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CIUDADANO

COORDINADOR(A) DE LA UNIDAD DE RECEPCION Y DISTRIBUCION DE

DOCUMENTOS DE LA CIRCUNSCRIPCION JUDICIAL DEL ESTADO ARAGUA,

CON SEDE EN LA CIUDAD DE MARACAY.

SU DESPACHO.

Yo, FILIPPO JOSE NAVETTA DIAZ, venezolano, mayor de edad, y titular de la

Cédula de Identidad N° V.- 17.245.041, debidamente asistido por la ciudadana

Ysabel Garcia, venezolana, mayor de edad, abogado en ejercicio e inscrita en

el I.P.S.A. bajo el N° 165.863, con domicilio Procesal en calle las Flores,

Centro Comercial Filip Center, Planta baja, Local Nº 05, de la Ciudad de

Cagua, Municipio Sucre del Estado Aragua, ante Usted con el debido respeto y

acatamiento ocurro para exponer lo siguiente: En fecha Trece (13) de

Noviembre del Dos Mil Nueve (2.009), contraje Matrimonio Civil con la

ciudadana YOMARYS IRAMARU CEBALLOS RIVAS, venezolana, mayor de

edad, y titular de la Cédula de Identidad N° V.- 16.733.573, por ante el Registro

Civil de Villa de Cura, Municipio Zamora del Estado Aragua, tal como consta de

Acta de Matrimonio que acompaño marcada “A”. Durante nuestra relación

procreamos una hija de nombre DANIELA FILIMAR NAVETTA CEBALLOS,

de diez (10) años de edad, y realice el reconocimiento dos (2) hijos, que llevan

por nombre, NYCKOLLE YOMARYS IRAMARU NAVETTA CEBALLOS de 20

años de edad y DANIEL ENRIQUE NAVETTA CEBALLOS, de Trece (13) años

de edad,,. Anexo Partidas de Nacimiento que acompaño marcadas “B”,“C” y

"D" respectivamente. Después de contraído el matrimonio prenombrado, y como ya lo

dijimos anteriormente, fijamos nuestro último domicilio conyugal en la siguiente

dirección: Conjunto Residencial Terrasanta Apartamentos, Planta Baja del

Edificio I Nro I-PB-05, Cagua, Municipio Sucre del Estado Aragua, donde
estuve habitando hasta hace unos meses atrás, el 18 de agosto del 2019,
cuando la situación se torno ya insostenible, por lo que decidí no continuar mas

con esta relación, ya que desde hace aproximadamente tres (3) años, hemos

mantenido una relación enfermiza, donde predomina el irrespeto, insultos y

malos tratos, de ambas partes, que han llevado al desamor, a pesar de haber

hecho varios intentos de continuar por el bienestar de los niños, no pudimos

mantener una vida sana en común, en el ámbito del respeto, apoyo mutuo,

socorro reciproco y un entorno familiar saludable, acorde a las obligaciones

con los integrantes de la familia, habiéndose tornado lamentablemente en una

ruptura definitiva, donde predomina el desafecto y la incompatibilidad de

caracteres, es por lo que he resuelto disolver el vinculo conyugal.

En ese sentido nos acogemos a los criterios doctrinales y jurisprudenciales,

especialmente en la sentencia Nro.1070 dictada con caracter vinculante por la

sala Constitucional

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