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CONCEPTOS CLAVES DE LA IDEOLOGÍA

En este segundo apartado se va a determinar el contenido


efectivo de La Ideología y su valor a través del estudio de sus
principales ideas.
Pero, cuidado, porque no se trata de resumir ni de explicar
todas las propuestas y reflexiones filosóficas o lingüísticas que
contiene. No, de lo que se trata ahora es de seguir alumbrando la
comprensión de La Ideología y su valor a través del
esclarecimiento de aquellos conceptos que por su decisiva
importancia a la hora de lograr una correcta interpretación de la
obra y por la sobrecarga de significado que han ido acumulando
a lo largo de los años que nos separan de 1820, requieren una
especial atención.
El primer concepto clave que se analizará será el de
ideología, y le seguirán el de idea, signo y lógica1. Estos tres
últimos serán analizados exclusivamente, porque es lo
pertinente, dentro del marco que resulte del estudio del concepto
de ideología. Finalmente, se comparará todo lo expuesto en
relación a estos cuatro conceptos, con las reflexiones vertidas por
Miguel García de la Madrid en su obra.
El análisis y estudio de estos conceptos resultará clave para
la mejor comprensión de la obra en su contenido y envergadura,
de manera que al finalizar este apartado, el presente Trabajo de

1
Claro e intencionado paralelo con el título completo de la obra de Miguel García de
la Madrid, La Ideología o tratado de las ideas y de sus signos; parte primera: de lo
que se llama vulgarmente lógica. Título que, como ya se ha tenido ocasión de
comprobar en el epígrafe anterior es sumamente descriptivo y por lo tanto, fiel al
efectivo contenido de la obra.
Conceptos claves de La Ideología 95

Investigación estará ya en disposición de determinar cuál debe se


el lugar, hasta ahora olvidado, de Miguel García de la Madrid y
de su obra La Ideología o tratado de las ideas y de sus signos.

1. Ideología.

El término “ideología” remite hoy al ámbito de la política,


pero mucho antes perteneció al más puro plano filosófico. Cómo
pasó del plano filosófico al político es algo que, como se verá,
sólo se entiende tras la comprensión de la vocación cívica,
social, revolucionaria, de quienes profesaron la ideología como
ciencia y corriente filosófica. En cualquier caso, lo que ahora, y
hasta no ahondar en el concepto, urge subrayar es el diferente
significado que en 1820, año en que Miguel García de la Madrid
publica La Ideología, y durante todo el siglo XIX, tuvo el
vocablo “ideología” respecto del significado que ahora nos
servimos de expresar con esta misma voz.
Corre el año IV (1796) de la República francesa, gobierna
el país galo un Directorio compuesto de cinco hombres y dos
Cámaras, Napoleón Bonaparte es nombrado comandante en jefe
del ejército del interior, triunfan las doctrinas sociales de
Rousseau y Voltaire, y el 3 de brumario (finales de octubre) se
promulga la Ley sobre la Organización de la Instrucción Pública.
Esta ley nace para reorganizar la enseñanza pública y va a ser
determinante, pues con ella llegan dos acontecimientos
definitivos.
Primer acontecimiento: la creación en París del Institut
national des sciences et des arts, un centro avanzado de
investigación científica en el que prestar atención a todas las
96 Conceptos claves de La Ideología

disciplinas y en torno al que se reunieron los hombres más


sobresalientes en las ciencias y en las artes francesas. El Instituto
estaba dividido en tres clases cada una de las cuales volvía a
dividirse en secciones: la primera clase era la de ciencias físicas
y matemáticas, la tercera clase la de literatura y bellas artes, y la
segunda clase era la de las ciencias morales y políticas que
constaba de seis secciones entre las que se encontraba la
denominada “Análisis de las sensaciones y de las ideas”. Y
segundo acontecimiento definitivo, la instauración de la cátedra
de Gramática general en todas las escuelas centrales
(instituciones de enseñanza pública secundaria) de Francia.
Pues bien, estos dos acontecimientos resultan ahora
decisivos porque será en el Institut national des sciences et des
arts, dentro de la segunda clase y en la sección de “Análisis de
las sensaciones y de las ideas”, donde se pronuncie por primera
vez el término ideología, y porque será la creación de la cátedra
de gramática general en las escuelas centrales lo que motive la
elaboración de la obra referente de ideología: Eléments
d’Idéologie.
Efectivamente, el término “ideología” fue pronunciado por
primera vez entre 1796 y 17982 en el Institut national des
sciences et des arts dentro de las clases correspondientes a la
sección de “Análisis de las sensaciones y de las ideas”, a lo largo
de unas lecciones dictadas por Antoine Louis Claude, conde
Destutt de Tracy, quien define la ideología como ciencia de las
ideas —una ciencia que “vous le savez, est la première de toutes
2
Es imposible establecer una fecha más concreta, pues si bien en letra impresa no
aparece hasta 1798 con la publicación de las Mémoires sur la faculté de penser, en
el sumario de esta misma publicación se señala que la misma no es sino una versión
aumentada y perfeccionada de las conferencias que dictó Destutt de Tracy los días 2
floréal, el 2 mesidor del año IV, el 27 vendimiario del año V, y 22 y 27 pluvioso del
año 6 (Deneys, A. y H., Mémoire sur la faculté de penser. De la métaphysique de
Kant et autres textes. Destutt de Tracy, Fayard, Paris, 1993, p. 35)
Conceptos claves de La Ideología 97

dans l’ordre généalogique, puisque toutes les autres émanent


d’elle”3—, que como se ve poco o nada tiene que ver con el
sentido en que usamos hoy del término. Y efectivamente
también, la creación de la cátedra de gramática general será el
pretexto para que este mismo filósofo elabore Eléments
d’idéologie, al entender que con dicha creación los legisladores:

[...] avaient senti que toutes les langues ont des regles comunes
qui dérivent de la nature de nos facultés intellectuelles, et d’oú
découlent les principes du raisonnement; qu’ils pensaient qu’il faut
avoir envisagé ces regles sous ces trois points de vue pour connaître
réellement la marche de l’intelligence humaine, et que cette
connaissance non seulement est la seule base solide des sciences
morales et politiques dont ils voulaient avec raison que tous les
citoyens eussent des idées saines, sinon profondes; qu’en conséquence
leur intention était que, sous ce nom de grammaire générale, on fît
réellement un cours d’idéologie, de grammaire, et de logique, qui, en
enseignant la philosophie du langage, servît d’introduction au cours de
morale privée et publique.4

En resumen: Destutt de Tracy entiende que con la creación


de esta cátedra de gramática general se consolida la idea de que
todas las lenguas tienen unas mismas reglas, y que estas mismas
reglas derivan de nuestras facultades intelectuales, de nuestro
razonamiento, de manera que lo que los legisladores pretendían
era impartir lecciones acerca de la manera como se forman, se
deducen, combinan y expresan las ideas, o lo que es lo mismo
3
Deneys, A. y H., Mémoire sur la faculté de penser. De la métaphysique de Kant et
autres textes. Destutt de Tracy, p. 37.
4
Destutt de Tracy, A. L. C., Éléments d’idéologie, Frommann-Holzboog, Stuttgart,
1977, I, pp. 8-9.
98 Conceptos claves de La Ideología

“un curso de ideología, gramática y lógica”. Finalmente, y al


considerar que no hay un solo libro que pudiera servir en la
instrucción de esta nueva cátedra de gramática general, Destutt
de Tracy decide escribir sus célebres elementos de ideología,
obra en cinco partes elaborada entre 1801 y 1815 en los que
trata de la ciencia de la ideología propiamente dicha (1801), de la
gramática (“seconde partie”, 1803), de la lógica (“troisième
partie”, 1805), de la voluntad, de la economía y la moral (“IVe y
Ve parties”1815)5.
Se añade en este pretexto, un elemento llamativo, que
ilustra aquello que se dijo al inicio de este epígrafe acerca de la
vocación cívica y social de los ideólogos, y que aprovecho para
intentar explicar cómo pasó el término ideología del plano
filosófico al político. Este elemento llamativo es su
convencimiento de que el estudio de la ideología, la gramática y
la lógica constituye la única “base sólida para el estudio de las
ciencias morales y políticas”.
De manera que para Destutt de Tracy, y junto con él para el
resto de los ideólogos6, su escuela filosófica no es meramente
especulativa sino que tiene una clara vocación cívica: a través
del estudio de la ideología se alcanzan valores y conocimientos
que ayudan al progreso social, político y económico. De ahí que
los ideólogos no fueran meros especuladores intelectuales, sino
activos miembros de una sociedad agitada, la de la revolución
francesa, convencidos de poder liderar el progreso social y

5
Se entiende ahora la confusión a la que lleva en ocasiones el término “ideología”,
pues es el propio Destutt de Tracy al englobar dentro de unos llamados elementos de
ideología disciplinas tan diversas, el que provoca la ampliación del significado del
término.
6
Y esto se demuestra con la enumeración de las seis secciones en que se divide la
segunda clase de las escuelas centrales instauradas tras la Ley de 3 de brumario del
año IV: análisis de las sensaciones y de las ideas, moral, ciencia social y legislación,
economía política, historia y geografía.
Conceptos claves de La Ideología 99

económico de la nación. Y es justamente este convencimiento el


que propicia el traspaso del concepto de ideología del ámbito
filosófico al político.
Tomando como ejemplo la figura de Destutt de Tracy —
que sirve de perfecto paradigma de la personalidad y vida del
resto de los ideólogos— hallamos justificación para el cambio
semasiológico que sufrió el término de “ideología” en apenas un
siglo. Antoine Louis Claude, conde de Tracy y Señor de Paray-
le-Frésil nació en 1754, en el seno de una familia noble de
orígenes escoceses7, fue coronel segundo del Real de Caballería.
En 1789 fue enviado a los Estados Generales en representación
de la nobleza, y en sus intervenciones demostró unas
reivindicaciones en materia de igualdad social y destrucción de
toda clase de privilegios que sobrepasan los del resto de sus
colegas. En los Estados Generales entablará amistad con La
Fayette, Sieyès, Talleyrand, Cabanis y Condorcet.
Revolucionario o liberal moderado, se enfrentó a los jacobinos
(Robespierre, Marat...), por considerarlos socialistas extremos,
de manera que cuando éstos se hicieron con el gobierno de la
nación fue condenado a cárcel al igual que otros ideólogos como
Condorcet. Un año pasó Destutt de Tracy en prisión, un año que
no fue vano porque durante aquel tiempo tuvo ocasión de
familiarizarse con Condillac y otros filósofos. En 1794, con la
muerte de Robespierre sale de prisión, y apenas un año después
y a propuesta de su amigo Cabanis comienza a dictar sus
famosas conferencias sobre la facultad de pensar8 en el Institut
national des sciences et des arts. En 1798 Napoleón Bonaparte
ofrece a Destutt de Tracy el cargo de mariscal de campo en su
campaña de Egipto, él lo declina, desea dedicarse a la filosofía.
7
Para ver una biografía más completa de Destutt de Tracy: Picavet, F., Les
idéologues, Georg Olms, Hildesheim y New York, 1972, pp. 293-398.
8
Deneys, A. y H., Mémoire sur la faculté de penser. De la métaphysique de Kant et
autres textes. Destutt de Tracy.
100 Conceptos claves de La Ideología

