Sei sulla pagina 1di 9

Como leer en voz alta

23 de enero de 2020|Lectura Didàctica

Hay muchas situaciones en las que podrías tener que leer en voz alta
frente a un grupo. Podrías tener que leer un libro para un grupo de niños,
un fragmento de documentación técnica para tus compañeros de trabajo
o un pasaje religioso durante un matrimonio. Podría preocuparte que el
público no te entienda o no comprenda tu mensaje, o que cometas un
error que te avergüence. Podrás calmar tus inquietudes si dedicas un
tiempo a preparar y ensayar tu lectura, practicar algunas habilidades de
oratoria, y aprender la forma de lidiar con los nervios. Esto te ayudará a
estar más tranquilo cuando leas en voz alta.
Parte 1. Alistarte para leer en voz
alta

1. Subraya las palabras y las frases clave. Antes de leer en voz alta,
revisa el texto (si es posible) y marca todas las palabras y las frases
clave. Tendrás que hacer énfasis en estas partes importantes para que el
público pueda entender mejor tu mensaje. Una de las maneras en las
que puedes hacer énfasis en estas palabras o frases es hablar con más
lentitud, rapidez o suavidad; o con una voz más alta.

 Por ejemplo, si vas a leer la palabra “¡Bum!”, deberás aumentar el


volumen de tu voz al pronunciarla. No obstante, las frases como
“Shh… Escuchen” podrían requerir una voz más suave para
enfatizarlas.
 No te confíes creyendo que podrás recordar los puntos en los que
deberás variar la velocidad o el volumen de tu lectura. Haz
anotaciones en tu texto para saber en qué momento hacerlo y
conocer el tipo de énfasis que deberás usar.
2. Determina en qué punto respirar. Si identificas el punto en el que
debes respirar, esto será vital para mantener la continuidad de la lectura.
No debes quedarte sin aliento de forma constante en medio de una
oración. Antes de leerle el texto al público, revísalo y marca las partes de
las frases y las oraciones en las que tomarás un descanso. Deberás
respirar en estos puntos.

 Si necesitas aire, toma un respiro lo suficientemente profundo


como para poder seguir leyendo de forma cómoda hasta el
siguiente punto de descanso marcado.

3. Planea los puntos en los que tomarás una pausa. Si escoges los
puntos del texto en los que te tomarás una pausa, esto brindará énfasis y
creará un efecto dramático. Asimismo, esto les dará a los oyentes la
oportunidad de asimilar lo que acabas de leer y de entenderlo.
Nuevamente, marca los puntos del texto en los que tomarás una pausa,
ya que esto te recordará en que partes hacerlo.

 Debes señalar qué marcas representan la respiración y cuáles a


las pausas. Las pausas deben ser mayores al tiempo que emplees
para tomar un respiro.

4. Observa a los demás. Puede ser de utilidad que observes a otras


personas cuando lean, así las tomarás como ejemplo de lo que debes
hacer. Al observarlas, presta atención a lo que hagan para captar el
interés del público o para lograr que comprendan el texto con más
facilidad. Ten un bloc a la mano para poder tomar apuntes mientras
hablen.

 Busca videos de oradores interesantes en Internet. Una búsqueda


rápida en Internet te brindará algunos buenos ejemplos, como
Martin Luther King Jr. o el anterior Presidente Ejecutivo de Apple,
Steve Jobs. Estudia lo que hagan e intenta imitarlos en tus propios
discursos.

5. Practica. Antes de salir al frente del público, practica leyendo el texto


en voz alta delante de un espejo o de algunos amigos o familiares.
Además de calmar los nervios que sientas por leer en voz alta frente a
otros, esto también te dará la oportunidad de acostumbrarte a lo que
tengas que decir. Si conoces el texto, esto hará que tu presentación sea
más fluida y te permitirá concentrarte en las acciones que te ayudarán a
conectarte con el público y a captar su interés.
 Debes practicar el énfasis que les des a las palabras y frases que
hayas marcado, la respiración en los momentos adecuados y la
adición de las pausas dramáticas que hayas identificado.

