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2019

MANUAL
MISIONES FAMILIARES

Del 13 al 21 de abril

LA ALEGRÍA DEL AMOR,


EVANGELIOS VIVOS
PARA EL ECUADOR
Bahía – Catarama - El Carmen –
Playas - Santa Cruz - El Tambo
MISIONES FAMILIARES 2019

INDICE MANUAL MISIONERO

Contenido
ORACIÓN DE LAS MISIONES FAMILIARES ............................................................................................. 2
CANCIÓN “SOY MISIONERO”................................................................................................................ 3
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................... 4
EL PADRE JOSÉ KENTENICH NOS HABLA .............................................................................................. 5
NUESTRO LEMA .................................................................................................................................... 6
LINEAMIENTO MISIONES 2019............................................................................................................. 7
CONSEJOS PARA LA SANTIDAD ............................................................................................................ 8
SANTIDAD DE LA VIDA DIARIA EN SCHOENSTATT ................................................................................ 9
SABADO 13 DE ABRIL.......................................................................................................................... 10
DOMINGO 14 DE ABRIL ...................................................................................................................... 13
LUNES 15 DE ABRIL ............................................................................................................................. 16
MARTES 16 DE ABRIL .......................................................................................................................... 21
MIERCOLES 17 DE ABRIL .................................................................................................................... 26
JUEVES 18 DE ABRIL ........................................................................................................................... 31
VIERNES 19 DE ABRIL.......................................................................................................................... 34
SABADO 20 DE ABRIL.......................................................................................................................... 35
DOMINGO 21 DE ABRIL ...................................................................................................................... 36
PROPIO DE LA MISIÓN........................................................................................................................ 37
1. Notas Para el Misionero ............................................................................................................. 37
2. ¿Qué es la Misión? ..................................................................................................................... 37
3. Metodología Para las Visitas a Casas ......................................................................................... 38
4. Oraciones para la Visita Domiciliaria. ......................................................................................... 41
5. Ayuda en Textos Bíblicos. ........................................................................................................... 46
Profundizando Nuestra Fe ................................................................................................................. 49
Origen de tu Iglesia ........................................................................................................................ 49
Nuestra Fe ...................................................................................................................................... 49
Oraciones Fundamentales.............................................................................................................. 52
CENSO MISIONERO ............................................................................................................................ 56
CRONOGRAMA MISIONERO ............................................................................................................... 59
NOTAS ................................................................................................................................................ 60

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MISIONES FAMILIARES 2019

ORACIÓN DE LAS MISIONES FAMILIARES

Protégenos Señor,
Como Familias Misioneras
Que queremos testimoniar
Tu palabra y tu amor.
Fortalécenos en los momentos difíciles
Danos consuelo en las tristezas
Y corona nuestro trabajo con abundantes frutos.
Que la imagen de la Cruz
Que siempre nos acompaña
Sea signo de heroísmo, de generosidad
De amor y de paz.
María, Reina de los misioneros
Quédate con nosotros
Y danos el don de la perseverancia
En nuestro compromiso misionero. Amén

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MISIONES FAMILIARES 2019

CANCIÓN “SOY MISIONERO”


P. Manuel López Naón

Cuando la alegría, llega desde arriba,


no existen las fronteras, solo hay que compartirla.
Cuando la alegría, llega desde arriba,
no existen las fronteras, solo hay que compartirla.

Conoces bien, todo lo que te quiero dar.


Y sabes también, cual es mi gran debilidad.
Hoy me levanto de mis miedos por tu amor.
Es tu mirada y pide un nuevo “Aquí estoy”.
Y así descubrir ese fuego que grita en el alma:
“¡Soy misionero!”

Cuando la alegría, llega desde arriba,


no existen las fronteras, solo hay que compartirla.
Cuando la alegría, llega desde arriba,
no existen las fronteras, solo hay que compartirla.

Toma mi ser, dale sentido al caminar.


Quédate aquí, junta mis manos que no sé rezar.
Cambian los pueblos y las calles, pero el sol,
sigue alumbrando a los que dan su corazón
y quieren vivir de ese fuego que grita en el alma:
“¡Soy Misionero!”

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MISIONES FAMILIARES 2019

INTRODUCCIÓN
Las misiones familiares de Schoenstatt en Ecuador se han realizado desde el año 2012, desde
entonces se han venido multiplicando los misioneros y lugares que se han acompañado. La
modalidad de las misiones es de trienios, es decir, visitamos 3 años seguidos a un mismo
lugar, luego de estos se trata de mantener un acompañamiento en estos lugares que sin duda
ya forman parte de la vida de los misioneros.
Las misiones familiares son el regalo más grande que puede tener una familia católica, ya que
nos da la oportunidad de cumplir la promesa de llevar la palabra de Dios a nuestros hermanos,
y lo hacemos desde una perspectiva familiar, dando un testimonio integral, mostrando con
un ejemplo vivo el ideal de La Sagrada Familia de Nazaret.
El vivir una semana Santa como misioneros y en familia va a ser una experiencia que va a
cambiar la vida de todos los que tomen la decisión de oír el llamado de Dios a ir donde él nos
necesita.
El compartir este tiempo en familia, lejos de las comodidades de nuestros hogares y viviendo
dentro de una comunidad de padres, madres, hijos, abuelos, hermanos y religiosos, nos hace
crear una vinculo, una hermandad única de misioneros, es darse la oportunidad de conocer
familias y personas maravillosas que van, sin duda, a ser ejemplos vivos de que Dios nos ama.
Todas estas bendiciones y maravillosas experiencias han logrado que las misiones se
multipliquen, tanto en número de familias participantes, como en lugares visitados. Ya en el
2018 tuvimos el primer año de este nuevo Trienio, donde hemos podido acompañar a 6
lugares nuevos, como son: Bahía, Catarama, El Carmen, Playas, Santa Cruz y El Tambo.
Estos lugares puestos en nuestro camino por la Mater tienen distintas realidades y
necesidades espirituales, lo que ha significado un reto para las familias misioneras. Reto que
lo aceptamos llenos de Fe, sabiendo firmemente que no estamos solos, que tenemos a
nuestro lado a Dios y a María Reina de los misioneros.
Pese a los obstáculos y dificultades que se presentes, estamos con nuestro espíritu y cuerpo
dispuesto a llevar el mensaje de este año y ser verdaderos EVANGELIOS VIVOS.
Que Dios y la Mater bendigan y cuiden de estas Misiones Familiares 2019.
Erika, Damián, Puchu y Bella Ortiz, Coordinadores Generales.
Guayaquil 2019

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MISIONES FAMILIARES 2019

EL PADRE JOSÉ KENTENICH NOS HABLA


Retiros para familias Milwaukee EEUU - 1953
¿Qué es una familia schoenstattiana?, Una familia que, en la fuerza de la Alianza de amor,
con la Madre y Reina tres veces admirable de Schoenstatt se esfuerza con éxito en llevar a la
práctica el Ideal de la Familia de Nazaret, según la época en la que vive. ¿Cómo puede ser
Nazaret un ideal para nosotros, cuando María estaba sin pecado alguno, cuando concibió a
su Hijo de otra forma y también le dio a luz de manera diferente? Destacamos algunos puntos
de vista que nos sirven para este ideal:
1. La Familia de Nazaret se orientaba haca un orden de ser objetivo, en ella el padre y la
madre tienen la posición que les corresponde desde la eternidad según el plan divino, el
padre es la cabeza de la familia, la madre es la que lleva el cetro, el padre, es lo primero, la
autoridad paterna es lo primero, la autoridad materna es la que apoya y se sitúa en segundo
lugar. El padre debe educar a los hijos, no sólo engendrarlos y alimentarlos, educarlos en la
obediencia y para la audacia y el desarrollo de la fortaleza, para educar correctamente tiene
que existir la atmósfera del respeto y el amor. La educación será absolutamente imposible, si
en el hijo no existe respeto por sus padres y, al mismo tiempo, amor a ellos. Será
adiestramiento, amaestramiento, pero no educación. ¿Cómo hacerlo? Que mi propio respeto
ante el hijo y mi amor a él, despiertan y producen en él profundo respeto y amor. Cuando el
padre vuelva a ver y cumplir su misión como cabeza de la familia, entonces todo lo demás irá
mejor quizá en el tiempo. La tarea materna debe educar al hijo a soportar y sobrellevar.

2. Se concentraba totalmente en el Hijo. El hijo es el tesoro, debe estar en el punto


central, no sólo para el propio bien del padre y la madre. Estamos aquí para nuestros hijos, el
hijo en el centro del cuidado, de la atención, también en el centro de la renuncia.
3. Estaba unida por el lazo del amor, el padre, la madre y el hijo están atados y unidos
entre sí por el lazo de un amor profundo o íntimo, el amor genuino es siempre amor
sacrificado. La mesa familiar es sobre todo una mesa de sacrificios y no una mesa de placeres.
La familia debe ser imagen de la relación entre el Señor y la Iglesia, queremos recordar qué
es el lazo del amor, es decir, el amor fuerte y sacrificado, el que debe unir al padre y a la
madre o al marido y a la esposa.
Meditemos alguna vez por qué el Señor estuvo treinta años de su vida dentro de su familia.
¡Treinta años! ¿Se imaginan que Jesús hubiese estado continuamente en la calle? ¿Que se
pasara todo el día en su asociación? ¿Podría haber predicado antes de los treinta?......Qué no
hacen nuestros hijos antes de los treinta años! ¡Tienen hasta hijos propios! La de cosas que
pueden llevar ya a sus espaldas, ¿y el Señor? 30 años – casi debería decir – colgado de la falda
de su madre. ¿Qué hizo durante esos treinta años? Tenía una cosa clara, ¡se trata de la familia!
De esto tienen que deducir: Todo lo que estorbe la vida familiar no procede de Dios.
¿Cómo es una familia de Nazaret? El padre es la cabeza, la madre el corazón y en el centro
está el hijo. Padre José Kentenich

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MISIONES FAMILIARES 2019

NUESTRO LEMA
Cada trienio las misiones familiares crean un lema que identifica el trabajo a realizar durante
el trabajo de evangelización a las comunidades, este lema sirve de guía y motivación a los
misioneros en el mensaje y actitud que se debe mantener.

EL lema del trienio 2018-2020 es:

“LA ALEGRIA DEL AMOR, EVANGELIOS VIVOS PARA EL ECUADOR”

Desglosándose así los acentos de cada año:

2018 La alegría del amor


2019 Evangelios Vivos
2020 Para el Ecuador

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MISIONES FAMILIARES 2019

LINEAMIENTO MISIONES 2019


En este año se va a trabajar la segunda parte de nuestro lema: EVANGELIOS VIVOS, el esfuerzo
diario y las conquistas a realizar deben ir enfocadas en poder ser esa imagen frente a las
comunidades misionadas y ante nuestros hermanos misioneros. Un ejemplo de cómo vivir
este lema, sin duda es la búsqueda de la santidad, como lo hemos visto muchas veces dentro
de Schoenstatt, una santidad reflejada en nuestra vida cotidiana. Para esto hemos tomado
como guía la exhortación apostólica GAUDETE ET EXSULTATE, de nuestro Papa Francisco la
cual habla sobre el llamado a la santidad.

1. «Alegraos y regocijaos» (Mt 5,12), dice Jesús a los que son perseguidos o humillados por
su causa. El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual
fuimos creados. Él nos quiere Santos y no espera que nos conformemos con una existencia
mediocre, aguada, licuada. En realidad, desde las primeras páginas de la Biblia está presente,
de diversas maneras, el llamado a la santidad. Así se lo proponía el Señor a Abraham: «Camina
en mi presencia y sé perfecto» (Gn 17,1).
2. No es un tratado sobre la santidad, con tantas definiciones y distinciones que podrían
enriquecer este importante tema, o con análisis que podrían hacerse acerca de los medios de
santificación. El humilde objetivo es hacer resonar una vez más el llamado a la santidad,
procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades.
Porque a cada uno de nosotros el Señor nos eligió «para que fuésemos Santos e
irreprochables ante él por el amor» (Ef 1,4).

También se va a resaltar 4 de las virtudes más presentes en los Santos de la historia, de tal
forma que podamos reflexionarlas y buscar la manera de hacerlas parte de nuestra vida.
1. La caridad
2. La humildad
3. La sencillez
4. Perseverancia y fidelidad

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MISIONES FAMILIARES 2019

CONSEJOS PARA LA SANTIDAD Papa Francisco


La santidad no se compra. Ni la ganan las mejores fuerzas humanas. No, la santidad sencilla
de todos los cristianos, la nuestra, aquella que debemos hacer todos los días, es un camino
que se puede hacer sólo si lo sostienen cuatro elementos imprescindibles, a saber: coraje,
esperanza, gracia y conversión".
Coraje:
“Este caminar, la santidad es un camino, la santidad no se puede comprar, no se vende.
Tampoco se regala. La santidad es un camino en la presencia de Dios que debo hacer yo: no
puede hacerlo otro en mi nombre”
“Puedo orar para que el otro sea Santo, pero el camino debe hacerlo él, no yo. Caminar en la
presencia de Dios, de modo irreprochable. Y yo usaré hoy algunas palabras que nos enseñan
cómo es la santidad de cada día, esa santidad –digamos- también anónima. Primero: coraje,
el camino hacia la santidad requiere valentía”
Esperanza:
“El Reino de los Cielos de Jesús” es para aquellos “que tienen el coraje de ir adelante” y a su
vez es movido por la “esperanza”.
Gracia
“La santidad no podemos hacerla nosotros solos. No, es una gracia. Ser bueno, ser Santo, dar
todos los días un paso adelante en la vida cristiana es una gracia de Dios y tenemos que
pedirla”.
“La valentía es un camino. Un camino que se debe hacer con coraje, con la esperanza y con
la esperanza y con la disponibilidad de recibir esta gracia. Y la esperanza: la esperanza del
Camino”
Conversión:
“La conversión, todos los días: ‘Ah, Padre, para convertirme debo hacer penitencia, darme
golpes…’. ‘No, no, no: conversiones pequeñas. Pero si tú eres capaz de no hablar a espaldas
del otro, es un buen camino para ser Santo’”.
“¡Es así de simple!”, dijo para concluir. “Yo sé que vosotros nunca habláis mal a espaldas de
los otros, ¿verdad? Pequeñas cosas… Tengo ganas de criticar al vecino, al compañero de
trabajo: morderse la lengua un poco. Se hará un poco grande la lengua, pero vuestro espíritu
será más Santo en este camino”.
Por tanto, “el camino de la santidad es sencillo. No volver atrás, sino ir siempre adelante. Y
con fortaleza”.

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MISIONES FAMILIARES 2019

SANTIDAD DE LA VIDA DIARIA EN SCHOENSTATT


La aplicación pedagógica de la Alianza de Amor en la vida práctica ha desarrollado la doctrina
de la “santidad de la vida diaria” en la historia de la Obra de Schoenstatt. Esta expresión
designa una forma de piedad laical llamada a dar luz al mundo a cristianos activos que vivan
en sus familias y en la sociedad de acuerdo al mensaje evangélico. Se trata, en definitiva, de
la redención del mundo en todos sus ámbitos.