En febrero de 1799 es llamado a formar parte del Consejo de


Instrucción Pública con el encargo de acelerar el examen de los
cuadernos de gramática general y de legislación, para su pronta
aplicación tal y como dictaba la ley de 3 de brumario del año IV.
El 18 de brumario (noviembre), tras el golpe de estado que
impone el Consulado napoleónico, de Tracy es nombrado
miembro del senado9. Las ideas sociales y políticas que de Tracy
quiere insuflar a la enseñanza pública para la formación de unos
mejores ciudadanos y su racionalismo en el gobierno, choca
enseguida con las intenciones de Napoleón Bonaparte. El 9 de
noviembre de 1800, Jean-Antoine Chaptal10, nuevo ministro del
interior, presenta un nuevo plan de instrucción pública por el que
en 1802 se acabará por reemplazar las escuelas centrales por
“escuelas comunales” en las que la gramática general, la moral y
la legislación serán eliminadas del currículo. El 24 de diciembre
de 1800 en la Ópera de Paris explota una bomba dirigida a
Napoleón, quien responsabiliza del atentado a los jacobinos y
manda exiliar a ciento treinta de ellos, los ideólogos reprueban
esta decisión, y es aquí donde termina por encenderse el
enfrentamiento entre Napoleón y aquellos. El 23 de enero de
1803 Napoleón suprime la segunda clase del Institut national des
sciences et des arts, por entender que es un foco de “agitación

9
Resulta muy llamativo que Destutt de Tracy accediera a ser miembro de aquel
senado, porque el mismo no venía a ser sino una abolición del sistema democrático
que se derivaba de la doctrina social de Rousseau acerca de la soberanía del pueblo,
a favor de algo así como un nuevo despotismo ilustrado. De hecho desde un
principio Destutt se muestra insatisfecho con la nueva Constitución de Sieyès del
año VIII de la República (ver Picavet, F., Les idéologues, Georg Olms, Hildesheim y
New York, 1972, p. 322). Quizás después de todo, Napoleón tuviera razón al acusar
a los ideólogos de charlatanes y “metafísicos nebulosos”.
10
El autor de De l’industrie française al que Miguel García de la Madrid dedica su
pequeña obra de 1820, Verdadero espíritu del Conde Chatal en órden á el sistema
prohibitivo: ó colección de cuantas máximas vierte contra este sistema, en la obra
que ha publicado de la industria francesa dos tomos en IVº.
Conceptos claves de La Ideología 101

ideológica”, empieza la campaña de desprestigio de la escuela de


la ideología:

Déjà l’Idéologie revêt le sens d’une métaphysique abstraite,


nébuleuse, incapable de saisir le sens du réel. Dans leur intransigeance,
ces sophistes de la révolution perdent de vue les droits de l’homme,
dont le Premier Cónsul est le véritable défenseur. Bonaparte se berce
de l’idée que, dans son autoritarisme même, il est l’héritier de la
promesse révolutionnaire. L’homme d’action s’oppose aux “enfileurs
de phrases”.11

Destutt de Tracy deberá esperar a la instauración de la


monarquía constitucional borbónica (1815) para ver publicada al
completo su célebre obra Eléments d’idéologie. Mientras, el
término “ideología” alcanza unas connotaciones despectivas: la
ideología es el afán de teorizar por teorizar sobre la sociedad, la
política y la economía, intentando con ello dirigir a su antojo y
sobre vanos fundamentos racionales alejados de la voluntad del
pueblo, el país. Karl Marx retoma esta noción de ideología12, que
con él acaba por encallar en el concepto tal y como lo
entendemos hoy en día.
Quizás, esta exposición haya sido demasiado larga, pero
está justificada, no sólo porque proporciona la comprensión del
cambio semasiológico que sufre el término ideología, sino
también porque resultan muy sugerentes las semejanzas entre la

11
Gusdorf, G., Les sciences humaines et la pensée occidentale: la conscience
révolutionnaire; les idéologues, Payot, Paris, 1978, vol. VIII, pp. 320-321.
12
Rodríguez Molinero, M., “Génesis, prehistoria y mutaciones del concepto de
ideología”, en Anales de la Cátedra Francisco Suárez, Universidad de Granada,
Granada, 1977, p. 130.
102 Conceptos claves de La Ideología

vida y actitud de Destutt de Tracy y la de Miguel García de la


Madrid, protagonista de este Trabajo de Investigación. Salvando
las evidentes distancias que hay entre un hombre de estado y otro
cuanto mucho de alcaldía, entre un reconocido filósofo y otro
olvidado, las biografías de Destutt de Tracy y Miguel García de
la Madrid corren en ciertos puntos paralelas: no es sólo su
preocupación social y política que les lleva a ejercer cargos
públicos, su preocupación económica que les lleva a escribir
sobre economía política, tampoco la preocupación por la
educación de sus respectivos países que les llevará a los dos a
ocuparse de la legislación de la instrucción pública13 y de otros
asuntos de ámbito pedagógico, ni el evidente interés compartido
por la manera en que el hombre conoce y da a conocer el mundo,
ni tan siquiera el detalle cabalístico de la cercanía de sus
respectivas muertes (Destutt muere en 1836); es también el que
ambos sufrieran censura y sobre todo cárcel por su liberalismo
moderado.
Tras relatar la manera en que cambia de significado el
término “ideología”, y señalar el carácter comprometido social y
políticamente de los ideólogos, cuestión importante para la
comprensión de la figura de Miguel García de la Madrid y su
obra; tras todo esto, insisto, corresponde volver al estudio de la
significación que en 1820, año en que se publicó La Ideología o
tratado de las ideas y de sus signos, tiene el término “ideología”.
No obstante, antes conviene hacer una advertencia: lo que
sigue inmediatamente a este párrafo es una sintética descripción
de la ideología como ciencia, y es sintética por vocación. La
pretensión más inmediata de este Trabajo de Investigación es

13
Recordar las palabras de García de la Madrid en la página 35 del tercer cuaderno
de sus Tablas Cronológicas de los códigos y colecciones de todos tres derechos
civil, romano, canónico y español, escritas en latín y castellano (Imprenta de Jose
Torner, Barcelona, 1820)
Conceptos claves de La Ideología 103

establecer el objeto de estudio y método de una ciencia, de la


ideología, independientemente de las conclusiones o reflexiones
que a partir de ella alcanzaron quienes se consagraron a su
investigación. A priori, sin un análisis más profundo y extenso,
no se puede saber cuál fue, de entre todas las obras de ideología,
de todos los ideólogos, la mayor influencia de Miguel García de
la Madrid, pues en su texto La Ideología sólo se cita en dos
ocasiones y de manera muy general a Destutt de Tracy, y ni
siquiera se hace referencia a alguno de los “ideólogos
españoles”, poquísimos, que le precedieron; por otra parte la
nómina de ideólogos es muy extensa y heterogénea, luego buscar
coincidencias entre las distintas obras de ideología es algo que
supera con mucho los afanes de este Trabajo de Investigación14.
Además, tal y como se acaba de ver, la ideología supera su
naturaleza de ciencia y acaba advirtiéndose y convirtiéndose en
un movimiento no sólo filosófico, sino también político, y
accede de este modo a España con un claro tono y atractivo
liberal, por lo que aún —a estas alturas de la investigación—
tienta la sospecha de que Miguel García de la Madrid, un hombre
tan de su tiempo, escriba su particular ideología desde el
oportunismo, el hábito liberal o al simple moda.
Por todo esto, lo más sensato para establecer el valor de La
Ideología es, primero, comprender la ciencia de la ideología en
su mera formulación y desde su génesis, sin atender a las
originalidades que cada uno de los autores adscritos a esta
escuela filosófica fueron aportando a la visión ideológica, y,
segundo, observar la manera en que García de la Madrid se vale
de la ciencia de la ideología para escribir el texto y determinar

14
“Nous pouvons connaître, mais nous ne saurions exiger qu’on retirons les noms
des platoniciens, des épicuriens, des péripatéticiens qui ont conserve, à travers les
siècles, les doctrines de leurs maîtres, sans y ajouter une idée originales..”, Picavet,
F., Les idéologues, p. 573.
104 Conceptos claves de La Ideología

así su adhesión o no a la nómina de ideólogos españoles, lo que


no se verá hasta el epígrafe 2.2.5.
“Je préférais donc de beaucoup que l’on adoptât le nom
d’idéologie, ou science des idées”15. Estas son las palabras que
Destutt de Tracy pronunció a lo largo de aquellas conferencias
impartidas en el Institut national des sciences et des arts.
Así, sin más explicación, la definición de la ideología como
ciencia de las ideas es hasta desconcertante (al menos no es una
cuestión insignificante para aquella época, finales del siglo
XVIII, la noción de ciencia referida a las humanidades, a la
filosofía) y desde luego, yerma de comprensión. La escueta
definición, escueta y rigurosamente etimológica, que Destutt de
Tracy formula para este nuevo término adquiere sentido dentro
de una tradición humanística y filosófica que viene de tiempo
atrás. De hecho, el mérito de Destutt de Tracy, no es otro —y
aun así, valiosísimo mérito— que el de identificar, acotar y
sobre todo, nombrar16 una nueva manera de enfocar la eterna
preocupación sobre el modo en que el hombre comprende,
aprehende, el mundo, una nueva manera que, insisto, no es
original suya, y que el mismo Destutt de Tracy atribuye a
Condillac17, pero que afirma se enciende con Locke18.

15
Deneys, A. y H., Mémoire sur la faculté de penser. De la métaphysique de Kant et
autres textes. Destutt de Tracy, p. 71.
16
En el capítulo primero de la segunda parte de sus Mémoire sur la faculté de
penser (Deneys, A. y H., Mémoire sur la faculté de penser. De la métaphysique de
Kant et autres textes. Destutt de Tracy, pp. 69-74), Destutt de Tracy narra cómo
concluye con la bondad del término ideología y cómo y por qué descarta otras
denominaciones como la de metafísica o psicología.
17
“Condillac a plus qu’aucun autre accru le nombre de leurs observations, et il a
réellement creé l’idéologie”, Éléments d’idéologie, I, p. 3.
18
“Locke est, je crois, le premier des homes qui ait tenté d’observer et de décrire
l’intelligence humaine...” , ibídem.
Conceptos claves de La Ideología 105

Resulta difícil, muy difícil, establecer cuál es, de una


cadena ininterrumpida de eslabones, el primero de ellos. Por
esto, ha de bastar señalar que la génesis de la ideología hubiera
sido inconcebible sin la asimilación y maduración de dos
corrientes del siglo XVI enfrentadas con más empeño que
razones: el racionalismo y el empirismo. Si bien el racionalismo
cartesiano señala la razón como única fuente de conocimiento y
se sirve de las ideas innatas para explicar la manera en que
conocemos el mundo, para el empirismo sólo hay una fuente de
conocimiento: la experiencia como información proporcionada
por los sentidos. Diferencias aparte, ambas corrientes tienen en
común tres cosas: primera, su preocupación por la manera de
conocer del hombre, segunda, que en ambas corrientes
filosóficas conocer es conocer ideas, y tercero, su ideal
científico, es decir, el convencimiento de que para resolver
cuestiones humanísticas es preciso seguir el modelo científico,
colmo de racionalidad. Y son estas coincidencias las que
alimentan la ideología como ciencia para dirimir la manera en
que conoce el hombre el mundo que le rodea, estas coincidencias
y una enorme confianza en la razón humana para resolver todas
las cuestiones, herencia del racionalismo, además del
convencimiento de que no existen ideas innatas, herencia del
empirismo inglés.
Por todo esto no es casual que sea Locke (1632-1704) el
primer filósofo en ser citado por Destutt de Tracy en el prefacio
a sus Éléments d’idéologie, y es que es él también el primer
filósofo en el que convergen estos pilares que propiciaron el
nacimiento de la ideología: primero, su radical planteamiento
gnoseológico como único posible para el eficaz desarrollo
científico en todas sus vertientes19; segundo, su método y

19
“... estando reunidos en mi despacho cinco o seis amigos discutiendo un tema
bastante lejano a éste, pronto nos vimos en un punto muerto por las dificultades que,
106 Conceptos claves de La Ideología

objetivo científico lejano a las especulaciones20; tercero, su


convencimiento de que no existen ideas innatas, de que todas las
ideas son adquiridas de la experiencia a través primero de la
sensación, y también, de la reflexión posterior21; y cuarto, la
meta moral de su planteamiento filosófico22.

