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Medios de comunicación procesal y otros

conceptos jurídicos relevantes para el


ejercicio de cargo de actuario

Sitio: Instituto de la Judicatura Federal (http://aulavirtual.ijf.cjf.gob.mx)


Curso: Curso de Formación para Actuarios 2019-2
Libro: Medios de comunicación procesal y otros conceptos jurídicos relevantes para el ejercicio de cargo de actuario
Impreso por:ALMA DAISY HERNÁNDEZ OSORNO
Fecha: Sunday, 29 de September de 2019, 00:52

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Tabla de Contenidos
2.1 Notificación

2.2 Emplazamiento

2.3 Citación

2.4 Requerimiento

2.5 Cédula e instructivo

2.6 Citatorio

2.7 Rotulón

2.8 Lista

2.9 Estrados

2.10 Edictos

2.11 Requisitoria

2.12 Acta

2.13 Inspección judicial

2.14 Objeto, instrumento o producto del delito

2.15 Embargo o secuestro

2.16 Depositario judicial

2.17 Intervención

2.18 Aseguramiento

2.19 Representación

2.20 Litisconsorcio

2.21 Fe pública

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2.1 Noti cación
En la doctrina existen varios razonamientos respecto del concepto de Noti icació n, sin dejar de lado que
cada una de ellos coincide en que es el acto mediante el cual se da a conocer a las partes una resolució n
Judicial.

Para Carlos Arellano Garcı́a, en su publicació n de Teorı́a General de Derecho, propone como concepto
“La Noti icació n es el acto jurı́dico procesal, ordenado por la ley o por el ó rgano jurisdiccional, que debe
satisfacer los requisitos legales para hacer saber o icialmente a las partes o terceros un acto procesal”.
[1]

Enseguida se citan los siguientes criterios jurisprudenciales relacionados con el concepto jurı́dico
referido:

“NOTIFICACIONES. POR REGLA GENERAL SURTEN SUS EFECTOS EN EL MOMENTO EN EL QUE SE


PRACTICAN, SALVO DISPOSICIÓN LEGAL EXPRESA. La noti icació n es el acto procesal mediante el cual
el ó rgano jurisdiccional da a conocer a las partes algú n acontecimiento dentro del procedimiento y se
materializa a travé s de la diligencia practicada por un funcionario con fe pú blica, por lo que goza de
presunció n de legalidad y es e icaz desde su emisió n; de ahı́ que como acto pú blico con fecha cierta,
vá lidamente produce sus efectos desde que se practica, por lo que para generar consecuencias distintas,
es necesario que la ley disponga la forma en que deben producirse sus efectos. En ese sentido, el
surtimiento de efectos de la noti icació n se entiende como la posibilidad de que dicha diligencia pueda
incidir en la esfera de alguna de las partes, con la inalidad de que conozca lo que acontece en el juicio y,
en su caso, empiecen a correr los plazos para hacer valer algú n derecho. Ası́, aun cuando las normas no
señ alen expresamente en el capı́tulo de noti icaciones el momento en que surtirá n sus efectos, debe
entenderse que es aplicable la regla general relativa a que ello acontece en el momento en el que se
practican, de manera que los có mputos inician a partir del dı́a siguiente de haberse realizado, salvo
disposició n legal expresa.” [2]

“NOTIFICACIÓN DE LOS ACTOS IMPUGNADOS MEDIANTE RECLAMACIÓN EN EL TRÁMITE DE LA


REVISIÓN FISCAL. SURTE EFECTOS DESDE EL MOMENTO EN QUE SE HAYA EFECTUADO A LAS
AUTORIDADES. Acorde con el artı́culo 104, fracció n III, de la Constitució n Federal, los Tribunales
Colegiados conocerá n de los recursos de revisió n interpuestos contra las resoluciones de initivas de los
Tribunales de lo Contencioso Administrativo a que se re iere la fracció n XXIX-H del artı́culo 73 de la
Constitució n Polı́tica de los Estados Unidos Mexicanos, entre otras, só lo en los casos que señ alen las
leyes, y las revisiones de las que conozcan los Tribunales Colegiados de Circuito se sujetará n a las reglas
de los trá mites que la Ley de Amparo ija para la revisió n en amparo indirecto. Ası́, tratá ndose de los
aspectos relacionados con la noti icació n de resoluciones a partir de la radicació n de la revisió n iscal,
cobran aplicació n analó gica los artı́culos 26, fracció n II, incisos a) y b), 28, fracció n I y 31, fracció n I, de
la Ley de Amparo, que prevé n que las noti icaciones que se hagan por o icio a las autoridades
responsables y a las que tengan el cará cter de terceras interesadas en su domicilio, surtirá n efectos
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desde el momento en que hayan quedado legalmente hechas, de modo que si la revisió n iscal es un
medio de defensa creado en favor de las autoridades para que a travé s del titular de la unidad
correspondiente de iendan un acto emitido con base en las potestades pú blicas de las que se hallan
investidas, se concluye que las noti icaciones que se les hagan a partir de la radicació n del recurso
deben realizarse por o icio y surten efectos en el momento en que se practican, pues ası́ lo establecen
las disposiciones de la Ley de Amparo aplicables a las autoridades, cualquiera que sea la calidad que les
asista, esto es, como responsables o como terceras interesadas. En congruencia con lo anterior, si contra
los autos de trá mite dictados por el Presidente del Tribunal Colegiado de Circuito procede el recurso de
reclamació n, el cual debe interponerse por escrito dentro del té rmino de 3 dı́as siguientes al en que
surta efectos la noti icació n de la resolució n controvertida, debe estimarse que surte efectos en el
momento en que se practica.” [3]

[1] ARELLANO GARCIA, Carlos, Teorı́a General del Derecho, Ed. Porrú a, Mé xico 2016, 18ª Edició n, pag. 384.
[2] Jurisprudencia P./J. 10/2017 (10a.), sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, materia(s): Comú n,
visible en el Libro 42, Mayo de 2017, Tomo I, pá gina 8, Dé cima Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, registro:
2014200.
[3] Jurisprudencia 2a./J. 104/2014, sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, visible en el Tomo
I, pá g. 1137, Noviembre de 2014, Dé cima Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. reg. 2007935.

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2.2 Emplazamiento
Para Carlos Arellano Garcı́a en su libro de Teorı́a General del Proceso de ine Emplazamiento como la
noti icació n que se hace al demandado para que concurra ante el ó rgano jurisdiccional a contestar la
demanda de la que se le corre traslado y que ha sido admitida, dentro del plazo que para ese efecto se
le concede.[1]

Ahora bien, la igura del Emplazamiento para correr traslado a las partes se encuentra prevista en el
Có digo Federal de Procedimientos Civiles en el artı́culo 327 el cual establece: “ARTICULO 327.- De la
demanda admitida se correrá traslado a la persona contra quien se proponga, emplazá ndola para que
la conteste dentro de nueve dı́as, aumentados con los que correspondan por razó n de la distancia. Si el
demandado residiere en el extranjero se ampliará prudentemente el té rmino de emplazamiento,
atendiendo a la distancia y a la mayor o menor facilidad de las comunicaciones. Cuando los demandados
fueren varios, el té rmino para contestar les correrá individualmente.”

Ahora bien, dentro del mismo ordenamiento legal se puntualizan los efectos del Emplazamiento
señ alados en el artı́culo 328, que a la letra dice:

“ARTICULO 328.- Los efectos del emplazamiento son:

I.- Prevenir el juicio en favor del tribunal que lo hace;

II.- Sujetar al emplazado a seguir el juicio ante el tribunal que lo emplazó , siendo competente al
tiempo de la citació n;

III.- Obligar al demandado a contestar ante el tribunal que lo emplazó , salvo siempre el derecho de
promover la incompetencia, y

IV.- Producir todas las consecuencias de la interpelació n judicial.”

[1] ARELLANO GARCIA, Carlos, Teorı́a General del Derecho, Ed. Porrú a, Mé xico 2016, 18ª Edició n, pag. 410.

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2.3 Citación
En el Compendio de Té rminos de Derecho Civil, Coordinador Mario Magalló n Ibarra de ine Citació n:
“Del latı́n citatio, citationis, en un acto procesal que corresponde a un funcionario judicial, emitida para
que una persona comparezca y quede citada y convocada a un lugar, dı́a y horas determinados . Es una
diligencia para comunicar a un apersona que ha sido llamada por orden del juez. Debe comparecer en
el juicio, sea por é l o por apoderado, ante el juez de la causa que lo haya citado. Es el llamamiento a una
persona por orden del juez para comparecer a un acto judicial determinado. Tambié n se da en la
noti icació n, en la resolució n judicial, en el emplazamiento y en el requerimiento, que tiene como
objetivo defender su derecho.[1]

Ahora bien, en el Diccionario Jurı́dico Elemental de Guillermo Carbonellas de Torres, lo de ine como
“Diligencia por la cual se hace saber a una persona el llamamiento hecho de orden de juez, para que
comparezca en juicio a estar a derecho…”[2]

De lo anterior, es importante destacar que ambos conceptos coinciden en que la Citació n es una orden
de llamamiento del juez a una persona para comparecer en un juicio.

De conformidad con el vigente Có digo Nacional de Procedimientos Penales, la citació n se encuentra
prevista en el artı́culo 90 que a la letra dice:

“Artículo 90. Citación

Toda persona está obligada a presentarse ante el Organo jurisdiccional o ante el Ministerio Pú blico,
cuando sea citada. Quedan exceptuados de esa obligació n el Presidente de la Repú blica y los servidores
pú blicos a que se re ieren los pá rrafos primero y quinto del artı́culo 111 de la Constitució n, el
Consejero Jurı́dico del Ejecutivo, los magistrados y jueces y las personas imposibilitadas fı́sicamente ya
sea por su edad, por enfermedad grave o alguna otra que di iculte su comparecencia.

Cuando haya que examinar a los servidores pú blicos o a las personas señ aladas en el pá rrafo anterior,
el Organo jurisdiccional dispondrá que dicho testimonio sea desahogado en el juicio por sistemas de
reproducció n a distancia de imá genes y sonidos o cualquier otro medio que permita su trasmisió n, en
sesió n privada.

La citació n a quien desempeñ e un empleo, cargo o comisió n en el servicio pú blico, distintos a los
señ alados en este artı́culo, se hará por conducto del superior jerá rquico respectivo, a menos que para
garantizar el é xito de la comparecencia se requiera que la citació n se realice en forma distinta.

En el caso de cualquier persona que se haya desempeñ ado como servidor pú blico y no sea posible su
localizació n, el Organo jurisdiccional solicitará a la institució n donde haya prestado sus servicios la
informació n del domicilio, nú mero telefó nico, y en su caso, los datos necesarios para su localizació n, a
efecto de que comparezca a la audiencia respectiva.”

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Ahora bien, cabe mencionar que las citaciones se llevará n a cabo con las siguientes formalidades
señ aladas en el artı́culo 91, del mismo ordenamiento legal:

“Artículo 91. Forma de realizar las citaciones

Cuando sea necesaria la presencia de una persona para la realizació n de un acto procesal, la autoridad
que conoce del asunto deberá ordenar su citació n mediante o icio, correo certi icado o telegrama con
aviso de entrega en el domicilio proporcionado, cuando menos con cuarenta y ocho horas de
anticipació n a la celebració n del acto.

Tambié n podrá citarse por telé fono al testigo o perito que haya manifestado expresamente su voluntad
para que se le cite por este medio, siempre que haya proporcionado su nú mero, sin perjuicio de que si
no es posible realizar tal citació n, se pueda realizar por alguno de los otros medios señ alados en este
Capı́tulo.

En caso de que las partes ofrezcan como prueba a un testigo o perito, deberá n presentarlo el dı́a y hora
señ alados, salvo que soliciten al Organo jurisdiccional que por su conducto sea citado en virtud de que
se encuentran imposibilitados para su comparecencia debido a la naturaleza de las circunstancias.

En caso de que las partes, estando obligadas a presentar a sus testigos o peritos, no cumplan con dicha
comparecencia, se les tendrá por desistidos de la prueba, a menos que justi iquen la imposibilidad que
se tuvo para presentarlos, dentro de las veinticuatro horas siguientes a la fecha ijada para la
comparecencia de sus testigos o peritos.

