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Nombre de la asignatura: “PROCESOS PSICOLÓGICOS “

Nombre del facilitador: WENDY LIZBETH PADILLA LEYVA

Nombre de los alumnos: FIGUEROA RUIZ MARTHA IRENE 19020347


RICARDO MONDACA VALDEZ 19020236
MARIA DEL CARMEN IÑIGUEZ CASTRO 19020496
ANA LUZ ÁLVAREZ LEYVA 19021005

Equipo: No. 3

Grupo: “02”

Tema: “ATENCIÓN”

LOS MOCHIS, SIN, A 20 DE SEPTIEMBRE DEL 2019


LA ATENCIÓN

La atención es un proceso cognitivo que


permite centrarse de manera selectiva en
un estímulo (o varios) del entorno sin
tener en cuenta el resto.

Según John Ratey psicólogo y profesor en la universidad en Harvard, “La atención


es más que simplemente notar estímulos entrantes.” Implica una serie de procesos,
incluyendo la filtración de las percepciones, el equilibrio de múltiples percepciones
y unir el significado emocional a estas percepciones.

Existen una serie de características que se encuentran implícitas en su definición,


y que son importantes conocer para entender la importancia de esta función
cognitiva. Entre estas cabe destacar:

Amplitud: cantidad de información que podemos atender al mismo tiempo y cantidad


de tareas que podemos realizar de forma simultánea. Hay que tener en cuenta que
la atención es un recurso limitado y aunque se pueda atender a más de una cosa a
la vez llegará un punto en el que no sea posible.

Intensidad: también llamada tono atencional y es entendida como la cantidad de


recursos atencionales que se prestan a un estímulo dado. Es decir, pueden darse
fluctuaciones en el nivel de recursos que dirigimos a un estímulo determinado,
pudiendo realizar tareas prácticamente sin prestar atención (tareas automáticas) y
otras que exigen altos recursos atencionales (tareas controladas).
El foco de atención o foco atencional puede dividirse según su dirección: externo
(estímulos que proceden del entorno) o interno (estímulos que proceden del propio
individuo); y según su amplitud amplio (permite percibir varios estímulos a la vez) o
estrecho (el individuo realiza un filtro de los estímulos no deseados. Es decir, el
individuo bloquea el resto de distractores para atender a una única tarea).

TIPOS DE ATENCIÓN

1. Atención externa-reducida

La atención se centra en un número reducido de


estímulos ajenos a la persona, y se relaciona con
la concentración. Por ejemplo, cuando un
individuo pretende lanzar un dardo y focaliza
toda su atención en el centro de la diana.

2. Atención externa-amplia

Este tipo de atención se centra en un número amplio de estímulos ajenos a la


persona. Por ejemplo, cuando un futbolista inicia un contraataque, alza la cabeza y
observa la posición de sus compañeros para efectuar un pase efectivo.

3. Atención interna-reducida

Se caracteriza porque la atención está centrada en un número reducido de


estímulos o respuestas que ocurren en el organismo de una persona. Por ejemplo,
cuando una futbolista está aprendiendo a realizar una vaselina y debe de centrarse
en los movimientos de su propio pie y no de si la vaselina entra dentro de la portería.
4. Atención interna-amplia

Este tipo de atención hace referencia a que una persona se centra en un número
amplio de estímulos o respuestas que ocurren dentro de su organismo. Por ejemplo,
cuando alguien tiene que rellenar un diario emocional y analiza que le ocurrió
durante ese día y cuáles fueron los sentimientos que vivió.

Según la actitud del individuo

Teniendo en cuenta la actitud del individuo, la atención puede clasificarse de dos


maneras.

5. Atención voluntaria

Ocurre cuando el individuo hace un esfuerzo activo y consciente para dirigir la


atención, es decir, es la capacidad de concentrarse en un estímulo de manera
voluntaria

6. Atención involuntaria

En este tipo de atención la persona no hace un esfuerzo consciente y activo, sino


que es el estímulo tanto interno como externo que dirige la atención. Por ejemplo,
el ruido de un petardo o el dolor de muelas.

Según las manifestaciones motoras y fisiológicas

Si tenemos en cuenta las manifestaciones motoras y fisiológicas, la atención puede


dividirse en:
7. Atención abierta

El foco de la atención y los receptores de interés tienen su orientación en la fuente


de atención. Por ejemplo, cuando alguien nos habla y estamos de frente atendiendo
tanto a su lenguaje verbal como no verbal.

