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http://biblioteca.ucn.edu.co/repositorio/ModulosComunes/Constitucion-
Politica/Unidad1-2.html
Los Derechos Civiles se conceden generalmente a todas las personas, sin distinción
de raza, edad, sexo, idiomas, religión, opinión política, origen nacional o social,
posición económica o cualquier otra condición. Los derechos políticos en cambio se
conceden solamente los nacionales, y entre éstos, sólo a los que tienen la calidad
de ciudadanos. No todos los habitantes de un Estado son ciudadanos. Lo son tan
sólo aquellos que han cumplido los requisitos especiales que la ley exige para la
obtención de la ciudadanía, que es una calidad jurídico política especial que acredita
a la persona como miembro activo del Estado y que le habilita para ejercer los
derechos políticos, es decir, para participar en la toma decisiones tocantes a la vida
colectiva.
Hay, pues, una doble consideración del individuo: como persona humana y como
miembro activo del Estado. En cuanto persona humana, a él le corresponden todos
los Derechos Civiles, sin discriminación alguna, puesto que tales derechos son
inherentes a su calidad humana. Toda discriminación por razones de raza, religión,
riqueza, condición social o cualquier otra índole está proscrita por los principios
jurídicos y morales que hoy prevalecen en el mundo. En cuanto a miembro activo
del Estado, corresponden al individuo los derechos políticos que le habilitan para
tomar parte en la vida cívica de la comunidad, mediante los diversos medios
reconocidos para hacer valer su voluntad en la resolución de las cuestiones de
interés general.
Aunque resulta difícil dibujar el límite exacto entre unos derechos y otros,
generalmente se consideran como Derechos Civiles el de la vida, el de la libertad, el
de la seguridad personal, el de la honra, el de la propiedad, el de la inviolabilidad
de domicilio, el de formar un hogar, el de la libre manifestación del pensamiento, el
de la libre conciencia y religión, el de manifestar opiniones, el de reunión y
asociación pacífica, etc.
Nunca antes la humanidad había alcanzado una racionalidad que le permitiera fijar
como código de conducta permanente, en la base de las diversas organizaciones de
los Estados nacionales, la vigencia de unos derechos fundamentales inherentes a
todas las personas sin ningún tipo de discriminación, como garantía y expresión de
la democracia y de la conducta humana.
Mientras que los Derechos Civiles se dirigen a todos los individuos para permitirles
realizar con inteligencia y responsabilidad su destino personal en el marco de una
sociedad libre, los Derechos Políticos se dirigen a los ciudadanos para posibilitarles
participar en la expresión de la soberanía nacional: derecho de voto en las
elecciones y votaciones, derechos de elegibilidad, derechos de adhesión a un
partido político, etc.
El sujeto titular de estos derechos es, en el caso específico de los Derechos Civiles,
el ser humano, y en el caso de los Derechos Políticos, el ciudadano, pero en el
entendido que tanto el hombre como el ciudadano han de ser vistos como
entidades concretas que actúan necesariamente en el complejo de la vida
sociopolítica.
El Habeas Data:
Los Derechos Económicos, Sociales y Culturales son aquellos derechos que surgen
como consecuencia de la crisis y la crítica sufrida por los derechos civiles y políticos,
que caracterizaron la etapa del liberalismo clásico, de neto corte individualista. Por
su especial naturaleza y contenido, tienden a implantar o realizar una efectiva
igualdad no sólo jurídica sino también económica, social y cultural en el seno de las
sociedades.
La seguridad social:
La seguridad social se constituye en un instrumento indispensable para asegurar
unas condiciones de vida digna y evitar riesgos ya no sólo a los trabajadores, sino a
toda la comunidad, al constituirse como un derecho irrenunciable de todos los
habitantes. De la misma manera, se consagra la seguridad social como un derecho
público de carácter obligatorio que será protegido por el Estado, bajo los principios
de eficiencia (calidad, cobertura y costos), universalidad (sin discriminación de
ningún tipo) y solidaridad (participación de instituciones privadas, ONG`S y
comunidad) La seguridad social ha dejado de ser una noción astral para convertirse
en un derecho concreto reconocido internacionalmente y así se consagra en el
artículo 22 de la declaración universal de los derechos humanos.