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America Latina

América Latina enfrenta hoy una realidad compleja. Ha tenido un


crecimiento más lento y volátil que el de otras regiones emergentes y la
desigualdad permanece sin que las economías de sus países
despeguen.

La consultora McKinsey analizó en un estudio el periodo comprendido


entre 2000 y 2016. Encontró que el PIB en la región creció en
promedio 2,8% anual, en contraste con el 4,8% de otras 56
economías emergentes en el mismo periodo. Ese cálculo no incluyó a
China, que registró el doble de crecimiento.

Además, en realidad la expansión laboral, más que los aumentos de


productividad, ha impulsado el crecimiento en Latinoamérica.

A pesar de los esfuerzos hechos a lo largo de este siglo en reducir la


pobreza, este proceso podría frenarse, como ya se registró en
Colombia. En efecto, según el Dane, mientras en 2017 la pobreza en
términos de ingresos se había situado en 26,9%, llegó a 27%. Esa
señal deja a miles de familias en alto grado de vulnerabilidad.

América Latina en su historia reciente ha tenido la imagen de ser una de


las regiones emergentes más prósperas, impulsada por sus recursos
naturales y el crecimiento que tuvieron los precios de los commodities.
Esos factores le permitieron incorporar programas sociales a sus
estrategias de inclusión, aumentar la clase media y, con ello, generar un
mayor consumo reflejado, en principio, en el crecimiento.

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implicaciones

Sin embargo, todavía falta. Otros emergentes, como los asiáticos, crecen
en forma mucho más dinámica e incluyente. América Latina tiene un
futuro oscuro, basado en jóvenes con pocas oportunidades, un mercado
informal creciente y una distancia cada vez más amplia entre las
compañías de gran tamaño y las pequeñas y medianas (Pymes) y las
microempresas.

¿Qué pasa? Latinoamérica tuvo sus mejores años en parte en los


procesos migratorios del campo a las ciudades que generaron una
explosión demográfica, mayores oportunidades laborales impulsadas por
el desarrollo industrial, y mejores servicios públicos.

Sin embargo, el modelo latinoamericano ha permanecido enfocado


en lo extractivo y en una estructura que no permite una
institucionalidad fuerte. Las innovaciones no les llegan a las minorías,
se mantienen fuertes oligopolios y monopolios que no permiten una
competencia más intensa y, además, prevalecen políticas
proteccionistas.
90% de la población pobre y vulnerable de la región y la mayoría de la clase media
representan 64% del consumo interno.

De otro lado, el crecimiento se fundamentó más en la expansión laboral


que en los aumentos de productividad. Ante este panorama, no hay un
futuro sostenible, en especial porque menos jóvenes entrarán a la masa
laboral en los próximos 10 años, las poblaciones –como lo reflejó el
censo en Colombia– envejecen y la región podría estar condenada a
muchos años de dificultades sin crecimiento.

¿Cómo revertirlo? Hay que fomentar un círculo virtuoso: asegurar


condiciones de inversión productiva que genere empleo de calidad;
procurar mejores escenarios de competencia para que la innovación no
pare y el consumo sea sostenible a precios razonables; aprovechar los
mercados internacionales para crecer y desarrollar los internos. También,
impulsar la integración regional para competir en un mercado más amplio
con nuevos competidores.

Finalmente, adoptar tecnologías, hoy tan en boga con la Cuarta


Revolución Industrial, y adelantar las reformas clave, en especial en
sectores de amplio potencial, como el agro o el turismo.

El panorama

América Latina enfrenta el doble desafío por cuenta del crecimiento lento
de su PIB y una persistente desigualdad. El estudio de McKinsey se
enfocó en tres países: Colombia, Brasil y México. De ellos, el primero
obtuvo los mejores resultados, con un crecimiento promedio de 4,2%
anual durante el periodo 2000-2016. La tasa de crecimiento de Brasil,
de 2,4%, estuvo más cerca del promedio regional, mientras que la de
México fue más débil, de 2,1%. Entre las economías latinoamericanas,
Perú creció con mayor fuerza, con un promedio de 5,2% por año.

Este crecimiento también ha sido volátil, impulsado por el auge y los


precios de los productos básicos, como el petróleo, los minerales y
algunos agrícolas.
90% de la población pobre y vulnerable de la región y la mayoría de la clase media
representan 64% del consumo interno.

Según el estudio, la expansión de la fuerza laboral ha impulsado el


crecimiento del PIB en América Latina, resultado de un auge demográfico
y la entrada de más mujeres. La fuerza laboral creció en 66 millones
de trabajadores entre 2000 y 2016, lo que representó 72% del
crecimiento del PIB de la región. Pero las tasas de fertilidad en América
Latina disminuyeron. Eso significa que la región ahora tendrá que
mejorar su productividad como motor del crecimiento del PIB, advierte el
estudio.

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es la situación?

Han superado el umbral de pobreza absoluta 56 millones de personas,


o sea, más de 40% de los pobres que América Latina tenía en 2000.
A pesar de este reconocido esfuerzo, más de 150 millones de personas
sigue en situación de vulnerabilidad.

Pero, además, el impulso contra la pobreza se ha desacelerado. Para


2018, las tasas de pobreza y pobreza extrema habían aumentado por
encima de los niveles de una década anterior.

“La lenta expansión de los empleos de mayor productividad y salarios


más altos ha dejado a muchos vulnerables. Ya no son oficialmente
pobres, pero aún no han alcanzado patrones de gasto de clase media, lo
que significa que todavía no pueden pagar bienes y servicios que van
más allá de las necesidades básicas y no tienen acceso al crédito, y
siguen con un alto riesgo de volver a caer en la pobreza durante una
recesión o en el caso de una crisis de salud o de empleo”, agrega el
análisis.

También sorprende en el estudio que 90% de la población pobre y


vulnerable de la región, y la mayoría de la clase media representan
64% del consumo interno. Esta es la participación más baja del mundo,
sustancialmente rezagada con respecto a otras regiones, donde ese 90%
consume alrededor del 70% o más.

Por el lado empresarial, el panorama está polarizado. La región cuenta


con algunas compañías poderosas, incluidas algunas con una
productividad muy alta que se han expandido hasta convertirse en firmas
globales o multilatinas. Pero en comparación con las grandes empresas
de otras regiones, son menores en número y menos diversificadas.
Además, América Latina tiene una lista larga de pequeñas empresas, a
menudo informales, que colectivamente proporcionan empleo a gran
escala. Pero su baja productividad y su crecimiento estancado frenan la
economía.

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“Falta un grupo de empresas medianas vibrantes que podrían generar


dinamismo y presión competitiva para ampliar el número de empleos
productivos y bien remunerados en América Latina”, señala el documento
de McKinsey.

La estructura empresarial muestra un débil nivel de innovación y


especialización, factores necesarios para el crecimiento futuro. Brasil,
Colombia y México se ubican por debajo de su nivel de desarrollo en
índices de innovación. “Tienen entre un cuarto y un tercio de la
expansión digital de los Estados Unidos, por ejemplo. La inversión en
investigación y desarrollo en la región es relativamente baja, con solo
0,3% y 0,5% del PIB para Colombia y México, respectivamente, aunque
Brasil alcanza 1,2%”, dice el estudio.
Gran parte de la fuerza laboral de América Latina está atrapada en una
larga fila de firmas pequeñas, improductivas y a menudo informales.
Brasil ha tenido el mayor éxito al reducir el nivel de informalidad en la
fuerza laboral: la tasa cayó por debajo de 50% en 2015–2016. México y
Colombia tienen tasas mucho más altas, de 57% y 62%,
respectivamente.

El consumo en América Latina ha crecido sobre todo por el aumento de


la población, no porque cada persona consuma más. “El camino principal
–dice el estudio– hacia una prosperidad sostenida y creciente proviene
del acceso a empleos productivos y bien remunerados, que han sido
demasiado escasos para satisfacer las necesidades de la fuerza laboral
en rápida expansión en la región”.

Además de lo anterior, las exportaciones no llenan la brecha de la


demanda, y tanto la inversión como el ahorro permanecen relativamente
bajos. El consumo de los hogares representa la mayor parte del gasto del
PIB en cualquier economía y 64% en América Latina, pero se ha
expandido lentamente.

Desde el inicio del nuevo siglo, señala el informe, el consumo per cápita
en América Latina ha crecido solo 1,8%, menos de la mitad del 4,3% en
otros países emergentes. El de Colombia es alto para la región, con un
crecimiento desde 2000 de 2,8%, mientras Chile y Perú tienen
valores atípicos, con 3,7% y 4,2%, respectivamente.

En un momento de tensiones sociales y políticas, América Latina tiene


una nueva oportunidad para revitalizar el crecimiento inclusivo. Para ello
dispone de tecnologías digitales que pueden aumentar la productividad y
desarrollar los medios faltantes, si se adoptan a escala.

El subcontinente necesitará, a juicio de McKinsey, tres prioridades para


sentar las bases de una agenda pro crecimiento e inclusiva.

Primero está la necesidad de crear mercados eficientes y un entorno


empresarial competitivo en el que lo digital pueda prosperar, la
innovación sea recompensada y surjan oportunidades para todos.

En segundo lugar, los cambios de política deberán crear mercados


laborales y de consumo más participativos que distribuyan la
productividad y las ganancias a las clases vulnerables y medias. “Para
que América Latina impulse la prosperidad para todos, el aumento de la
productividad debe fluir hacia el aumento de los ingresos de los
trabajadores a medida que aumentan en el nivel de habilidades y las
empresas bien situadas para reinvertir en su gente, tecnología y
comunidades”, dice la consultora.

En tercer lugar, el Gobierno puede aprovechar las plataformas digitales


para aumentar la eficiencia del sector público y mejorar la prestación y el
costo de los servicios.

El panorama para la región no es sencillo. Debe avanzar en tareas de


corto plazo para estimular el crecimiento, con más empresas que brinden
empleos de calidad, más competencia y asegurar una dinámica en el
consumo que permita, a su vez, garantizar el crecimiento. Pero hay que
trabajar en reglas del juego claras, formalizar la fuerza laboral para que
América Latina pueda salir de esta coyuntura y empezar a cerrar la
brecha de la igualdad. De lo contrario, la región podría estar condenada a
vivir permanentemente en el subdesarrollo.

