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IMNAC

Química

Cat. Jorge Hernández

ENLACES QUÍMICOS

López González Sydney Betzaida 20

Pérez Escobar Kimberly Aracely 31

Pérez Roldán Selena Maidelí 32

Recinos González Mailyn Karina 34

Sales Sánchez Lourdes Ivón 37

Velásquez Ortiz Elsa 40

Quinto Magisterio Sección F

Huehuetenango 6 de septiembre de 2013


INTRODUCCION

Un enlace químico es el proceso químico responsable de las interacciones


atractivas entre átomos y moléculas que contiene estabilidad a los compuestos
químicos diatónicos y poli atómicos. En los enlaces químicos podemos encontrar
la electronegatividad, enlaces, ionización.

La electronegatividad es la medida de la capacidad de un átomo para traer hacia


el los electrones, cuando forma el enlace químico y una molecula.los diferentes
valores de electronegatividad se clasifican según diferentes escalas entre ellas la
escala de Pauling anteriormente aludida y la escala de Mulliken.
ENLACES

Un enlace químico es el proceso químico responsable de las interacciones


atractivas entre átomos y moléculas, y que confiere estabilidad a los compuestos
químicos diatómicos y poliatómicos. La explicación de tales fuerzas atractivas es
un área compleja que está descrita por las leyes de la química cuántica.

Sin embargo, en la práctica, los químicos suelen apoyarse en la fisicoquímica o en


descripciones cualitativas que son menos rigurosas, pero más sencillas en su
propia descripción del enlace químico (ver valencia). En general, el enlace químico
fuerte está asociado con la compartición o transferencia de electrones entre los
átomos participantes. Las moléculas, cristales, y gases diatómicos —que forman
la mayor parte del ambiente físico que nos rodea— está unido por enlaces
químicos, que determinan las propiedades físicas y químicas de la materia.

Hay que tener en cuenta que las cargas opuestas se atraen, porque, al estar
unidas, adquieren una situación más estable (de menor entalpía) que cuando
estaban separados. Esta situación de mayor estabilidad suele darse cuando el
número de electrones que poseen los átomos en su último nivel es igual a ocho,
estructura que coincide con la de los gases nobles ya que los electrones que
orbitan el núcleo están cargados negativamente, y que los protones en el núcleo lo
están positivamente, la configuración más estable del núcleo y los electrones es
una en la que los electrones pasan la mayor parte del tiempo entre los núcleos,
que en otro lugar del espacio. Estos electrones hacen que los núcleos se atraigan
mutuamente.

Teorías sobre el enlace químico

En la visión simplificada del denominado enlace covalente, uno o más electrones


(frecuentemente un par de electrones) son llevados al espacio entre los dos
núcleos atómicos. Ahí, los electrones negativamente cargados son atraídos a las
cargas positivas de ambos núcleos, en vez de sólo su propio núcleo. Esto vence a
la repulsión entre los dos núcleos positivamente cargados de los dos átomos, y
esta atracción tan grande mantiene a los dos núcleos en una configuración de
equilibrio relativamente fija, aunque aún vibrarán en la posición de equilibrio. En
resumen, el enlace covalente involucra la compartición de electrones en los que
los núcleos positivamente cargados de dos o más átomos atraen simultáneamente
a los electrones negativamente cargados que están siendo compartidos. En un
enlace covalente polar, uno o más electrones son compartidos inequitativamente
entre dos núcleos.

En una visión simplificada de un enlace iónico, el electrón de enlace no es


compartido, sino que es transferido. En este tipo de enlace, el orbital atómico más
externo de un átomo tiene un lugar libre que permite la adición de uno o más
electrones. Estos electrones recientemente agregados ocupan potencialmente un
estado de menor energía (más cerca al núcleo debido a la alta carga nuclear
efectiva) de lo que experimentan en un tipo diferente de átomo. En consecuencia,
un núcleo ofrece una posición de más fuerte unión a un electrón de lo que lo hace
el otro núcleo. Esta transferencia ocasiona que un átomo asuma una carga neta
positiva, y que el otro asuma una carga neta negativa. Entonces, el enlace resulta
de la atracción electrostática entre los átomos, y los átomos se constituyen en
((iones)) de carga positiva o negativa.

Todos los enlaces pueden ser explicados por la teoría cuántica, pero, en la
práctica, algunas reglas de simplificación les permiten a los químicos predecir la
fuerza de enlace, direccionalidad y polaridad de los enlaces. La regla del octeto y
la (TREPEV) teoría de repulsión de pares de electrones de la capa de valencia
son dos ejemplos.

Existen teorías más sofisticadas, como la teoría del enlace de valencia, que
incluye la hibridación de orbitales y la resonancia, y el método de combinación
lineal de orbitales atómicos dentro de la teoría de los orbitales moleculares, que
incluye a la teoría del campo de los ligantes. La electrostática es usada para
describir polaridades de enlace y los efectos que ejerce en las sustancias
químicas.

Historia del concepto de enlace químico

Las primeras especulaciones respecto a la naturaleza del enlace químico son tan
tempranas como en el siglo XII. Se suponía que ciertos tipos de especies químicas
estaban unidas entre sí por un tipo de afinidad química.
En 1704, Isaac Newton esbozó su teoría de enlace atómico, en "Query 31" de su
Opticks, donde los átomos se unen unos a otros por alguna "fuerza".
Específicamente, después de investigar varias teorías populares, en boga en
aquel tiempo, de cómo los átomos se podía unir unos a otros, por ejemplo,
"átomos enganchados", "átomos pegados unos a otros por reposo", o "unidos por
movimientos conspirantes", Newton señaló lo que inferiría posteriormente a partir
de su cohesión que:

Las partículas se atraen unas a otras por alguna fuerza, que en contacto inmediato
es excesivamente grande, a distancias pequeñas desempeñan operaciones
químicas y su efecto deja de sentirse no lejos de las partículas.

En 1819, a raíz de la invención de la pila voltaica, Jöns Jakob Berzelius desarrolló


una teoría de combinación química, introduciendo indirectamente el carácter
electropositivo y electronegativo de los átomos combinantes. A mediados del siglo
XIX, Edward Frankland, F.A. Kekule, A.S. Couper, A.M. Butlerov y Hermann
Kolbe, ampliando la teoría de radicales, desarrollaron la teoría de valencia,
originalmente llamado "poder combinante" en que los compuestos se mantenía
unidos debido a la atracción entre polos positivo y negativo.

En 1916, el químico Gilbert N. Lewis desarrolló el concepto de enlace de par de


electrones, en el que dos átomos pueden compartir uno y seis electrones,
formando el enlace de un solo electrón, enlace simple, enlace doble, o enlace
triple:

En las propias palabras de Lewis:

Un electrón puede formar parte de las envolturas de dos átomos diferentes y no


puede decirse que pertenezca a uno simplemente o exclusivamente.

El mismo año, Walther Kossel lanzó una teoría similar a la de Lewis, con la
diferencia de que su modelo asumía una transferencia completa de electrones
entre los átomos, con lo que era un modelo de enlace iónico. Tanto Lewis y Kossel
estructuraron sus modelos de enlace a partir de la regla de Abegg (1904).
En 1927, el físico danés Oyvind Burrau derivó la primera descripción cuántica
matemáticamente completa de un enlace químico simple, el producido por un
electrón en el ion de hidrógeno molecular (dihidrogenilio), H2+.1 Este trabajo
mostró que la aproximación cuántica a los enlaces químicos podrían ser correctas
fundamental y cualitativamente, pero los métodos matemáticos usados no podrían
extenderse a moléculas que contuvieran más de un electrón. Una aproximación
más práctica, aunque menos cuantitativa, fue publicada en el mismo año por
Walter Heitler y Fritz London.

