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¿Cómo se formó el Sistema Solar?

Es difícil precisar el origen del Sistema Solar. Los científicos creen que puede situarse hace
unos 4.650 millones de años.

Hay algunas explicaciones sobre cómo se ha formado nuestro Sistema Solar. Una de las más
aceptadas es la teoría nebular formulada por René Descartes en 1644 y perfeccionada
después por otros astrónomos.

Nube de gas y polvo origina el Sistema Solar

Según la versión propuesta por Kant y Laplace, una inmensa nube de gas y polvo se contrajo
a causa de la fuerza de la gravedad, probablemente, debido a la explosión de una supernova
cercana. A causa de la contracción comenzó a girar a gran velocidad y se fue aplanando; por
eso, el Sistema Solar resultante se parece más a un disco que a una esfera.

¿Cómo se formó el Sol?

La mayor parte de la materia se acumuló en el centro. La presión era tan elevada que se
inició una reacción nuclear, liberando energía y formando una estrella. Al mismo tiempo se
iban definiendo algunos remolinos que, al crecer, aumentaban su gravedad y recogían más
materiales en cada vuelta.

Nace el Sol

También había muchas colisiones entre partículas y cuerpos en formación. Millones de


objetos se acercaban y se unían o chocaban con violencia y se partían en trozos. Los
encuentros constructivos predominaron y, en sólo 100 millones de años, adquirió un
aspecto semejante al actual. Después cada cuerpo continuó su propia evolución.

Formación de los planetas y satélites

Los planetas y la mayoría de sus satélites se formaron por acreción de materia que se
acumulaba alrededor de los trozos más grandes de la proto-nebulosa. Tras una sucesión
caótica de colisiones, fusiones y procesos de reconstrucción, adquirieron un tamaño
parecido al actual y se fueron desplazando hasta situarse en las posiciones que conocemos.
La zona más cercana al Sol era demasiado cálida para retener materiales ligeros. Por eso los
planetas interiores son pequeños y rocosos, mientras que los exteriores son grandes y
gaseosos. La evolución del Sistema Solar no se ha detenido, pero, tras el caos inicial, la
mayor parte de los materiales forman parte ahora de cuerpos situados en órbitas más o
menos estables.

Formación de los Planetas


Cualquier teoría que pretenda explicar la formación del Sistema Solar deberá tener en
cuenta que el Sol gira lentamente y sólo tiene un 1 por ciento del momento angular, pero
tiene el 99,9% de su masa, mientras que los planetas tienen el 99% del momento angular y
sólo un 0,1% de la masa. Una de las explicaciones sostiene que, al principio, el Sol era
bastante más frío; la propia densidad de sus materiales fue frenando su rotación, al tiempo
que se calentaba, hasta conseguir un cierto equilibrio. Pero hay más...

Teorías sobre el origen del Sistema Solar

Hay otras cinco teorías o variaciones consideradas razonables:

La teoría de Acreción asume que el Sol pasó a través de una densa nube interestelar, y
emergió rodeado de un envoltorio de polvo y gas.

La teoría de los Proto-planetas dice que inicialmente hubo una densa nube interestelar que
formó un cúmulo. Las estrellas resultantes, por ser grandes, tenían bajas velocidades de
rotación, en cambio los planetas, formados en la misma nube, tenían velocidades mayores
cuando fueron capturados por las estrellas, incluido el Sol

Teorías sobre la formación de los Planetas

La teoría de Captura explica que el Sol interactuó con una proto-estrella cercana, sacando
materia de esta. La baja velocidad de rotación del Sol se atribuye a que se formó antes que
los planetas.
La teoría Laplaciana Moderna asume que la condensación del Sol contenía granos de polvo
sólido que, a causa del roce en el centro, frenaron la rotación solar. Después la temperatura
del Sol aumentó y el polvo se evaporó.

La teoría de la Nebulosa Moderna se basa en la observación de estrellas jóvenes, rodeadas


de densos discos de polvo que se van frenando. Al concentrarse la mayor parte de la masa
en el centro, los trozos exteriores, ya separados, reciben más energía y se frenan menos,
con lo que aumenta la diferencia de velocidades.|

Los planetas del Sistema Solar


Tal y como hemos descrito en los puntos anteriores, los planetas del Sistema Solar son los
que componen la parte más importante de toda su compleja composición. A continuación,
profundizaremos de una manera más detallada en cada uno de ellos.