La citació n deberá contener:

I. La autoridad y el domicilio ante la que deberá presentarse;

II. El dı́a y hora en que debe comparecer;

III. El objeto de la misma;

IV. El procedimiento del que se deriva;

V. La irma de la autoridad que la ordena, y

VI. El apercibimiento de la imposició n de un medio de apremio en caso de incumplimiento.”

Enseguida se cita el siguiente criterio como apoyo al concepto en menció n:

CITATORIO PARA QUE UNA PERSONA ACUDA A ENTREVISTARSE CON EL MINISTERIO PÚBLICO EN
CALIDAD DE IMPUTADO, EMITIDO DENTRO DE LA ETAPA DE INVESTIGACIÓN INICIAL. AL SER
DESFORMALIZADA DICHA ETAPA DEL SISTEMA PENAL ACUSATORIO, ES INNECESARIO QUE AQUÉL
EXPRESE EL NOMBRE DEL DENUNCIANTE EN LA CARPETA DE INVESTIGACIÓN RESPECTIVA Y EL
HECHO CON APARIENCIA DE DELITO PERSEGUIDO POR LA REPRESENTACIÓN SOCIAL. De
conformidad con los artı́culos 91 y 92 del Có digo Nacional de Procedimientos Penales, cuando sea
necesaria la presencia de una persona para la realizació n de un acto procesal, la autoridad que conoce
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del asunto deberá ordenar su citació n mediante o icio, entre otros medios, cuando menos con cuarenta
y ocho horas de anticipació n a la celebració n del acto, documento que deberá contener: I. La autoridad
y el domicilio ante la que deberá presentarse; II. El dı́a y hora en que debe comparecer; III. El objeto de
la cita; IV. El procedimiento del que se deriva; V. La irma de la autoridad que la ordena; y VI. El
apercibimiento de la imposició n de un medio de apremio, en caso de incumplimiento. Si se trata del
imputado, ademá s de los anteriores requisitos, deberá : VII. Citar junto con su defensor; y, VIII. Precisar
el domicilio, el nú mero telefó nico y, en su caso, los datos necesarios para comunicarse con la autoridad
que ordene la citació n. Ahora bien, en la fase de investigació n inicial del sistema penal acusatorio,
cuando el Ministerio Pú blico tiene conocimiento de la existencia de un hecho que la ley señ ale como
delito, iniciará y dirigirá la investigació n penal desformalizada, orientada a allegarse de datos de prueba
para el esclarecimiento del hecho referido, ası́ como la identi icació n de quien lo cometió o participó en
su comisió n y, a diferencia del sistema tradicional –que se caracteriza por la "permanencia de la prueba",
pues el Ministerio Pú blico recaba pruebas respecto de la existencia del "cuerpo del delito" que
permanecı́an en el proceso penal durante todas sus etapas, a menos de que fueran excluidas por la
autoridad judicial–, el Ministerio Pú blico recaba datos para el esclarecimiento de un hecho que la ley
señ ala como delito, los cuales no permanecen en la siguiente fase procesal, pues la introducció n del
material probatorio tendrá lugar hasta la etapa intermedia, cuyo propó sito esencial, luego de recibir la
acusació n del Ministerio Pú blico que da pauta al juicio oral, es atender el ofrecimiento y admisió n de
pruebas, ası́ como la depuració n de los hechos controvertidos que será n materia del juicio oral.
Admisió n que está basada en los principios de idoneidad, utilidad y trascendencia. Ası́, cuando se cita a
una persona en la investigació n inicial en calidad de imputado, a diferencia del anterior sistema, su
declaració n no es una prueba o testimonio, sino una entrevista realizada con ines de investigació n. Por
esa razó n, la citació n para ser entrevistado, no guarda las mismas formalidades que una citació n para
rendir una declaració n en el sistema escrito, ya que no se trata de una prueba que permanecerá en el
proceso ni adquiere pleno valor probatorio. Incluso, el artı́culo 113, fracció n V, del có digo invocado,
prevé como el momento oportuno para hacerle del conocimiento al imputado los hechos que se le
atribuyen y los derechos que le asisten, no en el citatorio, sino cuando es detenido, o bien, una vez que
comparece ante el Ministerio Pú blico. Por tanto, es innecesario que el citatorio exprese el nombre de
quienes denuncian y el hecho con apariencia de delito que se persigue, ya que la etapa de investigació n
tiene la caracterı́stica de no ser formalizada y, por ende, no son requisitos que deba contener el o icio
en el que se cite al imputado.[3]

[1] MAGALLON IBARRA, Mario, Compendio de Té rminos de Derecho Civil, Edit. Porrú a, Mé xico 2004, pá g. 49.
[2] CABANELLAS DE TORRES, Guillermo, Diccionario Jurı́dico Elemental, Edit. Heliasta S.R.L., Argentina 2003 16ª edició n, pá g. 70.
[3] Tesis XXVII.3º.59P, sustentada por el Tercer Tribunal Colegiado del Vigésimo Séptimo Circuito, visible en el Tomo IV, pág. 2954,
Junio 2018, Décima Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, reg. 2017221.

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2.4 Requerimiento
El requerimiento es el “Acto por el cual se solicita o intima a alguien para que diga, entregue, haga o
deje de hacer alguna cosa. Cuando el acto ha sido ordenado por el juez o tribunal, se dice “a
requerimiento judicial”.[1]

El siguiente criterio jurı́dico, apoya la diferencia entre los conceptos transcritos con anterioridad:

“EMPLAZAMIENTO, NOTIFICACIÓN, CITACIÓN Y REQUERIMIENTO. CONSTITUYEN MEDIOS DE


COMUNICACIÓN PROCESAL QUE TIENEN SIGNIFICADO DISTINTO.- Entre los medios de comunicació n
que los jueces y los tribunales utilizan en el proceso para hacer saber a las partes las resoluciones que
dictan, se encuentran el emplazamiento, la noti icació n, la citació n y el requerimiento, los cuales poseen
signi icado diverso, a saber: el emplazamiento es el llamado judicial que se hace para que dentro del
plazo señ alado la parte demandada comparezca a juicio; la noti icació n es el acto por el cual se hace
saber a alguna persona, con efectos jurı́dicos, una resolució n judicial o cualquier otra cuestió n
ordenada por el juzgador; la citació n es el acto de poner en conocimiento de alguna persona un
mandato del juez o tribunal para que concurra a la prá ctica de alguna diligencia procesal; y el
requerimiento es el acto de intimar a una persona en virtud de una resolució n judicial, para que haga
o se abstenga de hacer la conducta ordenada por el juzgador.” [2]

[1] CABANELLAS DE TORRES, Guillermo, Diccionario Jurı́dico Universitario, Editorial Heliasta S.R.L. Buenos Aires 2004, Tomo II,
pá g. 396.
[2] Tesis 1ª. LIII/2003, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, visible en el Tomo XVIII, pá g.
123, Noviembre 2003, Novena Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta. IUS 2004, nú m. reg.182843.

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2.5 Cédula e instructivo
“La cé dula es el documento simple, autorizado por funcionario judicial que se utiliza para noti icar al
interesado una providencia, auto o sentencia del juez o tribunal”.[1]

Tanto la cé dula como el instructivo son documentos mediante los cuales el actuario judicial noti ica a las
partes interesadas, en el domicilio de é stas, una resolució n judicial. Tales documentos siempre son
entregados a personas distintas de las partes, pues el supuesto para que proceda una noti icació n por
estos medios se actualiza cuando los interesados no son encontrados en el referido domicilio.

El siguiente criterio apoya los conceptos anteriores:

EMPLAZAMIENTO POR ADHESIÓN. REQUISITOS PARA SU VALIDEZ (LEGISLACIÓN APLICABLE PARA


LA CIUDAD DE MÉXICO). Conforme al ú ltimo pá rrafo del artı́culo 117 del Có digo de Procedimientos
Civiles para el Distrito Federal, aplicable para la Ciudad de Mé xico, el emplazamiento al demandado
puede realizarse por adhesió n, para el caso de que no se logre entender con persona alguna, el cual se
ija en la puerta, previo citatorio que se deja en la misma forma. Este consiste en que el actuario judicial
ije en lugar visible al domicilio del demandado o destinatario del procedimiento judicial, las cé dulas de
noti icació n con las copias de traslado correspondientes, ası́ como el instructivo en el cual explique el
motivo del emplazamiento por adhesió n, el que tendrá las caracterı́sticas de la cé dula de noti icació n
usual, con cará cter de personal. Ası́, ese tipo de emplazamiento tiene lugar cuando el fedatario judicial,
previo cercioramiento de que en el lugar en que actú a, tiene su domicilio el demandado, en el que
anteriormente dejó citatorio adherido para que en determinada fecha y hora lo esperara la persona a
noti icar, no encuentra al buscado ni a persona alguna que atienda su llamado, por lo que procede a
ijarlo en la puerta. De ahı́ que para su validez deben cumplirse los requisitos siguientes: 1.
Cercioramiento de que el demandado tiene su domicilio en el lugar en el que se constituye el actuario; 2.
Que nadie atienda el llamado de é ste; 3. Citatorio previo, adherido a la puerta del domicilio; y, 4. Acudir a
la hora y fecha señ aladas en el citatorio, a efecto de llevar a cabo el emplazamiento y, en caso de que el
actuario no encuentre a nadie, dejará adheridas en lugar visible las cé dulas de noti icació n con las
copias de traslado correspondientes, ası́ como el instructivo en el cual explique el motivo del
emplazamiento por adhesió n, el que tendrá las caracterı́sticas de la cé dula de noti icació n usual,
teniendo dicho emplazamiento o noti icació n el cará cter de personal.[2]

[1] CABANELLAS DE TORRES,Guillermo, Diccionario Jurı́dico Universitario, Editorial Heliasta S.R.L. Buenos Aires 2004, Tomo I,
pá g. 172.
[2] Tesis I.12º.C.117 C, sustentada por el Dé cimo Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, visible en el
Tomo IV, Pá g. 2459, Enero 2019, Dé cima Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. Reg. 2019011.

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2.6 Citatorio
Es el documento que el actuario entrega a los parientes, empleados o domé sticos del interesado, o a
cualquier otra persona que viva o labore en el domicilio que aqué l haya señ alado para oı́r
noti icaciones, en virtud de no haber encontrado al propio interesado en el momento de constituirse en
dicho domicilio y mediante el cual se cita a este ú ltimo en hora ija para que espere en el mencionado
inmueble a in de que le sea noti icada una resolució n judicial.

Enseguida se presentan jurisprudencias relacionadas con tal concepto jurı́dico:

EMPLAZAMIENTO EN EL JUICIO ORDINARIO MERCANTIL. EL REQUISITO CONSISTENTE EN QUE


QUIEN RECIBA LA NOTIFICACIÓN DEBA HABITAR EN EL DOMICILIO DESIGNADO, SÓLO ES
EXIGIBLE A “CUALQUIER OTRA PERSONA” DIVERSA DE LOS PARIENTES Y EMPLEADOS DEL
DEMANDADO (ARTÍCULO 1393 DEL CÓDIGO DE COMERCIO). La inalidad del emplazamiento es que
el demandado tenga noticia cierta y plena del inicio de un juicio en su contra, del contenido de la
demanda y de las consecuencias si no comparece a contestarla, todo ello en aras de garantizar su
derecho a una adecuada y oportuna defensa. Acorde con dicha inalidad, el artı́culo 1393 del Có digo de
Comercio al establecer que no obstante habé rsele dejado citatorio al demandado en el juicio ejecutivo
mercantil, é ste no lo atendiere, la noti icació n se entregará a sus parientes, a sus empleados o sus
domé sticos o a “cualquier otra persona” que viva en el domicilio señ alado. Ası́, de la interpretació n
armó nica y teleoló gica del indicado precepto y conforme a los principios contenidos en los artı́culos 14
y 17 de la Constitució n Polı́tica de los Estados Unidos Mexicanos, se concluye que el requisito de que
quien reciba la noti icació n debe habitar en el domicilio designado só lo es exigible a "cualquier otra
persona" diversa de los parientes, empleados y domé sticos del demandado, en virtud de que el citado
requisito no tendrı́a utilidad prá ctica cuando los sujetos vinculados familiar o laboralmente con quien
debe comparecer a juicio no habitan en el domicilio de é ste, aunque permanezcan la mayor parte del dı́a
en ese lugar. Lo anterior, porque exigir que la diligencia mencionada se entienda ú nicamente con quien
habite en el domicilio del buscado, obstaculizarı́a la tramitació n del procedimiento; má xime que los
lazos familiares y laborales antes mencionados generan mayor seguridad de que se hará saber al
interesado que existe una demanda interpuesta en su contra, lo cual no necesariamente ocurrirı́a
tratá ndose de "cualquier otra persona", cuya presencia en el domicilio donde se lleve a cabo el
emplazamiento podrı́a ser circunstancial.[1]

“NOTIFICACIÓN PERSONAL EN MATERIA FISCAL. DEBE EFECTUARSE A LA HORA FIJADA EN EL


CITATORIO AL QUE HACE REFERENCIA EL ARTÍCULO 137 DEL CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN,
SIN PERJUICIO DE QUE EN EL ACTA RELATIVA SE HAGA CONSTAR, ADEMÁS, LA DIVERSA EN QUE
ÉSTA COMENZÓ A REDACTARSE. El artı́culo señ alado establece que cuando la noti icació n se efectú e
personalmente y el noti icador no encuentre a quien deba noti icar, le dejará citatorio para que lo
espere en su domicilio a una hora ija del dı́a há bil siguiente. Ahora bien, de conformidad con el derecho
a la seguridad jurı́dica reconocido en los artı́culos 14 y 16 de la Constitució n Polı́tica de los Estados
/
Unidos Mexicanos, el noti icador debe constituirse en el domicilio del gobernado en la hora asentada en
el citatorio, sin que respecto de dicha exigencia pueda optarse por una interpretació n lexible que
permita una actuació n impuntual o tardı́a, en tanto no es factible dejar a criterio de la autoridad el dı́a y
la hora en que podrá presentarse a practicar la diligencia. Sin embargo, como el citatorio es un acto
previo al acta de noti icació n, puede distinguirse entre el cumplimiento que el noti icador debe hacer
respecto de la obligació n impuesta en aqué l, consistente en constituirse en el domicilio indicado a la
hora expresamente ijada en é l; y el momento diverso que se traduce en el levantamiento del acta de
noti icació n, la cual deberá cumplimentarse a travé s de la pormenorizació n de las razones y
circunstancias observadas por el noti icador en el desahogo de la diligencia. Por tanto, es imperativo
que en el acta se precise que la diligencia comenzó a la hora ijada en el citatorio, sin perjuicio de que
tambié n quede asentada la diversa en la que empezó a levantarse el acta de noti icació n.” [2]