La espiritualidad de Schoenstatt estuvo marcada desde el principio por un realismo sencillo,


buscando superar una religiosidad puesta por las nubes o sólo practicable y practicada en
nichos protegidos, pero que fracasa ante los desafíos de la vida diaria. La vida diaria, los
deberes cotidianos en la familia, en el colegio o en la universidad, en los lugares de trabajo y
en el convivir con los demás, no son un obstáculo para la santidad, sino al contrario: el lugar
para vivirla y crecer en ella. Esto exige a los que siguen esta espiritualidad a no dejar su fe y
sus convicciones cristianas en la puerta de las empresas, de los parlamentos y universidades,
sino vivirlas en una verdadera santidad de la vida diaria.
El P. Kentenich decía: “La santidad de la vida diaria es la armonía agradable a Dios entre la
vinculación hondamente afectiva a él, al trabajo y al prójimo en todas las circunstancias de la
vida” .
Este concepto de santidad es completamente novedoso. Es una santidad que se basa en
meter a Dios en todo lo que haces, en hacer de tu día a día un encuentro permanente con
Dios. No es un esfuerzo voluntarista por hacerte Santo. Es dejar que Dios te haga Santo en lo
que haces y desde el vínculo con Él hacer las cosas por amor, para mejorarlas, para dejar
huella. La santidad no es una huida del mundo para refugiarte en lo sacro, sino un santificar
el mundo, desde el santuario, desde la Alianza de Amor con la Mater. Ella se compromete a
educarte en la santidad.

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MISIONES FAMILIARES 2019

SABADO 13 DE ABRIL
TEMA: El llamado a la Santidad
En la carta a los hebreos se mencionan distintos testimonios que nos animan a que
«corramos, con constancia, en la carrera que nos toca» Allí se habla de Abraham, de Sara, de
Moisés, de Gedeón y de varios más y sobre todo se nos invita a reconocer que tenemos «una
nube tan ingente de testigos» que nos alientan a no detenernos en el camino, nos estimulan
a seguir caminando hacia la meta. Y entre ellos puede estar nuestra propia madre, una abuela
u otras personas cercanas. Quizá su vida no fue siempre perfecta, pero aun en medio de
imperfecciones y caídas siguieron adelante y agradaron al Señor.
Los Santos que ya han llegado a la presencia de Dios mantienen con nosotros lazos de amor
y comunión. Lo atestigua el libro del Apocalipsis cuando habla de los mártires que interceden:
«Vi debajo del altar las almas de los degollados por causa de la Palabra de Dios y del
testimonio que mantenían. Y gritaban con voz potente: “¿Hasta cuándo, dueño Santo y veraz,
vas a estar sin hacer justicia?”»
No pensemos solo en los ya beatificados o canonizados. El Espíritu Santo derrama santidad
por todas partes, en el Santo pueblo fiel de Dios, porque «fue voluntad de Dios el santificar y
salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino
constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera santamente». El Señor, en
la historia de la salvación, ha salvado a un pueblo.
Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con tanto amor
a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los
enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo. En esta constancia para seguir
adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. Esa es muchas veces la santidad «de
la puerta de al lado», de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia
de Dios, o, para usar otra expresión, «la clase media de la santidad».
El Señor llama
Todo esto es importante. Sin embargo, lo que quisiera recordar con esta Exhortación es sobre
todo el llamado a la santidad que el Señor hace a cada uno de nosotros, ese llamado que te
dirige también a ti: «Sed Santos, porque yo soy Santo» (Lv 11,45). El Concilio Vaticano II lo
destacó con fuerza: «Todos los fieles, cristianos, de cualquier condición y estado, fortalecidos
con tantos y tan poderosos medios de salvación, son llamados por el Señor, cada uno por su
camino, a la perfección de aquella santidad con la que es perfecto el mismo Padre».
Dentro de las formas variadas, quiero destacar que el «genio femenino» también se
manifiesta en estilos femeninos de santidad, indispensables para reflejar la santidad de Dios
en este mundo. Precisamente, aun en épocas en que las mujeres fueron más relegadas, el
Espíritu Santo suscitó santas cuya fascinación provocó nuevos dinamismos espirituales e
importantes reformas en la Iglesia. Podemos mencionar a santa Hildegarda de Bingen, santa
Brígida, santa Catalina de Siena, santa Teresa de Ávila o santa Teresa de Lisieux. Pero me

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MISIONES FAMILIARES 2019

interesa recordar a tantas mujeres desconocidas u olvidadas quienes, cada una a su modo,
han sostenido y transformado familias y comunidades con la potencia de su testimonio.
Esto debería entusiasmar y alentar a cada uno para darlo todo, para crecer hacia ese proyecto
único e irrepetible que Dios ha querido para él desde toda la eternidad: «Antes de formarte
en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré» (Jr 1,5)
También para ti
Para ser Santos no es necesario ser obispos, sacerdotes, religiosas o religiosos. Muchas veces
tenemos la tentación de pensar que la santidad está reservada solo a quienes tienen la
posibilidad de tomar distancia de las ocupaciones ordinarias, para dedicar mucho tiempo a la
oración. No es así. Todos estamos llamados a ser Santos viviendo con amor y ofreciendo el
propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra. ¿Eres
consagrada o consagrado? Sé Santo viviendo con alegría tu entrega. ¿Estás casado? Sé Santo
amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la Iglesia. ¿Eres
un trabajador? Sé Santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los
hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé Santo enseñando con paciencia a los niños a
seguir a Jesús. ¿Tienes autoridad? Sé Santo luchando por el bien común y renunciando a tus
intereses personales.
Deja que la gracia de tu Bautismo fructifique en un camino de santidad. Deja que todo esté
abierto a Dios y para ello opta por él, elige a Dios una y otra vez. No te desalientes, porque
tienes la fuerza del Espíritu Santo para que sea posible, y la santidad, en el fondo, es el fruto
del Espíritu Santo en tu vida (Ga 5,22-23). Cuando sientas la tentación de enredarte en tu
debilidad, levanta los ojos al Crucificado y dile: «Señor, yo soy un pobrecillo, pero tú puedes
realizar el milagro de hacerme un poco mejor». En la Iglesia, santa y compuesta de pecadores,
encontrarás todo lo que necesitas para crecer hacia la santidad. El Señor la ha llenado de
dones con la Palabra, los sacramentos, los santuarios, la vida de las comunidades, el
testimonio de sus Santos, y una múltiple belleza que procede del amor del Señor, «como
novia que se adorna con sus joyas» (Is 61,10).
Esta santidad a la que el Señor te llama irá creciendo con pequeños gestos. Por ejemplo: una
señora va al mercado a hacer las compras, encuentra a una vecina y comienza a hablar, y
vienen las críticas. Pero esta mujer dice en su interior: «No, no hablaré mal de nadie». Este
es un paso en la santidad. Luego, en casa, su hijo le pide conversar acerca de sus fantasías, y
aunque esté cansada se sienta a su lado y escucha con paciencia y afecto.
Esa es otra ofrenda que santifica. Luego vive un momento de angustia, pero recuerda el amor
de la Virgen María, toma el rosario y reza con fe. Ese es otro camino de santidad. Luego va
por la calle, encuentra a un pobre y se detiene a conversar con él con cariño. Ese es otro paso.

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MISIONES FAMILIARES 2019

Tu misión en Cristo
Para un cristiano no es posible pensar en la propia misión en la tierra sin concebirla como un
camino de santidad, porque «esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (1 Ts 4,3).
Cada Santo es una misión; es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar, en un momento
determinado de la historia, un aspecto del Evangelio.
Esa misión tiene su sentido pleno en Cristo y solo se entiende desde él. En el fondo la santidad
es vivir en unión con él los misterios de su vida. Consiste en asociarse a la muerte y
resurrección del Señor de una manera única y personal, en morir y resucitar constantemente
con él. Pero también puede implicar reproducir en la propia existencia distintos aspectos de
la vida terrena de Jesús: su vida oculta, su vida comunitaria, su cercanía a los últimos, su
pobreza y otras manifestaciones de su entrega por amor.
No tengas miedo de la santidad. No te quitará fuerzas, vida o alegría. Todo lo contrario,
porque llegarás a ser lo que el Padre pensó cuando te creó y serás fiel a tu propio ser.
No tengas miedo de apuntar más alto, de dejarte amar y liberar por Dios. No tengas miedo
de dejarte guiar por el Espíritu Santo. La santidad no te hace menos humano, porque es el
encuentro de tu debilidad con la fuerza de la gracia. En el fondo, como decía León Bloy, en la
vida «existe una sola tristeza, la de no ser Santos»

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MISIONES FAMILIARES 2019

DOMINGO 14 DE ABRIL
TEMA: Domingo de Ramos (Entrada Triunfal de Cristo)
Al día siguiente, cuando la gran multitud que había venido a la fiesta, oyó que Jesús venía a
Jerusalén, tomaron hojas de las palmas y salieron a recibir a Jesús, y gritaban: “¡Hosanna!
Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel.”
Jesús, hallando un asnillo, se montó en él; como está escrito: “No temas, mira, Sion; he aquí,
tu Rey viene, montado en un pollino de asna.”
Sus discípulos no entendieron esto al principio, pero después, cuando Jesús fue glorificado,
entonces se acordaron de que esto se había escrito de Él, y de que Le habían hecho estas
cosas. Juan 12:12-16
Podemos imaginarnos con razón cómo los muchachos y jóvenes de la ciudad se dejaron
contagiar de este ambiente, uniéndose al cortejo con sus gritos. Jesús mismo ve en esta alegre
bienvenida una fuerza irresistible querida por Dios, y a los fariseos escandalizados les
responde: ‘Os digo que, si estos callan, gritarán las piedras’”.
Esta celebración tiene como un doble sabor, dulce y amargo, es alegre y dolorosa, porque en
ella celebramos la entrada del Señor en Jerusalén, aclamado por sus discípulos como rey, al
mismo tiempo que se proclama solemnemente el relato del evangelio sobre su pasión.
Por eso nuestro corazón siente ese doloroso contraste y experimenta en cierta medida lo que
Jesús sintió en su corazón en ese día, el día en que se regocijó con sus amigos y lloró sobre
Jerusalén.
Jesús “no es un iluso que siembra falsas ilusiones, un profeta ‘new age’, un vendedor de
humo, todo lo contrario: es un Mesías bien definido, con la fisonomía concreta del siervo, el
siervo de Dios y del hombre que va a la pasión; es el gran Paciente del dolor humano. Papa
Francisco.
MISION INTERNA: LA MISION DE LOS CRISTIANOS
La misión cristiana es un don para compartir, educar y comunicar la fe para entonces proceder
a evangelizar la Palabra de Dios.
Las misiones y los misioneros siempre han sido importantes en el cristianismo. Más aún, son
la vanguardia y el referente primero de la evangelización. Al mismo tiempo, todos los
cristianos tenemos una misión. Esto significa nuestro nombre, “cristiano”, que deriva de
Cristo, el “ungido” por Dios para la salvación del mundo.
En el momento actual cabe subrayar tres aspectos: la misión nos corresponde efectivamente
a todos los cristianos, según nuestras condiciones y circunstancias en la Iglesia y en el mundo;
la misión cristiana es un aspecto esencial de la educación en la fe; esta misión requiere hoy
antes que nada del testimonio y de la misericordia.

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MISIONES FAMILIARES 2019

La misión, o la evangelización, corresponde a todos los cristianos


1. Los cristianos hemos recibido la buena noticia (el Evangelio) de que Dios nos ama y el
encargo o la misión de anunciarla al mundo. Cristiano significa ungido, como Cristo y en
Cristo, para esa misión. Como ha señalado el Papa Francisco, se trata de “un don que no se
puede conservar para uno mismo, sino que debe ser compartido. Si queremos guardarlo sólo
para nosotros mismos, nos convertiremos en cristianos aislados, estériles y enfermos”
(Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones, 20-X-2013).
Con esa buena noticia y la misión de anunciarla a todos, también tenemos los cristianos el
impulso y la energía para hacerlo, saliendo de nosotros mismos e incluso, como nos insiste el
Papa, yendo a las “periferias”, especialmente a aquellas que no han tenido la oportunidad de
conocer a Cristo. “La fuerza de nuestra fe, a nivel personal y comunitario, también se mide
por la capacidad de comunicarla a los demás, de difundirla, de vivirla en la caridad, de dar
testimonio a las personas que encontramos y que comparten con nosotros el camino de la
vida”.
Esta necesidad y su permanente actualidad la han percibido los Santos de todos los tiempos.
Por eso existen las “misiones”, que el Concilio Vaticano II quiso integrar en la gran y única
misión cristiana, en este compromiso evangelizador que nos compromete a todos, porque
“los ‘confines’ de la fe no solo atraviesan lugares y tradiciones humanas, sino el corazón de
cada hombre y cada mujer”.
Educar para la evangelización
2. Con otras palabras, “todos somos enviados por los senderos del mundo para caminar con
nuestros hermanos, profesando y dando testimonio de nuestra fe en Cristo y convirtiéndonos
en anunciadores de su Evangelio”. Esta misión, la misión de los cristianos, no es simplemente
un programa que habría que lograr a un plazo más o menos largo, sino también un horizonte
que hemos de tener en todas nuestras actividades cotidianas, aquí y ahora. Con ello llegamos
a un segundo punto. En la educación de la fe es esencial formar a los cristianos para su misión;
para una misión que pueden y deben llevar a cabo ya desde niños, entre los parientes y los
amigos, los vecinos, los compañeros de trabajo y los simples conocidos.
Ahora bien, la evangelización encuentra obstáculos fuera y dentro de la comunidad eclesial.
“A veces –reconoce el Papa– el fervor, la alegría, el coraje, la esperanza en anunciar a todos
el mensaje de Cristo y ayudar a la gente de nuestro tiempo a encontrarlo son débiles”. En
otras ocasiones se piensa que evangelizar es violentar la libertad; más bien sucede que si se
lleva a cabo con claridad y respeto, la evangelización es un servicio y un homenaje a la libertad
humana. En un ambiente como el nuestro, que destaca la violencia, la mentira y el error, es
urgente que resuene esta buena noticia.