[...] desde Aristóteles se viene repitiendo que nuestros


conocimientos proceden de los sentidos; [...] Inmediatamente después
de Aristóteles viene Locke, pues es ocioso tener en cuenta a todos los
demás filósofos que han escrito sobre el mismo tema. Este inglés ha

desde todos lados, aparecían. Después de devanarnos los sesos durante un rato, sin
lograr aproximarnos a la solución de las dudas que nos tenían sumidos en la
perplejidad, se me ocurrió que habíamos equivocado el camino y que, antes de
meternos en disquisiciones de esta índole, era necesario examinar nuestras aptitudes
y ver qué objetos están a nuestro alcance o más allá de nuestro entendimiento”,
Locke, J., Ensayo sobre el entendimiento humano, Editorial Nacional, Madrid, 1980,
I, “Epístola al lector”, pp. 60-61.
20
“... no entraré aquí en consideraciones físicas de la mente, ni me ocuparé de
examinar en qué puede consistir su esencia [...] Bastará para mi actual propósito
considerar la facultad de discernimiento del hombre según se emplea respecto a los
objetos de que se ocupa, y creo que no habré malgastado mi empeño en lo que se me
ocurra referente a este propósito, si mediante este sencillo método histórico logro
dar alguna razón de la forma en que nuestro entendimiento alcanza esas nociones
que tenemos de las cosas, y si puedo establecer algunas reglas de certidumbre de
nuestro conocimiento”, ibídem I, “Introducción”, 2, p. 74.
21
“Las observaciones que hacemos sobre los objetos sensibles externos, o sobre las
operaciones internas de nuestra mente, las cuales percibimos, y sobre las que
reflexionamos nosotros mismos, son lo que proveen a nuestro entendimiento de
todos los materiales del pensar. Estas son las dos fuentes de conocimiento de donde
parten todas las ideas que tenemos o que podamos tener de manera natural.”, ibídem
I, 1, 2, p. 164.
22
“Nuestro propósito aquí no es conocer todas las cosas, sino aquellas que afectan a
nuestra conducta.”, ibídem, I, “Introducción”, 6, p. 78.
Conceptos claves de La Ideología 107

derramado sin duda, mucha luz sobre el asunto, pero todavía queda
obscuridad.23

Estas palabras son de Étienne Bonnot de Condillac (1714-


1780), filósofo empirista francés que, según afirma Destutt de
Tracy, creó la ciencia de la ideología24.
Una de las principales aportaciones de Condillac a la
filosofía fue precisamente la de llevar hasta sus últimas
posibilidades la tesis mantenida por Locke de que las ideas
provienen de las sensaciones, afirmando que incluso aquellas
ideas fruto de la reflexión de las que hablaba Locke tienen
también como único origen la experiencia (a través de los
sentidos); pues si bien para el filósofo inglés las operaciones
mentales (la reflexión) tienen un carácter innato, para Condillac
el entero edificio del conocimiento humano se edifica sobre las
sensaciones25. Y será su empeño en demostrar esta tesis
sensualista del entendimiento humano, y el método analítico de
rigor empírico que emplea en el estudio de las ideas, lo que lleve
a Destutt de Tracy a afirmar que él es el creador de la ideología,
pues efectivamente, nadie como él, ni aun Locke, estudió hasta
entonces las ideas, aunque “malgré l’excellence de sa méthode et

23
Condillac, E., B., Lógica y Extracto razonado del Tratado de las sensaciones,
Aguilar, Buenos Aires, 1964, pp. 174-175.
24
Ver nota al pie número 100.
25
“Vemos que la mayor parte de los juicios que se mezclan a todas nuestras
sensaciones se le han escapado; que no ha conocido cuánta necesidad tenemos de
tocar, de ver, de oír, etcétera; que todas las facultades del alma le han parecido
cualidades innatas, y que no ha sospechado que podrían tener su origen en la
sensación misma.”, Condillac, E., B., Extracto razonado del Tratado de las
sensaciones, pp. 175; y “Le jugement, la reflexion, les definís, les passions &c., ne
sont que la sensation même que se transforme différemment”, Condillac, E. B.,
Traité des sensations. Traité des animaux, Fayard, Paris, 1984, p. 11.
108 Conceptos claves de La Ideología

la sûreté de son jugement, il ne paraît pas avoir été exempt


d’erreurs”26.
Vista la génesis de la ideología, o de la ciencia de las ideas,
se entiende mejor su objeto: la ideología es una ciencia que tiene
por objeto el estudio del origen y formación de las ideas en el
convencimiento de que conocer la manera en que se originan las
ideas y su procedencia es conocer la manera en que conoce el
hombre el mundo y los límites de este conocimiento, para así
poder dirigir la conducta del ser humano hacia el progreso en
todas sus facetas. Y de lo visto también puede deducirse, aunque
tan sólo parcialmente, el método de este estudio: un método
analítico y empírico. Pero digo parcialmente porque aún no se ha
expuesto el campo de observación, y es precisamente a esto a lo
que se dedican las siguientes páginas.
Destutt de Tracy debió de mencionar en su prefacio a
Éléments d’idéologie a más gente. Sí, debió ser más generoso y
atribuir el origen de la ideología como ciencia no sólo a Locke y
a Condillac, sino también a los autores de Grammaire genérale
et raisonnée de Port-Royal (1660), el lógico Antoine Arnauld y
el gramático Claude Lancelot, sin duda, la gramática más
influyente a lo largo de la historia, no sólo en los años que la
siguieron sino también en nuestros días gracias a la revisión de
Noam Chomsky27.

26
Destutt de Tracy, A. L. C., Éléments d’idéologie, I, p. 3. Entre otras cosas, Destutt
de Tracy arremete contra la idea de Condillac, repetida por cierto varias veces en La
Ideología, de que el tacto es el sentido preeminente.

27
No obstante, de Tracy sí que llega a citarlos al inicio de la segunda parte de sus
Éléments d’idéologie: II, p. 7. Dos páginas más adelante elogiará a Dumarsais como
“le premier des grammairiens”.
Conceptos claves de La Ideología 109

El atractivo de los gramáticos de Port-Royal radica en tres


consideraciones complementarias: primera, la idea de una
gramática general tal y como la definió cien años después
Beauzée, a saber: la ciencia de los principios inalterables y
generales de la lengua hablada y escrita, tal como aparecen en
toda lengua particular28; segundo, el convencimiento acerca de la
existencia de unos universales del lenguaje; y tercero, la
concepción del lenguaje como manifestación de las operaciones
básicas que realiza la mente humana29.
Ya se vio en la página 99 de este Trabajo de Investigación
cómo Destutt de Tracy interpretó la creación de la cátedra de
gramática general como la consolidación de “la idea de que todas
las lenguas tienen unas mismas reglas, y que estas mismas reglas
derivan de nuestras facultades intelectuales, de nuestro
razonamiento”, y cómo esta interpretación de la voluntad
legislativa fue la que le movió a la redacción de Éléments
d’idéologie. He aquí, pues la primera prueba de la inestimable
aportación de Grammaire genérale et raisonnée de 1660 surgida
de los muros de la abadía de Port-Royal: no es sólo la creación
de la cátedra con el mismo nombre que la propuesta científica de
Arnauld y Lancelot, sino también la redacción de la ideología
bajo el presupuesto de que todas las lenguas tienen unos
principios gramaticales comunes porque el lenguaje es
manifestación de las operaciones básicas que realiza la mente
humana.
28
“La grammaire générale est donc la science raisonnée des principes immuables &
généraux du langage prononcé ou écrit dans quelque langue que ce foie”, Beauzée,
N., Grammaire générale ou exposition raisonnée des éléments necessaries du
langage, pur servir de fundement à l’étude de toutes les langues, Imprimerie de J.
Barbou, Paris, 1767, tomo I, p. X.
29
Nada de esto es, evidentemente, nuevo, y se observa ya mucho antes en otras
gramáticas como la de El Brocense, pero es con Port-Royal cuando estas ideas
alcanzan mayor eco, más auditorio, ayudado por los enciclopedistas franceses de
mediados del siglo XVIII.
110 Conceptos claves de La Ideología

Pero aún va más lejos la aportación de los racionalistas de


Port-Royal a la ideología, pues —retomando la cuestión del
método, del campo de observación— sus ideas propician el
particularísimo método de análisis que emplea Condillac y que
es el característico de la ideología como ciencia.

[...] pero al examinar más detenidamente este asunto he


observado que existe una conexión tan grande entre las ideas y las
palabras, y que nuestras ideas abstractas y los términos genéricos
tienen una relación mutua tan constante que resulta imposible hablar
con claridad y distinción sobre nuestro conocimiento, que consiste
todo en proposiciones, sin primero considerar la naturaleza, el uso y la
significación del lenguaje, así pues, esto será el asunto del siguiente
libro.30

El Ensayo de Locke es la primera obra en la que se


manifiesta que para la resolución de los problemas filosóficos es
imprescindible atender al lenguaje; y su libro III, que lleva por
título Las palabras, “constituye el primer tratado de filosofía del
lenguaje porque en él se abordan explícitamente problemas
epistemológicos ligándolos a problemas semánticos”31. En
definitiva, a partir de Locke se abre una nueva vía de
investigación para la comprensión del funcionamiento del
entendimiento humano: la del lenguaje.32 De manera que es a
partir de él, también, que se entiende la inclusión de reflexiones

30
Locke, J., Ensayo sobre el entendimiento humano, II, 33, 19, p. 590.
31
Bustos, E. de, Filosofía del lenguaje, Universidad Nacional de Educación a
Distancia, Madrid, 1999, p. 98.
32
Y será esta la única aportación valiosa de Locke en el ámbito del lenguaje para
nuestro estudio de la ciencia de la ideología, porque a parte de la apertura de una
nueva perspectiva lingüística o gramatical para la iluminación del conocimiento
humano, todos los autores coinciden en señalar su escasa innovación.
Conceptos claves de La Ideología 111

gramaticales en el estudio de la ideología, de lo que es


paradigma los Éléments d’idéologie de Destutt de Tracy, obra en
la que se dedica la segunda parte a la gramática y en cuya
introducción al Extrait raisonné de la grammaire, servant de
table analytique se lee: “La grammaire n’est pas seulement la
science des signes; elle est la continuation de la science des
idées”33.
Pero es preciso volver a Condillac, el agitador de las
doctrinas de Locke, para acabar de conocer el verdadero alcance
de esta nueva perspectiva gramatical en la ideología.
Ya se dijo en páginas atrás que la filosofía de Condillac se
caracteriza por llevar hasta sus últimas consecuencias la
negación del innatismo, de forma que aunque Locke reconoce el
innatismo de ciertas operaciones mentales, Condillac se rebela:
su vocación cientista, sistemática, empírica y rigurosa le impiden
admitir, a diferencia de Locke, la existencia de un principio
innato de síntesis en el entendimiento humano que posibilite la
reflexión. Pero el planteamiento es grave, porque ¿cómo explicar
facultades tan alejadas de lo sensible como la abstracción, el
juicio o el raciocinio, sin apelar a un poder de reflexión dado,
innato? La clave: el lenguaje.

