copa…”
Francesco levanta “todos los velos que persisten en
empañar el esplendor del universo…”
No es cierto aquello de que “Si la carne interviene, Dios se aleja”.
El rechazo del cuerpo no es una vía de acceso a lo divino.
Constituye parte del montaje de la Iglesia durante siglos. La
sexualidad tiene que ver con la fuerza de vida fundamental.

“No vivas en el temor a la carne, pero sin embargo no te


aferres a ella…” pondrás en boca de uno de tus personajes.
En tus libros hay también una aproximación a la concepción
de la sexualidad por parte de Jesús…
El que Cristo llevara en ese sentido una vida humana, lo
revoluciona plenamente. Para él la fuerza de la sexualidad era una
con la fuerza superior. Parte del cometido humano es conducir esa
energía.

“¿Cómo continuar renunciando a lo que el mundo me


ofrecía a la vez que me maravillaba ante sus evidentes
resplandores? ¿Cómo continuar despreciando mi propia
carne, cuando era el templo en el cual Dios me había
colocado para acercarme a Él? ¿Cómo continuar evitando
las miradas femeninas cuando Nuestro Señor Él mismo, no
temió tomar mujer? Yo que antaño prometí no mentir
jamás, he aquí que la mentira me había alcanzado, sin que
me diera cuenta y de una manera sutil… “ Francesco hace
mención explícita al matrimonio de Jesús…
Jesús estuvo casado. Hay anales que lo muestran claramente.
Jesús el Cristo no se hallaba sumido en la dualidad. No trató mal a
su cuerpo. No vivió esa fractura con respecto a lo físico. Sin
embargo no habló de ello más que en un círculo muy limitado de
discípulos. El acto sexual no tiene nada de malo, siempre que no
esté animado por la fuerza animal, no porque lo animal sea algo
nefasto, sino porque no es el lugar del hombre.

Para más información o adquisición del libro


www.istharlunasol.com

Koldo Aldai
Fundación Ananta
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alcanza ya un soplo global de transformación" (Koldo Aldai)
Entrevista a Daniel Meurois Givaudan: "Nos alcanza ya un
soplo global de transformación" (Koldo Aldai)
27.11.09

“El secreto de Asís” no es una


biografía pormenorizada de San Francisco, sino un intento de
resaltar “el perfume del alma” que habitó en él, tal como subraya
el autor, Daniel Meurois Givaudan. Entrevistamos en Madrid, tras
la presentación de tan revelador libro, a este autor cuya obra,
traducida a múltiples idiomas, tiene ya un alcance planetario.

Literatura de alto vuelo a la vez que enseñanza excelsa y


actualizada se reúnen en todas sus entregas, por supuesto
también en sus últimos títulos traducidos que está sacando a la luz
la joven y prometedora editorial española “Isthar Luna-Sol”. En el
“El secreto de Asís” nos da a conocer a un Francesco (Francisco de
Asís) muy avanzado a su época en toda su clarividencia crística,
pero a la vez con todo el dolor que ello implicaba de imposibilidad
de comunicación con su tiempo y sus gentes.
El creador francés nos presenta un retrato diferente de uno de los
santos más populares del cristianismo. Da a conocer en la obra el
vínculo superior, solar, de Francesco y Chiara (Clara de Asís), un
amor profundo que les unió “en torno a las huellas originales
dejadas por el Cristo realmente encarnado en la Tierra”.

Daniel Meurois nos acerca a un Francesco moribundo que confía a


Chiara una catarata de secretos que no cabrán dentro de ella. “Mi
cordel se había desbocado… sus riendas se escaparon de mis
manos y el estandarte flotaba solo…”. Ella era su único refugio en
la tierra. Se confiesa a la vez que le invita a ella a conducir sus
pasos más allá de los suyos propios. El libro está escrito en la
primera persona de una Chiara que se pregunta constantemente
por ese hombre “que sangraba como Cristo y rasgaba por la mitad
el velo del Templo de mi alma”.

