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22 de mayo del año 2250, las bolitas de la lotería marcaron 5 números:"22, 5, 15, 23, 2", mire mi

pantalla holográfica... ¡Había ganado la lotería! Bueno, en realidad no era una lotería para ganar
dinero, era para una nueva vida. Verán, hace más de un siglo que la humanidad descubrió el
secreto del viaje espacial a gran escala; aunque primitivo, lograron enviar grupos pequeños de
personas para colonizar los nuevos planetas encontrados. El tema espacial como podrán
imaginarse, evolucionó con gran velocidad y gracias a esto, la humanidad cuenta con más de 120
colonias al rededor del universo. Pero no todo era perfecto en esta nueva era de la humanidad.
Como siempre, el deseo humano de ser superior, lo llevo al ciclo infinito de clasificarse en estatus
sociales; altiorem, nobilium y vastum. Pero estos estatus sociales también determinan tu derecho
a vivir en cierto planeta; según tu estatus, puedes vivir en planetas clase A, B o C respectivamente.
Los planetas clase A, son grandes planetas, abundantes de vida y felicidad, primeros en desarrollo
de tecnología y seno de grandes gobernantes, tienen 3 planetas que son clasificados como
capitales, Nova magna, Zafiro y Nueva europa. Si bien los demás planetas pertenecientes al estado
Altiorem son planetas de categoría A, tienen menos relevancia a la hora de relaciones entre
estados. Los planetas de clase B tienen un aire diferente al de los demás planetas; literalmente son
el equilibrio entre lo que hace unos siglos se conocía como clase alta y clase baja. Son bastante
neutrales. Sus capitales principales son Arcadie, Polaris y Sectum. Por último, están los planetas de
clase C, los peores planetas para vivir. Gracias a los vastum, los planetas de clase C no cuentan con
atmósferas modificadas ni recursos naturales ilimitados. El estado vastum cuenta con solo dos
planetas capitales, Alpinum 4 (planeta caracterizado por sus bajas temperaturas) y Liberi. Los tres
estados sociales tienen sus propios gobernantes y leyes y por ende también cuentan con sus
propios ejércitos y armada espacial. A pesar de esto, los tres estados se rigen bajo una misma
identidad, la UCH (Unión de colonias humanas). Esta organización gobierna desde un pequeño
planeta llamado Iudicium; el único planeta colonizado por la raza humana que cuenta con la
calificación S, la más alta en los rangos planetarios).

14 de mayo 2250, mi nombre de pila es Jericho-1457, pero mi nombre de nacimiento es Steven.


Soy de la tierra, más exactamente del territorio mediterráneo; después de la tercera guerra
mundial, se formaron 2 territorios en la tierra (superior y mediterráneo) el mediterráneo abarca lo
que hace muchos siglos era conocido como América. Mis padres son terrestres. Fueron asesinados
en una redada contra una guerrilla mediterránea. Crecí solo en las calles y actualmente trabajo
reciclando chatarra en las zonas afectadas por radiación. Normalmente, los terrícolas no tenemos
mayor importancia en la UCH, somos simples recicladores con míseros sueldos y sin un objetivo
propio que no sea reciclar. Hace más o menos 2 meses, la UCH empezó una campaña para ayudar
a los terrícolas a mejorar sus cualidades de vida. Hablo de una lotería mensual, en donde elijen a
150 personas, las clasifican al azar en alguno de los tres estados colonos y los envían en naves a
sus nuevos "hogares". Pero, podría ser mejor vivir como vastum que como terrícola se preguntara
alguien y bueno, la respuesta es que ¡Sí!

Compre el boleto digital para la lotería como cada fin de semana, me después de lavarme el rostro
y sentarme a mirar las estrellas, sonó el comercial semanal para anunciar a los ganadores de las
loterías. Pasaron los número y sorpresa, había ganado..... ¿La lotería? No sabía qué hacer. Después
de unos minutos de emoción y un poco de insertidumbre, mi visor holográfico recibió un mensaje,
este mensaje me decía cuándo y donde debía presentarme para la clasificación y empezar mi
nueva vida. El día esperado llegó, el 22 de mayo del 2250, me encontraba en la embajada de la
UCH, me senté en un sillón gravitacional por primera vez, el olor a limpieza y la infinidad de
coloridas cosas que habian es ese cuarto me tenían emocionado. La puerta se abrió y entro una
mujer con un flamante vestido rojo, muy hermosa debo admitir, y con un acento que claramente
no era terricola me dijo:"buen día Jericho-1457, ¿listo para empezar tu nueva vida?". Sin poder
contener mi alegría le respondí:" s-si". Me hicieron exámenes médicos y psicológicos, después de
esperar una hora, me dieron los resultados. Tomé el sobre y lo destape, había Sido clasificado
como vastum y mi nuevo hogar era..... ¿Contritum? Ese planeta no lo había escuchado nunca. Con
respeto le pregunté a la mujer si había algún tipo de error, pero ella negó y me respondió que:
“era un nuevo planeta vastum y necesitaban gente para alcanzar la dicha establecida para
reconocerlo cómo planeta colonizado". Quedé desconcertado. A pesar de todo, llegue a la
conclusión de que todo sería mejor que vivir en la tierra. Sin más procesos, me dieron mi
pasaporte de la UCH y número de vuelo, viajaba esa misma noche.

