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¿QUÉ ES UN PROYECTO DE VIDA PERSONAL Y PARA QUÉ SIRVE?

Por
Laura Caro

Un proyecto de vida personal sirve para que una persona pueda alcanzar una serie de
aspiraciones o propósitos que se plantean para mejorar o modificar su estilo de vida. Esta
práctica de planeación del futuro puede ser intencionada y organizada, pero también
puede darse de manera implícita.

A lo largo de la historia, los seres humanos han demostrado interés por conocer y
controlar el futuro. Por este motivo, parte de la naturaleza humana tiende a desarrollar
planes, especialmente en aquellos ámbitos de la vida que dependen de sus propias
decisiones.

El planteamiento del proyecto de vida depende de la personalidad y el contexto social de


cada individuo. Cada ser humano, de acuerdo a sus experiencias y a la percepción que
tiene de sus propias habilidades, se plantea aquellas metas que considera puede alcanzar.

El proyecto de vida se basa en las siguientes características:

 Orientación de la personalidad: se refiere a los valores, los gustos y las


preferencias de cada persona.
 Programación de metas: se refiere a los propósitos a futuro.
 Autodirección personal: se refiere a las estrategias que emplea cada persona para
su desarrollo. Por ejemplo disciplina, relaciones sociales, etc.
¿Para qué sirve un proyecto de vida?

El proyecto de vida es un recurso muy importante para el desarrollo humano. La claridad


que tenga una persona sobre las metas que desea alcanzar contribuye al cumplimiento de
las mismas. Sin embargo, los beneficios del proyecto de vida van más allá:

Ayuda a definir estrategias

La planeación de un proyecto de vida no sólo incluye las metas a las cuales se desea
llegar, sino también las estrategias necesarias para alcanzarlas.

Tener claro cuáles son los pasos a seguir para llegar a un objetivo determinado, es la
manera más certera de acercarse a él.

Por ejemplo, si el proyecto de vida incluye ingresar a la universidad, deben plantearse


paso a paso las actividades que deben realizarse para lograr la admisión a una carrera,
como exámenes, un buen promedio de calificaciones e inclusive un análisis de las
condiciones económicas y de las becas disponibles.

Es una forma de autoconocimiento

El planteamiento de un proyecto de vida es a la vez un proceso de autoconocimiento.


Cuando una persona plantea sus planes a futuro, debe partir de un reconocimiento de su
contexto personal, sus habilidades y sus valores.

De la misma forma, cuando se planea el futuro, se exploran los deseos, los gustos y las
aspiraciones. En este sentido, es una experiencia que permite conectarse con la vocación
de cada ser humano.

Desarrolla la responsabilidad

Aprender a planificar también implica desarrollar la responsabilidad. Construir un plan


ayuda a comprender que el futuro está condicionado por las decisiones y las acciones
cotidianas.

Por eso, aunque el proyecto de vida se refiere a grandes metas como una carrera, un
trabajo o una obra, también permite comprender la trascendencia de las pequeñas
decisiones.

Cuando una persona toma consciencia de las pequeñas estrategias o las grandes acciones
que deben desarrollarse para poder alcanzar una meta específica, puede también asimilar
la idea de que todas las acciones tienen consecuencias.

Evita conductas de riesgo

La existencia de un proyecto de vida tiende a evitar conductas de riesgo como el consumo


irresponsable de alcohol, drogas o las relaciones sexuales sin protección.
Esto ocurre porque cuando las personas tienen claridad sobre sus planes para el futuro,
son menos propensas a caer en conductas que puedan poner en riesgo sus metas y
aspiraciones.

Por lo tanto, la planeación de un proyecto de vida, no sólo ayuda a alcanzar las metas
propuestas. También es una herramienta que puede contribuir al bienestar y la estabilidad
de las personas en diferentes ámbitos de su vida.