El método de Heitler-London forma la base de lo que ahora se denomina teoría del


enlace de valencia. En 1929, Sir John Lennard-Jones introdujo el método de
combinación lineal de orbitales atómicos (CLOA o dentro de la teoría de orbitales
moleculares, sugiriendo también métodos para derivar las estructuras electrónicas
de moléculas de F2 (flúor) y las moléculas de O2 (oxígeno), a partir de principios
cuánticos básicos. Esta teoría de orbital molecular representó un enlace covalente
como un orbital formado por combinación de los orbitales atómicos de la mecánica
cuántica de Schrödinger que habían sido hipotetizados por los electrones en
átomos solitarios.

Las ecuaciones para los electrones de enlace en átomos multielectrónicos no


podrían ser resueltos con perfección matemática (esto es, analíticamente), pero
las aproximaciones para ellos aún producen muchas predicciones y resultados
cualitativos buenos.

Muchos cálculos cuantitativos en química cuántica moderna usan tanto las teorías
de orbitales moleculares o de enlace de valencia como punto de partida, aunque
una tercera aproximación, la teoría del funcional de la densidad, se ha estado
haciendo más popular en años recientes.

En 1935, H.H. James y A.S. Coolidge llevó a cabo un cálculo sobre la molécula de
dihidrógeno que, a diferencia de todos los cálculos previos que usaban funciones
sólo de la distancia de los electrones a partir del núcleo atómico, usó funciones
que sólo adicionaban explícitamente la distancia entre los dos electrones.2 Con 13
parámetros ajustables, ellos obtienen el resultado muy cercano al resultado
experimental para la energía de disociación de enlace. Posteriores extensiones
usaron hasta 54 parámetros y producen gran concordancia con los experimentos.
Este cálculo convenció a la comunidad científica que la teoría cuántica podría
concordar con los experimentos.

Sin embargo, esta aproximación no tiene relación física con la teoría de enlace de
valencia y orbitales moleculares y es difícil de extender a moléculas más grandes.

Enlaces en fórmulas químicas

La tridimensionalidad de los átomos y moléculas hace difícil el uso de una sola


técnica para indicar los orbitales y enlaces. En la fórmula química, los enlaces
químicos (orbitales enlazantes) entre átomos están indicados por varios métodos
diferentes de acuerdo al tipo de discusión.

Algunas veces, se desprecian completamente. Por ejemplo, en química orgánica,


la fórmula molecular del etanol (un compuesto en bebidas alcohólicas) puede ser
escrito en papel como isómeros conformacionales, tridimensional, completamente
bidimensional (indicando cada enlace con direcciones no tridimensionales),
bidimensional comprimida (CH3–CH2–OH), separando el grupo funcional del resto
de la molécula (C2H5OH), o sus constituyentes atómicos (C2H6O), de acuerdo a lo
que se esté discutiendo. Algunas veces, incluso se marcan los electrones no
enlazantes de la capa de valencia (con las direcciones aproximadas
bidimensionalmente, estructura de Lewis). Algunos químicos pueden también
representar los orbitales respectivos.
ENERGIA DE IONIZACIÓN

La energía de ionización, potencial de ionización o EI es la energía necesaria para


separar un electrón en su estado fundamental de un átomo, de un elemento en
estado gaseoso.1 La reacción puede expresarse de la siguiente forma:

Siendo los átomos en estado gaseoso de un determinado elemento


químico; la energía de ionización y un electrón. Esta energía corresponde a
la primera ionización. El segundo potencial de ionización representa la energía
precisa para sustraer el segundo electrón; este segundo potencial de ionización es
siempre mayor que el primero, pues el volumen de un ion positivo es menor que el
del átomo y la fuerza electrostática atractiva que soporta este segundo electrón es
mayor en el ion positivo que en el átomo, ya que se conserva la misma carga
nuclear.

El potencial o energía de ionización se expresa en electronvoltios, julios o en


kilojulios por mol (kJ/mol). 1 eV = 1,6 × 10-19 C × 1 V = 1,6 × 10-19 J. En los
elementos de una misma familia o grupo, el potencial de ionización disminuye a
medida que aumenta el número atómico, es decir, de arriba abajo.

Sin embargo, el aumento no es continuo, pues en el caso del berilio y el nitrógeno


se obtienen valores más altos que lo que podía esperarse por comparación con
los otros elementos del mismo periodo. Este aumento se debe a la estabilidad que
presentan las configuraciones s2 y s2 p3, respectivamente.

La energía de ionización más elevada corresponde a los gases nobles, ya que su


configuración electrónica es la más estable, y por tanto habrá que proporcionar
más energía para arrancar los electrones.
Potencial de ionización

El potencial de ionización (PI) es la energía mínima requerida para separar un


electrón de un átomo o molécula específica a una distancia tal que no exista
interacción electrostática entre el ion y el electrón.2 Inicialmente se definía como el
potencial mínimo necesario para que un electrón saliese de un átomo que queda
ionizado. El potencial de ionización se medía en voltios. En la actualidad, sin
embargo, se mide en electronvoltios (aunque no es una unidad del SI) aunque
está aceptada o en julios por mol. El sinónimo energía de ionización (EI) se utiliza
con frecuencia. La energía para separar el electrón unido más débilmente al
átomo es el primer potencial de ionización; sin embargo, hay alguna ambigüedad
en la terminología. Así, en química, el segundo potencial de ionización del litio es
la energía del proceso.

En física, el segundo potencial de ionización es la energía requerida para separar


un electrón del nivel siguiente al nivel de energía más alto del átomo neutro o
molécula, p.

Métodos para determinar la energía de ionización

La forma más directa es mediante la aplicación de la espectroscopia atómica. En


base al espectro de radiación de luz, que desprende básicamente colores en el
rango de la luz visible, se pueden determinar los niveles de energía necesarios
para desprender cada electrón de su órbita.

La energía de ionización (EI) es la energía que hay que suministrar a un átomo


neutro, gaseoso y en estado fundamental para arrancarle el electrón más externo,
que está más débilmente retenido, y convertirlo en un catión monopositivo
gaseoso.

Se puede expresar así: A(g) + EI → A+(g) + e-

Tendencias periódicas de la energía de ionización

Lo más destacado de las propiedades periódicas de los elementos se observa en


el incremento de las energías de ionización cuando recorremos la tabla periódica
de izquierda a derecha, lo que se traduce en un incremento asociado de la
electronegatividad, contracción del tamaño atómico y aumento del número de
electrones de la capa de valencia. La causa de esto es que la carga nuclear
efectiva se incrementa a lo largo de un periodo, generando, cada vez, más altas
energías de ionización. Existen discontinuidades en esta variación gradual tanto
en las tendencias horizontales como en las verticales, que se pueden razonar en
función de las especificidades de las configuraciones electrónicas.

La energía de ionización es igual en valor absoluto a la energía con que el núcleo


atómico mantiene unido al electrón: es la energía necesaria para ionizar al átomo.

Al ser la energía de ionización una medida cuantitativa de la energía de unión del


electrón al átomo, la variación de esta magnitud ayuda a comprender las
diferencias cualitativas entre estructura electrónicas.

La magnitud de la energía de ionización depende de tres factores fundamentales:


estructura electrónica de la última capa, radio atómico y carga nuclear. El factor
determinante es la configuración electrónica de la última capa, puesto que cuanto
mas estable sea, es decir cuanto más se parezca a la de estructura completa,
estructura de gas noble, mayor energía será necesaria para arrancar un electrón.