Perspectivas Económicas: Las Américas - Frustradas por la


incertidumbre

El crecimiento en América Latina y el Caribe (ALC) se ha desacelerado de 1,0 por ciento


en 2018 a 0,2 por ciento en 2019, pero se espera un repunte tentativo a 1,8 por ciento en
2020. Hay factores externos que continúan perjudicando las perspectivasde la región, y
entre ellos cabe mencionar el lento crecimiento mundial, los precios moderados de las
materias primas y los flujos de capital volátiles, si bien las condiciones financieras
globales más favorables dan un respiro. La incertidumbre en torno a las políticas
económicas en algunos de los países grandes de ALC sigue siendo un freno para el
crecimiento, en tanto que la crisis económica y humanitaria en Venezuela continúa
generando importantes flujos migratorios a otros países de la región. En este contexto, las
economías de ALC tendrán que recurrir a fuentes internas de crecimiento para acelerar la
recuperación, lo que depende de un repunte del consumo y la inversión privados apoyado
por una recuperación de la confianza de las empresas y los consumidores. Los riesgos
para las perspectivas continúan sesgados a la baja e incluyen nuevas caídas del
crecimiento mundial y de los precios de las materias primas, una escalada de las primas
por riesgo, un aumento de la incertidumbre acerca de las políticas económicas internas,
contagio de la turbulencia financiera por la que atraviesa Argentina, y desastres naturales.
Ante la complicada coyuntura mundial y la persistencia de brechas negativas del producto
en la región, las políticas económicas deberán encontrar un punto de equilibrio entre
fomentar el crecimiento y restablecer los márgenes de maniobra de las políticas
económicas. La consolidación fiscal para reducir la deuda pública sigue siendo una
prioridad en varios países. La política monetaria puede seguir apoyando el crecimiento
dado que las expectativas de inflación permanecen estables y bien ancladas. Las
vulnerabilidades del sector corporativo requieren una supervisión más estricta. Las
reformas estructurales, que buscan promover una mayor apertura del comercio y la
inversión, estimular la competitividad y abordar las regulaciones demasiado estrictas en el
mercado laboral, siguen siendo tareas imperiosas.

Flujos de capitales hacia América Latina después del superciclo de materias


primas

Los países de América Latina y el Caribe (ALC) dependen de flujos de capitales


volátiles para financiar la inversión, lo cual plantea importantes retos. Tras el fin
del superciclo de las materias primas en 2014, los flujos de capital a la región han
disminuido y su composición es ahora más riesgosa, con una mayor prominencia
de flujos de inversiones de cartera. Además, la sensibilidad de los flujos de
capitales a las condiciones financieras mundiales y los diferenciales de
crecimiento se ha incrementado en los últimos años; en consecuencia, ha
aumentado la probabilidad de una parada súbita (sudden stop, en inglés) de los
flujos de capital si el crecimiento de la región continúa siendo débil y si las
condiciones financieras mundiales se endurecen. El análisis de este estudio
muestra que los países con regímenes de tipo de cambio flexibles tienden a
experimentar paradas súbitas de los flujos de capital de menor duración y menos
costosas, en tanto que el endurecimiento de la política monetaria tras un episodio
de parada súbita también está asociado a una disminución de su duración y la
subsiguiente desaceleración del crecimiento. La aplicación de controles de capital
más estrictos, por otro lado, no produce efectos estadísticamente significativos en
la duración de las paradas súbitas de capital.

Las consolidaciones fiscales y los diferenciales soberanos

Los precios más bajos de las materias primas, el crecimiento débil y un período
prolongado de bajas tasas de interés a nivel global, han contribuido a un aumento
de la deuda pública en muchos países de América Latina y el Caribe (ALC). En
estas circunstancias, y con una coyuntura externa más complicada, la percepción
de los mercados financieros acerca del riesgo de crédito en ALC se ha deteriorado
en cierta medida. Esto ha llevado a las autoridades de muchas de estas
economías a anunciar medidas de consolidación fiscal con el fin de reducir la
deuda pública y afirmar la confianza en el gobierno, medida en función de los
diferenciales de los bonos soberanos. No obstante, es difícil encontrar evidencia
empírica que cuantifique los efectos de la política fiscal en los diferenciales
soberanos. A partir de una nueva base de datos de noticias acerca de políticas
fiscales, en el estudio se analizan los efectos que los anuncios de consolidación
fiscal tuvieron en los diferenciales soberanos en ALC durante 2000–18. Los
resultados muestran que los diferenciales soberanos caen significativamente tras
el anuncio de que el Congreso ha aprobado medidas de consolidación fiscal,
particularmente cuando los diferenciales soberanos son altos o en países que
tienen un programa respaldado por el FMI. Además, los programas de ajuste fiscal
son más eficaces—es decir, producen menores pérdidas del producto y mayores
reducciones de la relación deuda/PIB—cuando los diferenciales soberanos
disminuyen significativamente tras el anuncio de la consolidación fiscal. Estos
resultados muestran que, ante una situación de tensión fiscal, los esfuerzos
creíbles de consolidación fiscal son recompensados. Estos efectos en la confianza
son esenciales para mitigar el impacto negativo en la actividad económica que
típicamente se asocia con las consolidaciones fiscales.

Impacto en América Latina de caídas del crecimiento en China y Estados


Unidos

Se proyecta que la actividad económica en China y Estados Unidos se desacelere


en el futuro debido a fuerzas cíclicas, el envejecimiento poblacional y el lento
crecimiento de la productividad. Además, las tensiones comerciales y tecnológicas
globales podrían llevar a una desaceleración más rápida a corto plazo. Estas
tendencias impactarán a otros países, incluyendo América Latina. Este anexo
busca cuantificar este impacto con técnicas empíricas y de modelos. Los
resultados muestran un impacto mayor en los países más expuestos a China o
Estados Unidos a través del comercio, los precios de las materias primas y los
flujos financieros. Por ejemplo, una caída temporal de 1 punto porcentual en el
crecimiento de China reduciría el crecimiento de Chile y Perú—los dos países más
expuestos a China—en 0,2–0,3 puntos porcentuales. Un shock similar en Estados
Unidos disminuiría el crecimiento de Costa Rica y México en 0,5 puntos
porcentuales. Estos efectos serían mucho mayores si las desaceleraciones en
China y Estados Unidos llevan a un endurecimiento de las condiciones financieras
en las economías de mercados emergentes, incluyendo América Latina.

Entrevista con Alejandro Werner sobre la evolución económica reciente


en América Latina

El crecimiento en América Latina y el Caribe se está desacelerando. Se espera


que la región crezca un 0,2 por ciento este año, en medio de continuas tensiones
comerciales, un menor crecimiento mundial, precios moderados de las materias
primas en América Latina, y una fuerte incertidumbre en torno a las políticas
económicas en algunas economías importantes.

Para impulsar la recuperación económica y crear más empleos, la región


dependerá de factores internos que impulsan el crecimiento, como el consumo y la
inversión, según la última edición de Perspectivas económicas: Las Américas del
FMI.

En una entrevista con Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio
Occidental del FMI, analizamos las conclusiones del informe, los recientes
tensiones sociales en la región y los últimos acontecimientos en Argentina y
Ecuador.

En la edición de Perspectivas económicas: Las Américas del año pasado se


analizó la evolución de la desigualdad y la pobreza en la región. ¿Cómo han
evolucionado estos indicadores desde entonces y tienen los gobiernos las
políticas adecuadas para abordar la situación?

Nuestro estudio del año pasado se basó en datos anteriores a 2015. Todavía
tenemos que analizar en detalle los datos más recientes para hacer una
evaluación más definitiva sobre cómo la desigualdad de ingresos y la pobreza han
evolucionado desde entonces.

Pero lo que queda claro de los datos que salen en varios países, es que con la
desaceleración del crecimiento de la región en su conjunto en los últimos 3-4
años, el avance en la lucha contra la pobreza y la desigualdad también se ha
ralentizado y posiblemente se ha revertido en algunos países.

Esto plantea un desafío significativo. Los altos niveles de desigualdad y la falta de


oportunidades económicas siguen siendo una fuente de descontento para la
población y perjudican el crecimiento económico.

Con esto en mente, la clave para los gobiernos es continuar respaldando un


crecimiento más fuerte que sea más inclusivo y fortalecer los gastos y programas
sociales bien focalizados para proteger a los grupos más vulnerables. Al mismo
tiempo, muchos gobiernos de la región tienen que lidiar con altos niveles de deuda
pública.

Este es un desafío porque, en última instancia, puede afectar su capacidad para


cumplir con sus obligaciones, como pagar salarios, invertir en salud,
infraestructura y educación. Abordar estos dos problemas importantes continua
siendo una prioridad en el diseño de los recientes programas respaldados por el
FMI.

La corrupción también está afectando a las economías de la región. ¿Cómo


está abordando esto el FMI?

La corrupción es un problema. Corroe la capacidad del gobierno para ayudar a las


economías a crecer de una manera que beneficie a todos los ciudadanos. Las
empresas se centran en construir conexiones de beneficio particular, mientras que
los políticos orientan el gasto a áreas donde la malversación de fondos públicos
resulta más fácil, en lugar de centrarse en el bienestar social.

La corrupción también priva a los pobres de bienes públicos esenciales, como


atención médica y educación decentes, que están disponibles para aquellos que
están bien conectados. En términos más generales, la corrupción corroe la
legitimidad del Estado y socava el apoyo para la implementación de políticas
públicas.
Para enfrentar la corrupción, la región lanzó recientemente varias iniciativas, entre
otras: los cambios en las leyes de financiamiento de campañas en Perú, el nuevo
portal de datos de gobierno abierto en Paraguay, y la inauguración de la
Secretaría Anticorrupción de la Presidencia de la República en Ecuador.

Estamos comprometidos a ayudar a nuestros países miembros en la lucha contra


la corrupción mediante asistencia técnica, asesoramiento sobre políticas y en el
contexto de nuestros programas.

¿Cómo está afectando la crisis humanitaria y migratoria venezolana al resto


de la región?

En primer lugar, Venezuela está experimentando una grave crisis humanitaria, que
desencadena grandes flujos migratorios en toda la región. Observando las
tendencias actuales, se espera que el número de migrantes de Venezuela llegue a
6 millones de personas para fines de 2019. También se estima que alrededor del
90 por ciento de estos migrantes se establezcan en la región de América Latina y
el Caribe, lo que ejercerá presiones inmediatas sobre las necesidades de gasto
público y los mercados laborales.