Facilita la toma de decisiones

Para una persona que no tiene un proyecto de vida claro, es usual confundirse a la hora
de tomar decisiones importantes para su vida.

Iniciar una carrera universitaria, tomar un puesto de trabajo o emprender un viaje, son
opciones que aparecen mucho más claras cuando se tiene definido el horizonte hacia el
cual se desea avanzar.

Sin embargo, un proyecto de vida no sólo afecta las grandes decisiones. Tener definido
el camino a seguir también contribuye en las actividades cotidianas.

Por ejemplo, decidir si se invierte el tiempo libre en un deporte o en el desarrollo de un


pasatiempo es mucho más fácil cuando se tiene claro cuál de esas actividades puede
contribuir con los planes de futuro.

Potencializa las habilidades

La construcción del proyecto de vida toma como punto de partida el conocimiento que
las personas tienen de sí mismas. Cada individuo planea su futuro en función de sus
propias cualidades y habilidades.

Cuando se tiene un proyecto de vida claro, es posible elegir aquellas actividades para las
cuales cada persona está más capacitada.

El desarrollo de estas actividades, a su vez, ayudará a que el individuo desarrolle cada


vez más aquellas capacidades que ha identificado.

Por ejemplo, cuando una persona que elige una carrera deportiva como proyecto de vida,
lo hace a partir del reconocimiento de sus propias capacidades físicas. Sin embargo, estas
cualidades son sólo un punto de partida.

El avance hacia una carrera deportiva incluye entrenamientos que le permitirán a la


persona desarrollar aún más sus habilidades.

Por lo tanto, el proyecto de vida no sólo permite elegir las metas, sino que también
estimula las capacidades necesarias para llegar a ellas.

Facilita la resiliencia

Cuando se avanza hacia una meta personal, por pequeña o grande que sea, es inevitable
cometer errores o encontrar obstáculos.
Sin embargo, un proyecto de vida claro facilita la resiliencia, es decir, la capacidad de
sobreponerse a las experiencias negativas que se presentan en el camino.

Cuando existe claridad acerca de las actividades y estrategias que se han de seguir, es
mucho más factible comprender los errores y buscar alternativas para sobreponerse a
ellos.

Por ejemplo, un joven que no ha sido admitido a una carrera universitaria, puede analizar
los pasos y descubrir cuál fue su error. Este análisis le permite comprender y resolver sus
fallos para encaminarse nuevamente hacia su objetivo.

Por otra parte, la claridad de los objetivos brinda una motivación extra. Gracias a ella es
posible recuperarse de un pequeño fracaso con mayor facilidad para poder continuar
avanzando.

Referencias

1. Castellanos, A. (2007). Tener un proyecto de vida en la adolescencia reduce el


abuso en el consumo de alcohol.
2. D’Angelo, O. (S.F.). Proyecto de vida y desarrollo integral humano. Recuperado
de: biblioteca.clacso.edu.ar.
3. Dias, M. (S.F.). The Project of Life for Adolescents: From Public and Private
Schools. Recuperado de: academia.edu.
4. Otálora, A. (2016). Life Project: Perceptions and Experiences associated with the
Welfare students in virtual mode.
5. Pardo, I. (1999). Jóvenes construyendo su proyecto de vida.

Referencia bibliográfica
Caro, L. (s/f). ¿Qué es un proyecto de vida personal y para qué sirve? Recuperado de
https://www.lifeder.com/para-que-sirve-proyecto-de-vida/

PARTES DEL PROYECTO DE VIDA

El proyecto de vida es un plan que se desarrolla con la finalidad de definir los deseos
que se quieren cumplir en la vida. La persona lo realiza con el propósito de alcanzar uno
o distintos propósitos en su existencia. Por lo general, el proyecto de vida se realiza de
cada año, con el objetivo de iniciar un año nuevo renovado y diferente al anterior.

El concepto es asociado a la realización personal en la cual las personas logran definir


de manera consciente las opciones que tienen en la vida para conducir y alcanzar el
destino que se proponen.