¿Cómo evoluciona esta magnitud en la tabla periódica?

Ya has visto que en los grupos el tamaño de los átomos se hace mayor conforme
se baja en la tabla; por tanto, el último electrón está más lejos, y será más fácil
arrancarlo.

Sin embargo, el tamaño va disminuyendo conforme se avanza en los periodos, por


lo que la energía de ionización debe aumentar.

Otra forma de interpretarlo es considerar que los elementos de la parte izquierda


de la tabla tiene pocos electrones en la capa más externa, por lo que será fácil que
los pierdan para quedarse con la estructura del gas noble que cierra el periodo
anterior: su EI será baja.

Por el contrario, los elementos de la derecha tendrán tendencia a ganar electrones


para completar esa capa, adquiriendo estructura del gas noble que cierra el
periodo. Por tanto, su EI será alta.
Teoría de enlace de valencia

Artículo principal: Teoría del enlace de valencia.

En el año 1927, la teoría de enlace de valencia fue formulada, argumentando


esencialmente que el enlace químico se forma cuando dos electrones de valencia,
en sus respectivos orbitales atómicos, trabajan o funcionan para mantener los dos
núcleos juntos, en virtud a los efectos de disminución de energía del sistema. En
1931, a partir de esta teoría, el químico Linus Pauling publicó lo que algunos
consideran uno de los más importantes papeles en la historia de la química:
"Sobre la naturaleza del enlace químico". En este papel, extendiendo los trabajos
de Lewis,la teoría del enlace de valencia (TEV) de Heitler y London, y su propio
trabajo previo, presentó seis reglas para el enlace de electrones compartidos, las
tres primeras de las cuales generalmente ya eran conocidas:

1. El enlace de par de electrones a través de la interacción de un electrón


desapareado de cada uno de dos átomos.

2. El spin de los electrones tienen que ser opuestos.

3. Una vez apareados, los dos electrones no pueden tomar parte en enlaces
adicionales.

Sus tres últimas reglas eran nuevas:

4. Los términos de canje de electrones para el enlace involucra sólo una función
de onda de cada átomo.

5. Los electrones disponibles en el menor nivel de energía forman los enlaces más
fuertes.

6. De dos orbitales en un átomo, el que puede traslapar en mayor cantidad con un


orbital de otro átomo formará el enlace más fuerte, y este enlace tenderá a nacer
en la dirección del orbital más concentrado.

A partir de este artículo, Pauling publicaría en 1939 un libro de texto: "Sobre la


Naturaleza del Enlace Químico" que vendría a ser llamado por algunos como la
"biblia" de la química moderna. Este libro ayudó a los químicos experimentales a
entender el impacto de la teoría cuántica sobre la química. Sin embargo, la edición
posterior de 1939 falló en explicar adecuadamente los problemas que parecían ser
mejor entendibles por la teoría de orbitales moleculares. El impacto de la teoría del
enlace de valencia declinó durante la década de 1960 y 1970 a la par con el
crecimiento en popularidad de la teoría de orbitales moleculares, que estaba
siendo implementada en muchos programas de grandes ordenadores. A partir de
la década de 1960, los problemas más difíciles de la implementación de la teoría
del enlace de valencia en programas de computadoras habían sido mayormente
resueltos y la teoría del enlace de valencia vio un resurgimiento.

Teoría de los orbitales moleculares

Orbital molecular HOMO-5 de tipo pi, en la molécula de trifluoruro de boro,


calculado usando Spartan.

La teoría de los orbitales moleculares (TOM) usa una combinación lineal de


orbitales atómicos para formar orbitales moleculares, que abarcan la molécula
entera. Estos orbitales son divididos frecuentemente en orbitales enlazantes,
orbitales antienlazantes, y orbitales de no enlace. Un orbital molecular es
simplemente un orbital de Schrödinger que incluye varios, pero frecuentemente
sólo dos, núcleos. Si este orbital es del tipo en que los electrones tienen una
mayor probabilidad de estar entre los núcleos que en cualquier otro lugar, el orbital
será un orbital enlazante, y tenderá a mantener los núcleos cerca. Si los
electrones tienden a estar presentes en un orbital molecular en que pasan la
mayor parte del tiempo en cualquier lugar excepto entre los núcleos, el orbital
funcionará como un orbital antienlazante, y realmente debilitará el enlace. Los
electrones en orbitales no enlazantes tienden a estar en orbitales profundos (cerca
a los orbitales atómicos) asociados casi enteramente o con un núcleo o con otro y
entonces pasarán igual tiempo entre los núcleos y no en ese espacio. Estos
electrones no contribuyen ni detractan la fuerza del enlace.

Comparación de las teorías del enlace de valencia y de los orbitales


moleculares

En algunos aspectos, la teoría del enlace de valencia es superior a la teoría de


orbitales moleculares. Cuando se aplica a la molécula más simple de dos
electrones, H2, la teoría del enlace de valencia, incluso al nivel más simple de la
aproximación de Heitler-London, produce una aproximación más cercana a la
energía de enlace, y provee una representación más exacta del comportamiento
de los electrones al formarse y romperse los enlaces químicos. En contraste, la
teoría de orbitales moleculares simple predice que la molécula de hidrógeno se
disocia en una superposición lineal de átomos de hidrógeno, y iones positivos y
negativos de hidrógeno, un resultado completamente contrario a la evidencia
física. Esto explica en parte por qué la curva de energía total versus la distancia
interatómica del método de orbitales de valencia yace por encima de la curva del
método de orbitales moleculares a todas las distancias y, más particularmente,
para distancias mucho más grandes. Esta situación surge para todas las
moléculas diatómicas homonucleares y es particularmente un problema para el F 2,
para el que la energía mínima de la curva con la teoría de orbitales moleculares es
aún mayor en energía que la energía de los dos átomos de flúor no enlazados.

Los conceptos de hibridación son versátiles, y la variabilidad en el enlace en


muchos compuestos orgánicos es tan modesta que la teoría del enlace
permanece como una parte integral del vocabulario del químico orgánico. Sin
embargo, el trabajo de Friedrich Hund, Robert Mulliken, y Gerhard Herzberg
mostró que la teoría de orbitales moleculares provee una descripción más
apropiada de las propiedades espectroscópicas, magnéticas y de ionización de las
moléculas. Las deficiencias de la teoría del enlace se hicieron aparentes cuando
las moléculas hipervalentes (por ejemplo, el PF5) fueron explicadas sin el uso de
los orbitales "d" que eran cruciales en el esquema de enlace basado en
hibridación, propuesto para tales moléculas por Pauling. Los complejos metálicos
y compuestos deficientes en electrones (como el diborano) también resultaron ser
mejor descritos por la teoría de orbitales moleculares, aunque también se han
hecho descripciones usando la teoría del enlace de valencia.

En la década de 1930, los dos métodos competían fuertemente hasta que se


observó que ambas eran aproximaciones a una teoría mejor. Si se toma la
estructura de enlace de valencia simple y se mezcla en todas las estructuras
covalentes e iónicas posibles que surgen de un juego particular de orbitales
atómicos, se llega a lo que se llama la función de onda de interacción de
configuración completa. Si se toma la descripción de orbital molecular simple del
estado fundamental y se combina dicha función con las funciones que describen
todos los estados excitados posibles usando los orbitales no ocupados que surgen
del mismo juego de orbitales atómicos, también se llega a la función de onda de
interacción de configuración completa. Puede verse que la aproximación de orbital
molecular simple da demasiado peso a las estructuras iónicas, mientras que la
aproximación de enlace de valencia simple le da demasiado poco. Esto puede ser
descrito diciendo que la aproximación de orbitales moleculares simple es
demasiado deslocalizada, mientras que la aproximación de enlaces de valencia es
demasiado localizado.
Estas dos aproximaciones son ahora observadas como complementarias, cada
una proveyendo sus propias perspectivas en el problema del enlace químico. Los
cálculos modernos en química cuántica generalmente empiezan a partir de (pero
finalmente van más allá) un orbital molecular en vez de una aproximación de
enlace de valencia, no por algún tipo de superioridad intrínseca de la primera, sino
porque la aproximación de orbitales moleculares es mucho más rápidamente
adaptable a computación numérica. Sin embargo, ahora hay mejores programas
de enlace de valencia disponibles.