[...] todo confirma que pensamos únicamente con la ayuda de las


palabras, y basta esto para hacernos comprender que el arte de
raciocinar se ha iniciado con las lenguas.34
Por el contrario, bajo cualquier aspecto que se consideren las
ideas, ninguna de ellas dejará de ser innata; si bien es cierto que todas

33
Destutt de Tracy, A. L. C., Éleménts d’idéologie, II, p. 421.
34
Condillac, E. B., Lógica y Extracto razonado del Tratado de las sensaciones, p.
103.
112 Conceptos claves de La Ideología

están en nuestras sensaciones, no es menos cierto que para nosotros


todavía no se encuentran allí mientras no las hemos sabido observar, y
ésta es la razón por la que el sabio y el ignorante no se asemejan si no
en la manera de sentir, pero no en las ideas, aunque los dos tengan
idéntica organización; pero el uno ha analizado más que el otro; así
pues, si es el análisis el que nos da las ideas, éstas son adquiridas,
puesto que el análisis se aprende; por tanto, no hay ideas innatas.
Se razona mal cuando se dice esta idea está en nuestras
sensaciones, por consiguiente, nosotros tenemos esa idea y, no
obstante, este razonamiento no deja de repetirse. Puesto que no
habiendo observado todavía nadie que nuestras lenguas son otros tanto
métodos analíticos, tampoco se observa que sólo analizamos por ellas,
y así se ignorará que les debemos todos nuestros conocimientos.35
Esto no se ha notado, porque no habiendo observado cuán
necesarias son las palabras para formarnos toda clase de ideas, se ha
supuesto que sólo servían de medio para comunicarnos nuestros
pensamientos.36

Para Condillac el lenguaje es mucho más que un medio de


comunicación: además de demostrar el innatismo de las ideas, el
lenguaje posibilita la reflexión y el resto de las operaciones
mentales superiores37, de manera que si el hombre piensa es
gracias al lenguaje y, además, a través del lenguaje, de sus

35
Ibídem, p. 110.
36
Ibídem, p.115.
37
Claro que para que su pensamiento sea coherente el origen del lenguaje debe ser la
sensación o a lo mucho derivarse de las facultades elementales del hombre surgidas
directamente de la sensación, de manera que Condillac acaba por atribuir, y no
convence, el origen del lenguaje al medio social que provoca la necesidad de
comunicación y a la imaginación. Pero este asunto supera el objeto de esta
exposición.
Conceptos claves de La Ideología 113

signos. Luego para entender el origen de las ideas, la manera en


que se expresan y combinan, es preciso analizar el lenguaje.
He aquí, el campo de observación del análisis a partir del
que poder comprender las ideas, y por lo tanto, la manera en que
el hombre conoce. No hay diferencia respecto de las
conclusiones a las que llegaba Locke, lo que sí hay es un
diferente compromiso, un vínculo poderoso entre el lenguaje y
pensamiento, porque mientras en Locke lenguaje y pensamiento
eran entidades diferentes, en Condillac el lenguaje no es sólo un
instrumento del pensamiento, sino su razón misma. Y de aquí
que para Destutt de Tracy, la gramática —que para él no es otra,
evidentemente, que la gramática general o universal— sea la
metodología de la ideología, el instrumento mediante el cual se
puede investigar la estructura básica del entendimiento humano,
y su parte segunda de Éléments d’idéologie, su Grammaire tenga
el mérito de:

[...] commencer par le commencement, d’être la suite d’un traité


d’idéologie. Elle n’est point un art de parler. C’est un traité de la
science des signes, continuation de celle des idées, introduction à celle
du raisonnement38. Je n’ai recherché la formation des idées, que pour
bien connaître la théorie de leur expression. Je n’examinerai leur
expression, que pour découvrir les lois de leur déduction.39

A modo de resumen: ideología en su origen es el término


acuñado a finales del siglo XVIII por el filósofo y estadista
francés Destutt de Tracy para la denominación de la ciencia de
las ideas; una ciencia de objeto y metodología determinados por
38
Se refiere a la parte tercera de los Éléments d’idéologie, que trata de la lógica.
39
Destutt de Tracy, A. L. C., Éleménts d’idéologie, II, p. 421.
114 Conceptos claves de La Ideología

otro filósofo francés, el sensualista Condillac, que parte,


fundamentalmente del pensamiento de Locke, y que bebe de la
tradición empírica y racionalista. La ideología, en cuanto que
ciencia de las ideas tiene por objeto estas, el origen de las ideas,
sus combinaciones, y por método, el rigurosamente analítico
que propone Condillac para la demostración de que el único
origen de las ideas, y por lo tanto, de todo el pensamiento, son
las sensaciones; método analítico, además, en el que el
protagonista es el lenguaje en sus principios universales, bajo el
convencimiento de que éste es vehículo y, sobre todo, motor, de
pensamiento. Finalmente, el fundamento último de esta ciencia
es el esclarecimiento de la manera en que el hombre piensa,
conoce el mundo, desde la convicción de que sólo tras este
hallazgo es posible el progreso en las ciencias, y por lo tanto, el
progreso en lo social, político y moral.

2. Idea.

En el epígrafe anterior, el 2.2.1., en el que se ha explicado


el concepto de ideología, se ha pasado de puntillas sobre la
noción de idea, y sin embargo, es una cuestión fundamental que
merece toda la atención. Y no lo es sólo porque la ideología sea
la ciencia de las ideas, no, la importancia y significación del
concepto de idea fue también extraordinaria para la filosofía
epistemológica de los siglos anteriores, XVII y XVIII, de la que
la ideología toma sus fundamentos.
El 2 floréal del año IV de la República Francesa Destutt de
Tracy pronuncia unas palabras elocuentísimas y apasionantes
acerca de las ideas:
Conceptos claves de La Ideología 115

En effet, puisque rien n’existe pour nous que par les idées que
nous en avons, puisque nos idées sont tout notre être, sont notre
existence elle-même, l’examen de la manière dont nous les percevons
et les combinons, peut seul nous apprendre en quoi consiste notre
connaissance, sur quoi elle s’étends, quelles en sont les limites, et
quelle méthode nous devons suivre dans la recherche des vérités de
tout genre.40

La idea es el eje central de la investigación acerca del


conocimiento humano. Y la clave de esta fe en el estudio de las
ideas para la definitiva comprensión del entendimiento humano,
y por lo tanto, de las expectativas de conocimiento del hombre
sobre el mundo que le rodea, es la convicción de que conocer es
conocer ideas, hilo conductor de toda la filosofía epistemológica
de los siglos XVII, XVIII y XIX.
“Conocer es conocer ideas”, esta proposición es,
efectivamente, el lema común a toda la epistemología moderna,
pero su significado varió a lo largo de estos tres siglos
precisamente con las variaciones que en cada momento sufrió el
concepto de idea. De aquí que a partir de ahora, este Trabajo de
Investigación vaya a dedicar todos sus esfuerzos a analizar la
noción de idea a lo largo de esos siglos y en concreto, a través
del pensamiento de los filósofos esenciales para la ideología:
primero, quien le dio nombre y forma definitiva, Destutt de
Tracy, segundo, Descartes, padre del racionalismo cartesiano,
tercero, Locke, impulsor definitivo de la investigación
epistemológica y, cuarto, Condillac, máximo exponente del
sensualismo y creador, en palabras de de Tracy, de la ideología
como ciencia.

40
Deneys, A. y H., Mémoire sur la faculté de penser. De la métaphysique de Kant et
autres textes. Destutt de Tracy, p. 37-38.
116 Conceptos claves de La Ideología

[...] Il est clair, quand on y réfléchit, que penser c’est avoir des
perceptions ou des idées; que nos perceptions ou nos idées (je ferai
toujours ces deux mots absolument synonymes) sont des choses que
nous sentons, et que par conséquent penser c’est sentir. [...] Encore
une fois, puisque penser c’est sentir, si les mots de notre langue étaient
bien faits ou bien appliques, nous devrions appeler cette faculté
sensibilité, et ses produits sensations, ou sentiments.41

Para Destutt de Tracy conocer es conocer sensaciones. Así


se deduce del fragmento que se acaba de transcribir: pensar es
sentir (“Penser, comme vous voyez, c’est toujours sentir, et ce
n’est rien que sentir”42), el objeto del pensamiento son las ideas,
el de sentir, las sensaciones, luego si pensar es sentir, las ideas
son sensaciones. Ahora bien, ¿qué son las sensaciones?
“Une sensation est uniquement une modification de notre
43
être” , luego la idea es una modificación de nuestro ser
provocada por la percepción.
Para subrayar más esta concepción de la idea como
sensación, como el sentir mismo, y por lo tanto, como nuestro
propio ser modificado por la sensibilidad y la percepción, Destutt
de Tracy refuta convincentemente la concepción de idea que
prevaleció hasta finales del siglo XVIII, concepción llamada
“representacionista” y que sostiene que las ideas son
representaciones mentales del mundo exterior.

41
Destutt de Tracy, A. L. C., Éléments d’idéologie, 1977, I, pp. 36-37.
42
Ibídem, p. 35.
43
Deneys, A. y H., Mémoire sur la faculté de penser. De la métaphysique de Kant et
autres textes. Destutt de Tracy, p. 75.
Conceptos claves de La Ideología 117

On vous dira, et peut-être vous a-t-on déjà dit que le mot idée
vient d’un mot grec qui signifie image, et qu’il a été adopté parce que
nos idées sont les images des choses. Ce peut bien être effectivement
là la raison que a fait créer ce mot, et qui l’a fait recevoir dans
beaucoup de langes: mais cette raison n’est pas meilleure; car nos
idées sont ce que nous sentons; et assurément le sentiment de douleur
que je sens quand me brûle, n’est pas du tout la représentation du
changement de couleur on de figure qui arrive à mon doigt. Nous
verrons cela encore mieux par la suite: mais dès ce moment gardons-
nous de l’erreur commune de croire que nos idées sont la
représentation des choses qui les causent.44

En el siglo XVII, René Descartes (1596-1650), considerado


padre de la ciencia moderna, y a quien Condillac, y por lo tanto
los ideólogos, debe el método analítico que aplica en sus
investigaciones45, escribe:

[...] Nous ne pouuons auoir aucune connaissance des choses, que


par les idées que nous en conceuons; & que, par conséquent, nous n’en
deuons iuger que fuiuant ces idées, & mesme nous deuons penser que
tout ce qui répugne à ces idées est absolument impossible, & implique
contradiction.46

Para Descartes concebimos las cosas sólo por las ideas, y


sólo por ellas las conocemos, de manera que lo que contradiga a
las ideas es imposible, no existe.
44
Destutt de Tracy, A. L. C., Éléments d’idéologie, I, p. 37.
45
Badereu, D., “Le calcul logique du Condillac”, en Revue philosophique de la
France et de l’etranger, Germer Baillière, Paris, 1968, nº 158, pp. 337-360.
46
Adam, C. y Tannery, P., Oeuvres de Descartes, Librairie philosophique J. Vrin,
Paris, 1971, vol. III, p. 476.
118 Conceptos claves de La Ideología

Por realidad objetiva de una idea, entiendo el ser o la entidad de


la cosa representada por la idea, en cuanto esa entidad está en la idea;
y en el mismo sentido puede hablarse de una perfección objetiva, un
artificio objetivo, etc. Pues todo cuanto concebimos que está en los
objetos de las ideas, está también objetivamente, o por representación,
en las ideas mismas.47

La concepción de idea de Descartes conserva el valor


representativo que tenían las formas escolásticas: la idea es una
representación mental de los objetos exteriores, de su entidad.
Pero esta representación, esta imagen no ha de ser fidedigna:

[...] Il faut au moins que nous remarquions qu’il n’y a aucunes


images que douent en tout ressembler aux obiets qu’elles représentent:
car autrement il n’y aurait point de distinction entre l’obiet & son
image: mais qu’il suffit qu’elles leur ressemblent en peu de choses; &
fouuent mesme, que leur perfection dépend de ce qu’elles ne leur
ressemblent pas tant qu’elles pourroyent faire.48

