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V domingo del tiempo

ordinario
9 de febrero de 2020
“Ustedes son la sal de la tierra;
Ustedes son la luz del mundo”.

«El Pueblo de Dios tiene características que le


distinguen claramente de todos los grupos
religiosos, étnicos, políticos o culturales de la
historia:
- Es el Pueblo de Dios: Dios no pertenece en
propiedad a ningún pueblo. Pero Él ha
adquirido para sí un pueblo de aquellos que
antes no eran un pueblo: “una raza elegida, un
sacerdocio real, una nación santa” (1 P 2, 9)
[…]
- Su misión es ser la sal de la tierra y la luz del
mundo (cf. Mt 5, 13-16). “Es un germen muy
seguro de unidad, de esperanza y de salvación
para todo el género humano” (LG 9)» (CEC
782).
V domingo del tiempo ordinario
9 de febrero de 2020
“Ustedes son la sal de la tierra;
Ustedes son la luz del mundo”.

Esquema litúrgico del evangelio de san Mateo en los domingos


del tiempo ordinario del ciclo A

Domingo de carácter Domingo Éste es el Cordero de Dios, que


Juan 1, 29-34
epifánico II quita el pecado del mundo
Introducción: Inicio
Se estableció en Cafarnaúm. Así
del ministerio público
III se cumplió lo que había dicho Mateo 4, 12-23
de Jesús. Llamado de
Isaías
los primeros discípulos
IV Dichosos los pobres en el espíritu Mateo 5, 1-12ª

V domingo del tiempo ordinario


V Vosotros sois la luz del mundo Mateo 5, 13-16
Primer discurso: El
Se dijo a los antiguos, pero yo os
Sermón de la montaña VI Mateo 5, 17-37
digo
(Jesús, como nuevo
VII Amad a vuestros enemigos Mateo 5, 38-48
Moisés le da sentido a
VIII No os agobiéis por el mañana Mateo 6, 24-34
la Ley)
La casa edificada sobre roca y la
IX Mateo 7, 21-27
casa edificada sobre arena
Segundo discurso: Enseñanza misionera
Sección Narrativa: Jesús rechazado por esta generación
Tercer discurso: Parábolas del Reino
Sección Narrativa: Jesús es reconocido por sus discípulos
Cuarto discurso: La vida de la comunidad eclesial
Sección Narrativa: Invitaciones ante la próxima venida del Reino de los cielos
Quinto discurso: Enseñanza escatológica

I. SITUACIÓN LITÚRGICA

Debido a que el domingo pasado celebramos la fiesta de la Presentación 1


del Señor, no hemos podido leer el comienzo del Sermón de la montaña con
las bienaventuranzas. El pasaje de hoy es continuación de la introducción a
este discurso (es fundamental tener presente el contexto literario del evangelio
de este domingo para captar mejor su mensaje. Sería conveniente recordar
brevemente la importancia de las bienaventuranzas en la vida de fe). Es
llamativo el hecho de que estos domingos sea recurrente el tema de la luz: en
el III domingo durante el año: “El pueblo que habitaba en tinieblas vio una
luz grande”; en la fiesta de la Presentación, que ha incluido el rito del
lucernario: “mis ojos han visto a tu Salvador… luz para alumbrar las
naciones”. En esta ocasión los discípulos son quienes reciben de Cristo la
misión de ser luz y también son identificados con el signo de la sal que se
encarga de darle sabor al mundo.

II. CONTENIDO DOCTRINAL1

«En el Evangelio de este domingo el Señor Jesús dice a sus discípulos:


“Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo” (Mt 5,
13.14). Mediante estas imágenes llenas de significado, quiere transmitirles el
Orientaciones litúrgico-pastorales

sentido de su misión y de su testimonio. La sal, en la cultura de Oriente Medio,


evoca varios valores como la alianza, la solidaridad, la vida y la sabiduría. La
luz es la primera obra de Dios creador y es fuente de la vida; la misma Palabra
de Dios es comparada con la luz, como proclama el salmista: «Lámpara es tu
palabra para mis pasos, luz en mi sendero» (Sal 119, 105). Y también en la
liturgia de hoy, el profeta Isaías dice: “Cuando ofrezcas al hambriento de lo
tuyo y sacies el alma afligida, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad como
el mediodía” (58, 10). La sabiduría resume en sí los efectos benéficos de la sal
y de la luz: de hecho, los discípulos del Señor están llamados a dar nuevo
“sabor” al mundo, y a preservarlo de la corrupción, con la sabiduría de Dios,
que resplandece plenamente en el rostro del Hijo, porque él es la “luz
verdadera que ilumina a todo hombre” (Jn 1, 9). Unidos a él, los cristianos
pueden difundir en medio de las tinieblas de la indiferencia y del egoísmo la
luz del amor de Dios, verdadera sabiduría que da significado a la existencia y
a la actuación de los hombres».
2

1
BENEDICTO XVI, Angelus, 6 de febrero de 2011.
III. REFERENCIA SACRAMENTAL

Tanto la sal como la luz han sido utilizadas en la liturgia de la Iglesia por
todo el significado que evocan.

