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U.·.T.·.O.·.S.·.A.·.A.·.G.·.I.·.

S.·.E.·.P.·.

INTRODUCCIÓN
La conciencia (del latín conscientia ‘conocimiento compartido’) se define en términos
generales como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno, pero también
se refiere a la moral o bien a la recepción normal de los estímulos del interior y el exterior.
Conscientĭa significa, literalmente, «con conocimiento» (del latín cum scientĭa).

En la especie Homo sapiens, la conciencia implica varios procesos cognitivos


interrelacionados. Conciencia se refiere al saber de sí mismo, al conocimiento que el
humano tiene de su propia existencia, estados o actos. Conciencia se aplica a lo ético, a los
juicios sobre el bien y el mal de nuestras acciones. Una persona cloroformizada recobra la
conciencia al cesar los efectos del anestésico. Una persona “de conciencia recta” no comete
actos socialmente reprobables.

La conciencia en psiquiatría puede también definirse como el estado cognitivo no abstracto


que permite la interactuación, interpretación y asociación con los estímulos externos,
denominados realidad. La conciencia requiere del uso de los sentidos como medio de
conectividad entre los estímulos externos y sus asociaciones.

Los humanos adultos sanos tienen conciencia sensitiva y conciencia abstracta, aunque
también el pensamiento abstracto se presentaría en otras especies animales, hasta un
punto que debe clarificarse. No obstante, los filósofos como Aristóteles afirman y
demuestran que el ser humano es un animal racional a diferencia de los demás.

INTERPRETACIÓN GLOBAL
Resulta difícil precisar qué es la conciencia, ya que no tiene un correlato físico. Se trata del
conocimiento reflexivo de las cosas y de la actividad mental que sólo es accesible para el
propio sujeto. Por eso, desde afuera, no pueden conocerse los detalles de lo consciente.
Hablar de la consciencia es demasiado amplio, y sobre todo cuando se habla de sus
manifestaciones, pero en esencia, consciencia es una facultad de “darse cuenta”, ser
consciente de un “algo” ya objetivo o subjetivo, algo concreto, intelectual, emocional o
espiritual, es un darse cuenta o ser consciente de algo externo o interno al hombre, la
consciencia tiene entre otras cosas ser auto consciente de sí misma.

El hombre en su crecimiento va adquiriendo valores que van formando su moral. Cada


hombre puede representar al género humano, más sin embargo tiene sus características
muy particulares que lo individualizan y lo distinguen del resto, entre hermanos de una
misma familia se dan estas diferencias, más aún entre naciones, culturas, y estados
cronológicos por donde el hombre ha pasado y está pasando actualmente. La moral, el
carácter y la cultura son determinantes en toda manifestación y comportamiento de la
consciencia.

La filosofía considera que la conciencia es la facultad humana para decidir acciones y


hacerse responsable de las consecuencias de acuerdo a la concepción del bien y del mal. De
esta manera, la conciencia sería un concepto moral que pertenece al ámbito de la ética.

La conciencia para la psicología

Para la psicología, la conciencia es un estado cognitivo no-abstracto que permite que una
persona interactúe e interprete con los estímulos externos que forman lo que conocemos
como la realidad. Si una persona no tiene conciencia, se encuentra desconectada de la
realidad y no percibe lo actuado.

La psicología distingue entre los niveles consciente (establece las prioridades),


preconsciente (depende del objetivo a cumplir) e inconsciente (no se racionaliza). La
estructura de la conciencia está dada por la relación que establecen estos tres niveles.

A través de la conciencia un individuo consigue tener una noción de sí mismo y de su


entorno; es uno de los elementos que asegura la supervivencia de un ser vivo, pues le
permite estar alerta a los peligros y actuar en consecuencia.
Este proceso, aunque resulta sumamente sencillo a simple vista, es el resultado de varios
fenómenos psíquicos que tienen lugar en la mente de los individuos a cada instante sin que
él tenga total noción de ello. Para resumirlo, este proceso consiste en percibir el entorno a
través de los sentidos y analizarlo con la información que se tiene (las cuales fueron
desarrolladas a partir de las experiencias con las que el individuo haya tenido que
enfrentarse), la memoria.

Si la conciencia de un individuo funciona del modo “adecuado”, las valoraciones que éste
hará sobre su realidad serán claras y le permitirán llevar una vida estable; si por el contrario,
dado que ha padecido determinadas situaciones traumáticas, puede que su manera de
entender el entorno no sea lúcida y, por ende, tome decisiones que causarán desajustes en
su entorno. En este punto puede decirse que lucidez y claridad son sinónimos, son para la
psiquiatría los aspectos que definen una conciencia sana.

Cuando estamos despiertos nuestra conciencia se encuentra alerta y sólo se relaja cuando
dormimos, momento en el que el subconsciente puede expresarse y lo hace a través de los
sueños; por eso muchos especialistas basan sus estudios sobre el universo psíquico de los
pacientes teniendo en cuenta aquello que recuerdan de los sueños, pues en ese momento
no existen estructuras ni preconceptos y lo que se muestra sale sin ser analizado, pudiendo
acceder a un espacio del individuo que durante el estado de conciencia se encuentra
absolutamente oculto.