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MISIONES FAMILIARES 2019

Evangelización, testimonio y misericordia


3. Tercero y último, la evangelización requiere ante todo el testimonio de vida. La
evangelización no es una apelación a seguir o adherirse a una doctrina o unos intereses
meramente humanos. Es una proposición a la razón y a la libertad de las personas. Se trata
de ayudarlas a abrirse ante las necesidades materiales y espirituales de los otros, de modo
que se muevan a la compasión y al amor efectivo, con hechos. Y esto solo puede proponerse
con el testimonio (es decir, el ejemplo y la coherencia manifestados en la vida y en las
palabras) y la misericordia.
En efecto, el Evangelio de Cristo es “anuncio de la cercanía de Dios, de su misericordia, de su
salvación”. Hemos de ser capaces de anunciar “que el poder del amor de Dios es capaz de
vencer las tinieblas del mal y conducir hacia el camino del bien”. En esto consiste la naturaleza
misionera de la Iglesia, y, por tanto, la misión de los cristianos: es “testimonio de vida que
ilumina el camino, que trae esperanza y amor” (Papa Francisco, Mensaje para la Jornada
Mundial de las Misiones, 20-X-2013).
VIRTUD PARA IMITAR: LA CARIDAD
Es evidente que la primera entre todas las virtudes es la caridad que nos une directamente
con Dios y, al mismo tiempo, nos lleva también a vivir la unión y solidaridad con los hermanos.
Sin la caridad no hay perfección posible.
San Alfonso comienza su librito, “Practica del amor a Jesucristo” con estas palabras:
“Toda la santidad y perfección del alma consiste en amar a Jesucristo nuestro Dios”.
San Francisco de Sales decía: “la perfección cristiana consiste en amar a Dios de todo
corazón”.
Y, San Agustín llego a decir: “Ama y haz lo que quieras” porque quien ama de verdad a Dios,
no podrá hacer sino lo que le agrade. Es decir, será un Santo.
Juan Pablo II enseña:
“El amor es el único criterio según el cual todo debe hacerse o no hacerse, cambiarse o no
cambiarse.
Es el principio que debe dirigir toda acción y el fin al que debe tender.
Actuando con caridad o inspirados por la caridad…todo es bueno”

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MISIONES FAMILIARES 2019

LUNES 15 DE ABRIL
TEMA: Enemigos de la Santidad
En este marco, existen dos falsificaciones de la santidad que podrían desviarnos del camino:
el gnosticismo y el pelagianismo. Son dos herejías que surgieron en los primeros siglos
cristianos, pero que siguen teniendo alarmante actualidad. Aun hoy los corazones de muchos
cristianos, quizá sin darse cuenta, se dejan seducir por estas propuestas engañosas. Veamos
estas dos formas de seguridad doctrinal o disciplinaria que dan lugar «a un elitismo narcisista
y autoritario, donde en lugar de evangelizar lo que se hace es analizar y clasificar a los demás,
y en lugar de facilitar el acceso a la gracia se gastan las energías en controlar. En los dos casos,
ni Jesucristo ni los demás interesan verdaderamente».
El gnosticismo actual. - Supone una fe encerrada en el subjetivismo, donde solo interesa una
determinada experiencia o una serie de razonamientos y conocimientos que supuestamente
reconfortan e iluminan.
Una mente sin Dios y sin carne. - A lo largo de la historia de la Iglesia quedó muy claro que lo
que mide la perfección de las personas es su grado de caridad, no la cantidad de datos y
conocimientos que acumulen. Los «gnósticos» tienen una confusión en este punto, y juzgan
a los demás según la capacidad que tengan de comprender la profundidad de determinadas
doctrinas.
En definitiva, se trata de una superficialidad vanidosa: mucho movimiento en la superficie de
la mente, pero no se mueve ni se conmueve la profundidad del pensamiento.
Una doctrina sin misterio. - El gnosticismo es una de las peores ideologías, ya que, al mismo
tiempo que exalta indebidamente el conocimiento o una determinada experiencia, considera
que su propia visión de la realidad es la perfección. Así, quizá sin advertirlo, esta ideología se
alimenta a sí misma y se enceguece aún más. A veces se vuelve especialmente engañosa
cuando se disfraza de una espiritualidad desencarnada. Porque el gnosticismo «por su propia
naturaleza quiere domesticar el misterio, tanto el misterio de Dios y de su gracia, como el
misterio de la vida de los demás.
Cuando alguien tiene respuestas a todas las preguntas, demuestra que no está en un sano
camino y es posible que sea un falso profeta, que usa la religión en beneficio propio, al servicio
de sus elucubraciones psicológicas y mentales. Dios nos supera infinitamente, siempre es una
sorpresa y no somos nosotros los que decidimos en qué circunstancia histórica encontrarlo,
ya que no depende de nosotros determinar el tiempo y el lugar del encuentro. Quien lo quiere
todo claro y seguro pretende dominar la trascendencia de Dios.

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MISIONES FAMILIARES 2019

Los límites de la razón. - Nosotros llegamos a comprender muy pobremente la verdad que
recibimos del Señor. Con mayor dificultad todavía logramos expresarla. Por ello no podemos
pretender que nuestro modo de entenderla nos autorice a ejercer una supervisión estricta
de la vida de los demás. Quiero recordar que en la Iglesia conviven lícitamente distintas
maneras de interpretar muchos aspectos de la doctrina y de la vida cristiana que, en su
variedad, «ayudan a explicitar mejor el riquísimo tesoro de la Palabra». Es verdad que «a
quienes sueñan con una doctrina monolítica defendida por todos sin matices, esto puede
parecerles una imperfecta dispersión». Precisamente, algunas corrientes gnósticas
despreciaron la sencillez tan concreta del Evangelio e intentaron reemplazar al Dios trinitario
y encarnado por una Unidad superior donde desaparecía la rica multiplicidad de nuestra
historia.
En realidad, la doctrina, o mejor, nuestra comprensión y expresión de ella, «no es un sistema
cerrado, privado de dinámicas capaces de generar interrogantes, dudas, cuestionamientos»,
y «las preguntas de nuestro pueblo, sus angustias, sus peleas, sus sueños, sus luchas, sus
preocupaciones, poseen valor hermenéutico que no podemos ignorar si queremos tomar en
serio el principio de encarnación. Sus preguntas nos ayudan a preguntarnos, sus
cuestionamientos nos cuestionan»
A todos los que en la Iglesia tienen la posibilidad de una formación más alta, san Juan Pablo
II les advertía de la tentación de desarrollar «un cierto sentimiento de superioridad respecto
a los demás fieles»
Cuando san Francisco de Asís veía que algunos de sus discípulos enseñaban la doctrina, quiso
evitar la tentación del gnosticismo. Entonces escribió esto a san Antonio de Padua: «Me
agrada que enseñes sagrada teología a los hermanos con tal que, en el estudio de la misma,
no apagues el espíritu de oración y devoción».
El pelagianismo actual. - Con el paso del tiempo, muchos comenzaron a reconocer que no es
el conocimiento lo que nos hace mejores o Santos, sino la vida que llevamos. El problema es
que esto se degeneró sutilmente, de manera que el mismo error de los gnósticos
simplemente se transformó, pero no fue superado.
Porque el poder que los gnósticos atribuían a la inteligencia, algunos comenzaron a
atribuírselo a la voluntad humana, al esfuerzo personal. Así surgieron los pelagianos y los
semipelagianos. Ya no era la inteligencia lo que ocupaba el lugar del misterio y de la gracia,
sino la voluntad. Se olvidaba que «todo depende no del querer o del correr, sino de la
misericordia de Dios» (Rm 9,16) y que «él nos amó primero» (1 Jn 4,19).

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MISIONES FAMILIARES 2019

Una voluntad sin humildad. - Los que responden a esta mentalidad pelagiana o
semipelagiana, aunque hablen de la gracia de Dios con discursos edulcorados «en el fondo
solo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir determinadas
normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico. Cuando algunos de ellos
se dirigen a los débiles diciéndoles que todo se puede con la gracia de Dios, en el fondo suelen
transmitir la idea de que todo se puede con la voluntad humana, como si ella fuera algo puro,
perfecto, omnipotente, a lo que se añade la gracia. En cualquier caso, como enseñaba san
Agustín, Dios te invita a hacer lo que puedas y a pedir lo que no puedas; o bien a decirle al
Señor humildemente: «Dame lo que me pides y pídeme lo que quieras».
En el fondo, la falta de un reconocimiento sincero, dolorido y orante de nuestros límites es lo
que impide a la gracia actuar mejor en nosotros, ya que no le deja espacio para provocar ese
bien posible que se integra en un camino sincero y real de crecimiento.
Cuando Dios se dirige a Abraham le dice: «Yo soy Dios todopoderoso, camina en mi presencia
y sé perfecto» (Gn 17,1). Para poder ser perfectos, como a él le agrada, necesitamos vivir
humildemente en su presencia, envueltos en su gloria; nos hace falta caminar en unión con
él reconociendo su amor constante en nuestras vidas. Hay que perderle el miedo a esa
presencia que solamente puede hacernos bien. Es el Padre que nos dio la vida y nos ama
tanto. Una vez que lo aceptamos y dejamos de pensar nuestra existencia sin él, desaparece
la angustia de la soledad. Y si ya no ponemos distancias frente a Dios y vivimos en su
presencia, podremos permitirle que examine nuestro corazón para ver si va por el camino
correcto. Así conoceremos la voluntad agradable y perfecta del Señor y dejaremos que él nos
moldee como un alfarero. Hemos dicho tantas veces que Dios habita en nosotros, pero es
mejor decir que nosotros habitamos en él, que él nos permite vivir en su luz y en su amor. Él
es nuestro templo: lo que busco es habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida.
«Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa» (Sal 84,11). En él somos santificados.
Una enseñanza de la Iglesia muchas veces olvidada. - La Iglesia enseñó reiteradas veces que
no somos justificados por nuestras obras o por nuestros esfuerzos, sino por la gracia del Señor
que toma la iniciativa. Los Padres de la Iglesia, aun antes de san Agustín, expresaban con
claridad esta convicción primaria. San Juan Crisóstomo decía que Dios derrama en nosotros
la fuente misma de todos los dones antes de que nosotros hayamos entrado en el combate.
San Basilio Magno remarcaba que el fiel se gloría solo en Dios, porque «reconoce estar
privado de la verdadera justicia y que es justificado únicamente mediante la fe en Cristo».
El Catecismo de la Iglesia Católica también nos recuerda que el don de la gracia «sobrepasa
las capacidades de la inteligencia y las fuerzas de la voluntad humana», y que «frente a Dios
no hay, en el sentido de un derecho estricto, mérito alguno de parte del hombre. Entre él y
nosotros la desigualdad no tiene medida».

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MISIONES FAMILIARES 2019

Su amistad nos supera infinitamente, no puede ser comprada por nosotros con nuestras
obras y solo puede ser un regalo de su iniciativa de amor. Esto nos invita a vivir con una gozosa
gratitud por ese regalo que nunca mereceremos, puesto que «después que uno ya posee la
gracia, no puede la gracia ya recibida caer bajo mérito». Los Santos evitan depositar la
confianza en sus acciones: «En el atardecer de esta vida me presentaré ante ti con las manos
vacías, Señor, porque no te pido que lleves cuenta de mis obras. Todas nuestras justicias
tienen manchas a tus ojos»
Solamente a partir del don de Dios, libremente acogido y humildemente recibido, podemos
cooperar con nuestros esfuerzos para dejarnos transformar más y más. Lo primero es
pertenecer a Dios. Se trata de ofrecernos a él que nos primerea, de entregarle nuestras
capacidades, nuestro empeño, nuestra lucha contra el mal y nuestra creatividad, para que su
don gratuito crezca y se desarrolle en nosotros: «Os exhorto, pues, hermanos, por la
misericordia de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, Santo, agradable
a Dios» (Rm 12,1). Por otra parte, la Iglesia siempre enseñó que solo la caridad hace posible
el crecimiento en la vida de la gracia, porque si no tengo caridad, no soy nada.
En orden a evitarlo, es sano recordar frecuentemente que existe una jerarquía de virtudes,
que nos invita a buscar lo esencial. El primado lo tienen las virtudes teologales, que tienen a
Dios como objeto y motivo. Y en el centro está la caridad. San Pablo dice que lo que cuenta
de verdad es «la fe que actúa por el amor» (Ga 5,6). Estamos llamados a cuidar atentamente
la caridad: «El que ama ha cumplido el resto de la ley […] por eso la plenitud de la ley es el
amor» (Rm 13,8.10). «Porque toda la ley se cumple en una sola frase, que es: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo» (Ga 5,14).
MISION INTERNA: PERMISO
El Santo Padre nos enseña que, si “Dios mismo pide permiso para entrar en nuestra vida”,
con mucha más razón debemos servirnos de esa palabra para crear en el hogar un ambiente
más armónico. Con frecuencia en la familia nos olvidamos de esta buena costumbre: cuando
sentados a la mesa y tomamos algo o cuando pasamos frente a alguien; confundiendo así
confianza con respeto y provocando una situación de malestar. Al pedir permiso no seremos
tomados como débiles o inferiores, al contrario, seremos personas más sensibles y humildes.
Lo cortés no quita lo valiente.
El Pontífice ha apuntado la "delicadeza de una actitud no invasiva" que supone disponerse a
"entrar en la vida del otro, aun cuando es parte de la propia vida". Además, ha asegurado que
el "permiso" ayuda constantemente a "renovar la confianza y el respeto" en lugar de "dar
todo por sentado". "El amor, cuanto más íntimo y profundo es, más exige el respeto de la
libertad y la capacidad de esperar a que la otra persona abra la puerta de su corazón", ha
manifestado.

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MISIONES FAMILIARES 2019

VIRTUD PARA IMITAR: LA HUMILDAD


La humildad es indispensable para ser Santos. Los humildes se roban el corazón de Dios.
Dios quiere hacer maravillas en ti, pero tú debes colaborar con Dios porque El respeta tu
libertad. Si tú se lo permites, Dios puede hacer de ti un gran Santo.
El primer paso que has de dar es ser humilde porque Dios, en los débiles y humildes, hace
cosas grandes.
Por eso los que se creen grandes y piensan que pueden hacerlo todo ellos solos no llegan a
nada. En cambia los humildes y pequeños lo hacen con Dios.
La Sagrada Escritura nos enseña que Dios rechaza a los orgullosos y acoge a los humildes.
Meditemos algunos textos:
-“Odioso es al Señor y a los hombres el orgullo” (Eclo 10,7).
-“Los tronos de los príncipes los volteo el Señor y en su lugar sentó a los mansos. Las raíces
de los orgullosos las arranco el Señor y en su lugar plantó a los humildes.” (Eclo 10,12-15).
-“Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mi que soy manso y humilde de corazón” (Mt
11,29).
-“El que se ensalce será humillado y el que humille será ensalzado”, (Mt 23,11).
-“Revestíos todos de humildad en vuestras mutuas relaciones, pues Dios resiste a los
soberbios y da su gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la mana poderosa de Dios para
que, llegada la ocasión, os ensalce” (lP 5,5b-6).
Para ser humilde:
-Acepta la humillación.
-Reconoce tus defectos y se comprensivo con los defectos de los otros.
-Acepta con sencillez las cualidades que Dios te ha dado y las cosas que hace en ti.
-Acepta con alegría las casas buenas que Dios hace en otras personas.
-Admite que los demás tienen cualidades.
-Ten paciencia contigo mismo.

