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Laurence Bonjour
Problema: Uno de los problemas centrales que la teoría del conocimiento empírico debe resolver
en general, es el problema estructural del regreso epistémico (Problema del regreso, diallelus,
argumento de regreso). El cual es un problema en cualquier situación en la que una creencia tiene
que estar justificada. De acuerdo a este argumento, cualquier creencia requiere una justificación, y
cualquier justificación siempre requerirá de otra justificación. Esto significa que cualquier creencia
que sea puede ser infinitamente cuestionable.
Objetivos:
¿Cómo lo va hacer?
I) Un breve vistazo al problema del regreso epistémico.- El origen del problema del
regreso se encuentra en el requerimiento de aquellas creencias que constituyen
conocimiento, ya que éstas DEBEN necesariamente estar epistémicamente justificadas.
(Condición clásica de una CVJ). Tal condición genera otros problemas como la
elaboración de los contra-ejemplos de Gettier, o que para la aceptación de la creencia,
ésta debe ser epistémicamente racional; lo cual general que las demás posibilidades de
conocimiento fallen.
1.3 ¿Cuál es el la solución final de este regreso, para evitar así el escepticismo? El
fundacionalismo, si se alcanzan creencias empíricas que se encuentren realmente
justificadas, pero que tal justificación no se dependa inferencialmente en otras creencias
empíricas (para evadir el problema del regreso). A estas creencias, se les conoce como
creencias básicas (Alston), y éstas están auto-justificadas y son evidentes al mundo.
(Base de los fundamentos del edificio del conocimiento).
De forma que, las creencias básicas proporcionan una fundamentación adecuada para
el conocimiento empírico, si la inferencia de ellas es la única base de justificación de
otras creencias empíricas, entonces esta propiedad, cualquiera que sea, en virtud de la
cual una creencia empírica se considera como básica, también debe constituir una razón
suficiente para pensar que la creencia es verdadera.
De lo anterior tenemos dos objeciones, la primera, que la creencia cumpla con las
condiciones anteriores y, segundo, que las creencias que cumplen estas condiciones
son aparentemente verdaderas, pero el resultado de ello es que la creencia no era
básica, desde que la justificación depende de otras creencias. De forma que, el
fundacionalismo no resolvería el problema del regreso.
“Una creencia no inferencial está justificada, si y sólo si existe alguna propiedad H del
creyente, tal que es una ley natural, que cada vez que una persona satisface H y tiene
esa creencia, luego la creencia es verdadera”. Aquí H puede ser una propiedad que
incluya cuestiones acerca de los procesos mentales del creyente.
Aquí la relación nomológica se ve modificada en el sentido de que la verdad ya no está
circunscrito en lo que se cree de ‘p’ y en un “algo” que haga que ‘p’ sea verdadera.
Una objeción que hace Bonjour a H es que, H no incluye nada que implique la verdad de
la creencia, así una conexión lógica no cuenta como una ley de la naturaleza.
Por otra parte, Armstrong afirma que la conexión nomológica entre la creencia y el
estado de cosas que la hace verdadera, se encuentra restringida a “eso de le da signo
de completa seguridad a la cosa significada. Lo que esto intenta de excluir es el caso en
el que la creencia por sí misma cause el estado de cosas que la hace verdadera.
En tal caso, parece intuitivamente que la creencia no es un caso de conocimiento
aunque éste cumpla con la condición de completa seguridad, formulada anteriormente.
En segundo lugar, , la propiedad H del creyente que se encuentra envuelta en la ley
natural no debe ser “tan específica”; debe haber una posibilidad real a la recurrencia de
la situación descrita por la ley.
Bonjour presenta una objeción fundamental a todas las formas del externalismo: la
preocupación de una postura externalista, como Armstrong, en aquellas creencias no
inferenciales que se alcanzan de fuentes ordinarias como la percepción sensorial y la
introspección.
Esta creencia puede ser confiable aunque la persona no tenga razón para pensar que
es confiable, incluso cuando la persona no tenga motivos para pensar que es confiable.