Enlaces en fórmulas químicas

La tridimensionalidad de los átomos y moléculas hace difícil el uso de una sola


técnica para indicar los orbitales y enlaces. En la fórmula química, los enlaces
químicos (orbitales enlazantes) entre átomos están indicados por varios métodos
diferentes de acuerdo al tipo de discusión. Algunas veces, se desprecian
completamente. Por ejemplo, en química orgánica, la fórmula molecular del etanol
(un compuesto en bebidas alcohólicas) puede ser escrito en papel como isómeros
conformacionales, tridimensional, completamente bidimensional (indicando cada
enlace con direcciones no tridimensionales), bidimensional comprimida (CH3–
CH2–OH), separando el grupo funcional del resto de la molécula (C2H5OH), o sus
constituyentes atómicos (C2H6O), de acuerdo a lo que se esté discutiendo.
Algunas veces, incluso se marcan los electrones no enlazantes de la capa de
valencia (con las direcciones aproximadas bidimensionalmente, estructura de
Lewis). Algunos químicos pueden también representar los orbitales respectivos.
Enlaces químicos

Longitudes de enlace típicas, en pm,


y energía de enlace en kJ/mol.
Información recopilada de [1].

Longitud Energía
Enlace
(pm) (kJ/mol)

H — Hidrógeno

H–H 74 436

H–C 109 413

H–N 101 391

H–O 96 366

H–F 92 568

H–Cl 127 432

H–Br 141 366

C — Carbono

C–H 109 413

C–C 154 348

C=C 134 614

C≡C 120 839

C–N 147 308

C–O 143 360

C–F 135 488

C–Cl 177 330

C–Br 194 288

C–I 214 216


C–S 182 272

N — Nitrógeno

N–H 101 391

N–C 147 308

N–N 145 170

N≡N 110 945

O — Oxígeno

O–H 96 366

O–C 143 360

O–O 148 145

O=O 121 498

F, Cl, Br, I — Halógenos

F–H 92 568

F–F 142 158

F–C 135 488

Cl–H 127 432

Cl–C 177 330

Cl–Cl 199 243

Br–H 141 366

Br–C 194 288

Br–Br 228 193

I–H 161 298

I–C 214 216


I–I 267 151

S — Azufre

C–S 182 253

Estos enlaces químicos son fuerzas intramoleculares, que mantienen a los átomos
unidos en las moléculas. En la visión simplista del enlace localizado, el número de
electrones que participan en un enlace (o están localizados en un orbital
enlazante), es típicamente un número par de dos, cuatro, o seis, respectivamente.
Los números pares son comunes porque las moléculas suelen tener estados
energéticos más bajos si los electrones están apareados. Teorías de enlace
sustancialmente más avanzadas han mostrado que la fuerza de enlace no es
siempre un número entero, dependiendo de la distribución de los electrones a
cada átomo involucrado en un enlace. Por ejemplo, los átomos de carbono en el
benceno están conectados a los vecinos inmediatos con una fuerza aproximada
de 1.5, y los dos átomos en el óxido nítrico, NO, están conectados con
aproximadamente 2.5. El enlace cuádruple también son bien conocidos. El tipo de
enlace fuerte depende de la diferencia en electronegatividad y la distribución de
los orbitales electrónicos disponibles a los átomos que se enlazan. A mayor
diferencia en electronegatividad, con mayor fuerza será un electrón atraído a un
átomo particular involucrado en el enlace, y más propiedades "iónicas" tendrá el
enlace ("iónico" significa que los electrones del enlace están compartidos
inequitativamente). A menor diferencia de electronegatividad, mayores
propiedades covalentes (compartición completa) del enlace.

Los átomos enlazados de esta forma tienen carga eléctrica neutra, por lo que el
enlace se puede llamar no polar.

Los enlaces covalentes pueden ser simples cuando se comparte un solo par de
electrones, dobles al compartir dos pares de electrones, triples cuando comparten
tres tipos de electrones, o cuádruples cuando comparten cuatro tipos de
electrones.

Los enlaces covalentes no polares se forman entre átomos iguales, no hay


variación en el número de oxidación. Los enlaces covalentes polares se forman
con átomos distintos con gran diferencia de electronegatividades. La molécula es
eléctricamente neutra, pero no existe simetría entre las cargas eléctricas
originando la polaridad, un extremo se caracteriza por ser electropositivo y el otro
electronegativo.

Enlace covalente
Artículo principal: Enlace covalente.

El enlace covalente polar es intermediado en su carácter entre un enlace


covalente y un enlace iónico. Los átomos enlazados de esta forma tienen carga
eléctrica neutra.

Los enlaces covalentes pueden ser simples cuando se comparte un solo par de
electrones, dobles al compartir dos pares de electrones, triples cuando comparten
tres pares de electrones, o cuádruples cuando comparten cuatro pares de
electrones.

Los enlaces covalentes no polares se forman entre átomos iguales, no hay


variación en el número de oxidación. Los enlaces covalentes polares se forman
con átomos distintos con gran diferencia de electronegatividades. La molécula es
eléctricamente neutra, pero no existe simetría entre las cargas eléctricas
originando la polaridad, un extremo se caracteriza por ser electropositivo y el otro
electronegativo.

En otras palabras, el enlace covalente es la unión entre átomos en donde se da un


compartimiento de electrones, los átomos que forman este tipo de enlace son de
carácter no metálico. Las moléculas que se forman con átomos iguales
(mononucleares) presentan un enlace covalente pero en donde la diferencia de
electronegatividades es nula.

Se presenta entre los elementos con poca diferencia de electronegatividad (< 1.7),
es decir cercanos en la tabla periódica de los elementos químicos o bien, entre el
mismo elemento para formar moléculas diatomicas.

Enlace iónico o electrovalente

Artículo principal: Enlace iónico.

El enlace iónico es un tipo de interacción electrostática entre átomos que tienen


una gran diferencia de electronegatividad. No hay un valor preciso que distinga la
ionicidad a partir de la diferencia de electronegatividad, pero una diferencia sobre
2.0 suele ser iónica, y una diferencia menor a 1.5 suele ser covalente. En palabras
más sencillas, un enlace iónico es aquel en el que los elementos involucrados
aceptan o pierden electrones (se da entre un catión y un anión) o dicho de otra
forma, aquel en el que un elemento más electronegativo atrae a los electrones de
otro menos electronegativo.3 El enlace iónico implica la separación en iones
positivos y negativos. Las cargas iónicas suelen estar entre -3e a +3e.

1) Se presenta entre los elementos con gran diferencia de electronegatividad


(>1.7), es decir alejados de la tabla periódica: entre metales y no metales. 2) Los
compuestos que se forman son sólidos cristalinos con puntos de fusión elevados.
3) Se da por TRANSFERENCIA de electrones: un átomo PIERDE y el otro
'GANA'. 4) Se forman iones (cationes y aniones).