Parte 2. Hablar con claridad y lo


suficientemente alto

1. Mantén tu ritmo. Al leer en voz alta, la velocidad con la que lo hagas


puede influir de forma considerable en la comprensión y la atención del
público. Escoge un ritmo que no sea demasiado rápido o lento. Deberás
leer lo suficientemente lento como para que el público pueda entender
todo lo que digas y cuente con un tiempo adecuado para asimilar la
información. No obstante, también deberás mantener el curso y el
avance de la historia, así el público no se aburrirá.

 Los nervios pueden hacer que hables más rápido de lo normal,


incluso si te parece que no lo estás haciendo. Habla más lento de
lo habitual cuando estés frente al público, sin importar si te parece
poco natural. Es probable que estés hablando más rápido de lo que
crees.
 Al escoger la velocidad, lo mejor será hablar más lento, en lugar de
hacerlo más rápido. Si hablas un poco lento, es probable que aun
así el público siga prestándote atención. Por otra parte, podrías
perderlos por completo si hablas con demasiada rapidez.

2. Practica la pronunciación. Si murmuras o pronuncias mal las


palabras, esto puede hacer que el público tenga dificultades para
comprender lo que digas. Puedes mejorar tu pronunciación haciendo
ejercicios que te permitan practicar la articulación de algunos sonidos con
más énfasis.

 Puedes resaltar cada palabra que termine en las letras t, d, p, b o


g; y pronunciarlas con un tono más marcado. Esto será de utilidad
para pronunciar las palabras con más claridad en tus discursos
comunes.
 Practicar trabalenguas a diario también puede ser de utilidad para
articular las palabras con más claridad. Puedes usar un
trabalenguas como “Tres tristes tigres comen trigo en un trigal”.
 Si hay palabras que siempre pronuncias mal, dedica un tiempo
adicional a aprender la forma adecuada de pronunciarlas, y
practícalas hasta que lo hagas correctamente.

3. Calienta antes de hablar. El día en el que hablarás frente al público,


mantén la voz cálida y lista cantando o tarareando en el transcurso del
día. Esto será de utilidad para garantizar que tu voz esté lista para
cuando vayas a hablar, así no sonarás fatigado. También puedes repetir
trabalenguas durante el día para relajar la lengua y los labios.

 Repite de forma exagerada una frase que te ayude a estirar la


mandíbula y que le brinde más flexibilidad a tu lengua.

4. Bebe agua y no consumas cafeína ni alimentos grasosos. Lo que


comas y bebas puede influir en el sonido de tu voz. Debes beber mucha
agua, incluido un vaso antes y después de consumir una bebida con
cafeína. Lo mejor es no consumir bebidas con cafeína en lo absoluto, si
es posible. Las mentas, las nueces y otros alimentos grasosos pueden
provocar acidez o ronquera, por lo que deberás evitarlos siempre que
sea posible.
Parte 3. Conectarte con el público

1. Haz contacto visual. Puede ser difícil hacer contacto visual con el
público, ya que también tendrás que leer las palabras de la hoja. No
obstante, esto te ayudará a conectarte con el público y hacer que sientan
interés por lo que digas. Al leer en voz alta, mira la página por un
momento breve (si es posible) para revisar con anticipación el texto.
Luego levanta la cabeza, haz contacto visual con el público y repite las
palabras que hayas leído. Mantén un dedo en la última oración para
mantener tu ubicación en el texto.

 Debes ver a todo el público cuando hagas contacto visual. Mira a


las personas en la parte delantera, el centro y la parte posterior; y
en cada lado de la habitación. Si tienes dificultades para recordarlo,
toma apuntes en el texto para que te sirvan como recordatorio.
 Asimismo, haz contacto visual con personas específicas. Sin
importar la dirección en la que mires, fija la mirada en una persona
mientras pronuncies toda una oración. Esta estrategia puede
ayudarte a entablar una conexión más profunda con el público.

2. Anima la voz. Si lees de forma monótona, esto no solo aburrirá al


público, sino que también hará que tengan dificultades para seguirte y
comprender las ideas principales de la historia. Cuando leas en voz alta,
usa la inflexión (la cual consiste en hacer énfasis en determinadas
palabras o frases) y cambia el tono y el volumen de tu voz para generar
un efecto.