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MISIONES FAMILIARES 2019

MARTES 16 DE ABRIL
TEMA: A la luz del Maestro
Puede haber muchas teorías sobre lo que es la santidad, abundantes explicaciones y
distinciones. Esa reflexión podría ser útil, pero nada es más iluminador que volver a las
palabras de Jesús y recoger su modo de transmitir la verdad. Jesús explicó con toda sencillez
qué es ser Santos, y lo hizo cuando nos dejó las bienaventuranzas (Mt 5,3-12; Lc 6,20-23). Son
como el carnet de identidad del cristiano. Así, si alguno de nosotros se plantea la pregunta:
«¿Cómo se hace para llegar a ser un buen cristiano?», la respuesta es sencilla: es necesario
hacer, cada uno a su modo, lo que dice Jesús en el sermón de las bienaventuranzas. En ellas
se dibuja el rostro del Maestro, que estamos llamados a transparentar en lo cotidiano de
nuestras vidas.
La palabra «feliz» o «bienaventurado», pasa a ser sinónimo de «Santo», porque expresa que
la persona que es fiel a Dios y vive su Palabra alcanza, en la entrega de sí, la verdadera dicha.
A contracorriente
Aunque las palabras de Jesús puedan parecernos poéticas, sin embargo, van muy a
contracorriente con respecto a lo que es costumbre, a lo que se hace en la sociedad; y, si bien
este mensaje de Jesús nos atrae, en realidad el mundo nos lleva hacia otro estilo de vida. Las
bienaventuranzas de ninguna manera son algo liviano o superficial; al contrario, ya que solo
podemos vivirlas si el Espíritu Santo nos invade con toda su potencia y nos libera de la
debilidad del egoísmo, de la comodidad, del orgullo.
Volvamos a escuchar a Jesús, con todo el amor y el respeto que merece el Maestro.
Permitámosle que nos golpee con sus palabras, que nos desafíe, que nos interpele a un
cambio real de vida. De otro modo, la santidad será solo palabras. Recordamos ahora las
distintas bienaventuranzas en la versión del evangelio de Mateo (Mt 5,3-12).
«Felices los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos»
El Evangelio nos invita a reconocer la verdad de nuestro corazón, para ver dónde colocamos
la seguridad de nuestra vida. Normalmente el rico se siente seguro con sus riquezas, y cree
que cuando están en riesgo, todo el sentido de su vida en la tierra se desmorona. Jesús mismo
nos lo dijo en la parábola del rico insensato, de ese hombre seguro que, como necio, no
pensaba que podría morir ese mismo día (Lc 12,16-21).
Las riquezas no te aseguran nada. Es más: cuando el corazón se siente rico, está tan satisfecho
de sí mismo que no tiene espacio para la Palabra de Dios, para amar a los hermanos ni para
gozar de las cosas más grandes de la vida. Así se priva de los mayores bienes. Por eso Jesús
llama felices a los pobres de espíritu, que tienen el corazón pobre, donde puede entrar el
Señor con su constante novedad.

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MISIONES FAMILIARES 2019

«Felices los mansos, porque heredarán la tierra»


Es una expresión fuerte, en este mundo que desde el inicio es un lugar de enemistad, donde
se riñe por doquier, donde por todos lados hay odio, donde constantemente clasificamos a
los demás por sus ideas, por sus costumbres, y hasta por su forma de hablar o de vestir. En
definitiva, es el reino del orgullo y de la vanidad, donde cada uno se cree con el derecho de
alzarse por encima de los otros. Sin embargo, aunque parezca imposible, Jesús propone otro
estilo: la mansedumbre. Es lo que él practicaba con sus propios discípulos y lo que
contemplamos en su entrada a Jerusalén: «Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado
en una borrica» (Mt 21,5).
Él dijo: «Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para
vuestras almas» (Mt 11,29). Si vivimos tensos, engreídos ante los demás, terminamos
cansados y agotados. Pero cuando miramos sus límites y defectos con ternura y
mansedumbre, sin sentirnos más que ellos, podemos darles una mano y evitamos desgastar
energías en lamentos inútiles. Para santa Teresa de Lisieux «la caridad perfecta consiste en
soportar los defectos de los demás, en no escandalizarse de sus debilidades».
La mansedumbre es otra expresión de la pobreza interior, de quien deposita su confianza solo
en Dios. «En ese pondré mis ojos, en el humilde y el abatido, que se estremece ante mis
palabras» (Is 66,2).
«Felices los que lloran, porque ellos serán consolados»
El mundo nos propone lo contrario: el entretenimiento, el disfrute, la distracción, la diversión,
y nos dice que eso es lo que hace buena la vida. El mundano ignora, mira hacia otra parte
cuando hay problemas de enfermedad o de dolor en la familia o a su alrededor. El mundo no
quiere llorar: prefiere ignorar las situaciones dolorosas, cubrirlas, esconderlas. Se gastan
muchas energías por escapar de las circunstancias donde se hace presente el sufrimiento,
creyendo que es posible disimular la realidad, donde nunca, nunca, puede faltar la cruz.
La persona que ve las cosas como son realmente, se deja traspasar por el dolor y llora en su
corazón, es capaz de tocar las profundidades de la vida y de ser auténticamente feliz. Esa
persona es consolada, pero con el consuelo de Jesús y no con el del mundo.
«Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados»
«Hambre y sed» son experiencias muy intensas, porque responden a necesidades primarias
y tienen que ver con el instinto de sobrevivir. Hay quienes con esa intensidad desean la justicia
y la buscan con un anhelo tan fuerte. Jesús dice que serán saciados, ya que tarde o temprano
la justicia llega, y nosotros podemos colaborar para que sea posible, aunque no siempre
veamos los resultados de este empeño.
Tal justicia empieza por hacerse realidad en la vida de cada uno siendo justo en las propias
decisiones, y luego se expresa buscando la justicia para los pobres y débiles.

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MISIONES FAMILIARES 2019

«Felices los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia»


La misericordia tiene dos aspectos: es dar, ayudar, servir a los otros, y también perdonar,
comprender. Mateo lo resume en una regla de oro: «Todo lo que queráis que haga la gente
con vosotros, hacedlo vosotros con ella» (7,12). El Catecismo nos recuerda que esta ley se
debe aplicar «en todos los casos», de manera especial cuando alguien «se ve a veces
enfrentado con situaciones que hacen el juicio moral menos seguro, y la decisión difícil».
81. Dar y perdonar es intentar reproducir en nuestras vidas un pequeño reflejo de la
perfección de Dios, que da y perdona sobreabundantemente. Por tal razón, en el evangelio
de Lucas ya no escuchamos el «sed perfectos» (Mt 5,48) sino «sed misericordiosos como
vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis
condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará» (6,36-38). Y luego Lucas
agrega algo que no deberíamos ignorar: «Con la medida con que midiereis se os medirá a
vosotros» (6,38). La medida que usemos para comprender y perdonar se aplicará a nosotros
para perdonarnos. La medida que apliquemos para dar, se nos aplicará en el cielo para
recompensarnos. No nos conviene olvidarlo.
«Felices los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios»
Esta bienaventuranza se refiere a quienes tienen un corazón sencillo, puro, sin suciedad,
porque un corazón que sabe amar no deja entrar en su vida algo que atente contra ese amor,
algo que lo debilite o lo ponga en riesgo. En la Biblia, el corazón son nuestras intenciones
verdaderas, lo que realmente buscamos y deseamos, más allá de lo que aparentamos: «El
hombre mira las apariencias, pero el Señor mira el corazón» Él busca hablarnos en el corazón
y allí desea escribir su Ley. En definitiva, quiere darnos un corazón nuevo.
«Felices los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios»
Esta bienaventuranza nos hace pensar en las numerosas situaciones de guerra que se repiten.
Para nosotros es muy común ser agentes de enfrentamientos o al menos de malentendidos.
Por ejemplo, cuando escucho algo de alguien y voy a otro y se lo digo; e incluso hago una
segunda versión un poco más amplia y la difundo. Y si logro hacer más daño, parece que me
provoca mayor satisfacción. El mundo de las habladurías, hecho por gente que se dedica a
criticar y a destruir, no construye la paz. Esa gente más bien es enemiga de la paz y de ningún
modo bienaventurada.
Los pacíficos son fuente de paz, construyen paz y amistad social. A esos que se ocupan de
sembrar paz en todas partes, Jesús les hace una promesa hermosa: «Ellos serán llamados
hijos de Dios» (Mt 5,9). Él pedía a los discípulos que cuando llegaran a un hogar dijeran: «Paz
a esta casa» (Lc 10,5). La Palabra de Dios exhorta a cada creyente para que busque la paz
junto con todos porque «el fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por
la paz» (St 3,18). Y si en alguna ocasión en nuestra comunidad tenemos dudas acerca de lo
que hay que hacer, «procuremos lo que favorece la paz» (Rm 14,19) porque la unidad es
superior al conflicto.

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MISIONES FAMILIARES 2019

«Felices los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos»
Jesús mismo remarca que este camino va a contracorriente hasta el punto de convertirnos
en seres que cuestionan a la sociedad con su vida, personas que molestan. Jesús recuerda
cuánta gente es perseguida y ha sido perseguida sencillamente por haber luchado por la
justicia, por haber vivido sus compromisos con Dios y con los demás. Si no queremos
sumergirnos en una oscura mediocridad no pretendamos una vida cómoda, porque «quien
quiera salvar su vida la perderá» (Mt 16,25).
No se puede esperar, para vivir el Evangelio, que todo a nuestro alrededor sea favorable,
porque muchas veces las ambiciones del poder y los intereses mundanos juegan en contra
nuestra. San Juan Pablo II decía que «está alienada una sociedad que, en sus formas de
organización social, de producción y consumo, hace más difícil la realización de esta donación
[de sí] y la formación de esa solidaridad interhumana». En una sociedad así, alienada,
atrapada en una trama política, mediática, económica, cultural e incluso religiosa que impide
un auténtico desarrollo humano y social, se vuelve difícil vivir las bienaventuranzas, llegando
incluso a ser algo mal visto, sospechado, ridiculizado.
MISION INTERNA: GRACIAS
La gratitud es una de las virtudes más difíciles de practicar, de manera especial en la
actualidad, viviendo en un mundo rodeado de revanchismo, mezquindad y egoísmo. Por
ejemplo, ¿cuánto nos cuesta en casa agradecer cuando alguien nos pasa algún objeto? o al
comer ¿damos gracias a Dios por los alimentos? “
El Papa Francisco hizo hincapié en que nuestra civilización se está convirtiendo en una
"civilización de malas maneras y malas palabras". La gentileza y la capacidad de dar las gracias
son vistas como un signo de debilidad, a veces suscitan incluso desconfianza.
"Debemos ser intransigentes sobre la educación en la gratitud, en el reconocimiento: la
dignidad de las personas y la justicia social pasan ambas por aquí. Si la vida familiar descuida
este estilo, también la vida social lo perderá. La gratitud, además, para un creyente, está en
el corazón mismo de la fe: un cristiano que no sabe dar las gracias es uno que se ha olvidado
del lenguaje de Dios".

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MISIONES FAMILIARES 2019

VIRTUD PARA IMITAR: LA SENCILLEZ


“Mira, lo que halle fue solo esto: Dios hizo sencillo al hombre, pero él se complicó con muchas
razones”.
Esto dice el Eclesiastés y la verdad es que a todos nos agrada que la gente sea sencilla pues
los rebuscados y creídos nos caen mal.
Por algo, Jesús un buen día, para enseñar a los discípulos la actitud que debían asumir al
evangelizar, colocó en medio de ellos a un niño y les dijo: “Si no cambiáis y os hacéis como
niños no entrareis en el Reino de los cielos” (Mt 18,3).
El mismo nos dio una máxima de vida:
“Sean sencillos como palomas y prudentes como serpientes” (Mt 10, 16).
San Pablo nos ensena:
“Hermanos no seáis niños en juicio, sed niños en malicia, pero hombres maduros en juicio”
(1 Co 14,20).
Esa sencillez no indica, par tanto, que se trate del infantilismo de seguir siendo niños toda la
vida sino más bien de ser adultos, en toda la expresión de la palabra, manteniendo sin
embargo las virtudes propias del niño que no guarda resentimientos, confía en su papa,
está abierto a todos, mira la vida con ojos limpios…
Esta actitud de la sencillez es lo que se ha llamado “la infancia espiritual”.
Santa Teresa del Nino Jesús, doctor a de la Iglesia, es la maestra de este “caminito espiritual”.

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MISIONES FAMILIARES 2019

MIERCOLES 17 DE ABRIL
TEMA: La Santidad del mundo actual
Aguante, paciencia y mansedumbre
La primera de estas grandes notas es estar centrado, firme en torno a Dios que ama y que
sostiene. Desde esa firmeza interior es posible aguantar, soportar las contrariedades, los
vaivenes de la vida, y también las agresiones de los demás, sus infidelidades y defectos: «Si
Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?» (Rm 8,31). Esto es fuente de la paz
que se expresa en las actitudes de un Santo. A partir de tal solidez interior, el testimonio de
santidad, en nuestro mundo acelerado, voluble y agresivo, está hecho de paciencia y
constancia en el bien. Es la fidelidad del amor, porque quien se apoya en Dios también puede
ser fiel frente a los hermanos, no los abandona en los malos momentos, no se deja llevar por
su ansiedad y se mantiene al lado de los demás aun cuando eso no le brinde satisfacciones
inmediatas.
La humildad solamente puede arraigarse en el corazón a través de las humillaciones. Sin ellas
no hay humildad ni santidad. Si tú no eres capaz de soportar y ofrecer algunas humillaciones
no eres humilde y no estás en el camino de la santidad. La santidad que Dios regala a su Iglesia
viene a través de la humillación de su Hijo, ése es el camino. La humillación te lleva a
asemejarte a Jesús, es parte ineludible de la imitación de Jesucristo: «Cristo padeció por
vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas» (1 P 2,21). Él a su vez expresa la
humildad del Padre, que se humilla para caminar con su pueblo, que soporta sus infidelidades
y murmuraciones. Por esta razón los Apóstoles, después de la humillación, «salieron del
Sanedrín dichosos de haber sido considerados dignos de padecer por el nombre de Jesús»
(Hch 5,41).
No solo se refiere a las situaciones crudas de martirio, sino a las humillaciones cotidianas de
aquellos que callan para salvar a su familia, o evitan hablar bien de sí mismos y prefieren
exaltar a otros en lugar de gloriarse, eligen las tareas menos brillantes, e incluso a veces
prefieren soportar algo injusto para ofrecerlo al Señor: «En cambio, que aguantéis cuando
sufrís por hacer el bien, eso es una gracia de parte de Dios» (1 P 2,20). No es caminar con la
cabeza baja, hablar poco o escapar de la sociedad. A veces, precisamente porque está
liberado del egocentrismo, alguien puede atreverse a discutir amablemente, a reclamar
justicia o a defender a los débiles ante los poderosos, aunque eso le traiga consecuencias
negativas para su imagen.
Tal actitud supone un corazón pacificado por Cristo, liberado de esa agresividad que brota de
un yo demasiado grande. La misma pacificación que obra la gracia nos permite mantener una
seguridad interior y aguantar, perseverar en el bien «aunque camine por cañadas oscuras»
(Sal 23,4) o «si un ejército acampa contra mí» (Sal 27,3).
Firmes en el Señor, la Roca, podemos cantar: «En paz me acuesto y enseguida me duermo,
porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo» (Sal 4,9).