Llegue al lanzador orbital de naves, puesto que la tierra no contaba con naves capaces de salir de
la órbita por sí mismas, tenían que ser arrastradas en un enorme elevador hasta la estación
espacial Elune. Mientras esperaba en la sala de embarque, pude observar que no habian 150
personas como prometían en la lotería. Me acerque a un sujeto que, por sus rasgos físicos, deduje
que no era mediterráneo, puesto que los mediterráneos somos delgados y definidos, mientras los
superiores son altos y fornidos. Le pregunte si estaba esperando el mismo vuelo que yo, a lo que el
respondió que si asintiendo con la cabeza. Me senté a su lado y le comente sobre la falta de las
150 personas, pero el solo se limitaba a responderme: “no se nada”. Pasaron cuarenta minutos de
eterno silencio, hasta que por fin se escuchó una voz por el altavoz. Nos pidieron abordar al Elder
Shibuya; la nave que nos transportaría. De inmediato las 20 personas que calculo que habian se
dirigen a la misma plataforma que yo. Entre a la nave y busque un asiento vacío. Todos estaban
sentados y de inmediato el piloto informo que estábamos listos para el acenso.

El acenso duro unos 15 minutos. Pude ver por última vez mi “hogar” y sus alrededores, recordé los
momentos felices que había tenido en los últimos 22 años y guardarlos para siempre en mi
memoria pues ahora era un nuevo comienzo. Llegamos a la estación Elune, el piloto hizo el
procedimiento para el desenganche del ascensor y en menos de 2 minutos la nave despego. La
nave rápidamente alcanzo la velocidad crucero, el viaje era bastante lejos y por ende entrar en
crio-sueño era obligatorio. El piloto nos recomendó comer y hacer nuestras necesidades antes de
entrar en las capsulas. Después de 30 minutos, el piloto informo la programación de la nave para
entrar en lo que ellos denominaban “la fisura”, que era un portal de agujero de gusano abierto por
un anillo que orbitaba júpiter, que reduciría el tiempo de viaje de 11 meses (viajando a la
velocidad de la luz) a solo 5 semanas. Todos entramos en las capsulas y la criogenia empezó. La
capsula suelta una sustancia gaseosa que funciona como anestesia y cuando se inhala entumece
todo tu cuerpo haciendo que este reduzca tus latidos por segundo y así sea más rápido y efectivo
el congelamiento de tu cuerpo. Ahora solo quedaba esperar a despertar.

Recuerdo abrir los ojos, me re incorpore del letargo del frio y pude mover mis dedos de las manos
y los parpados, me dolían los labios y las orejas, el contacto con el acolchado cubierto de hielo me
quemaba, la capsula lentamente fue reduciendo su temperatura y por fin pude respirar con
normalidad. Se abrió la capsula, me sentía débil y adolorido, me senté lentamente sobre el borde
de la capsula y poco a poco mi cuerpo fue soltando por sí solo. Entre al baño y me di una ducha
caliente, me vestí y salí de la de recamara. Camine por el pasillo lateral de la nave y note que aún
no salíamos de “la fisura” pero supuse que estábamos a punto de hacerlo. Me dirigí al centro
común de la nave y me senté a esperar a los demás pasajeros. Pasaron los minutos y nadie más
aparecía, supuse que estaban aseándose y recuperándose de la criogenia, así que decidí ir con el
piloto. Toque la cabina y nadie respondió. Abrí la puerta y para mi sorpresa, aún estaba en piloto
automático; el piloto no estaba. Me alarme y me dirigí a las habitaciones, mire la fecha que
marcaba el reloj en el holograma de mi recamara y note que era 24 de junio de 2250, algo extraño
ya que la fecha de llegada era dos días después, el 26 de junio de 2250. No me alerte, aunque
estar fuera de la criogenia mientras se está dentro de “la fisura” te acorta tu tiempo de vida en
meses, 2 días no iban a quitarme la nueva vida que tenía por delante. Me dedique a recorrer toda
la nave, era bastante grande para cargar solo 20 pasajeros pensaba, registre varias habitaciones
incluyendo la sala de máquinas, en donde pude observar el motor desliz-espacial que hacia mover
a la nave. Después de todo un día recorriendo la enorme nave, llegue a la que según yo era la
única recamara que no había visitado. Era una recamara con una puerta muy alta y decía
prohibido el paso a personal no autorizado. Ignore esto y entre. Era una habitación bastante
oscura, tenía muchas capsulas de criogenia pero no podía ver quienes iban dentro de estas
capsulas. Busque panel de las luces por toda la sala, hasta que lo encontré curiosamente debajo de
una de las ultimas capsulas. Cuando las luces encendieron, quede totalmente perplejo.

Las capsulas tenían personas, sí, pero no parecían personas jóvenes o saludables. Eran ancianos y
personas con claros signos de enfermedades producto de la radiación. No sabía que pensar, solo
pude cerrar los ojos y salir corriendo de aquella habitación, regrese a mi recamara y me encerré en
ella. Estuve todo el resto del “día” pensando en lo que había visto. Tenía una incertidumbre
descomunal, un vacío en mi pecho, no pude contener un ataque de histeria y caí desmayado. Me
desperté al siguiente día, tenía dolor de estómago producto de no haber comido. Busque comida
en el salón comunal de la nave, encontré algunos enlatados y cremas, volví a mi recamara y me
dispuse a comer. Me duche y cambie de ropa, no quería pensar en nada mas así que me quede el
resto del “día” en la cama.

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