De lo contrario no podrían distinguirse las ideas de los


objetos a los que representa, de hecho, la perfección de las
imágenes depende de que no lleguen a parecerse tanto como
podrían. Y esto es así porque las ideas no son representaciones
de las cosas en virtud de su semejanza con ellas, no, sino en
virtud de la misma relación que media entre la palabra y el
objeto al que se refiere y significa:

47
Descartes, R., Meditaciones metafísicas con objeciones y respuestas, KRK
Ediciones, Oviedo, 2005, p. 368.
48
Adam, C. y Tannery, P., Oeuvres de Descartes, vol. VI, p. 113.
Conceptos claves de La Ideología 119

Vous savez bien que les paroles, n’ayant aucune ressemblance


avec les choses qu’elles signifient, ne laissent pas de nous les faire
concevoir [...] Or, si de mots, qui ne signifient rien que par l’institution
des hommes, suffisent pour nous faire concevoir des choses, avec
lesquelles ils n’ont aucune ressemblance: pourquoi la Nature ne
pourra-t’elle pas aussi avoir établi certain signe, qui nous fasse avoir le
sentiment de la lumière, bien que se signe n’ait rien en soi, qui soit
semblable à ce sentiment?49

En resumen, para Descartes conocer es efectivamente


conocer ideas, donde idea es una imagen o representación mental
de los objetos exteriores, luego conocer es poseer una imagen
mental del objeto exterior; imagen por lo demás, no fidedigna,
pues no representa la idea en virtud de su semejanza sino en
virtud de una relación como la de las palabras con los objetos a
los que se refieren y significan.
Finalmente, conviene recoger la célebre distinción que
Descartes realizó de las ideas tomando como criterio clasificador
su origen, porque como se verá más adelante, resulta
extremadamente reveladora para la valoración de la obra de
Miguel García de la Madrid.
La archiconocida clasificación de las ideas de Descartes
surge de las siguientes palabras: “... de esas ideas, unas me
parecen nacidas conmigo, otras extrañas y venidas de fuera, y
otras hechas e inventadas por mí mismo”50. De ahí Gassendi
emprendió sus objeciones a la tercera meditación, y con ellas se
fijó la denominación con que conocemos actualmente las tres
clases de ideas propuestas por Descartes: “Tras estos distinguís
49
Ibídem, vol. XI, p. 406.
50
Descartes, R., Meditaciones metafísicas con objeciones y respuestas, pp. 164-165.
120 Conceptos claves de La Ideología

tres géneros de ideas [...]: uno, el de las ideas innatas o nacidas


con nosotros; otro el de las ideas adventicias, que vienen de fuera
y son extrañas; y por último, el de las ideas facticias, hechas e
inventadas por nosotros.”51.
Las ideas innatas son aquellas ideas que se encuentran en
nuestra mente antes de cualquier experiencia o percepción del
mundo, y que han sido implantadas en nuestra mente por Dios,
precisamente es la idea de Dios, una de esas ideas innatas. Las
ideas adventicias son aquellas ideas que tienen su origen en la
percepción del mundo exterior a través de nuestros sentidos,
Descartes pone como ejemplo de ideas adventicias, el ruido, el
calor y el sol. Finalmente, las ideas ficticias o facticias son
aquellas que construye nuestra mente a través de la imaginación
a partir de otras ideas, es el caso de las sirenas y los hipógrafos.

Todo lo que la mente percibe en sí misma, o todo lo que es el


objeto inmediato de percepción, de pensamiento o de entendimiento,
es a lo que llamo yo idea.52

Y,

Es evidente que la mente no conoce las cosas de forma


inmediata, sino tan sólo por la intervención de las ideas que tiene
sobre ellas. Nuestro conocimiento, por ello, sólo es real en la medida
en que existe una conformidad entre nuestras ideas y la realidad de las
cosas.53

51
Ibídem, p. 564.
52
Locke, J., Ensayo sobre el entendimiento humano, II, 8, 8, pp. 205-206.
53
Ibídem, IV, 4, 3, p. 839.
Conceptos claves de La Ideología 121

Estas son ya palabras de Locke, para quien la idea es el


elemento primordial, el que posibilita la constitución del
conocimiento humano y además, su certidumbre. De nuevo se ve
el protagonismo que adquiere la idea en la investigación del
entendimiento humano. Lástima que este protagonismo no se
acompañe de una definición suficientemente clara, aunque todos
los filósofos coinciden en señalar54 que la noción lockeana de
idea corresponde a la concepción representacionista del
conocimiento.

Porque como entre las cosas que la mente contempla no hay


ninguna, además de ella misma, que esté presente en el entendimiento,
resulta necesario que alguna otra cosa actúe como signo o
representación de la cosa que considera para poder presentarse a él, y
estas son las ideas.55

Efectivamente, la idea media entre la mente y el mundo


exterior, objeto de conocimiento, como un signo, como una
representación de la cosa.
Por lo demás, y al igual que en el caso de Descartes,
conviene recoger la clasificación que de las ideas hizo Locke,
puesto que, como se verá en el epígrafe 2.2.5, revela la
originalidad del pensamiento de Miguel García de la Madrid.
Locke clasifica las ideas principalmente en ideas simples e
ideas complejas. Las ideas simples son aquellas “para cuya
recepción la mente se muestra solamente pasiva, que son
aquellas ideas simples recibidas a partir de la sensación y de la

55
Ibídem, IV, 21, 4, pp. 1068-1069.
122 Conceptos claves de La Ideología

reflexión antes mencionadas, de manera que la mente no puede


producir por sí sola ni tener ninguna idea que no dependa
totalmente de ellas”56, y las complejas, “las ideas formadas de
varias ideas simples”57. A su vez, las ideas simples pueden ser:

Hay algunas que llegan a nuestra mente a través de un solo


sentido; segundo, hay otras que penetran en la mente por más de un
sentido; tercero, otras se obtienen solamente mediante la reflexión; y
cuarto, existen alguna que se abren paso y se sugieren a la mente por
todas las vías de la sensación y de la reflexión.58

Entre las ideas simples que llegan a nuestra mente a través


de un solo sentido están los colores o la solidez59; entre las ideas
simples que llegan a nuestra mente a través de varios sentidos
están las de espacio, forma, reposo y movimiento60; entre las que
se obtienen exclusivamente por la reflexión son las ideas de
percepción y de volición61; y finalmente son ideas simples que
llegan a nuestra mente a través de la reflexión y la sensación, las
ideas de placer y de dolor62.
Locke también subdivide las ideas complejas: “todas se
pueden reducir a estas tres clases: 1. Modos, 2. Sustancias y 3.
Relaciones”63. Las ideas complejas de modo son aquellas que se
refieren a propiedades que no subsisten por sí mismas sino que
dependen de las sustancias, “tales son las ideas significadas por
56
Ibídem, II, 12, 1, p. 249.
57
Ibídem.
58
Ibídem, II, 3,1, p. 187.
59
Ibídem, II, 3, 2, p. 188.
60
Ibídem, II, 5, 1, p. 194.
61
Ibídem, II, 6, 2, p. 195.
62
Ibídem, II, 7, 1, p. 196.
63
Ibídem, II, 12, 3, pp. 250-251.
Conceptos claves de La Ideología 123

las palabras triángulo, gratitud, asesinato, etc.”64; las ideas


complejas de sustancia son “aquellas combinaciones de ideas
simples que se toman para representar65 distintas cosas
particulares que subsisten por sí mismas”66, Locke pone como
ejemplo las ideas de hombre, caballo, oro y agua67; finalmente
las ideas complejas de relaciones son aquellas que nacen de la
comparación de una idea con otra, y entre ellas Locke cita la idea
de padre e hijo, las de mucho y poco, antes y después, etcétera68.
En cuanto a la concepción de idea de Condillac, esta oscila
entre la antigua concepción representacionista de Descartes y
Locke y una nueva según la cual las ideas son nuestro ser
modificado. Así, en su primera obra, Essai sur l’origine des
connoissances humaines (1746) se lee:

Pour un être qui ne réfléchit pas, pour nous-mêmes, dans ces


moments où nous ne faisons, pour ainsi dire, que végéter, lés
sensations ne sont que des sensations, et elles ne deviennent des idées
que lorsque la reflexión nous les fait considérer comme images de
quelque chose.69

En el Traité des sensations (1754):

64
Ibídem II, 12, 4, p. 251.
65
He aquí otra prueba de la concepción representacionista de las ideas de Locke.
66
Ibídem, II, 12, 6, p. 252.
67
Ibídem, II, 23, p. 435.
68
Ibídem, II, 25, pp. 468-476.
69
Le Roy, G., Oeuvres philosophiques de Condillac, Presses universitaires de
France, Paris, 1947, vol. 1, IV, II, § 18, p. 45.
124 Conceptos claves de La Ideología

La philosophie fait un nouveau pas: elle découvre que nos


sensations ne sont pas les qualités mêmes des objets, et qu’au contraire
elles ne sont que des modifications de notre aime.70

Y sin embargo, veintiséis años después en La Logique ou


les premiers développements de l’art de penser vuelve a escribir:

Las sensaciones, consideradas como representando a los objetos


sensibles, se llaman ideas; expresión figurada que significa realmente,
lo mismo que imágenes.71

Ismael Martínez Liébana en su tesis de doctorado Tacto y


constitución del mundo, la teoría del conocimiento de Condillac
entiende que “ a pesar de esta doble concepción de la sensación,
Condillac tiende insensiblemente a mantener la segunda sobre la
primera [...] Puesto que se trataba de descubrir el elemento
simple del entendimiento y de seguir sus diferentes metamorfosis
en una larga cadena de transformaciones sucesivas, era lógico
considerar a la sensación más como modificación o manera de
ser de la conciencia que como imagen representativa de los
objetos”72; de lo que deduzco debió de ignorar —él como
otros— el siguiente pasaje de Essai sur l’origine des
connoissances humaines:

Il ne faudrait pas m’objecter qu’avant ce commence l’esprit a


déjà des idées, puisqu’il a des perceptions: car des perceptions qui

70
Condillac, E., B., Traité des sesations. Traité des animaux, p. 74.
71
Condillac, E. B., Lógica y Extracto razonado del Tratado de las sensaciones, p.
41.
72
Editorial de la Universidad Complutense de Madrid, Madrid, 1990, pp. 85-86.
Conceptos claves de La Ideología 125

n’ont jamais été l’objet de la reflexión, ne sont pas proprement des


idées. Elles ne sont que des impressions faites dans l’aime, auxquelles
il manque, pour être des idées, d’être considères comme images.73

Pasaje en el que se aúnan las dos concepciones de idea: la


sensación, que es una modificación del alma, sólo deviene idea
cuando la consideramos como imagen o representación —
llamémosle también signo—, y esto sólo se produce con la
reflexión. Se trata de aquello que se expuso al final del apartado
2.2.1.74: el signo convencional que es el lenguaje, es el que
posibilita en último término el conocimiento.
Retomando todo lo dicho en este apartado, surge una
cuestión apremiante: ¿se confunde o desvirtúa Destutt de Tracy
el pensamiento de Condillac al decir que las sensaciones son
ideas? No, y basta para demostrarlo con leer los capítulos XVI y
XVII de la parte primera de sus Éléments d’idéologie que llevan
por título “Des signes de nos idées” y “Continuation du
précédent”75. De alguna manera, Destutt de Tracy recupera a
Locke, —cuya clasificación de las ideas estaba seguro en la
mente de Condillac al hacer estas afirmaciones— y de manera
implícita reconoce como sensaciones sus ideas simples, y así, las
ideas a que se refiere Condillac como afecciones del alma
producto de la percepción que devienen en imágenes a través de
la reflexión, serían las ideas complejas del inglés.