Enlace covalente coordinado

Artículo principal: Enlace de coordinación.

El enlace covalente coordinado, algunas veces referido como enlace dativo, es un


tipo de enlace covalente, en el que los electrones de enlace se originan sólo en
uno de los átomos, el donante de pares de electrones, o base de Lewis, pero son
compartidos aproximadamente por igual en la formación del enlace covalente.
Este concepto está cayendo en desuso a medida que los químicos se pliegan a la
teoría de orbitales moleculares. Algunos ejemplos de enlace covalente coordinado
existen en nitronas y el borazano. El arreglo resultante es diferente de un enlace
iónico en que la diferencia de electronegatividad es pequeña, resultando en una
covalencia. Se suelen representar por flechas, para diferenciarlos de otros
enlaces. La flecha muestra su cabeza dirigida al aceptor de electrones o ácido de
Lewis, y la cola a la base de Lewis. Este tipo de enlace se ve en el ion amonio.

Enlaces de uno y tres electrones

Los enlaces con uno o tres electrones pueden encontrarse en especies radicales,
que tienen un número impar de electrones. El ejemplo más simple de un enlace de
un electrón se encuentra en el cation hidrógeno molecular, H2+. Los enlaces de un
electrón suelen tener la mitad de energía de enlace, de un enlace de 2 electrones,
y en consecuencia se les llama "medios enlaces". Sin embargo, hay excepciones:
en el caso del dilitio, el enlace es realmente más fuerte para el Li2+ de un electrón,
que para el Li2 de dos electrones. Esta excepción puede ser explicada en términos
de hibridación y efectos de capas internas.4

El ejemplo más simple de enlace de tres electrones puede encontrarse en el


catión de helio dimérico, He2+, y puede ser considerado también medio enlace
porque, en términos de orbitales moleculares, el tercer electrón está en un orbital
antienlazante que cancela la mitad del enlace formado por los otros dos
electrones. Otro ejemplo de una molécula conteniendo un enlace de tres
electrones, además de enlaces de dos electrones, es el óxido nítrico, NO. La
molécula de oxígeno, O2, también puede ser vista como si tuviera dos enlaces de
3-electrones y un enlace de 2-electrones, lo que justifica su paramagnetismo y su
orden formal de enlace de 2.5
Las moléculas con número impar de electrones suelen ser altamente reactivas.
Este tipo de enlace sólo es estable entre átomos con electronegatividades
similares.5

Enlaces flexionados

Los enlaces flexionados, también conocidos como enlaces banana, son enlaces
en moléculas tensionadas o impedidas estéricamente cuyos orbitales de enlaces
están forzados en una forma como de banana. Los enlaces flexionados son más
susceptibles a las reacciones que los enlaces ordinarios. El enlace flexionado es
un tipo de enlace covalente cuya disposición geométrica tiene cierta semejanza
con la forma de una banana. doble enlace entre carbonos se forma gracias al
traslape de dos orbitales híbridos sp3. Como estos orbitales no se encuentran
exactamente uno frente a otro, al hibridarse adquieren la forma de banana.

Enlaces 3c-2e y 3c-4e

En el enlace de tres centros y dos electrones ("3c-2e"), tres átomos comparten dos
electrones en un enlace. Este tipo de enlace se presenta en compuestos
deficientes en electrones, como el diborano. Cada enlace de ellos (2 por molécula
en el diborano) contiene un par de electrones que conecta a los átomos de boro
entre sí, con un átomo de hidrógeno en el medio del enlace, compartiendo los
electrones con los átomos de boro.

El enlace de tres centros y cuatro electrones ("3c-4e") explica el enlace en


moléculas hipervalentes. En ciertos compuestos aglomerados, se ha postulado la
existencia de enlaces de cuatro centros y dos electrones.

En ciertos sistemas conjugados π (pi), como el benceno y otros compuestos


aromáticos, y en redes conjugadas sólidas como el grafito, los electrones en el
sistema conjugado de enlaces π están dispersos sobre tantos centros nucleares
como existan en la molécula o la red.

Enlace aromático

En muchos casos, la ubicación de los electrones no puede ser simplificada a


simples líneas (lugar para dos electrones) o puntos (un solo electrón). En
compuestos aromáticos, los enlaces que están en anillos planos de átomos, la
regla de Hückel determina si el anillo de la molécula mostrará estabilidad
adicional.

En el benceno, el compuesto aromático prototípico, 18 electrones de enlace


mantiene unidos a 6 átomos de carbono para formar una estructura de anillo
plano. El orden de enlace entre los diferentes átomos de carbono resulta ser
idéntico en todos los casos desde el punto de vista químico, con una valor
equivalente de aproximadamente 1.5.

En el caso de los aromáticos heterocíclicos y bencenos sustituidos, las diferencias


de electronegatividad entre las diferentes partes del anillo pueden dominar sobre
el comportamiento químico de los enlaces aromáticos del anillo, que de otra
formar sería equivalente.

Enlace metálico

En un enlace metálico, los electrones de enlace están deslocalizados en una


estructura de átomos. En contraste, en los compuestos iónicos, la ubicación de los
electrones enlazantes y sus cargas son estáticas. Debido a la deslocalización o el
libre movimiento de los electrones, se tienen las propiedades metálicas de
conductividad, ductilidad y dureza.

Enlace intermolecular

Fuerzas de van der Waals.

Hay cuatro tipos básicos de enlaces que se pueden formar entre dos o más
moléculas, iones o átomos que de otro modo no estarían asociados. Las fuerzas
intermoleculares originan que las moléculas se atraigan o repelan unas a otras.
Frecuentemente, esto define algunas sus características físicas (como el punto de
fusión) de una sustancia.

Dipolo permanente a dipolo permanente

Una gran diferencia de electronegatividad entre dos átomos enlazados


fuertemente en una molécula ocasiona la formación de un dipolo (un par positivo-
negativo de cargas eléctricas parciales permanentes). Los dipolos se atraen o
repelen unos a otros.

Enlace de hidrógeno

Enlace de hidrógeno.

En alguna forma este es un ejemplo de un dipolo permanente especialmente


fuerte. Sin embargo, en el enlace de hidrógeno, el átomo de hidrógeno está más
cerca a ser compartido entre los átomos donante y el receptor, en un enlace 3-c 2-
e. Los enlaces de hidrógeno explican el punto de ebullición relativamente alto de
los líquidos como el agua, amoníaco, y fluoruro de hidrógeno, comparado con sus
contrapartes más pesadas en el mismo grupo de la tabla periódica.

Dipolo instantáneo a dipolo inducido (van der Waals)

Los dipolos instantáneos a dipolo inducido, o fuerzas de London, son las


interacciones más débiles, pero también las más ubicuas, entre todas las
sustancias químicas. Imagine el átomo de helio: en cualquier instante, la nube
electrónica alrededor del átomo (que, de otro modo sería neutral) puede estar
ligeramente desbalanceada, con momentáneamente más carga negativa en un
lado que en el otro. Esto es a lo que se refiere como un dipolo instantáneo. Este
dipolo, con su carga ligeramente desbalanceada, puede atraer o repeler a los
electrones en los átomos de helio vecinos, estableciendo otro dipolo (dipolo
inducido). Los dos átomos se estarán atrayendo por un instante, antes que la
carga se rebalancee y los átomos se muevan.

nteracción catión-pi

La interacción catión-pi se presenta entre la carga negativa localizada de los


electrones de un orbital pi, ubicados sobre y debajo del plano de un anillo
aromático, y una carga positiva.
Electrones en los enlaces químicos

En el límite (irrealístico) del enlace iónico puro, los electrones están perfectamente
localizados en uno de los dos átomos en el enlace. Tales enlaces pueden ser
interpretados por la física clásica. Las fuerzas entre los átomos están
caracterizadas por potenciales electrostáticos continuos isótropos. Su magnitud es
una proporción simple a la diferencia de cargas.