Por supuesto, con el tiempo, los migrantes integrados en los distintos países
podrían contribuir a un mayor crecimiento económico. Un desafío clave para las
autoridades de la región es cómo gestionar la transición en un momento en que la
actividad económica se ha desacelerado y varios países necesitan reducir sus
déficits fiscales.

Este problema es particularmente grave para los países que han recibido grandes
flujos migratorios en relación a su población local, incluidos algunos estados
pequeños del Caribe, así como también en Chile, Colombia, Ecuador y Perú.

Argentina tuvo una elección ayer, ¿cuáles son los próximos pasos en el
contexto del compromiso con el FMI?

Como dijo hoy la Directora Gerente del FMI, felicitamos al Presidente electo
Alberto Fernández por su elección. Esperamos con interés trabajar junto con su
administración para enfrentar los desafíos económicos de Argentina y promover
un crecimiento inclusivo y sostenible que beneficie a todos los argentinos.

Ecuador enfrenta importantes desafíos económicos y sociales. ¿Cómo


ayuda el programa respaldado por el FMI a enfrentar estos desafíos?

En primer lugar, quiero decir que hemos seguido muy de cerca la situación en
Ecuador y me gustaría extender nuestra solidaridad a todos los afectados por los
recientes acontecimientos. Nuestra prioridad y el objetivo del gobierno ha sido
establecer políticas económicas que aborden los desafíos existentes en el país,
tales como disminuir la deuda, reforzar el crecimiento, apoyar la inversión en salud
y educación, lo cual a la larga conlleva mejorar la vida de todos los ecuatorianos.

Me gustaría destacar dos pilares importantes del plan económico del gobierno que
son clave para nosotros. Primero, el programa del gobierno apoyado por el FMI
prevé explícitamente un aumento sustancial de los recursos para la protección
social con el objetivo de proteger a los pobres y vulnerables. El gobierno ha
anunciado recientemente un aumento tanto en las cantidades como en la
población cubierta por los esquemas de protección social.

En segundo lugar, el programa también tiene como objetivo restaurar la


transparencia y la buena gestión de gobierno, incluidos los esfuerzos para mejorar
la rendición de cuentas en el sector petrolero, combatir la corrupción y hacer que
las cuentas públicas sean accesibles para todos los ciudadanos. El gobierno
también busca aumentar la competitividad y crear más empleos al reducir las
barreras para la contratación y promover la participación de más mujeres en la
fuerza laboral.

Jamaica concluyó con éxito su programa respaldado por el FMI. ¿Cuáles son
algunas de las enseñanzas extraídas de esta experiencia?

La firme implementación de las reformas de Jamaica arrojó muchos logros, tales


como la reducción de la deuda pública en 50 puntos porcentuales del PIB desde
2013 a menos del 95 por ciento del PIB y la reducción de la tasa de desempleo a
un mínimo histórico de 7,8 por ciento.

Un elemento clave para el éxito del programa fue el establecimiento del Comité de
Supervisión del Programa Económico, que fue liderado por miembros de la
sociedad civil, incluidas diversas partes interesadas y partidos políticos, así como
una comunicación constante para mantener informado al público y llevar a cabo
las reformas. De este liderazgo surgió el compromiso de cumplir todas sus
promesas. Un gran ejemplo.

Otra lección importante para otros países es el beneficio que conlleva la


introducción gradual de reformas difíciles. Por ejemplo, la transición de impuestos
directos a indirectos se realizó gradualmente en dos años, mientras que el
aumento en las contribuciones de pensiones de los empleados públicos y la
recapitalización del banco central se ejecutó gradualmente en tres años.

Asia
 a expansión mundial se ha debilitado. Se estima que en 2018 el crecimiento mundial fue
de 3,7%, conforme a lo pronosticado en la edición de octubre de 2018 de Perspectivas de
la economía mundial (informe WEO), a pesar del desempeño más flojo de algunas
economías, particularmente en Europa y Asia. Se proyecta que la economía mundial
crezca 3,5% en 2019 y 3,6% en 2020, es decir, 0,2 y 0,1 puntos porcentuales menos que
lo proyectado en octubre pasado.
 Los pronósticos de crecimiento mundial correspondientes a 2019 y 2020 ya se revisaron a
la baja en el último informe WEO, en parte a raíz de los efectos negativos de los
aumentos de aranceles introducidos en Estados Unidos y China previamente en el año.
La revisión adicional a la baja desde octubre refleja las consecuencias de una moderación
del ímpetu en el segundo semestre de 2018 —como por ejemplo en Alemania, tras
la adopción de nuevas normas sobre emisiones para vehículos de combustión, y en Italia,
donde las preocupaciones en torno a los riesgos soberanos y financieros han constituido
un lastre para la demanda interna—, pero también obedece a un debilitamiento de la
actitud de los mercados financieros y a una contracción en Turquía que ahora se proyecta
que será más profunda de lo previsto.
 Los riesgos para el crecimiento mundial se inclinan a la baja. Un recrudecimiento de las
tensiones comerciales que vaya más allá de lo contemplado en el pronóstico sigue siendo
una importante fuente de riesgo para las perspectivas. Las condiciones financieras ya se
han tornado más restrictivas desde octubre. Varios factores, aparte del recrudecimiento
de las tensiones comerciales, podrían provocar un deterioro aun mayor de la actitud frente
al riesgo, lo que incidiría negativamente en el crecimiento, especialmente en vista de los
altos niveles de deuda pública y privada. Entre esos posibles factores están la salida del
Reino Unido de la Unión Europea sin que medie un acuerdo y una desaceleración más
importante de lo previsto en China.
 La principal prioridad común en materia de políticas es que los países cooperen y
resuelvan pronto sus desavenencias comerciales y la resultante incertidumbre en torno a
las políticas, en lugar de elevar más las barreras perniciosas y desestabilizar una
economía mundial que ya está desacelerándose. En todas las economías es fundamental
adoptar medidas para estimular el crecimiento del producto potencial, lograr una mayor
inclusión y reforzar los defensas fiscales y financieras, en un entorno caracterizado por
una pesada carga de la deuda y condiciones financieras más restrictivas.

Moderación del ímpetu y mucha incertidumbre

La economía mundial continúa expandiéndose, pero en algunas economías el


crecimiento en el tercer trimestre fue decepcionante. En economías importantes,
factores idiosincráticos (nuevas normas sobre emisiones para vehículos en
Alemania, desastres naturales en Japón) han entorpecido la actividad. Pero estos
acontecimientos han tenido como telón de fondo el debilitamiento de la actitud en
los mercados financieros, incertidumbre en torno a las políticas comerciales e
inquietudes acerca de las perspectivas de China. Si bien el anuncio efectuado el 1
de diciembre sobre la suspensión de los aumentos de los aranceles por 90 días en
la disputa comercial entre Estados Unidos y China es una noticia positiva, el
posible resurgimiento de las tensiones en el segundo trimestre empaña las
perspectivas económicas mundiales.

Los datos de alta frecuencia apuntan a una moderación del ímpetu en el cuarto
trimestre. Excepto en Estados Unidos, la producción industrial se ha desacelerado,
sobre todo en lo que se refiere a bienes de capital. El comercio mundial crece a un
ritmo muy inferior al registrado por los promedios de 2017. En realidad, el ímpetu
subyacente podría ser aún más débil de lo que señalan los datos, ya que las cifras
generales podrían haberse visto reforzadas por un auge de las importaciones
antes de la entrada en vigor de los aranceles más altos, así como por un repunte
de las exportaciones tecnológicas gracias al lanzamiento de nuevos productos.
Así, los índices de gerentes de compras, sobre todo en la categoría de nuevos
pedidos, apuntan a perspectivas menos dinámicas acerca de la actividad en el
futuro.

Materias primas e inflación. Los precios del petróleo han sido volátiles desde
agosto, debido a factores que influyen en la oferta, como la política
estadounidense sobre las exportaciones de petróleo de Irán y, más recientemente,
temores de una moderación de la demanda mundial. A comienzos de enero, los
precios del crudo rondaban los USD 55 el barril, y los mercados preveían que
permanecerían en general en ese nivel durante los próximos 4–5 años. Los
precios de los metales y las materias primas agrícolas han disminuido levemente
desde agosto, en parte debido a la moderación de la demanda de China. La
inflación de precios al consumidor ha permanecido en general contenida en los
últimos meses en las economías avanzadas, pero ha subido ligeramente en
Estados Unidos, donde el crecimiento sigue estando por encima de la tendencia.
En las economías de mercados emergentes, las presiones inflacionarias están
cediendo debido a los menores precios del petróleo. En algunos casos, la
moderación de la inflación se ha visto contrarrestada en parte por el efecto de
traspaso de las depreciaciones de la moneda a los precios internos.

Las condiciones financieras en las economías avanzadas se han tornado más


restrictivas desde octubre. Las valoraciones de las acciones —que eran excesivas
en algunos países— han retrocedido debido a un menor optimismo respecto a las
perspectivas de ganancias en medio de crecientes tensiones comerciales y
expectativas de menor crecimiento mundial. Las preocupaciones acerca de un
cierre del gobierno en Estados Unidos socavaron aún más la actitud del sector
financiero hacia finales de año. Los principales bancos centrales también parecen
estar adoptando una postura más cautelosa. La Reserva Federal de Estados
Unidos elevó la banda fijada como meta para la tasa de interés de los fondos
federales a 2,25%–2,50% en diciembre, pero dio indicaciones de un ritmo de
subida de las tasas más gradual en 2019 y 2020. Conforme a una comunicación
anterior, el Banco Central Europeo puso fin a sus compras netas de activos en
diciembre. No obstante, también confirmó que la política monetaria continuaría
siendo ampliamente acomodaticia, sin subidas de las tasas de política monetaria
hasta por lo menos mediados de 2019, y que la reinversión de los títulos vencidos
continuaría hasta mucho después de la primera subida de las tasas. La mayor
aversión al riesgo, junto con el deterioro de la actitud del mercado ante las
perspectivas de crecimiento y los cambios en las expectativas en torno a las
políticas, ha contribuido a reducir los rendimientos soberanos, en particular de los
títulos del Tesoro de Estados Unidos y los bonos públicos de Alemania (bunds) y
el Reino Unido (gilts). Entre las economías de la zona del euro, los diferenciales
soberanos de Italia bajaron con respecto al máximo que registraron a mediados de
octubre gracias a la resolución del conflicto presupuestario con la Comisión
Europea, pero al 7 de enero permanecían en un nivel elevado de 270 puntos
básicos. Los diferenciales de otras economías de la zona del euro en general no
han variado durante el período. Aparte de los títulos soberanos, los diferenciales
de crédito aumentaron para los bonos empresariales de Estados Unidos, en vista
de un menor optimismo y de preocupaciones en el sector energético por el
descenso de los precios del petróleo.