Es importante señalar que una de las causas de las alteraciones en la conciencia pueden ser
problemas biológicos y psicológicos. El abuso de ciertas sustancias tóxicas como alcohol y
fármacos, puede afectar determinadas zonas del cerebro y provocar alteraciones en la
conciencia que pueden ser de diferentes niveles. También ciertas enfermedades
psiquiátricas como la ansiedad y la depresión, pueden causar los mismos trastornos en la
forma en la que el individuo concibe la realidad.

INTERPRETACIÓN ESPECÍFICA
En la ceremonia de exaltación al cuarto grado, alegóricamente se busca a un maestro para
que reemplace el puesto que ocupaba el Maestro Hiram, quien era el que dirigía los trabajos
antes del fatal hecho que cometieron los tres CComp.·.. En cierto punto del ceremonial, el
Sapientísimo Maestro comentó algo que se quedó muy grabado y presente en mí, que ese
Maestro Secreto que buscaba es la Conciencia Humana y que su estudio es indispensable
para conocerme a mí mismo, las bases del deber y las bases del derecho.

Pues bien, en este cuarto grado se nos invita al estudio de nosotros mismos, tan es así que
en la propia ceremonia se hace prestar un juramento en ese sentido a fin poder corregir los
errores propios. Por su parte, la liturgia señala que la Conciencia nos enseña a distinguir el
bien del mal, lo justo de lo injusto, y aún más, que es el vínculo fundamental que une al
creador con la criatura, el censor perenne o eterno en nuestros actos, que constituye el
Maestro que nos guía en el camino de la vida y que nos castiga sin piedad destrozándonos
el corazón con el remordimiento si desatendemos sus dictados.

De los comentarios litúrgicos sobre la Conciencia puede inferirse que la Conciencia aun
cuando la posee el hombre, tiene una característica divina, pues constituye “el vínculo
fundamental” que nos une con el creador, es decir, el G.·.A.·.D.·.U.·., esto se aclara aún más
si se lee a Magister, quien señala en su guía para el Maestro Secreto, que la alianza o
relación individualmente establecida en la Conciencia con el Principio Universal de la Vida,
se manifiesta en la Comprensión Iluminada que se verifica en el Santuario de la Intuición.

Así, como Ap.·., se me sembró la duda filosófica, para que dude e investigue sobre la verdad
de las cosas; como Comp.·. Se me instruyó sobre las facultades que el G.·. A.·. D.·. U.·. me
otorgó y se me dio a conocer la razón; y, como Maestro, conocí los misterios de la aparente
destrucción de la materia y se me reveló la inmortalidad del pensamiento, ahora, debo
conocer a ese Maestro Secreto que es la Conciencia, para conocerme y apreciar la chispa
de la divinidad que se encuentra en mí.

Después de vivir la exaltación y de leer de nueva cuenta los pasajes de la ceremonia y el


catecismo, vienen a mi mente reflexiones sobre la verdadera naturaleza de nosotros como
seres humanos, sobre la Conciencia que tenemos, lo cual me hace recordar que en el libro
de la Ley, hay una frase que dice ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de
Dios mora en vosotros? (1 Corintios 3:16), lo cual me hace ir más allá sobre mis ideas de lo
que constituye la Conciencia, pues si la propia liturgia refiere que es un nexo o vínculo entre
el creador y nosotros, me inclina a pensar que constituye la esencia propia de esta causa
primera, máxime que en el libro del Génesis se dice que estamos hechos a su imagen y
semejanza.
OPINIÓN PERSONAL
La consciencia es la raíz de la intuición, ésta es la facultad que nos hace percibir la verdad
sin tenerla enfrente. La consciencia parece tener autonomía propia, al grado de que cuando
el hombre logra estar solo con ella, y callar los ruidos externos e internos, es posible el
dialogo entre ambos.

Destacar que en este grado se nos invita a usar de común acuerdo la Conciencia con la
razón, y que no debe disociarse la una de la otra.

Elaborar un trazado que describa que la Conciencia Humana se encuentra representada en


el símbolo del arca de la alianza y en el ojo que se encuentra en la solapa del mandil no
suena complicado, pero lo que considero que es trascendental para conocerme a mí mismo,
es el analizar y reflexionar sobre el significado profundo que tienen estos símbolos relativos
a la Conciencia, trabajo que continuaré desarrollando de forma permanente.

M.·.S.·. M.·. J.·. Hinojosa T.·.

Campamento de Cochabamba, 06 de agosto de 2015 e.·. v.·.

BIBLIOGRAFÍA
Adoum Jorge
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Lomas RobertLA CLAVE SECRETA DE HIRAM, 2009, Editorial Grijalbo – Mexico.

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