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Universidad Nacional de Colombia sede Palmira

Facultad de ingeniería y administración

Pensamiento ambiental

Al borde del precipicio

Andrés Camilo Castro López

Palmira, enero 2020


Resumen
Con el avance de la tecnología el planeta ha sufrido cambios que nos han mejorado la vida,
eso es innegable pero también hay efectos secundarios como el agotamiento de los recursos
naturales debido a la sobreexplotación en todos los campos que se pueda imaginar,
sometiendo a la naturaleza bajo nuestro dominio como amo y esclavo, causándole heridas
inimaginables al punto de que el equilibrio se ve afectado sin una solución clara a la vista.
También se debe abordar la dicotomía naturaleza y cultura, las cuales deben ir de la mano y
no tomar naturaleza como una construcción social y evitar tratar el discurso ambiental como
mercancía.
Palabras clave: Dióxido de carbono, cultura, naturaleza, huella ecológica.

Introducción
Abordar la situación actual en cuanto a nuestra relación con la naturaleza como medio de lo
que nos rodea y cultura como ´´el conjunto integral constituido por los utensilios y bienes de
los consumidores, por el cuerpo de normas que rige los diversos grupos sociales, por las ideas
y artesanías, creencias y costumbres. ´´ (Malinowski, B 1984) hacer un diagnóstico a simple
vista nos daríamos cuenta de la crisis ambiental actual, es justamente la mercantilización o
la ambición del dinero que nos ha arrastrado hasta el borde del precipicio, sino que también
creernos superiores frente a una fuerza mucho mayor a nosotros nos tiene contra las cuerdas.
Otro aspecto que se tiene en cuenta es el rápido desarrollo de la tecnología quien se ha
convertido en un arma de doble filo porque si es cierto que ha mejorado la calidad de vida,
también se ha visto que para satisfacer nuestro estilo de vida se debe explotar los recursos
disponibles de maneras abruptas y desmedidas, sin un control riguroso el cual nos empuja
hacia nuestra extinción irremediable, a pesar de que se han tomado medidas para la anterior
problemática solo son paños de agua tibia.
Al borde del precipicio
La tecnología avanza muy rápido y el grado de desarrollo es tal que ahora incluso dominamos
y conocemos mucho más acerca del espacio, aunque solo lo hacemos en una pequeña
proporción, pero es el doble de lo que sabíamos hace cinco años, todo el planeta ha sufrido
una trasformación increíble y abrumadora en los últimos 30 años se podría decir que el
humano ha dominado a la naturaleza y que ya no es nuestra madre naturaleza sino por el
contrario se convirtió en un ser subyugado al cual cada día se le atormenta y maltrata
violentamente.
Cada día ese ser sometido empieza a disminuir sus fuerzas es tanto así que la humanidad tala
bosques más rápidamente de lo que vuelven a crecer, pesca en los océanos más rápido de lo
que se regenera la vida marina y emite más dióxido de carbono de lo que la biosfera puede
absorber. El año pasado se cumplió el día de la sobrecapacidad de la tierra en agosto, que
marca la jornada en la que se han consumido todos los recursos naturales disponibles para el
año y que este 2020 cae en la fecha más temprana desde que comenzaron las mediciones en
la década de los 70, según la organización Global Footprint Network.
Encontrar un camino en el que economizar recursos y vivir dentro de los límites naturales
del planeta es el mayor desafío de nuestro tiempo, pero debido al grado de crecimiento
poblacional es un desafío casi que imposible y es debido que gracias a la cuarta revolución
industrial o tecnológica se ha brindado una mejor calidad de vida y salud, aumentando la
esperanza de vida hasta los 70 años en los países más desarrollados pero toda este crecimiento
tecnológico tan acelerado sin políticas fuertes ambientales puede generar más problemas de
alto impacto que beneficios. Es por eso que muchos medios nos han alertado de esto, incluso
en el arte se aborda, la literatura que en principio se nos presentaba como una distopía ahora
es algo a lo que nos acercamos a pasos agigantados.