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MISIONES FAMILIARES 2019

Alegría y sentido del humor


Lo dicho hasta ahora no implica un espíritu apocado, tristón, agriado, melancólico, o un bajo
perfil sin energía. El Santo es capaz de vivir con alegría y sentido del humor. Sin perder el
realismo, ilumina a los demás con un espíritu positivo y esperanzado. Ser cristianos es «gozo
en el Espíritu Santo» (Rm 14,17), porque «al amor de caridad le sigue necesariamente el gozo,
pues todo amante se goza en la unión con el amado […] De ahí que la consecuencia de la
caridad sea el gozo». Hemos recibido la hermosura de su Palabra y la abrazamos «en medio
de una gran tribulación, con la alegría del Espíritu Santo» (1Ts 1,6). Si dejamos que el Señor
nos saque de nuestro caparazón y nos cambie la vida, entonces podremos hacer realidad lo
que pedía san Pablo: «Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos» (Flp 4,4).
A nosotros, Jesús nos da una seguridad: «Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá
en alegría. […] Volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra
alegría» (Jn 16,20.22). «Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra
alegría llegue a plenitud» (Jn 15,11).
No es la alegría consumista e individualista tan presente en algunas experiencias culturales
de hoy. Porque el consumismo solo empacha el corazón; puede brindar placeres ocasionales
y pasajeros, pero no gozo. Me refiero más bien a esa alegría que se vive en comunión, que se
comparte y se reparte, porque «hay más dicha en dar que en recibir» (Hch 20,35) y «Dios ama
al que da con alegría» (2 Co 9,7). El amor fraterno multiplica nuestra capacidad de gozo, ya
que nos vuelve capaces de gozar con el bien de los otros: «Alegraos con los que están alegres»
(Rm 12,15). «Nos alegramos siendo débiles, con tal de que vosotros seáis fuertes» (2 Co 13,9).
En cambio, si «nos concentramos en nuestras propias necesidades, nos condenamos a vivir
con poca alegría».
Audacia y fervor
Al mismo tiempo, la santidad es parresía: es audacia, es empuje evangelizador que deja una
marca en este mundo. Para que sea posible, el mismo Jesús viene a nuestro encuentro y nos
repite con serenidad y firmeza: «No tengáis miedo» (Mc 6,50). «Yo estoy con vosotros todos
los días, hasta el final de los tiempos» (Mt 28,20). Estas palabras nos permiten caminar y servir
con esa actitud llena de coraje que suscitaba el Espíritu Santo en los Apóstoles y los llevaba a
anunciar a Jesucristo. Audacia, entusiasmo, hablar con libertad, fervor apostólico, todo eso
se incluye en el vocablo parresía, palabra con la que la Biblia expresa también la libertad de
una existencia que está abierta, porque se encuentra disponible para Dios y para los demás.
¡Cuántas veces nos sentimos tironeados a quedarnos en la comodidad de la orilla! Pero el
Señor nos llama para navegar mar adentro y arrojar las redes en aguas más profundas. Nos
invita a gastar nuestra vida en su servicio. Aferrados a él nos animamos a poner todos
nuestros carismas al servicio de los otros. Ojalá nos sintamos apremiados por su y podamos
decir con san Pablo: «¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!» (1 Co 9,16).

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MISIONES FAMILIARES 2019

Dios siempre es novedad, que nos empuja a partir una y otra vez y a desplazarnos para ir más
allá de lo conocido, hacia las periferias y las fronteras. Nos lleva allí donde está la humanidad
más herida y donde los seres humanos, por debajo de la apariencia de la superficialidad y el
conformismo, siguen buscando la respuesta a la pregunta por el sentido de la vida. ¡Dios no
tiene miedo! ¡No tiene miedo! Él va siempre más allá de nuestros esquemas y no le teme a
las periferias. Él mismo se hizo periferia. Por eso, si nos atrevemos a llegar a las periferias, allí
lo encontraremos, él ya estará allí. Jesús nos primerea en el corazón de aquel hermano, en su
carne herida, en su vida oprimida, en su alma oscurecida. Él ya está allí.
Nos moviliza el ejemplo de tantos sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos que se dedican a
anunciar y a servir con gran fidelidad, muchas veces arriesgando sus vidas y ciertamente a
costa de su comodidad. Su testimonio nos recuerda que la Iglesia no necesita tantos
burócratas y funcionarios, sino misioneros apasionados, devorados por el entusiasmo de
comunicar la verdadera vida. Los Santos sorprenden, desinstalan, porque sus vidas nos invitan
a salir de la mediocridad tranquila y anestesiante.
En comunidad
Es muy difícil luchar contra la propia concupiscencia y contra las asechanzas y tentaciones del
demonio y del mundo egoísta si estamos aislados. Es tal el bombardeo que nos seduce que,
si estamos demasiado solos, fácilmente perdemos el sentido de la realidad, la claridad
interior, y sucumbimos.
La santificación es un camino comunitario, de dos en dos. Así lo reflejan algunas comunidades
santas. En varias ocasiones la Iglesia ha canonizado a comunidades enteras que vivieron
heroicamente el Evangelio o que ofrecieron a Dios la vida de todos sus miembros. Pensemos,
por ejemplo, en los siete Santos fundadores de la Orden de los Siervos de María, en las siete
beatas religiosas del primer monasterio de la Visitación de Madrid, en san Pablo Miki y
compañeros mártires en Japón, en san Andrés Kim Taegon y compañeros mártires en Corea,
en san Roque González, san Alfonso Rodríguez y compañeros mártires en Sudamérica.
También recordemos el reciente testimonio de los monjes trapenses de Tibhirine (Argelia),
que se prepararon juntos para el martirio. Del mismo modo, hay muchos matrimonios Santos,
donde cada uno fue un instrumento de Cristo para la santificación del cónyuge.
La vida comunitaria, sea en la familia, en la parroquia, en la comunidad religiosa o en cualquier
otra, está hecha de muchos pequeños detalles cotidianos. Esto ocurría en la comunidad santa
que formaron Jesús, María y José, donde se reflejó de manera paradigmática la belleza de la
comunión trinitaria. También es lo que sucedía en la vida comunitaria que Jesús llevó con sus
discípulos y con el pueblo sencillo.

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MISIONES FAMILIARES 2019

En oración constante
Finalmente, aunque parezca obvio, recordemos que la santidad está hecha de una apertura
habitual a la trascendencia, que se expresa en la oración y en la adoración. El Santo es una
persona con espíritu orante, que necesita comunicarse con Dios. Es alguien que no soporta
asfixiarse en la inmanencia cerrada de este mundo, y en medio de sus esfuerzos y entregas
suspira por Dios, sale de sí en la alabanza y amplía sus límites en la contemplación del Señor.
No creo en la santidad sin oración, aunque no se trate necesariamente de largos momentos
o de sentimientos intensos.
San Juan de la Cruz recomendaba «procurar andar siempre en la presencia de Dios, sea real,
imaginaria o unitiva, de acuerdo con lo que le permitan las obras que esté haciendo». En el
fondo, es el deseo de Dios que no puede dejar de manifestarse de alguna manera en medio
de nuestra vida cotidiana: «Procure ser continuo en la oración, y en medio de los ejercicios
corporales no la deje. Sea que coma, beba, hable con otros, o haga cualquier cosa, siempre
ande deseando a Dios y apegando a él su corazón»
No obstante, para que esto sea posible, también son necesarios algunos momentos solo para
Dios, en soledad con él. Para santa Teresa de Ávila la oración es «tratar de amistad estando
muchas veces a solas con quien sabemos nos ama». Quisiera insistir que esto no es solo para
pocos privilegiados, sino para todos, porque «todos tenemos necesidad de este silencio
penetrado de presencia adorada». La oración confiada es una reacción del corazón que se
abre a Dios frente a frente, donde se hacen callar todos los rumores para escuchar la suave
voz del Señor que resuena en el silencio.

En ese silencio es posible discernir, a la luz del Espíritu, los caminos de santidad que el Señor
nos propone. De otro modo, todas nuestras decisiones podrán ser solamente «decoraciones»
que, en lugar de exaltar el Evangelio en nuestras vidas, lo recubrirán o lo ahogarán. Para todo
discípulo es indispensable estar con el Maestro, escucharle, aprender de él, siempre
aprender. Si no escuchamos, todas nuestras palabras serán únicamente ruidos que no sirven
para nada.

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MISIONES FAMILIARES 2019

MISION INTERNA: LO SIENTO, PERDON


Es un reto, pero solo los valientes son capaces de reconocer sus errores con humildad.
Cuando un hijo se equivoca y pide perdón debemos también mostrar misericordia y perdonar.
Practiquemos, entonces, estos sabios consejos entregados por el Santo Padre para crecer el
amor en nuestra familia.
Cuando falta, pequeñas grietas se engrandecen -aún sin quererlo- hasta convertirse en fosas
profundas." Sin embargo, "reconocer haber faltado, y estar deseoso de restituir lo que se ha
quitado-respeto, sinceridad, amor- nos hace dignos del perdón. Y así se para la infección",
pero “si no tenemos capacidad de pedir perdón, quiere decir que tampoco somos capaces de
perdonar". Además, el Papa recomendó "nunca terminar el día en familia sin hacer las paces".
No hay necesidad de "arrodillarse", solamente "un pequeño gesto, una cosita así". Y concluyó:
"con esto la vida será más bella".
VIRTUD PARA IMITAR: PERSEVERANCIA Y FIDELIDAD.
Juan Pablo II hablando en la plaza mayor de Lima, nos decía estas
palabras tan queridas para nosotros:
“La fidelidad es la prueba del amor”.
La perseverancia es una virtud que, en el fondo, las encierra todas, por eso decía Jesús: “El
que persevere hasta el fin se salvara” (Mt 10,22b).
“¡Bien siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en
el gozo de tu señor” (Mt 25,23).
“Dichoso el siervo a quien su señor lo encuentre vigilando” (Mt 24,46).
Comenzar es fácil, pero perseverar viene a ser la clave que hace.
posible la santidad. Como dice el Catecismo Católico, la perseverancia es una gracia de Dios:
“Los hijos de nuestra Madre, la Santa Iglesia, esperan justamente la gracia de la perseverancia
final y de la recompensa de Dios, su Padre, por las obras buenas realizadas,
con su gracia, en comunión con Jesús” (CC 2016).
Par eso decía San Alfonso que la perseverancia es la más importante de las virtudes porque
nos hace agradables a Dios hasta el final de nuestra vida.
Dinámica (personal)
-Examina cuantas veces has empezado casas o actividades buenas y cuantas has sido
inconstante y lo has echado todo a rodar.
-Orgullo, vanidad, egoísmo, ansia de tener o de ocupar cargos importantes ¿por qué? ¿cuál
es la raíz?

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MISIONES FAMILIARES 2019

JUEVES 18 DE ABRIL
TEMA: El pan y el vino (institución de la eucaristía)
La Eucaristía
Este es el día en que se instituyó la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo
bajo las especies de pan y vino. Cristo tuvo la Última Cena con sus apóstoles y por el gran
amor que nos tiene, se quedó con nosotros en la Eucaristía, para guiarnos en el camino de la
salvación.
Todos estamos invitados a celebrar la cena instituida por Jesús. Esta noche santa, Cristo nos
deja su Cuerpo y su Sangre. Revivamos este gran don y comprometámonos a servir a nuestros
hermanos.
Catequesis sobre la Eucaristía, por el papa Francisco
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Iniciamos hoy una nueva serie de catequesis,
que dirigirá la mirada al “corazón” de la Iglesia, es decir, la Eucaristía. Es fundamental para
nosotros cristianos comprender bien el valor y el significado de la Santa Misa, para vivir
siempre más plenamente nuestra relación con Dios.
No podemos olvidar el gran número de cristianos que, en el mundo entero, en dos mil años
de historia, han resistido hasta la muerte por defender la Eucaristía; y cuantos, aun hoy,
arriesgan la vida por participar en la Misa dominical.
En el año 304, durante la persecución de Diocleciano, un grupo de cristianos, del Norte de
África, fueron sorprendidos mientras celebraban la Misa en una casa y fueron arrestados. El
procónsul romano, en el interrogatorio, les pregunto porque lo habían hecho, sabiendo que
era absolutamente prohibido. Y ellos respondieron: «Sin el domingo no podemos vivir», que
quería decir: si no podemos celebrar la Eucaristía, no podemos vivir, nuestra vida cristiana
moriría.
De hecho, Jesús dice a sus discípulos: «Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del
hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi
sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día» (Jn 6,53-54).
Estos cristianos del Norte de África fueron asesinados por celebrar la Eucaristía. Han dejado
el testimonio que se puede renunciar a la vida terrena por la Eucaristía, porque ella nos da la
vida eterna, haciéndonos partícipes de la victoria de Cristo sobre la muerte. Un testimonio
que nos interpela a todos y pide una respuesta sobre qué cosa significa para cada uno de
nosotros participar en el Sacrificio de la Misa y acercarnos al Banquete del Señor.
¿Estamos buscando esa fuente de donde “brota agua viva” para la vida eterna qué hace de
nuestra vida un sacrificio espiritual de alabanza y de acción de gracias y hace de nosotros un
solo cuerpo con Cristo? Este es el sentido más profundo de la Santa Eucaristía, que significa
“acción de gracias”: acción de gracias a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo que nos envuelve y
nos transforma en su comunión de amor.
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MISIONES FAMILIARES 2019

En las próximas catequesis quisiera dar respuesta a algunas preguntas importantes sobre la
Eucaristía y la Misa, para redescubrir, o descubrir, como a través de este misterio de la fe
resplandece el amor de Dios.
El Concilio Vaticano II ha sido fuertemente animado por el deseo de llevar a los cristianos a
comprender la grandeza de la fe y la belleza del encuentro con Cristo. Por este motivo era
necesario sobre todo actuar, con la guía del Espíritu Santo, una adecuada renovación de la
Liturgia, porque la Iglesia continuamente vive de ella y se renueva gracias a ella.
Un tema central que los Padres conciliares han subrayado es la formación litúrgica de los
fieles, indispensable para una verdadera renovación. Y es justamente este el objetivo de este
ciclo de catequesis que hoy iniciamos: crecer en el conocimiento de este gran don de Dios
que nos ha donado en la Eucaristía.
La Eucaristía es un evento maravilloso en el cual Jesucristo, nuestra vida, se hace presente.
Participar en la Misa «es vivir otra vez la pasión y la muerte redentora del Señor. Es una
teofanía: el Señor se hace presente en el altar para ser ofrecido al Padre para la salvación del
mundo».
El Señor está ahí con nosotros, presente. Pero, muchas veces nosotros vamos ahí, miramos
las cosas, hablamos entre nosotros mientras el sacerdote celebra la Eucaristía… pero nosotros
no celebramos cerca de él. ¡Pero es el Señor! Si hoy viniera aquí el presidente de la República
o alguna persona muy importante del mundo, seguramente todos estaríamos cerca de él,
que quisiéramos saludarlo. Pero, piensa: cuando tú vas a Misa, ¡ahí está el Señor! Y tú estás
distraído, volteado… ¡Es el Señor! Debemos pensar en esto, ¡eh!
- “Padre, es que las misas son aburridas”
– “Pero qué cosa dices, ¿qué el Señor es aburrido?”
– “No, no. La Misa no, los sacerdotes”.
- “Ah, que se conviertan los sacerdotes. Pero es el Señor que está ahí, ¡eh!”
¿Entendido? No lo olviden. Participar en la Misa «es vivir otra vez la pasión y la muerte
redentora del Señor».
Tratemos ahora de ponernos algunas simples preguntas. Por ejemplo, ¿por qué se hace el
signo de la cruz y el acto penitencial al inicio de la Misa? Aquí quisiera hacer un paréntesis.
¿Ustedes han visto como los niños se hacen el signo de la cruz? Tú no sabes que cosas hacen,
si es el signo de la cruz o un diseño. Hacen así…
Pero, aprender, enseñar a los niños a hacer bien el signo de la cruz, así comienza la Misa, así
inicia la vida, así inicia el día. Esto quiere decir que nosotros somos redimidos con la cruz del
Señor.