73
Le Roy, G., Oeuvres philosophiques de Condillac, vol. 1, IV, II, § 18, p. 47.
74
Pp. 115.
75
Destutt de Tracy, A. L. C., Éléments d’idéologie, I, pp. 255-318.
126 Conceptos claves de La Ideología

3. Signo.

Toutes nos connaissances sont des idées; ces idées ne nous


apparaissent jamais que revêtues de signes. On veut, on doit savoir ce
que sont des idées, ce que sont ces signes.76

Con estas palabras de Tracy sitúa la investigación de los


signos para la definitiva comprensión del entendimiento humano,
al mismo nivel que el estudio de las ideas; y por ello, dedica la
segunda parte de sus elementos de ideología a la gramática, que
entiende como “la science des signes” y “la continuation de la
science des idées”77.

Tout ce qui représente nos idées est donc un signe; et tout


système de signes est une langue ou un langage, et peut être nommé
ainsi en prenant ces mots dans le sens générique et non dans le sens
spécifique, et en faisant abstraction de la particularité qu’ils ont de
dériver du nom d’un des organes de la parole: c’est ainsi qu’il est reçu
de dire la langue hiéroglyphique, le langue d’action ou celui des
gestes, et même le langue des sourds et muets.78

Todo sistema de signos es una lengua, de manera que a


estos que Destutt de Tracy menciona en el fragmento que se
acaba de transcribir hay que sumar los gestos del actor, la pintura
y todos los “géneros de diseño”79. Y así, cuando en la parte
segunda de Éléments d’idéologie estudia los nombres, los
76
Ibídem, II, p. IX.
77
Ibídem, p. 1.
78
Ibídem, I, p. 261.
79
Ibídem, p. 262.
Conceptos claves de La Ideología 127

adjetivos, las preposiciones, etc., debe interpretarse que Destutt


de Tracy dedica sus esfuerzos al signo lingüístico como
paradigma del resto de lenguas o sistemas de signos, de ahí
precisamente que sólo le interese una gramática filosófica, es
decir, el estudio de los principios universales o generales de las
lenguas.

En fin les signes de toutes les langues sont des réunions


d’impressions sensibles, qui rappellent et représentent les idées
auxquelles on les a intimement unies, et les opérations intellectuelles
par les quelles ces idées ont été perçues ou composées.80

Esta es la definición más generosa que del signo da Destutt


de Tracy a lo largo de toda su obra, y en ella se aprecian tres
factores fundamentales en la concepción ideológica del signo: el
origen sensual del conocimiento humano, la unión íntima entre
signo e idea, y la doble función del signo respecto de las ideas, y
por lo tanto, del conocimiento humano: la función evocadora y la
función representativa.
En todos estos factores hay claros ecos de Condillac. Pero
antes de analizar las reflexiones que acerca del signo vertió
Condillac en su obra, es preciso atender a Locke, al que se debe
el bautismo de una nueva ciencia, la semiótica, pero sobre todo
el colocar el análisis semiótico en primera línea de la
investigación del entendimiento humano81.

Pero como el confort y progreso de la sociedad no se podían


lograr sin la comunicación de los pensamientos, se hizo necesario que

80
Destutt de Tracy, A. L. C., Éléments d’idéologie, III, p. 505.
81
Véase nota al pie 115.
128 Conceptos claves de La Ideología

el hombre encontrara unos signos externos sensibles, por los que esas
ideas invisibles, de las que están hechos sus pensamientos pudieran
darse a conocer a los demás hombres.82

La teoría del signo de Locke es incompleta, o más


exactamente, una desilusión: de su noción de idea —ya se vio en
la sección anterior— se deduce que la idea es un signo mental,
insensible, de la cosa, y que tiene como tal un carácter
exclusivamente representacional, sin embargo, a lo largo de su
obra no hace ni una sola reflexión acerca del modo en que la idea
funciona como signo, a Locke sólo parece interesarle el signo
lingüístico. De la lectura del Ensayo sobre el entendimiento
humano se concluye con la impresión de que si Locke sitúa el
lenguaje como elemento clave en la investigación gnoseológica
es con la única intención de comprobar cómo el signo lingüístico
facilita u obstaculiza el entendimiento humano en su
comunicación, y cuál es el uso correcto del lenguaje en busca de
la claridad. Probablemente, también supuso una desilusión para
él, los resultados rara vez se parecen a lo que imaginamos e
ideamos, prueba de ello son las palabras del final de la obra:

La tercera rama se puede llamar Σηµειωтική o doctrina de los


signos, y como las palabras constituyen lo más usual en ella, se le
aplica también el término de Lógica. La materia de esta ciencia estriba
en considerar en la naturaleza de los signos de los que la mente hace
uso para la comprensión de las cosas o para comunicar su
conocimiento a los demás. Porque como entre las cosas que la mente
contempla no hay ninguna, además de ella misma, que esté presente en
el entendimiento, resulta necesario que alguna otra cosa actúe como

82
Locke, J., Ensayo sobre el entendimiento humano, III, p. 609.
Conceptos claves de La Ideología 129

signo o representación de la cosa que considera para poder presentarse


a él, y estas son las ideas.83

Al final del libro IV, Locke hace una división de las


ciencias en las que propone como tercera rama la semiótica —
bautismo de la nueva ciencia— o doctrina de los signos, ciencia
en la que entrarían como objeto de estudio no sólo el signo
lingüístico, sino también las ideas en cuanto que signos. Lástima
que esta propuesta no llegara a sus reflexiones84.
Poco más puede decirse acerca de la teoría semiótica de
Locke aparte de su carácter inacabado y de la consideración del
signo lingüístico como instrumento de comunicación que
representa a las ideas.
Es el sino de Condillac tomar el relevo del filósofo inglés, e
ir a dónde no quiso o supo llegar aquel: ya se vio en la primera
sección de este epígrafe85 cómo critica la función exclusivamente
comunicativa que Locke atribuye al lenguaje86 , cómo erige al
lenguaje en origen del conocimiento humano, negando la
existencia de las ideas y principios innatos87, y por último, cómo
la sensación sólo se convierte en idea cuando deviene signo, lo
que tan sólo ocurre a través de la reflexión88.

83
Ibídem, IV, pp. 1068-1069.
84
John Deely ironiza sobre todo esto: “La antinomia entre el punto de vista real
adoptado como totalidad al comienzo del Ensayo y el punto de vista posible
propuesto en su conclusión (Deely 1986a) es, para la historiografía semiótica, un
objeto de consideración por derecho propio”. Fundamentos de la semiótica,
Universidad Iberoamericana, México, 1996, p. 279.
85
Pp. 109-116 del presente Trabajo de Investigación.
86
Véase la nota al pie 121.
87
Véase nota al pie 120.
88
Véase nota al pie 158.
130 Conceptos claves de La Ideología

En definitiva, en Condillac la relación idea-signo tiene


curso en las dos direcciones, es dialéctica, hasta el punto de
llegar a ser la misma cosa a través de la representación y la
evocación89.
Claro que para Condillac no todos los lenguajes o sistemas
de signos presentan el mismo valor: existen diferentes especies
de signos y no todas ellas dan origen al desarrollo de la reflexión
y de las operaciones superiores del entendimiento.

Je distingue trois sortes de signes. 1º Les signes accidentels, ou


les objets que quelques circonstances particulières ont liés avec
quelques-unes de nos idées, en sorte qu’ils sont propres à les réveiller.
2º Les signes naturels, ou les cris que la nature a établis pour les
sentiments de joie, de crainte, de couleur, etc. 3º Les signes
d’institutions, ou ceux que nous avons nous mêmes choisis, et qui
n’ont qu’un rapport arbitraire avec nos idées.90

Condillac distingue tres tipos de signos: los signos


accidentales, que evocan y representan un objeto en virtud de la
casualidad; los signos naturales establecidos por la naturaleza; y
los signos convencionales, que son inventados y arbitrarios en su
razón. De estos tres tipos de signos, sólo los últimos, los signos
de institución son fuente de reflexión, pues dado que aquellos
otros tienen su origen en causas externas al sujeto cognoscente,
se escapan a su uso, y sin embargo, aquellos otros, dado que son
creación del ser humano, dependen exclusivamente de él.

89
Lefèvre, R., “Condillac maître du langage”, en Revue Internationale de
Philosophie, Edition de la revue Internationale de Philosophie, Bruselas, 1967, XXI,
p. 394.
90
Le Roy, G., Oeuvres philosophiques de Condillac, vol. 1, II, IV, p. 19.
Conceptos claves de La Ideología 131

Evidentemente los signos de institución son las lenguas, y


es desde esta perspectiva del signo como generador de
pensamiento, y no sólo desde la comunicativa de Locke, que
Condillac emprende su gramática convencido de que “pour
découvrir les principes du langage, il faut donc observer
comment nous pensons: il faut chercher ces principes dans
l’analyse même de la pensée”91. Es decir, a diferencia de Destutt
de Tracy y de Locke, Condillac propone el estudio de la
gramática desde el análisis del pensamiento, y no a la inversa, lo
que demuestra hasta qué punto estaba convencido de que signo
institucional e idea, lenguaje y pensamiento eran una misma
cosa.

4. Lógica.

Esta es sin duda, la cuestión más ingenua del presente


epígrafe, pero aun así, es fundamental. Y lo es por dos razones:
primera, porque el término “lógica” está cargado de significados,
y segundo, porque el estudio de su posible significación dentro
de la ciencia de la ideología (en el caso de Miguel García de la
Madrid como parte primera), ayudará a delimitar las aspiraciones
de La Ideología e incluso dará pie para realizar especulaciones
acerca de otras posibles partes de la obra.
El representante de la ideología, Destutt de Tracy, titula la
tercera parte de sus Éléments d’idéologie “Logique” y escribe al
inicio, en un prólogo dirigido al senador e ideólogo Cabanis:

91
Condillac, E.B., Cours d’étude pour l’instruction du Prince de Parme:
Grammaire, Fommann-holzboog, Stuttgart- Bad Cannstatt, 1986, p. 1.
132 Conceptos claves de La Ideología

Mais pour se conformer à cette belle maxime, le premier pas à


faire sans doute, est d’acquérir la connaissance de nos moyens de
connaître eux-mêmes. C’est en cela, suivant moi, que consiste la
science logique; et c’est ce qui m’autorise à la regarder comme la
véritable philosophie première ou science première. D’un autre côté,
elle est une seule et même chose avec la science de nos perceptions,
l’Idéologie; car il nous est impossible de parvenir à la connaissance
exacte de nos moyens de connaître, autrement que par l’observation
attentive de leurs effets, et de la manière dont nous formons, nous
exprimons, et nous combinons nos idées: ainsi ces trois sciences,
Philosophie première, Idéologie et Logique, sont une seule et même
chose.92

La lógica es para Destutt de Tracy la ciencia primera


porque es la que se dedica al estudio de los modos de conocer
del ser humano. Además, señala, la ideología y la lógica son una
misma cosa porque es imposible llegar a comprender los modos
de conocer sin atender a las ideas y a la manera en que se
combinan, comparan etcétera.

Suivant l’opinion commune, la Logique est l’art de raisonner.


