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Pasan los años y no vuelve, el árbol se entristece, un día vuelve, necesitaba una casa para
su flia, el árbol le dio sus ramas para edificarla… pasan los años y no vuelve, el árbol se
entristece, un día vuelve, necesitaba un bote para el verano, el árbol le dio su tronco para el
bote…
pasan los años y no vuelve, el árbol se entristece, un día vuelve, el árbol le dice no tengo
nada para darte, sólo me quedan estas grandes raíces y el hombre le dijo: estoy viejo y
cansado, sólo necesito descansar. Y el árbol le dijo: descansa en mis raíces, el hombre se
recostó y descansó, y el árbol sonrió. Éste es un cuadro que nos recuerda las vivencias,
experiencias y realidades de los padres con sus hijos… veamos ahora:
“Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. Y he aquí una mujer cananea
que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten
misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio” Mateo 15:22-23.
Nota: Cuando nuestros hijos sufren o padecen un dolor, también como padres somos
afectados, porque nuestro anhelo es que estén bien… la condición de nuestros hijos nos
interesa profundamente, creo que así mismo Dios se interesa por sus hijos. Las crisis son
diversas: económicas, de salud, conyugales, espirituales.
Nota: En éste caso el texto nos enseña que la mujer cananea dice: “mi hija es gravemente
atormentada por un demonio”, no sabemos el tiempo que esto llevaba, ni cómo comenzó;
su madre era cananea, con un trasfondo de idolatría, hechicería, prácticas juveniles de ese
tiempo.
Hoy día vemos cosas como: tabla ouija, rezos, amuletos, ocultismo en el internet y otras
cosas que cautivan a nuestros jóvenes e hijos… alcohol, drogas, desenfreno, las tribus
urbanas(que ganan muchos chicos, por sus vacíos de afecto en casa y grandes problemas
de autoestima)… el objetivo de los demonios es atormentarla hasta la muerte
Nota: La mujer sirofenicia amaba a su hija = “aunque esté endemoniada es mi hija”…). Esta
crisis familiar la llevó a Jesús… le dijo a Jesús: “ten misericordia de mí”, no podía aspirar a
más, ni siquiera era judía… no hay un padre en los evangelios, que haya pedido a Jesús
por sus hijos, y no haya sido escuchado, porque Dios oye las oraciones de los padres por
sus hijos…
Nota: no es fácil entender en momentos como éste, el silencio del maestro, pero la fe de la
mujer la llevaba a clamar… su hija estaba grave… cuando tú clamas, y la situación es
grave, tú esperas una respuesta, pero él calla… eso no es fácil… (Puede callar porque él
sabe que si habla no le escucharemos, o porque no es el momento de hablar, o como dice
la Biblia: “Jehová callará de amor”… a veces esperar es una prueba a superar…
Nota: sus discípulos estaban molestos por la insistencia de ella, porque los seguía, porque
creía que Jesús tenía el poder para hacer un milagro… verdad que a veces esto pasa en
nuestra vida, es decir otros se incomodan… pero nuestra familia es de Jesucristo.
Nota: la fe te acerca Dios en los tiempos de la prueba, la fe no te aleja, aquella mujer por la
fe antes “clamaba”, ahora por esa fe “se postra y clama” y Jesús comienza a hablarle
cuando al principio no le respondía palabra… ella no podía tomar del pan de los hijos
porque no era de la familia (Israel).
Nota: la mujer cananea pudo haber ofendido a Jesús, pensando: “1º no me responde, y
ahora me dice perrilla…” pero ella continúa insistiendo por la vida de su hija, ella lucha por
su milagro, la alternativa más fácil cuando las cosas empeoran es renunciar, pero ella
insistió… los obstáculos anteriores, ni lo presente la hicieron desfallecer… los discípulos
callaron, pero ella siguió… persevera, no te sueltes de la mano de Dios y veras la gloria del
Señor.
Nota: Jesús exaltó la fe de esta mujer sirofenicia… la fe grande consiste en confiar y amar a
Dios, aún en los momentos más difíciles e inciertos.
C. Tu fe prepara el milagro para tus hijos, vrs. 28b.
Nota: “hágase contigo como quieres” ¿Qué es lo que tú quieres para tus hijos? Porque dice
el texto: “y su hija fue sanada desde aquella hora”. La fe de la mujer cananea alcanzó un
gran milagro para su casa, tu fe es de bendición para tu hogar.
Conclusión:
Nuestros hijos son simiente de Dios, aunque el enemigo intente dañarles, el consejo de
Dios prevalecerá, levantémonos en oración por nuestra familia, y creamos en la obra
poderosa de Dios… agradece a Dios las oraciones de tus padres. Así como la fe de ésta
mujer alcanzó un milagro tu fe en Dios logrará milagros para tu casa.
bendiciones y que el Señor derrame a un más de sabiduría sobre sus hijos para que nos
haga entender su divina voluntad.