“CITATORIO PREVIO A LA NOTIFICACIÓN PERSONAL DEL ACTO ADMINISTRATIVO. NO REQUIERE


QUE SE CIRCUNSTANCIE LA FORMA EN QUE EL NOTIFICADOR SE CERCIORÓ DEL DOMICILIO Y
LLEGÓ A TAL CONVICCIÓN. De la relació n armó nica de los artı́culos 134, fracció n I y 137 del Có digo
Fiscal de la Federació n, y de las jurisprudencias 2a./J. 15/2001, 2a./J. 40/2006, 2a./J. 101/2007 y 2a./J.
158/2007, de rubros: "NOTIFICACION FISCAL DE CARACTER PERSONAL. DEBE LEVANTARSE RAZON
CIRCUNSTANCIADA DE LA DILIGENCIA (INTERPRETACION DEL ARTICULO 137 DEL CODIGO FISCAL DE
LA FEDERACION).", "NOTIFICACION PERSONAL. EL ARTICULO 137 DEL CODIGO FISCAL DE LA
FEDERACION, AL PREVER LAS FORMALIDADES PARA SU PRACTICA, NO VIOLA LA GARANTIA DE
SEGURIDAD JURIDICA.", "NOTIFICACION PERSONAL PRACTICADA EN TERMINOS DEL ARTICULO 137
DEL CODIGO FISCAL DE LA FEDERACION. EN EL ACTA RELATIVA EL NOTIFICADOR DEBE ASENTAR EN
FORMA CIRCUNSTANCIADA, COMO SE CERCIORO DE LA AUSENCIA DEL INTERESADO O DE SU
REPRESENTANTE, COMO PRESUPUESTO PARA QUE LA DILIGENCIA SE LLEVE A CABO POR CONDUCTO
DE TERCERO." y "NOTIFICACION FISCAL DE CARACTER PERSONAL. LA RAZON CIRCUNSTANCIADA DE
LA DILIGENCIA DEBE ARROJAR LA PLENA CONVICCION DE QUE SE PRACTICO EN EL DOMICILIO DEL
CONTRIBUYENTE (INTERPRETACION DEL ARTICULO 137 DEL CODIGO FISCAL DE LA FEDERACION).",
respectivamente, se advierte que la diligencia de noti icació n personal del acto administrativo, entre
otros aspectos, debe proporcionar plena convicció n de que se practicó en el domicilio del contribuyente.
Ahora bien, el citatorio previo a la noti icació n personal que debe formular el noti icador cuando no
encuentre al visitado para que lo espere a una hora ija del dı́a siguiente o para que acuda a noti icarse,
constituye una formalidad diversa a la obligació n que debe cumplirse en las actas de noti icació n, en las
que deben de asentarse todos los datos de circunstancia, incluyendo la forma como el noti icador se
cercioró del domicilio de la persona que debe noti icar y tuvo convicció n de ello, de acuerdo con los
diversos elementos con los que cuente y segú n el caso concreto, de manera que es innecesario que el
noti icador asiente de manera circunstanciada en el mencionado citatorio previo, el modo en que se
cercioró del domicilio correcto y llegó a tal convicció n.”[3]

/
[1] Contradicció n de Tesis 1ª./J.14/2019, Sustentada por la Primera Sala de La Suprema Corte de Justicia de la Nació n, Semanario
Judicial de la Federació n y su Gaceta, Materia Civil, Dé cima Epoca, nú m. Reg. 2020124.
[2] Jurisprudencia 2a./J. 46/2016 (10a.), emitida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, materia(s):
Comú n, Administrativa, visible en el Libro 30, Mayo de 2016, Tomo II, pá gina: 1214, Dé cima Epoca de la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federació n, nú mero de registro: 2011581.
[3] Jurisprudencia 2a./J. 60/2008, sostenida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, visible en el Tomo
XXVII, pá g. 501, Abril de 2008, Novena Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. reg. 169934.

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2.7 Rotulón
El rotuló n es el instrumento para noti icar que consiste en un documento que debe contener el nú mero
de expediente, nombre y apellidos de las partes, denominació n y sello o icial del ó rgano jurisdiccional
que lo emite y sı́ntesis de la resolució n que se noti ica. Dicho medio de comunicació n debe ijarse en el
ó rgano jurisdiccional correspondiente, en un lugar visible y de fá cil acceso al pú blico en general.

El siguiente criterio ilustra el concepto anterior:

APELACIÓN. LA NOTIFICACIÓN DEL AUTO QUE ADMITE ESE RECURSO Y ORDENA EMPLAZAR AL
APELANTE PARA CONTINUARLO, AL NO ENCONTRARSE DENTRO DEL CATÁLOGO DE LAS QUE SON
PERSONALES, DEBE HACERSE POR ROTULÓN. El artı́culo 243 del Có digo Federal de Procedimientos
Civiles dispone que en el auto que admita la apelació n se mandará emplazar al apelante, para que
dentro del té rmino de tres dı́as siguientes a la noti icació n, ocurra al tribunal de apelació n a continuar el
recurso; sin embargo, no señ ala la forma en que debe efectuarse esa noti icació n. Ahora bien, del
aná lisis del artı́culo 309 del propio có digo, se advierten los supuestos en que deben practicarse las
noti icaciones personales, entre los que no se ubica la noti icació n a que se re iere el aludido artı́culo
243, y sin que pueda considerarse prevista en la fracció n I del artı́culo 309 al establecer que las
noti icaciones será n personales para emplazar a juicio al demandado, ya que, cuando el referido
artı́culo 243 dispone que en el auto en que se admita la apelació n se mandará emplazar al apelante,
para que dentro del té rmino de tres dı́as siguientes a la noti icació n, ocurra al tribunal de apelació n a
continuar el recurso, el té rmino "emplazará " ası́ utilizado debe entenderse en su acepció n de "dar
parte", "hacer saber", "situar", o "enterar" al apelante, que a partir de esa noti icació n, queda en aptitud
de continuar el recurso en la alzada; de ahı́ que esa expresió n no es equivalente a un verdadero
emplazamiento, puesto que la interposició n y admisió n del recurso de apelació n no marca el inicio de
un juicio, sino un grado distinto de instancia. En ese orden, si esa noti icació n no está dentro del
catá logo de las que deban ser personales, es evidente que, conforme al artı́culo 316 del mismo
ordenamiento, las noti icaciones que no deban ser personales se hará n por medio de rotuló n que se
ijará en la puerta del juzgado; en consecuencia, la noti icació n del auto que manda emplazar al apelante
para que ocurra al tribunal de apelació n a continuar el recurso, debe hacerse por rotuló n. [1]

[1] Tesis Aislada I.11º.C.84 C, sostenida por el Dé cimo Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, visible en
Tomo III, Libro 32, pá g. 2081, Julio 2016, Dé cima Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. Reg. 2012077.

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2.8 Lista
El Artı́culo 29 de la Ley de Amparo es el precepto legal que establece la Noti icació n por lista, mismo
que se trascribe a continuació n:

“Artı́culo 29. Las noti icaciones por lista se hará n en una que se ijará y publicará en el local del ó rgano
jurisdiccional, en lugar visible y de fá cil acceso, ası́ como en el portal de internet del Poder Judicial de la
Federació n. La ijació n y publicació n de esta lista se realizará a primera hora há bil del dı́a siguiente al de
la fecha de la resolució n que la ordena y contendrá : I. El nú mero del juicio o del incidente de suspensió n
de que se trate; II. El nombre del quejoso; III. La autoridad responsable; y IV. La sı́ntesis de la resolució n
que se noti ica. El actuario asentará en el expediente la razó n respectiva”

Cabe destacar que la lista es el documento que se ija en los ó rganos jurisdiccionales, en un lugar visible
y de fá cil acceso al pú blico en general, en el que se hace una relació n de diversos asuntos en los que se
dictó la resolució n que se ordena noti icar por este medio. Los datos que debe contener son el nú mero
de juicio, incidente o recurso en el que se emitió la resolució n respectiva, fecha en que se publica,
denominació n del ó rgano jurisdiccional correspondiente y nombre y irma del actuario responsable de
su publicació n.

La lista se diferencia del rotuló n, en virtud de que este ú ltimo se emplea para noti icar la resolució n
emitida en un solo asunto, en tanto que la lista es utilizada para noti icar diversas resoluciones dictadas
en asuntos diferentes.

/
2.9 Estrados
En el Diccionario Jurı́dico Universitario de Guillermo Cabanellas de Torres de ine al Estrado como “…..
Lugar de un juzgado, de audiencia o del Tribunal Supremo donde se colocan edictos de citació n,
emplazamiento o noti icació n para litigantes en rebeldı́a o interesados sin representació n en las causas”.
[1]

Del concepto anterior se ejempli ica con la siguiente tesis:

DEMANDA DE AMPARO DIRECTO PRESENTADA POR UN QUEJOSO ADULTO MAYOR EN


CONDICIONES DE VULNERABILIDAD. A FIN DE NO TRANSGREDIR SUS DERECHOS DE DEBIDO
PROCESO, ACCESO A UNA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA, NO DISCRIMINACIÓN, Y PERMITIRLE EL
PLENO GOCE DE LOS SERVICIOS DEL SISTEMA JUDICIAL, EL PLAZO PARA PRESENTARLA DEBE
COMPUTARSE A PARTIR DE QUE TENGA CONOCIMIENTO COMPLETO DEL ACTO RECLAMADO, AUN
CUANDO CUENTE CON REPRESENTACIÓN LEGAL Y SE LE HAYA NOTIFICADO LA SENTENCIA
IMPUGNADA A TRAVÉS DE LOS ESTRADOS DE LA AUTORIDAD RESPONSABLE. El artı́culo 17 de la
Ley de Amparo dispone que el plazo gené rico para la presentació n de la demanda es de quince dı́as. Por
su parte, el numeral 18 de la citada legislació n establece tres hipó tesis para computarlo: 1) a partir del
dı́a siguiente a aquel en que surta efectos, conforme a la ley del acto, la noti icació n de é ste; 2) desde el
dı́a en que haya tenido conocimiento; y, 3) a partir de la fecha en que el quejoso se ostente sabedor del
acto reclamado o de su ejecució n. Sin embargo, cuando de autos se advierta la existencia de elementos
su icientes para establecer que el quejoso tiene especiales di icultades, atendiendo a sus capacidades
funcionales, para ejercer con plenitud los derechos reconocidos por la Constitució n Polı́tica de los
Estados Unidos Mexicanos y los tratados internacionales de los que Mé xico es parte, ante el sistema de
justicia, por ubicarse en condició n de vulnerabilidad en razó n de su situació n de adulto mayor (sesenta
añ os o má s), debe excluı́rsele de la hipó tesis señ alada en primer té rmino, y computarse el mencionado
plazo a partir de que tenga conocimiento completo del acto reclamado, aun cuando la noti icació n de la
sentencia impugnada se le haya hecho mediante publicació n realizada a travé s de los estrados de la
autoridad responsable, y cuente con representació n legal autorizada para oı́r y recibir noti icaciones en
la segunda instancia de la que emana el acto reclamado, pues ante una omisió n de é sta pueden
transgredirse irreparablemente sus derechos fundamentales, toda vez que con la noti icació n por
estrados, no se garantiza que la determinació n llegue al conocimiento ı́ntegro del quejoso; lo anterior, a
in de no transgredir los derechos de debido proceso, acceso a una tutela judicial efectiva, no
discriminació n y permitirle el pleno goce de los servicios del sistema judicial.[2]

[1] CABANELLAS DE LA TORRE, Guillermo. Diccionario Jurı́dico Universitario. Ed. Heliasta, Argentina, 2004, Tomo II, pá g. 407.
[2] Tesis Aislada I.3o.P.3 K, sostenida por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, visible Tomo III, pá g.
1605, Febrero 2018,Dé cima Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m reg. 2016236. /
2.10 Edictos
“...son medios de comunicació n procesal (citatio edictalis) ordenados por el juez o tribunal, que deben
realizarse mediante publicaciones, para hacer saber a las partes o a terceros, resoluciones que afectan o
pueden afectar a sus intereses en un proceso determinado. Esta clase de actos de comunicació n, que
puede comprender emplazamientos, noti icaciones, citaciones, requerimientos, etc., se realiza en los
casos taxativamente señ alados por la ley cuando no es posible llevarlos al cabo mediante noti icaciones
personales a los destinatarios y sus efectos se equiparan a los de estas ú ltimas.”[1]

A la citada de inició n debe agregarse que las publicaciones de dicho medio de comunicació n procesal,
generalmente se hacen en el Diario O icial de la Federació n y en uno de los perió dicos de mayor
circulació n nacional.