Las condiciones financieras en los mercados emergentes se han tornado


moderadamente más restrictivas desde octubre, con notables diferencias en
función de factores específicos de cada país. Los índices de acciones de
mercados emergentes han registrado ventas masivas durante este período, en un
contexto de crecientes tensiones comerciales y mayor aversión al riesgo. Las
preocupaciones por los efectos inflacionarios de aumentos anteriores del precio
del petróleo y, en algunos casos, el cierre de las brechas del producto o el efecto
de traspaso de la depreciación de la moneda, han llevado a los bancos centrales
de muchas economías de mercados emergentes (Chile, Filipinas, Indonesia,
México, Rusia, Sudáfrica, Tailandia) a elevar las tasas de interés de política
monetaria desde octubre. En cambio, los bancos centrales de China e India
mantuvieron las tasas en compás de espera y tomaron medidas para aliviar las
condiciones de financiamiento interno (redujeron el encaje legal de los bancos y
proporcionaron liquidez a empresas financieras no bancarias, respectivamente). A
comienzos de enero, salvo unas pocas excepciones notables (por ejemplo,
México, Pakistán), los gobiernos de mercados emergentes en general se
enfrentaban a rendimientos en moneda local a largo plazo más bajos que los
observados en agosto-septiembre. Los diferenciales de créditos soberanos en
moneda extranjera han aumentado levemente para la mayoría de los países, y
sustancialmente para algunos mercados de frontera.

Flujos de capital y tipos de cambio. Dado que los inversionistas en general han
reducido su exposición a activos más riesgosos, las economías de mercados
emergentes experimentaron salidas netas de capital en el tercer trimestre de 2018.
A comienzos de enero, el dólar de EE.UU. permanecía en general invariable en
términos efectivos reales con respecto a septiembre, el euro se ha debilitado
alrededor de 2% en un contexto de crecimiento más lento y preocupaciones
acerca de Italia, y la libra se ha depreciado aproximadamente 2% por la mayor
incertidumbre relacionada con el brexit. En cambio, el yen japonés se ha
apreciado aproximadamente 3%, debido a una mayor aversión al riesgo. Varias
monedas de mercados emergentes —como la lira turca, el peso argentino, el real
brasileño, el rand sudafricano, la rupia india y la rupia indonesia— se han
recuperado con respecto a las valoraciones mínimas registradas en agosto-
septiembre de 2018.

Supuestos del pronóstico

Los supuestos en los que se basa el pronóstico en lo que respecta a los


aranceles, la orientación de las políticas y las condiciones financieras son en
general similares a los del último informe WEO.

El pronóstico de base incorpora los aranceles de Estados Unidos anunciados


hasta septiembre de 2018 y las medidas de represalia. En el caso de Estados
Unidos, se consideran los aranceles aplicados a paneles solares, lavadoras,
aluminio y acero anunciados en el primer semestre de 2018; un arancel de 25%
sobre un monto equivalente a USD 50.000 millones en importaciones procedentes
de China y un arancel de 10% aplicado a otros USD 200.000 millones de
importaciones de China, que aumenta a 25% tras la actual “tregua” de 90 días que
concluye el 1 de marzo de 2019. En el caso de China, el pronóstico incorpora
aranceles que van de 5% a 10% sobre un monto equivalente a USD 60.000
millones en importaciones procedentes de Estados Unidos[1].

Se proyecta que los precios promedio del petróleo se sitúen apenas por debajo de
USD 60 el barril en 2019 y 2020 (es decir, por debajo de las cifras de USD 69 y
USD 66, respectivamente, del último informe WEO). Se prevé que los precios de
los metales disminuyan un 7,4% en términos interanuales en 2019 (una reducción
más profunda que la prevista en el último informe WEO), y que se mantengan sin
mayores cambios en 2020. Los pronósticos de precios de la mayoría de las
principales materias primas agrícolas han sido revisados levemente a la baja.

El crecimiento mundial se desacelerará en 2019

Para 2018 se estima un crecimiento mundial de 3,7%, tal como se indicó el


pasado mes de octubre, pero ante las señales de una desaceleración en el
segundo semestre de 2018 varias economías han sufrido revisiones a la baja.

La debilidad observada en el segundo semestre de 2018 persistirá en los próximos


trimestres, por lo que se proyecta que el crecimiento mundial disminuya a 3,5% en
2019, para después repuntar ligeramente a 3,6% en 2020 (0,2 y 0,1 puntos
porcentuales, respectivamente, por debajo de lo previsto en el informe WEO
anterior). Esta tendencia de crecimiento obedece a una reducción sostenida de la
tasa de crecimiento de las economías avanzadas partiendo de niveles superiores
a la tendencia —a un ritmo más rápido de lo previsto— y a una desaceleración
temporal de la tasa de crecimiento de las economías de mercados emergentes y
en desarrollo en 2019, debido a contracciones en Argentina y Turquía y al impacto
de las medidas comerciales en China y otras economías asiáticas.

Concretamente, se proyecta que el crecimiento en las economías avanzadas se


desacelere de una tasa estimada de 2,3% en 2018 a 2,0% en 2019 y 1,7% en
2020. Esta tasa de crecimiento estimada para 2018 y la proyección para 2019 son
0,1 puntos porcentuales más bajas que las señaladas en el informe WEO de
octubre de 2018, debido principalmente a revisiones a la baja en la zona del euro.

 Se prevé que el crecimiento en la zona del euro se modere de 1,8% en 2018 a 1,6% en
2019 (0,3 menos que lo proyectado en octubre pasado) y 1,7% en 2020. Las tasas de
crecimiento han sufrido revisiones a la baja en muchas economías, en
particular Alemania (debido a un flojo consumo privado, una débil producción industrial
tras la introducción de nuevas normas sobre emisiones para vehículos y una moderada
demanda externa), Italia (debido a una débil demanda interna y el encarecimiento de los
costos de endeudamiento dado que los rendimientos soberanos permanecen en niveles
elevados) y Francia (debido al impacto negativo de las protestas callejeras y las medidas
industriales).
 Hay mucha incertidumbre en torno a la proyección de base de que en 2019-20 el
crecimiento en el Reino Unido sea de aproximadamente 1,5%. La proyección no varía con
respecto a la del informe WEO de octubre de 2018 porque se considera que el efecto
negativo de la prolongada incertidumbre con respecto al resultado del brexit está
compensado por el impacto positivo del estímulo fiscal anunciado en el presupuesto de
2019. Esta proyección de base supone que se alcanza un acuerdo para el brexit en 2019
y que el país se adapta gradualmente al nuevo régimen. Sin embargo, a mediados de
enero, la forma definitiva del brexit sigue siendo muy incierta.
 El pronóstico de crecimiento para Estados Unidos tampoco ha sufrido modificaciones. Se
prevé que el crecimiento disminuya a 2,5% en 2019 y posteriormente a 1,8% en 2020,
conforme se repliegue el estímulo fiscal y la tasa de los fondos federales supere
temporalmente la tasa de interés neutral. Sin embargo, el ritmo de expansión proyectado
es superior a la tasa de crecimiento potencial estimada para la economía estadounidense
en ambos años. Un sólido crecimiento de la demanda interna propiciará el aumento de las
importaciones y contribuirá a ampliar el déficit en cuenta corriente de Estados Unidos.
 La economía de Japón crecerá 1,1% en 2019 (0,2 puntos porcentuales más que lo
indicado en el informe WEO de octubre). La revisión obedece principalmente al apoyo
fiscal adicional que recibirá la economía este año, que incluye medidas para mitigar los
efectos del aumento de la tasa del impuesto al consumo previsto para octubre de 2019.
Se proyecta que el crecimiento se modere a 0,5% en 2020 (0,2 puntos porcentuales más
que en el informe WEO de octubre de 2018) tras la aplicación de las medidas de
mitigación.

Para el grupo de las economías de mercados emergentes y en desarrollo se prevé


que el crecimiento disminuya levemente a 4,5% en 2019 (de 4,6% en 2018), y
posteriormente mejore a 4,9% en 2020. La proyección para 2019 es 0,2 puntos
porcentuales menor que la del informe WEO de octubre de 2018.