Un proyecto de vida proporciona una razón y una causa de peso a la existencia humana.
Consecuentemente con eso, le añade un sentido a la vida presente debido a que las
acciones que se realicen en el momento actual repercutirán en el futuro. Este proyecto
de vida se ejecuta con metas corto y largo plazo.

Identificación de los valores fundamentales

Los valores pueden identificarse como el amor, la familia, la amistad, el desarrollo


personal, el impacto social, la creación artística, la independencia, entre otros.

Estos valores proporcionan felicidad y satisfacción a la persona que los posee. Todo ser
humano tiene un conjunto de valores distintos, normalmente entre tres y siete valores
que se identifican como los más importantes y trascendentales sobre los cuales se basan
las decisiones conscientes e inconscientes. La ausencia de algunos de esos valores
puede traer como consecuencia la tristeza, depresión y desesperación.

La identificación de los valores puede definirse como una autobiografía, en la que la


persona se autodefine para dar paso a sus acciones y poder plantearse metas más acorde
a su personalidad.

Definición de Metas

En esta parte se debe destacar y definir las metas que se quieren alcanzar en las
diferentes áreas de la vida humana, estas áreas se pueden identificar en las siguientes:

 Crecimiento personal.
 Herramientas y ambiente.
 Finanzas.
 Familia.
 Romance.
 Recreación.
 Trabajo.
 Vida social.
 Salud.

Los valores fundamentales ejercen influencia en las metas que la persona selecciona en
cada una de las áreas mencionadas. Para poder obtener mejores y más satisfactorios
resultados es recomendable alinear las metas junto a los valores fundamentales, de esta
forma se obtiene mayor motivación y mejor desempeño en el proceso.

Reconocer la realidad

Para poder conseguir las metas trazadas es necesario conocer el punto de partida. El ser
humano se compone de debilidades y fortalezas, por lo tanto, existirán objetivos que
serán fáciles de realizar sin la necesidad de invertir un gran esfuerzo; mientras que a
otras personas les puede costar mucho trabajo.

Estas son las debilidades, las actividades en las que independientemente del esfuerzo
que se realice, los resultados seguirán siendo mediocres. Por lo tanto, es necesario
conocer las fortalezas y debilidades para que resulte más fácil el control y el manejo de
las mismas y así impedir que se conviertan en un obstáculo para lograr las metas
propuestas.
Establecer planes de acción

El plan o los planes de acción se empiezan a ejecutar después de conocer las metas que
se quieren alcanzar y de saber cuál es el punto de partida.

En el proceso de desarrollo de los planes de acción surgirán diferentes situaciones en las


cuales será necesario finalizar algunas metas antes de continuar con otras, esto puede
suceder debido a que las metas se encuentran relacionadas la una con la otra o también
porque se debe esperar a que ocurra algún evento que escapa al control y a la voluntad
de la persona.

Por eso, es recomendable seguir realizando las metas que se pueden completar y llevar a
cabo en el momento sin necesidad de esperar por algún suceso en particular.

Actuar y aprender

El último paso es empezar a actuar y aprender de la experiencia vivida con la finalidad


de refinar y mejorar todas las partes anteriores. Muchas situaciones en la vida se pueden
afrontar de una mejor manera gracias a la experiencia aprendida con el tiempo, esta se
puede acompañar de errores y fracasos de los cuales se realizan análisis y correcciones
para que en el futuro los resultados sean mejores y satisfactorios.

Al actuar y aprender la persona pasa por un proceso de conclusión, en la que evaluará


los acontecimientos ocurridos hasta el momento.

Referencia bibliográfica

Revista educativa Partesdel.com, equipo de redacción profesional. (2017). Partes del


proyecto de vida. Obtenido en fecha 01, 2019, desde el sitio web:
https://www.partesdel.com/proyecto_de_vida.html.

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