A continuació n se citan criterios relacionados con tal concepto jurı́dico:

TERCERO INTERESADO. SU EMPLAZAMIENTO AL JUICIO DE AMPARO DEBE REALIZARSE POR


EDICTOS CUANDO SE DESCONOZCA SU DOMICILIO. Conforme al artı́culo 27, fracció n III, inciso b), de
la Ley de Amparo, cuando no conste en autos el domicilio para emplazar al tercero interesado, el
juzgador deberá dictar las medidas pertinentes para investigarlo; cuando é stas se hayan agotado y la
noti icació n no pudiere efectuarse, se hará por edictos a costa del quejoso, con el in de evitar la
paralizació n del juicio. Por ello, es a travé s de edictos como debe emplazarse al tercero cuando se
desconozca su domicilio, ya que las formalidades de ese procedimiento de noti icació n le dan mayores
posibilidades de enterarse del juicio en el que le resulte el cará cter de parte, lo que excluye que se
realice por medio de lista, al no preverlo expresamente la ley. No obsta a lo anterior la existencia de
manifestació n del tercero ante autoridad distinta al Juez de amparo, en el sentido de que las
noti icaciones se le realicen por lista, pues esa expresió n de voluntad aplicarı́a, en todo caso, ú nicamente
con relació n a las actuaciones efectuadas en ese procedimiento, no ası́ ante el Juez Federal, respecto del
cual el tercero ignora que se tramita un juicio en el que le resulta ese cará cter.[2]

EMPLAZAMIENTO POR EDICTOS EN EL JUICIO ORDINARIO MERCANTIL. SI EL CÓDIGO DE


COMERCIO NO PREVÉ EL PLAZO PARA CONTESTAR LA DEMANDA, DEBE OTORGARSE AL
DEMANDADO EL DE 30 DÍAS CONTADOS A PARTIR DEL SIGUIENTE AL DE LA ÚLTIMA PUBLICACIÓN
(APLICACIÓN SUPLETORIA DEL CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS CIVILES). La falta de
emplazamiento o su veri icació n defectuosa se traduce en una violació n mani iesta a la ley que deja
indefenso al demandado, impide la correcta integració n del vı́nculo procesal y afecta sus derechos
humanos al debido proceso y de audiencia. Las reglas de sustanciació n del juicio ordinario mercantil
son, en primer lugar, las contenidas en el tı́tulo segundo denominado "De los juicios ordinarios",
artı́culos 1377 al 1390 del Có digo de Comercio. En un segundo momento (para el caso de lo no previsto
en ellas), lo establecido en las disposiciones generales. Entre estas ú ltimas se encuentra contenida, a su
vez, la remisió n al Có digo Federal de Procedimientos Civiles y al có digo procesal local, como tercero y
cuarto momentos, ante una eventual necesidad de supletoriedad, en té rminos de los artı́culos 1054 y
/
1063 del mismo ordenamiento legal. Por tanto, como en el Có digo de Comercio no existe disposició n
expresa que indique el plazo que deba otorgarse al demandado, cuando se le emplaza por edictos, es
legal considerar el de 30 dı́as para contestar la demanda, conforme al artı́culo 315 del Có digo Federal
de Procedimientos Civiles, contados a partir del dı́a siguiente al de la ú ltima publicació n del edicto y, de
no hacerlo en dicho plazo, procede declarar su rebeldı́a. Esto es, regula y complementa el té rmino que
debe otorgarse a la demandada que es emplazada mediante edictos, el cual, al contener un plazo mayor
que el de quince dı́as previsto en el Có digo de Comercio, dado el medio de difusió n ocupado para hacer
de su conocimiento de la existencia en el juicio de origen, su aplicació n debe preferirse al resultar má s
favorable a sus derechos fundamentales al debido proceso y de audiencia.[3]

[1] MEDINA LIMA, Ignacio, Diccionario Jurı́dico Mexicano, vol. D-H, pá g. 1222.
[2] Jurisprudencia 2ª./J.38/2017, sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, visible en el Tomo I,
Mayo 2017, pá g. 714, Dé cima Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y Su Gaceta. Nú m. Reg. 2014220.
[3] Tesis Aislada XXVII.3º.74 C, sostenida por el Tercer Tribunal Colegiado del Vigé s imo Sé ptimo Circuito, visible en el Tomo IV,
pá g. 2461, Enero 2019, Dé cima Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. Reg. 2019085.

/
2.11 Requisitoria
La Requisitoria se encuentra prevista en el artı́culo 75 del Có digo Nacional de Procedimiento Penales
que establece:

Artı́culo 75. Exhortos y requisitorias: Cuando tengan que practicarse actos procesales fuera del á mbito
territorial del Organo jurisdiccional que conozca del asunto, é ste solicitará su cumplimiento por medio
de exhorto, si la autoridad requerida es de la misma jerarquı́a que la requirente, o por medio de
requisitoria, si é sta es inferior. La comunicació n que deba hacerse a autoridades no judiciales se hará
por cualquier medio de comunicació n expedito y seguro que garantice su autenticidad, siendo aplicable
en lo conducente lo previsto en el artı́culo siguiente.

“El o icio que un juez dirige a otro, mandá ndole (cuando es de inferior categorı́a el requerido) o
exhortá ndolo (si es de igual categorı́a), para que ejecute alguna resolució n del tribunal que
requiere.”[1] En el primer caso se habla de despacho y en el segundo de exhorto.

Ahora bien, para Guillermo Cabanellas de Torres en el Diccionario Jurı́dico elemental, de ine
Requisitoria como “Requerimiento judicial o despacho que expide el juez instructor de una causa
criminal para citar y emplazar al reo o acusado de un delito; ası́ como para disponer de su bú squeda,
captura y representació n cuando se desconozca su paradero; para excitar el celo de las autoridades y
agentes de la policı́a judicial y la colaboració n espontá nea de los particulares.[2]

2.11.1 Despacho
El o icio que un juez o tribunal libra a otro de inferior categorı́a a la suya, requirié ndolo para que
practique alguna noti icació n, embargo, o en general cualquier especie de diligencia judicial que deba
tener lugar dentro de la jurisdicció n del juez requerido.

Cabe mencionar que en la fracció n II del artı́culo 27 de la Ley de Amparo establece: “Artı́culo 27. Las
noti icaciones personales se hará n de acuerdo con las siguientes reglas:…II. Cuando el domicilio
señ alado de la persona a noti icar no se encuentre en el mismo lugar en que resida el ó rgano
jurisdiccional, la primera noti icació n se hará por exhorto o despacho en té rminos del Có digo Federal
de Procedimientos Civiles, los que podrá n ser enviados y recibidos haciendo uso de la Firma
Electró nica. En el exhorto o despacho se requerirá que se señ ale domicilio en el lugar del juicio, con
apercibimiento que de no hacerlo, las siguientes noti icaciones, aú n las personales, se practicará n por
lista, sin perjuicio de que pueda hacer la solicitud a que se re iere la fracció n IV del artı́culo 26 de esta
Ley…”

2.11.2 Exhorto
/
El o icio que un juez o tribunal libra a otro de igual categorı́a a la suya, mediante el cual le pide que
practique alguna noti icació n, embargo, o cualquier diligencia judicial que deba tener lugar dentro de la
jurisdicció n del juez exhortado.

A continuació n se presentan jurisprudencias relacionadas con tal concepto jurı́dico:

“EXHORTO. SU LIBRAMIENTO NO CONSTITUYE UN ACTO DE EJECUCIÓN QUE DETERMINE LA


COMPETENCIA DE UN JUEZ DE DISTRITO PARA CONOCER DE UN JUICIO DE GARANTÍAS. El exhorto
que es girado concretamente con miras a lograr ejecutar lo ordenado en el auto de exequendo, só lo
constituye una actuació n procesal por medio de la cual se establece un vı́nculo de comunicació n entre
Jueces de distinta jurisdicció n, pero de la misma jerarquı́a, que tiene como inalidad solicitar el auxilio
del Juez exhortado para que, en uso de las facultades legales que puede desplegar en su jurisdicció n,
provea lo necesario, conforme a lo solicitado por el Juez exhortante, a in de ejecutar lo ordenado en el
auto de exequendo. Por lo tanto, el exhorto en sı́ mismo considerado, no constituye un acto de ejecució n
que sea ú til para determinar la competencia de un Juez de Distrito, para conocer de un juicio de
garantı́as, pues atento a su naturaleza, se trata ú nicamente de una actuació n procesal, cuyo contenido
esencial es una solicitud de apoyo que se dicta en una fase previa a los actos propiamente de
ejecució n.”[3]

EXHORTO. CUANDO AL JUEZ EXHORTADO SE LE CONFIERE PLENITUD DE JURISDICCIÓN O


FACULTAD DISCRECIONAL PARA PRACTICAR LAS DILIGENCIAS QUE SEAN NECESARIAS PARA EL
DESAHOGO DE LO ORDENADO, ELLO IMPLICA QUE ESTÁ FACULTADO PARA CONOCER Y RESOLVER
LOS MEDIOS DE IMPUGNACIÓN QUE SE INTERPONGAN EN LOS QUE SE CUESTIONE LA LEGALIDAD
DE SUS ACTUACIONES EN CUMPLIMIENTO DE LO SOLICITADO. Del artı́culo 1072 del Có digo de
Comercio se desprende que a instancia de parte interesada, los tribunales podrá n librar exhortos o
despachos en los cuales podrá otorgarse plenitud de jurisdicció n al juez exhortado para el
cumplimiento de lo ordenado y disponer que para su cumplimiento se practiquen cuantas diligencias
sean necesarias para su desahogo. Ahora bien, por regla general, el tribunal requerido no puede
practicar otras diligencias que no se le hayan encomendado expresamente, lo que es acorde con el
propó sito y con los ines de tal medio de comunicació n, puesto que si el juez exhortado se excede y
realiza actos y diligencias no solicitados, estarı́a realizando actos no pedidos; sin embargo, en atenció n a
la serie de complicaciones que eso generarı́a al actor, e incluso, al desarrollo del procedimiento en
general, esa regla no debe interpretarse de forma absoluta, sino entenderse en el sentido de que el juez
exhortado sı́ cuenta con facultades para realizar las actuaciones atinentes a la consecució n del desahogo
del propio exhorto que le fue encomendado, esto es, las que tengan como propó sito el correcto
desarrollo de los ines de la comunicació n, incluyendo dar trá mite a los recursos que se sometan a su
potestad y resolver los medios de impugnació n de cará cter horizontal, lo que es acorde con la tendencia
legislativa orientada a atenuar el rigorismo y la simpli icació n procedimental. Por tanto, si el juez
exhortante otorga plenitud de jurisdicció n y faculta de manera discrecional al exhortado para que
practique cuantas diligencias sean necesarias para el desahogo de lo ordenado, signi ica que tambié n le
concede facultades para conocer y resolver los recursos que se interpongan en los que se impugne la
/
legalidad de sus actuaciones, pues en uso de las facultades legales que puede emplear dentro de su
jurisdicció n ha de proveer todo lo necesario con la inalidad de llevar a cabo lo encomendado, dado que
con ese proceder habrá realizado su actividad jurisdiccional con todas las diligencias practicadas a in
de cumplir con lo ordenado; lo que no incluye el resolver sobre el medio de defensa que se promueva
en contra de la resolució n en la cual se haya librado el exhorto, pues en ese supuesto el exhortado no
estarı́a facultado para resolverlo sino que tal facultad le compete al exhortante quien está conociendo
del juicio principal. [4]

[1] PALLARES, Eduardo. Op. cit., pá g. 712.


[2] CABANELLAS DE LA TORRE, Guillermo. Diccionario Jurı́dico Elemental, Argentina, 2003, 16ª edició n, pá g.350.
[3] Jurisprudencia 1a./J. 8/2004, emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, visible en el Tomo XIX,
pá g. 339, Mayo de 2004, Novena Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. reg. 181558.
[4] Jurisprudencia 1ª./J.20/2019, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, visible en el Tomo II,
pá g. 1019, Mayo 2019, Dé cima Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. Reg. 2019912.