Los enlaces covalentes se entiende mejor por la teoría del enlace de valencia o la
teoría del orbital molecular. Las propiedades de los átomos involucrados pueden
ser interpretadas usando conceptos tales como número de oxidación. La densidad
electrónica en el enlace no está asignada a átomos individuales, en vez de ello
está deslocalizada entre los átomos. En la teoría del enlace de valencia, los dos
electrones en los dos átomos se emparejan con una fuerza de enlace que
depende del traslape entre los orbitales. En la teoría del orbital molecular, la
combinación lineal de orbitales atómicos (CLOA) ayuda a describir las estructuras
de orbitales moleculares deslocalizados y las energías basadas en los orbitales
atómicos de los átomos de los que proviene. A diferencia de los enlaces iónicos
puros, los enlaces covalentes pueden tener propiedades de direccionalidad
(anisotropía). Estas pueden tener sus propios nombres, como sigma y pi.

En el caso general, los átomos forman enlaces que son intermedios entre iónico y
covalente, dependiendo de la electronegatividad relativa de los átomos
involucrados. Este tipo de enlace es llamado algunas veces enlace covalente
polar.

Buckybalón

En 1985, los químicos de la Universidad de Rice en Texas, Robert F. Curl y


Richard E. Smalley, y uno de la Universidad de Sussex, Harold Kroto utilizaron un
láser de alta potencia para vaporizar grafito en un esfuerzo por crear moléculas
poco comunes, que se creía existían en el espacio interestelar. La espectrometría
de las masas reveló que uno de los productos resultó ser una especie
desconocida con la fórmula (C60). Debido a su tamaño y al hecho de que es
carbono puro, esta molécula tiene una forma extraña en la que trabajaron varios
investigadores utilizando papel, tijeras y cinta adhesiva. Posteriormente,
mediciones espectroscópicas y de rayos X confirmaron que el (C60) tenían la forma
similar a una esfera hueca con un átomo de carbono localizado en cada uno de
sus 60 vértices. Geométricamente, el buckybalón (abreviatura de
buckminsterfulerene) es la molécula más simétrica que se conoce. Sin embargo, a
pesar de sus características peculiares, su esquema de enlace es simple. Cada
carbono tiene una hibridación sp2, y tiene orbitales moleculares deslocalizados
que se extienden sobre la estructura completa. El buckybalón, así como otros
miembros de mayor peso representan un concepto completamente nuevo en la
arquitectura molecular con implicaciones de largo alcance. Por ejemplo, se ha
preparado con un átomo de helio dentro de su estructura. (Chang 440). Por el
descubrimiento del buckybalón los tres científicos fueron premiados con el premio
Nobel de química 1996.

Un descubrimiento fascinante, realizado en 1991 por científicos japoneses, fue la


identificación de estructuras relacionadas con el buckybalón. Estas moléculas
tienen una longitud de cientos de nanómetros y presentan una forma tubular con
una cavidad interna aproximada de 15 nanómetros de diámetro. (Chang 440)

La electronegatividad de un elemento es la capacidad que tiene un átomo de


dicho elemento para atraer hacia sí los electrones, cuando forma parte de un
compuesto. Si un átomo tiene una gran tendencia a atraer electrones se dice que
es muy electronegativo (como los elementos próximos al flúor) y si su tendencia es
a perder esos electrones se dice que es muy electropositivo (como los elementos
alcalinos). La electronegatividad tiene numerosas aplicaciones tanto en las
energías de enlaces, como en las predicciones de la polaridad de los enlaces y las
moléculas y, también, en la racionalización de los tipos de reacciones que pueden
experimentar las especies químicas.

Por el concepto que supone, la electronegatividad se ha definido de varias formas,


y aún hoy es objeto de debate. La definición original de electronegatividad de
Pauling está relacionada con la energía puesta en juego cuando se forman
enlaces químicos. Supóngase un enlace covalente A-B, con la energía del enlace
EAB. Conociendo las energías de los enlaces A-A y B-B, se puede calcular el
parámetro D como sigue:

Δ = EAB – ½ (EAA + EBB)

Este parámetro da una idea acerca de la desviación que el enlace A-B pueda
tener desde una situación de enlace covalente puro. Cuanto mayor sea D, mayor
será la contribución iónica a ese enlace, y en ese sentido aumenta la diferencia de
electronegatividad entre ambos elementos A y B.

La definición de electronegatividad de Pauling viene dada por la siguiente


expresión:

| χA - χB | = 0.102 x √Δ
Δ (kJ/mol)

La figura que se encuentra debajo muestra la variación de la electronegatividad de


Pauling con respecto al número atómico, apreciándose una evolución similar a la
ya observada en el radio iónico o en la energía de ionización.

Variación de la electronegatividad (escala de Pauling) con el número atómico.

La escala de Pauling presenta algunas limitaciones, pues por ejemplo dependen


del número de oxidación del elemento (la figura corresponde a los valores del
máximo estado de oxidación de cada elemento). Sin embargo, esta escala es muy
adecuada para calcular energías de enlace entre elementos de diferente
electronegatividad así como para una visualización cualitativa de la polaridad de
los enlaces.

Otra definición de esta propiedad atómica fue propuesta por Robert Mulliken al
observar que cuando un elemento presenta una elevada energía de ionización, I, y
una elevada afinidad electrónica, Ae, entonces presenta una gran tendencia a
adquirir electrones más que a perderlos. Por ello, cuando ese elemento forme
parte de un compuesto químico deberá ser bastante electronegativo. Por el
contrario, cuando tanto la energía de ionización, I, como la afinidad electrónica, A e,
de un elemento tengan valores bajos, dicho elemento tendrá una marcada
tendencia a perder los electrones cuando forme parte de un compuesto y, en
consecuencia, será clasificado como elemento electropositivo. Estas
observaciones llevaron a Mulliken a proponer su propia definición de la
electronegatividad conocida como electronegatividad de Mulliken, cM, que se
define como el valor medio de la suma de la energía de ionización y la afinidad
electrónica de un átomo:

χM= ½ (I+Ae)

Si tanto I como Ae son elevados entonces cM tendrá también un valor alto; por el
contrario si I y Ae son bajos entonces cM tendrá un valor pequeño.
Las escalas de electronegatividad de Pauling y Mulliken se pueden relacionar
entre sí mediante la siguiente expresión:

χP = 1,35(√χM) -1,37

Una tercera escala de electronegatividad fue propuesta por Allred y Rochow,


sobre la base de que esta propiedad viene determinada por el campo eléctrico
sobre la superficie del átomo. El campo eléctrico para un sistema de este tipo
debe ser proporcional a Zef/r2, lo que explica la forma de esta definición:

χAR = 0.744 + (0.3590 Zef/ r2)

donde r se expresa en Å. Las constantes numéricas se han elegido para obtener


valores de electronegatividad del mismo rango que las otras escalas comentadas.

