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La ética no crea la moral. Aunque es cierto que toda moral efectiva supone ciertos
principios, normas o reglas de conducta, no es la ética la que, en una comunidad
dada, establece esos principios y normas. La ética se encuentra con una experiencia
histórico-social en el terreno de la moral, o sea, con una serie de morales efectivas ya
dadas, y partiendo de ellas trata de establecer la esencia de la moral, su origen, las
condiciones objetivas y subjetivas del acto moral, las fuentes de la valoración moral,
la naturaleza y función de los juicios morales, los criterios de justificación de dichos
juicios, y el principio de que rige el cambio y sucesión de diferentes sistemas morales.
Qué es la Moral?
La moral consiste en una serie de normas, reglas, valores, ideas y creencias; en base a
las cuales un ser humano viviendo en sociedad manifiesta su conducta.
En términos sencillos, la moral es el manual virtual o informal por el cual el
individuo sabe cómo tiene que actuar. No obstante, existe un punto de quiebre entre
el significado que diferentes corrientes le atribuyen a este concepto. Mientras hay
quienes lo limitan solo a las costumbres y los valores de una sociedad; otros le
atribuyen la característica de poder discernir entre lo bueno y lo malo.
La moral, por otro lado, y desde un punto de vista más sociológico, se la define como
el conjunto de normas que surgen de la propia sociedad y que solo gracias a ella
cobran la fuerza necesaria para imponerse a toda la población. Sin embargo,
cualquiera sea la interpretación que se haga es importante destacar que existen dos
elementos de los cuales la moral no puede ser separada: la cultura, y la ética.
En el caso de la cultura, es justamente ella la que permite crear estas reglas de la
moral y que sean aceptables para todos los miembros de la sociedad. Si bien no se
desprende directamente de ella, tienen gran influencia una sobre la otra producto del
nivel de importancia que se le otorga a los usos y costumbres propios de cada región
en cada una de ellas. Es por esto que quizás podría resultar moralmente incorrecto,
por ejemplo, para un habitante de Uruguay lo que para un habitante de China u otro
país oriental seria moralmente correcto, debido, y reconocido.