1. Mercurio

Empezamos por este planeta al ser el más cercano al Sol, a parte de ser el más pequeño de
sus homólogos. Tiene un parecido a la Tierra, pues su composición es del 70% de elementos
metálicos y el 30% restante corresponde a silicatos. Además, al igual que sucede con la
Luna, Mercurio presenta un gran número de impactos de meteoritos.

Mercurio

A Venus le corresponde el puesto número dos en cuanto a distancia con respecto al Sol.
Dentro de los Planetas del Sistema Solar, suele denominarse a Venus como el planeta
“hermano de la Tierra” debido a su parecido, tanto en tamaño como en masa y su
composición de tipo terrestre y rocoso.

3. Tierra

El planeta Tierra, nuestro planeta, es el mayor de los denominados planetas rocosos. Se


formó hace unos 4600 millones de años y su nombre proviene del latín “Terra”, deidad
griega que corresponde a la feminidad y fecundidad. El 71% de su composición corresponde
a la hidrosfera (agua), hecho diferencial que ha permitido la existencia y persistencia de la
vida humana. Ningún otro planeta del Sistema Solar contiene tal nivel de líquido.
4. Marte

Marte es el segundo de los planetas del Sistema solar de menor tamaño, después de
Mercurio. Desde hace tiempo es comúnmente conocido como “planeta rojo”, fruto del color
rojizo que adquiere por el óxido de hierro en la mayoría de su superficie. Su tamaño es casi
la mitad del de la Tierra y su gravedad un 40% menor, lo cual lo hace prácticamente
inhabitable según las últimas investigaciones de la NASA.

5. Júpiter

El Planeta del Sistema Solar que recibe su nombre por el Dios Zeus de la mitología griega
(Júpiter en mitología romana) es, precedido por el Sol, el planeta con mayor cuerpo celeste.
Tiene un tamaño de 1300 veces mayor que la Tierra. Como cuerpo masivo gaseoso, su
composición está formada básicamente de hidrógeno y hielo. Como dato curioso, es
considerado el planeta más antiguo del Sistema Solar, precediendo al Sol inclusive.

Júpiter

6. Saturno

Es famoso este planeta del Sistema Solar por su imponente brillo procedente de sus anillos
que rodean al planeta. Volviendo a Galileo, éste lo avistó por primera vez en el año 1610.
Prácticamente todo el planeta (un 96%) está formado por hidrógeno y el 3% restante de
hielo.

Saturno

7. Urano

Este planeta está considerado el primero en ser descubierto mediante un telescopio. Su


composición es muy parecida a la de sus hermanos Saturno y Júpiter, puesto que está
formado por helio e hidrógeno, así como de agua, amoníaco y metano pero en cantidades
mayores. Una peculiaridad de este planeta del Sistema Solar es su atmósfera, con las
temperaturas más bajas de todo el Sistema, alcanzando la mínima de -224 grados Celsius.

Urano

8. Neptuno

Neptuno fue descubierto hace unos dos siglos por Urbain Le Verrier, John Couch y Johann
Galle, allá por el año 1847. No obstante, algunos historiadores y astrónomos sostienen que
el célebre Galileo Galilei ya observó este planeta por el año 1612, dato todavía sin
confirmar. El planeta Neptuno está compuesto de roca fundida, agua, metano, hidrógeno,
hielo y amoníaco líquido.