La luz ha recibido una significación de alcance pascual. El principal signo


que tiene la misión de portar esta luz gloriosa es el cirio pascual. Su presencia
tiene protagonismo durante la cincuentena pascual pero es muy diciente el
hecho de que se utilice siempre en los bautismos y en las exequias. De la fuente
bautismal nacen los hijos de la luz y esto se representa en el cirio que reciben.
Es la luz de Cristo que debe permanecer encendida en sus vidas. En las exequias
el Cirio Pascual le da un tono pascual a este momento culminante de la vida
cristiana: “Esta persona que empezó su camino a la luz de Cristo Glorioso lo
acaba ahora a la misma luz. El Bautismo le incorporó a la Pascua y la muerte
le ha introducido definitivamente en la Luz sin fin”.2

V domingo del tiempo ordinario


En nuestros tiempos la sal no tiene ya tanto uso litúrgico. Antes se daba
a gustar a los niños la sal en el bautismo, recordando el sentido del pasaje
evangélico de este domingo. También la sal ha recibido un valor de tipo
exhorcístico. En algunos lugares hoy se conserva la posibilidad de bendecir la
sal y mezclarla con el agua para realizar la aspersión, al comienzo de la
Eucaristía dominical.

Algunas indicaciones litúrgico – pastorales

- El próximo martes 11 de febrero, en la memoria de nuestra Señora de


Lourdes se celebra la Jornada Mundial del Enfermo. El mensaje del
Papa Francisco para este año 2020 lleva por título: «Venid a mí todos
los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré» (Mt 11,28).

2
J. ALDAZABAL, Gestos y símbolos, Barcelona: CPL 1989, 29.
Vida litúrgica
Diócesis de Zipaquirá
V domingo del tiempo ordinario
9 de febrero de 2020

Moniciones

Entrada
Queridos hermanos. En este domingo, Jesús, el Señor, quiere que sus
discípulos se animen a su vivir su misión como sal de la tierra y luz del mundo.
Hoy recordemos lo que somos verdaderamente como bautizados, llamados a
dar testimonio de Cristo.
Orientaciones litúrgico-pastorales

Liturgia de la Palabra
En su Palabra, Dios nos habla como amigo y espera que su mensaje sea
recibido. Escuchemos esta Palabra que hoy está especialmente dirigida para los
discípulos del Señor.

Presentación de los dones


En esta procesión de ofrendas presentemos a Dios, nuestro Padre, el
entusiasmo por obedecer a Cristo para irradiar con su resplandor y llenar con
su sabor todos los ambientes y sectores de nuestra sociedad.

Comunión
“El justo brilla en las tinieblas como una luz”. Para vivir estas palabras
4 comulguemos con la Sagrada Eucaristía. Así habitará en nosotros la luz de
Cristo y la podremos irradiar.
Vida litúrgica
Diócesis de Zipaquirá
V domingo del tiempo ordinario
9 de febrero de 2020

Oración universal
Queridos hermanos: Ser sal de la tierra y luz del mundo significa, ante todo,
preocuparnos por las necesidades de nuestros hermanos. Cumpliendo con este
encargo, ofrezcamos nuestras oraciones diciendo:

Te rogamos, óyenos.

V domingo del tiempo ordinario


† Para que la luz de Dios brille entre todos los hombres, oremos por la
Iglesia universal, portadora del resplandor del Resucitado.
† Para que las naciones puedan gustar del buen sabor de la vida, gracias
al respeto de la dignidad humana, oremos por los gobernantes.
† Para que, en medio del sufrimiento haya luz y sabor, oremos por la vida
de todos aquellos que se encuentran en dificultad.
† Para que el mundo pueda levantarse de todas las calamidades que se
presentan actualmente, pidamos por las víctimas de epidemias, de
catástrofes naturales y de acciones violentas.
† Para que todos seamos sal de la tierra y luz del mundo, oremos por
nosotros discípulos del Señor, participantes de esta liturgia.

Escucha, Dios Padre, estas plegarias


que te presentan los discípulos de Cristo,
llenos de confianza en tu amor
y alegres por la misión de ser testigos. 5
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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