“Había obedecido al siglo con el fin de no hacerlo explotar…” El


“Poveretto” como también le llamaban, había callado por mucho
tiempo, pero cuando ve que se marcha, le urge hablar, poner a
buen recaudo sus secretos. A ella confiaría todos sus silencios. El
secreto más grande, el amor hasta entonces ocultado. No
sabremos si las confesiones llegan tarde. Sin embargo una Chiara,
estremecida hasta lo más profundo de sus fibras, se aprestará a
subrayar que el amor que no se dice es quizás el más hermoso, el
más puro. Ella es consciente de que la Fuerza de lo Verdadero
estaba en él “y nada dentro de ella podía resistírsele”.

Francisco de Asís está postrado en su lecho de muerte, pero su


imaginación está más viva que nunca: “Cabalgaremos en el mismo
corcel para denunciar las injusticias, para decir lo que Es, y
recordar a todos que todo es Uno”. Chiara no cabrá dentro de sí:
“El rostro de Francisco vino hacia mí y acarició la piel de mi rostro
con una delicadeza semejante a la de un niño que va a dormirse.
- ¿Perdonarte, Francesco? ¿Debe perdonarse el amor?
- … El que no se ha sabido decir, quizás sí.
- ‘Mi bien Amado’… me oí susurrar en el fondo de mi garganta. ‘Mi
bien Amado…’”

“Las vendimias tardías hacen que a menudo el vino esté más


azucarado…” Se excusa él antes de preguntarle si quiere ser “su
Miriam”, la esposa de Jesús, y ella responderá entre lágrimas que
lo es desde hace tiempo, “que no hay obispo, ni papa que estén

por encima de esto”.

Pero vendrán más confesiones. Le confía el error de “persuadirse


de que el Altísimo Señor necesita de los sufrimientos de las
criaturas que somos con el fin de abrirle la puerta a la luz”. Su
rotundidad no deja lugar a dudas: “¿Quién nos salvará sino
nosotros mismos mediante la pureza de nuestro corazón?” Sólo
será preciso amar: “Amar la vida bajo todas sus formas y por
todos los medios que la embellecen, amar su Unidad en todas las
cosas y en todos los seres”. La depositaria de tanto secreto queda
desbordada, pues tal es para aquellas mentalidades el impacto de
la revelación.

A Francesco se le acaban los segundos en la tierra, pero tiene


tanto que compartir con su compañera del alma... El apóstol de la
pobreza recularía sobre sus pasos para volcar también a Chiara:
“nuestra herida en este mundo no está ni en la riqueza, ni en la
pobreza, sino en la dependencia de uno de esos dos estados, en el
hecho de imaginar que el uno o el otro nos pueden ofrecer
felicidad y libertad”. Le confiesa que ha ido muy lejos al extremar
la pobreza, pero también se da cuenta de que es demasiado tarde
para una reforma de la regla franciscana. Su admiración por la
Creación le llevará al borde de la fusión, pero aún con todo ello, le
faltará según sus propias palabras “una gota de gozo puro”.

Apenas tiene voz, pero no para de hablarle a su “sorella” querida,


colmada de gozo. Le comparte también que los cantos de los
“infieles” le habían terminado por seducir. En su viaje a Tierra
Santa, Oriente abrió los ojos del alma a Francesco. Le confiará a
Chiarina que hay diferentes formas de “respirar la verdad”,
diferentes “rostros de Dios”, diferentes “brillos de un mismo sol”…
Éste será otro de los secretos: “Cada uno de los nombres de Dios
es un perfume único, puesto que cada una de las letras que lo
componen tiene una fragancia especial y única… Un reflejo del
alma del pueblo que los designa y pronuncia”.

Afirma el autor que la revelación a la que tuvo acceso Francisco de


Asís a lo largo de su caminar por la vida, pudo cambiar el rostro
del cristianismo si se hubiese divulgado: “Nos hubiese ayudado a
salir de un dramático dualismo, enlazándonos con las fuentes
puras del Mensaje Crístico, lejos de las censuras y
manipulaciones”.

El santo de los pobres habla para liberarse, pero “también para


pasarle a Chiara la antorcha”. Ella deberá acercar cada vez más su
oído a la boca de Francesco para poderle oír. Terminarán las
confesiones y al poco el alma de su Amado “habrá volado para
alcanzar el Sol”.