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MISIONES FAMILIARES 2019

Miren a los niños y enséñenles bien a hacer el signo de la cruz. Y esas Lecturas, en la Misa,
¿por qué están ahí? ¿Por qué se leen el domingo tres Lecturas y los otros días dos? ¿Por qué
están ahí, qué cosa significa la Lectura de la Misa?
O quizás, ¿por qué a cierto momento el sacerdote que preside la celebración dice:
“Levantemos el corazón”? No dice: “Levantemos nuestros celulares para tomar una
fotografía”. No, es una cosa fea. Y les digo que a mí me da mucha tristeza cuando celebro
aquí en la Plaza o en la Basílica y veo muchos celulares levantados no solo de los fieles,
también de algunos sacerdotes y también de obispos. ¡Por favor! La Misa no es un
espectáculo: es ir al encuentro de la pasión, de la resurrección del Señor. Por esto el sacerdote
dice: “Levantemos el corazón”. ¿Qué cosa quiere decir esto? Recuerden: nada de celulares.
Es muy importante regresar a los fundamentos, redescubrir lo que es esencial, a través de
aquello que se toca y se ve en la celebración de los Sacramentos. La pregunta del apóstol
Santo Tomás (Cfr. Jn 20,25), de poder ver y tocar las heridas de los clavos en el cuerpo de
Jesús, es el deseo de poder de algún modo “tocar” a Dios para creerle. Lo que Santo Tomas
pide al Señor es aquello del cual todos nosotros tenemos necesidad: verlo y tocarlo para
poder reconocerlo. Los Sacramentos van al encuentro de esta exigencia humana. Los
Sacramentos, y la celebración eucarística de modo particular, son los signos del amor de Dios,
las vías privilegiadas para encontrarnos con Él.
Así a través de estas catequesis que hoy iniciamos, quisiera redescubrir junto a ustedes la
belleza que se esconde en la celebración eucarística, y que, una vez revelada, da sentido pleno
a la vida de cada uno. La Virgen nos acompañe en este nuevo tramo del camino. Gracias.

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MISIONES FAMILIARES 2019

VIERNES 19 DE ABRIL
TEMA: LA PASION DE CRISTO
La tarde del Viernes Santo presenta el drama inmenso de la muerte de Cristo en el Calvario.
La cruz erguida sobre el mundo sigue en pie como signo de salvación y de esperanza. Con la
Pasión de Jesús según el Evangelio de Juan contemplamos el misterio del Crucificado, con el
corazón de María, su permanente compañera y colaboradora en la Obra de la Redención.
Los títulos de Jesús componen una hermosa Cristología. Jesús es Rey. Lo dice el título de la
cruz, y el patíbulo es trono desde donde El reina. Es sacerdote y templo a la vez, con la túnica
que los soldados echan a suertes. Es el nuevo Adán junto a la Madre, nueva Eva, Hijo de María
y Esposo de la Iglesia. Es el sediento de Dios, el ejecutor del testamento de la Escritura. El
Dador del Espíritu. Es el Cordero inmaculado e inmolado al que no le rompen los huesos. Es
el Exaltado en la cruz que todo lo atrae a sí, por amor, cuando los hombres vuelven hacia él
la mirada.
El viernes Santo es día de penitencia obligatorio para toda la Iglesia y por tanto hay que
guardar en este día la abstinencia y el ayuno. El ayuno de estos dos días es además de
penitencial, celebrativo, ritual, y contemplativo del misterio de la Cruz. Si bien es personal es
sobre todo comunitario: la comunidad ayuna en la espera de su Señor Resucitado. Es toda la
persona la que celebra la Pascua, no sólo la mente y el espíritu sino también el cuerpo. No
hay que olvidar que el ayuno tiene en la espiritualidad cristiana un gran valor: en una sociedad
marcada por el consumismo y lo superfluo, es un medio para vivir el autocontrol, el señorío
de sí mismo, y para ver en los bienes de este mundo su carácter perecedero y pasajero.
La Iglesia, siguiendo una antiquísima tradición, en este día no celebra la Eucaristía y la Sagrada
Comunión sólo se distribuye a los fieles durante la celebración de la Pasión del Señor.
No tenemos Eucaristía, pero sí una celebración litúrgica de la Muerte del Señor, una
celebración de la Palabra que concluye con la adoración de la Cruz y con la comunión
eucarística. Es una celebración sencilla, sobria, centrada en la muerte del Señor Jesús. Su
estructura está bien pensada, equilibrada, con proporción entre la dimensión de escucha de
la Palabra de Dios y la acción simbólica de la adoración de la Cruz y su veneración con el beso
personal de todos. Lo importante es aprovechar espiritualmente toda la fuerza de la
celebración:

- Proclamamos el misterio de la Cruz, en las lecturas de la Palabra de Dios.


- Invocamos la salvación del mundo por la fuerza de esa Cruz.
- Adoramos la Cruz del Señor Jesús.
- Participamos del misterio de esa Cruz, del Cuerpo entregado, comulgando de él.
La Pasión de Cristo es pues, proclamada, invocada, venerada y comulgada.

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MISIONES FAMILIARES 2019

SABADO 20 DE ABRIL
TEMA: Esperar con María
Durante el sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su
pasión y su muerte, su descenso a los infiernos y esperando en oración su resurrección.
Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro. Callan las campanas y los
instrumentos. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario,
abierto y vacío.
La Cruz sigue entronizada desde ayer. Central, iluminada, con un paño rojo, con un laurel de
victoria. Dios ha muerto. Ha querido vencer con su propio dolor el mal de la humanidad.
Es el día de la ausencia. El Esposo nos ha sido arrebatado. Día de dolor, de reposo, de
esperanza, de soledad. El mismo Cristo está callado. Él, que es el Verbo, la Palabra, está
callado. Después de su último grito de la cruz "¿por qué me has abandonado? "- ahora él calla
en el sepulcro. Descansa: "todo se ha cumplido".
Pero este silencio se puede llamar plenitud de la palabra. El anonadamiento, es elocuente:
"resplandece el misterio de la Cruz."
El sábado es el día en que experimentamos el vacío. Si la fe, ungida de esperanza, no viera el
horizonte último de esta realidad, caeríamos en el desaliento. Eso sí, no es un día vacío en el
que "no pasa nada". Ni un duplicado del viernes. La gran lección es ésta: Cristo está en el
sepulcro, ha bajado al lugar de los muertos, a lo más profundo a donde puede bajar una
persona. Y junto a Él, como su Madre María, está la Iglesia, la esposa. Callada, como él.
El sábado está en el corazón mismo del Triduo Pascual. Entre la muerte del viernes y la
resurrección del Domingo nos detenemos en el sepulcro. Un día puente, pero con
personalidad. Son tres aspectos - no tanto momentos cronológicos - de un mismo y único
misterio, el misterio de la Pascua de Jesús: muerto, sepultado, resucitado.
Es el misterio del Sábado Santo en el que Cristo depositado en la tumba manifiesta el gran
reposo sabático de Dios después de realizar la salvación de los hombres, que establece en la
paz al universo entero".

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MISIONES FAMILIARES 2019

DOMINGO 21 DE ABRIL
TEMA: La gloria de Cristo
El Domingo de Resurrección o Vigilia Pascual es el día en que incluso la iglesia más pobre se
reviste de sus mejores ornamentos, es la cima del año litúrgico. Es el aniversario del triunfo
de Cristo. Es la feliz conclusión del drama de la Pasión y la alegría inmensa que sigue al dolor.
Y un dolor y gozo que se funden pues se refieren en la historia al acontecimiento más
importante de la humanidad: la redención y liberación del pecado de la humanidad por el
Hijo de Dios.
Pascua es victoria, es el hombre llamado a su dignidad más grande. ¿Cómo no alegrarse por
la victoria de Aquel que tan injustamente fue condenado a la pasión más terrible y a la muerte
en la cruz?, ¿por la victoria de Aquel que anteriormente fue flagelado, abofeteado, ensuciado
con salivazos, con tanta inhumana crueldad?
Este es el día de la esperanza universal, el día en que, en torno al resucitado, se unen y se
asocian todos los sufrimientos humanos, las desilusiones, las humillaciones, las cruces, la
dignidad humana violada, la vida humana no respetada.
La Resurrección nos descubre nuestra vocación cristiana y nuestra misión: acercarla a todos
los hombres. El hombre no puede perder jamás la esperanza en la victoria del bien sobre el
mal. ¿Creo en la Resurrección?, ¿la proclamo?; ¿creo en mi vocación y misión cristiana?, ¿la
vivo?; ¿creo en la resurrección futura?, ¿me alienta en esta vida?, son preguntas que cabe
preguntarse.
El mensaje redentor de la Pascua no es otra cosa que la purificación total del hombre, la
liberación de sus egoísmos, de su sensualidad, de sus complejos; purificación que, aunque
implica una fase de limpieza y saneamiento interior, sin embargo, se realiza de manera
positiva con dones de plenitud, como es la iluminación del Espíritu, la vitalización del ser por
una vida nueva, que desborda gozo y paz -suma de todos los bienes mesiánicos-, en una
palabra, la presencia del Señor resucitado. San Pablo lo expresó con incontenible emoción en
este texto: "Si habéis resucitado con Cristo vuestra vida, entonces os manifestaréis gloriosos
con Él" (Col. 3 1-4).

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MISIONES FAMILIARES 2019

PROPIO DE LA MISIÓN
1. Notas Para el Misionero
Se conoce a un misionero si el Espíritu de Dios está en él, si está dispuesto a dar su amor, sus
esfuerzos, su tiempo, lo que tiene en sus manos.
Se conoce a un misionero no por la ropa, ni por el aspecto físico, sino por la paz que transmite
a su alrededor. Cuando él llega también llega el amor. Tiene la certeza que su testimonio es
imprescindible para mejorar el mundo y que nada puede o debe abatirlo. Su consuelo es "si
yo hago mi parte, Dios hará la suya" y, si Dios hace su parte, ¿por qué desesperar?
El misionero no se aterroriza; cae, pero se levanta porque lo espera un brazo fuerte; llora,
pero tiene quien le enjuague las lágrimas; siente la flaqueza humana, pero no la consiente;
camina en la certeza de la esperanza. El misionero es aquel cristiano que sabe que está en el
mundo para realizar algo con su talento.
Donde esté, está en misión: en la casa, en la calle, en la universidad, entre los pobres, entre
los ricos, entre los creyentes y los no creyentes, en el medio del pueblo o en medio de la
naturaleza.
Un verdadero misionero es aquel:

 Capaz de sentirse bien en cualquier lugar sirviendo.


 Capaz de aprender sobre Dios cuando enseña acerca de Él.
 Capaz de escuchar mucho rato antes de comenzar a hablar.
 Capaz de predicar más con la bondad y con el calor humano que con sus palabras.
 Capaz de jugársela por la Iglesia y sus principios en el lugar donde esté misionando.

2. ¿Qué es la Misión?
La misión es, ante todo y como su nombre lo indica, un envío. Ser misionero es ser enviado,
al igual como Jesús en la tierra. En su oración al Padre, Jesús dice: "Como Tú me has enviado
al mundo, yo también los envío al mundo (Juan 17, 18).
Somos testigos del Resucitado ("Vosotros seréis mis testigos, hasta los confines del mundo"):
“Id por todo el mundo y anunciad la Buena Nueva a toda la creación" (Mc. 16,15).
Un misionero es, ante todo, alguien que se ha encontrado con Cristo resucitado. Alguien que
ha experimentado en su vida el amor de Dios: En el perdón de sus propios pecados, en la
esperanza de su propia salvación y de la vida eterna.

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MISIONES FAMILIARES 2019

Pero, sobre todo, en el Espíritu Santo que ha sido derramado en nuestros corazones, que nos
hace exclamar: "¡Padre!" y nos impulsa a la caridad, a amar a Dios sobre todas las cosas y a
nuestro prójimo "como Él nos ha amado". Para ser más conscientes de este encuentro
personal con Dios, es conveniente que antes de salir a misionar reflexionemos y meditemos
de nuestros propios encuentros con Dios. Hacer como dice san Agustín: Un recuerdo amoroso
de Dios en tu historia. Esto no es fácil si no se tiene la costumbre de hacerlo, pero ¡ánimo!, la
fe se fortalece dándola.
"No me habéis elegido vosotros a mí, sino yo os he elegido a vosotros y os he destinado para
que vayáis y deis fruto y que vuestro fruto permanezca" (Jn. 15, 16).
Dios nos llama y nos elige a pesar de nuestra condición, porque la obra la va a realizar Él. "No
somos nosotros los protagonistas de la misión, sino el Espíritu Santo" como nos recordaba
nuestro querido Papa Juan Pablo II en la encíclica Remptoris Missio. Así que "no os extrañéis
de que Dios elija lo débil del mundo para confundir a los fuertes y lo necio para confundir a
los sabios" (Cor 1,26-31)

3. Metodología Para las Visitas a Casas


La visita a las casas son parte central del trabajo misionero y una experiencia muy
enriquecedora para quien la realiza. Es fundamental en ellas, más que las recomendaciones
dadas, el tener presente que somos instrumentos de Dios y el que debemos compartir,
escuchar y aprender de la gente del lugar con la mayor simpleza de nuestro corazón.
3.1. Llegada:
i. Hacer una breve oración pidiendo la luz de Dios en nuestro trabajo.
ii. Cuidar la manera de vestir, la postura, la manera de hablar, el trato con las personas.
Todo esto es muy importante. Llevar siempre en un lugar bien visible el distintivo de nuestra
fe católica: un crucifijo. Esto evita muchas confusiones de las gentes, abre muchas puertas y
libra de muchos peligros. Hay que presentarse con educación y cariño y decir que venimos
de parte del párroco (hay que saber su nombre).
iii. Hacer un acto de fe y creer vivamente que es a la casa de Jesús de Nazaret a la que
estamos entrando. Observar si hay alguna imagen religiosa.
iv. Evitar el nerviosismo, sobre todo, al principio, o la apatía que puede darse sobre todo
al final por el cansancio. Todos tienen derecho a recibir lo mejor de mí mismo, cree
firmemente que Dios está contigo y evita el desaliento ya que para Dios no hay tiempo.
Lanzarse con prudencia, pero confiados en Dios. El jefe indicará la introducción adecuada y
los objetivos de la visita.