Mezcla de alcohol con…, produce un enlace de tipo…


Mezcla
Azúcar.de agua destilada con…, produce un enlace
Soluble. de tipo…
Covalente.
Cloruro
Azúcar. de sodio. Soluble.
Soluble. Covalente.
Covalente.
Agua destilada con…

Azufre.
Cloruro de sodio. Insoluble.
Soluble. Covalente.
Covalente.
Alcohol con…

Cloruro
Azufre. de potasio. Insoluble.
Insoluble. Covalente.
Covalente.
Cloruro
Cloruro de
de magnesio.
potasio. Soluble.
Insoluble. Iónico.
Iónico.
Cloruro
Cloruro de
de cobre.
magnesio. Soluble.
Soluble. Iónico.
Iónico.
Yodo.
Cloruro de cobre. Soluble.
Soluble. Covalente.
Iónico.
Carbono.
Yodo. Soluble.
Insoluble. Covalente.
Covalente.
Aceite.
Carbono. Insoluble.
Soluble. Covalente.
Covalente.
Agua destilada.
Aceite. Soluble.
Soluble. Covalente.
Covalente.
Mezcla
Acetona de aceite con…, produce
pura. Soluble. un enlace deCovalente.
tipo…
Azúcar. Insoluble. Covalente.
Cloruro de sodio. Insoluble. Covalente.
Azufre. Insoluble. Covalente.
Mezcla de acetona con…, produce un enlace de tipo…
Cloruro de potasio. Insoluble. Iónico.
con… con…

Azúcar. Insoluble. Covalente.


Cloruro de magnesio. Insoluble. Iónico.
Cloruro de sodio. Insoluble. Covalente.
Cloruro de cobre. Insoluble. Iónico.
AcetonaAceite

Azufre. Insoluble. Covalente.


Yodo. Insoluble. Covalente.
Cloruro de potasio. Insoluble. Iónico.
Carbono. Insoluble. Covalente.
Cloruro de magnesio. Insoluble. Iónico.
Aceite. Insoluble. Covalente.
Cloruro de cobre. Soluble. Iónico.
Agua destilada. Insoluble. Covalente.
Yodo. Soluble. Covalente.
Acetona pura. Insoluble. Covalente.
Carbono. Soluble. Covalente.
Aceite. Insoluble. Covalente.
Mezcla de alcohol con…, produce un enlace de tipo…
Azúcar. Soluble. Covalente.
Cloruro de sodio. Soluble. Covalente.
Azufre. Insoluble. Covalente.
Alcohol con…

Cloruro de potasio. Insoluble. Covalente.


Cloruro de magnesio. Soluble. Iónico.
Cloruro de cobre. Soluble. Iónico.
Yodo. Soluble. Covalente.
Carbono. Soluble. Covalente.
Aceite. Insoluble. Covalente.
Agua destilada. Soluble. Covalente.
Acetona pura. Soluble. Covalente.
Mezcla de acetona con…, produce un enlace de tipo…
Azúcar. Insoluble. Covalente.
Acetona

Cloruro de sodio. Insoluble. Covalente.


con…

Azufre. Insoluble. Covalente.


Cloruro de potasio. Insoluble. Covalente.
Cloruro de magnesio. Insoluble. Covalente.
Mezcla de agua destilada con…, produce un enlace de tipo…
Azúcar. Soluble. Covalente.
Agua destilada con…

Cloruro de sodio. Soluble. Covalente.


Azufre. Insoluble. Covalente.
Cloruro de potasio. Insoluble. Covalente.
Cloruro de magnesio. Soluble. Covalente.
Cloruro de cobre. Soluble. Covalente.
Yodo. Insoluble. Covalente.
Carbono. Soluble. Covalente.
Aceite. Soluble. Covalente.
Mezcla de aceite con…, produce un enlace de tipo…
Azúcar. Insoluble. Covalente.
Cloruro de sodio. Soluble. Covalente.
Azufre. Insoluble. Covalente.
Cloruro de potasio. Insoluble. Covalente.
Aceite con…

Cloruro de magnesio. Soluble. Covalente.


Cloruro de cobre. Insoluble. Covalente.
Yodo. Insoluble. Covalente.
Carbono. Insoluble. Covalente.
Aceite. Insoluble. Covalente.
Agua destilada. Insoluble. Covalente.
Acetona pura. Insoluble. Covalente.
ELECTRONEGATIVIDAD

La electronegatividad es la medida de la capacidad de un átomo (o de manera


menos frecuente un grupo funcional) para atraer hacia él los electrones, cuando
forma un enlace químico en una molécula.1 También debemos considerar la
distribución de densidad electrónica alrededor de un átomo determinado frente a
otros distintos, tanto en una especie molecular como en sistemas o especies no
moleculares. El flúor es el elemento con más electronegatividad, el francio es el
elemento con menos electronegatividad.

La electronegatividad de un átomo determinado está afectada fundamentalmente


por dos magnitudes: su masa atómica y la distancia promedio de los electrones de
valencia con respecto al núcleo atómico. Esta propiedad se ha podido
correlacionar con otras propiedades atómicas y moleculares. Fue Linus Pauling el
investigador que propuso esta magnitud por primera vez en el año 1932, como un
desarrollo más de su teoría del enlace de valencia. La electronegatividad no se
puede medir experimentalmente de manera directa como, por ejemplo, la energía
de ionización, pero se puede determinar de manera indirecta efectuando cálculos
a partir de otras propiedades atómicas o moleculares.

Se han propuesto distintos métodos para su determinación y aunque hay


pequeñas diferencias entre los resultados obtenidos todos los métodos muestran
la misma tendencia periódica entre los elementos.

El procedimiento de cálculo más común es el inicialmente propuesto por Pauling.


El resultado obtenido mediante este procedimiento es un número adimensional
que se incluye dentro de la escala de Pauling. Esta escala varía entre 0,7 para el
elemento menos electronegativo y 4,0 para el mayor.

Es interesante señalar que la electronegatividad no es estrictamente una


propiedad atómica, pues se refiere a un átomo dentro de una molécula3 y, por
tanto, puede variar ligeramente cuando varía el "entorno" de un mismo átomo en
distintos enlaces de distintas moléculas. La propiedad equivalente de la
electronegatividad para un átomo aislado sería la afinidad electrónica o
electroafinidad.
Dos átomos con electronegatividades muy diferentes forman un enlace iónico.
Pares de átomos con diferencias pequeñas de electronegatividad forman enlaces
covalentes polares con la carga negativa en el átomo de mayor electronegatividad.

Escalas de electronegatividad

Los diferentes valores de electronegatividad se clasifican según diferentes


escalas, entre ellas la escala de Pauling anteriormente aludida y la escala de
Mulliken.

En general, los diferentes valores de electronegatividad de los átomos determinan


el tipo de enlace que se formará en la molécula que los combina. Así, según la
diferencia entre las electronegatividades de éstos se puede determinar
(convencionalmente) si el enlace será, según la escala de Linus Pauling:

 Covalente no polar:
 Covalente polar:
 Iónico:

Cuanto más pequeño es el radio atómico, mayor es la energía de ionización y


mayor la electronegatividad y viceversa, la electronegatividad es la tendencia o
capacidad de un átomo, en una molécula, para atraer hacia sí los electrones. Ni
las definiciones cuantitativas ni las escalas de electronegatividad se basan en la
distribución electrónica, sino en propiedades que se supone reflejan la
electronegatividad. La electronegatividad de un elemento depende de su estado
de oxidación y, por lo tanto, no es una propiedad atómica invariable. Esto significa
que un mismo elemento puede presentar distintas electronegatividades
dependiendo del tipo de molécula en la que se encuentre, por ejemplo, la
capacidad para atraer los electrones de un orbital híbrido sp^n en un átomo de
carbono enlazado con un átomo de hidrógeno, aumenta en consonancia con el
porcentaje de carácter s en el orbital, según la serie etano < etileno(eteno) <
acetileno(etino). La escala de Pauling se basa en la diferencia entre la energía del
enlace A–B en el compuesto AB_n y la media de las energías de los enlaces
homopolares A–A y B–B.