Cómo se formó la
Tierra?
Hace unos 4.5-4.6 miles de millones de años, el Sistema Solar comenzó a
formarse a partir del colapso gravitatorio de una nebulosa giratoria.
Anteriormente esta nube de gas y polvo existía simplemente como uno más
de los elementos de la Vía Láctea, pero la formación de un nuevo sistema
planetario traería la existencia de un planeta muy singular, el que hasta el
momento es el único del que se sabe que sostiene vida.
Para entender el origen de la Tierra hay que empezar por conocer el principio
del Sistema Solar. Según la hipótesis nebular, una de las teorías más
aceptadas en este rubro, la nebulosa colapsó bajo su propia atracción
gravitacional. Comenzó a contraerse cada vez más, y a medida que esto
sucedía giraba más rápido. Eventualmente, la nebulosa adquirió una forma
aplanada, como de disco, con una protuberancia en el centro.
La temperatura fue el factor clave para la composición de los
planetas alrededor del Sol.
Las partículas que estaban dentro del disco llegaron a colisionar, lo que
causó que se crearan unas regiones que se contrajeron gravitacionalmente.
La región central se volvió más densa, más caliente, y alrededor se creó una
especie de disco giratorio con partículas de gas, polvo y hielo, de los cuales
algunos se unieron y formaron planetesimales, que chocaron entre sí y
constituyeron a su vez unos protoplanetas, anteriores a los planetas. La
protuberancia en el centro del disco llegaría a ser el protosol.
Ahora bien, los campos gravitacionales de los protoplanetas y el protosol
comenzaron a rodear las partículas sueltas y a atraerlas hacia sí en un
proceso llamado acreción. Este es el principio básico de la formación
del Sol y los planetas: partículas que se unieron, constituyeron cúmulos y
posteriormente se convirtieron en grandes cuerpos celestes llamados
planetas.
Los planetas interiores (Mercurio, Venus, Tierra y Marte) están compuestos
principalmente de roca y material metálico debido a que las altas
temperaturas del centro de la nebulosa solo permiten que dichos materiales
se condensen. Los cristales de agua y amoníaco se condensaron a mayor
distancia. Así pues, fue la temperatura el factor clave para la composición de
los planetas alrededor del Sol.
Los científicos calculan que la Tierra empezó a formarse
hace aproximadamente 4.5 miles de millones de años.
Origen y evolución del planeta Tierra
Los científicos calculan que la Tierra empezó a formarse hace
aproximadamente 4.5 miles de millones de años, unos “cuantos” años
después de que la nebulosa emprendiera el camino hacia la formación del
Sistema Solar. Los protoplanetas tuvieron que experimentar diversas
colisiones, de modo que la Tierra como planeta se originó a partir de la
colisión de varios protoplanetas, quizá una docena. Cada una de las
colisiones liberó gran cantidad de energía y los protoplanetas, más grandes,
se contrajeron bajo su propia influencia gravitacional.
Una última colisión causó la creación de un cuerpo celeste del tamaño aproximado
de la actual Tierra, que ha recibido el nombre de proto-Tierra. A través del tiempo
acumuló polvo y roca, hasta que fue lo suficientemente grande como para atraer
material gracias a su campo de gravedad. Esta fuerza gravitacional ocasionó que
numerosos objetos espaciales chocaran contra la superficie terrestre y se
desintegraran ahí varios elementos radiactivos, lo que, en vez de afectar al naciente
planeta, propiciaría la generación de un calor importante para fundir diversos
materiales y conformar su estructura interna.

Deduciendo la composición de los planetas del

universo por sus tamaños


Hasta la fecha se han descubierto ya unos 3.700 planetas fuera de nuestro sistema solar. Las masas y radios planetarios de
estos exoplanetas se han venido utilizando para inferir su densidad media, pero ha sido mucho más difícil deducir de modo
detallado su composición química y su estructura.

La intrigante pregunta sobre qué aspecto podrían tener estos planetas sigue todavía abierta, pero comienzan a perfilarse
algunas posibles respuestas gracias a una nueva investigación.

El equipo de Michael Lozovsky, de la Universidad de Zúrich en Suiza, ha utilizado bases de datos y herramientas estadísticas
para caracterizar exoplanetas y sus atmósferas con una mayor precisión que la conseguida hasta ahora, y también para
investigar la estructura interna, la temperatura y la radiación reflejada de 83 de los 3.700 planetas conocidos, para los cuales
están bien determinados los radios y las masas.

Lozovsky y sus colegas han llegado a la conclusión de que un planeta con un radio de hasta 1,4 veces el de la Tierra que es
de 6.371 kilómetros, puede parecerse a nuestro planeta, es decir, tener una composición similar a este. Los planetas con
radios por encima de este umbral tienen una proporción mayor de silicatos u otros materiales ligeros.
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Recreación artística de un posible modelo de exoplaneta con un núcleo rocoso y una atmósfera gaseosa.
(Imagen: UZH)

La mayoría de los planetas con un radio por encima de 1,6 radios terrestres deben tener una capa gaseosa de hidrógeno-
helio o agua además de su núcleo rocoso, mientras que los mayores de 2,6 radios terrestres no pueden ser mundos acuáticos
y podrían estar rodeados por una atmósfera.

Se estima que los planetas con radios superiores a 4 radios terrestres son muy gaseosos y deben constar de al menos un 10
por ciento de hidrógeno y helio, siendo similares a Urano y Neptuno.

Los resultados del estudio proporcionan nuevas pistas sobre el desarrollo y diversidad de estos planetas. Un umbral
particularmente interesante tiene que ver con la diferencia entre los planetas de tipo terrestre grandes (llamados también
superTierras) y los planetas gaseosos pequeños, denominados miniNeptunos. Según los investigadores, este umbral reside
en un radio de unas tres veces el de la Tierra. Por debajo de él, será por tanto posible encontrar planetas semejantes al
nuestro en la enorme vastedad de la galaxia

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