Telle que je la conçois, elle n’est pas cela: elle est, ce me ensemble, ou
doit être une science purement spéculative, consistant uniquement
dans l’examen de la formation de nos idées, du mode de leur
expression, de leur combinaison et de leur déduction [...] Quand cette
science sera faite et bien faite, et qu’elle possédera des vérités
incontestables, alors on pourra avec assurance, en déduire les principes
de l’art de conduire son esprit dans la recherche de la vérité.93

92
Destutt de Tracy, A. L. C., Éléments d’idéologie, III, pp. v-vj.
93
Ibídem, pp. 1-2.
Conceptos claves de La Ideología 133

De Tracy distingue entre “arte de razonar” y “ciencia del


racionamiento”, y señala que lejos de la opinión común, la lógica
no es aquella, no es arte, sino ciencia, es decir, una disciplina
meramente especulativa, que por lo demás, se dedicará a estudiar
los modos de conocer del ser humano. Y sólo así y a partir del
progreso en esta ciencia se logrará el progreso en el arte de
“conduire son esprit dans la recherche de la vérité”94, porque a
través de ella “peut nous faire voir de quelle certitude nous
sommes susceptibles, et quels son les chemins pour y arriver”95.
En 1780, el mismo año de su muerte, Condillac publica La
Logique ou les premiers développements de l’art de penser cuya
redacción le encargó el gobierno de Polonia como manual de
lógica para las escuelas palatinas del país96. El mismo título de la
obra nos advierte de la distancia que hay entre esta obra y la
tercera parte de los elementos de ideología de Destutt de Tracy:
Condillac sí que creía que la lógica era el arte de pensar. Por lo
demás, en “objeto de esta obra”, Condillac advierte al lector de
que “esta Lógica no se parece a ninguna de las que se han hecho
hasta ahora”97, y no se parece porque “no empezaremos esta
Lógica por definiciones, axiomas ni principios. Comenzaremos
por observar las lecciones que nos da la Naturaleza”98, en
definitiva esta Lógica es novedosa por tratarse de una lógica
empirista.
Finalmente, la única referencia que hace Locke —a quien
se ha venido estudiando en este Trabajo de Investigación como
uno de los filósofos de mayor influencia en la creación y
94
Ibídem, p. 522.
95
Ibídem.
96
Cappelletti, A. J., Introducción a Condillac, Universidad del Zulia, Maracaibo,
1973, p. 55.
97
Condillac, E. B., Lógica y Extracto razonado del Tratado de las sensaciones, p.
26.
98
Ibídem.
134 Conceptos claves de La Ideología

desarrollo de la ideología como ciencia—, a la lógica, es la que


ya se transcribió en la página 131 de este Trabajo de
Investigación: la lógica es la semiótica o doctrina de los signos, y
su objeto es el estudio de los signos, y lo es porque “las palabras
constituyen lo más usual en ella”99 (en la semiótica). Resulta
evidente que para esta equiparación de la lógica a la semiótica,
Locke se vale de la etimología, y por lo tanto de la palabra griega
λόγος, logos, que significa ‘palabra’.
Como se ve, en torno a la génesis de la ideología orbitan
tres concepciones muy distintas de la lógica: una especulativa,
otra empírica y una última semiótica. En la siguiente sección
comprobaremos si en La Ideología de Miguel García de la
Madrid prevalece alguna de estas concepciones.

5. Ideología, idea, signo y lógica en La Ideología de


Miguel García de la Madrid.

En la página 105 de esta investigación se hacía el apunte


malicioso de que quizás Miguel García de la Madrid había
escrito La Ideología por simple oportunismo. Lo visto en el
epígrafe tercero y las criticas que recibió en su día100 propiciaron
la sospecha. Ha llegado el momento de dilucidar hasta qué punto
esta sospecha es cierta y de situar en la historia de la filosofía las
reflexiones vertidas en La Ideología para su correcta adscripción
y valoración.

99
Locke, J. , Ensayo sobre el entendimiento humano, p. 1068.
100
Recuérdese las palabras que escribió en El Europeo Buenaventura Carlos Aribau
acerca de la obra de La Ideología (p. 66 del presente Trabajo de Investigación)
Conceptos claves de La Ideología 135

La primera dificultad con la que se encuentra el lector de La


Ideología para situarla en la tradición filosófica es la ausencia de
definición o siquiera breve descripción de lo que él entiende y
llama ideología. Así, la única pista que da García de la Madrid
acerca del significado del término ideología se halla en el título
completo de la obra, y en el vínculo de este con el contenido
efectivo del texto.
El título completo de La Ideología es: “La ideología o
tratado de las ideas y de sus signos. Parte primera: de lo que se
llama vulgarmente lógica”. Y de él se deducen dos
consideraciones: primera, que la ideología trata de las ideas y de
los signos, pero no de cualquier signo, sino tan sólo de los signos
de las ideas, y segundo, que la ideología, y por lo tanto, el
estudio de las ideas y de sus signos, puede dividirse en varias
partes, entre ellas el de la lógica en su acepción vulgar.
La consideración de que la ideología trata de ideas y de
signos coincide plenamente con la descripción que de la misma
hace Destutt de Tracy, basta recordar para demostrarlo dos
breves afirmaciones suyas: la ideología es la ciencia de las
ideas101 y la gramática, que es la ciencia de los signos, es la
continuación de la ciencia de las ideas102. También coincide con
el planteamiento ideólogo el vínculo entre idea y signo que se
entrevé de la expresión “de sus signos”: el signo interesa a la
ideología en cuanto que representante y evocador de las ideas, y
posibilitador de las operaciones mentales superiores.
Finalmente, la precisión de que esta obra de 1820 trata de
la parte primera de la ideología casa perfectamente con el
planteamiento de Destutt de Tracy, puesto que éste divide sus
elementos de ideología en cinco partes: la primera, la ideología

101
Destutt de Tracy, Mémoire sur la faculté de penser, p. 71.
102
Destutt de Tracy, Élements d’idéologie, II, p. 1.
136 Conceptos claves de La Ideología

propiamente dicha, la segunda, la gramática o estudio de la


ciencia de los signos, una tercera que es la lógica, la cuarta que
es la voluntad y la quinta, la economía y la moral. En lo que ya
no coincide la obra de García de la Madrid y la de de Tracy es
que mientras en aquel la parte primera de la ideología es la
lógica, para el francés, la lógica queda relegada a un tercer lugar
en la exposición del entendimiento humano por detrás del
estudio del origen de las ideas y por detrás también del estudio
de los signos.
Quizás esta discordancia se deba a la diferente
consideración que de la lógica tienen estos dos autores.
De las palabras que acerca de la lógica escribe Destutt de
Tracy se deduce, como ya se vio en la sección 2.2.4., que la
lógica es la ciencia primera, que ideología y lógica son una
misma cosa103, y que la lógica no es el arte de razonar sino la
ciencia especulativa a través de la que se examina la formación
de las ideas, su expresión, su combinación y deducción104.

[...] Según el sentido en que se usa hoy la palabra lógica, se


entiende por tal aquella parte de la filosofía que dirige nuestro espíritu
al conocimiento de la verdad para nuestra instrucción y la de los
demás. [...] Los filósofos distinguen dos especies de lógica, así como
de filosofías, a saber: la natural, por al cual se entiende el talento que
da Dios a cada uno para comparar sus ideas o sus signos objetivos y
deducir de uno o dos juicios, otro; y la artificial definida (Ilustración
V) ya en el párrafo anterior. [...] Mas no se crean por eso que es inútil
la lógica artificial, porque el arte es una guía más segura que la
naturaleza, esta se perfecciona por aquel [...] La lógica artificial se
divide en tres partes conforme a las tres operaciones o actos de nuestro

103
Ibídem, III, pp. v-vj.
104
Ibídem, pp. 1-2.
Conceptos claves de La Ideología 137

entendimiento que son: recibir o adquirir ideas o signos ideales u


objetivos; combinar o comparar dichas ideas o signos de diverso
modo; y expresar a los demás dichas combinaciones (Ilustración VI) o
comparaciones.105

De las palabras que García de la Madrid dedica a explicar


qué es la lógica se deduce: primero, que la lógica es un arte,
entendiendo arte por artificio en oposición a naturaleza, o mejor,
a la lógica natural que García de la Madrid equipara al talento
intelectual de cada persona; segundo, que la lógica estudia el
origen de las ideas, su expresión y combinación; y tercero, que el
objeto del estudio de la filosofía es ayudar al entendimiento
humano en su adquisición de conocimientos ciertos.
No, no hay discordancia entre las concepciones que de
lógica tienen uno y otro filósofo; ésta es la única conclusión
posible tras comparar las reflexiones que acerca de la lógica
vierten uno y otro en sus obras. La sola diferencia, superficial y
vacua, es que Destutt de Tracy se limita a afirmar lo que García
de la Madrid pone en práctica, es decir aquel se limita a afirmar
al inicio de su lógica que ésta es la ciencia primera, y como tal la
ideología misma, y García de la Madrid no lo afirma
explícitamente pero sí implícitamente al considerar dentro de una
primera parte de la ideología, esto es, dentro de la lógica, el
análisis de las ideas, de los signos y de las palabras, o en léxico
de Desctutt de Tracy: la “ideología propiamente dicha” y la
“gramática”.
Hasta aquí pues, no se pueden reprochar sino coincidencias
entre el planteamiento de ideología de García de la Madrid, y el
originario de la filosofía francesa, en concreto, del máximo
representante de la escuela, de Tracy. Pero aún queda lo más
105
La Ideología, Preliminar, VII-XI, pp. 190-192.
138 Conceptos claves de La Ideología

definitivo: comprobar si el contenido, si las reflexiones de La


Ideología corresponden al planteamiento inicial, si coinciden con
las principales reflexiones de los ideólogos. La investigación
prosigue así con el análisis del concepto de idea que manifiesta
en esta obra Miguel García de la Madrid.

Por idea se entiende comúnmente la imagen (Ilustración VIII)


que recibe o adquiere nuestra alma de cualquier objeto, si es físico o
corpóreo por medio de los sentidos, si es metafísico o espiritual por
medio de la reflexión (Ilustración IX). Pero si se han de excluir las
metáforas, como debieran, de todo tratado científico, lo que llamamos
idea no es otra cosa que un diverso modo de existir nuestra alma según
las sensaciones o impresiones que recibe de los objetos, o según las
reflexiones que forma.106

La noción que de idea tiene Miguel García de la Madrid es


muy ecléctica. En un sentido es cartesiana y lockeana por
considerar la idea imagen de un objeto (teoría
representacionista), y al mismo tiempo, sensualista por entender
como Condillac que la idea es una modificación del alma; sin
embargo, de la Madrid tarda poco en resolver el conflicto: la
concepción que según él prevalece es la concepción de idea de
Condillac y por lo tanto, la propia de los ideólogos, puesto que
aquella otra, en realidad no es más que una metáfora. La noción
de idea recuerda, por otra parte a Locke, porque al igual que éste,
para de la Madrid no existen las ideas innatas107 y a diferencia de
Condillac, distingue no una única y sola fuente de la ideas, sino
dos: la sensación y la reflexión. Además, la clasificación que a
partir de aquí realiza el autor de La Ideología, esto es a partir del

106
La Ideología., I, I, p. 188.
107
Ibídem, Ilustración XI, p. 299.
Conceptos claves de La Ideología 139

origen de las ideas, es de ecos cartesianos pues utiliza , en parte,


su denominación:

Hay dos especies de ideas con relación a su origen, a saber:


adventicias o inmediatas, porque nos vienen o las adquirimos
inmediata o directamente por los sentidos (Ilustración XI), según la
acción que ejercen sobre ellos los demás cuerpos, y por lo cual las
llama “sensaciones” Condillac; y las ideas que llamamos facticias o
mediatas, porque las formamos mediante o de resulta de las primeras
[...] Las facticias se subdividen en reflexivas, abstractas y agregadas,
según se adquieren o forman por medio de la reflexión, de la
abstracción o de la agregación.108