 El crecimiento en las economías emergentes y en desarrollo de Asia descenderá de 6,5%


en 2018 a 6,3% en 2019 y 6,4% en 2020. A pesar del estímulo fiscal que neutraliza en
parte el impacto de la subida de los aranceles de Estados Unidos, la economía
de China se desacelerará debido a la influencia combinada del necesario endurecimiento
de las regulaciones financieras y las tensiones comerciales con Estados Unidos. La
economía de India enfila hacia un repunte en 2019, gracias a los precios más bajos del
petróleo y a un ritmo de endurecimiento monetario más lento de lo previsto, al haber
cedido las presiones inflacionarias.
 Ahora se prevé que el crecimiento en las economías emergentes y en desarrollo de
Europa en 2019 se debilite más de lo que se había previsto, a 0,7% (de 3,8% en 2018)
pese a un crecimiento en general dinámico en Europa central y oriental, para luego
recuperarse a 2,4% en 2020. Las revisiones (1,3 puntos porcentuales en 2019 y 0,4
puntos porcentuales en 2020) obedecen a una importante contracción proyectada para
2019 y una recuperación más lenta en 2020 en Turquía, en medio de un endurecimiento
de las políticas y un ajuste ante las condiciones de financiamiento externo más
restrictivas.
 En América Latina se proyecta que el crecimiento repunte en los próximos dos años, de
1,1% en 2018 a 2,0% en 2019 y 2,5% en 2020 (en ambos años, 0,2 puntos porcentuales
menos de lo previsto). Las revisiones se deben a perspectivas de menor crecimiento
en México en 2019–20, por una disminución de la inversión privada, y una contracción
aun más severa de lo previsto en Venezuela. Los recortes se ven solo parcialmente
neutralizados por una revisión al alza del pronóstico de 2019 para Brasil, donde se espera
que continúe la recuperación gradual tras la recesión de 2015–16. La economía
de Argentina se contraerá en 2019 a medida que las políticas más restrictivas con las que
se busca reducir los desequilibrios frenen la demanda interna, previéndose un retorno al
crecimiento en 2020.
 Se prevé que el crecimiento en la región de Oriente Medio, Norte de África, Afganistán y
Pakistán se mantenga en un nivel moderado de 2,4% en 2019, para después repuntar a
alrededor de 3% en 2020. Múltiples factores pesan sobre las perspectivas de la región: un
crecimiento flojo de la producción de petróleo que contrarresta la recuperación prevista de
la actividad no petrolera (Arabia Saudita); endurecimiento de las condiciones de
financiamiento (Pakistán); sanciones impuestas por Estados Unidos (Irán), y, en varias
economías, tensiones geopolíticas.
 En África subsahariana se prevé que el crecimiento mejore de 2,9% en 2018 a 3,5% en
2019 y 3,6% en 2020. En ambos años la proyección es 0,3 puntos porcentuales inferior a
la de octubre pasado, debido a revisiones a la baja en Angola y Nigeria por la disminución
de los precios del petróleo. Las cifras generales para la región ocultan resultados muy
diversos, ya que se prevé que un tercio de las economías subsaharianas crezcan más de
5% en 2019–20.
 Se proyecta que la actividad en la Comunidad de Estados Independientes se expanda
aproximadamente 2¼% en 2019–20, o un poco menos de lo proyectado en el informe
WEO de octubre de 2018 ya que las expectativas con respecto a los precios del petróleo
a corto plazo constituyen un lastre para las perspectivas de crecimiento de Rusia.

Riesgos para las perspectivas

Los riesgos para las perspectivas mundiales tienen su origen principalmente en los
resultados de las negociaciones comerciales y el rumbo que tomen las
condiciones financieras en los próximos meses. Si los países resuelven sus
diferencias sin levantar más barreras comerciales distorsionantes y si la actitud del
mercado se recupera, una mayor confianza y condiciones financieras más
favorables podrían reforzarse mutuamente y elevar el crecimiento por encima del
pronóstico de base. No obstante, la balanza de riesgos continúa inclinada a la
baja, como en el informe WEO de octubre.

Tensiones comerciales. La firma del Tratado de libre comercio entre México,


Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el 30 de noviembre, que reemplaza al Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN); el anuncio del 1 de diciembre
por parte de Estados Unidos y China de una “tregua” de 90 días para la subida de
los aranceles, y la reducción anunciada de los aranceles aplicados por China a las
importaciones de vehículos de Estados Unidos son medidas que contribuyen a
disminuir las fricciones comerciales. Pero los resultados definitivos siguen estando
sujetos a un proceso de negociación posiblemente espinoso en el caso de la
disputa entre Estados Unidos y China y a procesos internos de ratificación en el
caso del T-MEC. Por lo tanto, el comercio, la inversión y el producto a escala
mundial siguen estando amenazados por la incertidumbre de las políticas y otras
tensiones comerciales actuales. De no resolverse las diferencias y de
materializarse el consiguiente aumento de las barreras arancelarias, aumentarían
los costos de los bienes intermedios y de capital importados y los precios de los
bienes finales para los consumidores. Aparte de estos impactos directos, la mayor
incertidumbre en torno a las políticas comerciales y las preocupaciones por una
intensificación del conflicto y las represalias perjudicarían la inversión empresarial,
perturbarían las cadenas de abastecimiento y frenarían el crecimiento de la
productividad. El consiguiente deterioro de las perspectivas para la rentabilidad de
las empresas podría perjudicar la actitud de los mercados financieros y moderar
aún más el crecimiento (recuadro de escenario 1 del informe WEO de octubre de
2018).

Actitud del mercado financiero. La intensificación de las tensiones comerciales,


sumada a las inquietudes en torno a la política fiscal italiana y las preocupaciones
acerca de varios mercados emergentes y, hacia finales del año, de un cierre del
gobierno de Estados Unidos, contribuyó a que los precios de las acciones bajaran
en el segundo semestre de 2018. Una gama de eventos catalizadores en
economías clave de importancia sistémica podrían provocar un deterioro más
generalizado de la actitud de los inversionistas y una revaluación repentina y
drástica de los precios de las acciones en un entorno de fuerte carga de la deuda.
El crecimiento mundial probablemente se situaría por debajo de la proyección de
base si cualquiera de esos eventos se materializara y precipitara un episodio
generalizado de aversión al riesgo:

 Los diferenciales italianos se han reducido con respecto a los máximos que registraron en
octubre–noviembre, pero siguen siendo altos. Un período prolongado de rendimientos
elevados incrementaría la tensión en los bancos italianos, entorpecería la actividad
económica y empeoraría la dinámica de la deuda. Otros factores específicos de Europa
que podrían amplificar la aversión al riesgo son la creciente posibilidad de un brexit sin
acuerdo, que genere grandes trastornos y que tendría efectos negativos de contagio
transfronterizo y agravaría el euroescepticismo, afectando las elecciones parlamentarias
europeas.
 Una segunda fuente de riesgo sistémico para la estabilidad financiera es que China sufra
una desaceleración más profunda de lo previsto, con implicaciones negativas para los
socios comerciales y los precios mundiales de las materias primas. La economía china se
desaceleró en 2018 debido principalmente al endurecimiento de las regulaciones
financieras con el fin de frenar la actividad de la banca paralela y excluir del presupuesto
la inversión de los gobiernos locales, y también como resultado de la creciente disputa
comercial con Estados Unidos, que agravó la desaceleración hacia finales del año. Para
2019 se proyecta una mayor desaceleración. En repuesta, las autoridades limitaron el
endurecimiento de las regulaciones financieras, inyectaron liquidez recortando el encaje
legal de los bancos y aplicaron un estímulo fiscal mediante la reanudación de la inversión
pública. Sin embargo, es posible que la actividad se sitúe por debajo de las expectativas,
sobre todo si no se alivian las tensiones comerciales. Al igual que en 2015–16, las
inquietudes acerca de la salud de la economía china pueden desencadenar ventas
masivas abruptas y de gran alcance en los mercados financieros y de materias primas,
que generarían presión sobre los socios comerciales, los exportadores de materias primas
y otros mercados emergentes.

Además de la posibilidad de un recrudecimiento de las tensiones comerciales y un


cambio más generalizado de la actitud de los mercados financieros, otros factores
que agudizan el riesgo a la baja para la inversión y el crecimiento mundiales son la
incertidumbre acerca del programa de políticas de los nuevos gobiernos, un cierre
prolongado del gobierno federal en Estados Unidos, y tensiones geopolíticas en
Oriente Medio y Asia oriental. Otros riesgos de carácter algo más lento son los
efectos de amplio alcance del cambio climático y el constante deterioro de la
confianza en las instituciones y los partidos políticos tradicionales.

Prioridades para la política económica

Con un ímpetu que ya no se encuentra en su punto máximo, riesgos para el


crecimiento mundial inclinados a la baja, y en muchos países limitado margen de
maniobra para la aplicación de medidas, las políticas multilaterales y nacionales
deben centrarse urgentemente en evitar una mayor desaceleración y en reforzar la
resiliencia. Una prioridad común consiste en mejorar las perspectivas de
crecimiento a mediano plazo y a la vez lograr una mayor inclusión económica.

Cooperación multilateral. Aprovechando los recientes acontecimientos favorables


descritos más arriba, las autoridades deben cooperar para abordar los factores
causantes del descontento con el sistema comercial basado en reglas, reducir los
costos del comercio y resolver las disputas sin recurrir al aumento de barreras
arancelarias y no arancelarias. No hacerlo desestabilizaría aun más una economía
mundial que ya está desacelerándose. Más allá del comercio, fomentar una
cooperación más estrecha en diversos ámbitos ayudaría a amplificar las ventajas
de la integración económica mundial, en cuestiones como las reformas de la
regulación financiera, la tributación internacional y la restricción de los canales
transfronterizos de evasión fiscal, la reducción de la corrupción y el afianzamiento
de la red de protección financiera mundial para que los países tengan una menor
necesidad de autoasegurarse frente a los shocks externos. Un desafío que atañe
a toda la comunidad mundial es el de mitigar el cambio climático y adaptarse al
mismo con el fin de disminuir la posibilidad de que se produzcan impactos
humanitarios y económicos devastadores resultantes de condiciones extremas de
temperaturas altas, precipitaciones y sequías (capítulo 3 del informe WEO de
octubre de 2017)[2]. En una economía mundial en crecimiento y cada vez más
compleja expuesta a nuevos y mayores riesgos, la disponibilidad de una cantidad
adecuada de recursos del FMI seguirá siendo un factor fundamental para la
estabilización de los mercados mundiales de capital.

Políticas internas. Las prioridades en materia de políticas en las diferentes


economías avanzadas, mercados emergentes y países en desarrollo de bajo
ingreso siguen siendo en general las mismas que plantea el informe WEO de
octubre de 2018.
 Entre las diferentes economías avanzadas, se prevé que el crecimiento superior a la
tendencia se modere acercándose a su modesto nivel potencial (en algunos casos, más
pronto de lo previsto). Todos los países deben hacer hincapié en medidas que estimulen
la productividad, que incrementen la participación en la fuerza laboral —en particular de
las mujeres y, en algunos casos, de los jóvenes—, y que garanticen un seguro social
adecuado, por ejemplo para quienes sean más vulnerables a la transformación
estructural. La política monetaria debe garantizar que las expectativas inflacionarias
permanezcan ancladas, mientras que la política fiscal debe constituir reservas según sea
necesario para recomponer el limitado margen para aplicar políticas que contrarresten las
desaceleraciones.