8. Atención encubierta

En este tipo de atención el foco atencional y los receptores sensoriales se disocian.


Por ejemplo, cuando parece que estamos prestando atención a la televisión y en
realidad estamos escuchando hablar a nuestra pareja hablar por teléfono.

Según la modalidad sensorial

Teniendo en cuenta la modalidad sensorial. La atención puede ser de dos tipos.

9. Atención visual

Se refiere a la disposición espacial. Este fenómeno permite detectar los estímulos


en un contexto visual complejo.

10. Atención auditiva

Aunque no podemos mover las orejas igual que los ojos para captar diferentes
estímulos auditivos, sí que podemos elegir lo que escuchamos, es decir, podemos
centrar la atención en un estímulo auditivo u otro.
Otros tipos de atención

Además de las clasificaciones anteriores, también existen otros tipos de atención.


A continuación, te los explicamos.

11. Atención selectiva

También recibe el nombre de atención focalizada. Es la capacidad de seleccionar y


focalizar la atención determinada en un estímulo concreto o tarea determinada.
Existen diferentes teorías que tratan este concepto. En el artículo “Atención
selectiva: definición y teorías” puedes saber más sobre esta temática.

12. Atención dividida

Es la capacidad de atender y procesar simultáneamente a dos o más demandas o


estímulos. Suele conocerse también como multitarea. Por ejemplo, cocinar y a la
vez escuchar música.

13. Atención alternada

Es la capacidad de cambiar el foco de atención de un estímulo a otro. Por ejemplo,


leer una receta y preparar la comida.

14. Atención sostenida

Se refiere a cuando tenemos que utilizar la atención durante un largo periodo de


tiempo. Por ejemplo, al jugar a un videojuego.
15. Concentración

La concentración es la atención externa reducida, es la capacidad que tiene una


persona de centralizar su atención de forma mantenida y constante. Sus
aplicaciones son muchas.

¿Cuáles son los factores determinantes de la atención?

Existen múltiples factores determinantes que pueden afectar al funcionamiento de


la atención y pueden definir a qué estímulo se va a dirigir la atención. Estos pueden
ser externos o internos:

Factores externos
(determinantes externos):
proceden del entorno y
favorecen o dificultan la
concentración sobre los
estímulos relevantes.
Algunos son:

Intensidad: cuanto más


intenso es un estímulo
(potencia del estímulo) más
probabilidad existe de que le
prestemos atención.
Tamaño: a mayor tamaño del estímulo más recursos atencionales atrapa.

Movimiento: estímulos en movimiento captan más la atención que los que


permanecen estáticos.

Novedad: estímulos más novedosos o raros atraen en mayor medida nuestra


atención.

Cambio: si aparece un estímulo diferente que rompe con la dinámica, nuestra


atención se dirigirá al nuevo estímulo.

Color: los estímulos que presentan color son más llamativos que aquellos que
presentan tonos blancos y negros.

Contraste: aquellos estímulos que por su contraste destaquen entre un conjunto


llamaran más nuestra atención.

Carga emocional: tanto los estímulos positivos como negativos atraen la atención
en mayor medida que los neutros.

Factores internos (determinantes internos): proceden del propio individuo y por tanto
dependen de cada persona. Algunos son:
Intereses: nos concentramos más sobre aquellos estímulos que son de nuestro
interés.

Emoción: los estímulos que provocan emociones de mayor intensidad atraen en


mayor medida nuestra atención. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, los
estados de ánimo positivos contribuyen a focalizar los recursos atencionales, pero
los estados emocionales negativos dificultan la concentración.

Esfuerzo requerido por la tarea: las personas realizan una evaluación previa del
esfuerzo que requiere la realización de la tarea y dependiendo del mismo atraerá
en mayor o menor medida su atención.

Estado orgánico: depende del estado físico en el que se encuentre la persona, de


forma que estados de cansancio, malestar, fiebre, etc. dificultarán la movilización
de la atención. Si, por el contrario, la persona presenta estados relacionados con la
supervivencia como, por ejemplo, sed o hambre, aquellos estímulos relacionados
con la saciación de estas necesidades atraerán en mayor medida los recursos
atencionales.

Curso del pensamiento: cuando el pensamiento sigue un curso determinado,


basado en una idea concreta, la aparición de algún estímulo relacionado con ellas
captará nuestra atención.

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