/
2.12 Acta
“Es un instrumento o pieza escrita, en la cual el redactor de la misma re iere circunstanciadamente un
hecho o acto jurı́dico, relatando la forma de su acontecimiento, el estado de las cosas o las
manifestaciones de voluntad de las personas que participaron en é l.” [1]

A continuació n se presentan jurisprudencias relacionadas, en lo conducente, con el concepto jurı́dico


referido:

EMPLAZAMIENTO A JUICIO ORAL MERCANTIL. ALCANCE DE LA EXPRESIÓN "SIGNOS EXTERIORES


DEL INMUEBLE" CONTENIDA EN EL ARTÍCULO 1390 BIS 15 DEL CÓDIGO DE COMERCIO. La
disposició n normativa apuntada establece, entre otras cuestiones, que en la diligencia del
emplazamiento al juicio oral mercantil, el noti icador se identi icará ante la persona que atienda su
llamado y asentará en el acta respectiva los medios por los que se cerciore de ser el domicilio del
buscado, ası́ como los "signos exteriores del inmueble" que puedan servir de comprobació n de haber
acudido al domicilio señ alado como el del buscado. Este requisito obedece a la necesidad de cuidar la
efectiva realizació n del emplazamiento que si bien ya de suyo constituye el acto procesal de mayor
entidad en todo proceso judicial, tratá ndose del juicio oral adquiere una mayor importancia, que
justi ica la exigencia al actuario judicial de cumplir con una serie de requisitos adicionales a los que
tradicionalmente se establecı́an para su prá ctica, pues ante la supresió n de las noti icaciones personales
durante el juicio, debe existir mayor certidumbre de que el demandado ha adquirido pleno
conocimiento de la instauració n de un proceso judicial en su contra, el lugar donde se le ha demandado,
el Juez que conoce de la causa y el contenido de la demanda, para que quede en aptitud de acudir a las
audiencias en las que tendrá oportunidad de ser noti icado de las decisiones que ahı́ se adopten y
producir su defensa. En ese sentido, la obligació n del actuario judicial de asentar los "signos exteriores
del inmueble" exige una descripció n objetiva de las caracterı́sticas fı́sicas del lugar en el que dicho
funcionario judicial se ha constituido para la prá ctica de la diligencia, que haya apreciado mediante sus
sentidos y que sean su icientes para identi icarlo y ubicarlo, sin perjuicio de que pueda allegarse de
otros medios para integrar su actuació n, como puede ser el uso de nuevas tecnologı́as que le permitan
tomar imá genes del lugar o bien describir la media iliació n de la persona con la que entendió la
diligencia, pedir informació n a alguno de los vecinos cercanos, etcé tera. En ese sentido, el requisito de
registrar los signos exteriores del inmueble no se colma con el hecho de que el actuario asiente que
tuvo a la vista el nombre de la calle y el nú mero del inmueble, pues ademá s de que esos datos no
corresponden a una descripció n del lugar, su vaguedad impide tener por satisfecha la formalidad
apuntada, lo que genera la nulidad de la diligencia, siempre que dicha actuació n no haya sido
convalidada. [2]

“NOTIFICACIONES PERSONALES EN EL JUICIO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO FEDERAL. DEBEN


PRACTICARSE APLICANDO SUPLETORIAMENTE EL CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS
CIVILES. La Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, en el capı́tulo relativo a las
/
noti icaciones, no contiene reglas especı́ icas sobre la forma de practicar las de cará cter personal; sin
embargo, su artı́culo 1o. establece que a falta de disposició n expresa se aplicará supletoriamente el
có digo Federal de Procedimientos Civiles. Ası́, tratá ndose de las noti icaciones personales en el juicio
contencioso administrativo debe acudirse supletoriamente a los artı́culos 310 a 313 del có digo referido,
que prevé n las formalidades que deben observarse, esto es: 1. La noti icació n se practicará con el
interesado, su representante o procurador, en el lugar que para ello se hubiere señ alado, y si a la
primera bú squeda no se encontrare a quien deba ser noti icado, se le dejará citatorio para que espere,
en la casa designada, a hora ija del dı́a siguiente, y si no espera, se le noti icará por instructivo,
entregando las copias respectivas al hacer la noti icació n o dejar é ste; 2. El noti icador elaborará el acta
relativa en la que, en primer té rmino, deberá registrar que se cercioró si en el domicilio señ alado para
realizar la noti icació n, vive o tiene su domicilio la persona que debe ser noti icada y, despué s de ello,
practicará la diligencia, de todo lo cual asentará razó n; y, 3. Cuando a juicio del noti icador hubiera
sospecha fundada de que injusti icadamente se niegue que la persona a noti icar vive en la casa
designada, le hará la noti icació n en el lugar en que habitualmente trabaje, si la encuentra, o en
cualquier lugar en que se halle, en cuyo caso deberá certi icar que la persona noti icada es de su
conocimiento personal o que la identi icaron dos testigos de su conocimiento, que irmará n con é l, si
supieren hacerlo.” [3]

“SENTENCIA DE AMPARO. NO EXISTE OBLIGACIÓN DEL JUZGADOR DE ORDENAR SU NOTIFICACIÓN


PERSONAL CUANDO SE DICTE EN LA MISMA FECHA EN QUE SE INICIÓ LA AUDIENCIA
CONSTITUCIONAL, AUNQUE SE HAYA CERRADO EL ACTA CORRESPONDIENTE. Si se parte de la base
de que conforme al artı́culo 124 de la Ley de Amparo, la audiencia constitucional constituye una
diligencia sin solució n de continuidad que consta de tres periodos, a saber, el de pruebas, el de alegatos
y el de dictado de la sentencia, etapa ú ltima que, por razones legales y prá cticas, puede llevarse a cabo
en la misma fecha o en una diversa, se concluye que la acepció n "sentencias dictadas fuera de la
audiencia constitucional" contenida en el artı́culo 26, fracció n I, inciso e), de la citada ley, para efectos de
los supuestos en que debe ordenarse su noti icació n personal, debe entenderse referida a los casos en
que la sentencia se hubiera dictado en fecha diversa a aquella en que se levantó el acta de audiencia,
interpretació n relacionada con la inalidad de las noti icaciones personales de generar certeza jurı́dica a
las partes, ya que si en el mismo dı́a no se concluye la audiencia constitucional por haberse dictado la
sentencia en una fecha diversa, serı́a injusto obligarlas a estar constante e inde inidamente pendientes
en espera de la resolució n de su asunto. En cambio, cuando la sentencia se pronuncia en la misma fecha
en que se inició la audiencia constitucional, aun cuando el acta respectiva se cierre hasta antes del
dictado de la sentencia con las irmas de las partes que hubieran intervenido en la diligencia y el fallo se
emita en un documento diferente, no existe una razó n que haga necesaria su noti icació n personal salvo
que el juzgador lo considere necesario y haga uso de la facultad que le otorga el inciso k) de la fracció n I
del artı́culo 26 citado, pues si se noti icó oportunamente a las partes la fecha en que tendrı́a veri icativo
la audiencia constitucional, la falta de conocimiento de dicha resolució n serı́a imputable a é stas y no al
juzgador (má xime que en esta hipó tesis no se les vincula a estar permanentemente en espera de la
resolució n).” [4]

/
[1] J. COUTURE, Eduardo. Vocabulario Jurı́dico, Ed. Depalma, Buenos Aires, 1997, Primera Edició n, Quinta Reimpresió n, pá g. 70.
[2] Jurisprudencia 1ª./J.36/2018, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, visible en el Tomo I,
pá g. 778, Septiembre 2018, Dé cima Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. Reg. 2017895.
[3] Jurisprudencia 2a./J. 99/2017 (10a.), emitida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, materia(s):
(Administrativa), publicada el viernes 11 de agosto de 2017 10:19 h, visible en el Semanario Judicial de la Federació n, Epoca:
Dé cima Epoca, nú mero de registro: 2014867.
[4] Jurisprudencia P./J. 22/2016, sostenida por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, visible en el Tomo I, pá g. 36,
Octubre de 2016, Dé cima Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. reg. 2012801.

/
2.13 Inspección judicial
En el Compendio de Té rminos de Derecho Civil, Coordinador Mario Magalló n Ibarra de ine la Inspecció n
como: “Acció n y efecto de inspeccionar. Examen que hace el juez por sı́ mismo y en ocasiones con
asistencia de los interesados y de peritos o testigos, de un lugar o de un acosa para hacer constar en
acta o diligencia los resultados de sus observaciones por la simple apreciació n de los sentidos”[1]

A continuació n se presenta una jurisprudencia relacionada, en lo conducente, con el concepto jurı́dico


referido:

“VIDEOGRABACIONES OFRECIDAS COMO PRUEBA EN EL PROCESO PENAL. NO DEBEN


DESAHOGARSE SIMPLEMENTE MEDIANTE LA CERTIFICACIÓN UNILATERAL DE SU CONTENIDO,
SINO REPRODUCIRSE BAJO LAS FORMALIDADES DE UNA INSPECCIÓN JUDICIAL, DE LO
CONTRARIO, SE VIOLAN LAS LEYES DEL PROCEDIMIENTO (LEGISLACIÓN DEL DISTRITO
FEDERAL). De acuerdo con los principios de inmediació n, publicidad, contradicció n y equilibrio entre
las partes, que derivan de los artı́culos 59, 69, 139 y 140 del Có digo de Procedimientos Penales para el
Distrito Federal, cuando se ofrecen videograbaciones como prueba en el proceso penal, no deben
desahogarse simplemente mediante la certi icació n unilateral de su contenido pues, de acuerdo con la
naturaleza de dicho medio de convicció n, su reproducció n debe realizarse bajo las formalidades de una
inspecció n judicial, ya que en esta diligencia el juzgador estará en condiciones de percibir, por medio de
los sentidos, los lugares, personas, objetos o hechos registrados, en tanto que las partes podrá n realizar
al respecto las manifestaciones que a sus intereses convengan; de lo contrario, se violan las leyes del
procedimiento que afectan las defensas del quejoso, en té rminos del artı́culo 173, fracciones I, II, V y XV,
de la Ley de Amparo, al reproducirse dichas videograbaciones de una forma distinta a la prevista en la
ley.” [2]

Ahora bien, en materia de Amparo la Inspecció n Judicial para su desahogo deberá ser valorado, en cada
caso, por el juzgador rector del proceso, como lo señ ala el siguiente criterio:

PRUEBA DE INSPECCIÓN JUDICIAL EN EL AMPARO PARA CONSTATAR LAS MEDIDAS DE RESGUARDO


DE LA INFORMACIÓN O DOCUMENTACIÓN CLIENTE-ABOGADO EN MATERIA DE COMPETENCIA
ECONÓMICA. CIRCUNSTANCIAS QUE DEBE VALORAR EL JUZGADOR PARA QUE LAS PARTES PUEDAN
CONCURRIR A SU DESAHOGO. En caso de que en el juicio de amparo se reclame la emisió n de actos
mediante los cuales se extrae informació n o documentació n cliente-abogado, el quejoso está autorizado
para ofrecer pruebas tendientes a demostrar que no se adoptaron con inmediatez las medidas de
resguardo de esa informació n o documentació n o, de o icio, ordenar el Juez de Distrito su realizació n,
para que, con base en ello, se le conceda la protecció n de la Justicia Federal, de conformidad con lo
sostenido por este Tribunal Colegiado de Circuito, en la tesis aislada I.1o.A.E.228 A (10a.), de tı́tulo y
subtı́tulo: "COMUNICACIONES ENTRE UN ABOGADO Y SU CLIENTE CON MOTIVO DE UN
PROCEDIMIENTO EN MATERIA DE COMPETENCIA ECONOMICA. EFECTOS DE LA CONCESION DEL
AMPARO CUANDO SE CONCLUYA QUE LAS AUTORIDADES CORRESPONDIENTES SUSTRAJERON LA
/
INFORMACION RELATIVA SIN ADOPTAR CON INMEDIATEZ LAS MEDIDAS DE RESGUARDO NI ORDENAR
SU EXCLUSION DEL MATERIAL DE LA INVESTIGACION.". Ahora, tratá ndose del desahogo de la prueba
de inspecció n judicial en el amparo para constatar las medidas de resguardo de la informació n o
documentació n cliente-abogado en materia de competencia econó mica, la aplicació n supletoria del
artı́culo 162 del Có digo Federal de Procedimientos Civiles, en cuanto a que las partes podrá n concurrir
a esa actuació n, debe interpretarse en el sentido de que pueden estar presentes si no se contraviene
alguna disposició n de orden pú blico y no se lesionan sus derechos, ya que el artı́culo 80 del propio
có digo dispone que en la prá ctica de las diligencias probatorias que ordene el juzgador, se obrará sin
afectar aqué llos. Ası́, para el desahogo de una probanza de ese tipo, las partes pueden manifestar la
existencia de impedimentos para que su contraparte comparezca al desahogo, lo que deberá ser
valorado, en cada caso, por el juzgador rector del proceso, tomando en cuenta, entre otros aspectos,
que: a) las partes tienen a su favor la presunció n de que actú an de buena fe en los actos del proceso en
que intervengan y el derecho a contradecir el contenido de las pruebas; b) es irrelevante que quien
lleve a cabo la diligencia tenga fe pú blica, ya que lo asentado por el actuario en el acta respectiva no
sustituye las manifestaciones que, eventualmente, puedan hacer las partes que comparecen al desahogo,
pues é ste no puede saber en automá tico lo que al respecto percibieron y opinan aqué llas; y, c) en
té rminos de la ú ltima parte del tercer pá rrafo del numeral 124 de la Ley Federal de Competencia
Econó mica, la Comisió n Federal de Competencia Econó mica tiene el deber de dictar todas las medidas
que sean conducentes para salvaguardar los objetos materia de la inspecció n, en armonı́a con el
derecho de las partes a concurrir a esa diligencia. [3]

[1] MAGALLON IBARRA, Mario, Compendio de Té rminos de Derecho Civil, Edit. Porrú a, Mé xico 2004, pá g. 295
[2] Jurisprudencia 1.8º.P. J/1, sustentada por el Octavo Tribunal Colegiado en materia Penal del Primer Circuito, visible en el Tomo
IV, pá g. 2616, Septiembre de 2016, Dé cima Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. reg. 2012457.
[3] Tesis Aislada I.1º.A.E.258 A, sostenida por el Primer Tribunal Colegiado de Circuito en Materia Administrativa Especializado en
Competencia Econó mica, Radiodifusió n y Telecomunicaciones, con Residencia en la Ciudad de Mé xico y Jurisdicció n en toda la
Repú blica, visible en el Tomo III, pá g. 2717, Mayo 2019, Dé cima Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m.
Reg. 2019970.