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3.2. Conversación:
• Ir a lo esencial lo antes posible, pero entrar muy humanamente, invitando a las
actividades que estamos realizando y que pueden participar con la Iglesia, etc. No olvidar de
anotar todos los datos para posteriores visitas y el informe al párroco.
• Estar muy atentos a escuchar con paciencia y caridad y tratar de entregar un mensaje
de esperanza ante sus dificultades. Nunca dar soluciones, lo más importante no es hablar,
sino dejar hablar y escuchar.
• Cuerpo de la conversación: En base al tipo de familia y a las observaciones que
podamos hacer, deberá enfocarse la conversación puesto que los objetivos son distintos en
cada caso. Tener presente que uno no lo sabe todo y que debe caminar con el necesitado
como lo hizo Jesús en el camino de Emaús.
En todo caso, lo que se le pide al misionero es, en primer lugar, que sea capaz de ver dónde,
cuándo, en qué está presente y actuando en el Señor en la vida concreta y real de esas
personas. Y, en segundo lugar, mostrarles esa presencia y acción del Señor.
3.3. Objetivos Generales de las Visitas
Familias católicas practicantes:

 Animarles en su fe y buscar comprometerles con la parroquia.


 Buscar la posibilidad de que sus miembros formen comunidades.

Familias católicas no practicantes:

 Conseguir que pongan los medios para vivir su fe.


 Buscar comprometerlas.
 Requieren tiempo en las visitas y seguimiento en las actividades que se organicen.

Familias con miembros en sectas:


Pueden ser poco o muy integrados en sectas. En cada caso hay que ver lo que conviene y
jamás discutir (es completamente inútil). Mucho cuidado si empiezan a sacar revistas o
Biblias, es mejor despedirse cortésmente y a tiempo. El mejor medio de conversión para ellos
es la autenticidad de los católicos, por lo que dediquemos nuestros mejores esfuerzos a éstos.

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El objetivo último de todas nuestras conversaciones, será acercar las almas a Jesucristo,
buscando comprometerlas en la parroquia.
• Material de apoyo: Junto con la explicación de las verdades básicas de la fe católica,
suele ser útil dejar algunos materiales bien sea para profundizar en la fe, bien sea para orar o
para tener más presente a Dios en sus vidas. Estos materiales deben ser usados con
discreción y hay que explicar el sentido de cada cosa y hacer que los valoren.
3.4. Conclusión y Despedida.
• Resumen y propósito concreto: Antes de abandonar la casa, hacer un resumen de lo
tratado (qué signos de la presencia y acción de Dios hemos visto en la familia recién visitada)
y concretar un propósito. Orar junto a la familia en el altar que tengan o hayamos llevado,
pidiendo por todas las necesidades que se manifestaron durante la conversación. Ser
sencillos y sinceros. No perder el tiempo en la despedida.
• Educación y cortesía: Haya ido bien o mal, debemos recordar siempre que la caridad
es lo mejor que podemos dejar en las casas. Despedirse cortésmente.
• Anotar los datos de interés, conviene llevar una libreta de reportes por tema de
trabajo. Deben anotarse las peticiones, las necesidades detectadas, especialmente en cuanto
a la administración de sacramentos y los datos que permitan localizar fácilmente la casa.
3.5. Varios
• No comprometerse a ninguna actividad fuera del programa sin avisar antes a los
responsables; independiente de esto, tratar siempre de encontrar solución para poder asistir
a todas las invitaciones.
• Comer todo lo que os fuere servido (Lc 10, 7-9) con cariño y agradecimiento.
• No llegar con gran cantidad de papeles, carpetas y libros.
• Ser muy prudentes en el comentario de personas. No dar opiniones sobre personas,
ni promover esos comentarios.
• Cuidar el vocabulario en las calles, ser mesurados y PRUDENTES en las compras en
kioscos, no fumar públicamente y cuidar la vestimenta.

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MISIONES FAMILIARES 2019

Herramientas del Misionero

1. Fe.
2. Más fe.
3. Si te falta, la pides prestada.
4. La Sagrada Escritura o Nuevo Testamento.
5. El Rosario, para el camino.
6. La Cruz, tu distintivo.
7. Un manual, para anotar las visitas.
8. Estampas de la Virgen u otros materiales para dejar de recuerdo en las casas.
9. El horario y sede de las actividades y talleres
10. Mucho amor y comprensión para todos.

4. Oraciones para la Visita Domiciliaria.

Familia Sin Mayores Problemas


LECTURAS:
Jesús luz del mundo : Jn. 8, 12.
El joven rico : Lc. 18, 18-23.
Visita a los amigos de Betania : Lc. 10, 38-42.
Profesión de fe de Pedro : Mc. 8, 27-30.

ORACIÓN:
Señor, nosotros creemos firmemente que Tú te acercas y visitas a esta familia que tanto te
quiere. Te pedimos, con mucha fe, que bendigas a cada uno de sus miembros, ya que
sabemos los tienes en tu corazón de Padre. Tú mismo los conoces con sus propios nombres
(aquí nombrarlos a todos) y los amas con tu infinito amor.
Aumenta en ellos la fe, anímalos con la Esperanza Cristiana y fortalécelos en el Amor, que es
lo más importante a tus ojos. Te lo pedimos, por nuestro Señor Jesucristo, que resucitado
vive y reina para siempre. Amén.

41
MISIONES FAMILIARES 2019

Familia Afectada por Alguna Desgracia


LECTURAS:
Agonía de Jesús en el huerto : Lc. 22, 39-45.
Tú tienes palabra de vida eterna : Jn. 6, 67.
La resurrección de Lázaro : Jn. 11.
Profesión de fe de Pedro : Mc. 8, 27-30.

ORACIÓN:
Señor, creemos en Ti, pero muchas veces nos hemos preguntado: ¿por qué permites tanto
sufrimiento? ¿Por qué existe el mal? ¿Por qué sufre el inocente?
Sabemos que Tú comprendes la turbación de nuestro corazón, esperas nuestras preguntas y
nos escuchas con mucha paciencia y misericordia.
Ayúdanos, pues, a comprender la respuesta que nos das en la Cruz de tu Hijo amado,
Jesucristo. Mirándolo a Él, que sufrió por liberarnos de todo mal, se nos muestra tu amor
inmenso y misterioso.
Danos profunda fe para aceptar el secreto de tu mano poderosa, abre nuestro corazón a la
Esperanza, pues tanto nos has amado que nos entregaste a tu propio Hijo, nuestro Hermano,
Amigo y Señor, Jesucristo, Amén.
Familia Donde hay un Enfermo

LECTURAS:
Visita a la suegra de Pedro : Lc. 4, 38-39.
Curación del hijo de funcionario : Jn. 4, 43-54.
Curación de la mujer encorvada : Lc. 13, 10-17.
Auméntanos la fe : Lc. 17, 5-6.

ORACIÓN:
Señor Jesús, Tú tienes un cariño muy especial por los enfermos. En tu Evangelio apareces
sanando y consolando, fortaleciendo y perdonando a muchos enfermos graves.
Ten comprensión de esta familia, tan preocupada por la salud de (aquí se nombra al enfermo),
dale a él paciencia en su enfermedad y si es para mayor bien de esta familia y mayor gloria
tuya, alivia de sus dolores y molestias y sánalo(a) lo más pronto posible.
Te lo pedimos por intercesión de María, la Madre de Jesús. Amén.

42
MISIONES FAMILIARES 2019

Familia en Situación Irregular


(Convivientes, alcoholismo)
No condenar ni imponer nada, ante todo tener mucha claridad.
LECTURAS:
Jesús en la sinagoga de Nazaret : Lc. 4, 16-30.
Eficacia de la oración : Lc. 11, 1-13.
Diálogo con la samaritana : Jn. 4.
Fe, oración, maldición higuera : Mc. 11, 20-25.

ORACIÓN:
Padre de bondad, Tú no miras a la gente por lo que tiene o aparenta, sino que ves a cada
cual por lo que es, con sus defectos y cualidades, sin hacer diferencias.
Tú sabes que cada uno de nosotros necesita de tu visita, ya que sin Ti nada podemos.
Tú que trajiste un año de gracia para los pobres, los enfermos, los pecadores, los
encarcelados, los endeudados, acógenos con tu cariño en este día y ayúdanos a intentar, con
fe, una vida nueva, llena de salud, libertad y esperanza.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Familia Con Problemas Morales
(Peleas familiares, hijos difíciles)
No condenar ni imponer nada, ante todo, tener mucha caridad.
LECTURAS:
Parábolas de la misericordia : Lc. 15.
La pecadora perdonada : Lc. 7, 36-49.
El mandamiento principal : Lc. 12, 28-34.

ORACIÓN:
Señor Jesús, Tú dijiste: "No son los sanos los que tienen necesidad de médico, sino los
enfermos". Yo no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores, para que se conviertan".
Ten compasión de nosotros, que aún te conocemos poco y necesitamos tanto de Ti.
Mira con misericordia a esta familia que sufre penas y vive en dificultades que entristecen la
vida. Haz brillar sobre ella la paz, que sólo Tú sabes dar.
Te lo pedimos con mucha fe, a Ti que vVI.es y reinas en unidad con el Padre y el Espíritu Santo.
Amén.

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MISIONES FAMILIARES 2019

Personas con Problemas de Soledad


LECTURAS:
Jesús visita a Zaqueo : Lc. 19, 1-6.
El paralítico de la piscina de Bezatá : Jn. 5, 1-18.
Evangelio revelado a los sencillos : Lc. 10, 21-22.

ORACIÓN:
Señor Jesús, Tú dijiste a tus discípulos que no los dejarías huérfanos, sino que le regalarías la
presencia del Espíritu Santo dado por el Padre a los que creen en Ti y que Tú mismo vendrías
con tu palabra a visitarlos.
Tu Espíritu Santo ha sido derramado en sus corazones en esta vida.
Te pedimos entonces, que nunca más, alguno de los que viven en esta casa, se sientan solos
y abandonados.
Acrecienta la unidad de esta familia que tanto quieres y haz que todos se sientan amados y
respetados por Ti y por los tuyos. Amén.

Familia Tolerante no católica


LECTURAS: Jn. 3, 1-8.
ORACIÓN.
Te agradecemos, Señor, la acogida que nos ha brindado esta familia.
Tú despiertas en nosotros un gran respeto por todos los que buscan la verdad y nosotros
creemos que Tú eres la verdad. Te pedimos por todos los miembros de esta familia, para que
siempre los alientes en su camino y descubran en Ti al Señor de la Vida.
Tú eres la Vida y el Amor. Que quede en ellos tu paz. Amén.

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MISIONES FAMILIARES 2019

Familia Cristiana No católica


LECTURAS: Jn. 8, 12.
Hech. 4, 32-35; 5, 12-16.

ORACIÓN:
Señor Dios nuestro, es mucho más lo que nos une con nuestros hermanos creyentes, que los
que nos separa. Te pedimos con un solo corazón que nos des la gracia de conocer, amar y
servir a nuestro Señor Jesucristo, cada día con mayor fe y dedicación.
Que esta familia y cada uno de nosotros, en el lugar donde nos has puesto, podamos ser
testigos tuyos, por la obediencia a tus mandatos.
Que, por nuestra palabra y nuestra vida, proclamemos que Dios ha resucitado a Jesús para la
salvación del mundo.
Y que el espíritu Santo que da Dios a los que le obedecen, nos haga crecer en el amor fraterno
y en la unidad que Jesús tanto quiere para sus discípulos. Amén.
Familia en que los Niños son Importantes.

LECTURAS: Jn 2, 1-12.
Lc 18, 35-43.
Lc 18, 18-23.

ORACIÓN:
Señor Jesús, Tú que dijiste: "Dejen que los niños vengan a mí.. que de ellos es el Reino de los
Cielos".
Te damos gracias por la alegría de esta familia. Te damos gracias por la salud de sus niños y
te pedimos que los guardes siempre en la unidad.
Protégelos. Da sabiduría a los padres para que sepan cuidar y guiar a sus hijos en el
conocimiento y amor de tu persona. Que no falte nunca el trabajo necesario para el sustento,
ni educación ni salud para todos.
Y que Tú, Señor, reines en los corazones de todos y en el ambiente de este hogar. Amén.

45
MISIONES FAMILIARES 2019

5. Ayuda en Textos Bíblicos.


Parábolas
- del Sembrador Mt13.1; Mc 4,1; Lc 8,4
- de la mala hierba entre el trigo Mt 13,24
- de la semilla de mostaza Mt 13,31; Mc 4,30; Lc 13,18
- de la levadura Mt 13,33; Lc 13, 20
- del tesoro escondido Mt 13,44
- de la perla con mucho valor Mt 13,45
- de la red Mt 13,47
- de la oveja perdida Mt 18,10, Lc 15,3
- del funcionario que no quiso perdonar Mt 18,23
- de los trabajadores del viñedo Mt 20,1
- de los dos hijos. Mt 21,28
- de los labradores malvados. Mt 21,33; Mc 12,1; Lc 20,9
- del Banquete de Bodas Mt 22,1; Lc 14,15
- de los talentos Mt 25,14; Lc 19,11
- de la lámpara Mt 4,21; Lc 8,16
- del crecimiento de la semilla Mc 4,26
- del buen samaritano Lc 10,25
- de la higuera sin fruto Lc 10,25
- de la mujer que encuentra su moneda Lc 15,18
- del hijo pródigo Lc 15,11
- del mayordomo astuto Lc 16,1
- del rico y el pobre Lázaro. Lc 16,19
- de la viuda y el juez. Lc 18,1
- del fariseo y el cobrador de impuestos Lc 18,19

Confianza
En la Providencia Lc 12, 22-34
Camina sobre el agua Mc 6, 45-52; Jn 6,16-21; Mt 14,22-23
Multiplica panes Mt 14, 13-21;

Pureza intención y humildad


Método Mt 6, 2-4
Madre a ap. Mt 20, 20-28
El Mayor Lc 19, 46-48
Zaqueo Lc 19, 1-10

Verdades Eternas
Talentos Mt 25, 14-30
Juicio Mt 25, 31-46
Vigilancia Lc 12, 35-46
Velar Mt 25, 1-13

46
MISIONES FAMILIARES 2019

Eucaristía
Pan de Vida Jn 6, 35-59
Institución Jn 22, 14-23

FE
Tempestad calma Mc 4, 25-41; Lc 8, 22-34
Confesión Pedro Mt 14, 13-20
Poder de la fe Lc 17, 5-6
Ciego de Jericó Lc 18, 35-42

Oración
Método Mt 6, 5-13
Eficacia Lc 11, 9-13
Vivir para Dios Lc 6, 19-23
Padrenuestro Lc 11, 1–4
La Vid Jn 15, 1-8
Acción de gracias Jn 11, 25
Para Cristo Jn 17, 1-26
Getsemaní Mt 26, 36-46, Mc 14, 32-42