El extasiado ante la creación nos sigue hablando mil años después


y ha encontrado el mejor vehículo a través de la prosa poética y
profunda de Daniel Meurois Givaudan. Su discurso está ahora más
vivo que en el medioevo. Entonces era demasiado temprano y sólo
oídos finos como los de Chiara e Inés podían entenderle. Hoy se
han abierto más oídos capaces de escuchar esa palabra admirada,
ese mensaje de síntesis, ese verbo de auténtica emancipación. Es
un placer poner micrófono a quien nos ha acercado ese discurso
tan liberado y liberador al mismo tiempo.

“Tan sólo mis llagas y el desprecio de mi cuerpo van a


marcar las memorias. No suficientemente la alegría y la
plenitud de la Vida que he percibido y rozado, y que sin
embargo, eran Su sello absoluto…” ¿Qué lección
fundamental extraemos del mensaje de su Francesco?
Francesco consigue vivir una fusión total con la creación.
Abriga un sentimiento de unidad con todo lo que existe. Su
reconocimiento de la inclusividad le hace crecer como a un
Cristo. A través de él, el espíritu libera a la materia. La
profundización en la humildad le hace también tomar la
dimensión de un Cristo. Buena prueba de ello es su
liberación de la traición que le hace la Iglesia. (A la vuelta
de Tierra Santa la jerarquía eclesiástica se queda con los
valiosos pergaminos que Francesco trae.) El “Canto a la
Creación” es un texto crístico y a la vez chamánico.
¿Cuándo cantará la humanidad ese Canto? Aún no hemos
alcanzado ese amor tan inclusivo.

¿Qué recorrido hace?


El regalo más grande que la Divinidad ha hecho a la humanidad es
la libertad. Francesco rehace por sí mismo el camino de la
integración. Recorre lo diverso y reencuentra la unidad en sí
mismo. Al final se da cuenta de que la pobreza tampoco es un
camino, sí la simplicidad.

¿Muchos son los Caminos…?


No hay una vía que sea la Vía . Hay tantas vías como
sensibilidades del alma. Si hay una vía es la del Cristo o del Buda
interior. Me acuerdo de una historia: Un maestro budista anunció
que iba a partir, que su alma iba dejar su cuerpo. Dijo que iba a
dar detalles del lugar donde iba a encarnar. Les dijo: “no busquéis
señales ni en el Tíbet, ni en Oriente. Puedo venir en un ambiente
cristiano...”

¿Por qué no trascendió el legado que Francesco trasmitió a


Clara e Inés?
Accedí a toda la memoria de Francesco a través de Chiara. Ambos
constituyeron una pareja solar. Inés conoció también la intimidad
del secreto de Asís. No tengo la menor evidencia para dar a
entender que no lo han trasmitido. Parece ser que sí ha habido una
trasmisión discreta. El libro viene en el momento oportuno: ahora
sí es importante que todo ello se sepa.

¿A qué es debido ello?


Llegamos al final de un ciclo donde se hace evidente que la
humanidad ha de pasar a otro modo de conciencia. Ha habido un
fenómeno de contagio de conciencia muy rápido que permite un
cambio de estructuras. Hemos de cambiar el software interno, y
para ello hemos de estar muy coordenados con el ordenador
central. Es el movimiento de la tierra el que llama a esta
transformación. Está más allá de nuestra decisión como individuos.
Nos alcanza un soplo global de trasformación.
¿Son tiempos para aguzar el discernimiento?
Hablando de una forma dualista, la sombra se apropia a menudo
del lenguaje de la luz. Las fuerzas de la oscuridad pueden incluso
utilizar el lenguaje de la unificación. La luz se nutre de la sombra y
la sombra se nutre de la luz. No estamos todavía en un mundo
donde encendamos una luz que no produzca sombra.

La vida se nutre de la muerte y la muerte se nutre de la vida. La


vida se nutre de la muerte mientras que no nos reunamos con
nuestra esencia primera. El aspecto destructor de la naturaleza es
parte del Plan de Creador. Será así mientas que no comprendamos
la Vida con mayúsculas. Viviremos así hasta no abrazar las dos
caras de la vida, hasta no alcanzar la total unidad con lo divino.