 Por ejemplo, si vas a leer una historia, habla con un tono más alto
durante una parte muy emocionante, y emplea un tono más bajo en
las partes más reflexivas o tristes.
 Si vas a leer una historia con varios personajes, dale una voz
diferente a cada uno. Esto puede ser difícil, pero determina cómo
debe sonar la voz de cada personaje y practícalas con anticipación.

3. Emplea expresiones faciales adecuadas. Al leer, recuerda usar


expresiones faciales para mejorar el texto. Puedes emplear las
expresiones faciales para mostrar sorpresa, felicidad, decepción,
preocupación, furia, alivio y muchas otras emociones.

 Por ejemplo, si sonríes, le mostrarás al público que crees en lo que


estás leyendo. A su vez, el público estará más interesado.
 Si vas a leer un extracto en el que ocurre un acontecimiento
sorprendente, muestra la sorpresa en el rostro agrandando los ojos
y abriendo la boca.

4. Emplea el lenguaje corporal. Además de usar el lenguaje corporal


para expresar seguridad en tu mensaje (como mantener el contacto
visual y sonreír), también podrás emplearlo para transmitir el mensaje
que intentas brindar con tu lectura. Mueve la cabeza, los brazos y el
cuerpo de maneras que refuercen lo que quieres expresar. Todo lenguaje
corporal que uses debe tener un objetivo y ser premeditado.

 Un ejemplo podría ser asentir con la cabeza mientras lees una


sección del texto con el que desees que el público esté de acuerdo.
 No uses un lenguaje corporal que no contribuya con tu lectura. Por
ejemplo, puedes distraer al público si mueves las manos sin
ninguna razón mientras lees.
Parte 4. Lidiar con los nervios

1. Respira: Si haces un ejercicio de respiración sencillo antes de leer


en voz alta, esto puede ser de utilidad para calmarte los nervios. Al
aprender a controlar la respiración, podrás disminuir la frecuencia
cardiaca y la presión arterial, y harás que tu cuerpo adopte un estado de
tranquilidad y relajación. Cálmate los nervios con el siguiente ejercicio de
respiración:

 Siéntate quieto y con una buena postura en un lugar cómodo.


 Cierra los ojos y empieza a inhalar y exhalar por la nariz.
 Inhala hasta contar 1 segundo, aguanta la respiración por otro
segundo y luego exhala hasta la cuenta de 4. Cuenta 1 segundo
antes de volver a respirar.
 Programa un temporizador en 5 minutos y practica este patrón de
respiración durante todo este tiempo. Al terminar, deberás notar
una diferencia en tu estado de ánimo.

2. Concéntrate en las personas que estén interesadas. Sin importar


el tema, es probable que algunas personas del público no estén de
acuerdo con lo que digas, o que estén aburridas, distraídas o incluso
dormidas. Ignóralas y centra tu atención en las personas que estén
interesadas en lo que leas. Si centras tu atención en estas personas,
esto será de utilidad para sentirte más relajado y seguro.

 Busca a las personas que asientan con la cabeza, que estén


sentadas de forma erguida y que hagan contacto visual contigo.

3. Convierte los nervios en emoción. Es normal sentirse nervioso si


tienes que hacer algo frente a un grupo de personas. Podrías mostrar
signos de nerviosismo, como manos pegajosas, sudoración, temblores o
mariposas en el estómago. No obstante, cuando empieces a sentirte
nervioso, repítete algo como “No estás nervioso, ¡estás emocionado!”. Si
te convences de que estás emocionado (lo cual puede presentar muchos
de los mismos síntomas del nerviosismo), esto puede ser de utilidad para
relajarte y sentir más seguridad.
4. No esperes la perfección. A pesar del dicho “La práctica hace la
perfección”, si aceptas con anticipación que vas a cometer errores, esto
puede ser de utilidad para lidiar con los nervios que sientas. Sin importar
lo mucho que practiques, es muy probable que balbucees una o dos
palabras durante la lectura. El miedo a hablar en público es algo común,
por lo que muchas personas de la habitación serán comprensivas con
todo error que cometas.

 Si cometes un error, tan solo prosigue. Por ejemplo, si usas la


palabra incorrecta u omites una línea del texto, es muy probable
que el público ni siquiera lo haya notado. Prosigue como si nada
hubiera ocurrido, salvo que el error afecte la comprensión del
público.

Potrebbero piacerti anche