/
2.14 Objeto, instrumento o producto del delito
Por objeto del delito debe entenderse la cosa sobre la cual recae directamente la acció n criminal, es
decir, es la materia misma de la conducta descrita en la norma penal. Ası́, por ejemplo, son objetos del
delito las armas de fuego, tratá ndose del ilı́cito de portació n de arma de fuego sin licencia, previsto y
sancionado en la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.

Son instrumentos del delito los elementos materiales de los que el autor de un ilı́cito se vale
intencionalmente para prepararlo, completarlo, consumarlo y encubrirlo. Verbigracia, el documento
apó crifo que es utilizado para cometer el delito de fraude.

Producto del delito es aquel que se origina directamente por la comisió n del delito, es decir, es el efecto
proveniente del ilı́cito. Ejemplo de lo anterior, es el dinero que se obtiene en el caso de un delito contra
la salud en la modalidad de comercializació n.

Enseguida se citan tres jurisprudencias relacionadas, en lo conducente, con los conceptos jurı́dicos
referidos:

“DESPOJO. PARA QUE SE ACTUALICE LA FURTIVIDAD, COMO ELEMENTO NORMATIVO DE AQUÉL, ES


IRRELEVANTE QUE EL OBJETO MATERIAL DEL DELITO ESTÉ O NO VIGILADO POR SU PROPIETARIO
O POSEEDOR. La doctrina penal, en general, acepta que la furtividad en el delito de despojo consiste en
una maniobra oculta o clandestina para ocupar o usar el objeto material del delito, lo que implica que la
conducta se realice cuando el propietario o poseedor se encuentra ausente y el sujeto activo se
aprovecha o se vale de dicha circunstancia, de lo que se deduce que la furtividad utilizada por el sujeto
activo del delito ocurre en funció n del sujeto pasivo exclusivamente, de ahı́ que la actualizació n de tal
elemento normativo sea independiente al hecho de que alguna otra persona se entere de la conducta en
cuestió n; en tales condiciones, es evidente que la circunstancia de que el objeto material del delito esté o
no vigilado por su propietario o poseedor, es irrelevante para la existencia de la furtividad.” [1]

“PORTACIÓN DE ARMA PROHIBIDA. PARA VERIFICAR LA CONFIGURACIÓN DE ESE DELITO DEBE


ATENDERSE A LAS CIRCUNSTANCIAS Y A LOS HECHOS QUE REVELEN LA FINALIDAD DEL SUJETO
ACTIVO, INDEPENDIENTEMENTE DE LA NATURALEZA DEL INSTRUMENTO QUE SE PORTE
(LEGISLACIÓN DE LOS ESTADOS DE QUERÉTARO Y MORELOS). En estricto acatamiento al principio de
exacta aplicació n de la ley penal contenido en el tercer pá rrafo del artı́culo 14 de la Constitució n Polı́tica
de los Estados Unidos Mexicanos, se advierte que los artı́culos 219 y 245 de los Có digos Penales para
los Estados de Queré taro y Morelos, respectivamente, al prever, entre otros, el delito de portació n de
arma prohibida, contienen los mismos elementos del tipo penal en tanto que ambos sancionan "a quien
porte, fabrique, importe o acopie sin un in lı́cito instrumentos que só lo puedan ser utilizados para
agredir y que no tengan aplicació n en actividades laborales o recreativas". Ası́, la descripció n tı́pica exige
un elemento subjetivo especı́ ico consistente en que la conducta se realice "sin un in lı́cito"; de ahı́ que
para determinar cuá ndo un instrumento só lo puede utilizarse para agredir, debe atenderse a la
/
inalidad ilı́cita de quien lo porta, es decir, a la intenció n de usarlo para agredir. En ese tenor, se concluye
que para veri icar la con iguració n del delito de portació n de arma prohibida debe atenderse a los
hechos y a las circunstancias de lugar, tiempo, modo y ocasió n que revelen la inalidad del sujeto activo,
independientemente de la naturaleza objetiva y funcional del mencionado instrumento. Lo anterior es
ası́, porque cuando el tipo penal señ ala que los instrumentos no tengan aplicació n en actividades
laborales o recreativas, se re iere a la forma en que se utilizan y no a la materialidad y al objetivo con
que fueron creados, pues independientemente de sus caracterı́sticas y de que hayan sido hechos para
una actividad laboral o recreativa, pueden portarse con la inalidad de utilizarlos para agredir, por lo
que resulta relevante la aplicació n que el sujeto activo del delito les dé , lo cual ha de desprenderse de
las circunstancias y de los hechos que rodean la conducta desplegada.” [2]

“EXTINCIÓN DE DOMINIO. RELEVANCIA DE LA PRUEBA DE LA PROCEDENCIA LÍCITA DEL BIEN


MATERIA DE LA ACCIÓN RELATIVA. El artı́culo 22, pá rrafo segundo, fracció n II, de la Constitució n
Polı́tica de los Estados Unidos Mexicanos prevé diversos supuestos que pueden originar la pretensió n
de la extinció n de dominio, cuyos elementos a demostrar son diferentes en cada caso. Ası́, cuando la
acció n relativa se ejerce sobre la base de que el bien es instrumento del delito o utilizado en su
comisió n, la prueba de la procedencia lı́cita de los bienes, si bien no es inú til, sı́ pierde relevancia, ya que
no se cuestiona su procedencia, sino el uso que se le da. Ahora, a diferencia de dicha hipó tesis, cuando
se asevera que el bien es "producto del delito", ello implica que se adquirió con recursos obtenidos con
la comisió n del hecho ilı́cito, por lo que cobra mayor peso la prueba sobre su adquisició n con recursos
de procedencia lı́cita y, en estos casos, el afectado tiene la carga de demostrar un hecho concreto
positivo: la procedencia lı́cita del bien. Asimismo, la prueba de la procedencia lı́cita de los bienes es
trascendente cuando existe una relació n de con ianza entre una o varias de las personas a las que se les
atribuye la comisió n de los delitos a que se re iere el artı́culo 22 citado (delincuencia organizada, delitos
contra la salud, secuestro, robo de vehı́culos y trata de personas) y quien aduce ser un "afectado de
buena fe", en cuyo caso debe descartarse la posible actualizació n de la hipó tesis del inciso d), de la
fracció n II, del precepto referido, que regula el caso de los prestanombres o testaferros.” [3]

[1] Jurisprudencia 1a./J. 15/2005, emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, visible en el Tomo XXI,
pá g. 114, Marzo de 2005, Novena Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. reg. 179045.
[2] Jurisprudencia 1a./J. 21/2008, sostenida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, visible en el Tomo
XXVII, pá g. 287, Abril de 2008, Novena Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. reg. 169833.
[3] Jurisprudencia 1a./J. 16/2015, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, visible en el Tomo
XXVII, pá g. 346, Abril de 2015, Dé cima Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. reg. 2008882.

/
2.15 Embargo o secuestro
“Embargo. Té rmino originado en el españ ol “embargo”, del verbo embargar, que signi ica “impedir”. Es el
procedimiento, acto de autoridad o medida cautelar que se decreta judicialmente para asegurar de
antemano el resultado de un proceso, y que consiste en la indisponibilidad relativa de determinados
bienes. En materia familiar, se utiliza para inmovilizar bienes de quien tiene obligació n de dar alimentos.
En materia civil, se usa é ste procedimiento en la ejecució n forzosa de las obligaciones, a in de tomar
bines del deudor, para con el producto de ellos, pagar al acreedor” [1]

Por otro lado, en el diccionario jurı́dico universitario de Guillermo Cabanellas de Torres de ine al
secuestro judicial “Depó sito que se hace de una cosa litigiosa en un tercero, hasta que se decida a quié n
pertenece. Segú n Couture se trata de una medida cautelar consistente en la aprehensió n judicial y
depó sito de la cosa litigiosa, o de bienes del que se presume sea deudor, para asegurar la e icacia del
embargo y el eventual resultado del juicio. Como es ló gico, el secuestro no puede recaer sobre bienes
inmuebles, ni ello resulta necesario; ya que para el aseguramiento de los mismos, a las resultas del
juicio, existen otros medios de igual o mayor e icacia. En las normas procesales procede el secuestro de
los bienes muebles o semovientes, objetos del juicio, cuando el embargo no asegure por sı́ só lo el
derecho invocado por el solicitante y siempre que se presenten instrumentos que hagan verosı́mil el
derecho cuya efectividad se quiere garantizar; ası́ como cuando, con igual condició n, sea indispensable
proveer a la guarda o conservació n de cosas para asegurar el resultado de la sentencia de initiva.
Incumbe al juez la designació n del depositario”.[2]

Sobre el particular conviene precisar que ambas iguras anteriormente descritas, coinciden en que
ambas consisten en el aseguramiento preventivo de bienes por mandamiento judicial con el objeto de
garantizar el resultado de la sentencia.

A continuació n se citan los siguientes criterios relacionados con tal concepto jurı́dico:

EMBARGO EN UN JUICIO CIVIL O MERCANTIL. ES IMPROCEDENTE LA SUSPENSIÓN SOLICITADA EN


EL AMPARO PROMOVIDO EN SU CONTRA, YA QUE LA RESTITUCIÓN PROVISIONAL PERMITIDA POR
EL ARTÍCULO 147 DE LA LEY DE AMPARO, NO PUEDE TENER EL ALCANCE DE PRIVAR DE SUS
EFECTOS UNA DIVERSA MEDIDA CAUTELAR. Conforme al artı́culo citado, para que proceda otorgar la
suspensió n del acto reclamado, es menester que se tomen en cuenta las condiciones siguientes: I. Se
conserve la materia del amparo hasta la terminació n del juicio; II. Debe atenderse a la naturaleza del
acto reclamado; y, III. De ser material y jurı́dicamente posible, se podrá restablecer provisionalmente al
quejoso en el goce del derecho violado. Lo anterior signi ica que la suspensió n puede tener efectos
restitutorios cuando el acto reclamado ya se haya ejecutado, con la condicionante de que la restitució n
só lo sea provisional, lo que signi ica que si atento a la naturaleza del acto reclamado el restablecimiento
es pleno, entonces esa restitució n es improcedente por la vı́a de la suspensió n, porque el supuesto no se
encuentra previsto en dicha disposició n, aunado a que implicarı́a dejar sin materia el juicio de amparo
principal, pues es en é ste, al dictarse el fallo protector, en el que se restablece plenamente el derecho
/
violado en té rminos del artı́culo 77 de la Ley de Amparo. Esta hipó tesis normativa no se actualiza
cuando se solicita la suspensió n contra un embargo ya ejecutado, por las razones siguientes: a) Atento a
la naturaleza del acto reclamado, se advierte que el embargo constituye una medida cautelar,
consistente en el secuestro provisional de bienes patrimoniales de la demandada, para garantizar a la
actora el pago de las prestaciones reclamadas que, en su caso, se decreten en la sentencia de initiva que
resuelva el juicio en el principal; b) Si se concediera la suspensió n para el efecto de que se levante el
embargo, ello no tendrı́a efectos provisionales, sino que constituirı́a una restitució n plena en la medida
que té cnicamente ello anuları́a la medida cautelar de embargo decretada en el juicio de origen y
provocarı́a que la quejosa tenga a su libre disposició n los bienes previamente embargados y haga uso
de ellos, lo cual ocasionarı́a que dichos bienes ya no puedan embargarse y, por tanto, no se cumple con
el requisito consistente en que la reparació n só lo puede ser provisional; y, c) Entonces, si se levanta el
embargo, ello deja sin materia el juicio de amparo principal, porque desaparecerı́a la prerrogativa que
le fue otorgada a la actora en el juicio principal de asegurar los bienes que tienden a garantizar el pago
de las prestaciones que se llegare a decretar en la sentencia de initiva en el juicio natural. En ese orden,
la restitució n provisional permitida en esa porció n normativa, no puede tener el alcance de privar de
sus efectos una diversa medida cautelar, ya que la restitució n será plena, lo cual no está previsto en el
primer precepto citado.[3]

“EMBARGO COACTIVO. ES JURÍDICAMENTE APTO PARA GARANTIZAR EL INTERÉS FISCAL Y, POR


ENDE, PARA DECRETAR LA SUSPENSIÓN DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO DE EJECUCIÓN,
EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 144 DEL CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN. De los artı́culos 141,
142, 144, 145 y 151 del Có digo Fiscal de la Federació n, en relació n con el numeral 208 Bis del propio
Có digo, en vigor hasta el 31 de diciembre de 2005, ası́ como de los artı́culos 66 de su Reglamento,
vigente hasta el 7 de diciembre de 2009, y 28 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso
Administrativo, se advierte que si la autoridad ejecutora embargó bienes su icientes para garantizar el
cré dito iscal, procede decretar la suspensió n del procedimiento administrativo de ejecució n, sin que sea
vá lido exigir el cumplimiento de los requisitos previstos por el indicado artı́culo 66, en virtud de que la
garantı́a del interé s iscal fue previamente constituida ante la autoridad exactora a travé s del embargo
trabado, sin perjuicio de que la ejecutora, cuando estime que los bienes embargados son insu icientes
para cubrir el cré dito iscal, proceda a ampliarlo.” [4]

[1] MAGALLON IBARRA, Mario, Compendio de Té rminos de Derecho Civil, Edit. Porrú a, Mé xico 2004, pá g. 227.