Dice el Francesco moribundo a Chiara: “Me imaginaba apretando


tu mano a lo largo de los caminos, de aldea en aldea, de pueblo en
pueblo. Siempre me acusaba…, pero cada vez en el secreto de mi
corazón, una fuerza me decía que eso era bello y justo porque
Dios vivía en nosotros, que Él era Uno… no uno y dos huyendo uno
del otro continuamente…” ¿Chiara está actualmente encarnada?
Honestamente no lo sé. No se me ha dirigido como la Chiara que
habla a Meurois Givaudan. Su finalidad no era hablarme de ella
misma. Cumplía su función como corriente de transmisión.
Podemos pensar que está encarnada, pues las grandes almas que
han jugado un importante papel en la historia sí están ahora. El
alma de Inés sí está encarnada.

¿Cuál fue el itinerario anterior de la chispa divina que en el


medioevo encarna como Francisco de Asís?
Es interesante ver los juegos de las almas. En el antiguo Egipto fue
el faraón Akhenatón. Encarna para testimoniar el espíritu del Cristo
Solar. Lo hizo con un poder inmenso. De ahí la gran similitud entre
el “Himno solar” de Akhenatón y el “Canto de las criaturas” de San
Francisco. Después viene a encarnar cerca de Jesús. En la Edad
Media encarna para experimentar la extrema pobreza a través de
Francisco de Asís. Al final de su vida encontró el punto de en
medio. Lo cotidiano es muy importante y pedagógico. No es
accesorio.

¿Cuál fue la relación de Francisco de Asís con los


templarios?
Las enseñanzas de los sufíes llegaron a Francesco a través de los
caballeros templarios. Él estuvo con ellos en Tierra Santa, también
a la vuelta. De ahí la similitud entre las reglas franciscanas y las
del Temple. Fueron los únicos, junto a Clara, que fueron testigos
de sus secretos.
“¿Por qué muralla vale la pena luchar, cuando sabemos que
tarde o temprano se va a hundir?...” ¿Por qué el espíritu de
Francisco encarna en el medioevo en el seno de una
tradición cristiana tan cerrada?
¿Por qué se ha quedado en el marco de la Iglesia cristiana cuando
ya había trascendido su doctrina? Sólo él sabía por qué deseaba
quedarse en el marco de la tradición oficial desarrollando su
misión. Seguramente porque quería ayudar a aquellas almas que
estaban en el egregor del culto cristiano. Todas las almas tienen
sus secretos de evolución.

“Preferimos el agua insípida de un viejo pozo tan sólo


porque éste se encuentra situado en nuestro patio…, antes
que tratar de captar la corriente viva de un manantial de
montaña”… afirma Francesco ¿Las religiones cumplirían
aún al día de hoy su misión?
Efectivamente muchas personas se encontrarían perdidas si por
ejemplo los secretos de Asís se revelaran abiertamente. Muchos
cristianos caerían en una depresión tremenda sin capacidad de
rehacerse a sí mismos. Es preciso un camino paulatino de
descondicionamiento. Sería un shock tremendo que mucha gente
se encontrara de repente delante de una Iglesia que le ha
mentido, porque le ha ocultado el verdadero sentido de muchas
cosas.

De nuevo Francesco a Chiara: “La verdad auténtica es aún


demasiado bella para nuestros oídos y nuestros ojos…” ¿La
revelación por lo tanto ha de ser paulatina? ¿No conviene la
difusión masiva de repente?
Hay una intención desde el principio de los tiempos de ocultación.
Pero aunque el Vaticano quisiera hacer grandes revelaciones sería
difícil. Lo mejor es que la verdadera revelación sea paulatina, para
impedir la frustración. El Vaticano sin embargo se cierra en banda.

