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José
Manuel
López
López
Rafa Martín/CNDM

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JOSÉ MANUEL LÓPEZ LÓPEZ CON NOMBRE PROPIO

“Enseño un concepto científico de la composición que no desdeñe lo poético”

Con su Concierto para piano y su Trío III José Manuel López López
(1956) inauguró un camino de riesgo y exploración absolutamente
inédito en la modernidad musical española. Esta temporada el
Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) le ha convertido en
protagonista de una residencia, carta blanca que permitirá conocer
partituras de su inmediato presente junto a otras seleccionadas de su
catálogo. Un retrato ambicioso de un creador que, partiendo de una
particular asunción del espectralismo francés, ha evolucionado hacia
una estética en la que las texturas y una singular concepción del
tiempo musical le sitúan como una voz única y reconocible de la
contemporaneidad.
Ismael G. Cabral

Las diversas obras elegidas cubren un arco
temporal muy amplio. ¿Todas sus notas
escritas le representan hoy día por igual?
Las obras que he hecho en el pasado se
integran de forma coherente en el conjunto de
mi producción, son el fruto de muchos años de
aprendizaje y de transformaciones técnicas y
estéticas. Cada nueva creación es una
inmediata consecuencia de la anterior. Por
ejemplo, dos obras como African Winds y el Trío
III están muy distanciadas en estilo, pero la
matriz es muy similar. Son maneras diferentes
de indagar en lo mismo. No sería sano negar
nuestra niñez y solo defender nuestra madurez.
Igual ocurre con la creación, mis obras más
antiguas son pilares importantes del edificio
que llevo toda la vida aspirando a levantar.
¿Qué implicación ha podido tener en la
confección de los programas que integran
su residencia de esta temporada en el
CNDM?
“No sería sano negar nuestra niñez y solo defender nuestra madurez. Mis obras
más antiguas son pilares importantes del edificio que llevo toda la vida aspirando a levantar”
Cuando su director, Francisco Lorenzo,
me la propuso, me pidió el catálogo completo.
A través del mismo y con todos los obvios
condicionantes de conjuntar ensembles, fechas
y salas se llegó a esta programación. Y, a partir siempre una altísima competencia. Saben
de ahí, todo ha sido un trabajo conjunto en el
que también se ha tendido la mano a los
intérpretes. Ellos han sido en muchos casos
quienes han decidido abrigar mi música con la
de ilustres maestros como Olivier Messiaen,
Henri Dutilleux y Steve Reich, entre otros.
Una de las obras más ambiciosas que
presentará al hilo de esta residencia es la
orquestal Tisseur de sable, encargo de la
Fundación BBVA, que compuso entre 2012
y 2015, y que en marzo conocerá su estreno no controlo tanto el resultado final. Ahora
en los atriles de la OCNE. ¿Puede
entenderse esta partitura como una
síntesis de todo su trabajo hasta la fecha?
Sin lugar a duda Tisseur de sable, Tejedor de tiempo, pero del tiempo cinematográfico. Con
arena en español, es una obra importante de mi
catálogo. Casi treinta minutos de música. Y,
efectivamente, aunque la obra estaba
terminada hace algunos años, he hecho una
revisión de la misma y, en esa tarea,
aparecieron nuevos elementos. Hay ahora, por
ejemplo, una introducción abierta mucho más
desarrollada, de unos cinco minutos en los que
una decena de músicos (metales y percusiones)
estarán espacializados por toda la sala. Tisseur músico, no depende de un controlador de
de sable es una obra de síntesis de muchas de las sonido que lanza las secuencias.
indagaciones que me han ocupado durante los
últimos años, especialmente de todas las
relacionadas con la percepción del tiempo, las
texturas granulares y las modulaciones
métricas, cuestiones que siempre me han
fascinado.
¿Le condiciona el destinatario de la
obra? ¿Se compone igual para una orquesta
que, pongamos por caso, para el Cuarteto
Arditti?
No pienso en lo que me plantea cuando
abordo la composición, porque siempre aspiro
a escribir la música que me apetece. Sí que le
reconoceré que quizás exista una conciencia
oculta que me hará escribir de una forma
distinta según cada circunstancia. Pero espero
siempre resultar sincero. Es evidente que para
una orquesta no se puede escribir igual que
para los Ardittis, pero a los profesores de una
orquesta profesional hay que suponerles
perfectamente qué son y cómo abordar las
técnicas extendidas. Y, además, en el caso de la medios electrónicos e informáticos. Les enseño
obra que presentará la OCNE, trabajarán con
un fantástico director, Nacho de Paz.
Uno de los encargos más singulares es
La trace, una obra muy extensa para
conjunto de clarinetes, vídeo y electrónica.
¿Qué nos puede decir de ella?
Cuando mi música se confronta con otras
disciplinas se convierte en otra cosa, porque ya
bien, me siento muy cercano a la sensibilidad
audiovisual de Pascal Auger, con el que ya he
hecho otras obras. Él es también indagador del
La trace él ha hecho su trabajo y yo, el mío. Hay cuando uno lleva toda la vida trabajando,
además en la obra una producción electrónica
muy particular, porque cada uno de los
músicos irá con un dispositivo de bluetooth
incorporado como si fuera un doble suyo que
responde creando situaciones diferentes. Un
poco en la idea del Dialogue de l’ombre double de
Pierre Boulez, aunque en mi partitura el
control electrónico es particular, de cada
También estrenará su Cuarteto nº 2, con
los Ardittis. ¿Qué le interesa de las formas
clásicas?
Hay que diferenciar dos conceptos que a
menudo se confunden: nomenclatura y forma.
Cuando compuse mi Concierto para piano la
nomenclatura indicaba una situación, no una
forma; es decir, contábamos con un pianista
solista y con una orquesta detrás. Igual pasa
con los cuatro músicos que forman un
cuarteto. Naturalmente mi concepto de forma
no es la de Stravinsky, ni la de Mozart.
A pesar de que su música conecta de
forma lógica con el devenir de la creación
actual, usted se mantiene al margen de
cierta estética imperante en los foros de la
nueva música, donde abundan
obras que relacionan el
multimedia con tendencia a la
saturación instrumental...
Sí, esto es así. Hay un exceso
de obras que buscan esa
saturación y que, hace años,
resultaban muy interesantes. Pero
ahora ya se han vuelto, la mayoría de ellas,
rutinarias. Yo necesito otro tipo de expresión.
Procuro que mis alumnos no tengan tanto esa
influencia; en cualquier caso, yo no se la
transmito. Sí que les demando que hagan una
obra mixta, es decir instrumental tratada con
un concepto científico de la composición, que
me parece fundamental, en la que no se
desdeñe sino que se incluya explícitamente la
cuestión poética, expresiva.
¿Cuánto le preocupa y le ocupa la
trascendencia a estas alturas de su vida
creativa?
Muy frecuentemente me duermo viendo
vídeos de los planetas, exoplanetas, fuerzas de
universo y multiversos, que me fascinan; esto
hace que sea perfectamente consciente de lo
minúsculos que somos en esa inmensidad y la
trascendencia se relativiza mucho. Dicho esto,
alegra que lleguen oportunidades como esta
residencia que me brinda el CNDM porque yo
compongo con el deseo de compartir mi
música. ¶

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