Para diferentes sentimientos

Agradecido Salmo 16
Salmo 100 Salmo 31
1 Tes. 5, 18 Jn 14, 1-14
Heb. 13, 15
Con miedo
Ansioso Salmo 24, 4
Salmo 46 Mt. 10, 28
Mt 6, 19-34 Heb. 13, 5-6
Fil 4, 6
Enfrentado una crisis
Amargado o en crisis Salmo 121
1 Cor. 13 Mt. 6, 25-34
Heb. 4, 16
Cansado
Salmo 90 En oración
Mt 2, 28-30 Jn. 17
Gal 6, 9-10 Salmo 4
Salmo 42
Angustiado
Mt 5, 4 Dejando el Hogar
2 Cor 1, 3-4 Salmo 121
Mt. 10, 16-20

Con dificultad Deprimido


47
MISIONES FAMILIARES 2019

Salmo 34 Salmo 51
Mt. 5, 4
Fallando en la fe Jn. 14
Rom. 12, 14-21
Lc. 17, 3-4 Protegido
Salmo 18, 1-3
Dudando Salmo 34, 7
Mt. 8, 26
Heb. 2 Solitario
Salmo 23
Desalentado Heb. 13, 5-6
Salmo 23
Salmo 42, 6-11 Vencido
Salmo 55, 22 Salmo 6
Mt. 5, 11-12 Rom. 8, 31-39

Enfermo o con dolor Caridad


Mt 26, 39 Mt 22, 34-40
Salmo 38 Mt 7, 12

Necesitando paz Sacrificio / Renuncia


Jn. 14, 104 Lc 18, 18-28
Jn. 16, 33
Perdón ofensas Mt 6, 14-15
Necesitando protección de Dios La Cruz Lc. 14, 25-35
Salmo 27, 1-6 Juicios Lc 6, 37-42
Salmo 91 Corrección fraterna Mt 18, 21

Preocupado
1 Pedro 5, 6-7 Familia Mc 3, 31-35
Mt. 6, 19-34 Enemigos Lc 6, 37-42
Benevolencia Lc 6, 39-46
Triste Buen Samaritano Lc 10, 25-37

Actividad Apostólica
Buen Pastor Jn 10, 1-16
Amigos del Señor Jn 15, 9-17
Trabajo de C. Mt 9, 35
Luz Lc 11, 33-36

48
MISIONES FAMILIARES 2019

Profundizando Nuestra Fe

Origen de tu Iglesia
 Si tú perteneces al grupo de los testigos de Jehová, Carlos Taze Russell inició esta
iglesia en Pensilvania en 1879.
 Si tú eres mormón (Santos de los Últimos Días), Joseph Smith inició este grupo en
Palmyra, N. Y. En 1830.
 Si perteneces a cualquier otro grupo religioso del tipo "Evangélicos", "Iglesias de Dios",
"Iglesia apostólica" o "Iglesia de Cristo", esos grupos se fundaron no hace más de 50
años.
 Si tú eres católico, tu Iglesia la fundó Jesucristo el día de Pentecostés el año 33 (Mateo
16, 18-19 y hechos 2)

La Biblia nos enseña que Cristo fundó una única Iglesia. "Tú eres Pedro y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia" (Mateo 16, 18) Cristo quiere la unidad (Jn 17, 21)
La Biblia dice: "Jesús se les acercó a ellos (los once) y les habló así: "Me ha sido dado todo el
poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y enseñadles todo lo que yo os he mandado y he aquí
que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 18-20).

Nuestra Fe
El Credo subió a los cielos
Creo en Dios Padre Todopoderoso, y está sentado a la derecha
Creador del cielo y de la tierra. de Dios Padre Todopoderoso,
Creo en Jesucristo, desde allí ha de venir a juzgar
su único Hijo, nuestro Señor; a los vivos y a los muertos:
que fue concebido Creo en el Espíritu Santo,
por obra y gracia del Espíritu Santo; en la Santa Iglesia Católica,
nació de Santa María Virgen; la comunión de los Santos,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato; el perdón de los pecados,
fue crucificado, muerto y sepultado; la resurrección de la carne
descendió a los infiernos; y la vida eterna. Amén.
al tercer día resucitó de entre los muertos;

Los Mandamientos
1. Amar a Dios sobre todas las cosas. 7. No robar.
2. No tomar el nombre de Dios en 8. No levantar falsos testimonios ni
vano. mentiras.
3. Santificar las fiestas. 9. No consentir en pensamientos ni
4. Honrar padre y madre. deseos impuros.
5. No matar. 10. No codiciar los bienes ajenos.
6. No cometer actos impuros.

49
MISIONES FAMILIARES 2019

La Santa Misa
 Su nombre deriva de la palabra latina misión, que significa misión. Esta misión, fue
encomendada a los apóstoles, y la podemos leer en Mt. 28, 18-19
 Es así como en nuestros días, la Santa Misa cuenta con la siguiente estructura:
o Canto de Entrada.
o Saludo.
 Señal de la cruz.
 Redención.
o Rito Penitencial. (Mt 5, 23-24)
 Yo confieso.
o Himno de Alabanza (Lc 2, 8-14) Gloria.
o Oración (la dice el sacerdote en nombre de la asamblea)
o Liturgia de la Palabra.
 Primera Lectura.
 Salmo.
 Segunda Lectura.
 Evangelio.
o Homilía (explicación del evangelio)
o Profesión de Fe.
 Credo.
o Oración Universal.
o Liturgia Eucarística (Mc 14, 22-24)
 Presentación de las Ofrendas.
 Santo. ( Mt. 21, 9 )
 Consagración. ( Mt. 26, 26-28 )
o Padre Nuestro. (Lc. 11, 1-4 )
o Rito de la Paz.
o Fracción del Pan. ( I Cor. 10, 16-17 )
o Cordero de Dios. ( Jn. 1, 29 )
o Comunión.
o Acción de Gracias.
o Bendición.
o Despedida.
o Canto Final.
Los Sacramentos
1. Bautismo.
2. Confirmación.
3. Eucaristía.
4. Penitencia.
5. Unción de los enfermos.
6. Orden sacerdotal.
7. Matrimonio

50
MISIONES FAMILIARES 2019

Los Dones del Espíritu Santo


1. Sabiduría.
2. Entendimiento.
3. Consejo.
4. Fortaleza.
5. Ciencia.
6. Piedad.
7. Temor.
Obras de Misericordia
Obras espirituales: Obras corporales:
1. Enseñar al que no sabe. 1. Dar de comer al hambriento.
2. Dar buen consejo al que lo 2. Dar de beber al sediento.
necesita. 3. Vestir al desnudo.
3. Corregir al que yerra. 4. Recibir al peregrino.
4. Consolar al triste. 5. Liberar al cautivo.
5. Perdonar las injurias. 6. Visitar enfermos y presos.
6. Soportar los defectos del prójimo. 7. Enterrar a los muertos.
7. Rezar por los vivos y los muertos.

El Lenguaje de la Biblia

Para entender una verdad en cualquier tipo de texto (poesía, fábula, relato científico,
documento histórico) es necesario no hacer confusión entre:
Forma: que es el modo de contar y que depende del estilo del texto. Puede incluir alguna
fantasía, exageración, simbología.
Contenido: El mensaje, lo que de verás el texto quiere decir.

La Biblia es palabra de Dios, inspirada por Dios pero en lenguaje humano. En ella las
verdades profundas son transmitidas a través de varias características de lenguaje:

Historias con mensajes.


Tratar cosas como si fueran personas.
Tratar a Dios como si fuera humano.
Usar una persona (o lugar) para representar un grupo.
Exageración para reforzar una idea.

Algunos signos
La sangre  Vida
La serpiente  El mal
El pan  Necesidades humanas
El fuego, la nube  Presencia de Dios.
Montaña  Lugar donde habla Dios

51
MISIONES FAMILIARES 2019

Oraciones Fundamentales

Padre Nuestro
Ave María
Padre Nuestro,
que estás en el cielo, Dios te salve, María,
santificado sea tu Nombre, llena eres de gracia,
venga a nosotros tu Reino, el Señor es contigo,
hágase Tú voluntad, bendita eres entre todas las mujeres
en la tierra como en el cielo. y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas, Santa María, Madre de Dios,
como también nosotros perdonamos ruega por nosotros pecadores,
a los que nos ofenden. ahora y en la hora de nuestra muerte.
no nos dejes caer en tentación Amén.
y líbranos del mal.
Amén.

Gloria:
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO (P. José Kentenich)

Espíritu Santo,
eres el alma de mi alma Si Espíritu Santo,
Te adoro humildemente. dame a conocer tu voluntad
Ilumíname, fortifícame, y la voluntad del Padre.
guíame, consuélame. Pues toda mi vida no quiere ser otra cosa,
Y en cuanto corresponde al plan que un continuado y perpetuo Sí
del eterno Padre Dios a los deseos y al querer del
revélame tus deseos. eterno Padre Dios. Amén.

Dame a conocer
lo que el Amor eterno desea de mí.
Dame a conocer lo que debo realizar.
Dame a conocer lo que debo sufrir.
Dame a conocer lo que, silencioso,
con modestia y en oración,
debo aceptar, cargar y soportar.

52
MISIONES FAMILIARES 2019

El Ángelus

V El Ángel del Señor anunció a María.


R Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
V (Dios te salve, María...)

V He aquí la esclava del Señor.


R Hágase en mí según tu Palabra.
V (Dios te salve, María...)

V Y el Verbo se hizo carne.


R Y habitó entre nosotros.
V (Dios te salve, María...)

V Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,


R para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias
de Nuestro Señor Jesucristo.

V Oremos: Te pedimos, Señor, infundas tu gracia en nuestras mentes,


para que los que hemos conocido por el mensaje del ángel el misterio
de la encarnación de tu Hijo, seamos conducidos a la gloria de la
resurrección, por los méritos de su cruz y Pasión.
Por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén.

V Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salve
(Se reza después del 5to misterio del Rosario)

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia.


Vida, dulzura y esperanza nuestra.
¡Dios te salve! A ti clamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
¡Ea! pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos;
y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre,
¡Oh clemente! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros, santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias
de Nuestro señor Jesucristo.
Amén

53
MISIONES FAMILIARES 2019

SANTO ROSARIO

Con el Rosario, el pueblo cristiano aprende de María a contemplar el rostro de


Cristo y a experimentar la profundidad de su amor. (..) La repetición del Ave María
favorece el deseo de una configuración cada vez más plena con Cristo, un verdadero
“programa” de la vida cristiana. (..)Si el Rosario se presenta bien, estoy seguro que los
jóvenes serán capaces de sorprender una vez más a los adultos, haciendo propia esta
oración y recitándola con el entusiasmo propio de su edad.
(Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae)

Se comienza con la señal de la cruz, y a continuación se hace alguna petición. Se


dice el misterio y después se rezan un Padrenuestro, 10 Ave Marías y 1 Gloria al Padre.

Misterios del Rosario:


Gozosos (lunes y sábado).
1. La Encarnación del Hijo de Dios.
2. La visitación de la Virgen a Santa Isabel.
3. El Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.
4. La presentación de Jesucristo en el Templo.
5. Jesús perdido y hallado en el Templo.

Dolorosos (martes y viernes).


1. La oración de Jesús en el Huerto.
2. La flagelación de nuestro Señor Jesucristo.
3. La coronación de espinas.
4. Jesús es cargado con la Cruz.
5. La crucifixión y muerte de nuestro Señor.

Gloriosos (domingo, miércoles).


1. La Resurrección del Señor.
2. La Ascensión de Jesús al cielo.
3. La venida del Espíritu Santo.
4. La Asunción de la Virgen María al cielo.
5. La Coronación de la Santísima Virgen como Reina de todo lo creado

54
MISIONES FAMILIARES 2019

De la Luz (jueves).
1. El Bautismo del Señor.
2. La Manifestación de Cristo en las Bodas de Caná.
3. Jesucristo proclama el reino e invita a la conversión.
4. La Transfiguración del Señor.
5. La institución de la Eucaristía.

Terminado el quinto misterio, se añade la oración "Salve”

Pequeña Consagración

Oh, Señora mía,


Oh, Madre mía,
yo me ofrezco todo a Ti
y en prueba de mi filial afecto,
te consagro en este día:
mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón,
en una palabra, todo mi ser.
Ya que yo soy todo tuyo,
oh madre de bondad,
guárdame, defiéndeme y utilízame,
como instrumento y posesión tuya.
Amén.

Aquí estoy
Madre, ¿quieres mi trabajo?
Aquí estoy.
¿Quieres que las fuerzas de mi espíritu lentamente se desangren?
Aquí estoy.
¿Quieres mi muerte?
Aquí estoy.
Pero procura que todos los que tú me has confiado
Amen a Jesús, vVI.an para Jesús, aprendan a morir por Jesús.
Amén.

Confianza
En tu poder y en tu bondad, fundo mi vida,
En ellos espero, confiando como niño.
Madre admirable en ti y en tu Hijo,
en toda circunstancia,
creo y confío ciegamente.
Amén.

55
CENSO MISIONERO
2019

Casa
# Familia Apellidos Catolicos casados iglesia Hijos Sacramentos Viven con alquien mas Nota
bendecida
si si si Bautizo Comunión Confirmación
no no, no no edad
1 pueden edad
no, pero si edad
pueden edad
Casa
Familia Apellidos Catolicos casados iglesia Hijos Sacramentos Viven con alquien mas Nota
bendecida
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2 pueden edad
no, pero si edad
pueden edad
Casa
Familia Apellidos Catolicos casados iglesia Hijos Sacramentos Viven con alquien mas Nota
bendecida
si si si Bautizo Comunión Confirmación
no no, no no edad
3 pueden edad
no, pero si edad
pueden edad
Casa
Familia Apellidos Catolicos casados iglesia Hijos Sacramentos Viven con alquien mas Nota
bendecida
si si si Bautizo Comunión Confirmación
no no, no no edad
4 pueden edad
no, pero si edad
pueden edad
Casa
Familia Apellidos Catolicos casados iglesia Hijos Sacramentos Viven con alquien mas Nota
bendecida
si si si Bautizo Comunión Confirmación
no no, no no edad
5 pueden edad
no, pero si edad
pueden edad
Casa
Familia Apellidos Catolicos casados iglesia Hijos Sacramentos Viven con alquien mas Nota
bendecida
si si si Bautizo Comunión Confirmación
no no, no no edad
6 pueden edad
no, pero si edad
pueden edad
Casa
Familia Apellidos Catolicos casados iglesia Hijos Sacramentos Viven con alquien mas Nota
bendecida
si si si Bautizo Comunión Confirmación
no no, no no edad
7 pueden edad
no, pero si edad
pueden edad
Casa
Familia Apellidos Catolicos casados iglesia Hijos Sacramentos Viven con alquien mas Nota
bendecida
si si si Bautizo Comunión Confirmación
no no, no no edad
8 pueden edad
no, pero si edad
pueden edad
Casa
Familia Apellidos Catolicos casados iglesia Hijos Sacramentos Viven con alquien mas Nota
bendecida
si si si Bautizo Comunión Confirmación
no no, no no edad
9 pueden edad
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