“No sabía cómo hacer ni qué decir para dejar que traspirase
en mí la Presencia de mi Señor Jesús. Carecía de la fuerza
que exige el gozo del aceite; entonces, es la sangre lo que
ha venido, de conformidad con la vida que he elegido
llevar….” afirma Francesco. ¿Por qué en un “lugar secreto
de su alma” decidió vivir esa experiencia dolorosa?
Tuvo estigmas a la vuelta de Tierra Santa. Ello le comportó un
gran sufrimiento físico. En lo profundo era un ser que no se amaba
a sí mismo. No porque fuera un gran ser, ha de ser perfecto. Él no
amaba de verdad al Francesco como servidor. Sólo al final de su
vida pudo comprenderse a sí mismo. No mostraba los estigmas
para no llamar la atención sobre sí mismo. Él sabía que su vida iba
a ser breve y él la había aceptado. Continuó sin curar ese
problema. No curó plenamente esa herida hasta que no se confesó
con Clara.

“Sabes tú lo que es el Amor tal como lo vivió nuestro


Hermano el Cristo, Chiara? ¿Lo sé yo mismo? Nosotros los
hombres, tan sólo hemos observado sus huellas en la
arena…” pregunta Francesco interpelado por esa “sublime
plenitud” ¿Habrá otra venida de Cristo?
Estamos al alba de una segunda venida de Cristo, pero la mayoría
de las grandes religiones hablan de ello. Los musulmanes hablan
de la venida del “Imán”. Los indios americanos se refieren al
retorno de “Quetzacoalt”. Los budistas anuncian el retorno de Buda
Maitreya. Cristo tampoco vino por primera vez a través de Jesús.
Vishna, Buda, Osiris, Rama… encarnan periódicamente en la tierra.
Los hinduistas no hacen divisiones entre las religiones.

“… Él nos había abierto una vía de amor tan total que no


excluía nada y que lo incluía todo, lo que llamamos lo Alto y
lo Bajo, el Sol y la Luna. Había un lugar para todo en Su
corazón…” ¿Común denominador de los “Cristos”?
El Cristo habla de nuestra capacidad de acceso directo a la Fuente.

“…esa gota de oro hubiera llegado si hubiese podido


autorizarme a orar sin vergüenza ante la belleza desnuda
de un cuerpo humano, a ver en ello a Dios y a amarlo sin
reserva como un árbol, desde sus raíces hasta su copa…”
Francesco levanta “todos los velos que persisten en
empañar el esplendor del universo…”
No es cierto aquello de que “Si la carne interviene, Dios se aleja”.
El rechazo del cuerpo no es una vía de acceso a lo divino.
Constituye parte del montaje de la Iglesia durante siglos. La
sexualidad tiene que ver con la fuerza de vida fundamental.

“No vivas en el temor a la carne, pero sin embargo no te


aferres a ella…” pondrás en boca de uno de tus personajes.
En tus libros hay también una aproximación a la concepción
de la sexualidad por parte de Jesús…
El que Cristo llevara en ese sentido una vida humana, lo
revoluciona plenamente. Para él la fuerza de la sexualidad era una
con la fuerza superior. Parte del cometido humano es conducir esa
energía.

“¿Cómo continuar renunciando a lo que el mundo me


ofrecía a la vez que me maravillaba ante sus evidentes
resplandores? ¿Cómo continuar despreciando mi propia
carne, cuando era el templo en el cual Dios me había
colocado para acercarme a Él? ¿Cómo continuar evitando
las miradas femeninas cuando Nuestro Señor Él mismo, no
temió tomar mujer? Yo que antaño prometí no mentir
jamás, he aquí que la mentira me había alcanzado, sin que
me diera cuenta y de una manera sutil… “ Francesco hace
mención explícita al matrimonio de Jesús…
Jesús estuvo casado. Hay anales que lo muestran claramente.
Jesús el Cristo no se hallaba sumido en la dualidad. No trató mal a
su cuerpo. No vivió esa fractura con respecto a lo físico. Sin
embargo no habló de ello más que en un círculo muy limitado de
discípulos. El acto sexual no tiene nada de malo, siempre que no
esté animado por la fuerza animal, no porque lo animal sea algo
nefasto, sino porque no es el lugar del hombre.

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www.istharlunasol.com

Koldo Aldai
Fundación Ananta

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