[2] CABANELLAS DE TORRES, Guillermo, Diccionario Jurı́dico Universitario, Editorial Heliasta S.R.L. Buenos Aires 2004, TomoI I,
pá g. 423.
[3] Tesis Aislada I.11º.C.103 C, sustentada por el Dé cimo Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, visible en
Tomo IV, pá g. 2455, Enero 2019, Dé cima Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. Reg. 2018898.
[4] Jurisprudencia 2a./J. 168/2012, emitida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, visible en el Tomo 2,
pá g. 1003, Enero de 2013, Dé cima Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. reg. 2002524.
/
2.16 Depositario judicial
“Es el sujeto nombrado por el juez o un tribunal, o que é stos lo reconozcan, para custodiar y tener bajo
su responsabilidad determinados bienes mientras dura un juicio contencioso, universal y ordinario. En
los casos de secuestro de bienes, por embargo o aseguramiento de los mismos, debe nombrarse un
depositario por el juez.”[1]

Aunado a lo anterior, se cita el siguiente criterio:

DEPOSITARIO JUDICIAL. EL ARTÍCULO 444 DEL CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS CIVILES,


QUE PREVÉ LA FACULTAD EXCLUSIVA DEL ACTOR EJECUTANTE DENTRO DE UN JUICIO EJECUTIVO
MERCANTIL PARA NOMBRARLO, NO VULNERA EL DERECHO DE PROPIEDAD DEL DEMANDADO. El
artı́culo 444 del Có digo Federal de Procedimientos Civiles, aplicado dentro del procedimiento ejecutivo
mercantil, de forma supletoria al Có digo de Comercio, de conformidad con su artı́culo 1393, establece
que de todo secuestro se tendrá como depositario o interventor, segú n la naturaleza de los bienes que
sean objeto de é l a la persona o institució n de cré dito que, bajo su responsabilidad, nombre el
ejecutante -salvo en los casos de excepció n contemplados en los artı́culos 445, 448 y 449, pá rrafos
primero y ú ltimo, de la legislació n adjetiva referida-, esto es, permite que el depó sito judicial recaiga en
una persona distinta al demandado; cuestió n que no vulnera su derecho de propiedad, pues la facultad
del actor ejecutante para nombrar al depositario de los bienes embargados consiste en una medida
temporal justi icada para garantizar el derecho de cré dito del acreedor ejecutante. Por tanto, no existe
una afectació n irrestricta al derecho de propiedad del demandado en razó n de que los bienes
embargados ú nicamente se reservan en calidad de garantı́a de un cré dito, sin que la designació n de
depositario implique la privació n total del bien.

[1] MAGALLON IBARRA, Mario, Compendio de Té rminos de Derecho Civil, Edit. Porrú a, Mé xico 2004, pá g. 154.

/
2.17 Intervención
“Medida cautelar consistente en la designació n por el Juez, en los casos autorizados por la ley, de una
persona a quien se asigna el cometido de vigilar o administrar un patrimonio, con el objeto de proteger
el derecho eventual que en el mismo pueda tener un litigante que justi ica ser condó mino, socio o
acreedor.” [1]

[1] J. COUTURE, Eduardo. Ob. Cit., pá g. 346.

/
2.18 Aseguramiento
“Medida cautelar que decreta el juez o el Ministerio Pú blico, para impedir que se oculten o pierdan los
objetos relacionados con el delito y que sean necesarios o tengan relevancia para el proceso. El
aseguramiento se efectú a mediante el secuestro y depó sito que se hace de los objetos, bajo la
responsabilidad de la autoridad que lo dicte”

El artículo 229 del Código Nacional de Procedimientos Penales establece: Artículo 229.
Aseguramiento de bienes, instrumentos, objetos o productos del delito. Los instrumentos, objetos o
productos del delito, ası́ como los bienes en que existan huellas o pudieran tener relació n con é ste,
siempre que guarden relació n directa con el lugar de los hechos o del hallazgo, será n asegurados
durante el desarrollo de la investigació n, a in de que no se alteren, destruyan o desaparezcan. Para
tales efectos se establecerá n controles especı́ icos para su resguardo, que atenderá n como mı́nimo a la
naturaleza del bien y a la peligrosidad de su conservació n.

Como se observa, la diferencia entre aseguramiento y embargo radica en la clase de bienes sobre los
que recaen y en su inalidad. En efecto, el embargo recae sobre bienes propiedad de la demandada y no
sobre bienes litigiosos u objetos del delito como acontece en el aseguramiento. Asimismo, la inalidad
del embargo es garantizar el pago de la suma por la que eventualmente se llegue a condenar al
demandado o para hacer efectiva la condena. En cambio, lo que se persigue con el aseguramiento no es
garantizar la efectividad de un adeudo, sino evitar un dañ o o fraude en el objeto asegurado (materia del
litigio) para que en la sentencia de initiva se determine su destino inal, el cual dependerá del
procedimiento de que se trate. Por ejemplo, podrı́a determinarse su decomiso o destrucció n
(tratá ndose de un juicio penal), o su partició n (tratá ndose de bienes de la sociedad conyugal en caso de
divorcio), entre otros.

A continuació n se invocan criterios relacionados con tal concepto:

“ASEGURAMIENTO DE BIENES PERTENECIENTES O EN POSESIÓN DE UN TERCERO AJENO A LA


CAUSA PENAL. PARA DECRETARLO NO ES NECESARIO QUE ÉSTE SEA RESPONSABLE POR EL DELITO
DE ENCUBRIMIENTO O QUE SE ENCUENTRE SUJETO A PROCESO. El aseguramiento de bienes previsto
en el artı́culo 181 del Có digo Federal de Procedimientos Penales es una medida precautoria que só lo
afecta provisionalmente los bienes sobre los que recae, ya que no constituye un in en sı́ mismo sino que
pretende proteger los bienes materia de la medida para garantizar un futuro y posible decomiso o la
eventual reparació n del dañ o, ası́ como asegurar la comprobació n del cuerpo del delito y/o la probable
responsabilidad del inculpado, protegiendo la subsistencia de los posibles medios de prueba; de ahı́ que
no prejuzga ni tiene relació n con la responsabilidad penal del poseedor o propietario del bien
respectivo. Lo anterior distingue dicha medida del decomiso, que es una pena, cuya afectació n sobre el
bien es de initiva y se impone en razó n de la responsabilidad penal del sentenciado, sea por el delito de
la causa penal o por el diverso de encubrimiento. En congruencia con lo anterior y en virtud de que, por
un lado, el referido artı́culo 181 só lo requiere que los bienes asegurados sean instrumentos, objetos o
/
productos del delito, o que contengan huellas o puedan tener relació n con é ste, sin exigir que el
poseedor o propietario se encuentre en alguna situació n especı́ ica y, por el otro, que el artı́culo 40 del
Có digo Penal Federal no establece algú n requisito al respecto, se concluye que para decretar el
aseguramiento de bienes pertenecientes o en posesió n de un tercero ajeno a la causa penal, no es
necesario que é ste sea responsable del delito de encubrimiento o que se encuentre sujeto a proceso,
sino que basta con atender a los extremos previstos en el indicado artı́culo 181.” [1]

ASEGURAMIENTO DE BIENES PRODUCTO DEL DELITO. CUANDO RECAE SOBRE LOS DE UNA
PERSONA RESPECTO DE LA CUAL EXISTEN INDICIOS SUFICIENTES QUE HACEN PRESUMIR,
FUNDADAMENTE, QUE ES MIEMBRO DE LA DELINCUENCIA ORGANIZADA O QUE AQUÉLLA SE
CONDUZCA COMO DUEÑO, CORRESPONDE A UN JUEZ AUTORIZARLO. Si bien es cierto que el artı́culo
181 del Có digo Federal de Procedimientos Penales, de forma general, faculta al Ministerio Pú blico
investigador para decretar el aseguramiento de instrumentos, objetos o productos del delito, tambié n lo
es que cuando el aseguramiento recae sobre bienes de una persona respecto de la cual existen indicios
su icientes que hacen presumir, fundadamente, que es miembro de la delincuencia organizada, o que
aqué lla se conduzca como dueñ o, corresponde al Juez autorizar esa actuació n, conforme a los artı́culos
29 y 30 de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada. Lo anterior, toda vez que de estos
preceptos se obtiene que para que el Ministerio Pú blico disponga de bienes propiedad de algú n
miembro del crimen organizado, mediante aseguramiento, debe solicitarlo a un Juez en materia penal y
é ste autorizarlo, pues el secuestro de bienes durante la investigació n de este delito, tiene su fundamento
de procedencia y competencia en la propia legislació n de la materia, previa autorizació n del Juez, y no
en el mencionado có digo; de ahı́ que, de acuerdo con el principio de especialidad, para ordenar el
aseguramiento de un bien vinculado con la delincuencia organizada, debe atenderse a los citados
artı́culos 29 y 30, que establecen que corresponde a la autoridad judicial autorizarlo. [2]

[1] Jurisprudencia 1a./J. 31/2009, sostenida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, visible en el Tomo
XXIX, pá g. 5, Junio de 2009, Novena Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. reg. 167144.
[2] Tesis Aislada I.1o.P.27 P, sustentada por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, visible en Tomo IV,
pá g. 2810, Junio 2016, Dé cima Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. Greg. 2011908.

/
2.19 Representación
Facultad que tiene una persona de actuar, obligar y decidir en nombre y por cuenta de otra. La
representació n se clasi ica en directa o indirecta. La primera de ellas consiste en la actuació n de una
persona en nombre y por cuenta de otra, produciendo una relació n directa e inmediata entre
representado y tercero. Un ejemplo de esta representació n es el poder que una persona le entrega a
otra, facultá ndola para llevar a cabo determinados actos.

Por otra parte, la representació n es indirecta, cuando una persona actú a en nombre propio pero por
cuenta de un tercero, adquiriendo para sı́ los derechos y obligaciones del representado frente al
tercero. Un ejemplo de esta representació n es el gestor de negocios. [1]

A continuació n se invoca una jurisprudencia relacionada, en parte, con el concepto jurı́dico referido:

“PERSONALIDAD EN EL JUICIO DE AMPARO. NO ES DABLE TENERLA POR ACREDITADA, CONFORME


AL ARTÍCULO 12 DE LA LEY DE LA MATERIA, SI EL PODER FUE OTORGADO CON POSTERIORIDAD A
LA PRESENTACIÓN DE LA DEMANDA. Al ser la representació n, en sentido general, un fenó meno
jurı́dico que implica que una persona llamada representante realice actos jurı́dicos en nombre de otra
llamada representado, en forma tal que el acto surte efectos directamente en la esfera jurı́dica de este
ú ltimo, como si hubiera sido realizado por é l, y partiendo de la consideració n de que el derecho
atribuye efectos jurı́dicos a la voluntad humana en la medida en que é sta es exteriorizada y se propone
ines lı́citos, que constituyen intereses jurı́dicamente tutelados, debe concluirse que no puede tenerse
por acreditada la personalidad del representante, en té rminos del artı́culo 12 de la Ley de Amparo, con
un poder general o carta poder otorgados con posterioridad a la presentació n de la demanda, pues
dicha representació n surte sus efectos precisamente a partir de la fecha en que se otorgó .” [2]

[1] PEREZ FERNANDEZ DEL CASTILLO, Bernardo. Representació n, Poder y Mandato, Prestació n de Servicios Profesionales y su
Etica. Ed. Porrú a, Mé xico, 2001, 11ª edició n, pá g. 13 y sig.
[2] Jurisprudencia P./J. 91/2000, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, visible en el Tomo XII, pá g. 9,
Septiembre de 2000, Novena Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. reg. 191109.

/
2.20 Litisconsorcio
“Contienda judicial caracterizada porque una de las partes contendientes está integrada por dos o má s
personas, que litigan respecto de una misma causa, es una igura jurı́dico-procesal sui generis, tiene por
objeto evitar difusió n y contradicció n en la resolució n. El litisconsorcio se materializa cuando en un
proceso existen dos o má s actores o demandados, que litigan respecto de la misma causa, o bien,
cuando en la resolució n necesariamente habrá de afectar a una persona extrañ a. Es activo cuando se
re iere a los actores y pasivo cuando se trata de los llamados a juicio, puede ser voluntario o necesario,
es voluntario cuando los litisconsortes activos o pasivos lo invocan como una facultad que les con iere
la ley; es necesario cuando surge de una disposició n legal expresa, cuando existe imposibilidad legal de
emitir diversas sentencias que puedan ser contradictorias, o en el caso de que la resolució n tenga
relació n con varias personas con interé s legı́timo.