Ejemplo 2: Caspeer posee evidencia contra su clarividencia (ha fallado muchas veces
apelando a su clarividencia). Sin embargo, Caspeer cree ser clarividente, y cree que el
presidente de EEUU está en Nueva York. El presidente de EEUU resulta estar
efectivamente en Nueva York y Caspeer tiene bajo ciertas condiciones que se
satisficieron suficiente poder clarividente confiable (las veces que su poder falló, las
condiciones eran equivocadas). Bonjour concluye en este ejemplo que según Armstrong
este sería un caso de conocimiento: “La condición de confiabilidad está satisfecha, y
Caspeer no posee ninguna razón para pensar que el presidente no está en Nueva York”.
Como ya parece obvio, Bonjour afirma que en realidad, Caspeer está siendo irracional e
irresponsable epistémicamente ya que, si bien no tiene evidencia contra su creencia, si
tiene evidencia contra el origen de su creencia ( su poder de clarividencia) y cree que es
clarividente siendo que toda la evidencia racional apunta hacia lo contrario, de tal modo
que el criterio de confiabilidad de Armstrong, incluso con la modificación antes expuesta,
no alcanza a dar cuenta de lo que sería una creencia justificada epistémicamente o
responsable epistémicamente.
IV) Ejemplo 4: Bonjour intenta ir más lejos en su crítica. Norman no posee evidencia ni a
favor, ni en contra de la posibilidad general de la clarividencia, ni evidencia ni a favor, ni
en contra de que él posea esa evidencia. En un determinado momento él cree, sin
evidencia ni a favor, ni en contra, que el presidente de EEUU está en Nueva York, y éste
efectivamente está en Nueva York, de tal modo que Norman es clarividente, condición
que le permitió saber que el ´residente de EEUU estaba en Nueva York sin evidencia a
favor, o en contra. Bonjour duda en este caso que Norman esté epistémicamente
justificado, sí es que él cree que es clarividente, en la medida en que no tiene razones
para sostener tal creencia (no hay evidencia ni a favor, ni en contra de aquello). Si
Norman cree tener el poder de la clarividencia, no tiene como justificarlo. De tal manera,
Bonjour dice que habría que agregar una nueva condición a la formulación de
Armstrong: “Que el creyente ni si quiera crea que la conexión de tipo legal se
obtiene, en la medida en que tal creencia no estará en general justificada (o al
Mariana Rico Cortés
menos que su aceptación continuada de la creencia particular que está en
cuestión no depende de su aceptación de tal creencia general)”.
De este modo el conocimiento no sólo no depende de las razones que pueda dar el
individuo respecto de una creencia (cosa mantenida por Armstrong), sino que además él
no puede poseer ni creer que posee una tal justificación (o no puede creerse como
“conocedor”).
Esto, a menos que un externalista pueda positivamente rendir cuentas de por qué
mantiene la misma conclusión para los casos no estándar, como la clarividencia, así
como también sostienen a la percepción sensorial y la introspección. De no lograrlo, lo
único que hace esta posición es hacerle un mal al externalista
Muchos de los intentos que tratan de argumentar a favor del externalismo, son
argumentos por eliminación y dependen de la afirmación de que las alternativas de
conocimiento empírico son inaceptables, ya sea porque no pueden resolver el problema
de regresión o por alguna otra razón. La premisa básica de este argumento es que en
muchos casos que son instancias de sentido común de la creencia justificada y de
conocimiento, no parece haber factores explícitamente presentes, más allá de las
apelaciones al externalista.
Una persona ordinaria en tal caso, puede no tener idea alguna del carácter de su
experiencia inmediata, acerca de la coherencia de su sistema de creencias, y aún así
tener conocimiento. Sólo la condición externalista se satisface y esto muestra que no
más que eso es necesario para l justificación y el conocimiento.