Las economías de mercados emergentes y en desarrollo han sido puestas a


prueba por las difíciles condiciones externas de los últimos meses, en medio de
tensiones comerciales, mayores tasas de interés en Estados Unidos, apreciación
del dólar, salidas de capitales y precios del petróleo volátiles. Para abordar la
pesada carga de la deuda privada y los descalces de monedas y vencimientos en
los balances en algunas economías será necesario reforzar los marcos
macroprudenciales. La flexibilidad cambiaria puede complementar estas políticas
al ayudar a amortiguar los shocks externos. En los casos en que las expectativas
inflacionarias estén bien ancladas, la política monetaria puede respaldar la
actividad interna según sea necesario (capítulo 3 del informe WEO de octubre de
2018). La política fiscal debe garantizar que los coeficientes de endeudamiento
sigan siendo sostenibles cuando las condiciones financieras externas sean más
complicadas. Focalizar mejor los subsidios y racionalizar los gastos ordinarios
puede ayudar a preservar el gasto de capital necesario para estimular el
crecimiento potencial y el gasto social que se requiere para mejorar la inclusión.
En los países en desarrollo de bajo ingreso, la concertación de esfuerzos en estos
ámbitos también contribuiría a diversificar las estructuras de producción (una
necesidad acuciante para las economías que dependen de las materias primas) y
a avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Resumen
Asia Oriental tiene el récord de crecimiento económico, alto y
sostenido, en las últimas décadas. Esto se debió al desarrollo
industrial de nueve países: China, Japón; los cuatro dragones o
tigres: Hong Kong, Singapur, Taiwán y República de Corea,
denominados así por su rápido desarrollo económico, y tres
países de reciente industrialización: Malasia, Tailandia e
Indonesia. Se dice que quien domine la región asiática domina el
mundo y es que los países asiáticos constituyen hoy un reto para
las demás economías, su idiosincrasia, su laboriosidad, su
filosofía de la vida, hacen de los países de esta región un
manantial de sabiduría y cierto misterio.

Asia es el continente más extenso del planeta, siendo el más


grande de los seis continentes que constituyen la Tierra, incluidas
las regiones insulares. Abarca un área de unos 44.936.000 km2:
aproximadamente, una tercera parte de la superficie terrestre. Sus
habitantes representan las tres quintas partes de la población
total del mundo.

a minería es una actividad importante en la mayoría de los países


asiáticos. El mineral de exportación más importante de Asia es el
petróleo; el Sureste asiático y, en especial, el Oriente Próximo
contienen las mayores reservas petrolíferas del mundo.

Asia Oriental tiene el récord de crecimiento económico, alto y


sostenido, en las últimas décadas. Esto se debió al desarrollo
industrial de nueve países: China, Japón; los cuatro dragones o
tigres: Hong Kong, Singapur, Taiwan y República de Corea,
denominados así por su rápido desarrollo económico, y tres
países de reciente industrialización: Malasia, Tailandia e
Indonesia.

Se dice que quien domine la región asiática domina el mundo y es


que los países asiáticos constituyen hoy un reto para las demás
economías, su idiosincrasia, su laboriosidad, su filosofía de la
vida, hacen de los países de esta región un manantial de
sabiduría y cierto misterio.
Asia posee un gran dinamismo y crecimiento económico por las
siguientes razones

 Basaron su desarrollo industrial en las inversiones de capital


extranjero.
 Sobreexplotación de la mano de obra barata, abundante y
organizada en sindicatos. (Ejemplo: Japón).
 La localización geográfica (por el fácil acceso a las vías
marítimas para la exportación de sus productos y la relativa
cercanía entre ellos que favoreció las corrientes de capital).
 El modelo económico del crecimiento liderado por las
exportaciones
 La estabilidad económica, que atrajo la llegada de capitales
extranjeros;
 El otorgamiento de créditos para industrias estratégicas.
 Aprovechamiento de las tecnologías provenientes del
exterior.
 El aumento de la capacidad de la fuerza laboral,
estableciéndose niveles educativos de calidad priorizándose
las carreras de ciencia y tecnología
 La eficiente sincronización entre el sector público y privado,
donde el Estado jugó un papel fundamental.

La región Asia-Pacífico, se está convirtiendo en el núcleo de las


relaciones internacionales. El Milagro Asiático ha llevado a
algunos economistas a pensar que la próxima década puede
significar el nacimiento del Siglo de Asia
aíses más desarrollados del Asia oriental

Japón

A pesar de tener escasos recursos naturales, Japón pudo


desarrollar sus industrias pesada y química gracias al bajo precio
del petróleo que se mantuvo en el nivel de 2 dólares/barril durante
veinte años después de la Segunda Guerra Mundial. La
cotización fija de 360 yenes/dólar que duró hasta agosto de 1971
posibilitó a Japón incrementar sus exportaciones sin reevaluación
alguna de su moneda nacional.
Antes de los años 70 la economía japonesa estuvo rodeada de un
ambiente favorable hasta el estallido de la cuarta guerra del
Medio Oriente, en octubre de 1973, la cual causó la primera crisis
petrolera, así como la introducción de la cotización flotante de las
monedas japonesa, norteamericana y europeas.

La crisis del petróleo obligó a Japón a acometer una


reestructuración económica, a buscar la vía menos consumidora,
más independiente, a buscar fuentes estables y cercanas. Este
país halló una respuesta en el proceso de cambio estructural de
la economía nacional, que se inició en los últimos años de la
década de los 70.

Durante el período de la recesión, después de la segunda crisis


petrolera hasta los primeros años de la década de los 80, se
aplicaron medidas para incrementar las exportaciones y mantener
el crecimiento económico. Como consecuencia de las dos crisis
petroleras y el flujo de las divisas hacia los países exportadores
de petróleo, los países industrializados y sus industrias estaban
enfrentándose a serios problemas. La situación fiscal de Japón
empeoró seriamente debido a la disminución de ingresos por
concepto de impuestos, lo cual imposibilitó aumentar la inversión
pública, como medida para superar la recesión. Bajo esta
circunstancia, la industria japonesa no tuvo otra alternativa de
buscar la salida en el aumento de exportaciones. En
consecuencia, incrementó rápidamente el superávit comercial de
Japón frente a los Estados Unidos.

Por lo tanto, la estructura económica de Japón comenzó a


experimentar grandes cambios desde mediados de los años 80,
desarrollándose cuatro ramas tecnológicas principales:

 La Automotriz
 La Informática (Computadoras)
 La Electrónica
 La Robótica
 No hay que olvidar en la historia económica de Japón que
en las década de los 50 y los 60 muchos profesionales de
todas partes del mundo (ingenieros, economistas,
sociólogos, etc.) visitaban Estados Unidos para aprender las
técnicas de fabricación norteamericana que le daban el gran
desarrollo económico a ese país, pero posteriormente, en
las décadas de los 70 y principios de los 80 ocurrió
totalmente al revés, estos mismos profesionales y otros más
incluyendo a los propios norteamericanos, trataron de
descubrir en qué consistía el famoso “ modelo de desarrollo
nipón o el milagro japonés”.
 Japón sigue siendo el mayor acreedor internacional y la
segunda potencia económica mundial, produciendo
aproximadamente el 12% del PIB Mundial, y es, además,
uno de los principales países donantes a la Ayuda Oficial
para el Desarrollo.
 El gran desarrollo alcanzado por Japón de la posguerra ha
sido visto frecuentemente por el mundo como paradigma a
alcanzar.
 Los Tigres Asiáticos
 Los países asiáticos con una actividad industrial importante
son China, Japón Rusia, India y los llamados cuatro ‘tigres
asiáticos’: Taiwan, Hong Kong, Singapur y Corea del Sur.
Los Tigres del sudeste asiático surgieron entre 1945 y 1990, en el contexto de la Guerra
Fría. Se los comenzó a ver como potencias. Los principales países que se han desarrollado
tan vertiginosamente fueron: Singapur, Hong Kong, Taiwán y Corea del Sur, demostrando
un crecimiento en calidad, cantidad y bajo precio en sus productos alcanzando mercados
internacionales. A mediados de 1950 apuntaron a los avances tecnológicos y a políticas
sustitutivas de importación, orientándose luego a las exportaciones. Estos países han
cambiado paradigmas mundiales.

En poco tiempo, los países del sudeste asiático pasaron a ser países de escaso crecimiento
como contrapartida de bajos salarios de los trabajadores, lo cual resulto atractivo para
empresas extranjeras que se instalaron en la región . La inversión favoreció el
resurgimiento de la economía, pero siempre y cuando éstas tendieran a los intereses
nacionales, a la competitividad y a las expectativas del empresariado local.

Este avance tuvo efectos en cada uno de los países, como es el caso de Hong Kong,
(antigua colonia británica, ahora perteneciente a China) las inversiones extranjeras dentro
del proceso de modernización tuvieron un marcado control por parte del Estado. En
Taiwán, las industrias mecánicas y petroquimicas consideradas estratégicas pertenecen a
empresas públicas, controlando que las importaciones no sean mayores que las
exportaciones. En Corea existe un fuerte proteccionismo al sector industrial respecto de la
competencia extranjera e incluso al ingreso de capitales. En cambio, en Singapur, las
multinacionales ocupan un lugar fundamental que en el resto de la región. Debido a la
limitación de tierras y recursos naturales, el crecimiento general no podía apoyarse en la
exportación de productos primarios, constituyendo la industria el sector clave a estimular
tanto en las importaciones como en las exportaciones.

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Hong Kong

Desde el final de la II Guerra Mundial, Hong Kong se ha transformado en uno de los


centros industriales, financieros y comerciales más importantes del mundo. Igualmente
desempeña el papel de trampolín para el comercio y la inversión en el resto de China, lo
que ha ido aumentando sus intereses económicos en el continente asiático.

Hong Kong ha desarrollado importantes industrias debido, en parte, a la gran afluencia de


trabajadores inmigrantes chinos tras la instauración del régimen comunista en China. Los
principales productos son textiles (confección de ropa y calzado), equipamiento electrónico
y eléctrico, barcos, metalurgia, productos químicos, materiales de caucho, instrumentos de
precisión, relojería, material de imprenta, juguetes y alimentos procesados.

Hong Kong está considerado uno de los lugares con mayor libertad económica del mundo.
Esto quiere decir que existe una gran facilidad para establecer empresas en el territorio y
para mover dinero de Hong Kong al exterior. Estas facilidades económicas, unidas a la
existencia de un sistema legal de origen británico muy escrupuloso en el respeto de la
propiedad privada, contrastan con las dificultades burocráticas y la inseguridad jurídica a la
que se enfrentan las empresas internacionales en la China continental, y es la razón
principal por la que Hong Kong sigue siendo el principal centro financiero de China.