´´La revolución no se hace para incrementar las fuerzas productivas, sino para generar nuevas
relaciones entre los hombres. Los triunfos principales de la revolución hay que situarlos en
la educación generalizada, la salud para todos, el empleo y la satisfacción de las necesidades
básicas de la población. ´´ (Ángel Maya, 2015) se debe buscar una reconciliación entre
naturaleza y cultura, pero ¿cómo lograrlo? teniendo en cuenta el desapego y que
consideramos a nuestro entorno como una fuente de inagotables recursos y no como un ser
con emociones que van más allá del entendimiento humano.
Para ello hay que tener en cuenta la naturaleza humana, Kant era consciente del lado negativo
de la naturaleza humana. Si bien también creía firmemente en la realización del potencial
humano como ideal, su optimismo ilustrado era plenamente racional, el progreso de la ciencia
le da la razón.
Uno de los primeros impactos por el desarrollo fue directamente a la cultura, ´´la cultura ha
ido perdiendo su significado de modelo adaptativo a las circunstancias locales o regionales,
para convertirse en un ropaje unificado y en un sistema articulado de explotación del medio
natural´´ (Ángel Maya, 2015) El hecho de que la cultura vaya siendo cada vez más
homogeneizada no significa, por tanto, que la sociedad moderna viva dentro de iguales
condiciones de satisfacción de sus necesidades. El inmenso desarrollo de la calidad de vida
en los países ricos no se ha logrado sino en función de la explotación de los recursos de los
países pobres y de la subordinación de sus culturas. Por esta razón, los problemas ambientales
de unos y otros son interdependientes. No se pueden analizar en forma aislada, como suele
hacerse. La muerte de las culturas tiene, por tanto, un signo. No mueren de muerte natural o
de buena voluntad. Son enterradas por los flujos de acumulación.
Retomando el concepto de la naturaleza como un ser abusado y herido, se ha visto a lo largo
de la historia que los oprimidos dejan de serlo y que siempre tienen su revancha tarde que
temprano y lo hemos presenciado como esa carga no la soporta y descarga toda su furia contra
la población, un caso muy cercano es la tragedia de armero que dejo devastado a todo un
pueblo y miles de muertos y heridos, todo por la desviación del cauce de un rio que provoco
tal tragedia de esa gran magnitud y así hay muchos ejemplos en los cuales la naturaleza se
reveló y dejó ver su gran poder, ahora cuando hablamos de mad max no parece una locura
del cine, sino más bien nuestro futuro apocalíptico.
El consumo excesivo tiene ya consecuencias, como inclemencias meteorológicas extremas,
hambrunas o la extinción de especies, así como la amenaza de que desaparezcan ecosistemas
como arrecifes de coral, selvas tropicales o sistemas fluviales. Los recursos cada vez más
limitados será también una de las causas de conflictos y guerras, pero aun no es demasiado
tarde, se puede encontrar un camino en el que economizar recursos y vivir dentro de los
límites naturales del planeta es el mayor desafío de nuestro tiempo.
Un posible primer paso es disminuir nuestra huella ecológica, que es una especie de sistema
de contabilidad de los recursos del planeta. En un lado se encuentra la oferta, por ejemplo,
de bosques, campos y agua y por otro la demanda o necesidades de la población. También se
incluyen las emisiones y desechos. De esta manera, la huella es mucho mayor en las naciones
industrializadas. Para disminuir la huella ecológica se debe comer con mayor frecuencia
productos vegetales ya que la producción de alimentos cárnicos requiere más superficie, así
como evitar, por ejemplo, tirar alimentos y ahorrar en calefacción. También el transporte
juega un papel importante: los viajes en avión contaminan mucho más que el transporte
público. Las organizaciones de protección del medio ambiente también reclaman a los
políticos que actúen. Pensar en una orientación sostenible de la agricultura con más cultivos
ecológicos, así como poner fin de manera irreversible al uso del carbón.