Esto se sigue sólo si añade la premisa de que los juicios de sentido común sean
sagrados., lo cual es inadecuado. Al parecer no hay bases, más que para una
razonable presunción a favor de la corrección del sentido común, pero uno que siga
siendo débil. Esto justifica un grado fuerte de escepticismo. Pero una réplica adecuada
Mariana Rico Cortés
al externalismo debería detallar de forma precisa la forma en que tales creencias
satisfacen exactamente algunas alternativas estándar aceptables.
Parece razonable concluir que este argumento a favor del externalismo fracasa en el
modo de defender una fuerte presunción a favor del sentido común.
5.3 El boleto número n.-Supongamos, por ejemplo, que decidimos que la creencia está
adecuadamente justificada para satisfacer el requerimiento para que sea conocimiento,
esto ocurre, sólo si su probabilidad de verdad, relativa a su justificación es 0.99 o mayor.
Imaginemos ahora, que la lotería se llevará a cabo, y sólo sabemos los siguientes
hechos: exactamente 100 boletos han sido vendidos, el sorteo será llevado a cabo, y
éste será justo, tal que habrá un único boleto ganador. Consideremos ahora cada una
de las 100 proposiciones de la siguiente forma:
El boleto número n perderá;
Donde n es remplazado por el número de uno de los boletos. Desde el momento en el
cual hay 100 boletos y solo uno es ganador, la probabilidad de cada una de tales
proposiciones es de 0.99, y por lo tanto si nosotros creemos que cada una de ellas,
nuestras creencias individuales estarán adecuadamente justificadas para satisfacer la
condición para tener conocimiento.
Luego, dados sólo supuestos razonables, primero, si uno tiene una justificación
adecuada para creer que cada uno de los conjuntos de proposiciones, uno debe
también tener una justificación adecuada por creer que la conjunción de los miembros
del conjunto; segundo, si uno tiene una justificación adecuada por creer cualquier
proposición adicional que se encuentre implicada en la primera proposición, se sigue
que, estamos justificados adecuadamente en creer que ningún boleto ganará, lo cual
contradice lo mencionado anteriormente.
5.4 ¿Cómo se puede evitar este resultado? La única forma para evitar la paradoja
regresar a la idea de que cualquier grado de probabilidad de verdad, menor a la certeza
es insuficiente para el conocimiento; sólo la certeza relativa a nuestra justificación será
suficiente., pero esta solución es tan mala como el problema original, porque da lugar al
escepticismo.
Mariana Rico Cortés
Entonces, es en este punto, en el cual, el externalismo parece ofrecer una salida. Ya
que una posición externalista permite a uno mantener la justificación de que una
creencia empírica debe asegurar que la creencia es verdadera; y así escapa del
escepticismo. Pero, la solución externalista parece ofrecer intuitivamente, resultados
incorrectos en cierto tipo de casos. A continuación se muestra un caso que permitirá
posteriormente formular una mejor solución.
5.5.- ¿Hay o no una salida para esta paradoja?- Bonjour ofrece una alternativa, en la
cual, intuitivamente, lo que comparten en común la paradoja de la lotería y el caso de
Agatha, es la presencia de un gran número de posibilidades alternas, similares y
relevantes, pero desagradables. Pero en tal caso la persona en cuestión sabe que al
menos una de las posibilidades se llevará a cabo. En tal caso, desde que no hay no hay
una manera relevante de distinguir entre la posibilidad de percibir adecuadamente y
alucinar, la persona no puede creer en una justificación adecuada. Así los casos en los
cuales se muestra la probabilidad, no son en sí mismos suficientes para satisfacer la
condición de justificación para el conocimiento.
Bonjour percibe esto que en todos los casos, esto es verdadero acerca de otros modos
en los cuales es posible que una creencia sea errónea. Si esto ocurre, entonces la
Mariana Rico Cortés
paradoja de la lotería proporciona ningún obstáculo alguno para el conocimiento en tal
caso.
De modo que, si se quiere solucionar el problema del regreso, se requieren otros tipos
de recursos, que no se encuentren en la concepción tradicional de la teoría del
conocimiento empírico.