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La economía se basa fundamentalmente en el sector de servicios, que representa más del 80


% de la actividad económica en Hong Kong. Los servicios financieros son una de las áreas
principales de actividad económica en el Hong Kong actual. La bolsa de Hong Kong es el
segundo mayor mercado de valores de Asia, sólo por detrás de la bolsa de Tokio. A pesar
de su pequeño tamaño, Hong Kong ocupa el lugar undécimo en el mundo en volumen de
operaciones bancarias.

Taiwán

El gobierno ha venido aplicando un activo programa de industrialización, y en la década de


1980 las industrias eran el principal sector de la economía. La política económica se puso
en práctica por medio de una serie de planes multianuales, que se iniciaron en 1953 y que
se diseñaron con el objetivo de incrementar la producción y desarrollar las industrias de
exportación. En 1991, Taiwan emprendió un programa de construcción de obras públicas
con un presupuesto de 300 mil millones de dólares estadounidenses.

En 1995, el producto nacional bruto había alcanzado la cifra de 263.000 millones de dólares
(12.396 dólares per cápita) y el índice de crecimiento anual ascendió al 6%. El presupuesto
anual en 1996 registró 57.600 millones de dólares de ingresos y 79.500 millones de dólares
de gastos.

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Taiwán en uno de los nuevos países industrializados. El país se adaptó bien a la crisis de
1973, reconvirtiendo sus industrias al sector de las altas tecnologías, siendo hoy uno de los
primeros fabricantes mundiales de microprocesadores.

Recientemente Taiwán ha pasado a convertirse en uno de los mayores inversores en la


República Popular de China. Desde el año 2002 es miembro de la Organización Mundial de
Comercio (OMC).

Este país cuenta con su propia moneda llamada nuevo dólar taiwanés (NTD). Algunos de
los sectores en los que destacan las empresas de Taiwán son los siguientes: Bicicletas,
Motos, Computadoras, Telecomunicaciones, Teléfonos Móviles, Biotecnología,
Audiovisuales, Nanotecnología, Semiconductores.

Corea del Sur

Tradicionalmente, la economía de Corea del Sur se basaba en la agricultura; sin embargo,


desde comienzos de la década de 1960 se ha llevado a cabo una industrialización
extraordinariamente rápida; el producto interior bruto (PIB) ha crecido más de un 9% anual
entre mediados de la década de 1960 y comienzos de la de 1990; desde entonces ha
disminuido aproximadamente en un 8%. Actualmente, Corea del Sur es una de los doce
mayores estados comerciales del mundo.

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Los planes quinquenales económicos que comenzaron en 1962 se han concentrado en el


desarrollo industrial. Las ayudas económicas, especialmente de Estados Unidos y Japón,
han sido muy importantes para el crecimiento económico del país. El producto interior
bruto (PIB) en 2003 era de 605.331 millones de dólares. La agricultura ha contribuido
aproximadamente en un 3,2% a esos datos mientras la industria y la minería lo han hecho
en un 34,6%. A mediados de la década de 1990 los datos del presupuesto anual mostraban
un balance favorable entre ingresos y gastos en 11.075 millones de dólares.

La economía surcoreana ha estado desde hace muchos años dominada por los chaebol
(conglomerados industriales), grandes empresas como Samsung y Hyundai. Estas
corporaciones gigantes han sido objeto de una reciente reforma legislativa, pues se cree que
obstaculizaban la libre competencia. Los chaebol se han redirigido hacia sus propias áreas
de negocio.

Como miembro de la OCDE, es clasificado por el Banco Mundial como una economía de
altos ingresos, por el FMI y la CIA como una economía avanzada y como un mercado
desarrollado por el grupo FTSE. Además cuenta con un IDH muy alto, particularmente en
materia de educación, donde es clasificado primero en Asia y séptimo en todo el mundo.
Actualmente, está clasificado como el país más innovador, según el Índice Global de
Innovación.

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La nación es el actual presidente de las economías integrantes del G-20 y fue el primer país
en Asia que albergó la Cumbre del G-20, en noviembre de 2010. Es uno de los 24
miembros seleccionados de la OCDE para integrar el Comité de Ayuda al Desarrollo,
donde se encuentran los países donantes más importantes del mundo, y cuya principal
misión es contribuir a la ayuda al desarrollo y la reducción de la pobreza en los países en
desarrollo. También es un miembro fundador del Foro de Cooperación Asia-Pacífico, la
Asociación de Naciones del Sureste Asiático y de la Cumbre del Este de Asia.

Singapur

La ciudad portuaria de Singapur se creó como centro de distribución sobre la base de la


tradición comercial autóctona; es una de las áreas económicas de Asia, que posee unas tasas
de crecimiento anual más elevadas, el 8,5% desde 1966, al que hay que añadir un ligero
aumento desde 1990.

El nivel de vida es de los más altos de los países de la región. La importancia que ha tenido
el comercio internacional se ha diversificado hacia una industria ligera, y hacia el sector
financiero. En 2003 el producto interior bruto se estimaba en 91.342 millones de dólares, lo
que equivalía a 21.490 dólares per cápita (según datos del Banco Mundial). El presupuesto
anual para el año económico 2002 establecía unos ingresos de 19.602 millones de dólares y
unos gastos de 14.941 millones de dólares.

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La economía depende principalmente de las exportaciones y el refinamiento de


importaciones, particularmente las del sector electrónico e industrial. El sector
manufacturero constituyó el 26 % del PIB del país en 2005 y se ha diversificado a los
sectores de la química, el refinamiento de petróleo, la ingeniería mecánica y las ciencias
biomédicas, entre otros. Específicamente, la refinería petrolera más grande de Asia se
encuentra en Singapur.

Asimismo, el país es un importante centro financiero internacional y cuenta con el cuarto


mercado de divisas más grande del mundo, detrás de Nueva York, Londres y Tokio.
Además, se considera la economía de Singapur como una de las economías más acogedoras
del mundo, por lo cual se encuentran miles de expatriados en el país trabajando en
empresas multinacionales.

Los Tigres Menores» o las Economías de Reciente Industrialización conocidas por las
siglas en inglés NIEs

Las otras economías de Asia que no dejan de ser importantes son los «Tigres Menores» o
las Economías de Reciente Industrialización conocidas por las siglas en inglés NIEs. Los
llamados «Tigres Menores» o «Pequeños Dragones», estos países empezaron tarde el
camino a la industrialización rescatando a las economías industrializadas como modelo.
Ellos son Malasia, Indonesia, Tailandia y Filipinas. Forman parte, entre otros de la
Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).

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Como se muestra en la Tabla, Asia-Pacifico la mas dinámica del mundo:

Tabla, Asia-Pacifico la
mas dinámica del mundo

Fuente: Elaboración de Lourdes Sánchez Oramas, Investigadora del CIEM a partir de datos
obtenidos del FMI, WEO y The Asean Outlook (2000-2012).

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PIB regional Asia-Pacífico 1970-2021 en miles de millones (MM).


PIB regional
Asia-Pacífico 1970-2021 en miles de millones (MM).

Fuente: Elaboración de Lourdes Sánchez Oramas, Investigadora del CIEM en datos del
FMI, BM, y Observatorio del Pacífico.

¿Cuáles fueron los motores fundamentales del crecimiento de los países de Asia Oriental?

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Estos países basaron su cambio en el modelo económico del crecimiento liderado por las
exportaciones, empleado primero por Japón y luego por el resto de ellos. Para lograrlo, los
gobiernos dirigieron sus políticas hacia:

 La estabilidad económica, muy importante para la inversión privada. Atrajo la llegada de


capitales extranjeros;
 La protección en los mercados internos a las empresas que competían con sus
exportaciones en los mercados internacionales. El objetivo era que primero se afianzaran
en el mercado interno para luego competir mejor en el internacional;
 El otorgamiento de créditos orientados específicamente a los tipos de industrias que se
necesitaban para el desarrollo del país. Por ejemplo, en ciertas épocas en Japón y Corea a
la industria automotriz, de fabricación naval y de productos químicos;
 La fijación de metas de exportación para empresas e industrias específicas;
 La creación de organismos de comercialización de las exportaciones;
 El aumento de la capacidad de la fuerza laboral. Para ello establecieron mejoras en los
niveles educativos mediante la universalidad de la educación primaria y un amplio acceso
a la educación secundaria. Con respecto a la educación universitaria, se priorizó la
científica y tecnológica. Algunos países trajeron profesores del exterior o becaron a sus
alumnos para que se perfeccionaran en el extranjero;
 La apertura a ideas y tecnologías provenientes del exterior;
 Los subsidios a las industrias en decadencia;
 Las inversiones públicas en investigaciones aplicadas a la actividad industrial y a la
exportación;
 El amplio intercambio de información entre los sectores público y privado.

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La presencia del Estado fue muy importante en este proceso, sobre todo para dirigir la
economía en la transición a la globalización; para el aumento de las exportaciones y la
orientación estratégica para la inserción en la economía mundial.

Japón fue el primero que comenzó este crecimiento económico, después de su derrota en la
Segunda Guerra Mundial. Transformó su industria liviana con gran utilización de mano de
obra, en una industria pesada de gran complejidad con alta inversión de capital. Se
convirtió en una de las primeras potencias económicas del mundo mediante la importante
participación en el mercado mundial, compitiendo con las firmas europeas y
estadounidenses. Entre sus principales rubros industriales se encuentran las industrias
automotriz, de microelectrónica, de comunicaciones, biotecnológica y de robots.

Con respecto al resto de los países (los dragones o tigres), numerosas empresas
multinacionales, especialmente de Japón y Estados Unidos han instalado plantas en ellos
para el ensamblado de aparatos electrónicos. Por lo que los derivados de estas industrias
ocupan los primeros lugares en sus exportaciones.

Estos países siguieron el modelo de desarrollo japonés. En la actualidad enfrentan abultadas


deudas externas a la banca internacional contraídas para sustentar su proceso
industrializador. Estos créditos fueron tomados alrededor del año 1990 cuando las tasas de
interés eran bajas, pero en la actualidad, al haberse elevado, les es difícil cumplir los
compromisos adquiridos.