Una dualidad para entender mejor el problema actual es la establecida entre naturaleza y
cultura, se debe lograr entender hasta qué punto la división entre aquello natural y lo
considerado artificial y humano es algo universal en nuestra especie, o parte de un discurso
propio del pensamiento particular occidental. Hablando de naturaleza y cultura
entenderíamos lo segundo como todo aquello creado o usado por el hombre. Un mismo objeto
puede ser entendido como naturaleza hasta que pasa a ser parte del mundo del hombre. todo
lo que se encuentra entre uno y otra es la tecnología, lo que ya dejó de ser naturaleza.
La dualidad se institucionaliza entonces junto a la ciencia moderna, siendo imagen clara la
división entre ciencias naturales y sociales. Si el ser humano es entendido como algo más
que un simple animal, es solamente dicha animalidad, su naturaleza y sus disposiciones
innatas lo que la biología y otras ciencias naturales se dedicarán a estudiar. Por otro lado,
aquel más que hace del ser humano un animal social es de lo que se encargarán las
humanidades, de la realidad del ser humano existente una vez desprendido de aquello
aparentemente “natural”. La paradoja, insiste la antropóloga Beatriz Santamarina (2009),
reside en que aquella máxima expresión de la ‘naturaleza’ la encontramos reducida en
parques naturales, como exhibiciones y reductos de espacios sagrados, lo que caracteriza la
dualidad se encuentra tras la construcción de miles de parques naturales y la reconstrucción
de un pasado histórico idílico perdido, no alterado materialmente por la explotación y
ocupación humana. Una dualidad que ha legitimado una mercantilización y comercialización
de la naturaleza, causa de múltiples impactos socioeconómicos y mecanismos de regulación
y expulsión de comunidades locales residentes en los espacios determinados como dignos de
ser “conservados”.
Los avances tecnológicos han creado toda una nueva red de relaciones con la naturaleza que
mezclan esos dos mundos que nunca antes habían sido tan difíciles de clasificar. La
antropología y las otras ciencias se establecieron hace siglos para dar sentido a otra realidad.
Cuando ésta cambia, es el turno de las ciencias para hacer lo mismo. A no ser en que
realmente tal clasificación tradicional no sea simplemente una ordenación de la realidad, sino
que lleve a mucho más. Que sea lo que legitime la mercantilización de todo lo natural, la
explotación de la naturaleza como algo externo a nosotros, como algo perdido y perdible,
apropiable por la superior cultura, lo nuestro. Cambiar la dicotomía entre naturaleza y cultura,
sería, entonces, no sólo cambiar el mundo que nos rodea, sino cómo rodeamos nosotros el
mundo a nuestro alrededor.
Conclusiones
al abordar a la naturaleza como un ser y no como un medio podremos comprender realmente
lo que conlleva el coexistir en un mismo espacio, pero eso no es lo que justamente está
sucediendo, el avance tecnológico solo ha generado una masiva destrucción de nuestro
entorno a una velocidad nunca antes vista, con políticas de protección insuficientes que
logren hacer al respecto. El problema puede venir si abordamos a la naturaleza como algo
separado de la cultura, cuando se ha visto que claramente van de la mano, pero lo
verdaderamente preocupante es la mercantilización de nuestros recursos para satisfacer
nuestras necesidades básicas.

Bibliografía
ÁNGEL MAYA, AUGUSTO. 2015. La Fragilidad ambiental de la cultura. Historia y medio
ambiente. Segunda edición. Publicación en línea: www.augustoangelmaya.com.
CASTRO, Hortensia y ZUSMAN, Perla. 2009. Naturaleza y Cultura: ¿dualismo o
hibridación? Una exploración por los estudios sobre riesgo y paisaje desde la Geografía.
Malinowski, B., & Cortázar, A. R. (1984). Una teoría científica de la cultura. Madrid: Zarpe.
SANTAMARINA, B. 2006. Entre excesos, hiatos y sentidos, en Ecología y poder. El
discurso ambiental como mercancía, pág. 20-52. Madrid, La Catarata.
https://www.footprintnetwork.org//licenses/public-data-package-free/

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