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Valores de la familia

la obediencia
Lejos de lo que algunos piensan, la obediencia no se trata de someter a los pequeños al mandato
de los mayores. Hablamos más bien de un respeto a las autoridades del hogar, haciendo entender
a los niños el porqué de cada orden o regla.
En este sentido, es la lógica la que deberá regir la relación entre adultos y niños. Para esto es
necesario enseñar la razón de ser de cada norma. Por ejemplo, para que un niño tome la ducha
con regularidad, es vital explicarle la importancia del aseo.
Y con la orientación también llega la disciplina. Si queremos que nuestros hijos tengan buenas
costumbres, debemos dar el ejemplo y exigir. Establecer pautas y horarios es lo mejor para que el
niño haga en piloto automático lo que es correcto. Vigilar, premiar o castigar.

la tolerancia
Parte importante de vivir en grupo es aceptar lo que somos y también lo que los demás son. Para
lograr esto debemos inculcar la tolerancia. Ser tolerantes es entender la existencia del otro, desde
su realidad. ¿Te acuerdas de las virtudes y defectos? A eso nos referimos.
Este valor pasa por inculcar una serie de ideas claves: el hecho de que no somos seres perfectos, la
realidad de que somos diferentes y la posibilidad de la compasión. Esto último es dar el brazo a
torcer y ayudar aun cuando el otro haya cometido una falta.
El truco es identificar los momentos en los que debemos pedir y aquellos en los que debemos
dejar pasar algo o perdonar. Recuerda que a veces actuamos bajo presión y eso siempre tiene que
ser evaluado. Si tu pequeño aprende eso, le habrás dado una enorme herramienta para la vida.
El respeto
Pero no todo puede ser dejar pasar. La tolerancia es buena en la medida en que es practicada por
igual entre los familiares. Si unos son tolerantes y otros no, se abrirá paso el egoísmo y, por ende,
peleamos. Para evitar esto el remedio es el respeto.
Respetar es evitar los daños a terceros
El respeto se basa en la idea de que todos tenemos un límite, el cual jamás debe ser transgredido
por los demás. Es correcto eso de que “cada uno es como es”, siempre y cuando la acción de unos
no dañe a los otros.
Por lo general, cuando no respetamos nos imponemos a los demás y, por ende, ¡no los dejamos
ser! Así que la regla máxima es “no hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti”.

responsabilidad
Ser respetuosos es ser responsables también con el resto de los parientes. Cuando hablamos de
responsabilidad, nos referimos a todo aquello que tenemos que hacer por nosotros y por nuestros
seres queridos.
Ser responsables es pensar en que hay un mundo que nos rodea y al cual debemos no solo pedirle,
sino también servir. A los chicos hay que explicarles que así como ellos reciben, también deberán
dar.
Estos valores se desarrollan cuando el niño se comunica con facilidad. Este proceso comienza a
ocurrir incluso antes de que él inicie su vida escolar.

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