Ecos de Descartes, sólo ecos, porque éste señalaba tres


tipos de ideas, la primera las innatas, y García de la Madrid,
como ya se vio, las niega. Además, de este fragmento se deduce
que Miguel García de la Madrid continúa con la labor
clasificatoria de las ideas: en este caso clasifica las ideas
facticias, según el modo como se forman, y distingue, en ideas
reflexivas, ideas abstractas e ideas agregadas. Pero aún hay más:
de la Madrid clasifica también las ideas bajo el criterio del objeto
que representa cada idea y distingue ideas de cuerpos o
sustancias e ideas de espíritus o sustancias espirituales109; bajo el
criterio de la conformidad con la que la idea representa su
objeto: exacta o inexacta110; y finalmente bajo el criterio de la
relación que une a unas ideas con otras: singular (que representa
un solo ente)111, relativa (que se haya indisolublemente

108
Ibídem, I, III, p. 194.
109
Ibídem, I, IV, p. 195.
110
Ibídem, VI., p. 196.
111
Ibídem, XI., p. 197.
140 Conceptos claves de La Ideología

vinculada a otra idea)112, accesoria (que se haya vinculada a otra


idea de manera accidental y casual)113, compleja (que comprende
dos o más ideas)114 y colectiva (la compleja que representa
muchas sustancias de una sola especie)115.
Esta larga clasificación es enteramente original de García
de la Madrid, o al menos, no se corresponde con la clasificación
de ningún filósofo conocido, es más, incluso se opone a la de
otros autores.
Es el caso, por ejemplo, de su definición de las ideas
complejas y de las ideas simples, que nada tiene que ver con la
definición que de las mismas da Locke116. Pero sobre todo es el
caso de su consideración de que “lo que llamamos atributo,
cualidad o modo, no es idea, sino signo del objeto representado
por ella”117 porque es “imposible que exista sustancia alguna sin
sus cualidades o atributos, ni que estos, ya sean inseparables, ya
accidentales, existan como nos los imaginamos a cada instante,
separados de las sustancias a que modifican”118, consideración
que critica la clasificación de las ideas complejas lockeana119.
Por lo demás, y pese a su originalidad, la valoración que se
debe hacer de esta clasificación es negativa porque contradice en
alguno de sus criterios la propia noción de idea que García de la
Madrid manifiesta al inicio del capítulo. Me refiero, a los
criterios por los que distingue entre ideas espirituales y
corpóreas, y exactas e inexactas, esto es, los criterios de objeto al

112
Ibídem, XX., p. 201.
113
Ibídem, XXI, p. 208.
114
Ibídem, XXII, p. 203.
115
Ibídem, XXIII, p. 203.
116
Véase la página 124 de este Trabajo de Investigación.
117
La Ideología, II XII, p. 215.
118
Ibídem, I, V, pp. 195.
119
Véase la página 125 de este Trabajo de Investigación.
Conceptos claves de La Ideología 141

que representan y modo en que lo representan, respectivamente.


Del punto I del capítulo I se deduce que García de la Madrid
entiende finalmente la idea como modificación del alma, y que
sus primeras palabras acerca del carácter representacionista de
las ideas, es pura metáfora. Sin embargo, de estos dos criterios
clasificatorios se deduce justamente lo contrario: la prevalencia
de la concepción representacionista de la idea sobre la de estado
subjetivo. Es más, parece, a raíz de la nota al pie 22 en la que se
lee “lo que no representa a un objeto según es, no puede ni debe
llamarse idea sino apariencia”, que el carácter representacionista
del que habla de la Madrid va más allá de las exigencias del
propio Descartes, quien, como se recordará entiende que la idea
no representa en virtud de la semejanza con el objeto
representado, sino en virtud de una relación como la del
lenguaje120.
En definitiva, en las reflexiones acerca de las ideas, La
Ideología se muestra: primero, influenciada por diversos autores,
segundo, contradictoria, y tercero, muy prudente. Y digo muy
prudente, porque a pesar del título, y del planteamiento de la
obra, ambos bajo la influencia de la escuela filosófica de los
ideólogos, Miguel García de la Madrid no se decide por el
sensualismo (el único origen del conocimiento es la sensación)
ni tampoco por la teoría no representacionista del conocimiento.
Lamentablemente, lo mismo ocurre con su idea de signo en
la que se aprecian ecos inconclusos y contradictorios.

Por signo en general se entiende todo aquello que sirve para


expresar, recordar, anunciar o indicar la idea de un objeto o el atributo
de una sustancia que haya existido o tenga que existir, y en caso de
que existan actualmente, esté ausente o si presente, encubierto o

120
Véanse las páginas 121 y 122 de este Trabajo de Investigación.
142 Conceptos claves de La Ideología

desconocido. [...] se distinguen dos especies de signos con respecto a


su origen, a saber: sensibles o que se adquieren por los sentidos e
insensibles o espirituales, que se adquieren por la reflexión o por el
discurso, cuales son todas las ideas relativas.121

El signo de La Ideología es representativo, y sí, también


evocador en ausencia del objeto representado; y además es
también signo la idea relativa. En estas afirmaciones hay ecos de
las teorías semióticas de Destutt de Tracy y de Condillac, e
incluso de Locke, pero la señal es confusa: primero, en Destutt
de Tracy la función evocadora del signo va más allá del anuncio
o del recordatorio, segundo, en Condillac la relación de signo y
operaciones mentales superiores (la reflexión) es circular, de
manera que no es sólo que aquellos se formen a través de la
reflexión, sino que la reflexión se produce gracias a ellos, y
tercero, para Locke las ideas son todas signos, no sólo son signos
las ideas relativas, esto es los atributos o ideas de modo.
Al igual que en el caso de las ideas, Miguel García de la
Madrid expone en La Ideología una larga clasificación de los
signos. Distingue para empezar, y según el origen, dos clases de
signos: los sensibles, que se adquieren por los sentidos , y los
insensibles o espirituales que se adquieren por la reflexión o el
discurso122. Distingue también entre signo natural y signo
arbitrario, el primero es aquel cuyo vínculo con el objeto que
representa o evoca es necesario, y el segundo aquel que
representa al objeto por puro convenio arbitrario de los
hombres123. Una tercera clasificación es la de signos
demostrativos (de cosa que existe actualmente), rememorativos

121
La Ideología, III, I y II, p. 225.
122
Ibídem.
123
Ibídem, III, IV y V, p. 226.
Conceptos claves de La Ideología 143

(de cosa pasada) y pronósticos (de cosa futura)124. A su vez


clasifica los signos insensibles en relativos, abstractos y
agregados, a imagen de las ideas125, y los sensibles en cierto e
incierto126.
Y como ocurre con la clasificación de las ideas que dibuja
en el capítulo I, esta clasificación de los signos tiene el don de la
originalidad, pero como en aquella, su valoración no puede ser
sino negativa.
Tiene razón Miguel García de la Madrid cuando en la nota
66 escribe127: “Y espero no se me tache de temerario por haber
emprendido ilustrar una materia tan importante y tan abandonada
de todos los demás lógicos”. Sí, tiene razones para pensar que va
a ser acusado de temeridad.
Es temerario realizar una clasificación de los signos con
una idea tan poco clara de lo que es un signo. Una prueba de ello
es el punto VIII del capítulo III en el que se lee la pregunta de
“¿Cuántas especies hay de signos con relación a las dos ideas o a
la idea y atributo que deben ser expresados, anunciados o
indicados en cada signo?”, porque ¿cuáles se suponen que son
esas dos ideas o esa pareja de idea y atributo que expresa,
anuncia o indica cada signo? Otra prueba de la falta de
consistencia de su noción de signo es la constante repetición de
expresiones como anunciar, expresar, recordar, indicar..., a veces
juntos, para definir o señalar la función del signo, temeroso,
parece, de utilizar la palabra representar, que sería a todas luces
la más indicada para sus afirmaciones. Es imposible
comprenderlo, es imposible realizar una interpretación coherente
de su reflexiones semióticas ni tan siquiera a la luz de las
124
Ibídem, III, VIII, p. 227.
125
Ibídem, III, X, p. 228.
126
Ibídem, III, XIV, p. 232.
127
Ibídem, IV, p. 234.
144 Conceptos claves de La Ideología

reflexiones de autores referidos por el propio Miguel García de


la Madrid128.
La continuación a esta teoría semiótica no mejora la
impresión que hasta ahora proyecta La Ideología. El capítulo V
titulado De las palabras o signos con que solemos más
frecuentemente expresar las ideas y los atributos, constituye un
anacronismo: prueba de ello es la referencia a los términos de
primera intención y los términos de segunda intención129,
nociones propias de la filosofía del lenguaje medieval130, o la
sustitución de la expresión “palabra”, por la de “término”, más
propia de los escolásticos131.
En resumen, La Ideología de Miguel García de la Madrid
no puede considerarse una obra heredera de la corriente
filosófica de la ideología. Y no puede, porque a pesar de su
planteamiento y estructura, las nociones y reflexiones que en ella
se expresan responden a un eclecticismo, unas veces anacrónico,
otras contradictorio, y porque Miguel García de la Madrid no
parece compartir la doctrina de los ideólogos, ni en su noción de
idea ni en la de signo. Siquiera de la Madrid hubiera dedicado
unas líneas a reprobar las consideraciones sensualistas de
Condillac, por ejemplo, aun se hubiera podido mantener la
esperanza de que La Ideología es una obra susceptible de ser
adscrita a la escuela de los ideólogos, pues dentro de esta escuela
filosófica francesa hubo originalidades muy dispares y así, se
considera igualmente ideólogo al materialista Cabanis que al
espiritualista Laromiguière132. Pero, lamentablemente, no es el
caso: Miguel García de la Madrid no dedica ni una sola línea de
128
En la Nota Miguel García de la Madrid cita a Locke, Condillac y Destutt de
Tracy.
129
La Ideología, V, IX-XII, p. 252.
130
Bustos Guadaño, E. de, Filosofía del lenguaje, pp. 50-52.
131
La Ideología., V, III, p. 245.
132
Picavet, P., Les ideologues.
Conceptos claves de La Ideología 145

La Ideología a defender o reprobar las tesis sensualistas o


ideólogas, y son muy pocas sus referencias, muy pocas y además
con el sólo afán de mostrar erudición (un ejemplo de ello son las
numerosas ocasiones en las que señala que según Condillac
todos los sentidos pueden reducirse al tacto).
Existen dos razones posibles para esta contradicción entre
el propósito de la obra definido en el título y en su estructura, y
el efectivo contenido de las reflexiones vertidas en ella: la
primera es que en aquellos años y en España las tesis
sensualistas e incluso las de los ideólogos eran entendidas por
muchos como un materialismo ateo cuanto menos censurable133;
y la segunda razón posible es que a pesar de todo Miguel García
de la Madrid no conocía suficientemente bien las doctrinas
sensualistas ni las de la ideología.
Estas dos razones no son incompatibles, pero aun así,
parece evidente que estos silencios y carencias responden más
que nada a la ignorancia del autor. Ignorancia que se extiende
más allá de la ideología y que justifica las incoherencias, las
contradicciones y los pasajes incomprensibles que tanto abundan
en La Ideología. ¿Qué otra razón si no puede justificar el
desaliñado contenido de la obra?
Sí, parece que aquella sospecha de que La Ideología nace
del oportunismo, de la moda, era acertada, pues el texto es un
totum revolutum de reflexiones acerca de las ideas y de sus
signos, de influencias muy dispares, y la ideología como ciencia
sólo se reconoce en el planteamiento de la obra: en su título y en
la temática.
¿Cuál es el valor de La Ideología? ¿Dónde situarla? ¿Acaso
no es perverso juzgar una obra filosófica sólo desde su

133
Baum, R., “Destutt de Tracy en España”, en Iberoromania, Hueber, Munich,
1971, nº3, pp. 121.
146 Conceptos claves de La Ideología

adecuación al modelo? Son algunas de las preguntas que


sobrevienen al comprobar que La Ideología encalla al final de
esta investigación en un limbo. Confío en responderlas ya sí en
las conclusiones finales.

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