R. S. Mulliken propuso que la electronegatividad de un elemento puede


determinarse promediando la energía de ionización de sus electrones de valencia
y la afinidad electrónica. Esta aproximación concuerda con la definición original de
Pauling y da electronegatividades de orbitales y no electronegatividades atómicas
invariables. La escala Mulliken (también llamada escala Mulliken-Jaffe) es una
escala para la electronegatividad de los elementos químicos, desarrollada por
Robert S. Mulliken en 1934. Dicha escala se basa en la electronegatividad
Mulliken (cM) que promedia la afinidad electrónica A.E. (magnitud que puede
relacionarse con la tendencia de un átomo a adquirir carga negativa) y los
potenciales de ionización de sus electrones de valencia P.I. o E.I. (magnitud
asociada con la facilidad, o tendencia, de un átomo a adquirir carga positiva). Las
unidades empleadas son el kJ/mol:

En la siguiente tabla se encuentran tabulados algunos valores de la


electronegatividad para elementos representativos en la escala Mulliken:

Al Ar As B Be Br C Ca Cl F Ga
1,37 3,36 2,26 1,83 1,99 3,24 2,67 1,30 3,54 4,42 1,34

Ge H I In K Kr Li Mg N Na Ne
1,95 3,06 2,88 1,30 1,03 2,98 1,28 1,63 3,08 1,21 4,60

O P Rb S Sb Se Si Sn Sr Te Xe
3,21 2,39 0,99 2,65 2,06 2,51 2,03 1,83 1,21 2,34 2,59

Grupo electronegativo

En química orgánica, la electronegatividad se asocia más con diferentes grupos


funcionales que con átomos individuales. Los términos grupo electronegativo y
sustituyente electronegativo se pueden considerar términos sinónimos. Es
bastante corriente distinguir entre efecto inductivo y resonancia, efectos que se
podrían describir en términos de electronegatividades σ y π, respectivamente.
También hay un número de relaciones lineales con la energía libre que se han
usado para cuantificar estos efectos, como la ecuación de Hammet, que es la más
conocida.
Materiales:

 5 metros de alambre de cobre esmaltado


 Cinta de papel, aisladora o adhesiva.
 Tornillo de 5 cm aproximadamente
 2 Baterías AA
 Estilete o tijeras
 Trozo de madera de 10 cm de largo, 3cm de ancho y 1cm de espesor
(medidas orientativas, puedes utilizar cualquiera que cumpla con la función
que necesitamos)
 Destornillador
 Tira de chapa fina, de 1cm de ancho por 25cm de largo (La puedes cortar
de otro tarro de lata)
 2 Tornillos para chapa o madera, pequeños

Procedimiento:

1. Lo primero que debemos hacer es poner masking sobre el tornillo de 5


cm de largo. Realizamos este paso con el fin de evitar que el alambre
toque le tornillo ya que es conductor) y así se producir un cortocircuito
eléctrico.

2. Ahora enrollamos fuertemente todo el alambre de cobre sobre este


tornillo. Dejando 15 centímetro de cada extremo para conectar las
baterías doble A. Quitamos el esmalte de los extremos del alambre con
el estilete o las tijeras.

3. Hasta ahora contruimos el electroimán de nuestro timbre casero.


Tenemos que anclarlo sobre la madera. Para ello hacemos un pequeño
agujero con la con las tijeras o con un clavo y martillo. Ahora enrosca el
tornillo sobre la madera con la ayuda de un destornillador.

4. Continuando con la construcción de nuestro timbre casero


electromagnético. Vamos a fabricar la única parte móvil del mismo.
Tomamos la tira cortada de una nueva lata de 25 cm de largo y la
doblamos

5. Recuerda que como en nuestro timbre electromagnético casero


vamos a utilizar este elemento como contacto eléctrico, la lata cortada
no tienen que estar pintada. Si lo está, puedes quitarle la pintura con
una lija. Si queda muy larga, córtale la punta. Atornillala a la madera con
el tornillo pequeño. Si no puedes apretar la lata cortada contra la
madera con la cabeza del tornillo, haz un pequeño agujero en la tira de
la lata cortada ayudándote con un clavo y un martillo.
6. Mientras aprietas el tornillo, coloca un extremo del trozo de cable
(previamente pelado).

7. Para terminar haremos el último elemento de nuestro timbre


electromagnético fácil, que será el encargado de cerrar y completar el
circuito eléctrico. Toma tus 15 cm de alambre y lo doblas como se
muestra en el video. Atorníllalo a la madera, como también se ve en el
video.

8. Mientras aprietas este tornillo coloca uno de los extremos del alambre
de cobre del electroimán del timbre electromagnético casero, de
modo que la tira cortada metálica quede conectada a la bobina.

9. El paso final es atornillar o pegar la madera sobre el tarro de lata y


calibrar nuestro timbre eléctrico casero, para lo cual tenemos que
doblar la tira de chapa y la “torre” de alambre que fabricaste último. Es
decir, conectas las baterías (una en un extremo del cable o conductor
eléctrico, y la otra al extremo libre de la bobina de alambre de cobre) y
luego doblas los elemento hasta que consigues que funcione.
Materiales

 Un vaso transparente plástico


 2 laminas de cobre
 2 baterías (Una de 9 volteos y una de 1.5 volteos )
 1 bombillo pequeño
 1 bombillo de 12 volteos
 3 cables con pinzas caimanes
 Agua
 Aceite de cocina
 Sal
 Azúcar
 Glicerina

Procedimiento

1. Llenamos la mitad del vaso trasparente con agua


2. Conectar dos de nuestros cables a cada una de nuestras laminas
( Electrodos)
3. Vamos a sumergir cada electrodo en el agua
4. Conectar al puerto negativo de nuestra batería.
5. Vamos a tomar la bombilla de 12 volteos y la colocamos en el puerto
positivo.
6. Pegar la base de la bombilla con la punta del cable
7. Unir los dos caimanes lo cual producirá lo que es un flujo de
electricidad
8. Sacamos los electrodos del agua.
9. Le agregamos al agua 3 cucharadas de sal y lo revolvemos.
10. Vamos a sumergir de nuevo los electrodos y ahora vamos a observar
de nuevo que la bombilla ahora si funciono
11. Observamos que en el interior de nuestro recipiente agua es de color
blanquizca pero se esta volviendo turbulenta ( se esta poniendo
transparente y con burbujeo )
12. Luego tomamos un vaso con agua y azúcar y hacemos el mismo
procedimiento.
13. Pudimos ver que no funciono.
14. Luego tomamos un vaso con aceite y hacemos el mismo
procedimiento.
15. Pudimos ver que no funciono.
16. Y así realizamos con los siguientes compuestos.
CONCLUSIONES

 El compuesto químico llamado es el elemento con más electronegatividad.


 La electronegatividad es la medida de la capacidad de un átomo.
 Un enlace es el proceso químico responsable de las interacciones entre
átomos y moléculas.
 Las moléculas, cristales y gases diatónicos que forman el ambiente físico
están unidos por enlaces químicos.
 La electronegatividad de un elemento depende de su estado de oxidación.
RECOMENDACIONES

Se recomienda a:

 Autoridades educativas correspondientes a facilitar mayor


información sobre los temas investigados.
 Nuestro establecimiento proporcionar a los estudiantes y personal
correspondiente un laboratorio químico.
 A nosotros como futuros docentes interesarnos mas por estos temas
ya que serán útiles en nuestra vida profesional.
EGRAFIA

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