En los juicios que tengan que ver con el estado civil de las personas, los extrañ os ajenos al juicio no
pueden intervenir, aun cuando la resolució n pueda afectar a su espere jurı́dica”. [1]
(http://aulavirtual.ijf.cjf.gob.mx/mod/book/edit.php?cmid=47427&id=18098#_ftn1)

El litisconsorcio puede ser voluntario o necesario. Es voluntario si se lleva a cabo en uso de la facultad
que otorga la ley para promoverlo. Es necesario, cuando el proceso no puede iniciarse vá lidamente sino
en la forma de litisconsorcio porque las cuestiones jurı́dicas que en é l se ventilan afectan a má s de dos
personas. Como ejemplo de este ú ltimo, puede citarse el caso en que se demanda la nulidad de un
contrato de sociedad, pues en tal supuesto la acció n se debe ejercer en contra de todos los socios que
suscribieron el correspondiente contrato. [2] (http://aulavirtual.ijf.cjf.gob.mx/mod/book/edit.php?
cmid=47427&id=18098#_ftn2)

A continuació n se presentan criterios relacionados, en lo conducente, con el concepto jurı́dico referido:

“ACCIÓN REIVINDICATORIA. PUEDEN EJERCITARLA TODOS LOS COPROPIETARIOS DEL BIEN


COMÚN, UNA PARTE DE ELLOS O UNO SOLO, PERO EL JUEZ DEBE LLAMAR A TODOS AL JUICIO,
ANTE LA EXISTENCIA DE UN LITISCONSORCIO ACTIVO NECESARIO (LEGISLACIONES DE LOS
ESTADOS DE MÉXICO Y SINALOA).- La copropiedad supone un estado de indivisió n en el que cada
copropietario ejerce su derecho de goce, no sobre una parte determinada de la cosa, sino respecto de
toda ella. Ahora bien, si la acció n reivindicatoria tiene por objeto proteger el derecho de propiedad, es
ló gico reconocer en el copropietario la facultad de ejercer dicha acció n, sin que ello implique que só lo
pueda ejercerla por una parte proporcional, pues su derecho se extiende a toda la cosa comú n. De ahı́
que, en té rminos de los artı́culos 15 del Có digo de Procedimientos Civiles para el Estado de Sinaloa y
2.12 del Có digo de Procedimientos Civiles del Estado de Mé xico, al comunero o copropietario se le
permite deducir las acciones relativas a la cosa comú n, en calidad de dueñ o, sin necesidad de tener el
consentimiento uná nime de los demá s condueñ os, salvo pacto en contrario, en el entendido de que la
autorizació n del ejercicio del derecho de un copropietario no es sobre una parte determinada de la cosa
comú n, sino respecto de toda ella, en bene icio tambié n de los demá s copropietarios. En ese sentido, la
acció n reivindicatoria puede ser ejercitada por todos los copropietarios, una parte de ellos, o uno solo,
/
porque es principio elemental del ré gimen de comunidad que el dominio de cada uno de los interesados
sea en todo, de forma que, al emitirse un fallo por el ejercicio de dicha acció n, no obstante quien sea el
actor, favorezca a los demá s copropietarios, sin que pueda a irmarse que el reivindicante carezca de
legitimació n activa, porque al pedir la cosa uno de los comuneros, no actú a en representació n de los
demá s, como si fuese su apoderado y necesitara justi icar la existencia del mandato, sino que lo hace
por su propio derecho, y si la sentencia favorece a todos, no es por algú n fenó meno jurı́dico o de
gestió n o iciosa, o de mandato expreso o icto, sino por la imposibilidad de hecho de separar el dominio
del actor, del de quienes permanecieron en silencio, caso en el que debe favorecerse a todos. Por ende,
es inexacto sostener que un solo copropietario esté impedido para ejercer la acció n reivindicatoria por
ser necesaria la concurrencia de todos los copropietarios, o bien, a irmar que carece de legitimació n
activa, en virtud de que se actualiza la igura de litisconsorcio activo necesario. Ahora bien, cuando se
pretende demandar la reivindicació n de un bien cuyo derecho de propiedad deriva de una copropiedad,
surge la existencia de un litisconsorcio activo necesario, en tanto que todos los copropietarios está n
unidos por el mismo derecho de propiedad. Por tanto, ante la existencia de é ste, el juzgador debe llamar
-o iciosamente- en cualquier etapa del juicio para que, al igual que en el litisconsorcio pasivo, la
sentencia que se dicte sea vá lida para todos los interesados y comparezcan al procedimiento para
deducir sus derechos, a in de que lo que se decida en é l, le pare perjuicio a todos los copropietarios.
Estimar lo contrario, esto es, la inexistencia de un litisconsorcio activo necesario, serı́a tanto como que
la sentencia que se dicte en el juicio reivindicatorio intentado por uno de los copropietarios, no le pare
perjuicio a los demá s en la medida que ellos no intentaron dicha acció n, lo que implicarı́a que si el que
ejercitó la acció n y no tuvo el é xito deseado, entonces otros copropietarios podrı́an hacerlo
sucesivamente, sin que pueda alegarse la cosa juzgada.” [3]
(http://aulavirtual.ijf.cjf.gob.mx/mod/book/edit.php?cmid=47427&id=18098#_ftn3)
(http://aulavirtual.ijf.cjf.gob.mx/mod/book/edit.php?cmid=47427&id=18098#_ftn3)

LITISCONSORCIO PASIVO NECESARIO DERIVADO DE LA RECONVENCIÓN. LA RESOLUCIÓN QUE LO


APRUEBA O DESESTIMA ES UN ACTO CUYOS EFECTOS SON DE IMPOSIBLE REPARACIÓN, POR LO
QUE EN SU CONTRA PROCEDE EL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO, ATENTO AL DERECHO HUMANO
DE ACCESO EFECTIVO A LA JUSTICIA. De conformidad con la ejecutoria que resolvió la contradicció n
de tesis 469/2012, que dio origen a la jurisprudencia 1a./J. 19/2013 (10a.), de la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nació n, publicada en el Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta,
Dé cima Epoca, Libro XXIII, Tomo 1, agosto de 2013, pá gina 595, de rubro: "LITISCONSORCIO PASIVO
NECESARIO. CUANDO EL TRIBUNAL DE ALZADA ADVIERTA QUE ALGUNA DE LAS PARTES NO FUE
LLAMADA AL JUICIO NATURAL, OFICIOSAMENTE DEBE MANDAR REPONER EL
PROCEDIMIENTO."; el litisconsorcio pasivo necesario es un presupuesto procesal que debe
interpretarse bajo la ó ptica de los derechos humanos, siendo uno de ellos el acceso efectivo a la justicia,
el cual debe protegerse en todo momento en té rminos del artı́culo 17 de la Constitució n Polı́tica de los
Estados Unidos Mexicanos. Esta conclusió n que fue emitida para resolver respecto de la reposició n del
procedimiento en cualquier etapa del procedimiento al advertirse que no se llamó a juicio a todos los
litisconsortes, aun cuando no haya petició n de parte, la cual se actualiza tratá ndose del juicio de amparo
directo, resulta aplicable por extensió n al juicio de amparo indirecto, cuando el tema del litisconsorcio
/
pasivo necesario surge como violació n intraprocesal, ya que el hecho de que el criterio en menció n se
haya emitido en relació n con el deber del tribunal de alzada de examinar o iciosamente, si existe
litisconsorcio pasivo necesario, no modi ica la naturaleza de tal institució n procesal, que debe ser
entendida sobre la base de proteger en todo momento el derecho humano de acceso efectivo a la
justicia consagrado en el citado artı́culo 17. De ahı́ que para el exclusivo efecto de la procedencia del
juicio de amparo indirecto, sea dable considerar que la resolució n que aprueba o desestima el
litisconsorcio pasivo necesario derivado de la reconvenció n, es un acto cuyos efectos son de imposible
reparació n, en té rminos del artı́culo 107, fracció n V, de la Ley de Amparo, en la medida en que se
podrı́an ver afectados materialmente derechos sustantivos tutelados constitucionalmente. [4]
(http://aulavirtual.ijf.cjf.gob.mx/mod/book/edit.php?cmid=47427&id=18098#_ftn4)

LITISCONSORCIO ACTIVO NECESARIO. DEBE ANALIZARSE DE OFICIO EN CUALQUIER ETAPA DEL


JUICIO, PARA QUE LOS INTERESADOS COMPAREZCAN AL PROCEDIMIENTO A DEDUCIR SUS
DERECHOS Y LA SENTENCIA QUE SE DICTE SEA VÁLIDA PARA TODOS ELLOS. El litisconsorcio
signi ica la existencia de un litigio en el que participan de una misma suerte varias personas, el cual se
denomina necesario cuando debe llamarse a todos los interesados (actores o demandados) sea por
disposició n expresa de la ley o por la comunidad jurı́dica de intereses existentes entre varias personas
respecto al mismo objeto litigioso, sobre el que tengan un mismo derecho o se encuentren obligados
por igual causa (de hecho o de derecho) como en el caso de la copropiedad. Se denomina pasivo
cuando recae en los demandados, en cuyo caso la jurisprudencia ha de inido que debe llamá rseles para
emitir una sentencia vá lida para todos ellos. Entonces, por identidad jurı́dica cuando se trata de
litisconsorcio activo necesario debe aplicarse la misma disposició n, pues al igual que en el pasivo, es
preciso que todos los interesados comparezcan al juicio a deducir el derecho que les asista respecto del
bien litigioso; por lo tanto, la posible existencia de un litisconsorcio activo necesario debe analizarse
o iciosamente en cualquier etapa del juicio para que, al igual que en el pasivo, los interesados
comparezcan al procedimiento a deducir sus derechos y la sentencia que se dicte sea vá lida para todos
ellos. [5] (http://aulavirtual.ijf.cjf.gob.mx/mod/book/edit.php?cmid=47427&id=18098#_ftn5)

[1] (http://aulavirtual.ijf.cjf.gob.mx/mod/book/edit.php?cmid=47427&id=18098#_ftnref1) MAGALLON IBARRA, Mario,


Compendio de Té rminos de Derecho Civil, Edit. Porrú a, Mé xico 2004, pá g. 367.

[2] (http://aulavirtual.ijf.cjf.gob.mx/mod/book/edit.php?cmid=47427&id=18098#_ftnref2) PALLARES, Eduardo. Op. cit., pá g. 546.

[3] (http://aulavirtual.ijf.cjf.gob.mx/mod/book/edit.php?cmid=47427&id=18098#_ftnref3) Jurisprudencia 1a./J. 8/2014, emitida


por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, visible en el Tomo I, pá g. 597, Abril de 2014, Dé cima Epoca del
Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. reg. 2006094.

[4] (http://aulavirtual.ijf.cjf.gob.mx/mod/book/edit.php?cmid=47427&id=18098#_ftnref4) Tesis Aislada I.13o.C.10 K, sustentada


por el Dé cimo Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, visible en Tomo III, pá g. 2646, Mayo 2019, Dé cima
Epoca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, nú m. Reg. 2019828.

/
[5] (http://aulavirtual.ijf.cjf.gob.mx/mod/book/edit.php?cmid=47427&id=18098#_ftnref5) Tesis Aislada I.7o.C.41 K, sostenida por
el Sé ptimo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, visible en Tomo XXIV, pá g. 1358, Diciembre 2006, Novena
Epoca, nú m. Reg. 173743.

/
2.21 Fe pública
Autoridad legı́tima atribuida a notarios, escribanos, agentes de cambio y bolsa, có nsules y secretarios de
juzgados, tribunales y otros institutos o iciales para que los documentos que autorizan en debida forma
sean considerados como auté nticos y lo contenido en ellos sea tenido por verdadero mientras no se
haga prueba en contrario.[1]

A continuació n se cita una jurisprudencia relacionada con tal concepto jurı́dico:

“DOCUMENTO PRIVADO. LA COPIA CERTIFICADA POR FEDATARIO PÚBLICO LO HACE DE FECHA


CIERTA A PARTIR DE QUE LO TUVO A LA VISTA PARA SU REPRODUCCIÓN Y, ÚNICAMENTE, PARA EL
EFECTO DE HACER CONSTAR QUE EXISTÍA EN ESE MOMENTO. La Suprema Corte de Justicia de la
Nació n ha sostenido que la fecha cierta de un documento privado es aquella que se tiene a partir del dı́a
en que tal instrumento se inscriba en un Registro Pú blico de la Propiedad; desde la fecha en que se
presente ante un fedatario pú blico, o a partir de la muerte de cualquiera de los irmantes. De no darse
alguno de esos supuestos, no puede considerarse que un documento es de fecha cierta, y por ende, no
puede tenerse certeza de la realizació n de los actos que consten en tales documentos. Ahora bien,
cuando ante un fedatario pú blico se presenta un instrumento privado para su reproducció n y
certi icació n, la fe pú blica y facultades de que está investido permiten considerar que el instrumento
reproducido existı́a en la fecha en que se realizó tal reproducció n y cotejo. Por lo que la fecha cierta se
adquiere a partir de dicha certi icació n y no a partir de la fecha que está asentada en el documento.
Asimismo, tal certi icació n notarial no debe equipararse con los efectos jurı́dicos de una certi icació n
notarial de la autenticidad de las irmas ni cali ica la legalidad del documento o de lo expresado en
é l.”[2]

[1] PALOMAR DE MIGUEL, Juan. Op. cit., pág. 681.


[2] Jurisprudencia 1a./J. 33/2010, sostenida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en el Tomo XXXII,
pág. 314, Agosto de 2010, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, núm. reg. 164080.

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