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Japón también enfrenta dificultades financieras, entre otros motivos por la enorme cantidad
de créditos incobrables que tiene. En este mundo globalizado los problemas de estos países
de Asia Oriental expone a los mercados mundiales a un grado de incertidumbre que
también es tenido en cuenta a la hora de analizar las inversiones. Algunos economistas
afirman que es esencial que Japón depure su sistema financiero y vuelva a prestar dinero al
Sudeste Asiático, porque todos estos años fueron los préstamos y la liquidez de Japón, los
que alimentaron el crecimiento de estos países.

Singapur es uno de los primeros cuatro dragones asiáticos, Tailandia, Indonesia y Malasia
son los dragones de segunda generación a los que el Banco Mundial denomina las High-
performing Asian Econmies.

Pese a las críticas de estos sectores los que es innegable es que estos países han alcanzado
un notable crecimiento económico el cual diferencia de los que sucede en América Latina y
los países del ex campo socialista europeo, ha estado acompañado por una preocupación
gubernamental por el desarrollo social. Los datos del Banco Mundial que se exponen a
continuación y que son los que obran en nuestro poder ilustran esta afirmación.

Todos estos gobiernos han desarrollado planes de educación, de erradicación del


analfabetismo, de acceso a la salud para las masas populares y de preparación de técnicos y
profesionales nacionales con alta calificación.

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Seria erróneo inferir que estos países tienen todos sus problemas sociales resueltos,
afrontan situaciones de miseria, desempleo y carencias de educación y salud. No obstante
en relación a estos aspectos del desarrollo social tiene avances logrados por la gestión
directa de los gobiernos.

El surgimiento de los Tigres Asiáticos ha sido de gran relevancia, algunos países, como por
ejemplo México, han intentado copiar el ejemplo de estos países. Una nota del periódico El
Economista de México, del 21 de Marzo de 1996, da cuenta que el gobierno busca crear
polos de actividad industrial por regiones inspirado en los tigres asiáticos.

El Milagro Asiático ha llevado a algunos economistas a pensar que la próxima década


puede significar el nacimiento del Siglo de Asia. Pero el optimismo que ofrecen las tasas de
crecimiento cercanas al 10% no implica que en estos países existan libertad económica y,
mucho menos, regímenes políticos a la europea.

La presencia del Estado es intensa y sutil en el Sudeste Asiático. En Singapur, el Estado es


el propietario de la gran mayoría de las viviendas, mientras que el alto precio de los
automóviles, obliga a los ciudadanos a usar el transporte público.

Los logros económicos de estos países se han basado en una peculiar coexistencia entre
intervencionismo estatal y la economía de mercado. Según Cristopher Lingle, economista
norteamericano especializado en Asia, la presencia del Estado en estos países es muy
intensa, denuncia los elevados niveles de corrupción en estos Estados, una práctica
generalizada del Sudeste Asiático. La corrupción presente en estas economías, provocará
que en los próximos años no pueda sostenerse el crecimiento que se registró en los años 70.

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La integración Asia – Pacifico

Los procesos integracionistas que se desarrollan en el área son de gran interés, debido a que
la región se ha caracterizado por ser una de las más dinámicas del planeta, presentar una
gran complejidad y hallarse actualmente en el centro de gravedad de la geoestrategia
estadounidense

Tal sistema de interrelación, se ha reconocido como los «Gansos volantes», el cual ha


implicado un proceso gradual de especialización productiva y de redespliegue industrial en
el área, que parte originalmente del desarrollo de las inversiones japonesas en los llamados
NICs.

En la región Asia-Pacífico nos encontramos diferentes foros de concertación y grupos


integracionistas que agrupan a los países en las diferentes áreas y subregiones, como son
los siguientes:

 El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).


 Asociación de Naciones del sudeste Asiático ( ASEAN).
 ASEAN + 3, integradas por China, Japón y Corea del Sur.
 Consejo Económico de la Cuenca del Pacifico ( PBEC).
 Consejo de Cooperación Económica del Pacifico (PECC).
 El Foro de las Islas del Pacífico.

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Pero de todos los anteriores los más importantes son: La ASEAN y la APEC. La
Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) fue creada el 8 de Agosto de 1967
en Bangkok, Tailandia, mediante la firma de la Declaración de Bangkok. Los tres objetivos
fundamentales de la organización son:

1. Promover el desarrollo económico, social y cultural mediante programas de cooperación.


2. Resguardar la estabilidad política y económica de la región contra la rivalidad de las
grandes potencias.
3. Constituir un foro para la resolución de las diferencias intrarrregionales

Los miembros de la ASEAN son:

 Indonesia (8 de agosto de 1967)


 Malasia (8 de agosto de 1967) a
 Filipinas (8 de agosto de 1967)
 Singapur (8 de agosto de 1967)
 Tailandia (8 de agosto de 1967)
 Brunéi (8 de enero de 1984)
 Vietnam (28 de julio de 1995)
 Laos (23 de julio de 1997)
 Birmania (23 de julio de 1997)
 Camboya (30 de abril de 1999)

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ASEAN+3

Las condiciones de crisis imperantes en la región a partir de 1997, estimularon la búsqueda


de nuevos mecanismos de concertación que contribuyeran a impulsar y consolidar las
relaciones económicas y políticas con sus principales socios de diálogo.
En este contexto tuvo lugar la creación de ASEAN+3, la cual está integrada por los diez
países de la ASEAN más China, Corea del Sur y Japón.

El objetivo es que este mecanismo es que sea un vehículo eficaz para promover: El
comercio, las inversiones, la transferencia de tecnología y el conocimiento, así como para
mejorar los flujos de inversiones entre ellos, y los problemas regionales y globales,
incluyendo asuntos de seguridad.

El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacifico (APEC)

Fue creado en 1989 a iniciativa de Australia. Está actualmente formado por 21 países y
territorios de las dos orillas del Pacífico. Por la parte asiática lo integran 12 países, mientras
que por la rivera americana incluyen a 5 países. A lo anterior, se le suma la membresía de
Australia, Rusia, Nueva Zelanda y Papúa Nueva Guinea.

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Entre los miembros de la APEC figuran las mayores economías del mundo, Estados
Unidos, China, Japón, Canadá, Rusia, Corea del Sur y Australia, así como Hong Kong y
Singapur, los gigantes financieros mundiales (FMI, 2012).

Se trata de las economías de Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Chile, China (


incluyendo Hong Kong y Taiwán), Indonesia, Japón, Republica de Corea, Malasia, México,
Nueva Zelanda, Papua Nueva Guinea, Perú, Las Filipinas, Rusia, Singapur, Tailandia,
Estados Unidos y Viet Nam.

Los objetivos de la APEC son:

1. la liberalización comercial y de inversiones;


2. la facilitación de los negocios; y
3. la cooperación económica y técnica entre las economías del área.

Logros alcanzados en materia de integración en la región:

 En materia de inversiones, Asia se convirtió en la principal receptora de IED entre las


economías en desarrollo .
 Mientras que Europa aporta el 16% del PIB global, la región Asia-Pacífico aporta poco más
del 30% y los países miembros de la APEC aportan el 58% del PIB mundial.
 La región del Asia-Pacífico, ha estado duplicando el crecimiento mundial desde el año
2008 hasta la actualidad, a pesar de encontrarse el mundo en un proceso de
desaceleración (BM, 2012).

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Obstáculos y limitaciones en la integración:


 En la región está presente una significativa brecha entre el desarrollo económico de los
diferentes países que la integran (Todavía existe una marcada diferencia entre las
diferentes naciones).
 Influencia del papel hegemónico e injerencista que ejerce Estados Unidos en el Asia-
Pacifico que atenta contra las iniciativas y proyectos integracionistas de la región. (EE.UU
han impuesto las negociaciones bilaterales con las naciones del área, en aras de minimizar
la capacidad negociadora de estos países)
 Aun los procesos de integración en la región, no han creado las condiciones para una
plena inserción en la economía mundial. El desempeño económico de dichos esquemas
depende considerablemente de las tendencias mundiales que imperan en el mundo de
hoy y que rigen en el mercado mundial.

Países que más se destacan en la Región:

China y Japón son las locomotoras del crecimiento económico de la región. Hay que
reconocer que China superó a Japón en cuanto a crecimiento económico. El crecimiento
económico de China se ha caracterizado en los últimos años por ser elevado, mostrándose
un incremento estable del PIB en alrededor de un 10% como promedio anual. China tiene
un peso fundamental en la economía mundial y casi decisivo para el desarrollo de las
demás economías, no solo como productor, sino como consumidor a gran escala.

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Los motores impulsores del crecimiento económico chino en los últimos años, han sido la
fuerte Inversión Extranjera Directa y sus exportaciones. La evolución de China en cuanto a
crecimiento económico ha sido la siguiente:

 En el 2005 se convirtió en la quinta economía del mundo


 En el 2007 conquistó el tercer puesto en la economía mundial tras haber superado a
Alemania
 En el 2009 (finales) se convirtió en la segunda economía planetaria al superar a Japón.

En la siguiente tabla se puede apreciar el crecimiento del PIB de China y Japón,


observandose que China a superado a Japón en cuanto a crecimiento económico en los
últimos seis años.

Crecimiento del PIB (%) de los dos países

Crecimiento del PIB


(%) de los dos países
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Fuente: Elaboración propia del autor del presente articulo a partir de datos obtenidos en
datosmacro.com

No obstante Japón es uno de los líderes de la región y tiene un compromiso muy fuerte en
mantener la estabilidad económica y comercial de la región. (Japón posee
aproximadamente el 40% del comercio y el 30% de sus inversiones con el ASIA). Además
el gran desarrollo de Japón se debe a su gran desarrollo tecnológico, que están basadas en la
indústria automotriz, la informática, la electrónica y la robótica.

La estrategia actual de la Dirección Económica en Japón es pasar de una economía


industrial hacia otra del conocimiento, que garantizara la seguridad nacional y regional, así
como la superación del persistente estancamiento económico que sufre la economía
japonesa en la actualidad.

Consideraciones finales

Asia ahora contribuye casi un 50% al crecimiento mundial, y es la región de más rápido
crecimiento del mundo.

Se prevé que en los próximos años la región representará un porcentaje creciente de la


economía mundial, en gran medida gracias al dinamismo de India y China. El reto
consistirá en afianzar la demanda interna estimulando la inversión en los países emergentes
de Asia y el consumo en China.

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