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TRABAJO PRÁCTICO 4
BARROCO: GÓNGORA
Alumnas:
Cassoni, Florencia
Clerici, Victoria
Correa, Yessica
Martínez, Karina
El Manierismo y el Barroco.
Vila da Vila, escribe un artículo titulado Manierismo y sus manieras, en el cual nos
dice que el Manierismo es un estilo que aparece en Europa entre los años 1520 y 1600, y que
a pesar de que dicho movimiento no haya sido el más notable en el Renacimiento, merece
ser estudiado y reconocido. Con respecto a esto, esta autora nos comenta que el término
Manierismo, según especialistas, fue utilizado por primera vez en 1789, por Luigi Lanzi, para
designar el estilo imperante en la pintura italiana entre los años 1527 y 1600, mientras que el
adjetivo manierista ya había sido utilizado con anterioridad, para designar a los “…artistas
que dejaron el estudio de la naturaleza por llenar el arte con la maniera, a la que definían
como una caprichosa idea basada en la rutinaria práctica en vez de la enseñanza de la
naturaleza.” (Vila da Vila: 2011; 2) y que como vemos es una concepción bastante negativa.
Algunas de los aspectos que caracterizan a la pintura manierista, es el alargamiento de las
figuras, construyendo obras un poco fantásticas, y generando bellas maneras.
Esta autora nos comenta también, que más adelante en 1915, Friedlander, clasificó al
manierismo en dos fases: primer manierismo e imitación o anti-maniersimo. En esta primera
etapa se representaban en la pintura gestos, actitudes, un arte acompañado de gracia, colores.
Son representantes de esta época las obras de Miguel Ángel, y Rafael, que se caracterizaban
por presentar una fuerza dramática y expresiva de los personajes, una riqueza de colores y
contrastes lumínicos.
En 1557, Ludovico Dolce, criticó a las obras de Miguel Ángel, por representar figuras
desnudas, afirmando que éstas atentaban contra la honestidad de tales figuras. Estas
concepciones moralistas, que estaban más relacionadas con el enfoque político-artístico, que
con el estético o técnico, produjo que la Iglesia prohibiera la pintura de toda figura o adorno
que contenga una hermosura que incite a la lujuria. Y de este modo se observa esta segunda
fase donde se pretende volver a los ideales renacentistas. Son características de este periodo
pinturas que presentan figuras alargadas e imitación de espacios.
El estilo de Góngora
También habla sobre la dualidad de los personajes, que él define como “...dos
contrarios en un solo sujeto” (Alonso, 1961:233). Esto se ve específicamente en Polifemo,
quien se presenta como una bestia feroz y desalmada desde el inicio del poema. Pero más
adelante, cuando nos encontramos con su canto, vemos que en él también existe dulzura y
sentimientos que, en un principio, no creíamos poder hallar en él. Aun así, esto no significa
que su personalidad cambia; dicha ternura se ve solamente reflejada para con Galatea. Alonso
dice que el haber creado ese personaje con su carácter complejo, Góngora ha creado “...una
de esas invenciones que tienen consecuencias definitivas en la evolución del arte literario”
(1961:234).
El poema de Góngora está pensado, o por lo menos intuido, según lo explica Alonso,
como una distribución temática que le produce al lector cierta impresión sinfónica. Es decir,
son temas musicales. Alonso nombra algunos de los temas que se pueden apreciar, como lo
es por ejemplo, la caza en la dedicatoria del poema. Dejando de lado la necesaria adulación
hacia el Conde de Niebla –a quien va dirigido el poema– la descripción de la escena deja en
las retinas del lector todo el panorama impreso. Otro tema, de suma importancia, es el amor:
el amor hacia la belleza. El amor que se ve de Polifemo, antítesis de la belleza que representa
Galatea; el amor de Acis, que complementa a dicha belleza; el amor de la isla, que Alonso
define como “...un hervor incontenible de fuerzas de la naturaleza engendradora”
(1961:236). Todos estos temas se complementan y suceden, haciendo de Polifemo “...el
mejor poema barroco europeo” (Alonso, 1961:236).
Encabalgamiento: las dos primeras estrofas, cuyos versos impares empiezan con
“mientras”, poseen encabalgamientos, en la medida que la idea iniciada en un verso se
concluye recién en el siguiente. Estos serían encabalgamientos fuertes.
Hipérbaton: las dos primeras estrofas poseen numerosas frases latinizantes. En la
primera, el orden sería “Mientras el oro bruñido relumbra en vano al sol por competir con tu
cabello, mientras tu blanca frente mira con desprecio el lilio bello en medio el llano”; en la
segunda, “Mientras más ojos siguen a cada labio que al clavel temprano, por cogello, y
mientras tu gentil cuello triunfa del luciente cristal con desdén lozano”.
Epítetos: hay numerosos epítetos dados por las metáforas lexicalizadas, pero también
están aquellos en los adjetivos atribuidos a las partes del cuerpo y otros elementos, esto es:
“blanca frente”, “lilio bello”, “luciente cristal”, “gentil cuello”, entre otros.
Aliteración: hay una aliteración notable en el segundo verso, “oro bruñido al sol
relumbra en vano”, con la repetición de los sonidos “br” o simplemente la “r” suelta. En el
tercero se encuentra otra, “mientras con menosprecio en medio el llano”, donde se repite el
sonido de la “m” y la vocal “e”.
“Tempus fugit”: el soneto toma una temática típica del Renacimiento, referida a lo
efímero y rápido que transcurre el tiempo, para transmitir la idea de que las beldades de la
juventud deben ser disfrutadas antes de que se marchiten o erosionen con la vejez, que
“mientras” se esté así, deben aprovecharse los atributos que más tarde perderán atractivo, no
solo por la edad, sino con la fatalidad de la muerte.
Conclusión
Podemos afirmar que Góngora cubre todos los aspectos del Barroco como movimiento
artístico,en su obra se ven reflejados claramente los preceptos del arte Barroco desarrollados,
con modificaciones y agregados que no se habían apreciado antes en poemas de épocas
previas de dicho movimiento artístico.
Al adaptar el género a su propio parecer, el autor acabó por crear lo que los autores
hablados definirían como el mejor poema barroco de la época. Ya que el mismo está lleno de
grandilocuencia, recursos visuales y excesivamente recargado de figuras retóricas como
metáforas lexicalizadas, metonimia, encabalgamiento, hipérbaton, paralelismos, epítetos,
aliteraciones, y elusiones y alusiones a tópicos de la antigüedad clásica.
BIBLIOGRAFÍA